
𝑴𝒐𝒗𝒊𝒆 𝑴𝒂𝒓𝒂𝒕𝒉𝒐𝒏
Un día como cualquier otro, el cobalto permanecía leyendo uno de los tantos libros que poseía en su habitación.
De fondo sonaba Mary on a cross mientras que la lluvia golpeaba con fuerza su ventana, se incorporó para tomar de su taza de chocolate y tratar de entrar en calor, pues comenzaba a hacer frío.
No sabía si su novio llegaría, puesto que ese día cumplían un año y nueve meses desde que se volvieron pareja y habían quedado en tener un maratón de la saga favorita de su novio.
Aunque no sabía si llegaría a su casa, por el tema de la lluvia.
Hasta que segundos después escuchó el timbre su departamento, informándole que alguien había llegado, quería suponer que era cualquier otra persona que no fuera su novio, porque si era así, se llevaría una buena regañada.
Rápido fue para abrir la puerta y menuda sorpresa se llevó al ver a su novio en la puerta empapado por la lluvia.
—Hola corazón —dijo nervioso, porque sabía que se llevaría un sermón.
—¡Condenado erizo! —lo arrastró adentro y rápido fue por unas toallas para el azabache, con la esperanza de que no se enfermara.
Mientras que el cobalto iba por eso, el azabache sonrió, le agradaba que el pequeño se preocupará por él pues así sabía cuanto le importaba al pequeño azul. Se abrazó a sí mismo mientras se acercaba al pequeño calentador que el cobalto tenía en su sala, en pocos minutos llegó el cobalto con una toalla azul y cubrió con ella al azabache secándolo.
—Te preocupas demasiado, voy a estar bien —respondió tratando de calmar los nervios de su pareja mientras se dejaba secar por él.
—Te recuerdo que tú estuviste igual o peor cuando me dio neumonía.
—En aquel entonces mi preocupación estaba justificada, estuviste en tratamiento por varias semanas y agradezco que te hayas curado y recuperado, no soportaba verte sufrir, no podía escuchar tu risa sin que tu vida peligrará —bajó ambas orejas con un poco de intranquilidad, pues recordar aquellos días en donde el cobalto permanecía en cama por aquella enfermedad no le era muy gratificante de recordar.
—Lo sé Shadow, pero recuerda que el doctor dijo que era muy poco probable que me volviera a enfermar —continuó secando las púas del azabache.
—Tú mismo lo dijiste, es poco probable, ó sea que las probabilidades siguen ahí y eso me preocupa.
Sonic lo miró enternecido, la primera imagen que tuvo de Shadow era una completamente diferente a la que ahora tenía, amaba el lazo que ambos habían formado a lo largo de los años.
La química que tenían desde amigos era única.
—No pasará eso —le sonrió para después darle un beso en una de sus mejillas morenas.
Ante aquel gesto el azabache le correspondió con una pequeña sonrisa.
—Qué tal si te das un baño y tenemos ese maratón —propuso para poner ambas manos en los hombros del otro el cual asintió.
—Ese era el plan principal.
Shadow sujetó una de las manos de Sonic y dejo un pequeño beso en la palma.
—Y lo sigue siendo, daté un baño mientras yo preparo algo de comer.
Ambos se dieron un cálido beso y al separarse, uno se dirigió al baño mientras que el otro a la cocina.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro