𝐕𝐈𝐈
Desde hace un par de semanas, todas las noches June se quedaba a dormir con JungKook en su apartamento. Los primeros días ella lo esperaba con la cena lista, conversaban trivialidades, se daban tiernas muestras de cariño, veían alguna película y después de un baño terminaban haciendo el amor hasta el cansancio. Por la mañana desayunaban juntos y por separado se dirigían a sus trabajos.
June se sentía en el paraíso, nada parecía quebrantarla, ni siquiera el estar distanciada de DaHyun también. A decir verdad, comenzaba a extrañar a TaeHyung, su compañía y que los tres hicieran su famosa juntada de pelis y pizzas de sábado por la noche. Hasta que un día en particular en que JungKook decidió trabajar desde la comodidad de su departamento para poder estar más tiempo al lado de June recibió la inesperada visita de su padre.
Apenas entró se puso cómodo, reparó en el bolso blanco de June colgado en el perchero, sus zapatillas y su suéter rosa. No dijo nada, decidió fingir ignorancia hasta averiguar que sucedía realmente. Para Jungkook fue demasiado sorpresivo, le preocupaba un poco que pudiera incomodarla con algún comentario filoso o descubriera lo que estaba ocurriendo en realidad entre ambos. Lo mantuvo entretenido con cuestiones de trabajo mientras ella preparaba café.
—¿Crees que deberíamos pedir una auditoría? Eso nos mostraría el real estado de las cuentas, los movimientos y...
—¿Hace cuánto estás con ella?
—¿Qué?
Sí había algo que Jeon InGuk conocía era lo intrépido y sagaz que su hijo podía llegar a ser. JungKook a muy corta edad había logrado excelentes calificaciones y su manera elocuente de hablar le permitía conseguir lo que quería. No le parecía extraño si su hijo tenía sexo con otras mujeres fuera del matrimonio. Era desquite de una sola noche y ya. SoYeon siempre sería la principal. No obstante, percibió la manera en que su único hijo comenzó a dudar, también a balbucear y podía apostar a que sus manos refregándose sobre la tela de sus jogging era a causa de su nerviosismo. Y todo porque la bonita rubia de dulce rostro se encontraba bajo el mismo techo.
Se removió del asiento dejando caer los papeles de forma descuidada sobre la mesa de café y se inclinó hacia su primogénito. Una vez más lo observó con atención, pero está vez no pudo encontrar algo en su rostro que le respondiera a lo anterior.
—Te la pasas metido aquí, SoYeon nos contó que ya no duermes en la casa, —JungKook rodó los ojos—, ¿quieres arruinar tu vida por una chiquilla? Te recuerdo que estás casado.
—Lo tengo bien en claro, abeoji. —de reojo miró hacia el pasillo que llevaba a la cocina asegurándose que ella aún se encontrará allí—. June es solo una amiga, nada más. Me ha estado ayudando con un par de cosas.
InGuk resopló una risita amarga.
—¿Qué cosas? Mira hijo, cuando tú vas, yo fui, hice y regrese.
June sonriente se apareció con una bandeja entre sus manos minutos después. Depositó con cuidado ambas tazas de café sobre la mesa dispuesta a encerrarse en la habitación a seguir con sus pendientes del jardín. InGuk sintió curiosidad y le pidió quedarse un rato con ellos indicándole que se siente a lado de JungKook. Incomodidad y ellos no fueron capaces de mirarse. InGuk se reacomodo en el sillón cruzando sus piernas y bebió un sorbo de café antes de preguntar.
—¿Cómo te llamas, muchacha?
—¡Abeoji!
—No, está bien. Mi nombre es Sohara June, señor.
—¿A qué te dedicas?
—Soy maestra de jardín de infantes.
JungKook supo que lo había descubierto en el exacto instante en que su padre formó una leve mueca con sus labios parecida a una sonrisa socarrona.
—¿Tienes pensado hacer algo más?
June no lo había pensado, de hecho, amaba su profesión, cuidar de los niños y enseñarles. Ser parte de su proceso de crecimiento y aprendizaje. Sin embargo, en el pasado, tuvo la ambición de estudiar arte. Gusto que compartía con TaeHyung. Era muy buena haciendo manualidades, esculturas y pintando cuadros. Varios adornos de los que tenían en el departamento los había hecho ella y JungKook había quedado fascinado con el cuadro de una pintura de un paisaje que desconocía ella era la autora.
—La verdad no. Me gradué hace unos tres años de la carrera. Cuando llegué a Seúl desde Daegu mi prioridad fue conseguir trabajo primero y mantenerme. —era encantadora, debía admitirlo. Muy bonita también—. Aún soy joven, tengo muchos sueños y quiero cumplirlos todos a su debido tiempo o al menos la gran mayoría.
InGuk ya tenía su veredicto constituido.
No perdería más su tiempo valioso sentado.
Se levantó, por lo tanto ellos dos lo hicieron también.
—Me alegra haberla conocido, señorita Sohara.
—El gusto es mío, señor Jeon. —hizo una reverencia de noventa grados.
Una última mirada examinadora a la rubia y luego con un gesto le pidió a su hijo acompañarlo a la puerta.
—Recuerda que tienes esposa y un hijo esperándote en casa.
JungKook aspiró aire profundamente y lo dejó salir despacio.
—Quiero divorciarme y lo sabes. Ni ella ni yo nos amamos. ¿Crees que no estoy enterado de lo que hace? No es tan santa como se muestra.
InGuk lo sabía. SoYeon le había demostrado ser un arma de doble filo. Una correcta esposa amable, pero bastante trastornada y capaz de cometer una locura con tal de salirse con la suya.
—¿Y qué harás si eso sucede? ¿Te casarás con esta?
Ninguno se dio cuenta que estaban escuchando.
—Y si lo estuviera considerando, ¿algún problema? —InGuk resopló una risa—. Tengo todo el derecho de rehacer mi vida con quién me plazca y buscar mi felicidad. No quiero que se metan con ella.
—Estas embelesado, es muy bonita y amable. Tal vez deberías considerar tenerla pero escondida como tu amante. No creo que una pueblerina dé la talla con nuestras amistades de la sociedad.
Apenas se despidió se marcho. Entonces JungKook se tomó un momento para respirar evocando tranquilidad y volvió a la sala. Levantó las tazas y se dirigió a la cocina, June se encontraba secando y guardando algunos utensilios. Apenas colocó los trastes en el fregadero la abrazó por la espalda, le removió el cabello a un costado y besó su cuello. Ella se lo permitió, esos labios eran bastante adictivos y sus manos atrevidas harían el intento de meterse dentro de su blusa y pantalón. Si lo dejaba continuar ambos terminarían en algún rincón de la casa teniendo sexo. Y aunque lo deseaba, está vez logró oponerse.
—Sera mejor que me vaya. —se alejó, dejándole confundido, June jamás se le había resistido—. Hace días que no veo a DaHyun. Tampoco a TaeHyung.
—Que lamentable que debas tener de amistades a un hippie como él.
Su comentario lleno de malicia y desdén le hizo mirarle. Se apoyaba de la mesada con los brazos cruzados. En cualquier otro momento esa imagen sería devastadora para su lívido pero ahora la abarcaba la inminente desilusión.
—TaeHyung no es ningún hippie, es el hombre más bueno, dulce y amable del mundo. No entiendo cuál es tu problema con él.
A June le dio escalofríos su sonrisa ladeada.
—Me sorprende que no te des cuenta de su verdadera cara. Demasiado ingenua. —pasó por su lado con la intención de volver a su trabajo—. Por eso me gustas.
—Claro, porque soy fácil de engañar y engatusar, ¿no? Así se te hizo más fácil llevarme a la cama y ahora intentaras imponerme lo que debo hacer o a quien debo hablarle.
Le comenzaba a fastidiar sus quejas.
—No entiendo tu actitud infantil, June. No me parece nada malo intentar guiarte para que seas alguien mejor. Si algún día está mierda se acaba y te vuelves oficialmente mi mujer lo que menos me apetece es que te relaciones con gente tan mediocre.
Sí, definitivamente una amarga desilusión.
—Tal vez no quiera ese puesto.
—¿Qué? June no juegues.
—Me voy. Estoy cansada.
Fue ella quien salió de la cocina y JungKook la siguió. Tendría que volver en otro momento para tomar su bolsa con los trabajos que había dejado en una de las habitaciones mientras tanto solo se largaría con lo poco que tenía a mano.
—June, vuelve, no hemos terminado de hablar.
—¡Yo si!
Y se fue azotando la puerta.
•••
No solía causarle estrés las reuniones de padres, pero ese en particular hacía que quisiera desaparecer de la faz de la tierra. Tendría que verlo después de dejarlo en medio de una absurda discusión y de no atender sus cientos de mensajes o llamadas. Se sentía confundida con sus emociones y decisiones.
—June, ya es tiempo, la mayoría de padres ya están presentes.
—Voy.
Se entretuvo sacando fotocopias, tuvo que pasar al edificio de primaria para hacerlo. También se tomó el tiempo en volver, al hacerlo entró saludando de forma general sin mirar a nadie. GoNeul ya había iniciado, aún faltaba que repartiera unos papeles importantes y los permisos que los tutores debían firmar para aceptar una salida escolar fuera de la institución. Los repartió con paciencia y parsimonia sobre las mesas donde los padres estaban sentados y algunos en mano. Vio a TaeHyung junto a Byul la madre de Yomi, ambas se sonrieron.
El asunto era que TaeHyung estaba solo, no tenía pareja. Byul podía considerarse solo una amiga. Pues la pequeña fue concebida en una noche de copas después de conocerse por primera vez en una discoteca, sin compromisos y creyendo que posterior a ese encuentro jamás se volverían a ver. Sin embargo, cuando supieron la nueva llegada, decidieron tenerla y mantener una amistad para darle un sano entorno a la niña que no tuvo culpa de los errores de los mayores. Así que ambas se llevaban de maravilla.
El último papel que debía repartir terminó en las manos de alguien que bien conocía. Aún cuando alrededor de ellos seguía desplegándose la reunión se miraron fijamente por eternos minutos siendo aquella fotocopia parte de la conexión. June fue quien rompió el contacto situándose al lado de su compañera. También habló, agregando información relevante sin permitir que la presencia de JungKook que no dejaba de mirarla fijamente la intimidara. No iba negar sus sentimientos, eran fuertes y aún seguía ilusionada con un posible futuro a su lado pero debía ser realista.
Cuando la reunión finalizó el salón seguía lleno con algunos padres que se quedaron conversando, unos dos o tres con GoNeul. TaeHyung, empujado por Byul se acercaron a June. Le correspondió el abrazo a la mujer. Era igual de alta que su azabache amigo que intentaba mantenerse al margen. Tenía una carrera como modelo y más de una vez le había propuesto a June ser parte del staff de chicas donde trabajaba. Por obvias razones siempre se negaba. Una llamada las interrumpe y se excusa con que debe atender.
—¿Cómo estás?
Es la primera vez después de mucho tiempo que le hablaba. June sintió bonito aún cuando él hacía todo por no mirarle a los ojos. Sonrió.
—Bien.
—DaHyun me contó que te peleaste con el mangante crapuloso ese.
—Extrañaba tus ocurrentes insultos. —su sonrisa se agrando. Para TaeHyung eso fue todo.
—Tengo muchos más, muy especiales para el funesto energúmeno, pero te haces la interesante y ya no me divierte tanto. —sonrió cuando ella se rio—. Byul y yo llevaremos a Yomi a McDonald's. Al fin tiene tiempo y saldremos juntos, ¿quieres venir? Sé que te gusta.
—¿A ellas no les molestará? —negó. Sabía que tanto Yomi como Byul adoraban a June—. Entonces me encantaría acompañarlos.
La interrupción de un tercero hizo que el agradable momento se volviera tenso. JungKook se acercó rápidamente a la rubia sosteniendo de manera posesiva su brazo.
—June, ¿podemos hablar?
—Sera mejor que no.
Trató de mantener una sonrisa para disimular ante los demás. Aún se encontraban dentro del salón. TaeHyung no quiso entrometerse así que la ayudó con sus cosas y salieron juntos. JungKook los siguió.
—¡June!
—Te dijo que no, amigo.
TaeHyung lo detuvo poniendo su mano sobre el pecho ajeno, JungKook casi asesinándole con la mirada se la quita de un fuerte manotazo. Las ganas que tenía de golpear al azabache eran cada vez más grandes, lo detestaba. June quiso intervenir, sus nervios pendían de un hilo demasiado delgado. Entonces un nuevo acontecimiento cambió por completo la escena.
La voz histérica de una mujer se escuchó por el pasillo, todos voltearon a verla por la manera en que gritaba improperios hacia una determinada persona. Parecía endemoniada y cuando sus ojos lograron encontrar su objetivo fue directamente a ella, sin explicaciones sin detenerse ni nada golpeó a June en el rostro causando que trastabillara y casi cayera al suelo de no ser por la intervención de TaeHyung.
—¡Ramera, roba maridos! ¡Está es la clase de mujer que tienen trabajando en esta institución! —gritó SoYeon. JungKook se había interpuesto, no decía nada, estaba en shock al igual que todos los presentes que miraban perplejos— ¡Arruinaste una familia, maldita perra! ¿Vas a defender a tu sucia amante? —le gritó a él, forcejearon—. No te hagas la mosca muerta, da la cara atrevida.
—¡Basta SoYeon!
La sujetó del brazo con intenciones de sacarla. Ella logró soltarse queriendo lanzarse a June de nuevo, pero TaeHyung logró empujarla lejos.
—¡Que toda la escuela se entere! Está cualquiera que ven, la que ponemos nuestra confianza para que cuide a nuestros hijos es la zorra que se metió con mi esposo, ¡se acostó con él! Lo engatuso y se lo llevó a la cama.
JungKook una vez más intentó sujetarla por la cintura. SoYeon estaba fuera de si, histérica. Solo quería vengarse y arruinarlos. Era como una diversión para ella y que bien le salía el papel de pobre víctima. Consiguió darle una cachetada a su esposo en medio del forcejeo y rasguñar su mejilla. Dos de seguridad se acercaron. June aterrada se sostenía de la pared, Byul con ella sosteniendo su mano mientras TaeHyung seguía de escudo protegiéndola. Algunos padres murmuraban, incluso algunos directivos estaban presentes.
No podía moverse, sentía que el piso se abriría a sus pies si se movía. De reojo vio al pelinegro sacar a su esposa con dificultad, casi a rastras mientras discutían.
—¡TaeHyung!
Al fin giró, entonces viendo a June más pálida de lo normal la tomó entre brazos llevándola a enfermería. Allí se quedó un rato descansado. También tuvo que ponerse una bolsa de hielo sobre su pómulo izquierdo pues tal vez se le hincharía más tarde. Estaba avergonzada, se sentía humillada. Tenía el presentimiento de que esto en algún momento sucedería pero no en su lugar de trabajo y de esta manera tan dramática. ¿Cómo explicaría su situación a sus superiores sin que termine siendo despedida? ¿Y los padres de los niños?
Su cabeza dolió con tanto dentro y acostada en la camilla cerró sus ojos para tratar de olvidar un rato.
Así están las cosas país.
Cómo diríamos acá en las Argentinas: "No me la contes, amigo. Se armó alto bardo" 🤭
¿Ustedes que creen que pasará ahora? Déjenme sus comentarios, duda existencial, insultos, descargos, respuesta, a Yoongi, etc.
No falta nada para el final. ✋🏻😌
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