20:30 hrs
29 de Mayo, 2024
Frente al burdel "secret garden"

La noche caía con lentitud sobre la ciudad de Seúl, pero algunos edificios empresariales todavía mantenían sus luces encendidas, Jimin se imaginaba algun día trabajando en ellos, vistiendo de traje y tomando un café con chocolate con sus compañeros empresarios luego de un largo día de trabajo. Sabía que quizás nunca podría hacer eso, pero le gustaba imaginarse teniendo esa vida, creía que Yoongi era así de afortunado.

Miró hacia la izquierda, donde se alcanzaban a divisar las grandes letras rojas que rezaban "Hospital Asan", sabía que su mayor trabajaba ahí, quizás por eso es que habia llegado a ese burdel, porque era el mas cercano al hospital. Recordaba que Hoseok lo llevó allí la ves que intentó renunciar a su vida. Suspiró con pesar y miró la fachada de su trabajo, en letras rosa fluorescente se leía "Secret garden" junto con una botella de soju movible al lado, desde afuera no se podía ver el interior, todas las ventanas eran polarizadas. 

Abrió la puerta e ingresó, ya habían unos cuantos clientes al interior disfrutando de la música y bebiendo. Se acercó a la recepción, pasó la tarjeta que lo identifcaba como trabajador y esperó a que Soogun le hciera el ingreso. Cuando se la devolvió sin siquiera mirarlo, Jimin se dirigió al vestidor para cambiarse de ropa, hoy haría pole dance con Jungkook dentro de media hora. 

De forma mutua se colocaron pegatinas brillante por todo el rostro simulando las alas de una mariposa, el resto del maquillaje consistió en sombra de ojos rosa y algunos que otros dibujos con tintura rosa sobre su torso desnudo. Jimin no tenía idea que era lo que querían representar con eso, tan solo seguía el protocolo de vestimenta que le había sido designado para esa noche. El cuerpo de Jungkook era todo lo opuesto al suyo, lo obligaban a taparse los tatuajes que tenía y a mantenerse fornido, mientras que a él se le exigía ser delgado con muy poco músculo. 

Jimin recordaba perfectamente las palabras que el dueño del local le dijo cuando ingresó a trabajar para él "debes ser como una mujer, delicada y sumisa, a ellos les gusta ver eso en un hombre". Se colocó la falda blanca con tirantes de diamantes que le entregaron y no pudo evitar sentirse extraño al mirarse al espejo, él no era una mujer, pero lo obligaban a actuar como una por el placer masculino. 

—Te ves muy lindo, Jimin hyung —la voz suave de Jungkook lo sacó de sus pensamientos, estaba a su lado con un boxer negro y el mismo maquillaje que él pero con colores un tanto más oscuros—. Pareces un angel. 

Jimin sonrió, sentía las lágrimas acumularse en sus ojos, pero se negaba a llorar—. ¿Crees que parezco una mujer? 

—En absoluto, hyung —Jungkook le tomó la mano con delicadeza—. La apariencia que ofrecemos aquí tan solo es por trabajo, no lo olvide. 

El vestidor estaba casi vacio, solo estaban ellos y cuatro chicos más, los cuales también se estaban preparando para bailar, serían tres presentaciones en pareja, Jungkook y él serían los primeros. Cuando vieron entrar a Daewoo por la puerta, el chico que coordinaba las coreografías y demás, supieron que ya era hora de salir. 

—Tienes razón —le respondió aún sin soltar su mano—. Solo es apariencia. 

Cuando salieron al escenario, los vitores no tardaron en oírse. Y cuando la letra calmada de Take Me To Church comenzó a sonar en el ambiente, Jimin pudo relajar su cuerpo, ignorando la apariencia que proyectaba, ignorando el lugar donde estaba e imaginando que solo bailaba en el living de su casa con su madre de espectadora. La escuchaba aplaudir con energía, decirle lo talentoso que era, que algún día todos lo conocerían por su maravilloso arte. 

Que algun día alguien se enamoraría perdidamente de él al verlo bailar. Jimin aún esperaba que eso sucediera. 

Hospital Asan
Esa misma noche.

Yoongi entró corriendo a la habitación, al lado del paciente anciado que estaba tendido sobre la camilla se encontraba la enfermera Jieun haciendo compresiones en su pecho, mientras que en el mesón del lugar estaba Jiyeong preparando inyecciones con manos torpes y sudorosas, no había trabajado con ella antes, suponía que era nueva en esa área. Yoongi miró la pantalla que mostraba ausencia completa de signos vitales, debían actuar rápido. 

—¿Cuanto tiempo lleva en paro cardiorespiratorio? —le preguntó a Jieun mientras se colocaba los guantes de latex. Encendió el desbirilador que había ahí y le colocó la descarga eléctrica inicial, la más baja. 

—Dos minutos, Doctor Min —le respondió agitada. 

Yoongi se posicionó frente a ella, le colocó el gel conductor de electricidad a las placas y esperó a que se cumplieran los tres minutos, pasado ese tiempo, le proporcionó la descarga al cuerpo del anciano—. Necesito una inyección de epinefrina ¡Ahora! —Otra enfermera ingresó al lugar, la señorita Jungbyeok—. Tú, administra Nitroglicerina en fracciones cada 10 minutos y una bolsa de suero fisiológico de un litro. ¡ Y que alguien cierre la maldita puerta! 

Se hizo todo lo que él pidió, con la enfermera frente a él hacían treinta compresiones, dos respiraciones y una descarga—. Jiyeong, necesito que aumentes la dosis de oxigeno en un 5%, no está respondiendo —subió la descarga eléctrica que tenía el desfibrilador y volvió a colocarle gel conductor de electricidad. Las enfermeras iban rotando entre ellas, mantender demasiado tiempo a la misma persona haciendo compresiones solo conducía a error por desgaste, necesitaba que se fueran rotando y se renovaran energias—. ¡Despejen! —la descarga sacudió el cuerpo del anciano.

Las inyecciones de epinefrina debían hacerse dentro de los primeros cincos minutos luego de iniciado el paro cardiorespiratorio para intentar que el corazón vuelta a latir lo más pronto posible. Yoongi sentía las gotas de sudor correr por su frente debido al esfuerzo, sabía que las enfermeras estaban igual que él. El paciente era un anciano de 80 años que estaba hospitalizado por enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la cual dificulta la respiración y el funcionamiento normal del pulmon. Había llegado a la urgencia hace un par de días bajo la guardia de Namjoon, era segunda vez que entraba en paro cardiorespiratorio en lo que iba de la semana, necesitaría cirugía.  

—Doctor Min —lo llamó Jieun con el desfibrilador en la mano, lista para inicar una descarga—. Quedan 10 minutos. 

Sin detener las compresiones sobre el pecho del anciano, Yoongi miró la pantalla del monitor, aún no habían signos vitales y ya llevaban 20 minutos intentando reanimarlo—. Continúen, completaremos la media hora —masculló. Media hora era lo legal antes de declararlo muerto. 

Luego de que Jieun diera la descarga, hizo relevo en las compresiones con Jungbyeok y él volvió a tomar el desfibrilador, luego de que se cumpliera el tiempo de compresiones, le colocó la descarga más alta permitida en humanos y presionó el pecho del anciano con fuerza. El monitor arrojo el primer signo vital—. Deténganse. 

Los cuatro se quedaron mirando el monitor a la espera del segundo signo, y ahí estaba, débil e insignificante pero ahí estaba—. Muy bien, necesito una última inyección de nitroglicerina, oxígeno al 1% y que sea trasladado a pabellón para cirugía —se movieron tan rápido como pudieron para estabilizarlo antes de que volviera a caer en paro cardiorespiratprio, lo arrastraron por los pasillos hasta que se encontraron con el equipo del quirofano, quienes se lo llevaron. Yoongi lo entregó con vida, ahora quedaba en manos del pabellón, ellos ya no ingresaban a ese lugar, ninguno era especialista en cirugías de corazón. 

—Buen trabajo —le dijo a las chicas, se inclinó ante ellas—. Sigan así. 

Se quitó los guantes de latex y los tiró a la basura, caminó por el pasillo de vuelta a la sala de descanso del hospital, no se había alcanzado a terminar su café, seguro ya se había enfriado. Si tan solo pudiera pasar todas las noches con ese chico del burdel y no haciendo guardias en un hospital, estaba seguro de que su humor mejoraría bastante.

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