Evan Rosier, odiaba a muchas personas, desde niño era asi. La diferencia entre los hermanos Rosier era que Evan era el malvado y Emma era la calmada. Eso era lo que ambos hacían mostrar a la sociedad.

Pero Evan, tenia un odio hacia Rabastan Lestrange. Desde que cumplio los doce años veia como el Lestrange y su hermanita pasaban tiempo juntos. Desde que Bellatrix se comprometió con Rodolpus Lestrange, Emma conocio a Rabastan.

El mayor de los hermanos Rosier no entendía la relación de ellos dos, pero sin duda no le gustaba. Siempre paraban juntos, incluso una vez los vio tomados de las manos. Es que los que los demás veían era que se trataban como hermanos, pero los hermanos no se besan cerca de la boca.

Y lo que más odiaba era que su hermana y Rabastan se llevaban seis años de diferencia.

Evan mastico fuerte provocando su hermana levante la mirada y sonría divertida. El rubio sabia que a ella le encantaba molestarlo.

– ¿Quieres romper tus dientes, Evan? - Emma corto la carne y se sirvio un poco de ensalada.

– ¿Porque este, esta aqui? ¿No tiene donde quedarse? ¿No qué eres rico? - Hablo molesto el mayor de los Rosier.

Rabastan sonrio egocéntrico y miro a la Rosier, debajo de la mesa puso una mano en la rodilla de Emma. Emma se mordio el labio y siguio comiendo.

– Se que no te gusta mi presencia, Evan. Tori me invito a un almuerzo y si soy rico. - Dijo con una sonrisa.

Evan se levantó furioso de la mesa y arrojo su plato a la pared. Rabastan dio un pequeño salto y miro a la rubia, ella seguía comiendo con tranquilidad.

– Parece que Evan cambio un poco.

Emma dejo los cubiertos. - Esta molesto, no le gusta que estés aqui.

Rabastan solto una risa, toco el hombro de la rubia. - El nunca cambiará.

Emma le toco con suavidad la mano y lo quito de su hombro, llamo a su elfina para que lleve los platos. Emma camino hacia la biblioteca de su mansión.

Emma y Rabastan tenian una historia, Emma conocio al mayor cuando Bellatrix se caso y fueron a la casa Black para la boda, en ese entonces Rosier tenia once años y él diecisiete años.

Rabastan le enseño a pelear al estilo muggles a como humillar a los demas, como amenazar, él habia creado a ese monstruo que tanto hablaban en Hogwarts de los hermanos Rosier. Cuando Emma cumplio los trece, Rabastan le conto sus sentimientos hacia la niña, al principio le parecio raro pero después las cosas cambiaron, iban juntos a las fiestas, las cenas y salidas que hacian los sangres puras. Pero esa relación no quedo en nada porque Rabastan tenía que irse de viaje de negocios y prometio volver cuando ella sea mayor y si ella siga sintiendo lo mismo que él, tal vez podría funcionar.

Y ahí estaban, Rabastan miraba como Emma agarraba un libro y lo leía con una sonrisa.

– ¿Desde cuando te empezó a gustar los libros muggles?

Emma no quiso responder, nunca habia ocultado algo al castaño, pero ahi estaba.

– Sus libros, me parecen interesante. - Mintió.

Rabastan asintio, camino para quedar un poco mas cerca a la Slytherin.

– ¿Lo quieres?

Emma lo miro confundida. No entendía a que se refería.

– Hablas de mi, compromiso. ¿No?

– ¿Quieres ese compromiso? Porque si quiero puedo romperlo. Puedo convencer a tu padre, mi tori. No me molestaria tener una conversación con mi suegro.

Emma sonrio pero negó. Las cosas habian cambiado, su niña del pasado estaría feliz de que el Lestrange le dijera eso, pero ahora no. Emma habia cambiando, sus sentimientos y emociones por Rabastan Lestrange cambio.

Con Rabastan podian hablar toda la noche de cualquier tema, pero con Regulus, ella le contaba sobre las historias muglees que leia, el Black le regalaba libros muggles y a ella le encantaba.

La Slytherin se acercó y tomo con cuidado la cara del Lestrange.

– Rab - dijo ella en forma dulce. - Te amo.

– Y yo, tori. Pero siento que hay algo. - El le acarició el cabello.

– Me conoces. Te amo, pero siento que es mi deber, no como esposa, sino siento que con Regulus me siento cómoda, amada y completa. Cuando te fuiste, estaba triste, pero él me ayudo. Él..

Emma no termino porque sintio una presión en los labios, Rabastan le estaba besando. Emma le devuelvio el beso pero con la diferencia que ella no sentia nada, antes tal vez si. Pero ahora solo era un beso, nada mas.

Emma se separo y junto sus frentes.

– ¿No cambiarás de opinión, verdad?

Emma nego, sabia que el castaño la respetaría y le daria su espacio. Conocia bien a su primer amor.

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Emma miro a Venus sorprendida, no creia lo que su mejor amiga le contaba.

—¿Hablaste con el traidor?—Emma pregunto aún estando sorprendida.

—Era necesario. —Venus suspiro.

—¿Que fue lo que le dijiste que era tan necesario?—Emma pregunto interesada mientras se enganchaba a su brazo, mientras ambas paseaban por el jardín.

—Rompí el trato con el.

—¿En el que debía conquistar a McKinnon?

—Exacto. No pienso seguir siguiendo las reglas de... Walburga, mucho menos lastimando a terceros. Sirius y yo podremos odiarnos a muerte, pero...¿Por qué meter a McKinnon en nuestro problema? Solo lo hice porque Walburga dijo que el debía sufrir por haber escapado.

—¿Acepto?

—Lo hizo. Solo que...parece que realmente tiene sentimientos por ella, realmente no lo sé. McKinnon se encontraba con el en ese momento junto a Potter y...Evans. Cuando le dije que olvidara esa apuesta, bueno el...pareció de lo más contento al escucharme. Incluso cuando, yo estaba por irme, vi como le decía que era la mejor persona que conoció, algo parecido no quise quedarme a escuchar más.

Emma notó la mirada perdida de su mejor amiga, mientras hablaba con ella. Apretó su agarre dándole una dulce mirada.

—¿Sabes de qué si me alegro por Sirius?—Venus miro a Rosier directo a los ojos y una pequeña sonrisa.

—¿Que?—Emma pregunto interesada.

—Que al menos uno de nosotros tres puede ser feliz sin la necesidad de fingir alguien que claramente no es. Muchos dicen que...Sirius y yo siempre nos odiamos, pero...no siempre fue así. El me enseñó a defenderme de forma muggle a escondidas de Walburga, el siempre me cuido en cada fiesta en la que asistíamos, me cuido en el momento en el que varios hombres me miraban como si estuviera en venta. No le importaba que Walburga u Orion lo castigarán solo por defenderme.

Emma se lanzó a abrazar a su mejor amiga en el momento en el que las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. Sabía con exactitud que Venus solo finjia odiar a Sirius frente a el, frente a sus padres y frente a las personas exteriores, pero incluso Evans o Regulus, ni siquiera lo sabían, solo Narcissa y Emma, eran las únicas dos personas que sabían cómo se sentía Venus al respecto de Sirius. Su hermano mayor.

Cuando los sollozos de Venus disminuyeron,  Black se separó de ella, dejando que Emma limpiará sus lágrimas. Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Rosier.

—¿Recuerdas nuestra promesa?—Emma tomo las manos de Venus entre las suyas.

—No dejarás que nada malo me pase mientras que yo esté a tu lado.

Emma sonrió y dejo un beso en su cabellera.

—Nunca me iré de tu lado Venus, mientras tú estés a mi lado jamás dejaré que nada malo te pase, te ayudare en todo. —Venus sonrió, lanzándose a abrazar a Emma.

Ya saben que esto es una Duologia y el capitulo esta disponible en el perfil de @Lune_black <3

¿Se esperaban este beso?

Evan y Rabastan 🤺😒

Evan es #TeamRegulus.

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