❏ | 𝐖𝐇𝐎 𝐀𝐑𝐄 𝐔?
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A pesar de haber quedado en el segundo lugar en el festival deportivo, Elaine no recibió muchas propuestas para las pasantías de ese año. No se decepcionó, de hecho ni siquiera revisó la lista de héroes que se habían interesado en ella porque había uno sólo con el cual iría y ese era: Endeavor. Por eso estaba allí, despidiéndose de Kaede mientras cada una abordaba un tren diferente, ya que su mejor amiga había escogido la agencia de un héroe que llamaban: "El precoz" y esperaba que no fuera por lo que ella estaba pensando.
— ¡Nos vemos en una semana, Elaine! — su animada amiga, se despidió con un asfixiante abrazo antes de subirse al vagón.
— Nos vemos, Kaede. — sonrió, agitando la mano hasta que le perdió de vista.
La pelirroja baja la mirada hasta su maletín institucional con el número quince grabado en él, allí dentro se encuentra su traje de héroe. No era la primera vez que iba a usarlo, pues cuando les tocó clases de rescate con N°13 en la USJ tuvo su oportunidad. Cuando su tren llegó, Elaine se subió al vagón sin perder más tiempo y tomó asiento en la ventanilla, así no se aburría demasiado.
Elaine conectó sus audífonos al teléfono y en menos de lo que canta un gallo, ya estaba en su playlist de Spotify escogiendo que canción define cómo se sentía hoy. Estuvo algo indecisa, ya que ella tampoco sabía cómo se sentía, no estaba extremadamente feliz como para escuchar algo movido pero tampoco se sentía triste, simplemente estaba existiendo.
Llegar a la agencia de Endeavor no fue difícil, había estado en ella tantas veces que podía andar a ojos cerrados dentro de esta. Desde que era una niña y después de la muerte de Touya, la pelirroja pasaba mucho tiempo dentro de la agencia entrenando y conocía a la mayoría de internos viejos que trabajaban con su viejo; claro que no siempre tenía buena relación con todos, en especial con la antipática y metiche de Burnin. Sunvely la conoció hace dos años, un día que fue a la agencia a llevarle algo a Enji, su primera impresión no fue buena porque la heroína bromeaba con ella como si se conocieran de toda la vida, haciendo ciertos comentarios que a ella no le agradaron en lo absoluto. Claro que a la mayor tampoco le agradó Elaine, porque se tomaba muy en serio sus palabras y más de una vez acabaron discutiendo.
Pensar en ella le ponía de mal humor y hablando del rey de Roma...
— Pensé que llegarías más tarde. — pronunció, teniendo que alzar la cabeza para ver a Elaine.
— Ya ves que no. — respondió, intentando cruzar de largo para evitar un diálogo innecesario con ella.
— Sólo eres un reemplazo, Sunvely. — la menor apretó los puños del coraje pero no le dio la satisfacción demostrar que le había afectado, simplemente chocó su hombro con el de ella, ejerciendo más fuerza de la necesaria y provocando que la heroína cayera al suelo.
— No te metas conmigo, Burnin. — ordenó, dándole una fría mirada para seguir su camino hasta el ascensor
Durante los segundos en los que las puertas se cerraban, ambas féminas intercambiaron miradas llenas de odio. Elaine nunca iba a entender el por qué Burnin la detestaba tanto, nunca le hizo nada y eso que podría haberse chivado a Enji pero jamás lo hizo. No sabía si era porque veía en ella una competencia o porque tenía algún complejo de inferioridad, no entendía a la mayor.
Caminó durante unos minutos hasta la oficina del mayor, en donde tocó la puerta antes de entrar. Enji era un hombre bastante orgulloso, pero tener hijos destacados inflaba más su pecho de orgullo y por eso tendía a presumir a los menores: a Elaine y Shoto. En la oficina del héroe se podía encontrar un enorme escritorio de caoba oscura con algunas cosas, pero lo que más llamaba la atención eran dos pequeños cuadros a un lado de la pila de papeleo, en una de las fotografías aparecía Shoto en el cuadro de honor de su instituto al haber obtenido las mejores calificaciones el pasado año y el segundo, era de Elaine enseñando la medalla de segundo lugar que obtuvo hace algunas semanas atrás.
— Bienvenida. — le recibe, tomando sus hombros y dándole un ligero apretón. — Ya he preparado la habitación en donde te quedaras.
Esa era la forma que tenía Enji de mostrar cariño, el héroe no era alguien muy de piel pero de vez en cuando tenía ciertos arranques con sus hijos. Tocando sus cabezas o apretando sus hombros con sus enormes manos.
— Gracias, papá. — sonrió, haciendo que el héroe cambie de expresión a una cohibida y voltee el rostro. — ¿Ordenarse comida? — preguntó, mirando detrás del varón, notando un par de empaques con buen olor.
— Supuse que no habías almorzado. — se limitó a responder.
— Supusiste bien. — dijo, dejando de lado su maletín para sentarse a comer. — Estoy hambrienta.
De entre todos sus hijos, a la que conocía mejor era a Elaine. No es que no quisiera a los demás pero Natsuo se negaba a pasar tiempo con él o a intercambiar simples palabras, por lo que era un desconocido para el albino. Shoto era exactamente igual, aunque lo conocía más gracias a que la pelirroja le hablaba de él, con Fuyumi su relación era buena pero no tenían la suficiente confianza como para hablar sobre sus gustos. Por ello, Enji sabía que comida pedir para hacer feliz a la más baja, era sencillo, cualquier tipo de gyoza rellena de cerdo o camarón y no hablaría hasta acabar con todas.
Sunvely también disfrutaba de la comida coreana y en algunas ocasiones llegaron a comerla juntos, no fue del total agrado del mayor pero se entretenía mucho cuando veía a Elaine comer con las mejillas abultadas y la mirada fija en su comida, parecía un conejo.
— ¿Qué tal está Shoto? — preguntó, revolviendo sus fideos bajo la atenta mirada de su hija. — ¿Todo bien? —
— Está muy bien. — asintió, tragando lo que tenía en su boca. — Sigue con sus calificaciones impecables y no causa problemas, aunque la maestra me ha dicho que tiene problemas para relacionarse.
— No es un problema. — murmuró, provocando que Elaine dejara de comer. — Shoto no debe tener distracciones, el camino que estoy forjando para él es claro.
La pelirroja se atrevió a rodarle los ojos en la cara, haciendo que Enji bufara. Era la única persona que se atrevía a enfrentarlo de esa manera, por eso le gustaba, Elaine era muy directa con él y muchas veces cruzaba la línea de padre e hija, tratándolo de tú. Eso era lo de menos para él, estaba acostumbrado, todos sus hijos eran así — excepto Fuyumi — pero lo que no soportaba, era cuando Sunshine decía groserías, no sabía quién le había enseñado a decir tales barbaridades.
Una de las veces que la escuchó maldecir fue en la agencia, en una pelea verbal contra Burnin y en la que ninguna de las dos daba su brazo a torcer, él tuvo que intervenir para que Elaine no matará a su secuaz a golpes. Enji no entendía su rivalidad — ni quería hacerlo — para él, todo eran bromas que se salían de control, conociendo el carácter burlón y sarcástico de su interna, era más que obvio que tendría roces con su hija, que odiaba las bromas de mal gusto.
Independiente de su mala relación con la pelirroja, Burnin era muy capaz en su trabajo y era una buena asistente. No tenía quejas sobre ella, era dura con los nuevos cuando debía serlo sin llegar a ser como él, a pesar de llevar relativamente poco trabajando con él, su singularidad tampoco era mala pero no era la gran cosa comparada con la de su prodigio y todos en la agencia lo sabían. Todos sabían del favoritismo que tenía el héroe por sus hijos, en especial por Elaine.
— He pedido una porción extra para ti. — el plato de gyosas fue puesto frente a la de ojos dorados, quien no escondió su felicidad. — El patrullaje de hoy será hasta tarde, come todo. — ordenó.
— Comeré muy bien. — asintió rápidamente con la cabeza, teniendo las mejillas abultadas y llenas de comida.
Él mejor que nadie conocía el quirk de la menor, sabía como potenciarlo y como evitar que su energía se agote. La comida jugaba un papel muy importante en el desarrollo de su singularidad, por ello Enji siempre ordenaba grandes porciones para ella.
Y bueno, no negaría que de cierta forma le daba gracia ver a Elaine con las mejillas abultadas, tarareando contenta mientras se mecía y comía.
Después de almorzar junto al héroe, él se dedicó a mostrarle las nuevas instalaciones, más específicamente una sala de entrenamientos para su uso personal. Era de conocimiento público que las llamas de Elaine eran muchísimo más potentes que las suyas, por eso tendía a activar la alarma de incendios y a quemar un par de cosas. La sala que preparó para ella no estaba capacitada para soportar sus llamas pero si era más resistente que las normales, la menor sólo debía de tener cuidado y medirse cuando entrenara. También le enseñó su habitación y Elaine agradeció que Enji haya considerado que ella siempre ha dormido de forma occidental, en camas acolchadas y jamás en tatami.
Luego de todo el recorrido por la agencia, se dedicó a contestar llamadas junto a los demás internos. No estaba aburrida, sería imposible, el teléfono sonaba cada cinco minutos, esa fue la primera vez que Elaine experimentó el crimen tan de cerca, es decir, viendo que realmente era imposible descansar con tanto criminal haciendo de las suyas.
— Sunvely, andando. — el pelirrojo pasó por su lado, haciendo una seña con la cabeza e indicando que lo siguiera.
La menor siente y lo sigue de cerca, caminando hombro a hombro hasta salir de la agencia. No dijeron palabra alguna, sólo se dispusieron a recorrer las concurridas calles de Musutafu en silencio, resolviendo pequeños crímenes por aquí y allá. Era la primera vez para ella viendo a Endeavor en acción — de forma presencial — y no pudo evitar sentirse maravillada y orgullosa, sonriendo ante lo veloz que era, sin dudas era un gran héroe pero como padre dejaba mucho que desear.
Lo que ninguno de los dos sabía, es que había un héroe de ojos dorados observándolos desde el cielo, mirando fijamente a la fémina de cabellera corta y tan parecida a la de su ídolo.
Hawks hacía sus patrullajes como de costumbre pero esa noche quiso ir a molestar a su héroe favorito aunque sea unos minutos, aunque jamás se imaginó encontrarse con uno de sus pasantes, que se veía exactamente igual que él: Alta, de cabello carmín, cuerpo atlético y fuerte. Los observó desde el cielo con curiosidad, en especial a ella, que parecía muy cómoda junto a Endeavor, riéndose y llegando a hacerle algunas bromas mientras caminaban. Lo que más le sorprendía era que él jamás le dijo nada, ni le dio esa mirada de asco que le dedicaba a todo el mundo, ¿Era su hija?
No se iba a quedar con las ganas de saberlo, por eso, descendió lentamente hasta quedar parado en un poste de luz, dejando caer lentamente sus plumas cerca del héroe número dos, las cuales rápidamente fueron reducidas a cenizas por el pelirrojo, enseñándole una mala cara acompasado de un bufido. Lo que Keigo jamás se esperó, era chocar con unos orbes dorados que brillaban como el sol, viéndolo con curiosidad desde abajo.
El mayor pasó saliva, su boca se había reservado de repente y se quedó sin habla. No podía apartar la mirada de ella, ¿Quién era? Era preciosa, sin duda alguna una de las mujeres más hermosas que haya visto jamás. Tenía el cabello corto con flequillo, su traje de héroe era negro con destellos dorados que hacían juego con sus ojos, botas de tacos altas y guantes sin dedos.
— Camina, Sunvely. — La voz del héroe lo trajo de vuelta a la realidad.
Enji le regaló una mirada fulminante al rubio, notando como había visto a su hija, no le gustó nada.
— ¿Quién es? — se atrevió a preguntar, curiosa.
— Un pajarraco muy molesto. — respondió, indicando con la cabeza que se adelantara, no quería que esos dos se conocieran.
Hawks hizo un puchero al ver como la fémina se alejaba de allí por orden de Enji, ninguno intercambio palabras con el otro pero la mirada del héroe se lo dijo todo: "Aléjate de ella", eso fue lo que le dio a entender. Si Endeavor la protegía tanto era más que obvio que no eran simples héroes - alumno, estaba más que seguro que aquella pelirroja de rostro bonito era su hija.
— Endeavor-San. — se quejó, alargando la última vocal.
El rubio vuelve a su agencia sintiéndose derrotado al no haber saciado su curiosidad, se encuentra directamente con su nueva pasante: Kori Kaede, una chica perteneciente al 1-B del curso de héroes con un don poderoso. Si era sincero le había enviado una solicitud sin razón, porque era buena y dio una gran pelea en el festival pero jamás esperó que lo escogiera a él, entre tantos héroes que podían explotar su singularidad mejor.
Entonces, una bombilla se encendió sobre su cabeza. Conociendo a Endeavor, su hija estudiaría en la misma academia que Kaede, quizá en la misma clase — lo dudaba — pero no perdía nada por preguntar. La fémina alzó las cejas con una mueca incómoda en el rostro al notar la mirada penetrante de su jefe puesta en ella, dejó el papeleo que estaba rellenando y le devolvió la mirada, preguntando con la misma si tenía algo que decir
— ¿Sucede algo? — cuestionó, desviando la mirada.
— En lo absoluto. — respondió con una gran sonrisa, acercándose a ella. — Kaede-Chan, de casualidad, ¿Conoces a Sunvely? — él usó el nombre por el cual Enji la llamó.
— ¿Hablas de Elaine? — la sonrisa en su rostro se ensanchó al oír su nombre de pila, era hermoso, como ella. —
— ¿Elaine? — preguntó con ilusión, suspirando.
— Taiyō Elaine, sí. — respondió, dándole una mirada extraña al rubio. — Es mi mejor amiga, vamos al mismo salón.
La sonrisa del mayor se borra de inmediato, confundido. Voltea hacia la albina mientras alza las cejas, ¿Cómo que Taiyō Elaine? ¿No debería ser Todoroki? Se rasca la nuca un tanto confundido, creyendo que tal vez su interna se ha confundido pero era poco probable que dos personas tuvieran el mismo nombre de héroe.
— ¿Taiyō Elaine? — repite esta vez en voz alta, Kaede estaba a punto de confirmar lo dicho hasta que se vio interrumpida. — Pensé que era hija de Endeavor.
— Oh.— una risa se escapa de sus labios, divertida. — No es el único, todos piensan que lo es. — confiesa, sorprendiendo al héroe. — Muchos especulan que es su hija bastarda pero eso no es verdad.
«Elaine es más bien como su hija adoptiva, se ha criado junto a él y sus hijos. Son bastante cercanos, de hecho, ahora está viviendo con los Todoroki ya que su casa queda más cercana a UA»
La información dada por la albina fue bastante útil para saciar su curiosidad — por el momento — pero quería saber más sobre ella, eran mejores amigas, ¿A quién le preguntaría si no? Hawks sonríe, sintiéndose dichoso, no hay razón alguna, sólo está feliz.
Gracias a su encuentro con Sunvely, ese día no salió a patrullar junto a Kaede, prefirió quedarse toda la noche hablando con la albina sobre su mejor amiga. Preguntándole todo tipo de cosas, desde su color favorito hasta sus razones para ser heroína — aunque esa pregunta no pudo ser respondida ya que ni la propia Kaede sabía — aún así, aprendió mucho de Elaine, ya que su siguiente paso era acercarse a la pelirroja para poder conocerla por sí mismo. Le había llamado muchísimo la atención, más que eso, su rostro no salía de su mente y esos ojos dorados tampoco.
— Endeavor-San no me permitió hablar con ella. — se quejó como un niño, haciendo reír a la menor.
No tomó la curiosidad de Hawks como algo malo, porque ella reaccionó de la misma forma que cuando era pequeña y vio a Elaine en el fondo del salón. Se le hizo una joven tan misteriosa que quería saber todo sobre ella, le costó un par de años pero al fin era su amiga y podía presumir de aquello, que la única persona a la que le confiaba sus secretos era a ella.
O eso es lo que Kaede creía.
— Endeavor-San da miedo. — confesó. — Pero Elaine lo quiere mucho.
«Elaine siempre ha sido muy agradable, es simpática y amable. Realmente se gana el corazón de las personas fácilmente, aunque también es odiaba por varios, pero bueno, no puedes caerle bien a todos, ¿Verdad?» preguntó la menor, divertida.
El alado sonrió, más no respondió. Keigo esperaba que toda su curiosidad fuera un capricho ante la belleza de la pelirroja, nada más.
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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s
➥ Elaine ama el manga y el anime, su anime favorito es attack on titan y Levi es el amor de su vida.
➥ Cuando Isayama reveló que a Levi le gustan las personas más alta que él, chilló de la emoción.
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+100 ᴠᴏᴛᴏs ʏ 140 ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏs ᴘᴀʀᴀ ᴇʟ sɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ ᴄᴀᴘ.
˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!
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