⚡ 𝗢𝗢𝟰. pilot pt.4
💙*。🌫𝙎𝙒𝙄𝙁𝙏⚡ 。˚💙
004.┊❝PILOTO PT.4❞
❪ THE FLASH E1 T1 ❫
—EN LOS ÚLTIMOS NUEVE MESES, ha habido un gran aumento de muertes inexplicables y personas desaparecidas —explicó Barry, mirando a su alrededor a Cisco, Caitlin y Anna, que estaban en torno a la mesa en la que tenía apoyados los expedientes de los casos—. Vuestros metahumanos han estado muy ocupados —añadió y luego inhaló bruscamente—. No os culpo. Sé que no queríais que esto pasara. Y que todos habéis perdido algo. Pero necesito vuestra ayuda para pillar a Mardon y a los que sean como él —continuó y miró de un lado a otro entre Cisco y Caitlin antes de que sus ojos se posaran en los de Anna y sonriera suavemente—. No puedo hacerlo sin ti. Sin ninguno de vosotros.
Cisco asintió lentamente, sus labios se curvaron en una sonrisa mientras miraba a Caitlin al otro lado de la mesa.
—Si vamos a hacer esto, tengo algo que os vendrá bien —dijo, mirando de un lado a otro a los dos velocistas de pelo castaño que estaban a cada lado de él.
Anna y Barry se miraron con las cejas fruncidas mientras Cisco y Caitlin salían del Cortex y giraban a la izquierda por el pasillo.
—Probablemente deberíamos seguirlo —dijo Barry y se aclaró la garganta, asintiendo a la castaña del otro lado de la mesa antes de darse la vuelta e ir tras sus amigos.
Anna salió detrás de Barry y levantó la mirada hacia él una vez que lo alcanzó.
—¿De verdad quieres luchar contra esos metahumanos? Sabes que esto es peligroso, ¿verdad?
—Sí, sé que es arriesgado, pero si evita que la gente salga herida o algo peor, haré todo lo que está en mi mano —dijo Barry y se dirigió a una habitación, Anna lo siguió rápidamente—. ¿Qué tienes, Cisco?
—Algo con lo que he estado jugando —respondió Cisco con una sonrisa mientras apoyaba las manos en dos soportes, girando ambos lentamente para mostrar su último proyecto: dos trajes de superhéroes—. Están diseñados para sustituir los trajes de los bomberos. Pensé que si Laboratorios S.T.A.R. hacía algo bueno por la comunidad, la gente no estaría tan enfadada con el doctor Wells.
—¿Y cómo nos puede ayudar? —preguntó Barry al mismo tiempo que se acercaba a su traje, admirando el trabajo realizado en él.
—Están hechos de un tri-polímero reforzado. Son resistentes al calor y al rozamiento, así que debería soportar vuestra velocidad. Y el diseño aerodinámico os ayudará a mantener el control. Además, tienen sensores para controlar vuestras constantes y estar en contacto desde aquí.
—Gracias —dijo Barry, desviando la mirada hacia Cisco—. ¿Cómo encontramos a Mardon?
—Whoa. Whoa, whoa, whoa. ¿Eso es todo lo que vas a decir? ¿"Gracias"? —preguntó Anna, burlándose de la voz de Barry una vez que repitió lo que le había dicho al hombre de pelo largo—. Este genio de aquí acaba de hacernos un traje a cada uno sin que nosotros lo sepamos y lo ha llenado de equipo útil, ¿y todo lo que dices es gracias? Yo, por mi parte, Cisco, estoy muy agradecida y muy impresionada —dijo, brindándole una sonrisa al hombre, haciendo que éste se la devolviera. Volvió a mirar su traje y le sonrió, contemplando su belleza.
El traje era de un material negro del cuello a los pies con detalles de aspecto metálico en azul zafiro y blanco. Unas finas rayas azules metálicas, de un tono de azul más claro, bajaban desde los lados del cuello hasta los hombros y los lados de los brazos y se detenían en los guantes, del mismo color. Las mismas rayas azules bajaban por los lados de las piernas desde el cinturón a la altura de las caderas y desaparecían bajo las botas azul zafiro hasta la rodilla. La máscara era absolutamente azul, del mismo tono del traje, salvo el fino borde blanco que rodeaba los orificios de los ojos: todo era perfecto. (N/T: Si quieren ver cómo es el traje, es el del edit que está en la intro, y al principio del cap, con el símbolo del pecho vacío — al menos por ahora)
—He reprogramado nuestro satélite para buscar anormalidades meteorológicas en Central City —dijo Caitlin y levantó su tablet mientras pulsaba botones en ella, haciendo que el resto del equipo se acercara y se pusiera a su alrededor para ver más de cerca la pantalla—. Y acabo de ver esto. La presión atmosférica ha caído 20 milibares en segundos. Ha sido en una granja al oeste de la ciudad.
Tanto Barry como Anna miraron sus trajes, con pequeñas sonrisas en los labios, ya que sin duda pensaban en lo mismo: salvar la ciudad. Ambos se miraron y sus sonrisas se hicieron más grandes.
—Salvemos la ciudad.
LOS NUEVOS HÉROES DE CENTRAL CITY corrían uno al lado del otro rumbo a la granja tan rápido como les era posible, sus pies apenas tocaban el suelo mientras las estelas de rayos fluían detrás de ellos salvajemente; el amarillo de Barry y el blanco y azul de Anna.
Anna y Barry se detuvieron cerca del granero y los ojos de la chica se abrieron de par en par cuando vio al detective West y al mismo hombre rubio con el que estaba Iris fuera de Jitters. Sus ojos se desviaron hacia un enorme trozo de madera que giraba en el cielo y se dirigía hacia los dos policías.
—Barry —exclamó y agarró el brazo del hombre, señalando la chatarra que volaba en el aire.
Barry miró hacia la madera y asintió.
—Yo me encargo de esto, tú asegúrate de que estén bien —dijo y le hizo un gesto con la cabeza a la chica antes de correr a toda velocidad hacia el trozo de madera, con su rayo siguiéndole detrás.
Anna corrió hacia los detectives y se agachó, mirando al rubio inconsciente y luego al detective West. Antes de hablar, tragó con fuerza y frunció las cejas, sintiendo vibrar sus cuerdas vocales.
—¿Estáis bien? —preguntó, mirando a los ojos de Joe.
Joe no respondió, sus ojos estaban concentrados en el hombre de traje escarlata que había salvado su vida y la de su compañero. Dirigió la mirada hacia Anna y asintió lentamente.
—Sí. Sí, estamos bien —susurró y luego volvió a mirar a Barry.
Anna se puso en pie y se aproximó a Barry, deteniéndose a su lado, observando cómo se quitaba la parte sobrante de la máscara y la arrojaba al suelo.
—Buen trabajo, Barry —susurró, esbozando una sonrisa.
—Barry, Anna, se está acercando —dijo Cisco a través de los auriculares que estaban presionados en los oídos de Anna y Barry—. Hay vientos de 300 kilómetros por hora y aumentando.
Anna se quedó mirando el creciente tornado, con los ojos muy abiertos mientras estudiaba su tamaño. El viento que irradiaba de él le agitaba la cola de caballo y le dificultaba mantenerse en pie. Bloqueó las rodillas y apretó los labios, obligándose a apartar el miedo que se acumulaba en su pecho.
—Barry, Anna, ¿me oís? —preguntó Cisco en voz alta.
Barry bajó la mirada hacia Anna y apoyó una mano en su hombro, sonriendo cuando ella asintió.
—Sí. Alto y claro —respondió él una vez que pulsó el botón para activar su auricular.
—Podría convertirse en un tornado de fuerza 5 —declaró Cisco, haciendo que Anna tragara el nudo que se le había formado en la garganta.
—¡Va hacia la ciudad! ¿Cómo hacemos que pare? —preguntó Barry en voz alta, su voz apenas alcanzó a anular el sonido de fondo del fuerte viento que azotaba a los dos héroes de pelo castaño—. ¡¿Chicos?! —preguntó desesperado cuando ni Caitlin ni Cisco respondieron.
Anna enarcó las cejas y estudió el tornado, observando cómo giraba en círculo.
—Espera —susurró y se volvió hacia Barry—. ¿Y si lo desenredamos? ¿Y si corremos en dirección contraria a la que está girando? —Barry asintió ante la idea de la chica y ella sonrió, llevándose el dedo al auricular—. ¿Chicos? ¿Y si lo desenredamos?
—¿Y cómo demonios vais a hacer eso? —preguntó Caitlin.
—Corriendo alrededor en dirección contraria —explicó Anna y volvió a mirar a la masa que giraba, con los ojos entrecerrados.
—Hasta cortarle la base —añadió Barry, sonriendo con confianza.
—Tendrían que hacerlo a más de mil kilómetros por hora —dijo Cisco, aunque no parecía que estuviera hablando con las dos personas que miraban al tornado.
—Vuestros cuerpos puede que no soporten esas velocidades. Moriréis —advirtió Caitlin.
—¡Tengo que intentarlo! —dijo Barry.
—Tenemos que intentarlo —corrigió Anna, enarcando las cejas mientras miraba a Barry, moviendo la cabeza de un lado a otro una vez que él la miró—. Podemos hacerlo —dijo y tomó la mano de Barry entre las suyas, dándole un suave apretón, pero él le devolvió uno aún más fuerte.
Barry asintió y apartó la mirada, mirando hacia el detective durante un segundo antes de volver a mirar a Anna. Retiró la mano de su agarre y entrecerró los ojos, inhalando bruscamente antes de salir corriendo.
Anna exhaló un suspiro y miró al cielo, pasándose la lengua por los labios.
—Haré que te sientas orgullosa, mamá —susurró y luego volvió a mirar al tornado, sus ojos siguieron los rayos de Barry mientras éste daba vueltas alrededor de la masa—. Tengo esto —dijo antes de lanzarse hacia el tornado y unirse a Barry mientras corría alrededor de él—. Qué casualidad encontrarte aquí —bromeó, una vez que Barry miró hacia ella.
Barry soltó una carcajada y abrió la boca para hablar, pero fue arrojado del tornado por un rayo. Su cuerpo rodó por el suelo y se detuvo derrapando a unos metros de distancia.
—¡Barry! —exclamó Anna, saliendo a toda prisa del tornado, corriendo hacia él y agachándose a su lado—. ¿Estás bien? —preguntó y le agarró las manos, ayudándole a ponerse en pie.
—Estoy bien —susurró Barry, sonriéndole a la castaña, pasando una mano por su brazo desde el hombro hasta el codo, haciendo que Anna se estremeciera—. ¡Es demasiado fuerte! —dijo por el comunicador.
—Podéis hacerlo —dijo Harrison por el comunicador, haciendo que el corazón de Anna se acelerara ante su repentino cambio de opinión—. Tenías razón, Barry, soy el responsable de todo esto. Muchas personas han sufrido por mi culpa. Y cuando os vi, solo vi otras posibles víctimas de mi arrogancia. Y sí, yo creé esta locura. Pero vosotros dos, Barry, Anna, podéis pararla. Ambos podéis hacerlo. Y ahora, ¡corred, Barry, Anna! ¡Corred!
Barry se lanzó hacia el tornado y Anna lo siguió de cerca. Los dos corrieron uno al lado del otro y tan rápido como pudieron alrededor del fondo del tornado en dirección contraria a la que giraba. Sus rayos se mezclaban en un borrón de colores mientras daban vueltas y vueltas, sus brazos casi rozándose mientras se movían.
Barry envolvió con sus brazos el torso de Anna y la apartó del tornado que se desenredaba y caía en nada más que viento y niebla. Se tropezó con el suelo y tiró de Anna hacia abajo con él, los dos aterrizando en un montón debido al fuerte agarre que Barry tenía alrededor del torso de la mujer.
—¿Barry? ¿Anna? —llamó Caitlin por el comunicador, haciendo que ambos héroes gimieran y se alejaran el uno del otro.
Barry se puso de rodillas y dejó escapar un quejido antes de acariciar el muslo de Anna.
—Buen trabajo —susurró.
Anna se apoyó sobre sus codos y miró a Barry, una sonrisa que se arrastraba sobre sus labios al sentir su mano en su muslo.
—Lo mismo digo —susurró y giró la cabeza, sus ojos se abrieron de par en par cuando miró por encima de su hombro y vio a Mardon caminando hacia ellos con una pistola en la mano.
—¡Eh! —exclamó Mardon.
Barry se levantó y se giró para mirar a Mardon, desplazándose hacia su derecha para bloquear a Anna de forma protectora mientras cuadraba los hombros.
Mardon levantó su arma y apuntó a Barry, con las cejas fruncidas.
—Creía que no había nadie más como yo —dijo él, comenzando a caminar más cerca de los héroes.
—No somos como tú. Tú eres un asesino —dijo Barry, estremeciéndose una vez que Mardon levantó de nuevo su arma y apoyó el dedo en el gatillo.
Se oyeron dos disparos y los ojos de Anna se abrieron de golpe cuando Mardon cayó al suelo. Se puso en pie con rapidez y rodeó el torso de Barry con fuerza, llevándose a sí misma contra su pecho.
—Oh, Dios mío, creí que te iba a disparar —murmuró ella y abrió los ojos una vez que se dio cuenta de lo que había hecho. Empezó a alejarse, pero Barry le rodeó los hombros con sus brazos y la atrajo de nuevo contra su pecho, apoyando la barbilla en la parte superior de su cabeza. El corazón de Anna empezó a acelerarse y tiró del labio inferior entre sus dientes para no sonreír como una idiota.
—¿Barry? ¿Anna? —dijo Caitlin por el comunicador, su voz resonando en los oídos de Anna y de Barry.
—Se acabó —respondió Barry—. Estamos bien.
Anna se separó de Barry y se giró para mirar al detective West, que corría hacia los dos.
—¿No deberías ponerte la máscara? —preguntó ella, desviando su mirada hacia Barry, tratando de calmar su acelerado corazón.
Barry sacudió la cabeza y se puso de rodillas, jadeando salvajemente mientras descansaba sus manos sobre sus muslos.
—Está bien —susurró.
Joe se arrodilló frente a Barry y desvió la mirada hacia Anna cuando ésta se quitó la máscara. Volvió a mirar a Barry y frunció el ceño.
Anna se aclaró la garganta y se puso en cuclillas detrás de Barry, apoyando su mano en el hombro de éste como apoyo.
—¡Sorpresa! Acabamos de salvar la ciudad.
ANNA CRUZÓ SUS BRAZOS sobre su pecho y se inclinó contra el coche de Joe, sus ojos mirando fijamente a sus converse cubiertas de barro. No estaba segura de por qué Barry la había traído a la escena del crimen de anoche, pero estaba más que feliz de pasar más tiempo con el tío independientemente de dónde estuviera. Aún no podía creer plenamente que tenía poderes y al día de tenerlos, había salvado a la ciudad de un desastroso tornado.
Anna levantó la cabeza y miró a Barry, recordando el fuerte abrazo que compartieron.
—Respecto a lo que hice ayer, quería disculparme. Sé que fue atrevido y, francamente, estúpido por mi parte hacerlo. Tú tienes tu asunto con Iris y apenas nos conocemos el uno al otro, así que lo siento —dijo y apretó los labios, buscando en el rostro de Barry cualquier signo de emoción que pudiera detectar con sus ojos.
Barry sonrió y se encogió de hombros, metiendo las manos en los bolsillos de sus vaqueros.
—No hace falta que te disculpes, Anna —dijo y se giró para mirar a la mujer, sus ojos se encontraron completamente—. La verdad es que me gustó. Eres una chica estupenda y me muero de ganas de conocerte mejor.
Anna levantó las cejas, sus ojos bajaron a sus zapatillas una vez más antes de volver a subir la mirada para encontrarse con los ojos de Barry.
—Y tú eres un tío estupendo. Yo también me muero de ganas de conocerte mejor —dijo, sintiendo que su corazón empezaba a golpear con fuerza contra su caja torácica.
La sonrisa de Barry creció y Anna juró que sus mejillas se sonrojaron antes de que él apartara la mirada de ella. Se giró de modo que su espalda quedó apoyada contra el coche. Tenía los ojos clavados en el suelo y empujaba una piedra con la punta del zapato, con la sonrisa en los labios todavía brillante y amplia.
Anna se llevó el labio inferior entre los dientes y lo mordió para evitar sonreír mientras sus mejillas se sonrojaban. Asintió con la cabeza y soltó su labio de entre sus dientes, chasqueando la lengua.
—¿Por salvar el mundo juntos? —dijo por fin Anna, aclarándose la garganta poco después. Levantó la cabeza para mirar a Barry, sus ojos recorrieron su rostro.
Barry alzó la cabeza y asintió, sus miradas se entrelazaron.
—Por salvar el mundo juntos.
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