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Capitulo 13

13 | Reunión, parte I.

Inari abrió los ojos, no había logrado conciliar el sueño, dándole vueltas a la cabeza a los últimos sucesos ocurridos en su vida, los cuales eran un poco más dramáticos de lo que ella querría admitir.

—Megumi, ¿estás despierto? —susurró ella, moviendo el hombro de Megumi.

—No.

—Entonces ¿por qué me respondiste?

—Es un mensaje pre-grabado.

—Megumi.

El mencionado soltó un gruñido ronco, estirándose un poco antes de girarse para mirar a Inari.

—¿Que?

—Imagínate que un día comienza el apocalipsis zombie.

Megumi soltó un largo suspiro.

—Ajá.

—Y estamos los dos tranquilamente hasta que de repente, ¡Ruar! Me muerde un zombie.

—¿El "Ruar" era necesario?

Inari lo ignoró.

—Y entonces tú, con una pistola, matas a los zombies y solo quedamos tú y yo. Pero yo poco a poco me convierto en una zombie —Inari intentó darle a su voz un aire de misterio, cosa que a Megumi le pareció algo tierna.

—Creo que ves mucho The walking dead.

—Solo te quedan dos opciones —Inari lo volvió a ignorar—, la primera es dejarte morder por mi y convertirte en un zombie, y la segunda es dispararme para poder huir e intentar sobrevivir al apocalipsis, ¿qué harías?

—No entiendo a que viene tu pregunta.

—¡Responde!

—..., bueno, para empezar, tú ya vas a convertirte en un zombie.

—¿O sea que me dispararías? —preguntó Inari, ofendida, llevándose la mano al pecho—. No te lo puedo creer, ¿en serio me harías eso a mi?

Megumi soltó una risita antes de responder.

—Es que uno de mis sueños es ese.

—¡¿DISPARARME?! —exclamó Inari.

Megumi soltó una carcajada.

—¡No! Vivir el apocalipsis zombie e intentar sobrevivir.

—¿O sea que no te gustaría ser zombie como yo? ¿No quieres ser mi Zombifrendo?

Megumi volvió a reír, sin responder.

—Anda, disparame y búscate a otra rubia que te ame como yo. —Mientras Inari intentaba ser dramática, Megumi reía a carcajadas a su lado.

—¿Que es eso de Zombiefrendo?

—Zombie besto frendo.

—¿Best friend?

Inari negó.

—Besto frendo.

—¿No se supone que por ser poliglota tu inglés es muy bueno?

—Lo es, pero así suena más cool, escuché a un amigo de Itadori decirle así —explicó—. Eso no quita que esté enojada contigo, sal de la habitación, quiero estar sola.

—Pero es mi habitación...

—No razonaré con alguien que me mató.

—¿Y si te regalo un par de boletos para el estreno de película de Belle? ¿Me perdonas por matarte?

—Tal vez..., ¿sabes que como te perdonaría más rápido?

—¿Como?

—Follando —bromeó Inari.

Megumi soltó una risa.

—Mejor vamos a dormir.

Por más que Megumi quisiera estar con Inari, el sabía que, por más que lo intentará, no podría tener sexo con ella sin involucrar su corazón de por medio.

—Tal vez..., ¿podríamos abrazarnos?

—Está bien.

—¡Si! —exclamó ella con una sonrisa.

—¿Quieres hacer cucharita?

—Si, ¿por qué no?

—Yo soy la cucharita pequeña, luego cambiamos —dijo Megumi.

Megumi soltó una risita, abrazando Megumi por detrás, aspirando su delicioso aroma.

Fue así como ambos cayeron en brazos de morfeo.

Megumi se cuestionaba constantemente por qué se había enamorado de Inari.

No quería arruinar su amistad, sin embargo, pequeños detalles fueron los que hicieron que aquel hombre cayera perdidamente enamorado de su mejor amiga.

Era impulsiva, descuidada, enamoradiza, torpe. Sus defectos eran incontables y, sin embargo, se había enamorado de cada uno de ellos.

Su torpeza era graciosa y su impulsividad excitante.

—¡Buenos días! —exclamó ella, saliendo de la habitación de Megumi, sonriente, usando su pijama mientras llevaba su cabello trenzado—. Como pueden ver, Dios me ha dejado vivir un día más y pienso hacerlo el problema de todo el mundo.

Megumi y su padre compartieron una mirada de confusión.

—¿Que has soñado? —preguntó Megumi, haciendo que la sonrisa de Inari se expandiera.

—Que bueno que has preguntado, aunque de todas maneras te lo iba a contar, no ha sido un sueño. Ha sido algo que me pasó ayer y olvidé contarte —dijo, dirigiéndose a la cocina y sacando varias naranjas del refrigerador—. ¡Me intentaron coartar la libertad de expresión!

>> Estábamos Nobara y yo tranquilas en la salida de la universidad, pasa una amiga por detrás y me llama de un modo que a mi no me gusta, pero yo sabía que era de broma —comenzó a explicar, Megumi recargó su mano en su mejilla y la miró, dándole toda su atención—. Yo le grito: "Mai, hija de puta" pero todo esto en los marcos más amigables, y a un metro mio tengo a una señora, por llamarla de alguna manera.

Toji soltó una risa ante esto último.

—Ella me dice: "¿Que formas son estas de hablar por la calle?" Y yo le digo: "¿y usted quien es?" Y ella me responde: "yo no soy nadie, pero no puedes andar diciendo eso por la calle" —sigue, mientras prepara el desayuno—. Primero, se notaba que era broma, y segundo, yo digo lo que me da la gana. No la conozco y no la he visto en mi da.

>> Y ella me dice: "Pues, soy profesora de tu preparatoria" y le digo: "¿Ah, si? ¿De qué?" Ella me responde: "de francés" —Inari suelta una risita antes de seguir hablando—. Y yo estando graduada de la preparatoria con dominio del francés, luego ella me pregunta: "¿y tú como te llamas?" Y yo le dije: "usted sabrá" y ella me responde: "ya te buscaré".

—Es que ¿como una persona puede creer que tiene autoridad en todos los metros cuadrados del planeta? A demás que todo era broma —terminó por decir, pasandole un vaso con jugo de naranja a los dos hombres de la Familia Fushiguro—. Creo que esta es ahora mi anécdota favorita.

—Te encanta, pero te da rabia y lo sabes —dijo Megumi, sonriendo, mirando el jugo con el ceño fruncido.

—Por la mañana hay que tomar cítricos, lo dicen los expertos, un cítrico por la mañana va genial —dijo ella, sentándose en el meson del desayunador, moviendo sus piernas.

—Ya..., pero, ¿y el resto del desayuno? —preguntó Toji—. Ya me mal acostumbraste a comer bien.

Inari miró a Toji con una ceja levantada y los brazos cruzados.

—Yo he hecho la compra de esta semana, hoy les toca hacerse el desayuno sólitos porque me iré temprano al gimnasio con Nobara y no desayunaré hasta después de hacer ejercicio, solo vine a tomar este jugo y me iré a poner la ropa deportiva.

Y, haciendo lo que había dicho, Inari se encerró en la habitación de Megumi, cambiando su ropa y saliendo de la casa tiempo después de eso, no sin antes despedirse de los dos hombres pertenecientes a la familia fushiguro.

Toji y Megumi compartieron miradas.

—¿Sabes como encender el horno?

—¿Tenemos horno?

La música se escuchaba fuertemente en el lugar mientras Inari miraba a Nobara con pesadez.

—Debería parar, me siento una persona de mierda —gritó ella, tratando que su mejor amiga la escuchase—..., es que estar todas las noches de fiesta..., uno debe estar también con su familia.

—No eres una persona de mierda —gritó Nobara mientras reía—, ven te invito un chupito.

Inari miró a Megumi y luego a Nobara.

—No, no creo que sea buena idea —dijo, haciendo la señal de la cruz—, Dios, no quiero aprovecharme de ti.

Antes de que Nobara logrará formular otra oración Inari la detuvo:—Que no, no puedo, estoy cambiando —dijo de inmediato.

Megumi intentó contener las ganas de reírse:—Bueno como quie...

—¡Está bien! Si tanto insistes, pues, quiero tequila —dijo la rubia, sonriente, interrumpiendo a Nobara y haciendo que Megumi soltara una larga carcajada—. El cambio se hace poco a poco.

Entre risas, Nobara fue a buscar los tragos que ambas tomarían, dejando a solas a Megumi e Inari.

—¿Donde está Itadori? —preguntó ella.

—Con su amigo en la pista de baile —respondió él, dándole un trago a su Martini sin despegar la mirada de Inari—. Te ves hermosa.

Ante el repentino comentario de su mejor amigo, las mejillas de ella se enrojecieron.

—Gracias, tu también te vez muy atractivo —dijo ella, sonriente.

—¡Llegó el tequila! —exclamó Nobara, haciendo que el acercamiento que ambos estaban teniendo se disipara—. Para arriba, para abajo, para el centro y para adentro.

Nobara tomó el shot de un solo trago al igual que Inari, ninguna de las dos hizo gestos, por lo menos no como el gesto de asco que habia hecho Inari.

—Por cierto, me parece genial que te lleves tan bien con tu padre, no sabía que el señor Fushiguro y tú salían de fiesta juntos —dijo Nobara, haciendo que Megumi frunciera el ceño.

—¿Que? —preguntó él, desviando su mirada y observando como su padre se encontraba bebiendo, no tan lejos de donde ellos estaban, junto a Gojo.

Ambos iban acompañados por un par de mujeres, bastante hermosas a los ojos de Inari, quienes se encontraban coqueteandoles sin pudor alguno.

—¿Donde habrá conseguido esa blusa? —preguntó Inari a Nobara, señalando a la chica de cabellos turquesa.

—Yo vi una página en instagram que las vende baratas, luego te paso el link —respondió la castaña.

Megumi, quien había pedido otro cóctel, siguió bebiendo mientras las escuchaba, sin embargo, no pudo evitar notar como Inari fruncia el ceño hacia cierta dirección a la cual él no tardó en mirar.

Se trataba de un grupo de personas, sentados en una mesa grupal, todos se veían realmente imponente, sobre todo el que se encontraba sentado en el medio.

—¿Los conoces? —le preguntó él a Inari, ella de inmediato miró a su mejor amigo y lo pensó por un momento.

—No creo, pero una de las chicas sentada allí te ha estado señalando, de hecho, ahora está caminando para acá.

La muchacha de cabellos castaños se plantó frente a Megumi, sonriendole ampliamente:—Hola, mucho gusto, no me conoces, pero me pareces muy atractivo —confesó—. ¿Me permites invitarte un trago o a bailar?

—No me gusta bailar y ya estoy bebiendo —respondió él, en un tono seco y desinteresado.

—Oh, bueno, ¿gracias?

La castaña parecía desilusionada, sin embargo, eso no fue lo que incitó a Inari a impedir que se fuera de inmediato sino que fue el hecho de que, en efecto, había reconocido quien era.

—¿Rose? —preguntó la rubia, con cierta incertidumbre.

—¡¿Inari?! —exclamó Rose, asombrada—. ¡Inari, no te veo desde la preparatoria!

Ambas se abrazaron, confundiendo a Megumi y Nobara.

—Chicos, ella es Rose, mi mejor amiga de la infancia y la hermana de uno de mis ex novios —la presentó Inari.

Nobara miró mal a Rose, acto que la otra castaña de cabello corto imitó.

—Soy Nobara, la mejor amiga de Inari.

Inari, feliz por aquella presentación, sonrió mientras ambas femeninas compartían miradas de molestia.

—Él es mi mejor amigo, Megumi.

Rose miró a Megumi con una sonrisa.

—Así que él es tu nuevo Ryū

Inari soltó una risita:—Algo así —respondió—. ¿Y tú hermano? ¿como está?

Rose soltó una pequeña risa.

—¿Por qué no se lo preguntas tu misma? Vendrá en un rato, ahora estoy con sus amigos, Ryū y Konan están con nosotros, también amatista, pero ella está coqueteando con los dos viejos de allá —Inari se quedó boquiabierta al ver que Rose señalaba a la chica de cabellos púrpuras sentada en el regazo de Gojo.

—¡Se tinturó el cabello! Está irreconocible —exclamó la rubia—. No me digas que la otra es...

—¡Es Yui! —dijo Rose entre risas—. Perdió una apuesta con Amatista y ambas se tinturaron juntas el cabello, deberíamos hacerlo nosotras también, seria cool verte de nuevo con el cabello rosa.

—¡No! —respondió ella, riendo junto a Rose—. Recuerdo que tu hermano dijo que mi cabello parecía el trasero de un babuino.

—¡Recuerdo eso! —Rose rió aún más alto, Nobara puso los ojos en blanco—. En ese tiempo el no sabía nada sobre enamorar y hacer cumplidos, aunque, debes admitir que se disculpó de la mejor manera. Pintarse el cabello del mismo color que tú.

Ambas rieron.

Megumi y Nobara se limitaron a pedir otro trago dado a que cada vez que Inari intentaba insertarlos a la conversación, Rosa sacaba a relucir un suceso del pasado que solo ellas entendían.

Lo que ellos no sabían, era que, mientras ellas hablaban, Luka se adentraba al lugar y, al mismo tiempo, Nanami entraba junto a él.

Desaparecer de Wattpad es mi pasión.

Hello, ¿como están?

Espero les haya gustado el capitulo de hoy, no olviden votar y comentar.

Gracias por leer ♡.

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