Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2 |Provocación.

|Dicen que toda acción trae consecuencias a futuro|

━━━━❰・🍚・❱━━━━

Hay días como hoy en que extraño ser una alumna de primer año de preparatoria, de pasar mis horas libres tonteando con Gohan, de comer junto a Videl, Iresa y Shapner, de meterme en problemas siendo la Chica Encapuchada y de vez en cuando siendo yo misma, de empezar a descubrir un nuevo mundo gracias al saltamontes, de perseguir a este mismo, de molestarlo y obligarlo a seguirme en mis locuras..., ah, realmente extraño esas épocas. Es una lástima que ya no me pueda dar esos lujos por culpa del tiempo. Ahora ya no tengo a mis superiores porque yo lo soy, joder.

Ah, y si se preguntan por Videl: ella está estudiando criminalística en una universidad de la ciudad, pero no es donde va Gohan. Nos vemos a veces en nuestras fases de heroínas.

En fin, retomando mi monólogo: me jode aceptarlo, pero el hecho de que mi novio y mejor amigo al mismo tiempo ya no esté en la misma escuela me hace sentir incompleta de alguna manera. Maldición, me acostumbré demasiado a ver rondar a mis alrededores a ese idiota mientras parloteaba de cosas eruditas que no entendía —y sigo sin entender—.
Ciertamente hice dos amigas en la preparatoria, pero no es lo mismo, sin duda no lo es, yo...

—¡Esto es un asalto! —Grita un hombre un tanto fornido y mucho más alto que yo, sacando una pistola de poco calibre y apuntándole a la despachadora de la tienda en la que estoy.

Y, como todo cliché manda, yo era a quien estaba atendiendo, por lo que estoy hasta al frente, más específicamente al lado de ese estúpido que osó a interrumpir.

Algunos de los compradores que iban detrás de mí se echaron al piso o retrocedieron, asustados, pero yo me quedé inmóvil y mirándolo ceñuda.
De momento tengo el impulso de tirármele encima y pegarle con su propia pistola por tener el descaro de querer asaltar el lugar donde justamente yo estaba comprando unos ingredientes que mi mamá me encargó para la cena, pero una voz en mi cabeza me recuerda que ahora estoy en mi forma civil y que atacarlo de esa manera no sería normal, que atraería la atención inevitablemente. Agh, lo que me faltaba, maldición.

Joder, ojalá y no tarden mucho en venir la policía o Gohan; no quiero hacer una estupidez gracias a lo impulsiva que soy.

La chica que parece ser la encargada tiembla y empieza a suplicar mientras saca el dinero de la caja registradora, casi llorando. Pobrecita. Yo solo me mantengo en mi lugar con ganas de echarme a reír por lo estúpido de esta situación.
Dios, a este hombre se le nota a leguas que es su primera vez asaltando, digo, si fuera más inteligente —aunque, vamos, ni uno de los de su especie lo es ya que saben de antemano que hay quienes defiendan la ciudad y siguen insistiendo con sus jueguitos— iría a intentar asaltar un banco o así, pero no, el imbécil prefirió una tiendita pequeña donde no obtendrá demasiado dinero.

—¿Qué tanto ves? —Inquiere el idiota primerizo mirándome con furia.

—Lo ridículo que te ves pensando que eres imparable solo por una pistolita de segunda mano que compraste en el mercado negro a precio rebajado, la verdad —confieso encogiéndome de hombros con una sonrisa bastante, ajá, inocente.

—¡¿Qué demonios dijiste, niñita?! —Exclama más molesto aún.

Eso, vamos, baja la guardia, sucumbe ante esta "niñita indefensa" de diecisiete años, estúpido.

—En vez de gastar tu dinero en juguetitos como esos, mejor cómprate un aparato para la sordera, hazme el favor, ¿sí? —Digo burlona y eso parece colmar totalmente su paciencia.

—Así que muy valiente, ¿verdad? —Gruñe y me apunta con la pistola, sacando jadeos de susto a los demás. Veo que la despachadora me hace señas de que me calle y tire al piso, pero yo solo sigo con mi cara de darme igual todo—. Espero y sigas con ese carácter cuando te meta un disparo en la jodida frente.

—Inténtalo —contesto tranquilamente.

Vamos, yo no estoy en peligro: yo soy el peligro.

—¡El Gran Saiyaman ya llegó, ciudadanos...! —Se presenta el idiota de mi novio entrando precipitadamente y llamando la atención de todos, interrumpiendo el show, pero se desconcierta totalmente al verme en la situación que estoy: con una pistola apuntándome a la frente—. ¡¿Yu-Yuzuki?!

—Hola —saludo casualmente mientras alzo mi mano derecha, divertida al ver su reacción—. Tardaste, idiota.

De un momento a otro me veo presa entre el brazo izquierdo del maleante ese, quien me apega a él mientras me toma de rehén. Mi primer impulso es darle en los bajos y gritarle hasta de qué se va a morir por atraverse a hacer semejante cosa —por si no lo recuerdan, yo odio que invadan mi espacio personal—, pero me detengo al ver que Gohan parece endurecer sus gestos y elevar ligeramente su ki.
Particularmente el saltamontes no es celoso ni nada, pero debo admitir que agradezco que le de ese ataque justo en estos momentos.

Creo que alguien está en serios problemas.

—¡Atrás o la mato! —Amenaza el maldito ese y aprieta más su agarre en mi cuello al igual que la pistola en mi cabeza, provocándome náuseas por el olor que emana.

¿Es que no conoce lo que es un baño o qué demonios? Joder, le voy a regalar un jabón después de que lo arresten.

—¡No toques a mi novia! —Y con eso dicho, Gohan se mueve con una velocidad que lo caracteriza y aparece por detrás, dándole un golpe en la nuca, desmayándolo rápidamente. Al instante en que hace eso, yo me suelto del agarre y lo dejo estamparse contra el piso. Se merece eso y mucho más por osar a tocarme, ugh.

Nadie parece prestar atención en las palabras que mencionó el idiota de mi pareja, lo cual agradezco.

La gente que está presente empieza a agradecerle al saltamontes y alabarlo, como de costumbre, pero, para sorpresa de todos —sobre todo mía—, el hijo de mi artemarcialista favorito solo me toma en brazos, a lo tipo nupcial para mi desgracia, y se echa a volar conmigo incluida. Estoy a punto de gritarle, pero recuerdo que aún traigo la estúpida falda escolar que piden obligatoriamente en la preparatoria, así que me centro en que esta no se me alce (aunque traigo short debajo, pero igual, "más vale prevenir" diría el comercial barato de la tele), y... la compra que aún tengo en manos; la cual no pagué.

Bueno, comida gratis, mejor.

¿Y ahora a este qué le picó? Nunca había hecho algo así. Me siento ruborizar cuando los policías que yacen afuera nos miran al igual que un par de bloggers que se dedican a publicar sobre los héroes que cuidan la ciudad, así que me limito a esconder mi rostro entre mi cabello en un intento estúpido de que no me tomen fotos. Lo único que espero es que no vayan a hacer rumores, ugh; ya suficiente tengo con que algunas haters se dediquen a quejarse de mi alter ego por "quitarles" al Gran Saiyaman.
Porque sí, hay rumores de que la Chica Encapuchada y el saltamontes mantienen una relación —lo cual es cierto, je—, pero ni yo ni Gohan lo hemos confirmado abiertamente para evitarnos problemas, solo esquivamos las preguntas cuando nos la hacen los medios de comunicación.

Al inicio era divertido ver cómo los reporteros luchaban entre ellos para ser los primeros en revelar que había algo más entre el Gran Saiyaman y mi alter ego, pero se volvió hartante a la larga ya que se la vivían acosándonos.

Gohan termina por aterrizar en un callejón sin salida y por fin me puedo bajar, aliviándome. Maldición, no necesito que me carguen, yo sé volar a la perfección.
Empiezo a acomodar mi uniforme y guardo las cosas que me encargó mi mamá en mi mochila para después alzar la mirada con el ceño fruncido.

—¡No soy una maldita princesa de Disney a quién salvar, jod...!—Intento reprochar, pero soy interrumpida por él, o bueno, más específicamente por sus labios.

Si ya eso me tomó por sorpresa, me impactó más el hecho de que me hiciera retroceder un par de pasos, logrando pegarme con la pared, y que después colocara su mano izquierda contra esta y con la otra tomara la mía para ponerla contra el muro mientras buscaba apegarse más a mí aún, acorralándome completamente.
Me quedo paralizada un par de segundos, realmente sin creerme lo que está haciendo, es decir, cuando nos besamos suele ser tranquilo, sin prisas y sin ninguna otra intención de por medio, pero esta vez... es brusco y un tanto..., no sé cómo explicarlo.
Suelto un jadeo involuntario —¡malditas hormonas adolescentes!— cuando siento cómo su lengua toca mis labios, dándome a entender que quiere profundizarlo, y termino por acceder a su petición.

Wow, simplemente... wow.

Y sí, termina por colarla a mi boca y no puedo evitar estremecerme al sentirlo más íntimamente, es que... ¡literalmente hablando, han sido contadas las veces en que nos hemos besado de esta forma! ¡Y estamos en público como si no fuera poco! O bueno, sé que no nos van a ver, pero igual, se entiende el punto.
Gracias a que ninguno de los dos tenemos experiencia haciendo este tipo de cosas, Gohan termina por separarse de mí con la respiración agitada y los pómulos ruborizados. Estoy segura que estoy en las mismas que él, aunque solo me limito a desviar la mirada y mordisquear internamente mi mejilla.

—Maldición, Yuzu, me asustaste bastante —susurra recargando su frente con la mía, o mejor dicho: su casco. Tardo unos segundos en entender a qué se refiere ya que, gracias a su beso, mi cerebro se desconectó de todo por unos momentos.

Reitero: ¡malditas hormonas adolescentes!

—No me iba a pasar nada, dramático —me quejo y sonrío un poco mientras coloco mi derecha en su mejilla, a lo que él reacciona pegando un poco más su rostro contra la palma de mi mano mientras se talla un poco y alza sus comisuras.

Sé cuidarme sola, pero no voy a negar que se me hace un bonito gesto el hecho de que quiera protegerme; aunque en otras ocasiones me suele desquiciar su actitud protectora.

—No debes provocar así a los delincuentes cuando no estás conmigo o con tu alter ego, realmente te puedes meter en problemas, Yuzu —me regaña sutilmente y solo ruedo los ojos, tratando de no bufar.

Le quitas lo divertido a la vida.

—Sí, Gohan, ya entendí —murmuro cansada, pero me vuelvo a tensar cuando me arrebata un corto beso, luciendo juguetón.

Cierto, que cuando trae puesto su traje suele ser más..., ¿cómo decirlo? ¿Expresivo? ¿Confiado? O algo así.

—¿Quieres que te acompañe a tu casa? —Me ofrece ya apartándose completamente de mí.

—Hum, descuida, son solo un par de cuadras de distancia y aún me faltan unas cosas por comprar —exclamo con sinceridad y con una pequeña mueca en mi rostro; no soy fan de andar en las tiendas comprando—. Además, debes seguir cuidando la ciudad, saltamontes.

Porque sí, desde los últimos meses antes de que él egresara, acordamos con Videl formar equipo los tres y, por consiguiente, rutinas para estar salvaguardando este lugar. Y hoy le toca a Gohan.

—De acuerdo —accede y percibo cómo me da un beso en la mejilla, ruborizándome al instante. Anda muy cariñoso hoy, uh—. Nos vemos después, Yuzu —se despide agitando su mano y se echa a volar, desapareciendo de mi vista unos segundo después.

Yo solo suspiro y término por ajustar mi mochila antes de salir del callejón y tomar camino rumbo a un supermercado para terminar de hacer las comprar e ir lo más pronto a mi casa para cenar. Quizás mañana le prepare algo de comer a Gohan y se lo daré después de que salga de la universidad, ya veré.

Y bueno, como diría la rata mutante y cantante que se llama Topogigio: mañana será otro día.

━━━━❰・🍚・❱━━━━

-Lindassj1

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro