⌈²⁴⌋𝘾𝙊𝙉𝙏𝙍𝙊𝙇
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Musutafu, 2010
Septiembre había llegado para refrescar a los Todoroki, en breve comenzaría el otoño y era algo que la mayoría quería que ocurriera. Esa tarde Elaine estaba golpeando un saco de boxeo mientras el héroe número dos la miraba, le había dicho que una de las formas más rápidas para aprender a controlar su fuerza sería saber cuanto era capaz de dar y bueno... Ya había roto un par de sacos antes, este era el tercero y Endeavor estaba cada vez más maravillado.
Los abuelos de la niña tenían razón, el poder de la pelirroja aumentaba considerablemente al medio día, era monstruosa la fuerza que poseía pero allí estaba, no se lo creía. Un cuerpo tan pequeño y adorable era capaz de matarte de un golpe, debía de entrenar aquello y como ya había cumplido los siete, ya no sería tan amable. Desde ahora Endeavor entrenaría con ella personalmente.
— Levántate. — le ordenó, la menor se sujetaba el estomago con fuerza. — Defiéndete, no me veas como tu amigo, tienes que verme como tu rival.
Elaine no podía golpearlo de vuelta, le daba muchísimo terror lastimarlo pero eso a Enji no le importaba y le exigía cada vez más una respuesta. La niña se negaba a atacar y sólo recibía golpes por parte del héroe.
— No puedo, no quiero hacerle daño. — Enji suspiro, poniéndose de cuclillas frente a ella.
— Nunca vas a lograr dominar tu singularidad si le tienes miedo. — dijo, apoyando su mano sobre la cabeza de la menor. — Tienes que dejar atrás ese miedo y controlarte.
— Pero...—
— Pero nada. — cortó, demandante. — Ambos controlamos el fuego, no vas a quemarme. — era medio mentira, porque él sabía que la niña manipulaba más que eso, pero de alguna manera debía de confiar en si misma.
— No me refiero al fuego... Sino a mi fuerza. — el mayor soltó un suspiro.
— Tengo una idea. —
Perdió de vista al mayor por varios minutos, mientras tanto se sentó sobre el césped. Estaba un poco desanimada ya que no estaba entrenando con Touya, su amigo debía de estudiar para sus primeros exámenes, pues ya habían entrado a clases. Elaine ahora estaba en segundo grado y se sentía igual que el año pasado.
El shoji se abrió nuevamente, Endeavor tenía en sus manos un juego de Go. El Go era un juego originario de China pero se juega en países asiáticos como Japón y Corea, es un juego de estrategia para dos personas y se juega con fichas de colores — blancas y negras — el juego, a pesar de lo sencillas que eran sus reglas, era demasiado complicado y una sola partida podía durar de 10 a 90 minutos. Elaine ladeo la cabeza mientras veía que el mayor sacaba las piezas — que era aproximadamente del tamaño de una moneda — y las colocaba en el tablero, luego trajo unas botellas de vidrio vacías, las puso en línea y a unos cuantos metros del tablero.
— Elaine. — le llamó. — Intenta derribar una de las botellas sin romperla, usa las fichas.
La niña miró de forma extraña al mayor, se acercó hasta el tablero y juntó su dedo índice y pulgar para luego darle un golpe a una de las fichas. La pieza de color negro salió disparada hacia el frente, haciendo añicos la primera botella. Su ceño se frunció pero entendió lo que Enji quería que hiciera, no la dejaría descansar hasta que lograra derribar una botella sin romperla.
— No me importa cuanto tardes, no te irás de aquí hasta que tires al menos una botella. — sabía que no estaba bromeando, por lo que asintió y comenzó con ello.
Cada vez que lanzaba una de las piezas destruía algo, una de las bonitas fuentes que tenía el jardín, alguna estatua de cemento tradicional y las botellas. Se estaba cansando y tenía hambre. El héroe seguía allí, viéndola con ojo crítico mientras ella intentaba sin parar, se estaba frustrando tanto que quería echarse a llorar, todo sería más sencillo si Touya estuviera allí.
Touya...
Lo que había sucedido en su cumpleaños no se mencionaba, no necesitaban de hablarlo, lo dejaron estar. Su relación no había cambiado ni un poco, seguían yendo juntos todo el tiempo — el que podían — lo único diferente es que ya no disimulaban frente a sus hermanos y madre. Fuyumi ni siquiera se sorprendió, en cambio Natsuo se largó a reír como si no se lo creyera...Luego acabó gritándole a su hermano por no habérselo dicho y a Elaine simplemente le cuestionó si de verdad quería a alguien como su hermano — porque según él, era un amargado — y le dio su pésame. Aunque en esos casos donde el héroe estaba presente, ambos actuaban de manera diferente. Más por orden de Rei que la de ella, Elaine insistía en que no tenía nada de malo que ellos se gustasen pero Touya le dijo que no debía de decir nada, porque podían meterse en problemas.
— Enji-san, tengo hambre. — se quejó, alargando las vocales.
— Cuando logres derribar una botella podrás comer. — dijo, zanjando el tema.
Sunshine infló las mejillas en un puchero y de mala gana volvió a golpear otra de las piezas, la cual le dio al héroe en el abdomen, mandándolo al piso de rodillas con un horrible dolor en la zona.
Silencio...
La menor se quedó quieta como estatua, escuchando como el mayor respiraba de forma agitada para reincorporarse. Joder, le había dolido de verdad pero a pesar de eso comenzó a reír, ¡Esa mocosa era impresionante! El dolor se mezcló con su alegría de al fin tener alguien digno como sucesor, ¡Lo había puesto de rodillas con una estúpida pieza de Go! Iba a ser una heroína prometedora, capaz de superar a All Might.
Estaba sola, completamente sola. Enji le había dicho que iría a buscar hielo porque al parecer su inocente golpe le había provocado un moretón de color violeta en el abdomen. Se sintió un poco culpable pero también quería reírse, Eso no le hacia mala persona, ¿no? Al final terminó por soltar un suspiro que en realidad era una risa disimulada.
Ya estaba harta de las malditas piezas de Go, llevaba horas y no había logrado más que reventar el jardín de la casa Todoroki, de seguro a Rei le daría un infarto pero le echaría la culpa a su esposo, ella se lo advirtió.
Mientras pensaba seriamente en escaparse del entrenamiento una sombra le hizo levantar la mirada, una sonrisa se plasmó en sus labios al notar de que se trataba de Touya pero no era solo eso, en sus manos llevaba un sándwich de huevo y jamón tradicional, en la otra tenía una limonada de la tienda. A pesar de que el rostro del mayor parecía cansado no pudo evitar corresponder la sonrisa que le regalaba Elaine.
— Anda, tómalo. — le indico. — Puedo escuchar tus quejas desde mi habitación.
Tenía muchas ganas de darle un beso pero sabía que en cualquier momento su padre podría volver y los dos saldrían perdiendo. Acarició con cariño la cabellera rojiza de su niña mientras ella devoraba el sándwich que le había llevado, la había estado escuchando quejarse desde hacía horas y lo desconcentraba de sus deberes, quería ir y defenderla del viejo pero sabía que los metería en problemas.
— ¿Cómo vas con eso? — preguntó, señalando las piezas de Go.
— Mal.— contesta, amurrada. — No logro controlarme y termino haciendo añicos todo.
— Vas a lograrlo, siempre lo haces. — sonríe, sentándose junto a ella. — Venga, inténtalo otra vez.
— No va a funcionar. — se queja, apoyando la mejilla entre sus manos.
— No lo sabremos si no lo intentas, boba. — la pelirroja suspiró, se acomodó nuevamente frente al tablero y volvió a golpear.
...
Había vuelto a destrozar la botella.
Rendida, soltó un grito de frustración. Su cabello se encendió en llamas y sabía que se iba a echar a llorar, se sentía inútil.
Touya se acercó hasta el tablero tomando una de las piezas, él mismo la lanzó contra una de las botellas, logrando que se derribara. Bien, al menos su padre no había sido un hijo de puta, era posible hacerlo, sólo debía de controlarse... Entonces, tuvo una idea.
— Estás concentrando toda tu fuerza en los dedos. — murmuró tomando las manos de Elaine, notando que estaban más calientes que el resto de su cuerpo. — Intenta dispersarlo.
— No sé cómo hacerlo. — se vuelve a quejar, quería morir.
— Imagina que es como la sangre. — pide en voz baja. — Fluye por todo tu cuerpo y no se acumula en un solo lugar.
«Como la sangre»
Elaine vuelve a posicionarse cerca del tablero para poder golpear la pieza, mientras hace unas cuantas respiraciones para calmarse, su cuerpo va perdiendo su característica temperatura elevada. Parecía que lo que Touya le estaba pidiendo funcionaba, pero tampoco fue la solución porque otra de las botellas estalló en mil pedazos. Sunshine se echó a llorar de lo frustrada que estaba, se cubrió el rostro con las manos y mantuvo la respiración. Odiaba llorar, no le gustaba hacerlo, menos frente a los demás.
— No esperes que logres todo a la primera. — le consoló, acariciando su cabello. — No le hagas caso al viejo, ya sabes cómo es. — hizo una pequeña mueca de asco. — Ten paciencia.
— Pero debo de lograrlo. — sollozó. — No puedo controlar mi fuerza ni siquiera para jugar con ustedes, siempre tengo que alejarme o evitar tocarlos por miedo a hacerles daño.
El mayor se puso de pie, dejando a Elaine con una sensación de vacío. Touya se había colocado frente a una de las botellas con los brazos a sus costados, la menor le miró de forma extraña, hasta que entendió lo que quería que hiciera.
— No.
— Confío en ti, Elaine. — aseguró.
— No, te voy a lastimar. — repitió.
— Confío en ti, sé que podrás hacerlo. — le alentó con una sonrisa. No podía negar que estaba asustado. Recibir un golpe directo de Sunshine era demasiado doloroso pero por ella haría lo que fuese. — Hazlo.
Juntó su dedo pulgar e índice con miedo, estaba temblando pero se decía a sí misma que sí no se controlaba esta vez, Touya saldría herido y ella no quería lastimarlo jamás. Exhaló todo el aire que tenía retenido en sus pulmones y con su mano temblando dirigió el par de dedos hacia la ficha.
Pudo ver en cámara lenta como la pequeña pieza blanca salía disparada hacia donde se encontraba el cuerpo de su amigo, cerró los ojos con fuerza, no queriendo ver como lo lastimaba y esperando el grito del mayor... Pero nunca llegó, lo único que se escuchó fue la ligera risa del Todoroki mayor, quien la miraba orgulloso.
No pudo aguantarse la alegría y soltó un grito que resonó por el resto de la casa, ya se había echado a correr hasta Touya cuando él le abrió los brazos. Estaba saltando mientras daban vueltas sobre su eje, festejando el triunfo de la menor, ¡Lo había logrado!
— ¡Lo hice! ¡Lo hice! — chillaba, abrazando al mayor.
— Lo hiciste. — confirmó. — Te lo dije, puedes hacerlo.
— Gracias. — murmuró abrazando al mayor con cariño, se escondió en su pecho ya que se sentía protegida y sonrió.
— Debo de irme. — le dijo en voz baja, como si le contara un secreto. — El viejo no sabe que estoy aquí y nos meteremos en problemas si se entera.
A Elaine no le gustó mucho pero sabía que tenía razón, se despegó del pelirrojo y antes de que se fuera dejó un beso sobre su mejilla, coloreando el rostro del mayor. Touya le dedicó una sonrisa antes de prácticamente irse como un ninja de allí, como si jamás hubiese estado.
Elaine se sintió como una ganadora y para comprobar que lo que hizo no fue un tiro de suerte se volvió a poner de cuclillas frente al tablero y empujó una de las piezas, esta vez negra.
El shoji fue abierto por el héroe justo cuando una de las botellas que él mismo había puesto era derribada por Sunshine. Una sonrisa apareció en su rostro y gritó con orgullo su nombre, asustándola.
— ¡Elaine! — su corazón por poco se para por ese grito pero no dejó de sonreír y corrió hasta el hombre para que la cargara.
— ¡Lo hice! ¡Lo hice! — festejó, todo era gracias a Touya.
— ¡Sabía que lo harías! Te falta entrenamiento, no te preocupes, haré que seas la mejor.
Mientras ambos pelirrojos seguían festejando en el dojo que poseían, la matriarca de los Todoroki miraba a su hijo en la cocina con una de sus cejas alzadas. Touya bebía una vaso de agua acalorado, como si viniera corriendo de una maratón o algo similar. Conectó la mirada con su madre y sonrió de forma inocente, Rei negó con su cabeza y siguió cortando los vegetales para la cena. Su hijo no le había contado qué pasó luego de entregarle su regalo a Elaine, pero no debía de ser adivina como para que entendiera qué sucedió entre ellos dos. La albina esperaba que algún día esa chiquilla fuera parte de su familia de forma oficial.
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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s
➥ Los Wiese nunca se enteraron de lo que sucedía en la casa Todoroki.
➥ Su nieta jamás les dijo porque no quería que la alejaran de ellos por culpa de los errores que Enji cometió.
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˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!
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