𝐄𝐩𝐢́𝐥𝐨𝐠𝐨
Pase mis manos por la delicada pedrería que tenía el corsé, el cual se ceñía completamente a la parte superior de mi cuerpo. Aún no podía creer que, en cuestión de instantes, me casaría. Sentía todo mi cuerpo temblar, estaba nerviosa, pero a la vez emocionada, me casaba con Michael, la persona que amaba y qué por poco estuve a punto de perder.
Habían pasado dos años desde el incidente con Carter, a pesar de ya haber transcurrido el tiempo aún era irreal todo lo que habíamos vivido en cuestión de un día. Las imágenes eran tan vívidas que me daban escalofríos de solo recordarlo.
Carter había fallecido en el momento que lo neutralizaron, pero en ese momento no me había dado cuenta porque toda mi atención estaba en Michael y que se mantuviera respirando. Afortunadamente la ambulancia llegó segundos después.
Cuando llegamos al hospital, lo único que recordaba es que estaba perdiendo mucha sangre y que su pulso era cada vez más bajo, en ese instante no entendía nada, lo único que quería era estar con él, pero no me lo permitieron.
Las enfermeras al notar mi sangre, me llevaron a revisión y resultó que tenía una leve conmoción cerebral pero debido a la adrenalina no sentía el dolor. Me sedaron varias horas, para cuando desperté medio mundo estaba en el hospital, Andrew, Henry, Maddie y su esposo, Mara, Bill, mis padres y los padres de Michael los cuales conocí en ese instante.
Todos me bombardearon de preguntas las cuales por su tranquilidad conteste. Cuatro días después Michael despertó y a partir de ese momento, no me despegue de él, al igual que nunca me quite el anillo.
Michael salió dos semanas después del hospital, las balas no habían atravesado ningún órgano por lo cual su estado no agravio, pero aún tenía que mantenerse en reposo. Con la excusa que necesitaba cuidados, Michael me pidió que me mudará a su ático y así lo hice.
Ya no podía imaginar un mundo donde él no estuviera.
Días después desarrolle pesadillas frecuentes debido a la experiencia tan abrumadora que había vivido, tanto Michael como yo decidimos tomar terapia para que ese suceso no nos afectará en un futuro.
Tal vez dos años para muchas personas podrían significar que nos habíamos tardado con la boda, pero no para nosotros, en ese tiempo nos permitimos conocernos más, sanamos, crecimos tanto profesional como personalmente y confirmamos el amor que sentíamos tanto uno como por el otro.
—¿Cariño estás lista? — entro mi padre a la habitación en la cual me encontraba esperando mientras empezaba la boda.
Observé mi reflejo en el espejo y sonreí, el vestido era enorme, tenía varias piedras decoradas en la parte superior, mientras que todo el largo era demasiado esponjoso, el velo llegaba al suelo y mi cabello se encontraba semi recogido, lucía como de la realeza, era irreal, pero era perfecto.
—Estoy lista — camine hacia mí padre para después pasar mi mano por su brazo. Mi papá me sonrió melancólico, pero a la vez orgulloso.
La boda era muy parecida a una vieja hacienda, podría parecer que estaba ruinas, pero eso era el toque que justamente habíamos elegido, todo daba un toque rústico pero elegante. Aunque si, ninguna de las decoraciones era sencillas porque nada en el mundo de Michael era sencillo y simple. Camine por el pasillo, donde me encontraría con él, estaba a punto de iniciar un nuevo capítulo en mi vida y no podía estar más feliz.
Al verlo parado junto a altar, esperando por mí, contuve mi respiración todo era demasiado perfecto, vestía con un traje tan extremadamente caro que lo hacía lucir inalcanzable, muchas veces lo he visto en traje, pero nada comparado a lo que era ahora. Cuando me acerque y mi padre me entrego a él, lo vi en su mirada, me amaba igual que yo lo hacía con él, ambos daríamos la vida por el otro, ambos volveríamos a repetir todo lo que vivimos con tal de volver a llegar a este momento.
Llevaba demasiadas horas en este vestido, después de que la ceremonia terminará siguió la fiesta, en la cual ahora mi esposo y yo tuvimos un momento para bailar juntos, pero después de eso nos empezaron a bombardear muchos invitados, teniéndonos de un lado a otro.
Mara captó mi atención al indicarme que era momento que la siguiera, lo cual agradecía profundamente. Caminamos a una habitación de la antigua hacienda.
—Deja te ayudo a quitarte el vestido — Mara se acercó a mí y empezó a ayudarme sin estropear el peinado, ni el maquillaje.
Cuando finalizó me puse un vestido negro, el cual en la parte superior tenía un corsé y en la parte inferior una abertura en la pierna. Cambié de calzado por algo que combinara con mi actual vestimenta.
—¿Luzco bien? — pregunté mientras observaba mi reflejo en el espejo.
—Luce perfecta señora Jackson — sonreí ante su comentario.
—¿Qué pasa si alguien pregunta por mí?
—Diré que tuvo una emergencia con su vestido o algo así, tu tranquila, sino Bill saldrá a ayudarme — sonreí ante la mención de Bill.
—Oh, si claro Bill, tu novio — después de tantos meses insistiendo Mara acepto darle una oportunidad a Bill, está más que claro que a Michael casi le da un paro cardíaco cuando se enteró de la noticia, pero Bill había demostrado con acciones ser digno de Mara. Realmente quería hacer las cosas bien con ella, por algo llevaban un año de relación.
—Eso ahora no importa — desvío la atención algo nerviosa —, hay que enfocarnos. Si te vas en este instante llegarás a tiempo, hay un auto esperándote para que salgas sin llamar la atención de tu propia boda. — sonreí divertida.
—Muchas gracias Mara — tome un bolso que ya tenía previamente preparado para la situación.
—Disfruta tu noche — sin más salí casi corriendo del lugar.
Después de manejar casi cuarenta minutos, al fin había llegado al hotel, donde precisamente había iniciado todo. Saque de mi bolso el antifaz de encaje y me lo coloque.
Nadie tenía que indicarme por dónde ir, todo seguía exactamente igual como la primera vez, cuando llegue a las puertas de cristal, mi corazón casi se quería salir de mi pecho, y mi emoción era inmensa.
Cómo lo hice hace varios años caminé hacia el bar y me senté, esperando el momento que había cambiado mi vida.
Lo sentí en el aire, mi cuerpo reaccionó a su cercanía, no tenía ni siquiera que voltear a ver quién se acercaba a mí, por qué mi cuerpo lo reconocía con cada célula de mí.
Poso sus manos en mi cintura mientras se acercaba a mi oído para susurrar.
—Estas casi tan hermosa como la primera vez. La diferencia es que ahora eres mi esposa — sonreí para después voltearme a su dirección. No hubo previo aviso y devoró mis labios como si no hubiera un mañana —, he estado rodeado de mucha gente hoy y está noche solo quiero estar con mi mujer.
—Me parece una buena idea, señor Jackson — me ofreció su brazo el cual acepte, para ambos caminar hacia su suite.
Una vez llegamos, la nostalgia hizo que mis ojos se cristalizaran, habíamos pasado, por tanto, por deseo, peleas, confesiones, celos, mentiras, pero todo ello nos había puesto justo donde deberíamos.
¿Qué habría pasado si jamás hubiera venido a estas fiestas?, ¿Jamás lo hubiera conocido?, ¿Nuestra historia sería diferente?, ¿O siempre estuvimos destinados a conocernos?
Michael me giro hacia él, aún conservaba el traje con el que estaba en la boda, por petición mía, pero en su rostro se encontraba un antifaz como el de la primera vez, lo cual me dejaba apreciar más su intensa mirada.
—Se que ya dije mis votos está tarde, pero tengo unos especialmente para esta noche — sus manos recorrieron mi cintura, para después pegarme a su cuerpo —. Amo cada parte de ti, porque está diseñada perfectamente para que yo te ame. Si alguna vez dudas de eso, solo tendrías que ver la manera en que mi corazón late por ti para que no haya dudas. Mi amor por ti es tan grande que incluso después de la muerte te seguiré amando. Y si la muerte nos separa te buscaré en todas mis vidas. Tienes mi alma entera y soy capaz de poner a toda la humanidad a tus pies si así lo pides, porque te amo Kristen y siempre será así.
No me dio tiempo de responder o tan siquiera de secarme las lágrimas recién derramadas, porque inmediatamente me besó, de esa manera tan posesiva que solo él sabía, adoro mi cuerpo en cada momento y me demostró que me amaba de todas las maneras posibles.
Antes creí estar enamorada, pero realmente no era amor lo que sentía, cuando Michael llegó a mi vida, él me enseñó a amar.
Cuatro años después
Michael
Si, tal vez Kristen después de esto me mandaba a dormir al cuarto de invitados. Nuestro pequeño hijo de tres años había terminado embarrado de lodo y pasto hasta el último centímetro de su cuerpo. Pero quién era yo para privarlo de su felicidad. Además, como iba a imaginar que juntar a Jayden y al perro Golden de dos años terminaría en todos llenos de pasto.
Por algo habíamos comprado una casa a las afueras de la cuidad, porque Kristen quería que si formábamos una familia fueran los más libres posibles y yo estaba contribuyendo a eso.
Después de casarnos, Kristen y yo buscamos varias casas para formarlas un hogar para ambos, visitamos varias mansiones de las más prestigiosas en Nueva York, pero ninguna nos convenció, así que compre unas hectáreas a las afueras de la cuidad, donde construimos nuestro hogar, el cual si, no era nada modesto, pero era nuestro y de nuestra familia.
—Papi, ¿Crees que mamá se enoje? — lo cargue en brazos mientras entrábamos a la casa.
—No creo, tal vez solo se exalte un poco — se tapó la boca con una mano mientras sonreía divertido.
Cuando entramos a la sala, Kristen estaba revisando unos papeles de su trabajo, después de haber trabajado para mí, le llegaron muchas ofertas, así que creo su propia agencia, la cual era un éxito y demasiado reconocida.
Cuando levanto la vista de los papeles inmediatamente nos observó a los tres, porque si el perro entro con nosotros y de todos era el menos sucio, pero la mirada severa me la llevé yo.
—¿Fueron a un tipo de guerra o algo así? — se levantó del sillón y camino hacia nosotros.
—No, pero ya sabes, niños.
—¿Por eso tu terminaste lleno de lodo? — me subí de hombros, en estos momentos era mejor mantener las paces y no iniciar la guerra con ella —, ven Jayden, necesitas un baño — mi pequeño hijo estiró los brazos hacia ella para que lo cargará.
En el momento que Kristen lo cargo, mi pecho se llenó de orgullo, ver a Kristen con nuestro hijo, desarrollaba un nuevo amor que jamás había imaginado. Jayden era muy parecido a mí, tenía el cabello negro y ondulado y el mismo color de ojos, pero el carácter y la sonrisa era la viva imagen de Kristen, si alguna vez tuve la duda de si podía amar más a esa mujer, cuando me convirtió en padre me confirmó que si podía.
Mientras Kristen bañaba a Jayden aproveche para yo también darme una ducha. Cuando terminé fui hacia la habitación de nuestro hijo ya que todas las noches teníamos la costumbre de leerle un cuento, cuando Kristen estaba a punto de comenzar mi hijo la interrumpió.
—Mami
—Dime cariño
—¿Papi podría leer el cuento? — sonrió emocionado.
—¿No quieres que lo lea yo?
—No eso mami, es solo que papi lo lee de una manera muy emocionante — entre a la habitación antes de que Kristen dijera algo.
En cuestión de minutos Jayden se quedó dormido, cuando volteé a ver a Kristen, ella estaba llorando, rápidamente llegué hasta ella y le sequé las lágrimas.
—Cariño, es solo un cuento, sabes muy bien que Jayden te adora — limpie las lágrimas de sus mejillas.
—Lo sé, él me dijo que soy su favorita — estuve a punto de discutir el punto, pero me detuve —, es solo que, realmente lees los cuentos muy emocionantes — volvió a llorar, pero antes de que despertara nuestro hijo la saqué de la habitación.
Kristen tenía tres meses de embarazo, ahora esperábamos a nuestro segundo hijo el cual presentía sería niña. La cuestión era que Kristen en el embarazo era un poco complicada, lloraba por todo, así fuera lo más mínimo, otras veces, le daban ataques de risa por cualquier cosa, otras veces se enojaba conmigo por dejarla embarazada, su argumento era que como hombre no tenía que pasar por todos los cambios hormonales como ella, pero la mayoría de las veces siempre quería tener sexo, del cual obviamente yo no me quejaba.
—Sabes que se me antojo — se secó las lágrimas cambiando rápidamente de ánimo —, un helado de chocolate.
—No te preocupes, yo te lo sirvo — le deposité un beso en la frente y caminé hasta la cocina con ella siguiéndome, cuando le servía el postre, se puso detrás de mí y me abrazo.
—Ya no quiero el helado, prefiero otra cosa — conocía muy bien ese tono voz. Gire hacia su dirección para observar el deseo en sus ojos.
—Cariño es mejor que nos vayamos a dormir, no quiero lastimarte o algo así — se alejó de mí al sentirse rechazada.
—Sabes que Jackson, buscaré a alguien que si quiera — antes de que diera un paso la tomé de la cintura y la acerque hacía mí.
—Estas atada a mi cariño, así que si algo quieres solo tienes que buscarlo en mí.
La bese frenéticamente como siempre lo hacíamos cuando estábamos solos, la cargue por los muslos mientras caminábamos hacia nuestra habitación, la cual inteligente insonoricé. Una vez estuve con ella a solas, volvíamos a ser aquellos desconocidos que solo tenían un deseo contenido por el otro, era esa persona que parecía no tenerle respeto pero con cada devoción hacia su cuerpo, realmente lo hacía.
Nuestro inicio había sido inusual, comenzamos con reglas que muy bien sabíamos no cumpliríamos, todo había iniciado sin compromiso pero la verdad es que mi alma la había amado desde la primera noche y lo seguiría haciendo el resto de mi vida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro