único
Tomó la mano del pelinegro, Choi Yeonjun, su apuesto, popular y muy egocéntrico novio, y juntos se adentraron al campus de la universidad. Jiwoo y Yeonjun llevaban unos meses saliendo después de que él se lo propusiera a la castaña quien aceptó porque sería una buena impresión para sus muy estrictos padres, pero no es él quien ocupaba el espacio en el corazón de la menor, para nada.
Caminaron por los pasillos recibiendo miradas de la mayoría de estudiantes, la castaña volteó hacia Yeonjun quien tenía una sonrisa arrogante en el rostro, sabía que su ego se estaba inflando con las miradas que recibían de parte del resto.
La mano del pelinegro la rodeó por la cintura, como si de un trofeo se tratara, y Jiwoo bufó para sus adentros, era un idiota.
Siguieron su camino en la misma posición cuando los ojos de la menor se encontraron con una femenina y esbelta figura que miraba distraídamente su celular, recargada contra su casillero. Los ojos de Jiwoo brillaron intensamente al recorrer el cuerpo de la chica y su corazón se aceleró cuando la pelinegra alzó la vista y sus ojos se encontraron, la mayor barrió el pequeño cuerpo de la chica frente a ella en una intensa mirada y la piel de la castaña ardió en llamas.
Ha Sooyoung, su secreto.
Los ojos de Sooyoung no se despegaban de los suyos, había un brillo travieso en ellos y el rubor cubrió el rostro de la menor, la pelinegra le sonrió de medio lado de manera casi imperceptible y luego dirigió su mirada a Yeonjun, tensándose al instante.
—Ha.—saludó el pelinegro con aires de superioridad.
—Choi.—respondió la chica bajando su seria mirada a la mano que tenía Yeonjun en la cintura de la menor y luego volvió a mirarla directamente a los ojos, un escalofrío recorrió la espalda de Jiwoo, sabía a qué se refería.—Hola, Kim.—dijo en tono un poco más grave, ronco, seductor.
—Hola, Sooyoung...—dijo removiéndose incómoda haciendo que el pelinegro saque su mano de su cintura sin dejar de mirar a la chica en frente suyo quien sonrió casi imperceptiblemente ante el acto de la castaña.
Yeonjun volteó a mirar a su novia confundido ante su acto y se percató de que los ojos de la menor no se despegaban de Ha, ignorándolo.
—Vamos amor.—dijo serio, tomó su antebrazo y la guio lejos de Sooyoung. La pelinegra le dio un cómplice guiño a la embobada castaña haciendo su corazón revolotear dentro de su pecho y la menor se obligó a seguir al pelinegro al sentir como este tironeaba de su brazo, llevándosela, alejándola de su Sooyoung.
Recorrieron un poco más el pasillo y la castaña paró frente a la puerta el salón donde le tocaba su clase. Yeonjun quiso despedirse con un beso en los labios pero en el último segundo Jiwoo volteó el rostro para que sus labios se posaran en su mejilla, Sooyoung presenciaba el acto en el fondo del pasillo con una sonrisa para luego comenzar a caminar a su respectivo salón.
—¿Te veo luego?—preguntó el mayor.
—Claro.—respondió Jiwoo con simpleza. Se despidió de él con la mano y entró al salón. Caminó hasta Jungeun, una chica con la que hablaba a veces y con la que compartía varias clases, se saludaron de beso en la mejilla y la rubia comenzó a contarle sobre sus citas con su novia Jinsoul.
Estaba feliz por ella pero no podía evitar sentir un poco de envidia, los padres de la rubia la aceptaban tal como es y adoraban a su novia, en cambio, los suyos se morirían si supieran que en realidad le gustan las chicas, por eso usa a Yeonjun como distractor, para que no sospecharan nada.
Era molesto tener que fingir que le gustaba cuando en realidad nada en su cuerpo se removía ante la existencia del pelinegro.
La clase terminó un par de horas más tarde y Jiwoo salió del salón despidiéndose de Jungeun, al salir por la puerta del salón un fuerte cuerpo colisionó con el suyo provocando que la menor casi cayera de no ser por unas manos firmes de largos dedos que atraparon su cintura, subió la mirada y se congeló.
Las manos tibias de Sooyoung estaban sosteniéndola por la cintura salvándola de caerse, los ojos juguetones de la pelinegra capturaron los de la chica en sus brazos y una sonrisa se posó en sus labios.
—Hola, tú.—dijo en tono bajo con una sonrisa completa mostrando su perfecta dentadura, sus ojos brillaban con diversión y sus finos dedos comenzaron a acariciar suavemente la piel de la cintura de la castaña, haciendo que su corazón se acelerara aún más.
—Hola...—respondió Jiwoo de manera débil, volvió a pararse correctamente y Sooyoung liberó su cintura, haciendo que el cuerpo contrario extrañe su tacto al instante. Se acercó al oído de la menor para susurrar sin que nadie oyese lo que tenía que decir.
—Te veo más tarde, amor.—dijo con un tono de voz bajo y aterciopelado, su aliento chocó con un punto sensible en el cuello de Jiwoo y sus piernas flaquearon, una suave risita se escapó de los labios de Sooyoung antes de marcharse como si nada.
Jiwoo quedó en estado de shock en mitad del pasillo con la mirada perdida, las mejillas sonrojadas y con mariposas aleteando por todo su cuerpo. Entre los estudiantes que caminaban a su al rededor pudo distinguir vagamente como Yeonjun venía caminando en su dirección, salió de su estupor con un poco de dificultad y le dio la mejor sonrisa que pudo, aún un poco embobada.
—¿Te estaba molestando?—preguntó juntando las cejas.
—¿Ah?—preguntó confundida.—¿Quién?—contestó con otra pregunta mirándolo a los ojos, distinguió molestia en ellos.
—Ha, sé que le gustan las chicas y no quiero que te moleste.—respondió con simpleza, buscándola con la mirada entre la multitud sin éxito ya que Sooyoung había desaparecido.
—Claro que no, solo me salvó de caerme.—replicó con firmeza, Sooyoung jamás podría molestarla.—No digas tonterías, vamos.
Caminó dejándolo atrás, un par de segundos después la gran mano de Yeonjun envolvió la suya y se encaminaron a la cafetería. Una vez dentro se sentaron en la mesa donde estaban los amigos del mayor a quienes no soportaba, la única con la Jiwoo que se llevaba era con una chica que era novia de uno de ellos y con la que conversaba en esas situaciones, se podía decir que eran amigas.
Yerim tenía el cabello color morado y era muy linda, agradable y amable, no sabía cómo terminó siendo pareja de uno de esos idiotas.
La menor la saludó con una amplia sonrisa y Jiwoo se sentó a su lado con el pelinegro al lado contrario tocando su pierna debajo de la mesa, tomó su mano y la puso sobre la esta para poner la propia encima, no pareció importarle y finalmente lo dejó así. Miró a Yerim y ambas chicas comenzaron a hablar de los exámenes que se venían la próxima semana, en medio de la plática la mirada de la pelimorada se desvió hacia adelante y luego hacia la castaña, subiendo y bajando sus cejas con rapidez.
Jiwoo siguió su mirada y se encontró con Sooyoung sentada en la mesa de en frente y mirándola atentamente, sonrió y se ruborizó por tener su atención de manera tan notoria. La menor miró a Yerim notando que le sonreía con cariño, ella era la única a la que le había contado de la situación con sus padres y con Sooyoung, a pesar de ser menor la comprendió al instante y nunca la juzgó por sus decisiones.
—¿Cómo están las cosas con eso?—preguntó con discreción. Jiwoo miró a Sooyoung de nuevo quien seguía observándola sin disimulo a pesar de estar con su grupo de amigas.
—Genial, como siempre.—respondió sonriendo, una mano tomó su mandíbula para girarla y estampar un par de labios con los suyos, sorprendiéndola. Era Yeonjun besándola un poco a la fuerza, la menor le correspondió a duras penas, estaba incómoda, cuando el pelinegro liberó sus labios miró directamente en la dirección de Sooyoung, como si estuviera marcando territorio.
Sooyoung no estaba mirando el espectáculo que montó el chico, en cambio, estaba platicando con sus amigas como si no hubiera visto nada pero Jiwoo sabía que si había lo había hecho, la tensión que había en su mandíbula y sus manos empuñadas con fuerza bajo la mesa la delataban, estaba realmente molesta. Cuando Yeonjun dejó de mirarla ella volteó hacia la aún incómoda castaña y la miró furiosa para después volver a hablar con sus amigas.
Luego de eso no volvió a mirarla en el resto de la hora de descanso, ni siquiera cuando se fue y la menor se sintió triste, que él la besara era algo inevitable si eran novios, no quería que esa fachada cayera, no aún. Yerim notó el humor decaído de su amiga y trató de distraerla con diversos temas, acariciando sus manos con delicadeza.
Cuando ya era hora de la siguiente clase ambas chicas salieron del comedor juntas, tenían la misma clase así que tomaron rumbo al salón. Conversaban mientras caminaban y Jiwoo trataba de distraerse, doblaron una esquina para llegar a su salón, su mirada se alzó por inercia y dejó de caminar abruptamente, Sooyoung estaba hablando con una chica.
El problema no estaba en que hablara con una chica, sino en como esta chica le estaba coqueteando descaradamente y ella no hacía nada para detenerlo. La chica jugaba a enredar un mechón de su anaranjado cabello en su dedo mientras reía tontamente de lo que Sooyoung decía, mirándola con ojos llenos de anhelo. Sooyoung en cambio solo estaba recostada contra los casilleros, sonriéndole abiertamente a la desconocida.
Jiwoo no solía ponerse celosa de las chicas que intentaban coquetear con la mayor, sabía que era muy atractiva y guapa pero esta vez fue diferente, los celos nacieron desde el fondo de sus entrañas y corrieron por todo su cuerpo. La miró enojada, la mirada de Sooyoung se desvió de la chica que tenía en frente y se posó en la enojada castaña por un segundo sin ninguna expresión en su rostro, como si fuera una desconocida para ella. Volvió a mirar a la chica y siguió charlando con ella.
Jiwoo y Yerim tenían que seguir caminando, su salón quedaba más allá de donde ellas estaban hablando, al pasar por su lado Jiwoo oyó como la chica le decía a su pelinegra lo guapa que se veía con ese top y como Sooyoung le respondió con un gracias y una pequeña risa.
Su estómago ardió y su corazón martilleó con fuerza en su pecho, era doloroso. Yerim notó el estado de su amiga, no dijo nada y en consuelo solo acarició el brazo de la castaña que estaba enlazado con el suyo, la mayor agradeció el silencio. Entraron al salón y comenzó la clase.
Cuando la clase terminó Yerim se despidió de su amiga con un cálido abrazo.
—Adiós, Jiwoo. Sabes que puedes mensajearme si te sientes mal.—dijo mirando directo a los ojos de la mayor haciendo notar su sinceridad, sabía que se refería a lo que pasó con Sooyoung.
—Lo sé, muchas gracias Yerim.—le regaló una pequeña sonrisa, la pelimorada dio un último apretón a su mano y se fue. Jiwoo terminó de guardar sus cosas en su bolso y salió, no había nadie en el pasillo y comenzó a caminar.
Revisó su celular y vio que tenía un mensaje de Yeonjun diciéndole que se había ido antes y que lo sentía, no le dio importancia, no quería lidiar con él ahora. Bloqueó el celular sin contestarle y se dispuso a caminar por el pasillo hacia la salida.
Cuando dio la vuelta donde acababa el pasillo para bajar las escaleras una mano jaló de ella dentro del armario del conserje cerrando la puerta con rapidez y pegando su cuerpo contra esta. Su torso impactó con fuerza contra la madera y jadeó sorprendida, entrecerró los ojos para ver quién la había jalado hacia ese armario oscuro donde solo había una pequeña ventana para iluminar cuando unos labios se sellaron con los suyos.
Jiwoo jadeó sorprendida y trató de sacarse a la aún misteriosa persona de encima, puso las manos en sus hombros notando que era un poco más alta que ella y empujó.
—¿Qué mierda crees que hac...—fue interrumpida con otro beso y unas familiares manos se envolvieron en su cintura.
Su corazón saltó en su pecho al reconocer a Sooyoung, le correspondió el beso por unos momentos en los que su raciocinio no funcionaba. Los besos de la mayor se abrieron camino hasta el oído contrario para susurrar lentamente.
—No tienes idea lo mucho que me pone cuando maldices, amor.—su voz salió grave, besó su lóbulo y lo mordisqueó un poco haciendo jadear a la chica en sus brazos, bajó por su cuello para empezar a repartir besos húmedos.—No soporto ver como te besa ni como te toca cuando él quiere.—dijo apretando su agarre en su cintura, Jiwoo sabía a lo que se refería.
—Claro, y eso te da derecho a coquetear con la primera que se te cruza, ¿eh?—espetó con rabia, tomando el cuello de su chaqueta de cuero y alejándola de su cuello para plantarla frente a su rostro, una vez en frente tomó el labio inferior de Sooyoung con los dientes y lo mordió con fuerza, haciéndola jadear de dolor y maldecir.
—¡Mierda! ¿De qué demonios hablas? ¡No he coqueteado con nadie!—dijo alejándose un poco de la menor llevando una mano a su labio herido.
La ira explotó en el interior de Jiwoo al recordar cómo la chica coqueteaba descaradamente con su Sooyoung.
—¿Ah no? ¿Entonces qué hacías con esa chica pelinaranja?—le preguntó casi escupiendo las palabras. La ardiente mirada de la pelinegra volvió a subir por el cuerpo de la menor, sus ojos estaban muy oscuros y se acercó rápidamente acorralando el cuerpo contrario contra la puerta de nuevo.
—Ah, así que estás celosa de eso, ¿eh?—dijo arrogantemente mirando directamente a los furiosos ojos de la castaña con una sonrisa burlona. Jiwoo levantó sus manos para empujarla de nuevo pero la mayor fue más rápida y tomó sus muñecas colocándolas sobre su cabeza, dejándola totalmente vulnerable a lo que sea que quisiera hacerle.—No es nada cariño, sabes que solo tengo ojos para ti.
—No parecía ser nada.—dijo la menor moviendo su cabeza cuando Sooyoung trató de besarla de nuevo haciendo que sus labios choquen con su mejilla, la pelinegra lo vio como una oportunidad y comenzó a besar el cuello expuesto haciendo que las piernas de la contraria pierdan fuerza y que su respiración se acelere.
—Lo es, sino no estaría en este armario contigo muriendo de ganas de hacerte mía, Jiwoo.—dijo seriamente mientras besaba y lamía el cuello de la menor bajando a sus clavículas expuestas. Los húmedos besos de la pelinegra la debilitaron lo suficiente como para hacerla voltear hacia ella nuevamente, Sooyoung salió de su cuello y fijó su profunda mirada en los ojos heridos de la castaña.—Confía en mí amor, por favor.
En sus ojos se podía ver la sinceridad de sus palabras y Jiwoo decidió creerle, es verdad que nunca le había dado razones para desconfiar de ella aún cuando no podía ofrecerle una relación libre donde no tengan que esconderse para besarse. Asintió con la cabeza y Sooyoung sonrió soltando las muñecas de la castaña para tomarla por las mejillas y besarla profundamente, ambos corazones se sintieron cálidos al fundirse en un profundo beso entre sonrisas.
Jiwoo paseó sus manos en el abdomen contrario, acariciando lentamente hacia su cintura para pegarla más a sí misma, oyó el involuntario jadeo de la mayor en sus labios por el impacto y aprovechó la abertura para introducir su lengua y acariciar la de su chica.
El beso fue subiendo de intensidad poco a poco, ambas eran un desastre de jadeos por la falta de aire, Sooyoung bajó nuevamente al cuello contrario para repartir besos húmedos y hacer suaves succiones, estaba volviéndose loca al sentir el embriagante perfume de la menor y la humedad en su entrepierna se acumulaba vergonzosamente.
Bajó un poco más y tocó sus pechos por encima de la tela de su camisa, masajeando lento pero intenso y apretando de vez en cuando. Subió a la boca de la menor para besarla nuevamente y sus manos abrieron la camisa que usaba Jiwoo botón por botón con una lentitud exasperante, una vez que terminó volvió bajar cepillando sus labios contra la blanquecina piel hasta llegar a sus rellenos pechos, bajó la tela del lindo sujetador de su chica dejando sus rosados pezones expuestos a sus ojos.
Con un brillo en los ojos y su boca salivando acogió uno en su boca y comenzó a lamer y succionar mientras que con la mano se encargó de estimular el otro.
Las caricias de Sooyoung hacían jadear a la castaña y desear más de ella, pronto dejó sus pechos para seguir bajando con besos por el abdomen de la menor, una vez que estuvo en el borde de su falda dejó una suave mordida que le arrancó un gemido a la castaña. Se puso de rodillas y la miró desde abajo dándole una sonrisa ladeada y con los ojos brillantes de lujuria, tomó la falda con su mano y se la ofreció, hablándole.
—Sostén esto por mi, bebé.—Jiwoo gimió ante su tono suave y asintió, tomó la falda en su puño viendo como las manos de la pelinegra la despojaban de sus bragas y subía una de sus piernas a su hombro.
Sooyoung acercó su rostro al centro de la menor sacándole un gemido por la anticipación, sus manos dejaban suaves caricias en la piel de sus muslos abriéndola un poco para ella. Cuando la lengua de la mayor colisionó con su hinchado clítoris su espalda se arqueó y dejó escapar un gemido fuerte, la pelinegra dejó su trabajo para salir de entre las piernas de Jiwoo y mirarla con ojos oscuros, deseosos.
—Sabes que amo tus gemidos, bebé, pero no podemos dejar que nos encuentren en esta situación, ¿si?—preguntó suavemente y Jiwoo asintió con las mejillas ruborizadas. La pelinegra volvió a su tarea entre sus piernas y luchó por no dejar salir ningún ruido cuando sus labios succionaron su clítoris con fuerza haciendo temblar sus piernas.
Jiwoo comenzó a estimular su pecho inconscientemente con la mano que tenía libre, con la otra hizo un nudo en su falda para que no cayera y luego la bajó hasta la cabeza de Sooyoung acariciando su cabello para hacerle saber que adoraba lo que estaba haciendo. Los ojos de la mayor subieron y la miraron intensamente mientras daba una lamida por toda la extensión de su centro haciéndola temblar y murmurar maldiciones, sintiendo que estaba muy cerca.
—Sí, dios sí, no pares Soo, por favor.—dijo la castaña suplicando mientras mordía su labio para no gemir y estimulaba sus pezones con ambas manos. Sintió como Sooyoung salió de su entrepierna y la besó cuando intentó protestar, gimió en éxtasis cuando probó su propio sabor mientras la pelinegra la penetraba con dos dedos de una sola estocada.
Jadeó con fuerza cuando Sooyoung estuvo dentro, comenzó a embestirla lento mientras que con la otra mano la tomaba por la cadera para frotar su clítoris contra el dorso de su mano a la vez que seguía penetrándola. Solo fueron necesarias unas cuantas estocadas más y las paredes de Jiwoo se apretaron al rededor de los dedos de la mayor, corriéndose con fuerza y dejando de respirar por unos segundos mientras Sooyoung dejaba castos besos en sus labios.
Salió de su interior y sujetó el pequeño cuerpo por las caderas al sentir como las piernas de la menor fallaban, las manos de Jiwoo se sujetaron de los fuertes hombros de Sooyoung y apoyó su cabeza en el pecho contrario, tratando de volver a respirar con normalidad.
Sooyoung acarició el cabello de la menor con suavidad mientras el corazón de esta volvía a su ritmo cardiaco normal, cuando Jiwoo se recuperó del orgasmo levantó su cabeza para besarla profundamente rodeando su cuello con sus brazos, las manos de la mayor acariciaron la aún expuesta cintura de la castaña y se sorprendió cuando el pequeño cuerpo de su chica volteó sus posiciones, haciendo que ella quedara pegada a la puerta, sacándole un jadeo.
Jiwoo tomó su top y lo subió para dejar expuesto su pechos desnudos ya que la mayor no llevaba sujetador, admiró sus pechos y sus apetecibles pezones adornados con piercings. Sin esperar más, metió uno en su boca y comenzó a succionar y lamer mientras pellizcaba el otro con cuidado de no hacerle daño, jugando con las pequeñas bolitas de acero.
Bajó con besos por su tonificado abdomen, lamió sus caderas oyendo los fuertes jadeos y palabras sin sentido de Sooyoung, abrió el botón de su short bajándolo junto a su ropa interior, y con sus manos separó sus piernas, abriéndola a su antojo.
Jiwoo se acercó a su centro lentamente y cuando estuvo solo a centímetros subió su mirada para hacer contacto visual con la mayor, sus ojos le rogaban que atendiera su necesidad, sin apartar los ojos de los suyos saco su lengua y lamió desde su entrada hasta su clítoris haciendo que el esbelto cuerpo en frente de ella se tensara y el aire se atrapara en su garganta. Siguió lamiendo sus húmedos pliegues y de sorpresa introdujo dos dedos en ella, haciéndola gemir alto.
—Shh amor, no nos pueden escuchar, ¿verdad?—dijo burlona mientras salía y entraba de ella con rapidez. Sooyoung la miró con los ojos entrecerrados y sonrió de la manera más atractiva posible, de no ser porque Jiwoo ya estaba de rodillas frente a ella habría caído a sus pies con la sensualidad de su sonrisa.
Sooyoung era la personificación de sensualidad.
—Es inevitable cuando ah..., lo h-haces tan bien a-amor.—replicó la pelinegra entre gemidos y jadeos por las embestidas y lamidas que su centro estaba recibiendo.
Las paredes de Sooyoung comenzaron a apretarse contra los dedos de la menor y supo que estaba a punto de correrse así que la castaña aumentó la velocidad de sus embestidas a la vez que la pelinegra frotaba sus caderas en los labios contrarios, buscando su liberación.
—N-no pares por favor a-amor.—rogó desesperada.—Y-ya casi.
Con una última succión en su centro las piernas de Sooyoung temblaron fuertemente haciendo evidencia del inicio de su liberación, subió ambas manos a su boca para no gritar, su abdomen se tensó y se dejó ir en un orgasmo alucinante mientras Jiwoo seguía embistiéndola para alargar la sensación. Cuando terminó por completo sacó sus dedos y bajó a lamer los fluidos que expulsó cuando se corrió, dejándola limpia.
Jiwoo subió a besar sus labios y la mayor la abrazó por la cintura atrayéndola a su cuerpo, la estrujó y la menor rio, sintiendo el amor que sentía por ella expandirse en su pecho.
La amaba, más de lo que algún día podría expresar con palabras y sabía que Sooyoung sentía lo mismo por ella.
Volvió a besarla con cariño.
—Te amo, Soo.—le susurró entre besos.
—Te amo más, Jiwoo.—le correspondió.
Arreglaron sus ropas y se peinaron con los dedos para salir de ahí, Sooyoung asomó su cabeza asegurándose de que no hubiera nadie en los al rededores y salieron con las manos entrelazadas ante la falta de riesgo de ser descubiertas. Una vez fuera del campus la mayor acompañó a la castaña a la parada de autobuses, era un poco tarde.
—Soo, ¿quién era esa chica pelinaranja con la que hablabas en el pasillo?—preguntó Jiwoo un poco insegura.
—Era la hermanita de Haseul, una de mis amigas. Dijo que tenía un pequeño crush conmigo y no quise romper su corazón así que le dije que ya tenía novia y que además era muy mayor para ella, lo entendió en seguida y me deseó suerte con mi novia.—le explicó la situación a la menor.
Jiwoo se sonrojó y se sentió idiota por pensar que su Sooyoung podía haber estado coqueteando con otra chica cuando en realidad solo la estaba rechazando amablemente, quiso hacer un agujero en la tierra y meter su cabeza allí, como una avestruz.
—Oh...—susurró, recibiendo una risa de parte de la pelinegra y un beso sobre su flequillo.
—Sí... "oh"—dijo la mayor burlándose de su novia. Jiwoo observó como se reía y se sintió realmente feliz con esos pequeños y robados momentos que podía tener con ella, los únicos en que se sentía realmente libre, feliz.
Sooyoung dejó de reír y miró a la menor con ojos llenos de amor.
—¿En qué piensas?—preguntó.
—En lo enamorada que estoy de ti, Ha Sooyoung.—contestó Jiwoo, la pelinegra sonrió y miró al rededor por un segundo, luego la jaló para darle un beso en los labios, permitiéndole sentir la adrenalina de hacerlo en la calle.
Sí, definitivamente la amaba y eso podía ser un secreto para el mundo, pero no para su mundo, porque Sooyoung era su mundo.
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