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Capítulo 6


-¿Estás seguro de que no puedo ayudar? -Me senté en un taburete de bar en la casa de NamJoon, mirando por encima de la encimera de la isla mientras él cortaba en cuadritos de pimientos verdes y cebolla para la cena.

Sé que había decidido que no debía pasar tiempo con Namjoon, pero ¿por qué debería perder la oportunidad de conocer este chispeante secreto debido a unos cuantos (deliciosos) besos? Soy un hombre adulto y puedo resistir la tentación. De lo contrario, no sería una talla chica cuando mi compañera de cuarto tenía llena nuestra cocina con cosas como bolitas de queso, rosquillas, queso crema, frituras de manzana y un congelador lleno de helado de galleta.

Gracias a Dios que Namjoon era un fanático de la salud como yo. Será agradable comer una comida bien equilibrada sin tener que mirar a Gina comer chips nachos con salsa de queso.

-Tengo la cocina bajo control. Pero gracias. -Namjoon picaba con precisión, entonces dejó caer las verduras en una sartén. -Termina de decirme sobre el trabajo que tienes, luego vendrá la sorpresa.

-Prefiero escucharte poniendo sobre el plato este top secret lo que sea que es, y porqué nunca se lo has mostrado a nadie. -Bebí el agua mineral burbujeante y helada que me había servido. -Por lo menos dime si es un animal, vegetal o mineral.

Él inclinó la cabeza hacia un lado mientras movía la espátula alrededor de la cacerola.

-Técnicamente, podría considerar dos de tres. Ahora que he respondido a una pregunta. Tu turno.

-¿Cómo podría ser ambos? -Protesté, luego suspiré cuando él me miró recordándome que era mi turno. Bien. -La posición de Gerente de Recursos Humanos fue una muy buena oferta, pero no estaba muy entusiasmado. Jimin tiene más experiencia y ama los recursos humanos, por lo que está más calificado para ello.

Arrojó una tortilla en otra sartén. -¿Qué hay de ti?

-Buen intento. -Levanté una ceja. -Mi turno.

Las comisuras de sus labios se elevaron. -Vamos.

Lo vi sacar dos platos de la alacena y me maldije por echar un vistazo hacia su (muy poderoso) trasero. -¿Por qué mantienes tu secreto todo secretísimo?

-Podría ser una cuestión de titularidad. -Puso las tortillas en los platos, luego hizo lo mismo con las verduras salteadas. -Si se esparciera la voz, podría conseguir que me lo quitaran y no voy a correr el riesgo de que eso suceda.

Mis ojos se desorbitaron. -¿Es esto algo robado?

-Fue un regalo y ahora recibo dos preguntas seguidas. -Él llevó nuestros platos a la mesa del comedor y giró para decirme. -¿Podrías tomar los cubiertos de plata del cajón a la izquierda del lavabo?

-Por supuesto. -Salté del taburete y abrí el cajón a la izquierda del lavabo. Ningún cubierto, sólo un montón de recibos desordenados, documentos y quién sabe qué más.

A pesar de que Namjoon posiblemente podría estar ocultando algo, me sentí mal invadir su privacidad. En lugar de aprovechar la oportunidad para espiar, forcé a mis ojos a alejarse y abrí el siguiente cajón.

-Los tengo. -Cuando me di la vuelta, vi que me observaba. -¿Qué?

Hizo una pausa, como si tratara de decidir algo. Entonces dijo: -Te detuviste cuando viste que era el cajón equivocado. ¿Por qué?

Mi estómago se apretó, pero me acerqué a él y me senté de todos modos. -Pensé en rebuscar en él.

Sus cejas se arquearon, de esa linda manera en que lo hacía cuando yo lo había confundido. -¿Por qué?

Le di un vistazo de "¿no es obvio?" -Para ver lo que estás escondiendo.

Los músculos de su mandíbula se tensaron. -¿Vas a revisar mi teléfono después?

Escuché mis palabras lanzarse de vuelta en mi cara como una bofetada. -Me preguntaste qué estaba pensando y yo sólo estaba siendo honesto. No es como si en realidad lo hiciera.

-Toma. -Metió la mano en el bolsillo de su pantalón, sacó su teléfono y me lo entregó. -Date el gusto.

Sosteniendo su smart phone sentí como fuera dueño de su mundo. El camino hacia la nada que me gustaría saber acerca de Namjoon, tenía que estar en ese teléfono. Fotos, documentos, mensajes de texto... mi boca estaba prácticamente humedecida.

Entonces pensé en Taehyung, en cómo él había tocado su estómago y me había dicho que él confiaba en Hoseok con todo su corazón.
Entonces pensé en Jake.

Deslicé mis dedos en las fotos de Namjoon primero. -Mmm. Parece como si alguien estuvo de excursión el pasado fin de semana.

-Hicimos una caminata de diez millas hacia Point Reyes. -Levantó su fajita, como si fuera a tomar un bocado. -Maravillosas vistas.

-Puedo verlo -le dije, congelando la imagen de Namjoon sin camisa en la parte superior de un acantilado... la costa de California por debajo de él, no estaba mal tampoco. La forma en que el agua azul grisácea llegaba por la orilla con sus blancos dedos espumosos, parecía etéreo. -Yo quiero ir allí.

No dudó en decir. -Pon la fecha.

-¿Quieres decir que iremos juntos? -Mi interior ardió ante la idea y lo consideré. -Tendríamos que coordinar calendarios.

-Estás sosteniendo mi calendario -dijo y luego metió el último bocado de su fajita en la boca.

Mis pestañas se alzaron. -Así que, ¿sólo debo escribirme a mí mismo en él?

-Cualquier día que quieras. -Sus ojos se encontraron con los míos con una mirada tan candente, que un silbido se disparó atravesándome.

Tragué saliva, esperaba que salvara cada cita por mí. Tentador. Demasiado tentador. En lugar de responder, deslicé mi dedo por la pantalla, cambiando a una foto de un chico (ni la mitad de ardiente como Namjoon) sacándole el dedo a la cámara de Namjoon.

-Encantador.

Él se echó a reír. -Ese es James. Teníamos una apuesta sobre quién llegaría a la cima primero. Él perdió.

Sonreí. Pensar en que James podría estar de rodillas proponiéndose mientras estábamos sentados aquí, hizo que mi ritmo cardíaco se elevara mientras consideraba cómo sería una relación con Namjoon. Sería diferente que con Jake. Por un lado, Namjoon y yo teníamos los mismos intereses. También nos reíamos juntos, lo que Jake y yo rara vez hacíamos. Y Namjoon me había dicho que eligiera cualquier fecha, a diferencia de Jake que me decía cuando estaba disponible.

¿Era Namjoon digno de confianza? ¿Al igual que Hoseok (con suerte) lo era? Namjoon me había entregado su mundo en el teléfono, después de todo.

Mi corazón se cerró por el trote a galope mientras decidía si irme de excursión con él. Abrí la boca para sugerir el domingo, cuando de repente, el teléfono celular de Namjoon vibró en mi mano. Un número local apareció en la pantalla.

-Supongo que es para ti.

Namjoon me lanzó una mirada que no pude leer, como que no quería la llamada y finalmente tomó el teléfono.

-Habla Namjoon. ¿Quién? Oh, cierto. Hola, Liam.

Con ese nombre, mi corazón se detuvo y me acordé del chico de la oficina de Namjoon quien se había fijado en cada palabra que él decía. ¿Él lo llamaba ahora? ¿Después de las ocho? ¿Cómo él consiguió su número?

Las alarmas se encendieron en mi cabeza y no podía oír la conversación de Namjoon a través de las sirenas mentales. Comí lo que quedaba de mi cena, la que sentía como si regresara por mi garganta.

Finalmente, Namjoon colgó y dejó su teléfono. -Ese era el amigo de Tiffany. Está teniendo algunos problemas legales por lo que quiere hablar conmigo sobre el tema.

Lo miré, mi corazón se endurecía más. -Mantienes hasta tarde las horas de oficina.

Haciendo caso omiso de mi comentario sarcástico, su frente se arrugó. -Él quiere verme después del trabajo mañana. En un bar.

-Deberías ir. -Me levanté, recogí mi plato, luego lo llevé a la cocina. -Parece agradable.

Para un chico que estaba utilizando algún tipo de mermelada legal para hacer una cita con un ardiente abogado.

Él vino detrás de mí y se inclinó sobre mi hombro, quedando su boca cerca de mi oreja. -Prefiero salir contigo -dijo.

Mi corazón se volcó, pero luego me acordé de la mirada extraña que Namjoon hizo cuando le pasé el teléfono y me pregunté qué sería lo que estaba escondiendo.

-No estoy saliendo con nadie en estos momentos.

Sus ojos buscaron los míos. -Esperaré hasta que estés listo. ¿Qué crees que he estado haciendo en los últimos cuatro meses?

Lo miré boquiabierto. -¿Me estás diciendo...?

-¿Que estoy loco por ti? Sí. -Él dio un paso adelante, luego tomó mi barbilla con su dedo. -Y tú sientes lo mismo por mí.

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho. -¿Qué te hace pensar eso?

Inclinó su cabeza y sus ojos me miraban con toda su intensidad. -Me dijiste que cuando le gustara a alguien con quien quisiera salir, lo sabría. Salva la cita real para mí Jin. Viernes por la noche.

Una oleada de vértigo se apoderó de mí y me agarré de la encimera de la isla para no perder el equilibrio.

-Ya te dije que no puedo pasar por esas turbulencias de nuevo.

Deslizó sus manos alrededor de mi cintura. -No sería así con nosotros.

-Yo no sé eso. -Di un paso atrás, sintiéndome como si me estuviera pidiendo caminar por la plancha con una manada de tiburones antropófagos que la circundaban. Ese salvavidas rojo y blanco no haría mucho para salvar mi corazón que estaba destrozado.- Es demasiado, Nam. Ya te lo he dicho.

Su expresión se tensó. -SeokJin...

-Se está haciendo tarde y tengo que trabajar temprano. -Mi garganta se apretó. -¿Todavía quieres mostrarme el secreto?

Sus oscuros e intensos ojos se centraron en mí. -Tú eres la única persona a la que he querido mostrárselo.

Y, con eso, me llevó a su dormitorio.

El secreto era una persona, decidí. Aunque, técnicamente, era una cosa. El rostro de Namjoon se levantaba desde el bloque de mármol, como si tratara de liberarse de una prisión con determinación y enfoque en cada músculo. Él me volvió a mirar con esa mirada de él... intensa y ardiente... con una expresión congelada para siempre en el luminoso mármol blanco.

Pasé un dedo a lo largo de su fuerte mejilla... fría, fuerte y suave. -Es hermoso.

-La familia de mi madre trabajaba para la dinastía de los Medici en Florencia y en Roma. -La voz de Namjoon se llenó de emoción. -La creatividad de Miguel Ángel había sido reprimida mientras pintaba la Capilla Sixtina. La historia detrás de esta escultura, es que él había tomado el gusto de uno de los jardineros Medici... y lo esculpió de pura inspiración.

-¿Miguel Ángel? -Asombroso. Esta escultura rivalizaba con el rostro del David de Miguel Ángel. Literalmente. Me quedé concentrado mirando al guapo hombre sin tiempo, con admiración. -¿Cuál era el nombre del jardinero?

-Giovanni, lo que significa John en Inglés. -La voz de Namjoon se apretó. -Mi nombre completo es John Namjoon Kim. No combina ¿no?

Las lágrimas llenaron mis ojos, sin poder creer que algo tan impresionante había sido escondido por cientos de años.

-¿Dijiste que había una cuestión sobre quién es el propietario?

-Miguel Ángel se lo regaló a Giovanni. ¿El mármol de Carrara que utilizó para esculpir? Puede o no haber sido dado a Miguel Ángel por la familia Medici. -Namjoon se encogió de hombros. -Incluso si pudiéramos probar que el mármol era propiedad de Miguel Ángel, ¿qué evidencia tenemos de que se lo dio a Giovanni? ¿A un pobre sirviente?

Seguí acariciando alrededor de los ojos. -Se parece a ti.

Namjoon asintió. -Incluso si eso pudiera ayudar en la corte, y no estoy diciendo que lo haría, si se corriera la voz, yo nunca sería capaz de mantenerlo en casa. Técnicamente nací en Corea por parte de mi padre así que eso también podría en duda todo.

-Donde debe estar. -Suspiré. -Tenías razón sobre el secreto. Me encanta.

-Tengo razón en otras cosas también. -Me miró con atención, con esos ojos Giovanni. -Démonos una oportunidad, Jin. Una cita real. Mañana por la noche.

Mi corazón quería gritar que sí, pero mi cabeza me hizo retroceder. -Deberías salir con Liam.

Un destello de dolor cruzó su rostro. -¿Tú estarías bien si lo hiciera?

Estaría aplastado, pero no podía decirle eso. Luego sabría cuán cerca estaba de caer y necesitaba permanecer fuerte. Hora de irse. Puse mi bolso sobre mi hombro, luego me dirigí hacia la puerta principal.

-Estaré centrado en mí y en comenzar una nueva carrera.

-Una carrera que no te importa en absoluto. -Él dijo, sorprendiéndome con su tono áspero.

Me di la vuelta. -Eso no es cierto -le dije, aunque en el fondo tenía dudas.

Su frente se arrugó. -Tú perteneces al asesoramiento y estás huyendo de la profesión que te gusta, al igual que lo haces de mí.

Mi voz se tensó. -No estoy huyendo de nada.

Más como caminar a un ritmo rápido.

Negó con la cabeza. -No des la espalda a lo que te importa, por esa porquería. Tienes una pasión por la terapia SeokJin. Lucha por ella. Lucha por aquellas personas que te necesitan.

-Buenas noches Namjoon. -Sin mirar atrás hacia él, salí y tiré de la puerta cerrándola detrás de mí.

Corrí hacia mi coche, conduje a casa y mis ojos ardieron durante todo el camino. Cuando entré en mi garaje y me estacioné, el dolor en mi pecho se hizo más grande y más grande hasta que me venció. Dejé caer mi cabeza en el volante y desaté el dolor, ardientes lágrimas corrían por mi rostro mientras sollozaba.

Las palabras de Namjoon fueron un espantoso recordatorio de todo lo que no podía tener. ¿Acaso él no comprendía que yo quería ser consejero? Pero mis clientes se merecían un consejero que pudiera ayudarlos, no alguien que dudaba de sí mismo.

Permanecí en mi coche hasta que mis ojos estuvieron secos y fuertes, vi pasar cada hora en el reloj mientras comentarios brutales de Namjoon rodeaban mi cerebro.

Yo siempre había sido un hombre que luchaba por lo que quería, no huía de ello. Tenía que encontrar la manera de ser él de nuevo.

Por desgracia, no tenía ni la menor idea de cómo hacer eso.

El jueves por la noche había sido una pesadilla y el viernes por la mañana se sentía como una terrible secuela. Retiré mi carta de aceptación para el puesto de Recursos Humanos. Al mediodía, Chloe había entrevistado a Jimin, realizó una verificación de antecedentes y lo contrató.

Jimin y Chloe estaban eufóricos. Por desgracia para mí, Chloe había contactado a la nueva recepcionista permanente anoche y la convenció para que empezara a partir del lunes por la mañana, antes de lo esperado. Así que, me había quedado sin mi trabajo temporal.

Decir que estaba estresado, sería poco. Todo dependía de mis resultados en Career Crush ahora. Noah había accedido a dejarme usar su oficina durante la hora del almuerzo otra vez, así que subí al ascensor, luego llamé a su puerta.

-Adelante. -gritó él.

-Hola. -Deslicé mi cabeza dentro, preguntándome por qué él no habría ido a almorzar todavía. -¿Sigue estando en pie lo de usar tu oficina para mi clase de orientación profesional?

Mi última prueba. Entonces, me gustaría encontrar la manera de seguir adelante con mi vida.

-Sí. -Él se recostó en la silla de su oficina, con las manos cruzadas sobre su regazo. -Pero primero, ¿podrías cerrar la puerta? Necesito hablar contigo.

Su tono sonaba tenso. Preocupado, cerré la puerta y me senté frente a su escritorio.

-¿Qué pasa?

Sus ojos azules me miraron y me di cuenta de los círculos de profundidad debajo de ellos. -Rach y yo tuvimos una gran pelea anoche.

Me encogí. -Lo siento.

Pasó sus manos por el cabello. -Ella está molesta por mi cena con Kate y pensé en cancelarla. Si ver a mi ex hace que Rach se incomode, entonces no vale la pena. ¿Sabes?

Sí, pero no sabía que el señor Sports Man tenía un lado sensible. -Buena idea. Cancélala.

Él juntó las manos delante de su pecho. -Iba a hacerlo, pero luego tú me dijiste que debería examinar mis propias motivaciones.

Yo sabía que no debía preguntar, pero el profundo consejero dentro de mí, no pudo resistir. -¿Cuáles fueron tus motivaciones?

-El próximo fin de semana es nuestro aniversario de dos meses y yo quería llevar a Rach un lugar especial. -Parecía un poco tímido a la hora que me dijo eso, lo que en realidad encontré adorable.- Pero pagué el barco en efectivo y estoy ahorrando para una casa.

Bueno con las finanzas. Y sensible. Ajá. Impresionante.

-Un amigo me dijo que Kate vendría a Sacramento, así que la llamé para ver si me podía dar una oferta en una escapada de fin de semana a través de su trabajo. Ella dijo que llegara al hotel para la cena y que tenía algunos paquetes para que yo eligiera.

Confundido, incliné mi cabeza. -¿Ella sabe que tienes novia?

-Por supuesto. -Parecía sorprendido de que yo se lo hubiera preguntado. -Kate recibe ofertas de viaje muy baratas. Así que, después de hablar contigo, me di cuenta que mis motivaciones eran buenas, así que seguí con lo de la cena. Ahora, ya no estoy tan seguro.

Uh, me preocupaba que él hubiera estado planeando un ardiente encuentro. ¿Él realmente había estado organizando un fin de semana romántico para Rach? Ah, la culpa me golpeó. Eso me golpeó duro.

Mi cara se entumeció. -Noah, eso es tan... considerado.

-¿Cierto? -Sus cejas se unieron entonces. -Puedo entender que es un poco raro que me encuentre con mi ex... aunque Kate no le llega ni a los talones a Rach... pero, ella enloqueció anoche como si no confiara en mí. Y tengo que decir, eso me dolió mucho.

Y fue así que me di cuenta, que había hecho algo muy malo.

-Eh, ¿Noah? -Tragué saliva- Rach quería hablar contigo acerca de sus inseguridades. Yo como que la animé a que no lo hiciera.

Su mandíbula se aflojó. -¿Por qué hiciste eso?

Sentí náuseas, pero le debía a Noah la verdad. -Te ibas a encontrar con tu ex en un hotel. Vamos, Noah. Tú sabes lo que parecía. Yo no quería que ella se cegara como yo lo hice.

Sus ojos se abrieron de par en par, como si hubiera sabido que su jugador favorito de beisbol había sido transferido.

-¿Pensaste que engañaría a Rach?

Tragué saliva, no le gustaría la respuesta.

Negó con la cabeza. -¿Eso es lo que piensas de mí?

-No. No es así. -Mi voz fue firme.

Es lo que yo había sabido acerca de Jake. Y lo había aplicado a todos los hombres desde que lo había dejado. Mi garganta se apretó, avergonzado por los problemas que había causado

-Lo siento Noah.

Él no contestó, simplemente pasó junto al escritorio y salió de la oficina cerrando la puerta tras de sí. No sé si Noah me lo perdonaría, pero tenía que encontrar una manera de hacer las cosas bien entre Rachel y él.

Sentado solo en la oficina de Noah, saqué el celular de mi bolso y consideré llamar a Namjoon por un consejo. Entonces, me detuve. ¿Y si él ya había llamado a Liam para ir a esa cita? No estaba seguro de poder aceptar eso. Además, tenía que limpiar este desastre por mi cuenta. Así que envié un mensaje a Rach:

Tragos. 5:00 p.m. Sólo tú y yo. Yo invito.




































•Kat🐾

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