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⌈¹⁴⌋𝙏𝙊𝘿𝙊𝙍𝙊𝙆𝙄 𝙀𝙇𝘼𝙄𝙉𝙀


























































































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Musutafu, 2009

OCHO DE abril era el primer día de escuela para todos los colegios dentro de Japón, la entrada podía varias entre el siete y el ocho de abril, pero siempre era uno de esos dos días. Touya estaba en primaria pero su adorada de niños dorados aún no, ella le había insistido mucho a su madre para que fueran a recogerla al preescolar — En realidad quería que Touya fuera por ella — pero como el menor no podía ir solo, Rei tenía que acompañarlo, que tampoco era un problema pues la menor compartía el preescolar con Shoto.

Touya no tenía amigos dentro de su salón o del colegio en general, no se llevaba para nada bien con sus compañeros que presumían de sus habilidades como si fueran la gran cosa, tenían unas singularidades mediocres a su parecer y ninguno de ellos llegaría a convertirse en un buen héroe, eran unos idiotas que se burlaban de los que no poseían una particularidad y él era un blanco de burlas al no enseñarla, era demasiado peligroso, ¿Eran idiotas o qué? Negó con su cabeza, quitando los malos pensamientos de su cabeza, esperaba de forma paciente el timbre que anunciaría el final de la jornada, de esa forma podría ir en busca de su preciosa niña, como lo había prometido.

Su petición fue escuchada y la campana dio por finalizada la clase, se puso de pie de forma rápida y con agilidad guardó todo en su maletín, queriendo desaparecer de allí. Así lo hizo, ignorando por completo las burlas de sus compañeros, Touya era más bajo que el promedio normal a los once y eso también provocaba las burlas de los demás, eso jamás le afecto, teniendo un padre como Endeavor unas simples burlas no iban a lastimarlo.

El mayor de los Todoroki también recibía presión por parte de ellos, constantemente le decían que tenía que ser un héroe como su padre, que debía ser tan bueno como él, porque después de todo era hijo de Endeavor y eso le provocaba estrés. Aunque todo eso desaparecía cuando veía la tierna sonrisa de Elaine junto a esos ojos dorados que tanto amaba, se le revolvía el estómago de los nervios y el pecho se le inflaba de felicidad.

— ­ ¡Touya! — la recibió entre sus brazos sin mostrar expresión, aunque Sunshine podía leer entre sus ojos, sabiendo que la quería. — Me alegra que hayas venido por mí. — sonríe, enseñando el hueco entre sus pequeños dientes a causa de que hace unos días había perdido el primero.

— Soy alguien de palabra. — responde, entrelazando sus manos ante la mirada de la maestra.

— Has crecido mucho, Touya. — le saluda la mujer con una sonrisa, viendo que Rei está detrás de ambos niños con Shoto en brazos.

— Supongo. — contestó desviando la mirada, incómodo.

Elaine alza la vista para ver a su maestra, la mira sin entender mucho pero no suelta la mano de su amigo, ella quería entregarle el dibujo que había hecho en clases, la señorita Megumi les había repartido una hoja de papel a cada uno para que dibujaran como se veían en el futuro, la pelirroja se había dibujado junto a Touya como una familia. Ahora la mayor estaba entendiendo el significado del dibujo de la infante al verla tan cómoda con el Todoroki. Además no veía a la matriarca desentendida de lo que sucedía en esos dos, por lo que sonrió con ternura al ver ese bonito amor puro e infantil, le ponía contenta ver al pelirrojo de esa forma con su alumna.

— Nos vemos mañana, Taiyō-chan. — se despide la mayor. — Para ti también Todoroki-kun. — el medio albino alza su mano a modo de despedida.

— Nos vemos mañana Megumi-san. — responde Rei con una sonrisa, llevándose a los niños.

El regreso a la morada Todoroki no fue silencioso, la albina preguntó por el primer día de sus niños, oyendo las quejas de Natsuo y las no tan emocionantes clases de Fuyumi, porque la menor era muy aplicada pero aburrida. Shoto no dijo mucho y Elaine contaba con desinterés lo que habían hecho ese día, omitiendo el hecho de los dibujos porque quería que Touya fuera el primero en verlo y era un regalo para él.

Natsuo fue el primero en entrar a la casa, dejando sus zapatos en la entrada junto a su maletín, el albino era alguien algo desordenado pero como siempre, Fuyumi estaba tras de él ordenando su desorden, la mayor frunció el ceño y terminó acomodando los zapatos de su hermano en la entrada para luego colocarse sus pantuflas. En cambio, Touya se quitó los zapatos escolares con paciencia, poniéndose de cuclillas para ayudar a su niña de ojos dorados, quitando con cuidado el nudo de los cordones. Elaine sonrió colocándose sus pantuflas amarillas y dejando las del pelirrojo a sus pies para luego tirar de su mano, era una clara señal de que pretendía ir a su habitación.

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Elaine terminó enseñando su dibujo con mucha ilusión, tenía las mejillas rosadas y los ojos más brillantes de lo usual. Touya recibió la hoja con curiosidad, mirando ambas figuras que claramente eran ellos dos, su vista recayó en la silueta que se encontraba entre medio de ellos, sonrió sin poder evitarlo entendiendo el dibujo de Sunshine. Intentó saber qué decía pero claramente no podía porque no hablaba alemán así que lo dejó de lado.

— ­ ¿Somos nosotros? — quiso confirmar.

— ¡Es nuestra familia! — aclaró con una sonrisa, sentándose junto a Touya en el futón.

— ¿Por qué es un niño y no una niña? — preguntó de nuevo, dándose cuenta de que el niño entre ellos era una copia suya.

— Porque así se parece a ti. — respondió muy segura. — Me gusta mucho tu nombre, Touya es un nombre lindo. — confesó viendo su propio dibujo.

— ¿Tú crees?

— Significa flecha de luz, es lindo. — repitió.

— Al parecer alguien ha estado estudiando los Kanjis. — mencionó, revolviendo la cabellera de la niña, provocando que se avergonzara. — ¿Por qué tus padres te pusieron Elaine?

— Mamá dijo que fue por el color de mis ojos. — contesta. — Elaine significa luminosa, bella como la aurora.

— Más bien eres brillante como el sol. — corrigió, poniéndose de pie para colgar el dibujo en su pared. — ¿Qué es lo que dice?

— Aprende alemán. — dice, sacándole la lengua al mayor.

Touya rodó los ojos pero no se quedó allí, le lanzó en el rostro un cojín con el fin de molestarla, pero como siempre la pelirroja le devolvió el golpe con más fuerza. Ella comenzó a reír luego de que él se lanzara para hacerle cosquillas, Elaine era cosquillosa en la zona de la cintura y demasiado, así que sus carcajadas no tardaron en salir cuando las manos del mayor se posaron en ese sitio. La risa de Elaine era muy contagiosa así que Touya no tardó en echarse a reír con ella, deteniéndose una vez ambos cayeron sobre el futón con las mejillas rosadas por el esfuerzo de tanto reírse.

Los brazos del pelirrojo rodearon la figura de la niña, abrazándola, gustoso de tenerla solo para él en todo momento. Escondió el rostro en el cuello de la menor, aspirando el aroma frutal que desprendía la loción que usaba. Dejó un pequeño beso sobre la mejilla de Elaine, rozando su nariz en las coloradas mejillas de la de orbes dorados, sonriendo.

Ella correspondió el abrazo contenta, Touya no era de ser muy expresivo en público, a lo máximo tomaba la mano de Elaine pero los demás lo veían como un gesto de hermandad ya que realmente parecían hermanos. Todo cambiaba cuando estaban en la comodidad de la habitación del pelirrojo, en donde podían pasar horas simplemente tumbados viendo televisión, jugando juegos de mesa, leyendo cómics de los que Touya era fan o hablando de sus entrenamientos. Su relación era tan natural que parecían conocerse desde siempre, era una química que se notaba mucho o al menos así lo percibían los demás, todos parecían darse cuenta menos el patriarca de los Todoroki, para Endeavor todo pasaba desapercibido.

— ¿Ya te dormiste? — preguntó la menor al ver el rostro relajado de Touya.

— Aún no. — los ojos zafiro de Touya hicieron contacto con los de Elaine. Le gustaban tanto los brillantes ojos azul zafiro del pelirrojo que muchas veces se perdía en ellos.

— Me gustan tus ojos. — dijo con una sonrisa.

— Los tuyos también me gustan. — responde, acariciando la mejilla de la pelirroja sin despegar sus ojos. — Son como dos soles y los míos buscan los tuyos, porque soy un girasol.

— Eso fue cursi. — se echó a reír, queriendo disimular la vergüenza

— ¿No te gusta que sea cursi, niña boba? — cuestionó alzando una ceja. — Creí que te gustaban ese tipo de chicos, los que ves con Fuyumi en la televisión.

— A mi me gustas así. — admitió con inocencia, acelerando el corazón del mayor.

— No tengo amigos. — le recordó.

— Lo sé.

— Soy alguien débil.

— No es cierto. — negó, dándole un pequeño golpe.

— Soy amargado.

— Un poco. — aceptó.

— No tienes remedio. — soltó un pequeño suspiro, atrayendo a Elaine.

«Me gustas mucho, mucho, Elaine» Quiso decir.


























































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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s

➥ Se puede decir que la primera "salchicha" que Elaine vio en su vida fue la de Mirio.

➥ Recibió una quemadura en la nalga cuando Elaine tuvo la oportunidad de alcanzarlo y castigarlo por haberle enseñado su intimidad.

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˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!

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