Faltaban 2 semanas para que el bebé de Samantha al fin naciera. Ella estaba realmente asustada, aunque estaba decidida a hacerlo por cesárea para evitar mucho dolor. No era fan de estar gritando, y quería un recuerdo lindo del nacimiento no uno donde estaba gritando y llorando.

En medio de la noche, se preguntaba muchas cosas. Esa era una noche así.

—Ro, ¿qué pasa si soy mala madre?

—No lo serás.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Te exigiste mucho por ese niño. A pesar de saber de quien era.

—Pero y si... No, olvídalo, no es importante.— Soltó una risita y se dió media vuelta mientras cuidaba su vientre. Se cubrió hasta los hombros y trató de dormir, engañando bien a Roier.

—¿Ok?

El la imitó, durmiendose al fin.

Una semana.

"El embarazo fue lo más bello que me pasó, no quise abortarlo, pero me da miedo tenerlo. Tengo miedo de que me quiten a mi bebé, tengo miedo de no criarlo bien, tengo miedo de que mi hijo me odie, se no ser lo suficientemente buena madre para él.

No puedo dejarlo y ya, pero a veces siento que sería lo mejor para él. Pero siento que lo mejor sería tomar camino juntos el y yo, sin nadie más. Comence a subir videos y transmitir de nuevo, la noticia fue bien tomada. Pero solo necesito el dinero. Así pagaré cada centavo que Roier aporto para mi niño y para mi. Y, también tengo un lugar donde quedarme. Supongo que comunicarme con Ari y Juan sería lo mejor, fueron muy amables, están emocionados de conocer a Mateo y verme de nuevo, los extrañe."

"Falta una semana. La decisión esta tomada. No estoy orgullosa de lo que haré. Pero es por un bien mayor. Ari dijo que estaban arreglando habitación, consiguieron una cuna con el dinero que les mandé, es muy linda."

"6 días; mi pequeño se mueve cada vez más. Roier quería hablar con ____ hoy, espero que ellos dos se amen muchísimo, porque siento que yo no puedo."

—Sam, vamos, ____ ya esta en el comedor.— Roier la interrumpió leyendo las cartas que llevaba tiempo haciendo. Rio e hizo un ademán con la cabeza. —No tardes.—

Samantha bajo las escaleras, una sonrisita falsa adornaba bien su rostro.

—¿De qué quieren hablar?

Roier comenzó antes de que Samantha pudiera siquiera pensar algo. Vio la emoción de ambos cada que se veían, vio el cariño aún guardado en su mirada. Eso solo la convenció más.

____ siempre fue una buena chica, inteligente, linda, divertida. Aceptaba a todos sin importar que, una mujer que admiraba.
Roier, un hombre que guardará siempre en su corazón, uno que le enseño lo horrible, lo linda, lo divertida y lo complicada que es la vida.
Y Quackity, su pequeño niño, que le enseñó a que podría ser distinta sin importar que, que le dio esperanzas, le dio felicidad.
Y el más grande amor de su vida, aquella criaturita que se formaba en su vientre. Aquella que no la dejaba dormir, que le daba sustos, dolores, pero una sensación cálida en el pecho de estar siempre acompañada.
Ellos se hicieron las 4 personas más importantes del mundo.

Estaba tan perdida en su mundo que solo logró ver como ____ corría hacia ambos y los abrazaba.
Dio un saltó en su asiento al sentir los labios de ____ en su mejilla, pronto en todo su rostro.

—¡Aw, los amo!— Gritó emocionada. ¿Cuánto pensó?

Roier estaba igual de feliz. Pero Samantha no lo sabía, ella tenía miedo, estaba confundida, estaba pérdida en su propio mundo. Quería salir de allí hasta que un fuerte dolor comenzó.

Tendría a su hijo unos días antes.