Michael

Cuando bese la frente de Kristen la noche en qué nos despedimos sabía que nada de lo que éramos sería igual, trate de hacerme la idea de verla, escucharla, trabajar juntos, incluso pasando demasiado tiempo con la compañía del otro; comprendía que no sería fácil trasladarnos a un ambiente solamente laboral, pero cuando la observe ese lunes en la oficina con aquel traje negro y las botas por encima de las rodillas tuve que controlar cualquier impulso que pasará por mí mente.

Controle las ganas de besarla mientras la sujetaba por el cabello, o el impulso de quererla sacar de sus casillas ahí mismo para ver su molestia en sus ojos, su arrogancia mezclada con terquedad porque ahora había observado que algo que siempre quería esa mujer era tener la razón.

Y si algo me estaba empezando a agradar era llevarle la contraria.

Pero le prometí que todo terminaría en mi suite, todo lo que fuimos se quedó en aquellas paredes; reconozco que después de ese día me he comportado de la peor manera posible, si tenía fama de ser una persona arrogante, con ella lo estaba haciendo aún más.

¿Era un comportamiento justificado? Tal vez no, pero no conocía otra manera de controlar la situación, y siempre que Kristen estaba a mi alrededor sentía que perdía el control de todo mi entorno, lo cual me molestaba pero me emocionaba por igual a algo que era desconocido.

Sabía que en cualquier momento discutiríamos de una manera un poco fuerte debido a nuestro carácter un tanto similar, pero algo que no esperaba es que fuera tan pronto, acepto que sus ideas no me agradaban en lo absoluto y que incluso cuando la vi en la presentación me decepcionaron, en ese momento estaba molesto pero conmigo por dejarme llevar por una cara bonita. El panorama me cambio por completo cuando se lo dije, porque su rostro fue de irá y confusión como si no valorará su trabajo.

Así que sí, iba a hacer lo que nunca antes hubiera hecho.

La iba a escuchar y darle una segunda oportunidad a sus ideas para mí empresa, la razón confiaba en su trabajo y una parte de mi la quería cerca para tratar de descifrar a aquella mujer de cabellera negra.

—¿Qué opina usted señor Jackson? — la voz del encargado de las finanzas de la empresa me saco de mi estupor.

Llevaba más de media hora en la sala de juntas, y a pesar de mantener mi mente en cierta persona sabía perfectamente lo que se estaba tratando en esta junta, solo estaba dejando pasar el tiempo para poder meditar cómo manejaría la situación de ahora en adelante.

—Se que es arriesgado invertir en esa zona y más en esas empresas pero tenemos más factores de ganancia que de perdida, así que continúen con lo ya acordado anteriormente — hablé sin una pizca de emoción como si su trabajo y está junta fuera lo más ordinario para mí. Observe mi reloj, treinta cinco minutos era tiempo suficiente para dejar comer a Kristen sin mi presencia — si no hay nada más que discutir pueden retirarse.

Me levanté de mi silla, mientras que todos imitaban mi acción para salir de la sala, camine directo hacia mí oficina sin detenerme a hablar con ninguno de los socios y mi gente más importante dentro de la empresa como solía hacerlo.

Cuando llegue al escritorio de Mara la observe trabajando con un cúmulo de carpetas en su escritorio. Muchas veces me he preguntado si este trabajo no es demasiado pesado para alguien que trabaja y estudia pero siempre que trato de decírselo Mara me responde que no dude de sus capacidades que el día en que ella llegué a fallar en algo ese día será cuando deje de trabajar para mí, hasta el momento sigue sin tener fallas.

—¿Pediste la comida del restaurante donde te dije? — hablé antes de llegar a la puerta de mi oficina.

—Si, llegó hace más de veinte minutos — asentí conforme, para caminar los pasos faltantes y entrar en mi oficina.

Lo primero que busque fue una cabellera negra la cual se encontraba plácidamente sentada en mi silla, bebiendo un jugo de naranja.

—Siempre creí que ya conocía las mejores vistas de Nueva York, pero sin duda está es una de mis favoritas — me observó, notando como su enfado ya había cedido un poco.

—Aún no has visto la de mi ático — entrecerró los ojos tratando de saber si acaso esa era una propuesta.

—Gracias por la comida, sin duda era demasiada — observe los platos y envases vacíos — pero creo que pude con ellos sola — subió los hombros algo divertida.

—Me he dado cuenta.

—Pero eso no significa que no siga enojada contigo, tal vez no a gran magnitud como hace rato — se levantó de mi silla — pero sigo molesta.

—Entiendo, y justo de eso quería hablar contigo — camine hacia su dirección lo cual la hizo dudar, estaba demasiado tentado a pasar la línea que había marcado y al parecer ella lo suponía pero justo en ese momento mi celular sonó entrando una llamada.

—Atiende tu llamada, yo recogeré todo esto — señaló todo los platos —, después hablamos.

—De acuerdo.

Acepte por dos razones, la primera está era una llamada muy importante de un empresario con el cual estaba llegando a un acuerdo para hacer negocios juntos y la segunda quería a Kristen más tiempo en mi oficina.

La llamada se alargó más de lo esperado, mientras atendía y escuchaba, no podía dejar de observarla, desde que empezó a recoger todo lo que había prometido, pasando por verla sentada atendiendo unos asuntos de trabajo desde su celular hasta dirigirnos miradas donde me expresaba lo fastidiada que estaba por la espera tan larga, a lo cual yo respondía que tuviera paciencia.

Cuando por fin terminé la llamada el acuerdo casi estaba cerrado solo era cuestión que viajará a Londres y el trato estaría en marcha. Observe a aquella mujer con la cabeza apoyada en el reposabrazos en uno de los sillones que tenía en mi oficina.

Camine hacia su dirección para observar dormir, ya la había visto dormir veces anteriores pero eran circunstancias completamente diferentes, observarla en mi oficina era demasiado intimo a pesar de solo ser una simple acción.

La acomodé mejor para que no fuera a sufrir una contractura en el cuello pero justo en ese momento me percate que ella sería mi ruina.

Kristen

Desperté sintiéndome aturdida, no entendía donde estaba, que día era y cuánto tiempo había dormido, pero sin duda había sido un gran descanso. Cuando mi cuerpo salió del estupor del sueño recordé donde estaba, dirigiendo mi mirada hacia el tipo que trabajaba en su computadora.

—¿Qué tal dormiste? — preguntó burlón sin despegar la mirada del aparato.

—Muy gracioso pero fue tu culpa, tardaste demasiado en tu llamada que me dormí, si ibas a tardar tanto no me hubiera quedado — me estire antes de caminar hacia su escritorio — y bien en qué estábamos — bostece.

—¿Segura que quieres continuar? — volví a bostezar.

—Si, bueno puede que no sea buena idea, la discusión más la falta de comida, más el exceso de comida me dreno un poco.

—En ese caso, mañana te espero en mi oficina a las tres de la tarde — ordenó.

—No hay problema, solo recuerda, trabajamos juntos — nos señale — no trabajó para ti, así que no me des tantas órdenes sino queremos más peleas — sonrió divertido tratando de contener la sonrisa — si no hay más que decir me retiro señor Jackson — dije dócilmente para después tomar mi bolso y salir de ese lugar.

En el camino me despedí de Mara incluso también de la recepcionista, cuando me dirigía al estacionamiento un cuerpo grande choco contra mí haciendo que me desbalanceara un poco.

—Oh discúlpame, estaba demasiado distraído — me sujeto por los hombros para evitar que cayera.

Alce la mirada topándome con un hombre de rasgos asiáticos demasiado atractivo; mandíbula definida, cabello negro, ojos oscuros, voz fuerte y cuerpo trabajado.

—No te preocupes, no hay problema — sonreí para terminar con la breve conversación.

—Eres Kristen, ¿cierto?

—¿Si? — conteste dudosa al ver que él me conocía pero yo a él no — de dónde...

—Cierto perdón por no presentarme — estiró su brazo para estrechar nuestras manos — Carter Yun, soy mejor amigo de Jackson es por eso que se de ti.

—¿Él te ha hablado de mi? — pregunté dudosa como si fuera algo difícil de creer e imaginar.

—Si lo hace, es por eso que ya te ubicaba, pero no te preocupes solo cosas buenas y de negocios — dijo divertido.

—No dirás lo mismo cuando subas y te cuente nuestro último encuentro — hablé con ironía — disculpe que termine este intercambio pero debo retirarme.

—Oh si claro, no te preocupes, pero me gustaría seguir en contacto contigo, me agradas y vaya que es difícil que alguien lo haga — lo observe cautivada, me era difícil imaginarlo de amigo de Michael eran completamente diferentes, solo llevaba menos de cinco minutos interactuando con él y ya me agradaba —, además si necesitas ayuda con Jackson y su arrogancia, llámame.

—Es una idea muy tentadora.

Intercambiamos nuestros números, porque algo en mi decía que tal vez podríamos ser buenos amigos.

Cuando llegue a mi departamento observe mi celular notando dos notificaciones de mensajes de diferente remitentes.

Mara
El señor Jackson me informa que su próxima reunión será el día de mañana a las tres de la tarde en la empresa, para así solucionar dudas de ambas partes.

¿No hay problema?

Kristen
No, no hay problema, gracias por informarme Mara.

Salí de su chat para entrar al siguiente.

Maddie
Que te parecería irnos de fiesta mañana.

Kristen
¿El motivo?

Maddie
No seas aguafiestas y acepta.

⚜ Regresé después de proyectos, examenes y por último mi examen de admisión a la universidad.

Los capítulos que se vienen están intensos así que esperemos. De hecho deje una pista de que tratan con una canción recomendada en capítulos anteriores.

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