⌈³⁴⌋𝙎𝙉𝙊𝙒 𝙈𝘼𝙉
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Musutafu, 2010.
Desde que su singularidad apareció, no necesitó abrigarse demás en épocas frías, su cuerpo siempre se mantenía a una temperatura más alta que la normal y eso también evitaba que se enfermara, aún así sus abuelos la cubrían un poco en los climas fríos, como ese.
A pesar de que el invierno era más cruel a mediados de enero no evitaba que las personas comenzarán a salir cubiertas desde diciembre. La nieve había comenzado a caer y la víspera de Navidad— Yule para los Wiese — estaba a la vuelta de la esquina.
A los niños les encantaba ese clima frío, porque todos tenían una gran resistencia a ese tipo de ambientes y se divertían mucho armando muñecos o haciendo batallas de nieve juntos.
— ¿Por qué le ponemos bufanda a los muñecos de nieve? — preguntó la albina.
Ambas niñas estaban armando un muñeco de nieve juntas, los hermanos de Fuyumi estaban dentro de casa, ayudando a su madre con las galletas y bebidas calientes, especialmente porque a Natsuo le gustaba comerse la masa cruda.
— Nana dice que viene de una leyenda.— responde, esculpiendo con realismo su cabeza.— Me ha dicho que en Yule hay duendes que vienen a robar los obsequios y los muñecos de nieve hacen de protectores.— explicó brevemente.— Así que hay que vestirlos como humanos para que piensen que están cuidando la casa.
— Sabes muchas cosas, Elaine.— halagó, sonriendo.
— Me gusta leer cuentos.— admite, ayudando a colocar la segunda bola sobre la anterior.— El libro que me regalaste está lleno de leyendas muy buenas.
— Algún día deberías de leerlas para nosotros.— propone, acomodando su gorro.
— Me da vergüenza.— al decir esto, sus mejillas se vuelven más rojas.— Cuando la maestra me hace leer frente a la clase me trabo.
Fuyumi se ríe suavemente, contagiando a la menor. Se sumergieron en otra pequeña plática sobre qué harían en Navidad o si sus padres habían hablado sobre pasar la noche juntos. Elaine quería que Rei fuera junto a los demás a su casa, dejando fuera a Enji por claras razones. Sabía que estaba mal excluir a alguien de una celebración tan importante como lo era Yule pero era por el bien mayor, sabía que nadie la pasaría realmente bien con Endeavor rondando por allí, juzgando todo con la mirada y obligando a Shoto a quedarse con él en vez de jugar con sus hermanos.
Terminaron su adorable muñeco cuando Elaine le encajó la zanahoria en medio del rostro, ambas niñas chocaron los cinco, sintiéndose orgullosas de su creación. Retrocedieron unos pasos para poder ver de lejos su obra maestra y no pudieron evitar sonreír, contentas del resultado final.
— ¡Fuyumi! ¡Elaine! — los gritos de Natsuo hicieron que voltearan hacia la entrada.— ¡Vengan a comer o no dejaré galletas!
La pelirroja no lo pensó dos veces y se echó a correr hasta la casa, Fuyumi la seguía por detrás con las mejillas rojas por el esfuerzo. A pesar de que ella era la mayor, Elaine era mucho más rápida que ella y que sus hermanos.
Fuyumi se quedó quieta frente a la entrada del Shoji mientras Elaine le quitaba la nieve de su ropa con su singularidad, asegurándose de que la ropa no quedara húmeda para no enfermarla. La albina veía como avanzaba con el manejo de su quirk, iba lento pero seguro y ya no le tenía tanto miedo como cuando llego, estaba bien con eso.
— ¡Listo! —
Ambas caminaron con más calma hasta la cocina, encontrándose con Rei y unas tazas de chocolate caliente para ellos. Touya en cambio tenía puesto un delantal y él llevaba las galletas, evitando que su hermano menor se las comiera todas, dándole golpecitos.
— ¿Ya terminaron su muñeco? — les preguntó la matriarca, entregando las tazas.
— Quedó muy bien.— contesta Fuyumi, sonriente.
— Es el mejor muñeco de nieve.— confirma la menor, recibiendo el chocolate caliente con una risita.
— Luego de comer pueden volver a jugar.—
Los menores asienten rápidamente, los días nevados eran hechos para jugar fuera por horas y horas, luego tomar algo caliente y comer dulces.
Touya se sentó junto a Elaine en la mesa que estaban compartiendo, y dejó un plato de galletas frente a ellos. Eran las típicas galletas con chispas de chocolate pero esas las había hecho él, especialmente para la de ojos dorados.
— Touya ha hecho esas para ti, se la ha pasado viendo tutoriales en YouTube.— comentó de forma juguetona, sacándole la lengua al pelirrojo.
— Al menos a mí me hacen galletas.— defiende Elaine, sacándole la lengua de vuelta al albino.
Touya ni siquiera le tomó atención a lo que dijo su hermano, no entendía por qué el creía que se avergonzaba de lo que sentía o hacía por Elaine, porque nada más lejos de la verdad. Tomó una de las galletas en el plato y la llevó directamente a la boca de la fémina, ella no se negó y terminó por comerse el dulce.
Las chispas de chocolate que había usado el mayor eran de chocolate amargo y eso lo notó la niña. Le gustaba, le gustaba muchísimo y más porque las había hecho Touya para ella, sin dudas eran las mejores galletas del universo entero.
— ¡Están muy buenas! — admitió sonriente, tomando otra galleta.— Sí yo no soy buena en la cocina, tu tendrás que cocinar cuando nos casemos.
Se escuchó la risa del mayor, el cual sonreía mientras tenía el rostro apoyado en su mano y veía con cariño como la pelirroja hablaba de su futuro, aunque fueran sueños.
— Que seas mujer no significa que tengas que cocinar.— comenta, arreglando su flequillo.— Yo cocinaría para ambos.
«Aprendería a cocinar toda la gastronomía alemana sólo por ti»
Su cuerpo tembló levemente al sentir el frío de la nieve en su espalda, aunque rápidamente desapareció por el calor de su cuerpo. Ahora podía mantenerlo a una temperatura más normal, pues 37° no era una temperatura normal si la comparaban con la de Fuyumi o Natsuo.
Estaban haciendo guerra de bolas de nieve con fuertes, ya le había dado a Natsuo varias veces en el rostro y en cada una de ellas se habían echado a reír. La puntería del mayor de los Todoroki era buenísima pero los albinos tenían más ventaja por el clima. Natsuo llegaba a endurecer la nieve con su quirk para que el golpe fuera más duro, aunque Elaine siempre termina recibiéndolos sin dolor a causa de su quirk.
— ¡Ataque! — chilló Natsuo, ella y su hermana habían formado varias bolas de nieve y se disponían a atacar.
Los pelirrojos, quienes se estaban refugiado entre otro montón de nieve rieron, se vieron por unos cuantos minutos, hablando solo con sus ojos. Entonces como si estuvieran sincronizados se tomaron de las manos, con sigilo y cuidado — para no recibir una bola en la cara — Entonces ambos alzaron sus manos juntas hasta el frente y al mismo tiempo encendieron sus manos.
Las hermosas llamas violetas aparecieron en su campo de visión y como si fuera un ataque, dirigieron su fuego como una ráfaga para derretir los ataques de los albinos, que al parecer también habían comenzado a usar su particularidad — más Natsuo que Fuyumi — aunque ni con todo el hielo del mundo podrían haber vencidos las poderosas flamas violetas que ambos pelirrojos producían al mezclar su singularidad, era un espectáculo hermoso.
— ¡Eso fue increíble! — exclamó el albino, sonriendo.— ¡Elaine, has mejorado mucho!
— ¡Gracias Natsuo! — ambos pequeños se abrazan emocionados. al igual que Touya, le hacía feliz que ella mejorará y fuera feliz, porque consideraba a la menor como su hermana.
Fuyumi se acercó para unirse al abrazo también, Touya alzó las cejas al ver como ella le hacía señas para que se uniera. Finalmente terminaron los cuatro abrazados, con la casualidad de que en ese mismo momento había comenzado a nevar, una nevada suave y bonita.
Se separaron y alzaron la mirada hacia el cielo, las nubes estaban grises y el clima frío, como les gustaba. El cabello de Elaine se lleno de nieve, que Touya quito lentamente con sus dedos, él llevaba guantes.
— Se acerca navidad.— comentó Fuyumi en voz baja, sin despegar la mirada de los copos de nieve.
— No me gusta esta fecha.— murmuró su hermano menor.
A Natsuo no le gustaban esas fechas porque no celebraban la navidad como otra familia normal, su padre nunca estaba en casa y comían solos sin su madre porque ella no podía estar lejos de Shoto. La cocinera no trabajaba ese día en la tarde y dejaba cocinado en la mañana, así que ellos comían solos en silencio y al día siguiente abrían sus obsequios de navidad, estaban solos.
Nunca hubo la ilusión de hornear galletas para dejárselas a Santa, tampoco el desvelarse para intentar esperarlo o verlo entrando en la chimenea. Su casa no se sentía cálida y hogareña, era fría y todos estaban separados.
— A nadie.— respondió Touya.
Elaine desvío la mirada, observando como el rostro de los Todoroki se había puesto serio e incluso oscuro, como si estuvieran tristes. Su corazón dolió, no le gustaba ver a sus hermanos de esa forma. Así que quiso hacerlos feliz, quiso que su navidad junto a ellos fuera especial. Como la que celebró alguna vez en Alemania con su familia, con chimenea, Klaben de Bremen — o pan de pascua — con el árbol bajo su techo, las luces de colores brillando por la estancia. Hacer una Joulupukki de paja, simulando que era una verdadera y sacrificándola para Thor — que en realidad sólo le prendían fuego — Ella quería ayudarlos como ellos lo habían hecho con ella, quería agradecerles a todos.
— ¿Por qué no celebramos Yule en mi casa? — preguntó con una sonrisa, viendo a los presentes.
— ¿Lo dices en serio? — cuestionó Fuyumi.
— ¿Qué hay del viejo? — se unió, Natsuo.
— El trabaja aún en los festivos, ¿No? — los albinos se dieron una mirada y asintieron rápidamente.
— ¡Entonces vengan a mi casa! — invitó, abriendo sus brazos.— ¡Celebremos el solsticio de invierno juntos! ¡Nana hará platillos muy buenos y contaremos historias!
— ¡Sí! ¡Si quiero! — acepta sin duda la fémina, abrazando a la pelirroja mientras susurraba un "Gracias".
— ¡Yo también quiero! — Natsuo voltea a ver al pelirrojo.— ¿Qué dices, Touya?
— También quiero.— sonrió levemente, articulando con sus labios un agradecimiento para la menor.
«Siempre queriendo ayudarnos, boba...»
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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s
➥ La estrella que le regaló Touya, es la más brillante el día de su cumpleaños así que puede verla desde cualquier lugar.
➥ El padre de Elaine es legalmente un heroe, pero no ejerce su profesión.
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˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!
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