
Capítulo 15 |Inexperiencia.
|Para bien o mal, todo sucede por una razón|
━━━━❰・🍚・❱━━━━
Al rededor de un minuto después (o tal vez menos) de que el idiota de mi novio fue por los preservativos, este regresa con algo entre su mano derecha, por lo que no demoro en identificar qué es; contadas las veces los he visto tanto en las clases de orientación sexual y en la plática... particular que tuve con mi mamá tiempo atrás, aquella con las que muchos aseguran que se trauman al recibirlas. Y vaya que a mí me toco vivir tremenda incomodidad aquel día, y más con lo liberal y... explícita —demasiado hasta para mi propio gusto— que es mi tutora. Dios, solita acabo de remunerar aquella charla que tuvimos hace tiempo atrás. ¡Largo, recuerdos, no lo quiero molestando ahora!
—Aquí están —anuncia tímidamente, sentádose a mi lado con una sonrisa nerviosa.
Y volvemos con la timidez inicial, ugh.
—¿Y... cómo quieres que lo ha-hagamos? —Trato de sonar lo más tranquila posible, pero claramente mi tartamudeo demuestra todo lo contrario. Agh, maldición, Yuzuki, compórtate.
—Deberíamos quitarnos la ropa antes, ¿no? —Indaga mi contrario casi pareciendo que lo dijo sin meditarlo, por lo que, al caer en cuenta de sus palabras y mi mirada sorprendida, enrojece fuertemente—. ¡Di-digo...! Me refiero a que sería incómodo con la ropa puesta, p-pero si quieres que nos mantengamos con la ropa, yo...
Sin darle más chance a que continúe con sus palabras, tomo valor de quién sabe dónde y me quito lo más rápido posible mi playera, quedando con un simple sostén deportivo negro. Mantengo mis ojos puestos en la prenda que ahora está arrugada entre mis manos, sin atreverme a alzar mi vista gracias a la vergüenza que se ha apoderado de mí; ¡maldita sea, es la primera vez que me contempla así!
Cuando los segundos pasan y todo se mantiene en un asfixiante silencio, es que me digno a elevar mi mentón, notando que él solo me ve con estupefacción, dando a entender que no se esperaba mi acto impulsivo.
Sinceramente, ni yo misma me lo esperaba.
—¿Qué? Acabas de decir que será incómodo con ropa —gruño con el ceño fruncido, sintiendo mis mejillas más calientes. Y el silencio sigue—. ¡¿Qué esperas?! ¡Quítatela tú también! —Reprocho más avergonzada aún.
Tierra, trágame y mándame con Dabura por favor, no te pido más.
Gohan parece reaccionar con mi comentario, pero simplemente ríe un poco, como divertido de mis reacciones, y toma los bordes de su playera para quitársela, quedando completamente expuesto su torso. Yo me quedo mirándolo como tonta, olvidando momentáneamente cómo respirar. Bien, es verdad que ya había visto cierta porción de su anatomía años atrás gracias a lo descubierto que era su traje morado de artes marciales, pero el contexto de ahora es muy, pero muy diferente al de aquel entonces. Los dos hemos cambiado y madurado, sin contar que esto ahora es íntimo a diferencia de ese tiempo.
—¿Me quito el pantalón también? —Aquella pregunta me saca de mi mundo, haciendo que alce mi vista de su abdomen bastante trabajado que posee pese a que él casi no entrena ya.
Es un papucho, su rostro fue tallado por los mismos ángeles.
Noto que sus pómulos están ruborizados y su mirada nuevamente grita timidez, así que solo me limito a asentir con la cabeza. Oh, Dios mío, en verdad va a pasar. Gohan se alza y miro de reojo cómo empieza a descender su pantalón, tarea que le es fácil ya que este es uno de los pants que generalmente usa para dormir, y finalmente se lo termina por quitar, quedando así en simples bóxers negros. Yo trago saliva, sintiéndome afortunada de poder contemplarlo de esta manera, también medio entendiendo por qué muchas de las seguidoras de su alter ego se emocionan al verlo pese a su vestuario y poses vergonzosas; está bastante... trabajado de todas partes. Wah, la imagen amable e inocente que tengo de él se distorsiona un poco, dejando paso a una donde el es más..., ¿cómo decirlo? ¿Varonil quizás? Si Gohan lo quisiera, en su forma civil podría destacar mucho entre las mujeres, aunque en verdad agradezco que el saltamontes no le llame la atención ese tipo de cosas y se mantenga siendo el chico estudioso y amable que es.
Me ahorra tener que andar ahuyentando a las hormonadas que solo se fijan en el físico.
—No hay ositos... —menciono cuando él se vuelve a sentar en el sofá, siendo esto lo primero que se me ocurre ya que en realidad no sé qué decir.
—¿Eh? —Exclama desconcertado y yo solo sonrío de forma inocente. Él se me queda viendo unos segundos y finalmente parece entender a lo que me refiero—. ¿A-aún te acuerdas de eso? —Cuestiona abochornado mientras desvía su vista, causándome una pequeña oleada de ternura.
—Claro, ¿cómo olvidarlo? —Me burlo y percibo que su rostro enrojece más—. Aw, y yo que esperaba ver tus varoniles bóxers de ositos.
Mis comentarios hubieran continuado con tal de poder seguir apreciando cómo su cara se torna más y más ruborizada, pero no puedo ya que, de un momento a otro, me veo apresada contra el sofá y el cuerpo semi desnudo de él; maldición, ¡¿semi desnudo?! Necesito un momento para digerirlo, es mucho para mí.
Trago saliva al darme cuenta de que ese aire más imponente de él ha vuelto, sintiéndome repentinamente más pequeña de lo que ya soy, y mi mente queda en blanco cuando observo sus ojos azabaches que parecen destellar. Oh, por Dios, ¿acaso este es el paraíso o qué demonios?
—¿Recuerdas también cuando dijiste cómo sería el momento en que estuviera con una chica? —Ronronea con su voz más..., no sé, como la hace rato; ay, no, ahí vamos de nuevo con esa maldita voz que causa estragos en mí—. Porque está sucediendo —añade juguetón.
Vale, esa no me la esperaba.
Sin más, el idiota de mi novio toma posesión de mi boca de manera más... demandante, sacándome un escalofrío y esa sensación en mi vientre que por un momento olvidé. Termino por corresponderle soltando sutiles suspiros cada tanto por la forma en que me está besando, viéndome en la necesidad de enrollar mis piernas en la cadera de él después de un tiempo, buscando de manera inconsciente que determinada parte de su anatomía vuelva a rozarme como hace rato. Gohan parece entenderlo ya que se acerca más a mi cuerpo, consiguiendo que su erección se coloque en mi entrepierna justamente. Vuelvo a exhalar aire y temblar, notando cómo él ahoga una exclamación entre mis labios, lo cual me causa una pequeña sonrisa.
El Son intensifica más el ritmo del beso al tanto que halla la manera de apegarse más a mí, logrando que el contacto de nuestras partes bajas sea más constante.
—Gohan... —suelto en un pequeño jadeo involuntario cuando se separa de mi boca, hecho que me hace sonrojar tras caer en cuenta. ¡Maldición, se supone que no debo soltar ningún ruido raro!
Aunque parece haberle gustado que dijera de esa manera su nombre ya que lo sentí estremecer, uh.
Percibo cómo él hace que alce un poco mi cadera, uniéndola un poco más con la propia, volviéndome a arrebatar un corto y casi inaudible quejido ahogado contra su boca, la cual busca con ímpetu la mía; no sé cómo sentirme al respecto al estar conociendo una nueva faceta de Gohan, una que jamás pensé que tendría. Supuestamente él no tenía problema con esperar hasta el... matrimonio, pero, por la forma en que está actuando, parece un tanto desesperado; ¿acaso todo este tiempo estuvo fingiendo desinterés cuando en verdad lo deseaba? ¿Me mintió? Ya no entiendo nada, diablos.
Termino por separar nuestros labios cuando siento que mis pulmones empiezan a reclamar oxígeno, percibiendo que aquel raro cosquilleo en mi vientre es más persistente que al inicio, así que trato de no centrarme demasiado en eso y solo me limito a intentar recuperarme de aquel beso tan..., ¿cómo decirlo? ¿Intenso? ¿Arrebatador? Ugh, hay varios sinónimos con los que podría seguir describiéndolo.
—Me reclamaste por la ropa, pero tú tampoco estás siendo justa... —susurra con aquella voz que me mantiene tensa, regresándome de mi breve ensimismamiento.
Cierto, él solo posee un bóxer y yo lo único que me he quitado ha sido la playera. Ups.
Observo cómo él se incorpora, dándome chance a que me levante y siente adecuadamente en el sofá, gesto que a duras penas logro ya que no consigo regular mi respiración, sin contar que siento mis piernas me sensitivas y temblorosas; cada que las emparejo, siento algo raro en mi entrepierna. Mi cara seguramente debe de estar ardiendo, maldición.
Lo miro de reojo y confirmo que me está contemplando atentamente, como no queriéndose perder detalle alguno de cuando empiece a deshacerme de mis prendas, cosa que hace avergonzarme más. ¡Joder, Gohan, deja de verme tanto!
Me levanto y comienzo a desabrochar el botón de mi pantalón pesquero, procediendo a bajar el cierre para deslizarlo por mis piernas hasta que topa con el suelo, dejándome con un bóxer femenino de tonalidad negra opaca; ¿qué? Son muy cómodos y prácticos para entrenar, aprendan.
Sé que una ropa interior así no es erótica ni nada de eso, pero es lo que hay y Gohan se tiene que conformar, he dicho.
Mi ceño se frunce de manera automática al saber que ahora me tengo que quitar el sostén deportivo, prenda que es la que me causa más recelo ya que no quiero mostrar mi pecho. Es decir, no soy exactamente una tabla de planchar, pero tampoco estoy muy lejos de poder ser comparada con una, ugh.
En un bufido molesto y resignado, tomo los bordes del brasier y lo alzo de golpe, quitándomelo de manera un tanto agresiva; qué más da ya.
Quedando solo con la ropa interior de la parte baja, me siento en el sofá abrazándome a mí misma, aún sin atreverme a alzar mi mirada; la mantengo en el piso.
—¿Feliz? —Gruño malhumorada, sintiéndome idiota por haber estado insistiendo para que esto sucediera sin ponerme a pensar en esta situación.
Más idiota no puedo ser, agh.
—Para mí estás bien así —comenta Gohan para mi sorpresa, sonando más tranquilo que hace momentos atrás.
—Tch, no tienes que intentar...
—Estoy siendo totalmente sincero, Yuzu —me interrumpe con cierta seriedad—. Nunca he entendido por qué te acompleja mucho esto; para mí estás bien así —reitera con mayor convencimiento.
¿Es voluble o qué chuchas? Hace unos instantes estaba actuando como dominante y ahora parece ser el mismo Gohan pasivo y cariñoso de siempre.
—¿Seguro que no lo dices por lástima? —Indago desconfiada aún, dignándome a verlo de reojo.
—Para empezar, ¿En serio crees que me importa el físico? —Ríe entre dientes, negando sutilmente con la cabeza—. Creo que a estas alturas de nuestra relación debes tener más que presente que te amo tal cual eres, Yuzuki —añade y siento algo removerse fuertemente en mi pecho tras sus palabras. Sin dejarme decir nada, toma mi mentón y hace que lo vea directamente, topándome con aquellos ojos azabaches a los que estoy bastante acostumbrada, los cuales denotan... ternura—. Te amo, Yuzu —susurra y siento cómo deposita un casto beso en mi comisura derecha.
Oh, Dios mío.
—Bien, tú ganas —murmuro sintiendo mi rostro arder por su anterior acto.
Inhalo profundamente, mentalizándome de lo que estoy a punto de hacer, y bajo mis brazos, quedando expuesta para mi desgracia; maldito Gohan, detesto cuando logra doblegarme de esta manera con simples gestos.
De momento pienso que el idiota de mi novio va a clavar su mirada en mi cuerpo o algo similar, pero no, él simplemente se acerca más a mí y me toma de mis mejillas para besarme de manera lenta y tierna, logrando que mi tensión disminuya, por lo que le correspondo. Me va a dar algo con todos estos cambios espontáneos del Son, joder.
—¿M-me pongo ya el condón...? —Inquiere con nerviosismo tras separarse de mí, rascando su mejilla.
Bueno, y tenemos de vuelta al Gohan de siempre, hurra.
Solo me limito a asentir con la cabeza en respuesta, percibiendo cómo mi pulso va incrementándose. El saltamontes empieza a retirarse el bóxer y es allí donde desvío mi vista a otro lado, no queriendo ver la cosa esa que se ocultaba tras su ropa interior. Es decir, sí quisiera ver cómo chuchas es la anatomía de un hombre "entusiasmado", pero tampoco quiero ser demasiado obvia, además, la vergüenza me puede más ahora mismo.
Escucho que el ruido de un empaque ser abierto, lo que intuyo que es el condón; ¿qué más podría ser si no? Transcurridos unos segundos, espero que Gohan hable para que continuemos, pero esto no sucede, lo único que capto es un gruñido de frustración que proviene de él y un ruido como de elástico, lo que me intriga. Regreso a verlo de reojo —evitando observar demás determinada área—, contemplando que se está retirando el preservativo.
Y allí comprendo todo.
—¿Rompiste el condón? —Indago aguántandome una sonrisa divertida.
—¿E-eh? ¡N-no, claro que no! Solo que..., eh... —balbucea torpemente mientras su rostro se va tiñendo de rojo. Y las ganas de reír se intensifican en mi sistema, pero logro disimularlo fingiendo aclararme la garganta.
—Tómate tu tiempo —tranquilizo haciendo un ademán con mi mano diestra, como restándole importancia al asunto. Bueno, la ventaja es de que ya me siento más tranquila.
El ruido de un empaque nuevamente se deja escuchar y esta vez parece que Gohan no se equivoca ni nada de eso ya que percibo cómo suspira de alivio, haciéndome alzar mis comisuras inevitablemente. Je, me consuela saber que ambos somos un par de idiotas primerizos.
—Ya está, Yuzu —avisa y le regreso a ver con normalidad, pero en ese instante recuerdo que él ya está totalmente desnudo y siento que me da un mini ataque de taquicardia cuando medio alcanzo a ver esa parte que ahora está enfundanda con un preservativo.
Ay, no.
—Bien... —susurro y muerdo el interior de mi mejilla en una tonta manía de tratar de aligerar mi timidez. Termino por quitarme la última prenda en mi cuerpo, cerrando mis piernas fuertemente y colocando mis manos en mi regazo tras eso, avergonzada—. ¿Y... cómo lo hacemos? —Me atrevo a hablar, manteniendo mi vista en mis manos.
—¿Aquí está bien o...? —Sugiere titubeante.
—S-supongo que aquí —accedo nerviosa, quejándome en mi interior por estar actuando de esta manera—. ¿Me acuesto? —Pregunto recordando que las poquísimas películas o series que he llegado a ver con cortas escenas candentes (aunque no aguanto casi nada y suelo quitarla o recorrerla), suele ir la chica abajo.
La verdad es que no tengo la menor idea de poses y esas cosas, solo estoy improvisando, ugh.
—Si así te sientes más cómoda —menciona Gohan en voz baja, claramente en las mismas que yo.
—Vale.
Reuniendo valor, me acuesto boca arriba, aún manteniendo una de mis manos en mi entrepierna. Sí, sé que el saltamontes me va a tener que ver sí o sí para continuar, pero entre más lo aplace, menos vergonzoso va a ser..., o eso creo. Instantes después, Gohan se coloca encima mío cuidando de no aplastarme o recargarse en una de mis extremidades, y así quedamos cara a cara finalmente; ya saben, lo normal, solo somos dos vírgenes viéndose mutuamente sin saber cómo proceder, nada fuera de lo común.
Trago saliva tratando de ser lo más imperceptible posible, intentando no prestar atención a determinada parte que está tocando mi pierna.
—Eh..., ¿q-quieres que empiece? —Pide permiso el tonto de mi novio.
—Sí —respondo inmóvil, casi aguantando la respiración ya que sentí que esa parte que está en mis muslos tuvo un... ¿respingo?
¿Esa cosa tiene vida propia o qué demonios?
Veo que Gohan hace el amago de querer abrir mis piernas y siento que el nerviosismo en mi sistema aumenta más aún, pero como ya no tengo de otra, acato. Solo percibo cómo el Son se acomoda en esa área, sin saber qué está haciendo con certeza (estoy viendo la recargadera del sofá como si fuese lo más espectacular del mundo), y me percibo mi cuerpo estremecer cuando algo toca mi entrepierna. Finalmente lo miro y noto que él también me está imitando, percatándome de que me está observando inquisitivo para saber si le doy el último permiso para proseguir y que finalmente... entre, uh. Asiento con la cabeza y le doy una media sonrisa.
Sin más, él busca en dónde introducirse y, cuando lo halla, me dirige otra mirada expectante antes de presionar su miembro. Muerdo el interior de mi mejilla con fuerza para ahogar cualquier improperio al sentir cómo se abre camino en mi entrada poco a poco, invadiéndome un ardor.
Creo que ya empiezo a entender el término "partir en dos".
—¿Te duele? —Pregunta y yo solo sigo en silencio, apretando mis dientes por acto reflejo mientras intento no pensar en el dolor que siento abajo—. Yuzuki, ¿te estoy lastimando? —Insiste y su voz ya se oye bastante preocupada.
—E-estoy bien —miento e intento sonreírle, aunque seguramente solo hago una mueca dolorosa que claramente delata cómo me siento. De un momento a otro, siento que Gohan sale de mí con delicadeza, lo que me confunde y enoja en partes iguales; ¡le costó entrar y a mí recibirlo como para que lo saque así como así!—. ¡Hey, ¿por qué lo sacas?! —Reclamo gruñendo al tanto que me siento de golpe, pero me arrepiento al instante de mi brusquedad ya que percibo una punzada en mi entrepierna.
Maldita sea, debo de dejar de ser tan arrebatada.
—Te estaba lastimando, Yuzuki —exclama oyéndose culpable, hecho que compruebo al mirar sus ojos.
—No es cier... —me interrumpo al ver cómo el me da una mirada de reproche, dándome a entender que no me sirve mentir—, bueno, tal vez sí, pero se supone que es normal, ¿no? —Resto importancia para intentar tranquilizar el ambiente.
—No si te duele demasiado; en verdad te pude haber hecho daño —dice sacudiéndose su cabello con aire de frustración.
El silencio nos invade después de eso, uno bastante incómodo a mi perspectiva. Maldigo en mi interior por no haber podido controlar mis emociones y dolor, sabiendo que he arruinado todo esto.
De reojo observo a Gohan, notando que no me mira o siquiera hace el amago, solo mantiene su vista desviada, tal vez de manera enojada. Maldición, lo arruiné en verdad, ¿cierto?
—Perdón... —susurro cabizbaja al tanto que aprieto mis puños para canalizar mi molestia conmigo misma allí.
—¿Por qué? —Cuestiona con su tono de voz confundido.
—Por haberlo arruinado —aclaro con culpabilidad, sintiendo mis ojos ligeramente cristalinos, causando que muerda nuevamente el interior de mi mejilla para ahuyentar la sensación.
Maldición, ¿cuándo me volví tan débil? ¡Yo no soy así!
—Te he dicho que me importa tu bienestar por sobre todo lo demás —dice mi contrario y siento que acorta la distancia que había entre los dos, atrayéndome contra su cuerpo de forma delicada para abrazarme. Sin poder contenerme, me acurruco en su hombro y le correspondo—. No tienes que pedir perdón por algo como esto, Yuzu, al contrario, debería ser yo...
—¡¿Q-qué?! ¡No! Si fui yo quien... —interrumpo y hago el amago de separarme para verlo ceñuda, pero no sus brazos no me lo permiten ya que me estrecha más contra él.
—No; yo debí ser más cuidadoso —contradice con seriedad y arrepentimiento—. Lo siento por lastimarte, en verdad no era mi intención —habla y percibo que también busca mi hombro para recargar su mentón ahí.
Nos quedamos así unos momentos, abrazados en completo silencio. La sensación de culpabilidad poco a poco se disipa ya que sé que ambos nos sentimos igual, y porque fue algo causado gracias a nuestra inexperiencia, es decir, no fue adrede.
—Somos un par de idiotas —admito sonriendo levemente contra su piel.
—Cierto —me da la razón riendo, contagiándome también—. Te amo, Yuzu —murmura cuando se calma, causando que aquella sensación cálida en mi pecho aparezca.
—Yo también te amo, Gohan —me sincero en un suspiro, buscando más su calor y mimos.
Supongo que él tuvo razón todo este tiempo: no debo forzar algo, es mejor que suceda cuando tenga que suceder. No hay prisa después de todo.
━━━━❰・🍚・❱━━━━
–F por todos los que pensaron que esto iba a ser erótico.
Disculpen a estos dos weones, es que están chiquitos. u.u
Eeen fin, espero que les haya gustado pese a que no fue un lemon como tal, según yo, la comedia y los momentos fluff lo compensan(?).
¡Nos leemos!
-Lindassj1
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro