Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

09

30 de mayo de 2024, 23:30 hrs
Burdel "secret garden"

Abrió la puerta del burdel e ingresó, el ambiente al cual ya estaba levemente acostumbrado lo recibió con todo su esplendor. Se acercó a la recepción para reservar la habitación 001 y al chico de cabello platinado. El sujeto ahí sentado le dijo que no estaba disponible de momento, que tendría que esperar alrededor de una hora.

Yoongi lo observó sin mucho interés, llevaba el nombre grabado en una placa de metal sobre su camisa, Soogun no tenía ningún ánimo de estar en ese lugar, su rostro lo decía todo—. Esperaré —pagó todo lo que ocuparía esa noche y se fue hacia la barra para beber algo.

—¿Qué le sirvo, señor? —el sujeto pelirrojo de la barra lo miró con ojos astutos, nunca habían conversado, ya que Yoongi siempre solía ir directo a la habitación e ignorar todo el resto, pero por alguna razón su rostro se le hacía familiar, estaba seguro de que lo había visto en alguna otra parte que no era el burdel.

—Un mojito de sésamo, por favor —le tendió el vale y juntó sus manos sobre la barra para esperar. Se quitó la gorra negra y la dejó a un lado.

El lugar estaba relativamente lleno, habían unos cuantos clientes sentados en las mesas bebiendo y jugando, en el escenario también había una presentación de pole dance bastante atractiva y con una melodía suave, pero Yoongi no veía a su chico por ninguna parte.

Al cabo de unos minutos, el sujeto dejó su cóctel sobre la barra—. Aquí tiene. Disfrútelo.

Yoongi lo probó, le gustaban las preparaciones que hacia él. Observó el nombre en su camisa, a pesar de que creía haberlo visto, su nombre no le resultaba conocido—. Yo...Mm ¿Hoseok?¿Nos conocemos de alguna parte? —preguntó dudoso.

El sujeto lo miró por unos segundos al oír la pregunta—. Te he visto aquí un par de veces —secó unos cuantos vasos y los dejó a un costado, tenía más pedidos—. Pero si te refieres a fuera de Secret Garden...lo dudo, no recuerdo tu rostro, ni tampoco sé tu nombre.

Yoongi hizo un ademán de mano para restarle importancia—. Debo estar confundido entonces, olvídalo.

Levantó su vaso en señal de agradecimiento y se giró para ver la presentación de pole dance que había en el escenario, no conocía la melodía que estaba sonando, pero los chicos llevaban un muy buen ritmo. Él jamás en su vida podría recrear esos movimientos, se dislocaba la cadera antes de siquiera intentarlo.

Cuando transcurrió la hora, su mojito de sésamo ya se había acabado. Soogun se acercó a él para decirle que ya podía ingresar a la habitación 001 y esperar ahí la llegada de Kitty. Yoongi le devolvió el vaso al sujeto pelirrojo y evitando todo tipo de contacto visual con él, salió de la barra en dirección a las escaleras en forma de caracol que tenía el lugar. Subió hasta el tercer piso e ingresó en la habitación, todo seguía igual.

Si bien adoraba su hogar, debía admitir que ya se estaba acostumbrando a los colores chillones del burdel, el rosa de las paredes había dejado de molestarle la visual, e incluso le gustaba como se veía una alfombra roja, combinada con otro colores más sutiles, claro. Dejó sus cosas a un lado y se tendió en la cama, transcurrieron un par de segundos y sintió como la puerta se abría hasta atrás y por ella ingresaba el chico de cabello platinado.

Sonrió al verlo, pero el sentimiento de felicidad fue fugaz al notar su rostro cansado. Traía el cabello mojado y estaba envuelto en una de las batas que proporcionaba el lugar.

Yoongi se sentó en la cama—. ¿Te sientes bien? —le preguntó.

El chico lo miró un poco dudoso, luego sonrió y se acercó a donde estaba. Se sentó a su lado—. Sí, hyung —Yoongi podía notar las ojeras incluso debajo de la base de maquillaje que llevaba, el hecho de tener una hermana obsesionada con esos productos le había adiestrado lo suficiente para reconocerlos.

—¿Seguro?

Volvió a asentir con una dulce sonrisa—. ¿Qué desea hacer hoy, hyung? Lo extrañé —vio como colocaba una de sus manos en su pierna y no pudo reprimir sus nervios.

Se tendió sobre la cama boca arriba y abrió los brazos para que el chico se acercara a él—. Solo abrázame un poco, llevo 32 horas sin dormir y un mojito encima —puchereó.

Lo sintió reír contra su cuello y eso alegró su corazón, no estaba bien lo que sentía, pero no podía hacer nada para evitarlo. Reprimir sus sentimientos siempre había terminado en fracaso.

—Cansancio y alcohol no es una buena combinación —le susurró al oído de forma cómplice.

Yoongi sonrió—. No, no lo es.

Bajó su rostro y se encontró con los ojos risueños del chico. Miró sus labios esponjosos y rosados largo rato, no quería abusar de su confianza, pero tampoco había podido olvidar la forma en que se habían besado hace unos días.

—¿Puedo...? —preguntó Yoongi acercado su nariz. El cuerpo ajeno olía a jabón de arándanos y tintura de cabello.

Lo vio sonreír otra vez—. Sí —le respondió—. Hágalo. 

Juntó sus labios con delicadeza y cariño, no quería nada sexual, estaba demasiado agotado para eso, tan solo quería sentir la calidez de la boca ajena, empaparse de su saliva y de su olor a arándanos. Apoyó una de sus manos en la espalda baja del chico para acercarlo un poco más a su cuerpo, pero el quejido de dolor que dejó escapar lo asustó.

—¿Estás bien? —disolvió el beso y quitó su mano del lugar.

Su acompañante tenía el entrecejo arrugado—. Sí, sí —se apresuró a responder—. No es nada, solo...me golpeé en ese lugar con algo sin querer la noche anterior.

Yoongi se enderezó—. ¿Con qué fue? Puedo revisarte si quieres —intentó levantar la bata pero su mano fue rápidamente retirada del lugar con un golpe seco—. Quizás necesites analgésicos más fuertes...

Se había quedado pasmado, el chico nunca había tenido una reacción similar con él. Jamás lo había alejado de esa forma, ni mucho menos golpeado para evitar que lo tocara, eso no era normal en él.

—Lo siento mucho, hyung —se tapó el rostro con una de sus manos e intentó calmarse. Había comenzado a sudar sin motivo aparente, no hacía calor—. De verdad lo siento...no fue mi intención.

Yoongi parpadeó varias veces—. Está bien, tranquilo.

—No, yo de verdad lo siento  —se levantó de la cama y comenzó a respirar de forma agitada mientras se tocaba el pecho—. Esto-esto es mi trabajo, yo no...yo no debía reaccionar a-así

—Oye, está bien —Yoongi también se levantó y lo sujetó de los hombros con fuerza, se estaba hiperventilando—. Estás teniendo una crisis de pánico, respira conmigo.

El chico lo miró angustiado e intentó seguir su respiración lo mejor que pudo, le dolía el pecho y sentía que el aire se le acabaría si no respiraba lo suficientemente rápido. Luego de unos segundos los latidos de su corazón comenzaron a calmarse y sus ojos ya no estaban llenos de lágrimas, el sudor en su frente también había disminuido—. Eso es —le susurró Yoongi—. Lo estás haciendo bien, sigue respirando conmigo.

Yoongi le frotó los brazos para que mantuviera su mente concentrada en eso hasta que el amago de crisis pasara por completo—. ¿Mejor? —le preguntó cuando notó que ya respiraba con bastante normalidad.

Asistió mientras se acercaba para abrazarlo, dejó caer la cabeza en su hombro derecho—. De verdad lo siento mucho, hyung —Yoongi correspondió a su abrazo despacio, intentando tocar con cuidado su espalda, no quería desencadenar otra crisis—. No fue un accidente.

—¿Entonces qué fue? —no estaba seguro de querer saber la respuesta.

El chico se separó de su cuerpo y lo miró a los ojos, aún los tenía decaídos, cansados y con unas cuantas lágrimas que luchaban por no salir—. Fue un cliente —susurró—. Tenía un fetiche con...el sexo violento. Usó un latigo y algunas otras cosas.

Yoongi asintió, sentía dolor en su corazón—. ¿Puedo ver?

—¿Está seguro?

Volvió a asentir. Vio un poco de duda en el rostro de su acompañante, pero luego se desabotonó la bata y la dejó caer a sus pies, se giró despacio para darle la espalda, y Yoongi necesitó apartar la vista. No eran laceraciones particularmente profundas, probablemente desaparecerían sin dejar marcas al cabo de unas semanas, pero el hecho de saber que le causaban dolor, ya era suficiente para no querer verlas.

—¿Estás tomando algún analgésico? —le preguntó mientras lo ayudaba a colocarse la bata otra vez.

—Ibuprofeno —el chico sonrió—. Es lo único que tenemos por aquí.

—Eso servirá —Yoongi volvió a abrazarlo y apoyó su barbilla en los cabellos plateados. No entendía porque permitía ese tipo de cosas, no sabía si podía negarse a atender a un cliente, tampoco entendía porqué eligió esa vida, solo sabía que no quería verlo en ese estado tan vulnerable—. ¿No has pensado en...buscar otro trabajo?

Lo sintió emitir un sonido de afirmación contra su hombro—. Pero no sé hacer nada más. Estuve un par de años en la universidad, no alcancé a terminar mi carrera, y después...tan solo me dediqué a esto.

—¿Qué estudiabas? —esa información lo había sorprendido. Todas las noches que se quedaron conversando, Yoongi era quien más hablaba, sabía muy pocas cosas de su acompañante.

—Alcancé a estudiar comercio exterior dos años —una pequeña risa salió de sus labios al recordar—. Fueron los mejores dos años de mi vida. Luego...trabajé en otros burdeles hasta que llegué aquí, Secret Garden es baste decente en comparación a otros.

Yoongi pasó saliva—. ¿Pero por que no renuncias y buscas otro trabajo? O...vuelves a la universidad.

El chico se separó de su cuerpo y fue hasta la cama, se recostó en ella—. Tengo unas cuantas deudas, hyung, no puedo permitirme estar sin trabajo —le hizo una seña para que se tendiera a su lado, se había relajado por completo—. Y ya no tengo la misma inteligencia para estudiar que antes.

Yoongi se sentó a su lado y le tomó la quijada con suavidad para volver a besarlo, no hubo ningún tipo de resistencia—. Estoy seguro de que si lo intentas, puedes lograrlo. Yo me tardé siete años y medio en sacar medicina.

Intentarlo.

Una palabra con tantas posibilidades distintas, que al final del día, ya no sabes cuál tomar.

⭐️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro