8.𝐓𝐄𝐑𝐄𝐒𝐀
ASTRID ESTABA CAMINANDO POR el bosque junto a Thomas y Minho, los dos corredores llevaban al nuevo corredor hacia la cabaña donde hacían el laberinto pero nadie sabía de aquellos con excepción de Alby.
— Oigan, ¿A dónde vamos? — Pregunta el chico algo perdido.
— Ya verás.
Llegaron a una pequeña cabaña en medio del bosque algo apartada de todos en el área, entraron en ella mientras que se veía una mesa y un par de cosas a su alrededor. Astrid miro a Minho quien asiente para luego tomar la sábana de encima de la mesa y sacarla mostrando una copia exacta del laberinto echa a mano por Astrid y Minho cada vez que salían.
— El laberinto. — Explica Minho.
— Completo. — Termina Astrid.
— ¿Cómo que "completo"? Creí que aún estaban trazando.
— Ya no hay más que trazar. Nosotros dos hemos recorrido cada centímetro, cada ciclo, cada patrón. Si hubiera salida, ya la habríamos encontrado.
— ¿Por qué no se lo han dicho a nadie?
— Fue la decisión de Alby. — Responde la chica. — La gente necesitaban creer que era posible salir, pero quizá ahora, en verdad sea posible.
— Mira ésto. — Habla el pelinegro. — Hace como un año comenzamos a explorar estás secciones exteriores. — Habla Minho apuntando una de las secciones del laberinto. — Hallamos estos números impresos en los muros. Secciones de la uno a la ocho. Funciona así: cada noche, cuando el laberinto cambia... se abre una nueva sección. Así que hoy se abrió la sección seis. — Hablaba el pelinegro mientras Astrid estaba con los brazos cruzados escuchando todo. — Mañana será la Cuatro, luego la Ocho, luego la tres. El patrón siempre es el mismo.
— ¿Que tiene de especial la Siete? — Cuestiona el castaño.
— No lo sabemos. Pero anoche, cuando mataste a ese penitente. — Dice Astrid mientras empieza a caminar alrededor del laberinto. — Se abrió la sección siete, así que debe ser de dónde vino.
— Mañana tu y yo iremos a investigar. — Habla Minho mirando a Thomas.
— ¿Y que hay de Astrid?
— No yo... No voy a salir hasta que encuentren una salida, tengo fe de que la encontraran pero yo por el momento hasta que no sea necesario, no voy a salir. — Comenta Astrid mientras suspira.
Ambos chicos miraron a Astrid para luego ver a unos chicos correr hacia la cabaña.
— ¡Oigan! ¿Que hacen? Saben que no pueden estar aquí. — Les llama la atención Astrid.
— Perdón, es que... — Empieza a decir Jeff.
— se trata de la chica. — Habla otro chico.
— ¿Despertó?
— Podría decirse que sí.
[...]
— Chuck, ¿Que sucede? — Pregunta Thomas corriendo junto a todos.
Chuck se reía mientras veía hacia donde estaban el resto de los chicos, Astrid desvía su mirada viendo a todos taparse con tapas de ollas y cajas mientras alguien les tira cosas desde arriba de la terraza.
— Esa chica es asombrosa. — Dice Chuck mientras apunta hacia los chicos.
Astrid rueda los ojos para luego reírse viendo cómo Lucas y el resto de los chicos trataban de esquivar las cosas.
— ¡DEJENME EN PAZ! — Grita la ojiazul.
— ¡CUIDADO CON LA CABEZA!
— ¡Oye, si lanzas una más...! — Alza la voz Gally haciendo que le llegué un pan en la cabeza.
— ¡FUERA DE AQUÍ!
— Vinimos en son de paz.
Astrid solamente se reía de la escena mientras veía que Lucas trataba de luchar para que no le golpeara nada, soltó una carcajada cuando vio que a Newt le cayó un tomate en la cabeza haciendo que se riera demasiado fuerte.
— ¡OYE NO TE RÍAS! — Grita Newt quitándose el tomate de la cabeza.
— ¿Que pasa? — Habla Thomas llegando hacia donde estaban los chicos.
— Agáchate.
— Creo que no le caemos muy bien que digamos. — Dice Lucas mientras se cubría con una olla.
— ¿Que quieren de mí?
— Solo hablar.
— ¡Se los advierto!
Astrid alza sus cejas para luego acercarse a los chicos agarrando un tomate que casi le llega en la cara.
— Que buenos reflejos, cariño. — Le halaga Lucas.
Astrid solamente sonríe para luego cubrirse con algo que había en el suelo.
— ¡Oye, soy Thomas!
Dicho eso, la chica dejo de tirar cosas desde arriba haciendo que todos quedarán confundidos.
Astrid miro hacia arriba mirando a la ojiazul mientras que está miraba a Thomas, este mencionado miraba a la chica algo confundido sintiendo que ya la había visto antes.
— Voy a subir, ¿Está bien? — La chica lo mira un momento para luego retroceder. — Bien, yo solo iré.
Gally lo mira confundido mientras que Thomas subía hacia lo más alto de la base.
— Voy a subir.
Astrid miraba todo algo impaciente, no le gustaba esta chica tenía algo que hacía que no le gustará por completo. Quizás era porqué nunca había visto a otra chica en todos sus años en el laberinto.
La chica suspiro para luego empezar a caminar hacia donde estaba Newt, el chico al percatarse que la menor estaba acercándose sonrió levemente para luego mirarla.
— ¿Sucedió algo? — Pregunta el rubio.
— No, solamente no me da buena espina esta chica. — Murmura Astrid.
— ¿O estás celosa por qué piensas que te vamos a reemplazar?
— Nah, eso jamás.
— Tranquila, jamás te reemplazaremos, asty. — Dice Newt poniendo una mano en su hombro.
Astrid le sonrie y luego abrazar a su mejor amigo quien sonríe por el abrazo sintiendo que desde ahora su mundo empezaba a ir mejor que nunca.
Mientras tanto Thomas entra a la terraza viendo que la chica tenía en su mano un machete. Thomas la mira asustado, pero se veía tranquilo
— Bien, solo... Tranquila, ¿Si?
— ¿Dónde mierda estoy? — Habla la ojiazul. — ¿Que es este lugar? ¿Por qué no me acuerdo de nada?
— Es normal, ¿Bien? Todos pasamos por ésto. En un par de días recordarás tu nombre. Es lo único que...
— Teresa. — Dice la chica mientras miraba al pelinegro.
— ¿Que dijiste? — Inquiere Thomas perplejo.
— Mi nombre. Es Teresa.
— Teresa, soy Thomas. Pero eso ya lo sabías, ¿No?
— Dicen que mencioné tu nombre mientras dormía. ¿Quien eres? — pregunta confundida la ojiazul.
— No lo sé, nadie de aquí sabemos quiénes somos. No lo recuerdo. Todos despertamos aquí igual que tú. Oye prometo... — Thomas se acerca al machete tomando este con cuidado. — Tomaré esto. — Dice quitándole con cuidado el machete a la chica.
— ¿Que sucede allá arriba? — Pregunta Lucas alzando la voz.
— ¿Va a bajar?
— Dennos un momento, ¿Si? — dice Thomas quien se acerca al barandal.
— De acuerdo, vámonos.
— ¿Todas están así de locas? — Cuestiona Gally mientras siente un golpe en la cabeza de parte de Astrid.
— cállate o te juro que voy a destrozar ese rostro que tanto amas.
— "Ella es la última" ¿Que significa eso? — Pregunta Teresa.
— No estoy seguro.
— Desde que subiste, la caja no ha vuelto a bajar. Eso tiene a todos un poco preocupados. En especial a Gally.
Gally los observaba cerca del río el cual tenía la vista perfecta hacia la plataforma.
— Cree que es mi culpa.
— ¿Segura que no recuerdas otra cosa?
— Recuerdo agua, la sensación de estar ahogándome. Rostros mirándome. Y la voz de una mujer que repetía una y otra vez lo mismo.
— "Cruel es bueno" — Teresa mira perpleja al chico. — desde que apareció aquí, tengo muchos sueños, bueno creí que eran sueños. Tu... Estabas ahí, tu estabas ahí, y me decías que todo iba a cambiar.
— ¿Que significa?
— No lo sé, solo veo fragmentos.
— ¿Y los demás, no recuerdan nada?
— No, ¿Por qué somos diferentes?
Teresa saca de su bolsillo una especies de jeringas con un líquido azul dentro de ellas.
— Estaban en mi bolsillo cuando llegue.
Thomas tomo una de aquellas viendo sus iniciales las cuales decía "C.R.U.E.L".
— "Cruel es bueno" — Repite Thomas.
— ¿Y si nos enviaron aquí por una razón?
Thomas miro a Teresa conectando los puntos.
— Alby.
[...]
— Ni si quiera sabemos que es. — Habla Astrid mientras mira el frasco. — No sabemos quien la envío. Ni por qué llegó aquí contigo.
— No lo sabemos, pero esto podría matarlo. — Habla Newt haciendo que la sangre de Astrid se congelará.
— Ya está muerto. Míralo. — Habla Thomas viendo lo lógico. — ¿Cómo podría empeorar las cosas?
— Thomas, te aprecio mucho por todo lo que haz hecho, hasta por salvarme en el laberinto. Pero, no pienso perder a más gente de la que ya hemos perdido. No pienso perder a Alby. — Dice Astrid mirando a Thomas.
Newt mira a Alby unos segundos quien está quejándose del dolor, Astrid estaba alado de Alby secando su frente por el sudor.
— Por favor, vale la pena intentarlo.
— De acuerdo. — Habla Newt mientras mira a Alby.
— ¿Que? ¿Newt estás pensando? — Pregunta Astrid levantándose quedando enfrente de Newt. — Sabes cuántos hemos perdido en el camino, no pienso perder a Alby. Así que no pienso ser participé de esto.
Dicho ésto, Astrid mira una última vez a Newt para luego irse del lugar dejando a todos atrás.
— Hazlo. — Fue lo último que escuchó Astrid de parte de Newt haciendo que aquello la hiciera enojar más de lo que pensaba.
Corrió hacia donde estaba Minho tratando de buscar algo que hacer o en que ayudarle, pero chocó con Lucas quién le asujeto del brazo para que no cayera.
— ¿Estás bien? — Cuestiona Lucas.
La chica lo miro unos segundos, a pesar de que ella le mintiera él lo sabría, la conocía mejor que nadie como para saber que mentía.
— No, no estoy bien. — Murmura Astrid mientras lo mira.
— ¿Quieres hablar? — Pregunta él.
La rubia asiente mientras suspira para luego guiar al chico hacia una parte en el bosque que ella ocupaba para ir cuando quería estar a solas, el chico la siguió en silencio, al llegar ambos se sentaron junto a un árbol. Ambos estaban en silencio ninguno quería decir nada, el silencio era cómodo pero la chica lo rompió.
— Newt aceptó inyectar a Alby aquel líquido que traía Teresa con ella cuando la encontramos. Yo no estuve de acuerdo con eso, no sabemos que cosa puede traer aquello pero Newt quería confiar en la palabra de ella, no sabía cómo reaccionar, le dije a Newt que no iba a apoyarlo en ésto y luego él solamente aceptó que le inyectaran aquello a Alby. — Empezar a hablar la peliroja. — No sabía cómo reaccionar solamente salí de ahí. — Dice Astrid mientras mira a Lucas. — No quiero perder a nadie más, ya he perdido demasiado como para perder a alguien más.
— Y no perderás a nadie más, Astrid. Te lo prometo. — Murmura Lucas mientras se acerca a la chica y deja un beso en la frente de está.
Astrid sabía bien que debía empezar a mentalizarse que quizá Alby no volvería a ser el de antes o quizás hasta iba a morir en algún momento pero ella no quería eso, no quería ver morir a alguien más. Y mucho menos alguien de su familia, la familia que la acogió cuando recién llego, la que siempre estuvo ahí en sus malos momento, y la que le dió su apoyo incondicional cuando todo se le estaba cayendo.
[...]
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