
𝐂𝐚𝐩 𝟑𝟑: Recuerdos del pasado
Kristen
Pensé que lo lograría, pensé que sería diferente y por fin podría, pero no fue así, aún sigo atada al pasado y no he podido avanzar, sigo estancada.
Esta apunto de que se oculte el sol para que anochezca, eso significa que pronto este día terminará, solo tendré que esperar unas horas.
Me sujeto del barandal oxidado del balcón mientras que las lágrimas resbalan por mis mejillas. El ruido de un auto llama mi atención lo cual me hace mirar hacia abajo, inmediatamente reconozco el Audi negro e involuntariamente sonrió.
Sabía que me encontraría, no sé porque, pero lo sentía.
Instantes después oigo pasos a mis espaldas seguido de un suspiro de alivio. Oigo como empieza a caminar lentamente como si temiera que fuera una ilusión y desaparecería, segundos después se detuvo a un lado mío.
—Me encontraste.
—Siempre lo haría — estiró la mano queriendo limpiar mis lágrimas, pero se arrepintió dudando si eso me molestaría —. Vamos a casa Kristen — murmuró con pesar.
—Solo hay que ver el atardecer y nos podremos ir — miré hacia enfrente — la vista aquí es hermosa — sonreí a pesar de no sentirlo.
El sol empezó a descender, mientras que el cielo se pintaba de colores naranjas y amarillos, una vez oscureció estaba lista para irme.
—Vámonos — asintió, pero se quedó viéndome fijamente mientras tomaba mi maleta.
Aún dudoso la tomo y me indico que caminará yo primero.
—Según recuerdo la vez que te traje odiaste este lugar — hablé mientras observaba los escombros en la escalera.
—No lo odié, solo considero que no es seguro, este lugar se va a derrumbar en cualquier momento — justo en ese momento caen escombros del techo aún lado mío — mejor salgamos de aquí — tomó mi mano y me saco rápidamente de ese lugar.
Cuando estamos afuera, subo a su auto mientras Michael sube mi maleta en la cajuela, para segundos después subir y encender el auto.
—Me llevarías a mi departamento…por favor — volteó en su dirección para observar cómo su expresión reflejaba confusión, pero no pregunto nada y se dirigió a dónde había pedido.
Cuando llegamos a mi departamento se mantuvo justo como lo había dejado, unos cuántos papeles encima del comedor, una caja de porcelana cerrada encima de un sillón, y un blazer apoyado en el respaldo de una silla.
Escucho como Michael entra a mis espaldas mientras cierra la puerta y deja mi maleta aún lado de esta.
—Quieres algo de tomar — forzó una sonrisa mientras giro hacía él, solo en ese instante logro observar los desalineado que luce.
De todo el tiempo que llevo de conocerlo siempre ha lucido muy pulcro, con los trajes limpios y bien planchados, todo perfectamente a su medida, podría admitir que es muy cuidadoso con su imagen o un tanto vanidoso.
Pero ahora, luce cansado, su camisa está fuera del pantalón mientras que su corbata está floja alrededor de su cuello.
Estira su mano hacia mí la cual tomo, me jala hacia él para envolverme en un abrazo que ambos necesitábamos.
—Estaba preocupado — las lágrimas comienzan a recorrer mi rostro, mientras me permito abrazarlo y ahuecar mi rostro en su cuello y por primera vez en el día, me siento bien —, ¿Por qué escapas Kristen?, ¿Por qué guardas tanto dolor?
No escucho lo otro que dice porque comienzo llorar como hace mucho no lo hacía, lloro porque es la primera vez que me permito sentir, porque es la primera vez que me siento segura.
Michael me permitió llorar, no dijo nada. Solo pasaba su mano por mi espalda mientras me permitía controlarme. Una vez el llanto fue menos nos sentamos en un sillón, sabiendo que era momento de hablar.
—¿Cómo te enteraste de todo? — pregunté.
—No sé nada Kristen — su respuesta me confundió —, no respondías a mis mensajes ni llamadas, no fuiste a trabajar, simplemente huiste y tus amigos parecían tomarlo con tranquilidad porque eso era normal y no los culpo tu pediste que fuera así, pero yo no podía dejarte, necesitaba estar contigo. Hablé con Andrew y me contó algo.
—¿Qué te contó? — mi voz se oía nerviosa y débil.
—Que pensó que esto no iba a suceder porque volvías a ser tú, volvías a celebrar tus cumpleaños y habías permitido estar con alguien. Pero no me contó más, dijo que eso era decisión tuya — sonreí porque sabía que a pesar de que Andrew no estuviera de acuerdo conmigo respetaba mis decisiones.
—Cuando tenía diecinueve años, conocí a alguien en la universidad — suspiré mientras desenterraba aquellos recuerdos —, me parecía realmente guapo, era alto, de ojos verdes y cabello castaño, estaba siendo la sensación en la universidad porque era el mejor del equipo de básquet. Coincidimos y me enamoré de él, perdidamente como nunca antes hubiera imaginado, tiempo después fuimos novios y obviamente era la más feliz. Creí que lo amaba, pero en ese momento no entendía lo que realmente era el amor. A mí madre no le gustaba Mark tenía una mala espina y Andrew pues se llevaban bien porque era mi primer novio formal, pero siempre me dijo que lo que yo sentía no era amor. La relación no era perfecta me volví dependiente emocionalmente, la relación en sí era tóxica, pero por cada pequeño detalle que el tuviera conmigo yo lo veía como la gran declaración de amor y me “enamoraba” aún más. Si teníamos problemas asumía que era mi culpa y trataba de siempre hacerlo feliz — una lágrima recorrió mi rostro, la cual limpié — tiempo después me propuso matrimonio y entenderás que era mi sueño. Mi pareja ideal siempre fueron mis padres, yo soñaba con algo así, con un nombre que me ame y me elija todos los días, con hijos y simplemente siendo feliz, soñaba con eso y sentía que estaba a punto de lograrlo.
—La pareja que viste en Coney Island… — afirmó pensativo
—Así es, ellos me recordaron aquello que anhelaba desde que era niña. Cuando cumplí veinte fue la mejor noche de mi vida o al menos eso pensaba, me llevo a cenar a un restaurante sumamente caro de Seattle y tuvimos una plática sobre nuestro futuro me dijo que quería ser padre y que estaba listo para ello, que él compartía mi sueño y también quería tener una familia. Obviamente era ingenua y creí que realmente había encontrado el amor de vida y que todo sería felicidad. — hice una pausa mientras limpiaba las lágrimas de mi rostro — fui tonta, demasiado, un simple “buenos días” o “descansa” era la mayor declaración de amor, estaba en una relación tóxica, donde mi salud mental se exponía día a día, donde todo dependía de si el me llamaba o no, dependía de su atención. Era agotador estar en una relación así pero tampoco podía ni quería salir de ahí. Un día como hoy recuerdo perfectamente como estaba probándome el vestido de novia cuando recibí una llamada. Era de un paramédico, Mark acaba de sufrir un accidente el cual fue muy grave, en ese momento estaba siendo trasladado a un hospital, yo había sido su último mensaje así que me pedían avisará a sus familiares. No sé cómo, pero le marqué a su hermano menor y le conté todo mientras me dirigía en un taxi al hospital. Fueron los peores minutos de mi vida, pero vendrían los peores. Una vez llegué al hospital corrí hacia recepción buscando respuestas, su hermano llegó seguido de mí ambos estábamos preocupados pero el lucía extraño como culpable. Un doctor vino hacia nosotros y nos explicó que hicieron los posible, pero Mark había muerto de camino al hospital — sentí la mano de Michael sobre la mía la cual me regreso un poco al presente —, las siguientes palabras pronunciadas fueron mi caída, tampoco había sobrevivido la joven que iba con él ni mucho menos la bebé. Ella estaba embarazada y él era el padre.
—No entiendo la razón de sus acciones — Michael hablo confundido.
—Su hermano me lo explico todo y es más fácil de lo que se cree. Mark siempre soñó con ser “más”, quería dinero, poder, atención y yo podría llevarlo a eso, no precisamente yo, pero si mi apellido.
—Thompson, creciste en Seattle, tu padre es el CEO de la mayor compañía de tecnología y tú madre la mayor diseñadora de esta década — lo dijo más para sí mismo que para mí.
Hasta ahora él entendía de dónde venía.
—Así es mis padres son estúpidamente ricos e importantes, pero me criaron muy diferente a como todos creerían, a mis padres jamás les gustó las excentricidades, así que me criaron a sus ideas. Mark vio en mí una gran mina de oro. Jamás me amo, ni siquiera estuvo remotamente interesado en mí, lo único que le provocaba era ego al saber a qué persona tenía a su merced.
—¿La mujer que murió sabía?
—No, ella nunca lo supo, venía de una familia pequeña y nunca tuvo la oportunidad de ir a la universidad debido a las necesidades de su familia, ella y Mark se conocieron desde niños y se enamoraron, tal vez era amor verdadero. Cuando él se enteró que ella estaba embarazada me pidió matrimonio porque si se casaba conmigo podría darle una buena vida a ella. Al final no se podía casar con alguien a quien no amaba y hacer eso a quien, si amaba, se iba a escapar con ella, incluso me dejó una carta contándome todo — agarre la caja de porcelana y saque la carta para entregársela — el mismo día del accidente él se iba muy lejos como ahí lo explica, pero un conductor ebrio termino con sus vidas — Michael leyó la carta mientras me observa de vez en cuando.
En esa carta venía prácticamente todo lo que le acababa de decir, pero desde la perspectiva de Mark.
—No fui a su funeral, ni a su entierro, la última vez que estuve cerca del entorno de Mark fue en el hospital. Los días siguientes fueron realmente una pesadilla, no quería salir de mi recámara ni comer, acaba de perder al amor de mi vida y no solo eso, él no me amaba, y peor me sentía culpable porque tanto la joven como la bebé no tenían la culpa y sin en cambio murieron. No salí de mi recámara como en un mes, tampoco iba a la universidad, no podía dar la cara, la prensa local explotó demasiado lo que me pasó que estaba en cada maldito artículo siendo el encabezado y todo era tan humillante y doloroso. Acabe con la universidad, pero me cerré, ya no salía a fiestas, ni me divertía, aleje a todos incluso a Andrew, pero él a pesar de todo jamás me dejó. La gente me veía y sentía lástima, odiaba las miradas que me daban. Con el tiempo se olvidaron del tema, pero yo no, porque en cada rincón estaba él y una anécdota de ambos, me aferraba a esos recuerdos lindos porque pensaba que algo de todo eso tuvo que ser real, era real ante mi vista.
—¿Fuiste a terapia?
—Si, después de mucho tiempo fui con una psicóloga y ella me ayudó a salir un poco del hoyo, entendí dos cosas la primera tenía que soltar aquella relación dañina, porque me afectaba tanto física como mentalmente, porque a pesar de que él había muerto yo aún seguía atada y en mi papel de víctima y la segunda, priorizarme con eso vino mi nuevo sueño, tener un gran trabajo, un gran puesto, una buena vida que yo obtuviera por mí y no mi apellido. Andrew se había mudado a Nueva York después de la universidad y lucía feliz en una nueva cuidad, sus palabras exactas fueron “es tan grande que a nadie le interesa quién eres”, pensé que si quería una gran vida y un nuevo enfoqué tenía que irme de Seattle donde todo me recordaba mi pasado y dónde estaba sujeta por ser la hija de quién soy. Desde ese momento soy la versión que vez.
—Nunca sanaste Kristen — lo mire con dolor — solo fingiste que no había pasado, pero lo hizo te dolió y te cambio, pero debes continuar.
—He continuado, todo lo que tengo son por mis propios méritos — sonreí mientras lloraba — es estúpido que algo tan insignificante me afecté tanto, ¿No crees?
Michael me abrazo mientras lloraba en su cuello, me sentía miserable, porque a pesar de los años este tema aún afecta mi presente.
—No es insignificante tu dolor, estuviste en una relación que afectaba tu salud mental, murió la persona que creías amar, y después te enteras que te engaño. No eres débil, eres la mujer más fuerte que he conocido, eres admirable porque has estado con tu dolor todos estos años tu sola, pero ya no más —paso una mano por mi cabello —, ahora y desde siempre estaré contigo.
—Sabes porque cada año escapó — me sorbí la nariz mientras permanecía en el pecho de Michael — una vez leí que si tenías que dejar ir algo te despidieras y cerraras ese ciclo y eso es lo que te intentado hacer. Cada año del accidente preparo una maleta un día antes para ir a Seattle y visitar su tumba para despedirme, pero nunca puedo, cuando estoy a punto a abordar el avión siempre retrocedo y me refugio en el edificio. Por mi estúpido miedo no he regresado a Seattle, no he visto a mis padres, ellos de vez en cuando vienen, pero nunca soy yo la que va, debería tener suficiente coraje y despedirse de su pasado pero soy débil — alce la cabeza para ver los ojos marrones tan profundos de Michael — no soy alguien a quien admirar, ni siquiera merezco que estés aquí.
—No vuelvas a decir eso Kristen, irás a Seattle y cerraras ese ciclo, has avanzado demasiado desde la perspectiva de tus amigos, así que no te detengas ahora — depositó un beso en mi frente — ve a bañarte mientras te preparo algo de cenar.
—Te acabo de contar mis traumas y lo que haces es darme órdenes — fingí indignación — no cambias Jackson — sonrió divertido mientras me daba un beso casto en los labios.
—Ducha.Ahora
Puse los ojos en blanco mientras me dirigía al baño. Muy a mi pesar el baño me había caído de maravilla, me sentía más relajada y también amada, era un sentimiento extraño pero reconfortante. Michael preparo una cena ligera para ambos, mientras comíamos puse una película mexicana en blanco y negro, era la favorita de mi padre y mía.
Michael de vez en cuando me hacía una que otra pregunta de la película lo cual me causaba gracia, pero respondía a todas ellas.
Cuando terminó la película, mi cuerpo se sentía sumamente pesado, los párpados me pesaban y no paraba de bostezar, Michael se dio cuenta de ello y me llevo a la cama. Pensé que se quedaría, pero cuando vi que solo me arropaba para despedirse algo dolió en el pecho.
—¿Te vas? — mi voz sonó apenas audible
—Necesitas descansar, si ocurre algo no dudes en llamarme, estaré al pendiente — asentí algo triste — recuerdas tus declaraciones de amor — lo mire confundida, mientras que tomaba mi celular y me lo tendía — cuando me vaya escuchas la canción que está pausada en la aplicación. Descansa Kristen — me dio un beso en la frente — te quiero.
Una vez lo vi irse de mi recámara reproduje la canción, era As You Are de The Weeknd, la melodía comenzó a avanzar y mis lágrimas también.
No pudieron ver lo que yo veo en ti,
Porque creo en ti,
Eres el único que elijo, aunque rompas mi corazón
Muéstrame tu corazón roto y todas tus cicatrices,
Bebé, te tomaré
Muéstrame tus partes rotas para conocer tus defectos,
Bebé te tomaré
Somos solo tú y yo.
Y en ese momento entendí que este nuevo sentimiento si era amor y estaba perdidamente enamorada de Michael desde hace mucho tiempo.
⚜ Regrese, eso de trabajar para cómprame cosas me roba tiempo pero ahora retomo la historia.
Cada vez más se acerca los últimos capítulos lo que significa una sola cosa: Drama
Estar en una relación tóxica ya sea como relación amorosa o de amistad es difícil de mantener, no se lo tomen a la ligera y también salgan de ahí el mundo no se acaba después de eso, se los dice alguien que ya pasó por eso.
No se les olvide votar y comentar
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro