
7. ¿𝘚𝘦𝘳𝘢́ 𝘐𝘯𝘴𝘱𝘪𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰́𝘯?
Una chica de ojos avellana trataba de jalar a los burros para llevarlos a un corral, esperando así hacer menos pesadas las tareas de Luisa. Aunque su gesto era bueno, los burros no daban el visto bueno a la chica, haciendo más difícil su trabajo.
—Luisa lo hace parecer tan fácil. —mustió frustrada.
—Y vaya que sí. —resonó la voz de Camilo.
La castaña sonrió, la compañía de Camilo siempre era grata y hacia que el trabajo se hiciera menos pesado, pues literalmente el podía sacar lo positivo hasta de los huracanes que provocaba Pepa enojada.
—¿Tú tío Bruno es tan malo como dicen?. —le preguntó tratando de llevar nuevamente un burro al corral.
—Pues siempre eh escuchado que sus visiones siempre se cumplen y traen desgracias. Así que supongo que tal vez si. —respondió pero pensó más acerca de la respuesta que dio, eso solo era lo que había escuchado no le constaba al cien porciento. —aunque cuando era pequeño, el era algo así como un modelo a seguir para mí
—¿De verdad?. —volvió a preguntar dejando de lado su pequeño intento de ayuda
—Si, el fue quien me regaló mi primera ruana. —rió y la chica lo acompañó.
—Entonces, ¿por qué el: terror en su faz, ratas por detrás?. —preguntó ella con burla.
—Es con lo que crecí escuchando, y mis recuerdos no eran lo suficientemente fuertes para hacerle frente a los rumores. Pero, no es malo como lo dicen los demás, antes de irse nos dio una visión a cada miembro de la familia.
—¡Eso es asombroso!.— exclamó la pequeña Navarra. —¿Qué decía la tuya?.
Camilo suspiró. —de hecho no lo sé, el tío Bruno dejo que su visión cambiaba tanto como yo. —volvió a sonreír mirando a la chica. —tal vez lo que tengo que lograr es estabilidad y dejar de estar cambiando todo el tiempo y ver si la visión refleja algo.
—Descuida, sea lo que fuere debe ser algo bueno para ti.
—Eso espero. —dijo el sin sonreír recordando lo de ______ y el otro chico hace un rato. —¿te ayudo?.
—Por favor.
Ambos terminaron de meter todos los burros al corral, pues con Camilo tomando la forma de Luisa fue suficiente para que los burros comenzaran a cooperar y entrar al corral.
—¡Listo!. —dijo Navarra terminando de poner un candado al corral.
—¿Para que un candado?. —preguntó Camilo confundido.
—Hice la cerca más alta, así que los burros no saltarán. Además de que al poner un candado en la puerta ellos ya no podrán abrirla y esto le quitará de encima a Luisa estar regresando a los burros al corral.
—Vaya, que eres inteligente avellana.
La chica se sonrojó ante el comentario y después añadió: —gracias.
[...]
—Quieres por favor repetir más lento lo que dijiste.
Mirabel tomó aire para tranquilizarse y volver a empezar.
—Encontré a mi tío Bruno y le pedí que me explicara lo que ocurrió en la visión y lo convencí de ver al futuro de nuevo.
—De acuerdo, ¿qué vio en esa visión?. —preguntó ______, quién esta vez si entendió a su amiga.
—La casa destrozada. —al darse cuente de la expresión que pintaba el rostro de ______, se apresuró a explicar. —peeero, hay un modo de evitar todo eso y fortalecer el milagro. Y ese el problema.
—¿Qué hay de malo?.
—Tengo que... —se estremeció de pensarlo. —abrazar a... abrazar a Isabela.
—Bueno, aún es tu hermana. No puedes escapar de eso. —dijo como consuelo. —eres lo que tu familia necesita.
—Es curioso que mi tío Bruno haya ocupado las mismas palabras.
—Debe ser alguien inteligente entonces. —dijo con altanería fingida y riendo.
[...]
Las dos chicas se encontraban camino a el cuarto de Isabela, Mirabel más ansiosa que su amiga, pues bien no mantenía una relación muy cercana y amorosa con su hermana.
—Debe haber otro modo, Isabela y yo nunca hablamos y mucho menos nos abrazamos.
—Mirabel, es tu hermana y no pueden mantener este pleito por siempre.
—De acuerdo, iré. —dijo Mirabel decidida.
—Esa es mi amiga.
[...]
Camilo paseaba por la plaza, buscando a personas para ayudar, pero al no encontrar nada para hacer volvió a casa.
—Somos así en la familia Madrigal...
—Pensé que Mirabel era la única que cantaba esa canción. —murmuró _______ a sus espaldas.
—La verdad, es muy pegajosa.
—Ya lo creo. —rió la chica. —¿en donde estabas?.
—Ya sabes, en la plaza tratando de ver en que ayudar. —respondió Camilo, tomando una de las arepas que estaban en la mesa.
—Supongo que no había mucho por hacer.
—Pues después de que encerraste a todos los burros, no había mucho por hacer. —con un tono más débil concluyó: —se está corriendo la voz de que la magia de nuestra familia peligra.
—Si esto sale bien, nadie en el Encanto tendrá que preocuparse. —dijo _______, acariciando la mejilla del chico.
El Madrigal la miró con atención, ella siempre le había parecido sumamente hermosa, no solo por su físico, sus acciones, lo que hacía para ver a las personas a su alrededor felices, lo hacía perder la cabeza. _______ al ver que Camilo no sería quién diera el primer paso se acercó más a el, quién desconcertado colocó una de sus manos en la cintura de la chica y la otra en su nuca, sus labios rozaban, alguno de los dos tenía que ser quien acortara la distancia que los dividía, pero el era demasiado tímido para hacerlo.
—Acabo de acercarme 15 centímetros a ti, ¿qué te cuesta acercarte uno más?. —susurró ella.
Era la única señal que Camilo necesitaba, para hacer lo que tanto había anhelado. Con el ánimo en los cielos, unió sus labios a los de la chica con una ternura indescriptible, ambos al ser nuevos en ese campo se movían con torpeza, pero eso hacía más memorable el momento.
Dos hermanas volvían a unirse, y dos jóvenes se enamoraban. Era más de lo que se necesitaba para recobrar la fuerza del Encanto, y al tiempo en el que ambos se separaron de aquel dulce beso, la penetrante mirada de la matriarca Madrigal.
—¿______, que ocurre aquí?. —preguntó desconcertada.
—Abuela, deja que yo te lo explique.
Pero antes que que Camilo pudiera decir algo en su defensa, el estruendo en el patio llamó su atención para que los tres salieran corriendo a ver que pasaba. El espectáculo fue justo lo que Navarra esperaba, las grietas que se habían formado en los últimos días habían desaparecido por completo y el brillo de la vela había aumentado aún más.
—¡Mirabel!, ¿Pero que hiciste?. —esta vez ella estaba más enojada.
—¡Abuela!, al fin descubrí como salvar el milagro, Isabela no estaba contenta con...
—Claro que no está contenta, arruinaste su propuesta.
—No, no, no. —prosiguió Mirabel emocionada. —es que yo debía arruinar, su propuesta, para que las grietas desaparecieran.
—¡Ya basta!. —gritó alma molesta. —las grietas aparecieron contigo, bruno se fue por culpa tuya. —espetó molesta. —Luisa perdió su don, Isabela está fuera de control, y encuentro a Camilo besando a una chica que también desgració a la familia.
A pesar de todas las palabras hirientes que le había dicho su abuela, las últimas la habían hecho mantenerse fuerte. Mirabel estaba feliz por su amiga y su primo, pero no entendía la parte de que _______ también era culpable de lo que ocurría.
—_______ y Mirabel no tienen la culpa de lo que a ocurrido. —estalló Camilo, mirando con determinación a su abuela.
—Las grietas empeoraron cuando ella llegó con nosotros. —respondió molesta.
—Tu fuiste quien insistió en que ella viviera aquí. —continuó el.
—Y cometí un error, ______ nunca planeó quedarse contigo, ella se irá del encanto con el chico que llegó hace unos días.
La sospecha que Camilo había enterrado en lo profundo de su mente, volvió a la luz. En ese momento no pensó, sus piernas reaccionaron más rápido y salió de ahí, escuchando vagamente los gritos de quién creyó que lo amaba.
Pues, recuperé mi cuenta, pero creo que dejaré la otra por si acaso.
No se si les ha pasado que se cierra su sesión en wattpad, pero el problema conmigo fue que no recordaba la contraseña, y con la desesperación creé otra.
@SalemAcosta
Espero que les guste, como va la historia. Y si tienen alguna ideita por ahí, o algún comentario. No duden en decírmelo.
Se despide. Salem.
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