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⌈²⁸⌋𝙎𝙇𝙐𝙈𝘽𝙀𝙍 𝙋𝘼𝙍𝙏𝙔











































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Musutafu, 2010

Las cosas en la casa Todoroki estaban algo tensas, el pequeño shoto en unos meses cumpliría los cinco años y Enji lo estaba preorarando para comenzar su entrenamiento. Esto provocaba constantes peleas con su esposa, gritos que se oían por toda la casa y mantenían a los menores encerrados en el cuarto de Touya — ya que era el más alejado de la casa — refugiándose entre ellos y calmando los llantos de Fuyumi, la cual no soportaba las peleas entre sus padres.

Parecía que un Dios o algo similar los hubiese escuchado rogar por un día de tranquilidad y el héroe número dos fue llamado para controlar unos incidentes en otra provincia, lo que lo dejaría fuera de casa por unos días.

Frigg y Björn también tuvieron que salir el fin de semana y dejaron a la pequeña Elaine en la casa de los Todoroki. Al parecer sería una pijamada, una de esas que tanto Fuyumi había querido tener con sus amigas de escuela, pero que no podía por el miedo de que sus padres discutieran y todos vieran lo disfuncional que era su entorno familiar, le daba vergüenza y también envidia, envidiaba a aquellos que tenían lo que ella quería y desaprovechaban. Así que cuando escuchó a su madre hablar con los abuelos de la menor se puso contenta de inmediato, la pelirroja pasaría el fin de semana con ellos y tendría la fiesta de pijamas que siempre soñó.

— ¿Elaine? — preguntó Natsuo, que recién se levantaba.

Las dos niñas estaban en la cocina charlando sobre lo que harían el fin de semana, la albina anotaba todo en una hoja; pintarse las uñas, arreglarse el cabello, ver películas, hablar de chicos — aunque Fuyumi sabía que el único chico para Elaine era su hermano — y demás cosas.

Ambas féminas voltearon a ver al albino, el cual tenia el rostro somnoliento y estaba en pijama — a pesar de que era mediodía — Natsuo se dirigió a la nevera y tomó un yogurt para luego comérselo desde el envase. Fuyumi le miró mal pero ya estaba cansada de regañar a su hermano.

— ¿Qué haces aquí? El viejo no está.

— Ya lo sabemos.— dijo de forma obvia su hermana.—  Elaine se quedará a dormir por el fin de semana, tendremos una noche de chicas.

— ¡Genial! ¡Le diré a Touya! — sonrió el menor.— ¡Así podremos divertirnos todos!

La buena idea de Fuyumi se fue a la mierda, aunque antes de desilusionarse una sonrisa se plasmó en su rostro, quizá podían usar a sus hermanos como conejillos de indias en su intento de maquillarse... No sonaba tan mala idea después de todo.

Elaine en cambio pensaba en pasar un bonito fin de semana junto a los Todoroki, y en la noche se escabulliria para dormir en el mismo futón de Touya — algo que hacía algunas veces cuando él no estaba, porque le gustaba el olor corporal del muchacho — pasar un fin de semana junto a sus amigos sin Enji por allí sonaba como un sueño. Desde que había comenzado sus entrenamientos para controlar su fuerza y fuego se había vuelto más exigente, mucho más rudo y nada misericordioso, ¿Había dado resultados? Claramente sí pero eso no significaba que su forma de entrenar fuera la correcta, algunas veces se lastimaba y era curada por Touya, ya no pasaban tanto tiempo juntos fuera de la escuela por culpa de Enji pero su relación no había cambiado, seguían siendo ellos mismos.

Cómo si lo hubiese invocado, el mayor apareció con una bolsa de gomitas en la cocina, su rostro serio y malhumorado no sorprendió a Fuyumi, sus deberes en la escuela lo tenían de esa forma pero no evito sonreír en cuanto vio a Elaine y no tuvo que decir ni hacer nada para que la menor se levantara de la silla y fuera hasta él, enganchandose de su brazo. La sonrisa orgullosa que le dio a Fuyumi provocó que la albina rodara los ojos.

— ¡Touya! — nunca se cansaría de oírla llamandalo por su nombre, le parecía muy lindo.

— He vuelto de la tienda, te los daría el lunes pero ya que estás aquí.— señaló la bolsa de gomitas ácidas, las favoritas de Elaine.

— La consientes demasiado, luego no te quejes de que tienes una novia caprichosa.— se burla Fuyumi.

Touya enrojece un poco por las palabras de su hermana pero no borra la sonrisa que tiene en su rostro, Elaine en cambio se avergonzó y simplemente se escondió en el pecho del mayor.

— Estás celosa.— le saca la lengua a Fuyumi.— Y si Elaine se vuelve caprichosa no será un problema porque le daré todo lo que ella quiera.

La nombrada sonríe tímidamente aferrándose al pecho del pelirrojo, no sabía si ellos fueron demasiado obvios o si el mismo Touya les contó lo que sucedió en su cumpleaños, ella quería creer que fueron obvios porque no veía al mayor hablando sobre sus sentimientos tan abiertamente.

— Ya se lo das todo.— recrimina su hermana, sonriendo.— ¿De verdad te gusta? — pregunta, señalando con evidente rechazo a Touya.

Elaine voltea a ver al mayor y luego a la albina, paseando su mirada por ambos como si fuera un partido de ping-pong, hasta que asiente rápidamente confirmando que le gustaba el Todoroki.

— Ew, ya empezaron.— se queja Natsuo, entrando a la cocina. — ¿Ustedes nunca se despegan o qué? — se burló. — ¿Qué vamos a comer? — pregunta, refiriéndose a la Pijamada y cambiando de tema rápidamente.




















































La noche llegó más rápido de lo que ellos se esperaban, Rei había hecho dormir a Shoto con rapidez y los menores se habían metido a la habitación de Touya — así podrían meter todo el ruido que quisieran sin despertar al menor — la matriarca les había comprado pizza, refrescos y les puso un protector para que disfrutarán de un cine en casa, nada fuera de lo común. Les pidió que no se durmiera tan tarde y les dejó viendo una película de Disney.

Aunque ellos realmente no estaban viendo nada porque Fuyumi y Elaine estaban usando a los varones como pacientes de una estética de belleza. Natsuo y Touya tenían un par de pepinos en los ojos mientras un cintillo mantenía su cabellera hacia atrás, su rostro estaba cubierto por una mascarilla al igual que el de las féminas.

Mientras Fuyumi le pintaba las uñas a Natsuo de color azul, Elaine hacia lo mismo con Touya, a diferencia de su hermano, el pelirrojo estaba bastante relajado y simplemente cumplía los caprichos de las dos niñas.

— Yo las quiero de color negro.— le dijo a Sunshine, cuando ella le preguntó por el color del esmalte.

No podía verla pero sabía que estaba sonriendo y sólo sentía que su mano sostenía la suya mientras escuchaba de fondo el canto de Ariel en la sirenita, también oía a Natsuo quejarse porque quería que sus uñas estuvieran decoradas con copos de nieve y a Fuyumi diciéndole que se quedara quiero si quería que salieran bien.

— ¡Ya, Natsuo! - regañó. — Si te sigues moviendo no podré hacer los copos.

— ¡Me pica la nariz! - se justicaba.— Y no puedo ver nada con esto, ¿Para qué se supone que sirve?

— Para quitar las horribles ojeras que tienes por quedarte hasta la madrugada jugando.— contesta Touya, sonriendo.

— Horrible tu cara.—  contraataca el albino.

Los varones comienzan a lanzarse comentarios hirientes entre ellos a modo de broma — más o menos — ambas niñas sólo se reían, era gracioso verlos discutir por cosas sin sentido como quien era más guapo. Natsuo le decía enano mientras que Touya le llamaba cabeza de témpano. Una discusión normal entre cualquier hermano, nada que les provocará odiarse o algo similar.

Cuando los veinte minutos pasaron y los varones habían dejado de discutir por idioteces fueron al baño para quitarse la mascarilla. Natsuo se quejaba de lo bruta que era su hermana para quitarla mientras lo comparaba con Touya. El mayor retiraba suavemente y con agua tibia el menjunje que Elaine se había puesto en el rostro.

— ¡Luego te quejas de por qué no tienes novio! — molesta el menor a su hermana. — ¡Ah!

La mayor le había arrojado agua con la alcachofa en el rostro para que dejara de hablar, a veces Natsuo era muy molesto y simplemente quería cerrarle la boca de alguna forma. Elaine se echó a reír y contagio al pelirrojo que también se burló de su hermano, al menos de esa forma le retiro la mascarilla de una buena vez.

Volvieron a la habitación de Touya entre risas y se tumbaron mientras comían pizza y veían películas. Elaine había elegido ver Anastasia de 1997 y todos estuvieron de acuerdo porque nunca la habían visto, lo más curioso era que la menor aseguraba que la película estaba basada en una historia real y por eso era su princesa favorita.

La Anastasia de la película era pelirroja como la niña, a diferencia que ella tenía el cabello tirando a rojo sangre y el contrario era anaranjado.

Fuyumi sonrió al ver la cajita musical, era la misma que los abuelos de Elaine le habían regalado para su cumpleaños a excepción de que eran el Zar y la Zarina quienes bailaban dentro. La melodía era contagiosa y pudieron oír a la menor cantarla en voz baja en su idioma natal, les seguía extrañando oírla hablar en Alemán ya que no estaban familiarizados con el lenguaje.

— Dimitri no me gusta.— comenta Fuyumi.— Usa a Ana sólo para obtener la recompensa.

— Pero es la verdadera Anastasia.— defiende su hermano menor.— Por lo que merece el dinero.

— ¿Cómo termina esto? — le pregunta el pelirrojo a su chica en voz baja, la cual estaba entre sus brazos.

— Dimitri no acepta la recompensa y ellos se quedan juntos. — responde de la misma forma, entrelazando sus manos.

Continúan mirando la película en silencio, el más metido en la trama era Natsuo, el cual estaba tan atento a todo que sus expresiones faciales eran muy graciosas, incluso las de miedo. Porque al parecer el dibujo que habían hecho de Rasputin le provocaba escalofríos, a Elaine dejó de darle miedo cuándo vio la foto del monje original, el Gregori Rasputin del 1900 no era aterrador como el que habían animado.

Touya había comenzado a jugar con sus dedos mientras ella estaba pegada a la imagen del televisor, a Fuyumi le gustaban más las películas románticas y Anastasia era una princesa que tenía más acción que preocupaciones primermundistas como la anteriormente mencionada Ariel, para Elaine era tonto, ¿Quién cambiaba una vida estable por un hombre y unas piernas? A la pelirroja no le gustaba Ariel, al menos no la original del libro de Cristian Andersen.

Una flama azul iluminó la habitación y Elaine fue la siguiente en imitar al mayor, creando sus bonitas flamas violetas.

— Pensé que habían dejado de hacerlo.— la albina fue la primera en quejarse.

— No te enojes.— sonríe Natsuo.— Nuestra Sunshine ha mejorado mucho con el entrenamiento.

— ¡Sí! Touya me ayuda mucho.— comenta risueña, logrando hacer sonreír a ambos varones. Para Fuyumi era peligroso que ambos usaran su particularidad dentro de casa.

— Sólo tienes que tener paciencia. — murmura el pelirrojo con cariño, revolviendo su cabello.

— ¿Puedes hacer figuras? — cuestiona la albina con timidez.

— ¡Sí, mira! — Touya sonríe por inercia cuando desde las flamas violetas se formó una bonita mariposa que sobrevolo por sus cabezas, sacando exclamaciones de sorpresa.

La pequeña y flameante mariposa violeta revoletaba con gracia como si fuera una real y todos los niños tenían la mirada fija en ella y de repente simplemente desapareció sobre la nariz de Elaine como un parpadeo. Los menores se sorprendieron un poco quedándose en silencio, hasta que Natsuo comenzó a aplaudir por el gran manejo de sus singularidades.

— ¡Es genial que sus singularidades se mezclen!

— Es algo extraño, es como si sus singularidades fueran muy compatibles. — agrega la albina, pensante.

— A mi me gusta.—  murmura la pelirroja, riendo.—  Son muy bonitas.

A eso de la medianoche a los menores les entró el sueño a su sistema, después de todo habían estado jugando desde temprano y luego de todo lo que comieron estaban que reventaban. Habían traído sus futones y a pesar de que Fuyumi estuvo dispuesta armar otro para Elaine ella se negó, diciendo que dormiría con Touya. A él no le importó y al momento en que apagaron la luz fue el último en tumbarse a dormir.

Natsuo fue el primero en dormirse de inmediato, el albino roncaba levemente al dormir pero no era algo que molestara a los demás. Cuando se metió dentro de las colchas Elaine se pegó a él inmediatamente mientras sus ojos eran lo único que iluminaba la habitación, porque hasta de noche brillaban.

Touya la rodeo con sus brazos, a pegandola a él con cariño. Acarició suavemente su cabellera para hacerla dormir y a pesar de que eso relajaba mucho a Elaine ella se negó a dormir. Se mantuvo tumbada en su pecho observando a Touya por varios minutos en silencio, simplemente le miraba y de un momento a otro cerró sus ojos esperando al mayor.

El pelirrojo soltó una pequeña risita, ya había entendido lo que quería la menor y la forma tan adorable de perdirlo le causó gracia. Elaine abrió los ojos e infló sus mejillas ante la risa de Touya, ¿Acaso debía pedirselo directamente?

— ¿Por qué te ríes? —

— Sólo me ha hecho gracia tu forma de pedirme que te bese.— Sunshine le cubrió la boca avergonzada, para que no dijera nada más.

Sus mejillas se sonrojaron pero no dejó de hacer ese puchero, que Touya lo dijera en voz alta le dio mucha vergüenza y no pudo evitar aquella reacción de su cuerpo.

— No hagas eso.—  el mayor besó la el ceño de Elaine.— Esa mueca no me gusta en tu cara.—  volvió a dejar otro beso sobre su nariz, provocando una sonrisa en Elaine.— Me gusta cuando sonríes, justo así.

La pelirroja volvió a cerrar los ojos, sintiendo la respiración del mayor sobre su rostro y las manos de a Touya en sus mejillas. Pronto volvió a sentir sus labios sobre los suyos y el revoltijo de emociones en su estómago le indicó lo mucho que le gustaba el chico. Era de esos besos inocentes y sentimientos puros lo que hacía que sus corazones golpearan contra su pecho con fuerza. Touya estaba temblando pero lo disimulaba muy bien con las caricias que daba en las mejillas de la menor, hasta que se separaron con las mejillas rojas y los ojos brillantes.

— Buenas noches.—  deseo el mayor con una sonrisa.

Elaine no respondió, se acercó nuevamente al rostro del pelirrojo y le dio otro beso con una sonrisa, dejando perplejo al mayor.

— Buenas noches, te quiero.— contestó, apoyando la cabeza en el pecho del ojiazul con una sonrisa divertida.

— También te quiero.— murmuró abrazándola, cerrando los ojos.

Supo que Elaine se había dormido cuando oyó su respiración más lenta y pausada, escuchaba su corazón claramente y únicamente atinó a sonreír cuando ella se pegó más a él. No dejó de acariciar su corta cabellera en ningún momento y antes de dormir dejó un último beso sobre su sien, acomodándose junto a ella en el futón con una sonrisa.

Entrelazo sus dedos y besó el dorso de su mano aún cuando ella no podía verlo, como le había dicho a Fuyumi esa mañana él le cumpliría cualquier capricho a Elaine, cualquier cosa que ella le pidiera sería suya, le pondría el mundo a sus pies si fuera necesario... Incluso si tuviera que enfrentarse a su padre, le demostraría que era lo suficientemente fuerte y que era merecedor de estar con ella.


























































































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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s

➥ Elaine no sabe nadar, por lo que si va a la playa siempre está donde toque la arena.

➥ Es muy torpe con la tecnología, a veces no la entiende muy bien.

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˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!

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