𝐈.
Preparó un desayuno nutritivo para iniciar el día. También guardó las galletas de avena y chip de chocolate que había hecho la noche anterior para los niños en un tupper grande. June trabaja de nueve a una en un jardín de infantes. Le gustaba estar con ellos, ser parte de el aprendizaje lectivo, era buena en ello y los niños la adoraban.
—Buenos días~
La voz cantarina de su mejor amiga de casi toda la vida y roomie le sacó una sonrisa. Kim Dahyun era la alegría en persona. La que siempre sabía que decir en el correcto momento. Y aunque June era dos años menor que ella su relación de besties era la más hermosa. Desde que fueron pequeñas siendo vecinas en un barrio residencial de Daegu. Luego por cosas de la vida y elegir caminos distintos, tuvieron que separarse. DaHyun viajó a Seúl para seguir estudiando y June la siguió tiempo después para ir a visitarla. Nunca pensó que terminaría enamorándose de la gran ciudad y al final se quedó indefinidamente.
—TaeHyung debe estar por llegar.
Mencionó la mayor revisando su reloj de muñeca, ambas limpiando un poco la cocina. June apuró el paso, terminó de vestirse, peinarse y ponerse algo de maquillaje. Tomó la bolsa que contenía algunos afiches e imágenes que usaba para la sala o para colocar en los cuadernos de los niños. Amaba hacer manualidades, los colores y las enormes ideas que sacaba de todo. La ayudaba mucho también en sus lapsos de nervios o ansiedad. Aunque no era tan común sentir aquello pues su vida era tranquila y regular.
Excepto por los momentos de risa que pasaba junto a los hermanos Kim.
—Buenos días, June.
El azabache sonrió al verla llegar a la entrada, no venía solo junto a él. Una pequeña niña se lanzó a las piernas femeninas saludando de forma efusiva haciendo reír a los adultos.
—¡Miss June!
—Buenos días, preciosura —la alzó en sus brazos, la pequeña Yomi llevaba dos trenzas a los costados de su cabeza adornadas con unos lazos y pequeñísimos broches de flores de colores.
—Cielo, recuerda que no estás en el jardín, —le dijo su padre acomodando la camisa de su uniforme—, cuando estamos en casa puedes llamarla tía.
—Ya te dije que puedes llamarme por mi nombre.
—Unnie.
Los tres rieron soltando un suspiro de ternura. TaeHyung como siempre las llevaría a destino. Primero dejando a su hermana en la oficina y luego a June y su hija. Se separaron al llegar, June debía prepararse para recibir a sus alumnitos en la puerta, acomodar sus cosas sobre el escritorio, colocarse el delantal que mostraba que era parte de la sala azul y esperar junto a sus compañeras en la entrada. La sección del jardín constaba de tres salas: la azul, la púrpura y la naranja. Cada una con más de diez niños de entre tres, cuatro y cinco años. June junto a otra compañera se encargaban de la educación y alimentación de los niños de cinco.
—Nosotras somos Miss GoNeul y Miss June, les damos la bienvenida a la sala azul.
Los pequeños en compañía de uno de sus padres aplaudieron cuando la mayor lo pidió. El primer día siempre se permitía a los tutores quedarse como parte de la adaptación y de paso se les comentaba a todos lo que se haría a lo largo del año. También que toda actividad sea extracurricular o no estaría anotada en los cuadernos de comunicaciones así como algunos eventos especiales donde los niños participarían. En caso de algún desacuerdo o imprevisto podían hacerlo comunicar en las reuniones pactadas o con notas enviadas desde los cuadernos que serían respondidos con brevedad.
Arte, música y botánica eran algunas de las asignaturas que tendrían a cargo. June sería la encargada de la pequeña huerta y pretendía más adelante que los niños ayudaran a plantar un árbol entre otras tareas que tenía en mente una vez su superiores le dieran el correspondiente permiso. Tenía tres años trabajando en esa escuela desde que se había graduado del terciario y siempre cumplió las reglas sin tener problemas.
La puerta del salón se abrió después de algunos golpes, los niños ni se inmutaron ante la entrada de la coordinadora, estaban en su hora de manualidades. June siendo la que se encontraba más cerca la recibió saludando con una leve reverencia.
—Dígame, sunbae.
—Estoy haciendo las actas, me atrase bastante por cosas personales y debía entregarlas hoy. —parecía apenada—. Hay un niño que estará en sala azul, está esperando con sus padres afuera, necesito que una de ustedes los atienda y les explique lo necesario, en serio necesito que me cubran en esto, por favor.
June dudó, no era parte de su trabajo, pero tampoco podía ser cruel en no ayudar a una de sus compañeras con algo tan simple.
—Tranquila, iré yo.
—Gracias, June, eres un amor. Invitaré el almuerzo, pollo frito y soju.
Le sonrió divertida, con un gesto de su mano restó importancia y la vio irse rápidamente por la puerta agradeciéndole un par de veces mas. Es cuando cae en cuenta que ni siquiera le había dado un poco de información como por ejemplo el nombre y apellido del nuevo alumno. Le contó rápidamente la situación a su compañera, está expresando que lo tendría todo bajo control y salió hasta la entrada. El guardia que siempre cuidaba la entrada le indicó que la estaban esperando y cuando sus ojos vieron de quienes se trataba hizo acopió de toda su calma para no verse nerviosa o poco profesional.
—Buenos días, perdón la demora, fue mi culpa que GuiJu haya llegado tarde.
Por un minuto eterno se quedó embelesada en esa grave y ronca voz acompañada de una leve sonrisa amable, en la profunda mirada oscura que parecía desnudarle el alma pero en realidad era una característica muy llamativa de su persona.
«Concéntrate, boba»
—No hay problema, —tragó—, mi nombre es Sohara June, soy la maestra responsable de la sala Azul. Se supone que sunbae Choi quien es la coordinadora sería la encargada de recibirlos pero por contratiempos me lo pidió a mí.
Sus ojos con la intención de evitar los del hombre fueron hacia el pequeño que se escondía tras sus piernas. Sonrió, a simple vista podía notar su extrema timidez.
—Hola, soy Miss June, ¿puedo saber tu nombre?
—Anda, bebé, responde.
June quedó perpleja por el parecido en ambos. El niño poseía la redonda y profunda mirada de su padre con la diferencia que la del pequeño era dulce e inocente.
—Mi nombre es Jeon GuiJu, encantado, Miss.
Quiso apretarlo entre sus brazos y besarle las mejillas de lo tierno que era. Se enderezó manteniendo la profesionalidad y les pidió a ambos seguirla.
—Jeon JungKook. —eso la desconcertó, al igual que la sonrisa que él realizó ante su sorpresiva reacción—. No has preguntado por mi nombre y supongo que nos veremos muy seguido.
Su corazón parecía desbocado dentro de su pecho. Temía que escuchará sus desenfrenados latidos o reparará en su ligero sonrojo. Aún así logró mantener la distancia y solo le sonrió amable.
—Se quien es, señor Jeon. —desde que GuiJu entró a mitad del ciclo en sala púrpura con cuatro años y las pocas veces que el mayor lo pasaba a buscar—. Suelo ser quien organiza la lista del alumnado, por cosas de la vida me aprendo rápido sus nombres y para mí es más fácil relacionarme con cada uno de los niños y saber quiénes son los padres.
Se detuvieron antes que ella pudiera abrir la puerta.
—Solo JungKook, por favor. Me haces sentir mayor si me llamas por mi apellido.
June no supo que decir, lo vio sonreír de una forma que se le hizo encantador y abrir la puerta con su hijo aun en sus fuertes brazos. Tuvo que reaccionar al ver que él sostenía la puerta esperando, entró y toda su atención se vio en GuiJu que parecía perdido. Le ayudó a buscar un gancho vacío en el gran perchero de pared para colocar su mochila y los guío hacia el único puesto vacío que quedaba junto a TaeHyung y Yomi, ambos muy entretenidos en las manualidades a punto de terminar. Fue que su atención se vio ligeramente opacada por la presencia masculina de Jeon casi rozándole la espalda. Su piel se erizó, intentó sonreír y con una leve inclinación de su cabeza se fue a su puesto.
Los nervios hicieron doler su estómago por lo que evitó todo lo posible aquella mesa donde la presencia de uno parecía querer llamar su atención. Y cuando se dio por finalizada la clase, le pidió a GoNeul que fuera ella quien pusiera al día al padre de GuiJu de lo que se había perdido por llegar tarde. Quería evitar cualquier tipo de contacto con aquel hombre que siempre llamó su atención.
—¿Nos vamos? —la voz de TaeHyung la sacó de sus pensamientos—. Pareces distraída.
—No, solo pensaba en si olvidé algo, —fingió revisar la carpeta en la cual guardaba recortes, dibujos y stickers—, el primer día siempre es agotador.
TaeHyung la entendía.
—¿Quieres que vayamos a comer algo? Yomi quiere comer bulgogi antes de llevarla con su madre. —su pulgar señaló por sobre su hombro hacia donde su hija se encontraba, justo hablando con GuiJu mientras el padre de este sonreía escuchándoles, se veía muy lindo, se notaba que era un buen padre— ¡Yah! No me ignores.
Volvió su atención a un TaeHyung ceñudo, se veía lindo haciendo su puchero.
—Lo siento, oppa. Me encantaría…
—Señorita Sohara, GuiJu quería despedirse de usted.
Se acercó al niño acuclillándose a su altura.
—¿Cómo te fue hoy? ¿te ha gustado la clase? ¿te has sentido cómodo?
—Sí, Miss June, estoy muy contento de conocerla.
La abrazó y ella le correspondió. Sus ojos fueron a TaeHyung, este le sonrió luego conectó con los de JungKook y se sintió ligeramente incomoda por la forma tan penetrante con que lo hacía.
—Me alegro mucho, GuiJu, también me siento contenta de conocerte. —tomó sus manitos—. Espero que este año sea de tu agrado y aprendamos mucho, ¿está bien?
El menor asintió, volteó el rostro y tomó la mano de su papá. Está vez fue su turno en acercarse de más y despedirse.
—Muchas gracias por todo, estoy más tranquilo sabiendo que mi hijo estará en buenas manos, que tengan buena tarde.
Correspondieron a su reverencia y hasta que no lo perdió de vista no se movió. ¿Cómo era posible que aquel impresionante ser humano pudiera alterar su paz? Estaba mal, muy mal que se fijará en un hombre de familia, sobre todo cuando tendría la educación de su hijo en sus manos. Pero estaba segura que solo era una tonta atracción y todavía más que con el tiempo se olvidaría.
Los que ella no sabía es que sus emociones y sentimientos la llevarían a vivir algo demasiado intenso.
Primer capítulo de presentación 😌
A ver, ¿qué les pareció? Sabemos que es una historia de desamor, ya vi que algunas tiraron sus especulaciones y puedo decirles: SÍ A TODO.
Creo que estaré subiendo un capítulo por día ya que los tengo todos listos en borradores, nomás es ajustar detalles y listo.
Que tengan un hermoso fin de semana. 🥰
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