⌈³¹⌋𝙏𝙃𝙀 𝙊𝙉𝙀
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El llanto de la mayor no se había detenido en ningún momento, las manos de Elaine seguían temblando al igual que sus piernas y su hermano menor no podía sólo con su peso. Pudieron llegar a la enfermería con éxito pero la mayor parecía que no daba para más, tenía la mano derecha en su pecho y su respiración estaba tan agitada que temía que sufriera una arritmia y finalmente un ataque cardiovascular.
Elaine veía todo borroso y escuchaba todavía la voz de Touya en su cabeza, se sentía extremadamente mal y confundida, no sabía dónde estaba ni siquiera sabía si estaba viviendo algo real o no. Escuchaba la voz de Shoto lejana y veía la figura de la enfermera frente suyo hasta que simplemente no respondió más y colapsó. Su mente se desconectó de su cuerpo y sintió el mismo pesado, fuera de su control hasta que todo en ella falló y se volvió oscuro.
Shoto fue rápido en atraparla, se asustó demasiado al notar que las mejillas de su hermana habían perdido su característico color rosado, por primera vez en su vida sentía la piel de Elaine a una temperatura normal, fría y eso lo asustó mucho.
— ¡Recovery girl! ¿Qué está pasando? — se alarmó, llamando a la mujer de baja estatura.
— Parece ser un colapso. — responde tranquilamente mientras se acerca para besar la frente de la menor.
— ¿Estará bien? — cuestiona con temor, ver a su hermana sin su temperatura corporal normal y su evidente sonrojo le ponía nervioso.
— Lo va a estar. — asiente, tratando de calmar al medio albino. — Pronto van a hacer entrega de las medallas, tiene que ir joven Todoroki.
— Quiero quedarme con Elaine. — responde.
— Yo estaré aquí. — su padre entra por la puerta, dándole una mirada a Shoto. — Me haré cargo de ella, Shoto.
— Si le sucede algo en mi ausencia no te lo perdonaré. — amenaza, cruzando por su lado sin mirarlo. Debía de recoger su medalla y la de su hermana a como diese lugar.
Endeavor se acercó a la camilla bajo la atenta mirada de la enfermera, nunca había visto a Elaine de esa forma. Decir que no le había asustado la reacción de su hija con lo que le habían enseñado sería mentir, pronto la puerta fue tocada de forma insistente y cuando Recovery girl abrió, Tomoya Ino estaba allí parada.
La muchacha estaba sudorosa y en sus ojos se notaba que había estado llorando, Enji no sabía si lo hizo por culpa o por la batalla entre ambas féminas. De por sí su rostro serio ya daba miedo pero ahora estaba enfadado y la rubia lo notó.
— La joven Taiyō aún no despierta. — le informa la mujer con amabilidad, todo lo contrario a la mirada de muerte que le lanzaba el héroe
— ¿Ella e-está bien? — cuestionó, realmente estaba preocupada. No debió de jugar con su mente así, menos si no sabía el contexto detrás.
— ¿La has visto bien allá afuera? — preguntó retóricamente el pelirrojo, alzando su voz. — Puedo darme una idea de lo que le has enseñado y no sólo has puesto en juego tu vida si no la de los demás presentes.
«Elaine es capaz de desaparecer este país con una sola rabieta, desde que era niña pude darme cuenta de que sus emociones influían mucho en los resultados que tenía; su don se descontrolaba con sentimientos negativos y florecía con la calma. El único capaz de soportar sus llamas y tranquilizar sus arranques de ira era el chico que le has mostrado, su primer amor, ahora muerto. Lo que has hecho ha puesto en juego la integridad física de cada persona dentro del estadio y los anexos a este.
He estado entrenándola más duro que a nadie desde la muerte de Touya para que sólo llegue a casa a dormir, para que el recuerdo de él no le cause problemas, para que su cuerpo estuviese tan agotado que ni siquiera pensar en él pudiera. Elaine ha trabajado mucho para controlarse a sí misma y a sus emociones, entierra la tristeza y el dolor en lo más profundo de sí y muestra una sonrisa aun cuando no está bien, Lo entiendes, ¿no? Ella sabe que no puede dejarse llevar por las malas emociones porque dañará a los demás con ella, porque su singularidad es mortal.
Imagina no poder llorar libremente por el miedo a perder el control, no puede enojarse verdaderamente porque puedes dañar a alguien, siempre con una sonrisa, siempre positiva y aun así... Quiere convertirse en héroe por él, aunque no sea lo que ella realmente deseó.»
La muchacha asintió rápidamente con los ojos aguados, sabía que lo que había hecho no estuvo bien, lo único que llenó su mente en ese momento fue el deseo de ganar y no pensó en cómo le afectaría a los demás y más importante, en cómo le afectaría a Elaine.
Ino hizo una reverencia de noventa grados frente al héroe pidiendo disculpas, Enji las aceptó por la única razón de que eran sinceras y de corazón. Aunque todavía debía disculparse con Elaine por lo sucedido y la rubia dijo que lo haría cuando despertara y que ahora se marcharía porque entregarían las medallas.
Endeavor volteó su cabeza hasta la menor, Sunshine seguía en la misma posición aunque ahora sus mejillas habían recuperado un poco de su color al igual que su piel, al menos estaba bien.
Lo primero que vio fue el blanco techo de la enfermería, sus ojos se sentían cansados y a la vez recuperados, como si hubiera dormido mucho pero quisiera seguir haciéndolo. Su cuerpo no dolía pero la cabeza le bombeaba a horrores, como si tuviera jaqueca.
A su lado en la mesita habían un par de ramos de flores, chocolates y notas de colores. No entendía qué estaba pasando y por el lugar del sol, sabía que era tarde.
Los ramos de flores eran pequeños y bonitos, lucían costosos pero había algo que desentonaba bastante allí y era una sola flor, un girasol. Estaba arrancado con manos porque su tallo era disparejo y se notaba fresco, como si recientemente hubiese sido cortado. Se incorporó en la camilla de forma pausada y entonces estiró su mano lentamente hasta tomar la flor, la llevó hasta su nariz para olerla y suspiró. Tenía una nota pegada en él, no tenía nada escrito, sólo una estrella con una carita sonriente.
— ¡Nee-san! — se asustó un poco por el grito, Shoto había entrado a la enfermería abriendo la puerta como un loco.
Ni siquiera pudo responder algo cuando ya tenía al menor de los Todoroki abrazándola con fuerza, sonrió un poco y correspondió al abrazo mientras acariciaba la espalda del medio albino, asegurándole que estaba bien.
— ¡Elaine! — detrás de él, apareció Natsuo. Se miraba que había estado corriendo por el sudor y color de su rostro. Además tenía su mochila, indicando que había salido de la universidad o se había escapado...
— ¿No deberías de estar en clases? — preguntó confundida.
— ¿Estás demente? — le miró mal, dándole un golpecito a su frente. — ¿Cómo iba a quedarme en la universidad después de lo que sucedió? Shoto me llamó hace poco para decirme lo que pasó y entonces vine corriendo.
— Estoy bien. — murmuró, tocando su nuca. — Fue un gran shock. — admitió, recordando vagamente lo que sucedió.
— Recovery girl dijo que había sido un colapso y que estarías bien. — explica el menor. — Dijo que has estado bajo mucho estrés y al mezclarlo con la ilusión de Tomoya ha desencadenado una reacción innata de tu cuerpo por protegerte, por eso has estado a punto de incendiar el lugar.
— Me descontrole. — acepta, sintiéndose decepcionada de sí misma. — Debería de saber cómo actuar en estas situaciones... No puedo ser un héroe si no sé controlar ese tipo de emociones.
Natsuo aplastó los labios con rabia, cada vez que veía a un miembro de su familia sufrir era a causa de su padre, realmente lo detestaba. El albino posó su mano sobre el cabello de Elaine y lo acarició con calma, tal y como Touya lo hacía para tranquilizarla.
— No seas tan dura contigo misma. — expresó con una mueca. — Yo en una situación similar hubiera hecho lo mismo y estoy seguro de que el viejo también. Nadie nos enseña a lidiar con algo así.
— Nunca creí oírte decir algo medianamente inteligente, Natsuo. — bromea, haciendo que el chico fingiera una mueca de ofensa. — Gracias. — sonrió, tirando del albino para que se abrazaran.
Ambos varones dejaron la habitación para que ella pudiera vestirse — ya que traía una bata médica — al menos no la habían visto desnuda por televisión nacional, eso la consoló un poco.
Encontró la muda de su uniforme en una bolsa, supuso que Midnight había ido hasta su taquilla para traerle un cambio. Se vistió en silencio y al momento de sacar sus zapatos, notó algo dentro de la bolsa.
Su medalla.
En sus manos se encontraba el oro, la medalla que era especialmente para él, para Touya. La apretó entre sus manos mientras sentía como los ojos se le llenaban de lágrimas de nueva cuenta pero se negó a dejar que salieran de sus ojos. Hizo sus ejercicios de respiración y se calmó lentamente mientras pensaba en cosas bonitas, su abuela le había dicho que era mejor pensar en un lugar feliz cuando se sintiera mal, y así lo hizo.
Regresó a sus memorias, esos días en donde era feliz sin saberlo, donde Touya, Natsuo y ella jugaban a las atrapadas en el patio de la casa o cuando tenían sesiones de spa con los chicos, en las cuales Touya se prestaba para hacer de modelo y ella le ponía mascarillas y pintaba sus uñas. Esos días en donde podía ver películas románticas con Fuyumi y fantaseaban con un príncipe azul, las pláticas eran bobas e inocentes. Hablaban de sus bodas o del chico de sus sueños, aunque en cada oración Elaine estuviera describiendo a Touya.
Abrió los ojos con una sonrisa cansada, se sentía mejor. Guardó la medalla dentro de su bolso junto a todos los demás detalles que estaban sobre su mesita. Las flores se las llevaría en la mano.
Sus hermanos le ayudaron con ambos ramos que habían allí, sabía que uno era de Mirio porque reconocería su letra en donde fuera, el otro era de Hawks porque como firma tenía un ala de pollo pero aún no sabía de quién era el girasol.
Shoto le dijo que iría a ver a su madre y preguntó si quería ir con él, Elaine se negó. No estaba lista para ver a Rei, al menos no ese día. Le prometió a su hermano que iría a verla pero que primero tenía algo importante que hacer y que antes de todo, debía de tener terapia.
— Sabes que te apoyo en cualquier decisión que tomes, Elaine. — Natsuo sonríe, dándole un apretón a sus mejillas .
— Si es lo que quieres, no tengo por qué negarme. — los tres se fundieron en un abrazo cargado de emociones, estarían bien.
El menor de ellos se desvío del camino, él verdaderamente iría a ver a su madre, era ahora o nunca. En cambio, los mayores siguieron caminando de largo, sabiendo exactamente a donde iban. Después de mucho tiempo Natsuo volvería al cementerio, con Elaine acompañadolo no se sentía tan solo y juntos eran más fuertes que separados.
Iban con los brazos entrelazados y hablando en voz baja, normalmente no se veían mucho como antes. El albino pasaba metido en la universidad y con suerte aparecía por la casa, también era porque estaba en algo con una chica de su carrera y ella lo entendía, Natsuo merecía ser feliz pero si la chica le hacía algo, la pelirroja se desconocería, porque nadie daña a su familia.
Saludaron con amabilidad al cuidador y caminaron en silencio por las variadas tumbas que allí se encontraban, más que nada por respeto. Cuando estuvieron cada vez más cerca las manos del mayor habían empezado a temblar ligeramente, se sentía muy ansioso.
— No es nada Natsuo. — tranquilizó, poniéndose de cuclillas frente a la tumba de Touya para limpiar el polvo. — Hola bobo, lo prometido es deuda. Te traje al cabeza de témpano.
Ambos no pudieron evitar reírse suavemente, ese era un apodo que Touya le tenía a su hermano menor. El albino pudo reaccionar y terminó sentándose junto a la pelirroja, juntos frente a su tumba, era tan extraño.
Su silencio le indicó a Dabi que estaban rezando por él, se le hizo algo irónico pero no hizo ningún movimiento. Simplemente era un mero espectador, se aliviaba de ver a Elaine bien, luego de lo que había sido transmitido por televisión no pudo quedarse tranquilo y ahora le debía un favor a la loca de Toga. Él le había enviado el girasol que tenía en mano, claramente Toga se infiltró en UA como si nada y cuando regresó no paraba de hablar sobre lo linda que era Elaine. ¿La conocía? Claro que sí y no porque él se lo haya dicho, Himiko le había visto el tatuaje con su nombre en el hombro pero no era por esa razón que sabía su nombre — porque tenía Elaine escrito en rúnico — sino porque hablaba dormido y la loca de mierda le había sacado la verdad con un truco.
«Manipuladora de mierda» gruñó para sí mismo.
Sus ojos se abrieron de la impresión cuando Elaine dejó sobre su tumba el oro, la escondió detrás de los floreros y junto con eso, el girasol que él mismo cortó para ella. Una presión se instaló en su pecho y la bilis le subió por la garganta, tenía ganas de vomitar.
No veía a Natsuo desde que fingió su muerte, joder, cuanto había cambiado. Al verlos de esa forma, sonriendo y con el viento moviendo sus cabelleras se dio cuenta de que nada había cambiado, ellos seguían siendo los mismos y entonces lo hizo. Se imaginó con sus hermanos una vez más, se vio yendo de la mano con Elaine al festival Giok Matsuri, se pudo ver jugando con Natsuo en los puestos de tiro y en como los tres veían los fuegos artificiales al terminar la noche, tal y como lo prometieron una vez de niños, dolía. El pecho le dolía y no le gustaba, le dolía porque sabía que ya no tenía salvación, ya no habría ese brillante futuro juntos porque él así lo había querido al irse, odiaba recordar su pasado, ese pasado que tanto trabajo le costó enterrar y sólo bastaba que ella llegara a desordenar todo, tal y como lo hizo la primera vez.
— Ya es hora de irnos. — murmura la pelirroja.
El azabache permanece quieto, se maldijo en voz baja por no oír nada de lo que le habían dicho a "Touya" se perdió tanto en su memoria que no pudo saber de qué hablaban.
— Nos vemos, feo. — se despidió Natsuo, sacándole la lengua a la lápida como si le fuera a responder.
«Fea tu cara que se parece a la del viejo, cabeza de témpano» respondió en su mente, sonriendo bajo su mascarilla al ver como ambos se marchaban.
Elaine y él volvieron a conectar miradas cuando la más alta volteó por última vez hacía su tumba, su estómago se revolvió, sabía que eran esos bichos con alas llamados mariposas quienes revoloteaban en su interior y sólo con una mirada, una sola mirada de Sunshine era suficiente como para provocarle un revoltijo de emociones.
No despegaron la mirada e incluso él se atrevió a guiñarle un ojo, después de todo era lo único que ella podía ver de él porque el resto de su cuerpo y rostro seguía cubierto. Sonrió victorioso al notar un rubor en sus mejillas y en cómo se volteó rápidamente evitando su mirada, nada había cambiado...
«Al menos no en ti»
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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s
➥ Keigo suele hacer bromas en cuanto a la actitud de Elaine, pues dice que a pesar de que su singularidad sea ardiente, ella es fría como el hielo con él.
➥ Realmente no piensa que sea fría, sino que no sabe como reaccionar a sus coqueteos y finge ignorarlos para no pasar vergüenza.
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˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!
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