01:00
Articulo claramente las vocales, consonantes y sílabas de las palabras de aquella canción que se volvió tan especial y característica para nosotros. Mi voz se proyecta sobre el canto del mar para endulzar este antaño amor y demostrarle que es lo más hermoso de mi vida y la suya, se entona como una bella melodía irradiando con dulzura y suavidad sobre el bramido de las olas.
Y de pronto, mi voz es algarabía cuanto su cadencioso canto entona mágicamente el coro de nuestra melancólica balada. Cierro con suavidad mis ojos y me deleito con su euritmia musical, mientras mis manos tiemblan por el anhelo que sienten al no poder tocarle.
Entona con eufonía y armonía los acordes finales de nuestra utopía dorada, y las lágrimas desconsoladas corren sin cesar por mis mejillas. Porque afán sería la fantasía que tengo por amarle y no existe para mí un día en el que me canse de esperarle.
— ¿Usted me permitirá contemplarle en esta ocasión?
La pregunta se expresa con dolor por enésima vez de mis labios. Más el silencio habitual es mi única respuesta, respuesta que no impide que yo siga soñando con el color de sus labios. Ansiando el día en el que al fin pueda tocarlos.
— Necesito verle por favor, prometo protegerle.
Y quizás la promesa sería vana para sus oídos, porque soy yo quien más lo he de amar y temer.
«Quizás la realidad de ese sueño me hace sentir desesperado»
— Ayer en el atardecer mientras contemplaba la puesta de Sol desde mi alcoba, fui preso del cansancio y caí dormido en cuestión de solo segundos. En mi reposo tuve un sueño muy extraño, más que extraño diferente, quizás especial.
El murmullo del mar acompaña mi voz titubeante, entonces aguardo unos segundos en silencio para saber si todavía me escucha. No hay otro sonido más que el de las olas, así que tengo la seguridad de que esta vez él no me deja y me ha dado la oportunidad de expresarme.
— Soñé que era el mar. Más que ser el mar, soñé que era parte de su esplendidez. Según la Duquesa Jeon Yeongha, mi querida abuela, soñar con el mar significa que nos encontramos en un estado de paz, armonía y libertad con nosotros mismos. Sin embargo, no pude evitar entrar en una disyuntiva con el ideal de su excelencia. El dolor en mi corazón avanza con excedencia. Me siento destruido y solo, quizás la orfandad y la soledad de mis días están haciendo una hendidura con espinas en mi pecho. En la duración de mi sueño el océano era como la seda acariciando mi cuerpo, sentía que me hundía en una dimensión sin fondo, no podía hablar, ni respirar, pero en un instante creí sentir paz. Y en el momento en el que la desesperación se fue haciendo dueña de mi cuerpo un halo dorado irradió mi vista y me devolvió las esperanzas, me hizo sentir amor y felicidad. Usted llegó y me salvó, sé que era usted. Es una belleza que está íntegramente relacionada con el amor, la pasión y el poder espiritual del mar. Cuando mi abuela escuchó esta última parte, no pudo evitar observarme horrorizada, porque soñar con sirenas solo indica señales negativas, es una clara advertencia, vestigio de una catástrofe. Soñé con usted, con sus ojos, con sus labios y manos. Usted sonreía y me mostraba una concha tornasol adornada con hermosas perlas por todos lados.
En las aguas cristalinas habita gran parte de la ventura de mi vida. Esta lúgubre manía de vivir en el amor de una fantasía, es epítome de melancolía.
— Los amores con una sirena suelen acabar mal, fatalmente. Las sirenas no cantan para agradar a los hombres, sino para atraerlos hacia ellos y acabar con su vida. ¿Qué significa ese enigma en ustedes, más allá del azul horizonte?
Siendo lo más sigiloso posible, giré con cuidado y extremada calma mi cuerpo, intentando contemplar con el rabillo del ojo, la magnificencia que se encontraba solemne y serena tras mi espalda.
— Las sirenas son dueñas de una voz de inconmensurable dulzura y musicalidad, les complace prodigar en melifluos cantos cada vez que una embarcación se les acerca. Los hombres hechizados por sus sonidos, cuando no pueden escapar de ustedes se arrojan al mar para deleitarse en demasía con su canto, pereciendo irremediablemente.
Mis manos tiemblan y mi corazón late apresurado de la euforia que siento al estar al punto de tener el placer y la felicidad de cumplir con el mayor sueño de mi vida. Con un poco de timidez termino de girarme en mi pequeño bote para culminar parte del deseo vehemente que siento por contemplarle, sin embargo, en el instante en el que me giro, él se hunde con una rapidez increíble en el agua, de tal manera en la que solo pude observar parte de sus hebras azules.
— Yo no le temo a usted- mi voz suena suave y comprensiva mientras intento transmitirle la mayor seguridad y confianza posible en un desesperado intento de no asustarle.
— No hay día en el que no lo piense, lo sueñe y lo necesite. Confío de corazón en que no me hará daño- inclinándome un poco hacia el agua cristalina, sumerjo con suavidad mi mano, sintiéndola cálida y suave entre mis dedos.
— Yo solo deseo que me muestre los colores de su mundo- susurro con suavidad mientras ondeo mis dedos en el agua. Y así paso los próximos diez minutos en los que me dedico a cantar bajito una canción que no es dueña de un nombre pero que fue creada para honrar a la belleza del mar que me roba suspiros y partes de mi corazón con sus melodías.
Diez minutos en los que pienso; infinitos, quizás hacen trémula de amor y dulzura a mi corazón. «Quizás me permite tenerle, quizás me permite ser suyo, quizás me permita quererle, quizás algún día él me ame» Quizás que amenazan con permanecer en un olvido, cuando la esperanza va abandonando poco a poco mi sistema y la desesperación es la fuerza que me ordena y hace mella en este lastimado corazón, que solo aguarda por la cura, que encontrará en sus brazos.
«Sellando mi corazón, de tal forma que no quedan tallos ni hojas que lo lastimen»
— No quiero que este momento se quede solo como algo hermoso, quiero que sea memorable y eterno.
Cierro mis ojos y alzo mi rostro hacia el cielo mientras mis cabellos bailan al ritmo hermoso del viento, la corriente de aire es suave y cálida mientras aguardo con paciencia y notas musicales siguen expresándose desde mis labios únicamente para él. Cantar; es una de las actividades más fáciles y placenteras para mi estabilidad emocional, no necesito ni una melodía memorable, el saberme en este lugar e interpretando para él: volvían esta acción un camino seductor, placentero e indispensable.
— Son la 01:00 p.m. bella sirena- observo con detenimiento la hora de mi reloj de bolsillo mientras una suave sonrisa adorna mi rostro. — Observar la hora justo en este instante significa que alguien te ama, y está a punto de declararse.
— Usted... ¿me ama? — cuestiono con suavidad mientras me inclino hacia la superficie.
Es inesperado e indescriptible, pero...
Estrellas y Lunas incontables habitan en sus ojos, camuflajeados por Sol y cielo. Cuando sus iris tornasol me contemplan; la felicidad cristaliza mi mirada, volviéndome un ser vulnerable.
«Sus ojos están llenos de paz, tan misteriosos como mi esperanza»
Su rostro es suave y hermoso, es una criatura de belleza indeleble.
Luz pura de tierna y bella nieve dorada, lo vestía. Su presencia es la resplandeciente Luna: saliendo en pleno día. El sublime esplendor de su belleza dolía como la reminiscencia de una triste melodía.
«Y cada vez que mi corazón late; es porque el deseo de su amor lo desespera»
— Eres t-tan hermoso, mi sirena.
"Quiero ser la claridad y la luz sonrosada que procede del Sol de tu pecho. Un canto religioso que se entona al amanecer de tu cuerpo. Un reflejo de luz cuando me regalas mil besos.
Son la 01:00 p.m. mi amor y mi corazón; asegura que me amas en un tierno silencio"
m'cridhe
Si se enamoran, no sean cobardes, amen aunque exista la posibilidad de que duela. Nunca abandonen a nadie, duele en el alma ser abandonado y por favor, nunca crean que saben lo que es mejor para los otros...
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