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Sus pies dolían de tanto trabajo, eran más de las 7 de la noche y no había desayunado nada, la prisa por llegar a su trabajo era más grande que el hambre que tenía.
— ¡ Pedido para, Yeonjun ! -Exclamo
Un bonito chico de cabellos rosas levanto la mano, rápidamente acomodo sus anteojos y se apuro a llegar hasta el mostrador en donde lo esperaba un castaño con su pedido.
—Serían 30,000 Wones, incluí unas galletas de mantequilla, se que te encantan.
—Si, gracias Hoseok, toma —Extendió el dinero hacia en alfa el cual lo recibió con una sonrisa.
—No olvides contarme lo que pase con ese chico, anda, ve a casa antes de que anochezca.
—Hyung~ —musito sonrojado —¿usted no vendrá?
—No, hoy tengo turno extra, estoy cubriendo a Sana.
—Oh, ya veo, bueno lo veo después —tomo sus cosas y las metió en su mochila para después salir de la tienda.
Hoseok por el contrario siguió trabajando hasta media noche, por ende le tocaba cerrar y lo único que deseaba era llegar a casa.
Trabajaba en una bonita pastelería, solo los fines de semana, porque los demás días tenía otro empleo como repartidor de comida.
Y si, claramente su vida no era sencilla, pero cuando tienes a padres ausentes es lo que te toca vivir, a parte de la falta de atención y cariño, tienes que aprender a sobrevivir por tu cuenta, aun si eso significa desgastarse física y mentalmente.
El castaño siempre se las ha ingeniado para ganarse la vida solo, al no tener el afecto ni apoyo de ninguno de sus padres se vio obligado a tener que vérselas por si mismo, nunca ha sido fácil para el, pero como era de esperarse ocultaba su dolor fingiendo como si nada pasara.
No tenía hermanos así que la soledad era aún peor, ni siquiera una mascota con la cual pudiera desahogar todos esos pesares que le aturdían y molestaban en su vida.
Cuando conoció a su amigo jungkook se siento sumamente contento, se dio cuenta de que realmente no estaba solo, el fue un gran impulso que tuvo para seguir a delante y no rendirse.
Aun si sus ojos ardían por no poder tener tiempo para dormir, aún si su estómago pedía a gritos alimento, aún si su corazón estaba herido, el seguiría luchando, por si mismo y por esa pequeña personita que lo amaba con toda el alma, no se rendiría por nada del mundo.
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Hoy sería un día muy entretenido para ambos chicos, irían a una tienda nueva de helados que había abierto hace no menos de dos semanas.
El Omega se sentía muy animado y en su mente ya se veía disfrutando del delicioso y cremoso helado de chocolate con chispas.
Subieron al auto del mayor y rápidamente llegaron al dichoso lugar, este estaba pintado con muchos colores pasteles y en la puerta había un pequeño letrero que anunciaba un 'abierto'
Al entrar, el enorme mostrador llamo su atención y en especial la de un lindo Omega que se encontraba más que contento, rápidamente se acercaron a observar todos los sabores de helados y no tardó mucho para que una empleada llegará hasta ellos para atenderlos.
—Bienvenidos, ¿qué les puedo ofrecer? —hablo —Tenemos helados para todos los gustos.
—Hola, gracias yo quisiera un cono de mango, por favor —rápidamente la empleada sirvió dos grandes bolas de helado entregándoselas a taehyung en un bonito vaso de osos.
—Tu Jungkook, ¿qué sabor quieres, bonito? -interrogo el pelinegro.
—Yo quiero de chocolate con chispas chispas, por favor —jugueteo con sus manitos.
—Por supuesto —la chica rápidamente sirvió el helado del menor, añadiendo muchas chispas y chocolate líquido.
En Omega recibió gustoso el frío postre y con rapidez fue y tomo asiento en una mesa lejana al mostrador en lo que Taehyung pagaba, estaba disfrutando de lo más normal su cono de helado hasta que un chico extraño se acercó a hablarle.
—Hola, ¿Vienes solo? —cuestiono —¿Puedo sentarme?
—Amm... Yo, si vengo con alguien —soltó con miedo, aquel chico extraño lo estaba atemorizado haciendo que su lobito se escondiera.
—Quién, ¿tu novio?
—Y-yo, y-yo, no el no, el no es mi novio... —Bajo su mirada y sus ojos observaron con sumo detenimiento los nudos de sus tenis, taehyung no era su novio, pero el lo amaba, ¿No?
—Entonces puedo sentarme -El peliazul ni siquiera espero alguna respuesta de parte del otro, simplemente tomo asiento.
—Sabes, desde que te vi llegar te me hiciste alguien muy lindo —declaro.
—Yo, ammm... —Los nervios y el miedo lo consumían nuevamente, su lengua no podía formular las palabras correctas y si mente parecía traicionarlo.
—Creí que, -empezó a acercar su mano al rostro del Omega —tu y yo deberíamos ir a un lugar, más privado -estaba a nada de posarse en la mejilla del otro hasta que una mano ajena detuvo tal acto.
-¡ Tu no te llevarás a mi Omega a ningún lado ! -exclamo con furia.
-T-tae -el castaño rápidamente se poso detrás del alfa en un intento de protegerse de las manos del otro chico que segundos antes intento tocarlo.
-¿! Tu quien rayos eres !? -pregunto soltándose del agarre del otro.
-Soy su alfa maldito idiota, te advierto que sino desapareces en menos de 10 segundos de mi vista acabare contigo y eso a lo que te decides llamar alfa.
Giro con recelo sus ojos, una mueca de rabia se poso en su cara para después largarse del lugar, por el momento no le importaba absolutamente nada y mucho menos al Omega que había dejado abandonado en el lugar, el cual claramente no se trataba de jungkook...
—¿Estás bien? -interrogo el pelinegro
—S-si, solo, yo no quiero estar aquí, vámonos por favor alfa.
Rápidamente salieron del lugar, volvieron a subir en el coche e iban comiendo sus fríos postres con un silencio absoluto. Lo que se esperaba que fuera una experiencia linda y divertida, termino siendo un dolor de cabeza combinado con el amargo sabor de boca el cual obviamente no fue generando por el helado.
Llegando al departamento ninguno dijo nada, todo se seguía manteniendo en silencio y la incomodidad iba creciendo aún mas.
Taehyung estaba a punto de hablar pero fue interrumpido por el Omega.
—Taehyung —era grave —¿Qué somos exactamente? —bastante grave —¿Tu realmente me amas? —estaba perdido —¿O solo soy un tonto juego para ti?
Ni siquiera sabía que responder en primer lugar, ¿amaba a Jungkook? Por supuesto que sí carajo, en todo este tiempo no había podido dejar de pensar en ese sentimiento que había empezado a crecer en el acerca del menor, lo amaba tanto que inclusive si el Omega le pidiera saltar de un quitó piso el lo haría sin reprochar, lo amaba tanto que deseaba tanto probar esos bonitos labios rojos, quería abrazarlo todo el tiempo que fuera posible y quiera recordarle lo mucho que valía y lo importante que era para el, quería mantenerse a su lado todo el tiempo hasta el punto de crear a su propia manada, las cual, estaría conformada por el, jungkook, y muchos cachorritos.
Pero como nuestro queridísimo Taehyung es MUY listo, tardó tanto en responder que el Omega considero eso como un rechazo total de sus sentimientos huyendo rápidamente del lugar escapando a otro desconocido.
Cuando el pelinegro reaccionó ya era demasiado tarde, el Omega había salido corriendo y por más que tratara de alcanzarlo fue un intento fallido.
Frotó su cabello con desesperación y rápidamente marco al teléfono el omega, el cual obviamente no contesto.
Intento buscarlo por todas partes peor no hayo rastro de el, no se daría por vencido tan fácilmente y haría lo que fueran necesario para encontrarlo.
Porque ahora tenía muy en claro, que Jungkook no era solo un amigo cercano, era algo mucho más especial.
Perdón por desaparecer mucho, no he tenido tanto tiempo como me gustaría y olvide que tenia que actualizar, intentare hacerlo más seguido.
Gracias por leer, nos vemos.
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