Capítulo 29
" What started in beautiful rooms,
ends with meetings in parking lots "
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ALESSIA✩
Era el día. Mi boda. Era un día en que se suponía que debía estar feliz, y de hecho, lo aparentaba, ¿pero realmente lo estaba?, no.
¿Como podía no estar feliz de casarme con semejante hombre como Charles?, simple, mi corazón le pertenecía a otro hombre.
De hecho, después de la conversación que tuve anoche con mi prima, estuve a nada de hacer una maleta mientras Charles dormía e irme, pero yo no era así, no me atrevía a hacerlo y no era capaz. Yo ya me había autoconvencido de que casarme con Charles era lo correcto y lo mejor para todos, y así iba a hacerlo, era lo que debía hacer.
Charles se había ido hacía tan solo un rato a prepararse para la boda junto con sus padrinos de boda, no sin antes darme un beso en la frente tal y como siempre hacía a pesar de que nos fuésemos a ver en tan solo 2 horas.
El salón de mi apartamento estaba lleno de maquillajes, flores, mis damas de honor y los vestidos de ellas. Mi vestido estaba colgado en un perchero que habían colocado justo en medio del salón. Veía mi vestido y no sentía ilusión alguna, ¿como podía ser tan infeliz en un día como este?, ¿que me pasaba?, era el vestido que siempre había deseado pero en una boda que no anhelaba.
—Levanta un poco la barbilla— pide mi maquilladora sacándome del trance.
Yo hago exactamente lo que me pido e intento poner una cara no tan amarga.
—Vas a ser la novia más guapa que he visto en mi vida— dice mi madre
—¿Verdad que sí?— dice Audrey
—¡Estás preciosa!— dice mi amiga Rosalinne.
Yo sonrío lo más que puedo, y asiento en forma de agradecimiento. Audrey que ve lo difícil que está siendo esta situación para mi, me aprieta la mano y me sonríe de vuelta.
—¡Venga!, es hora de que te pongas tu vestido— dice mi estilista descolgando el vestido del perchero y dirigiéndose hacia mi.
Ella me pasa el vestido y me meto en mi habitación a cambiarme.
Después de unos 15 minutos consigo ponerme el vestido, aunque después vaya a necesitar ayuda para terminar de ajustar algunos detalles de este. Sin muchas ganas, me dirijo en silencio al espejo que había en mi habitación con la esperanza de que ninguna de mis damas de honor entre interrumpiendo los únicos 5 minutos de soledad que voy a tener hoy.
Enfrente del espejo me observo de arriba a abajo mientras paso detenidamente mis manos por mi vestido, tocándolo para observar todos y cada uno de los detalles de este, esperando que un poco de ilusión por este día florezca en mi. Pero es que no puedes forzar las cosas, y no puedo simplemente forzarme a ser feliz casandome con alguien a quien no quiero, así que simplemente esperaba que el evento pasase lo más rápido posible.
—¡Alessia!, ¡sal que te veamos!— entra mi madre a la habitación.
Rápidamente asiento y salgo al salón.
Ellas se quedan estupefactas, en el buen sentido, y mi madre empieza a lagrimear.
—Mama, por favor, no llores— digo acercándome a ella y abrazándola.
—Es que no puedo evitarlo, estás preciosa— dice ella devolviéndome el abrazo.
—Ven aquí que termine de abrocharte el vestido— dice la estilista haciendo que me separe de mi madre, y ella me abrocha del todo el vestido y termina de arreglar unos cuantos detalles.
Minutos después ya estoy totalmente preparada.
—Muchas gracias por tu trabajo Mariona— le digo a la estilista
—Ah sido un placer Alessia, sabes que siempre estoy feliz de trabajar contigo, ¡espero que todo vaya súper bien!— dice ella despidiéndose y saliendo por la puerta.
Yo me despido de ella y es la voz de Rosalinne la que vuelve a distraerme.
—¿Te parece mal si voy a pedirle el número de teléfono?— pregunta Rosalinne refiriéndose a la estilista, yo pongo cara de confundida y ella vuelve a hablar—¿que?, es guapa.— dice ella riéndo un poco
Yo niego divertida sin decir nada más, y ella sale por la puerta rápidamente en búsqueda de la estilista.
—Esta chica es un terremoto— dice mi madre refiriéndose a Rosalinne.
Audrey y yo reímos un poco y procedo a sentarme en una silla, me sentía un poco enferma de la barriga, y tenía que sumarle el hecho de que el vestido pesaba un montón.
—¿Estás bien, mi niña?— pregunta mi madre acercandose a mi.
—Si, solo estoy un poco nerviosa— le contesto intentando que no sobrepiense mucho.
—A mi no me engañas, soy tu madre y te conozco, y se que hay algo en todo esto que no está bien, ¿acaso creés que no noto que claramente no estás lo feliz que deberías estar el día de tu boda?— dice mi madre sentándose a mi lado.
Yo instintivamente miro a Audrey, quien ya me estaba mirando alarmada, y esto hace que mi madre mire a Audrey dándose cuenta de que realmente si que hay algo que no está bien en todo esto.
—Audrey, tu lo sabes, ¿verdad?— dice mi madre ahora acercándose a mi prima.
Audrey niega, pero eso no le sirve a mi madre.
—Lo que sea que este pasando, ¡decídmelo ya!— demanda ella ya cansada de esta conversación.
—Yo...— empiezo hablando sin siquiera que palabras usar para describir lo que está pasando.
Finalmente, y con ayuda de Audrey, terminó contándole toda la situación a mi madre detalladamente.
Por la expresión de mi madre y la manera en la que se sienta abruptamente en la silla, puedo percibir qué esta más que sorprendida.
—Pero, yo pensaba que tu estabas enamorada de Charles— dice mi madre muy confundida.
—Si, yo también pensaba eso cuando acepté casarme con el, pero luego apareció Carlos, y bueno...— no sabía que más decir, me sentía mal por estar contándole esto a mi madre.
—No puedes casarte, Alessia— dice ella estrujandome la mano— lo que menos querría jamás ver una madre, es a su hija siendo infeliz, y si te casas con Charles no vas a ser feliz nunca, porqué no lo amas— dice mi madre.
—¡Eso es justo lo que yo le dije!— grita mi prima apoyando a mi madre.
—No puedo hacer eso mamá, ahora ya es tarde— contesto levantándome de la silla ignorando el comentario de mi prima.
—¿Tarde?, ¿tarde para qué?, nunca es tarde para elegir tu felicidad, no puedes casarte con el— retruca mi madre.
—Tarde para echarme atrás, ya está todo pagado, y...—
—¡Já!, ¡como si a ti te faltase el dinero!— dice mi prima divertida, recibiendo una mirada de mi madre que hacer que deje de reírse instantáneamente y levante las manos en señal de paz— perdon— dice con la voz en un tono mucho mas bajo.
—No es eso, es simplemente que ya está todo organizado, ya están todos los invitados y ya todo el mundo incluido prensa sabe que hoy vamos a casarnos, me destruirían si no lo hiciese— digo tomando mi ramo e intentando salir de mi apartamento.
—¡Alessia!— gritan mi madre y mi prima al unísono.
—¡No!, ya he tomado una decisión, y aunque no os guste, o si quiera me guste a mi, es lo que voy a hacer— digo abriendo la puerta— al fin de al cabo siempre puedo divorciarme— digo intentando convencerme de que todo iba a ir bien.
Y con eso las tres nos dirigimos al coche que nos llevaría al lugar de la ceremonia.
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CARLOS✩
—¿Estás preparado?— pregunta Lando mientras yo me ajusto la corbata.
—Mas que preparado— le contesto seguro de mi mismo.
Nos encontrábamos en el aparcamiento que había justo enfrente de la iglesia donde iba a tomar lugar la boda de mi Alessia.
La gente entraba muy arreglada, y como no, necesitabas invitación para entrar, invitación que yo tenía ya que antes de enterarse de que yo y Alessia estábamos enamorados, Charles me la había entregado con la propuesta de ser su padrino de bodas, así que con un poco de suerte se le habría olvidado avisar a los seguratas que vigilaban la entrada que no me dejaran pasar, ya que se suponía que nadie sabia lo mío con Alessia excepto un par de personas relacionadas con nosotros.
—¿Traes la invitación?— dice un arreglado Lando.
Yo llevaba un traje negro y mi corbata favorita, ya que la ocasión lo merecía, mientras que Lando iba con un traje azul junto a una corbata con un estampado abstracto.
—Si, la llevo— digo mostrándosela y volviendo a guardarla en mi bolsillo
—¡Genial!, todo va a salir bien amigo— dice abrazándome— esa chica es tuya, y va a irse contigo, lo presiento— dice reconfortandome.
—Gracias por todo Lando, no se que habría hecho sin ti, de verdad— digo devolviéndole el abrazo.— nunca sabré como agradecerte todo lo que has hecho por mi y como me has ayudado— le digo sinceramente.
—Una buena manera de ayudarme es que me dieses el número de la prima de Alessia, ya sabes lo que dicen, todo se queda en familia— dice Lando riendo por lo bajo, aunque por su cara no parecía ser una broma.
—Bueno bueno, si consigo que Alessia venga conmigo, ten por seguro que tendrás el número de su prima— le digo apretándole el brazo divertido.
—En ese caso, ¡no la cagues!— dice el divertido
Yo me río junto a el, y esperamos en el aparcamiento a que aparezca Alessia, mi corazón iba a mil por hora, y no podía esperar para interrumpir esa boda y llevarme a mi chica conmigo.
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NOTA DE LA AUTORA:
Diosss, día de la boda, ¿que creéis que pasará?
¿Alessia se irá con Carlos?, ¿o decidirá casarse finalmente con Charles?
Lo sabréis en el próximo capítulo, ¡besos! 🫶🏻
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