Nunca fue bueno cocinado, la mayoría de las veces que lo intentaba terminaba todo medio crudo o quemado, por eso siempre desayunaba fuera de casa, a veces cenaba muchas porquerías que cualquier especialista en salud consideraría nocivas para la salud.

Pero esa mañana no era el caso, ahora tenia otra pequeña boca que alimentar y bueno, no le daría refresco y tacos para desayunar, verdad. Ahora mismo estaba soltando esos dotes culinarios de cocina que le fueron dados por el universo y cocino algo sumamente difícil, cereal con leche, okey no, preparo algunos huevos estrellados y sandwiches de mermelada.

Su café mañanero no podía faltar, y su simple lógica supuso que el omega no consumía eso, así que de lo mas profundo de su alacena saco una leche de plátano, no sabia porque tenia algo como eso pero ahora se sentía agradecido que así fuera.

Cuando por fin estuvo todo listo regreso a su habitación en donde el castaño todavía descansaba, pensó ligeramente en lo que era su situación y se sintió un tanto, ¿estupido? Si, esa era la palabra, en realidad no estaba seguro de a donde quería llegar con el menor.

—Hey —llamo al menor —despierta.

Su intento se vio fallido, pues el omega al parecer tenia sueño pesado, porque por mas alto que el mayor le hablara no despertaba.

—¿Acaso estas muerto? —interrogo, esta vez una mano se poso en el delicado cuerpo del omega, cuando intento moverlo un poco esta fue retirada con tanta brusquedad que provoco que se torciera.

—¡ Auuch ! —grito tratando de sobar su mano.

—¡ NO VUELVAS A TOCARME ! —alejo lo mas que puedo su cuerpo de las manos del contrario, ya no quiera que mas manos lo volvieran a maltratar, ya no mas.

—Y-yo lo siento, solo quería despertarte porque el desayuno ya esta listo —argumento.

Jungkook se removió en su lugar, tallo sus ojos y se recupero del evidente ataque que tuvo, rasco su cabeza con algo de vergüenza y miro al pelinegro el cual parecía estar sobando su mano en tonto intento de que el dolor disminuyera.

—L-lo siento, alfa —susurro —yo solo, no quería que me hicieras daño —su mirada bajo y el jugar con sus manos parecía lo mas interesante.

El pelinegro observo con detenimiento al menor, no le parecía muy correcto que lo llamara de esa manera pero no diría nada para evitar un nuevo conflicto.

—No te preocupes, no te hare nada —contesto —ven, vamos a desayunar —extendió su mano hacia el menor el cual la tomo con lago de timidez.

Tomaron haciendo en la mesa y empezaron a degustar la comida preparada por el pelinegro, no había ninguna conversación que acompañara el desayuno mas que un incomodo silencio.

Taehyung pensó, ¿por que el omega había reaccionado de esa manera? no tenia intenciones de hacerle algo mas al menor, de hecho ni algo como eso había pasado por su mente, a pesar de ser lo que era no era un pervertido que anduviera buscando algún culo por follar.

Consumió lo poco que sobraba de su sandwich y limpio su boca luego de eso, no sabia como articular una buena conversación y a decir verdad tenia mucho por preguntar, no conocía casi nada al menor y eso era un grave problema.

—¿Y cuantos años tienes? —pregunto, de todas las buenas y nada estúpidas preguntas que había se le ocurrió preguntar algo como eso, perfecto Kim, que idiota.

Levanto con lentitud su mirada y la dirigió hacia la del contrario, apartándose rápidamente hacia algo mas que no fueran los ojos contrarios, nunca le gusto mirar directamente a la gente, bueno al menos a la mayoría, con el era diferente.

—T-tengo 17 —soltó sin mas.

—Eres mas pequeño que yo —brameo —yo tengo 20.

—P-pero en unos meses cumplo 18 —añadió, una pequeña sonrisa ilumino sus labios.

Y nuevamente el silencio volvió, ambos miraban cualquier cosa del departamento como si eso fuera lo mejor que ver en vez de los ojos contrarios, el menor se congelo por unos segundos y luego salió corriendo del lugar para ir hacia la sala, en donde pareció encontrar algo que había llamado su atención.

—¡Pero que lindo! —chillo.

En sus manos sostenía un peluche de conejo, era color rosa y tenia un corazón de pompón por cola. Taehyung, quien se saco de casillas al ver que el omega corrió se espanto, pensó que el menor quería escapar pero vaya sorpresa que se llevo al ver como se distraía con el conejo rosa que posaba tranquilo en su sillón.

—Oh, esa cosa, pensaba tirarla —soltó sin importancia encogiéndose de hombros.

—¡ NO ! —grito —¡ No le harás nada a Cooky ! —apretó al peluche en sus manos protegiéndolo de las contrarias.

—Demonios, ya hasta nombre le pusiste en estos 10 segundos que han pasado —replico.

Por mas que lo intentara no podría quitarle aquel juguete al omega, aunque no era como si realmente fuera de importancia, pues de alguna manera u otra quería deslindarse de el. Rasco un poco su cabeza y se acerco un poco hasta el omega, el cual era mucho mas bajo que el, eran casi unos 15 centímetros de diferencia así que casi tenia que agacharse a su altura.

—Puedes quedártelo —hablo, su mano estaba a nada de posarse en la cabellera del menor pero rápidamente detuvo tal acción, no quería que su otra mano fuera lesionada.

Reviso la hora en su reloj de mano y demonios, ya se le hacia tarde.

—Ahora yo tengo que ir a clases, no tardo —se giro para ir a su habitación y poderse cambiar, pero la pequeña mano del menor lo detuvo.

—E-espera alfa, no quiero que vayas, quiero que te quedes aquí conmigo y me des mimos —su sonrojo no se hizo de esperar, mordió su labio inferior y bajo nuevamente su mirada.

—No puedo quedarme, lo siento tengo clases.

—P-pero, pero se supone que debes quedarte conmigo, no quiero estar solito —musito, su voz se estaba volviendo cada vez mas baja y los titubeos aumentaban, si, estaba a nada de llorar.

—De verdad que no puedo, pero escucha —tomo el mentón del otro entre sus manos y alzo la mirada del contrario posándose en sus ojos —no tardare mucho, enserio, solo son un par de horas.

—¿E-enserio? —sollozo.

—Si, ahora mismo son las 10 de la mañana, yo llegare exactamente a las 2 de la tarde, no es mucho tiempo.

—¿Seguro? —volvió a interrogar.

—Si, te lo aseguro.

El omega después de esto pudo asegurarse, soltó el brazo del mayor el cual sujetaba y dejo al conejo en el sillón, se dirigió a la cocina y levanto las cosas del desayuno mientras el mayor se arreglaba, acomodo las cosas en donde supuso eran su lugar y lavo los trastes, terminada su tarea volvió a la sala donde empezó a jugar con el peluche.

Unos segundos después, el mayor salió ya listo, tomo unos libros que estaban en la mesa de la sala de dijo unas ultimas cosas para el omega.

—Puedes tomar cualquier cosa que quieras, tengo algunas películas ahí —señalo un mueble —puedes verlas, ten cuidado y no le abras a nadie.

—Okey —soltó el menor, un puchero se poso en sus labios viendo al alfa irse.

Tenia mucho que hacer, no conocía muy bien el departamento así que exploraría un poco, a demás, el alfa había dicho que podía tomar lo que quisiera, nunca especifico que cosas no.

Una sonrisa se poso en sus labios, tenia una idea. 

Buenas, tardes, noches, días lo que tengan, subo este capítulo aprovechando que tengo unos minutos. Gracias por tomarse un tiempo y leerme, Nos vemos.

Pd: Su escritora anda en la escuela haciendo esto.