En meses su pareja podía llegar temprano del trabajo, lo agradecía mucho ya que tenía una sorpresa preparada para él por su aniversario.

Tres años de matrimonio.

Y han sido los mejores años de su vida, nunca había sido tan feliz.

Lo único que no le gustaba era que su pareja trabajará demasiado para darle lujos y consentirlo, por eso agradecía los pequeños momentos que tenía junto a él.

Y justo ese día, era uno de esos momentos.

Tenía la cena ideal, lasaña con puré de papá y pasta, junto con un vino de frutos rojos el cual era él favorito del azabache.

Tenía las horas suficientes para hacerlo, pero primero tenía que ir a comprar los ingredientes y lo haría junto a su mejor amigo y esposo de su cuñado.

En lo que llegaba a su casa tenía en la mano la tarjeta de crédito que le había dado el azabache hace un año, tarjeta que no utilizaba porque no se sentía cómodo con ella, pero para todo lo que necesitaba comprar lo requería.

Guardó la tarjeta en su cartera y observó una foto de su pareja de bebé y sonrió cálidamente, amaba esa foto.

Sus orejitas se alzaron al escuchar el timbre y rápido fue a abrir la puerta, encontrando al albino eufórico y extasiado. Le emocionaba ir de compras.

—Sabes que me encanta ir de compras, y agradezco que me hayas hablado a mi en vez de a Amy —dijo entrando a la casa, su euforia se notaba desde lejos.

—Fuiste la primera persona en la que pensé —observó por última vez la lista antes de guardarla.

—Admitelo Sonic, de entre Amy y las demás, yo soy mejor cocinando.

—Por eso cada que nos reunimos tú eres el encargado de la cocina —dijo riendo a la vez que salían de la casa.

—Sabes que gastronomía ha sido una de mis pasiones desde que era un bebé, y cuando tuve la oportunidad de estudiarla no lo dude y mira, salí graduado con honores y como uno de los mejores.

—Y todos agradecemos tener a un buen cocinero como tú —le pellizco una de sus mejillas con cariño.

—Entonces andando, esos ingredientes no se conseguirán solos.

Después de casi dos horas en el centro comercial, el cobalto ya tenía todos los ingredientes. Aunque claro, hubo un contratiempo.

—¿Estás seguro Silver? —preguntó mientras tenía en ambas manos un par de velas aromatizantes.

El albino acomodaba los sartenes que ocuparía el cobalto para la cena, mientras que a su vez guardaba los alimentos que iban en el refrigerador para que no se echaran a perder. 

—A lo que me has contado, y aprovechando que tienes un jacuzzi, lo veo acorde a la situación, además las velas y luces que compramos le darán el toque romántico.

—Pero, no estoy seguro.

—Escucha Sonic, estoy seguro que es un detalle que a Shadow le encantará, a los dos les hace falta tener un momento a solas e íntimo, les hará bien a ambos.

—¿Con íntimo te refieres a...? —preguntó con ambas mejillas sonrojadas.

—No necesariamente lo tienen que hacer, íntimo no solamente es estar juntos en cuerpo, sino aquel momento donde solamente disfrutan de la compañía del otro de forma romántica sin ningún ápice de querer terminar en la cama —sonrió.

—Mephiles debe estar orgulloso de tenerte como esposo.

Silver volvió a sonreír, el cobalto salió de la cocina para responderle a su pareja.

Inscord

Saldré en dos horas, tendré una junta con unos inversionistas y estaré haciendo unos planos con mi jefe

Esta bien corazón, aquí te estaré esperando con una rica cena<3

En ese caso me apurare, no quiero dejarte cenando solo

Sonic después de leer el último mensaje sonrió, levantó su vista al ver cómo el albino salía de la cocina y recogía sus cosas, ya era momento de que regresará a su hogar.

—Muy bien Sonic, ya te deje todas las cosas en la barra y la receta, si necesitas ayuda llamame, tengo que regresar para tener lista la cena para Mephiles y lavar la ropa, muchas cosas.

—Si tranquilo, cualquier cosa te aviso.

—Nos vemos —se despidió con una sonrisa y salió de la casa.

Sonic se encaminó hacia la cocina y comenzó a cocinar.

Habían pasado un par de horas y ya estaba lista la cena, solo que había un pequeño detalle.

Llegó hasta el baño y tenía esas lámparas, linternas y velas que Silver había comprado para él y el azabache. Las colocó alrededor de la tina y las encendió, las velas desprendían un aroma a canela y chocolate, las linternas y lámparas irradiaban una luz cálida y nada molesta.

Sonrió encantado, y para darle un mejor toque decidió apagar las luces para ver como se veía y quedó encantado.

Por estar tan distraído en ello no se percató que su pareja ya había llegado, sino hasta que sintió unos brazos en su cintura la cual fue abrazada por el otro.

Sonic sonrió al sentir los brazos y recostó su cabeza en el cuerpo del otro.

—Nunca había visto la tina tan tentadora —apego su rostro con el del otro.

—Fue una recomendación de Silver.

—¿Y me imagino que la comida también? —preguntó burlón.

—No, esa sí fue idea mía, solo me ayudó con los ingredientes —correspondió.

—Estoy seguro que sabrá bien, todo lo que tú cocinas me encanta —besó su mejilla empalagoso.

—Fue un tip que me dio Silver, ya sabes lo que siempre dice, el corazón de un hombre se consigue conquistando su estómago —rió.

—Y así logró conquistar a mi hermano.

—¿Te apetece cenar y después venir a darnos un baño? —le preguntó rascando por detrás de su oreja.

—Me parece perfecto.