넷
El pequeño castaño se encontraba en el jardín delantero de su casa, con guantes amarillos y un lindo delantal color rosa con stickers de molang que había sacado de uno de sus cuadernos; sus manitas se hallaban alrededor del tallo de una margarita bonita y grande, tratando en un vano intento de sacarla de la tierra de raíz.
Esa flor parecía pegada al jardín con mucho pegamento, llevaba cerca de quince minutos tratando de arrancarla y no salía. Justamente esa mañana no logró encontrar su paleta de juguete y tenía que hacer todo el trabajo con sus manitas él solo, porque se negaba a pedirle ayuda a alguien más.
Soltó la flor, rindiéndose y sentándose con piernas y brazos cruzados; ¡Estaba tan frustrado! Sólo quería regalarle una flor a Yuta, quería hacerle un regalo al pelinegro ya que llevaban dos semanas juntos. Exactamente hace dos semanas, él había confesado sus sentimientos y el pelinegro había aceptado
Una flor no era mucho, pero no tenía dinero para comprarle algo, pues aun no podía trabajar.
Sus ojitos se cristalizaron y la frustración hizo efecto en él. Frotó sus parpados con su antebrazo, no lloraría por una flor, una boba y fuerte flor.
—Makku —la voz del pelinegro lo sorprendió y volteó su mirada a la entrada al jardín, donde una cerca separaba el lugar de la calle— ¿Qué sucede, pequeño? —el menor se levantó de su lugar y corrió hasta los brazos de su novio, dejando fluir sus lágrimas.
—Yuta-san —lloriqueó en su pecho— Quería regalarte una flor, porque hoy cumplimos dos semanas desde que estamos juntos, pero no podré dártela porque no logro sacarla de la tierra —el pelinegro acarició su cabello, enternecido. ¿Cómo era posible que Mark fuera tan lindo?
—Oh, Makku, tranquilo. No tienes porque llorar, lo que cuenta es que lo intentaste —envolvió al menor en un fuerte abrazo, secando sus lágrimas con su diestra.
—Te quiero mucho hyung —balbuceó el castaño en su pecho, sorbió su nariz y se puso en puntitas, para luego besar la mejilla de Yuta.
—También te quiero pequeño —ambos sintieron mariposas recorrer su estómago. Se sentían tan bien el uno junto al otro.
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