|La intimidad no solo se trata de lo carnal|

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Mañana es el gran día para Yuzuki, por fin irá a rendir el examen para el que tanto se ha esmerado en estudiar en este último tiempo. Y sé que está bastante ansiosa, se le puede notar con facilidad.
Sus padres, más específicamente el señor Inoue, me dieron permiso para que mi novia se quedara aquí e intentara tranquilizarse; ella anduvo bastante inquieta en su hogar. Ciertamente no estaba en el plan que los últimos días estuviera conmigo, sino con su tutor legal para que le terminara de enseñar, pero una cosa llevó a la otra y Yuzu ahora está en el apartamento; aunque tiene que pasar a su hogar antes de partir a rendir su prueba, como siempre le piden.

Mis pensamientos terminan súbitamente cuando percibo que mi compañera apaga la luz de la habitación (aunque aún el cuarto está alumbrado por la lámpara pequeña que está en el mueble de al lado) y se tira de lleno a la parte de la cama que le corresponde, ocultando su rostro en la almohada al mismo tiempo, y se queda así un par de segundos, por lo que alzo mi mano y la coloco en su cabeza, sacudiéndole el cabello un tanto para que salga de su trance. Y lo hace, se acuesta de lado y me observa, pero puedo notar duda y preocupación en sus ojos grises.
Sé que tiene miedo de decepcionarnos, después de todo, el examen de admisión a esa universidad no es nada fácil, sin contar que ella casi no tiene puntuación extra al no haber participado en clubes o asistido a clases extracurriculares en vacaciones (solo asistió en este año), así que se tiene que esforzar más para compensar aquello y no quedar marginada.

—¿Estás lista para mañana? —Pregunto al tanto que me acuesto en la cama, dedicándome a observarla para intentar descifrarla.

—Sí, creo..., no sé —responde con voz de duda, suspirando un tanto estresada después.

—Tranquila, lo harás bien, estudiaste mucho en este tiempo y te esforzaste bastante, solo confía en ti —intento darle confianza en sí misma sonriéndole al tiempo que me acerco un poco más, acortando las casi inexistentes distancias.

—Lo intentaré —murmura volviendo a exhalar, tratando de relajarse. Realmente me gustaría ayudarla, pero yo hice todo lo que pude enseñándole, el examen es mérito suyo ahora.

En verdad espero que lo logre.

A pesar de que los minutos siguen transcurriendo, Yuzuki no da señales de querer dormirse aún, simplemente se quedó viendo un punto inexistente. Tenía tiempo que no la contemplaba de esta forma, desde que se enteró que podría reprobar el segundo semestre de preparatoria más precisamente, pero, pese a todo, me alegra que se empiece a preocupar por su futuro.

—Por cierto... —comento y mis palabras parecen hacerla reaccionar finalmente.

—¿Mm?

—Nunca me contestaste sobre vivir juntos cuando entres a la universidad... —menciono pensativo y con una sonrisa pequeña, sonrisa que se acentúa más cuando noto que se sonroja.

—Y-ya estás dando por hecho que lograré entrar —susurra desviándose la mirada y frunciendo su ceño un poco, lo que me hace enternecer de inmediato.

Me gustan sus reacciones, y más cuando son de este tipo.

—Porque sé que lo vas a lograr, Yuzu —confieso con firmeza. Ella solo cierra sus ojos momentáneamente y se acurruca más en su almohada aún con un rubor en sus mejillas.

—Tendrías que hablar con mis padres primero... —murmulla tímidamente, encogiéndose levemente en su lugar.

—Bueno, tengo el permiso de que te puedas quedar aquí, no creo que halla demasiado inconveniente con que vivas conmigo más adelante, ¿verdad? —Indago juguetón, acomodando su fleco que tapa parte de su ojo derecho.

—Pero... no es lo mismo; quién sabe qué dirá mi papá si se entera que quieres acapararme —dice en tono un tanto bromista y logra hacerme alzar mis comisuras nuevamente.

—No te preocupes por eso. Ya hablé con él —exclamo tranquilo, pero mis palabras parecen alterarla ya que sus ojos por fin se abren y su rostro se tiñe rojizo.

—¡¿S-se lo dijiste ya?! —Cuestiona sentándose en la cama, mirándome un tanto reprochante

—No exactamente, pero le comenté algo así hace tiempo —me sincero riendo un poco nervioso mientras me rasco la mejilla.

En verdad hablé con su padre, eso fue antes de que empezara a tener una buena relación con él. Yuzuki piensa que la vez que me dio permiso para salir con ella en un convivio que hizo Bulma, fue la única ocasión, pero no fue así, tuve que dialogar con su papá meses después de nueva cuenta para cerciorarse sobre cuáles eran mis verdaderas intenciones con Yuzu. No le dije que quería que viviésemos juntos cuando ella entrara a la universidad, pero sí le mencioné que me quería casar y formar una familia con su hija, que iba en serio. Después de aquello, fue que el señor Inoue, poco a poco, empezó a ser más accesible conmigo.

Aunque vaya que costó.

—Bueno, ¿y tus padres...? —Menciona suspirando y volviendo a acostarse.

—Ciertamente mi mamá quiere que me case contigo antes, pero no creo que se oponga realmente. Te estima mucho —explico honesto.

Aunque quisiera casarme ahora con Yuzuki, hay varios factores en contra, por eso prefiero esperar hasta que termine la universidad.

—Entiendo...

Tras mencionar eso, siento cómo mi compañera menor se acurruca contra mí, logrando que me sienta cálido y le abrace de manera afectuosa. Amo estos momentos que comparto con ella.

—Sería lindo, ¿no crees? Tú, Ryu y yo —divago y sonriendo de manera involuntaria, sintiendo cómo su pulso se acelera súbitamente.

—Su-supongo que sí —balbucea torpemente y sin alzar la vista en ningún momento, manteniéndose quieta.

Sin más, me inclino un poco para besarle la coronilla y después estirar mi brazo para apagar la última luz que iluminaba la alcoba, dejando todo en penumbras par poder descansar adecuadamente. Cuando regreso a mi pose inicial, Yuzu vuelve a esconder su rostro en mi pecho, recargándose en mí. Me encanta esta faceta tímida que sale a la luz cada vez que está muy avergonzada.

—Buenas noches, Yuzu —susurro estrechándola más contra mí; estoy bastante acostumbrado a esto, incluso cuando duermo solo siento su ausencia y tengo que reemplazarla con una almohada.

—Buenas noches, saltamontes.

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Han pasado un par de días desde que Yuzuki rindió el examen de admisión en la universidad, lo cual parece haberla relajado un poco más —aunque sigue mostrándose ansiosa de vez en cuando— ya que aseguró que pudo contestar la mayoría de preguntas sin tanto problema. Ahora solo falta que le entreguen los resultados para asegurar su ingreso.
Como viene siendo de costumbre los días que mi turno de trabajo acaba más temprano, quedé de salir con Yuzu cuando su jornada escolar acabara, pero, al final, terminamos comprando comida y aperitivos para quedarnos en el apartamento a descansar y jugar videojuegos; o al menos ella ya que yo tengo tarea que terminar.

—Oye, Gohan... —la escucho y eso me hace alzar la vista del libro que contestaba.

—¿Qué sucede? —Indago volteando a mirarla, notando cómo ella solo juguetea con lo sobrante de la sudadera que posee; ¿cuándo fue que dejó de jugar con su consola portátil?

—¿Tú...? —Comienza tímidamente, aunque luego me observa y me extraño de inmediato al notar sus ojos grisáceos diferentes, como titubeantes o algo similar—. ¿Tú me ves como mujer?

—¿Eh? —Exclamo.

—Lo que oíste —murmura aún sin alzar su mirada.

—¿Por qué me preguntas si te veo como mujer cuando claramente eres una? —Cuestiono confuso y con una mueca involuntaria.

—No me refiero a eso... —susurra y me percato que mordisquea su labio inferior.

—Entonces no sé de qué me estás hablando, Yuzu —confieso en un suspiro. Ahora que lo pienso, Yuzuki lleva comportándose un poco inusual desde ayer.

—¿Te soy atractiva? —Pregunta y al fin sube su mirada, observándome de una forma que sigo sin lograr descifrar.

¿Qué le pasa?

—¿Qué? —Inquiero de forma perdida, ahora sí sin entender nada de esta charla, pero ese sentir desaparece cuando noto que ella solo baja su cabeza, lo que me empieza a preocupar ya que esta actitud no es usual en su persona—. Yuzu, ¿a qué se debe esto? —Pregunto acercándome un poco más mientras tomo su mentón y lo alzo para que me vea.

—Es que tú..., siento que me ves como una niña más que nada —admite en un hilo de voz al tanto que sus ojos se posan en cualquier otro punto que no sea yo.

—¿Lo dices porque eres menor que yo? —Dudo extrañado al tiempo que vuelvo a mi pose inicial.

Si no es eso, no sé a qué quiere llegar con esto. Me es... raro no poder entenderla, ciertamente hay veces en que me cuesta descifrarla —como cuando está triste o taciturna—, pero esta ocasión es distinta; hasta donde sé, no ha pasado nada malo y yo tampoco he hecho nada.

—No exactamente, o bueno, sí, algo así, pero no es a eso a lo que me refería —balbucea atropelladamente y toma aire, como preparándose para decirme al fin qué sucede—. Yo... —y es todo lo que dice ya que sus labios se vuelven a sellar.

—Yuzuki, ¿qué pasa? —Indago, pero no recibo respuesta—. Hey, ¿qué sucede? —Insisto con tono de voz más comprensivo y coloco mi mano en su hombro.

—Es que tú eres universitario y..., eh... —titubea de manera ahogada.

—¿Y eso qué tiene que ver?

—Tú... nunca haz hecho nada —murmulla frunciendo su ceño y luciendo..., no sé cómo describirlo.

—¿Nada de qué? En serio, no te estoy entendien...

—Que nunca has intentado nada sexual conmigo, carajo —aclara con tono de voz ligeramente molesto, pero su semblante de golpe se torna avergonzado. Y yo simplemente me quedo en blanco tras oírla—. No sé mucho de los chicos, ¿pero no se supone que son...? Eh, ¿que tienen sus "n-necesidades"?

¿Está hablando de...? Ay, no.

—Así que es eso... —medito en voz baja, intentando mantener mi compostura normal, pero fallo en el intento—. ¿Po-por qué tan de repente preguntas algo así?

—Es que Kimi dijo que es raro que tú nunca..., ya sabes, lo hayas intentando conmigo... —explica avergonzada mientras vuelve a juguetear con la sudadera—. Se supone que los hombres son más..., em, activos por la testosterona o no sé qué demonios. E-el punto es que, ¿te atraigo de esa manera? —Se enseria al final, viéndome fijamente, lo cual me pone más nervioso aún. En verdad no me esperaba algo así.

¿Cómo se supone que llegamos a esto?

—Bueno, sí, digo, no, ¡e-es decir...! —Sacudo mi cabeza para intentar ordenar mis ideas y no decir una tontería—. No sé qué tanto te dijo tu amiga, p-pero no todos hombres somos iguales —intento alegar y suspiro para tranquilizarme—. Nunca he intentado nada contigo porque no quiero faltarte al respeto, Yuzu y..., l-lo que quiero decir es que no es algo primordial para mí, ¿está bien? Nunca lo he hecho y no tengo la necesidad de que sea ahora o pronto —aclaro honestamente y ya sonriendo levemente—. Me siento bien estando contigo simplemente así, no necesito de... contacto más íntimo —afirmo tratando de sonar convincente.

—¿Entonces no lo ves necesario? —Persiste con sus cejas fruncidas e inspeccionándome, como para asegurarse de mis palabras. ¿Por qué tanta insistencia con el tema?

—No por ahora —aseguro—. Veo más primordial otras cosas, como tu universidad, nuestros planes y así; no es algo que tengamos que hacerlo próximamente, ¿verdad? Tenemos tiempo —menciono rascándome la mejilla, rezando internamente para que Yuzu deje la plática por la paz.

—Entiendo... —susurra pensativa y de momento pienso que al fin me libraré de esta incomodidad—. ¿Y lo has pensado?

¿Por qué me haces esto, Yuzuki?

—Y-yo... —balbuceo y me veo obligado a carraspear tímidamente, preso del nerviosismo—. ¿Podemos dejar esta conversación así? —Pido con cierta súplica.

—Ugh, está bien —refunfuña malhumorada, levantándose de su sitio y dirigiéndose a la cocina por, supongo, comida. Y yo al fin puedo respirar adecuadamente.

¿Y ahora qué le pasa a Yuzu?

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-Lindassj1