Robin se encontraba sentado en el borde de su cama, tocando en su guitarra. O tratando, ya que había miles de pensamientos que ocupaban su mente. 

Hace ya un mes que paso lo del secuestro y no sabe como sentirse al respecto. Tiene claro que debería ir con la señora Kelley como su madre le dijo, pero nunca fue bueno dejando salir las cosas que pensaba. De echo, desde niño tuvo que aprender que el mundo era cruel, que las palabras que uno decía las podrían usar en su contra, por eso es que nunca ha dejado salir nada de lo que piensa, aunque también es malo. 

El conflicto entre su madre y su tío sigue bastante latente, y honestamente no sabe de que lado estar. 

Lo cierto era que, para la madre de Robin, el todavía sigue siendo un niño indefenso que no tiene derecho a opinar y eso esta empezando a hartarlo. 

Pero también ha pensado mucho en Finn, y eso le asusta. 

Antes del secuestro, cuando solo eran ellos dos, el moreno recuerda que la calidez que sentía en su estomago cada vez que Finn le sonreía no era del todo normal, pero nunca le presto demasiada atención a eso, según el, era algo común que todos los amigos hacían. 

Hasta que se dio cuenta que no era así. 

Finney siempre ha sido genuinamente lindo, Robin lo sabe. Su cabello rizado, su piel de porcelana y su tímida sonrisa siempre están presentes en la mente del pelinegro, pero se había jurado a si mismo que escondería esos platónicos sentimientos en una bóveda para no sacarlos nunca mas. 

Especialmente después de que Donna entrara en la órbita de Finney. Tuvo que tragarse todo y contenerse, aún más, debido a cómo estaban las cosas ahora. Se había convencido a sí mismo de que lo que estaba sintiendo era una fase tonta y que pasaría como una tormenta. Funcionó por un tiempo, con Robin teniendo que ver a su mejor amigo alejarse lentamente y "perseguir" a una chica que nunca entendería cómo amarlo adecuadamente. 

Y probablemente Finn nunca mirara a Robin de la misma forma en la que ve a Donna, el lo sabe, pero eso no impedirá que siga estando tan cerca de el como siempre lo ha estado.

Porque estar cerca del rizado era sencillamente hermoso.

Salió de sus pensamientos cuando su tío entro a su habitación. 

―Ey Rob, alguien te busca haya abajo. 

No pudo evitar contener una pequeña sonrisa.

―Ya voy tío, gracias.

Bajo las escaleras casi corriendo, saltándose los últimos dos escalones, encontrándose con un Finney algo desanimado.

Sus ojos estaban levemente llorosos y sus mejillas estaban húmedas.

 ―¿Que paso? ―Le pregunto suavemente mientras se acercaba al mas bajo y ponía una mano en su brazo. 

―N-no sabia a donde ir 

Parecía que en cualquier momento se echaría a llorar y Robin no sabia como lidiar con eso, así que lo tomo de la mano y lo guio a su habitación.

Ambos se sentaron en la cama, Blake tenia la mirada pegada en sus manos, las cuales temblaban levemente.

Entonces, Robin pudo ver un moretón en el mentón del ruloso.

Se quedaron en silencio por unos minutos. Arellano recuerda vagamente que, la primera vez que lloro frente a su amigo, este solo espero a que pudiera calmarse y hablar. Le devolvería el favor, porque se lo merecía. 

Porque Finn se merecía eso y mas. 

―Lo-lo siento, no quería molestarte. ―Susurro.

―Hey, esta bien, no me molestas Finn. ―Le dijo en voz baja.

El nombrado levanto la mirada, se sintió avergonzado, como un niño pequeño.

―Papá llego borracho y...y no quería que lastimara a Gwen. ―La voz del rubio sonaba quebrada. ―Y...me preguntaba si...¿tal vez podría dormir esta noche aquí? 

La mirada del moreno se suavizo.

―Si, por supuesto.

~🛹~

―Así que... ―Empezó Robin. ―¿Tu y Donna? 

Después de aproximadamente dos horas, Finney logro calmarse y ambos terminaron sentados en el suelo comiendo chocolate con almendras .

Blake frunció el ceño ante la pregunta.

―¿De que hablas? 

―Bueno...hace como tres meses me dijiste que te gustaba. 

―Oh...

Finn no supo como sentirse ante la pregunta de su amigo. Antes se habría sonrojado y se habría puesto nervioso, pero ahora no, ahora es diferente, se siente diferente. 

En secreto, el rizado había dejado de sentir cosas por la castaña desde mucho antes del secuestro, incluso eran amigos. Al principio creyó que no había una razón, pero si lo había, y tenia nombre y apellido. 

Robin Arellano.

―Hemos estado...hablando estos días. ―Dijo, fingiendo interés en el tema de Donna.

El moreno frunció el ceño y se volteo a verlo, dejando una corta distancia entre ambos. 

Robin lo entendía, Donna tenia mucho amor para dar, pero las palabras de su amigo sonaban dudosas.

―¿Estás enamorado de ella?― Hace una pregunta que debería ser corta y seca. Debería poder responderse sin siquiera una pizca de vacilación. Robin sabía que tenía que serlo. Lo había visto en cada momento que habían compartido entre ellos. 

―No. 

Los ojos de ambos se topan bajo la oscuridad de la noche, siendo alumbrados por la hermosa luna que destellaba en el cielo. Finn mentiría si dijera que no se moría de besar al moreno ahora mismo.

Sabia que probablemente estaba mal, eran mejores amigos desde hace años. Pero había algo atractivo en Robin que hacia que Blake se sintiera atraído por el.

Su suave cabello, sus manos robustas, sus ojos color ciervo y su linda voz. Todo en el era demasiado atractivo.

―Probablemente eres mi persona favorita en este momento ¿sabias? ―Murmuro el rubio con una tímida sonrisa.

Robin sonríe. ―Sin embargo, no me amas mas que a tus libros. ―Ríe nerviosamente.

―Seguro que no.

Ambos sueltan una pequeña carcajada, sintiéndose estúpidos ante los coqueteos accidentales que han tenido en toda la noche.

―Rob... ―Lo llamo.

―¿Mmh? 

Piensa profundamente lo que esta apunto de decir, porque de verdad quiere decirlo. 

―Bésame.

El mayor se queda pasmado ante la petición. Se siente nervioso y luego ve como Finney se acerca un poco mas a el, juntando su frente con la de el 

Suavemente toma el mentón del mas bajo y lo atrae a el, hasta el punto de chocar sus labios.

El beso es lento y pausado, Blake siente un cosquilleo ante el calor en sus mejillas. 

O tal vez es por la mano de Robin en su cuello. 

Como sea, no le importa ya si esta bien o no, ahora solo quiere quedarse ahí, besando los suaves labios de Robin y no separarse mas.