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❏ | 𝐔𝐍𝐄𝐗𝐏𝐄𝐂𝐓𝐄𝐃 𝐍𝐄𝐖𝐒

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Han pasado unos días desde lo ocurrido en la oficina del héroe número dos, es viernes y Keigo por fin ha reunido el valor para enviarle un mensaje a su novia, pidiéndole reunirse. Si es sincero, no tiene mucha fe para creer que Elaine responderá, porque se comportó como un verdadero idiota y la trató horrible, ni siquiera sabe si merece la oportunidad de hablar con ella.

La respuesta llega en menos de cinco minutos, ha aceptado reunirse con él pero tendrá que ser en UA, debido a que están preparándose para el festival cultural y que no tienen permitido salir sin permiso, y reunirse con él no es una razón suficiente para solicitar un permiso de salida.

Elaine no está molesta, está decepcionada. Se siente invalidada, y también está muy deprimida. Ella quiere muchísimo a Keigo, y el saber que él piensa que no, la hace sentir mal. Creía que al escoger a Hawks por sobre el villano, todo sería mucho más fácil para ella y su relación con él pero no fue así. Durante esa semana donde estuvo sin comunicación alguna con su novio, pensó mucho en la decisión que tomó aquel día. Se preguntó muchas veces si quizá con Dabi hubiese sido más fácil, ella sabía la respuesta: Sí. Él ya la conocía, sabía de la existencia de Touya y jamás se mostró agresivo con el tema, muchas veces hablaron de él frente a su propia tumba, y se rieron a carcajadas de las anécdotas que ella misma contaba.

Aunque ya no había nada que pudiera hacer, escogió a Hawks.

La fémina se acomoda el cabello mientras camina por el sendero de grava, hay mucho viento en esa época del año y siempre acaba con la melena revuelta. Ha terminado su última clase del día, son aproximadamente las cinco de la tarde y quedó con Hawks en quince minutos en el bosque que rodea los Height Alliance. Claramente quiere tener una conversación privada, no desea que se esparzan rumores entre ellos, ni mucho menos causarle problemas.

Al llegar se encuentra con el rubio de espaldas, sus pisadas la delatan pero aún así ninguno dice nada. Ha pasado poco más de una semana desde la discusión que tuvieron y por alguna razón, Elaine siente que hay un muro entre ambos, como si estuvieran más lejos que antes.

— Hola, pichoncito. — Él voltea a verla con una sonrisa apenada, lleva un ramo de flores en sus manos.

Aunque eso no es lo primero que ve, sino, el gran moretón que tiene en el ojo derecho. Su ceño se frunce ligeramente, preguntándose a sí misma qué habrá ocurrido para recibir un golpe directo en el rostro, no parece hecho en un enfrentamiento, sino en una pelea cuerpo a cuerpo, lo cual era muy difícil de lograr con él debido a su quirk.

— ¿Qué te pasó? — preguntó preocupada, acercándose poco a poco y tocando la zona con cuidado.

— Se puede decir que recibí mi merecido por ser un idiota. — respondió con una risa, observando a su novia con culpa. — Kaede golpea duro.

— ¿Kaede? — la sorpresa en su rostro es bastante visible, pero no dice nada más.

La fémina sonríe suavemente mientras baja la mirada, a pesar de que no son amigas, la más baja sigue protegiéndola de todos, incluso fue más allá de lo legal como para golpear al rubio por ella, le agradecerá a la albina más tarde.

— Es una larga historia pero no estoy aquí por eso. — dijo, tendiéndole el ramo de flores. — He venido hasta aquí para disculparme. — tomó su mano con cariño, buscando los ojos de la más alta — Me enamoré de ti desde la primera vez que te vi, siempre fue mi sueño poder hacerte mi novia y no sabes lo feliz que estaba cuando aceptaste. — sintió los ojos picarle, ya que estaba muy sensible. — Pero la he estado cagando una y otra vez, debido a mis inseguridades. Lo siento mucho, pichoncito, fui un idiota.

Un silencio se extendió en el ambiente, mientras los ojos dorados de Keigo buscaban los de Elaine. La esperaba lo estaba matando, al igual que el silencio de su novia, ¿Qué sucedería si ella termina su relación? Estaría destrozado pero la entendería, porque fue un idiota, dijo e hizo cosas horribles y ni siquiera en ese momento, puede confesar que se coló en su habitación el día del festival de verano para averiguar más sobre Touya, porque sabe que si ahora tiene pocas posibilidades de ser perdonado, con ese secreto saliendo a la luz, Elaine lo odiaría.

— Te disculpo, Keigo. — murmuró, rompiendo en llanto.

Rápidamente ambos se funden en un abrazo cargado de sentimientos, en donde la fémina solloza con más fuerza, había estado asustada, sintiéndose tan culpable por la discusión que tuvieron que ni siquiera había podido dormir bien. Que Hawks le hubiera dicho como se sentía, le hizo entender que ella también tiene que abrirse para que él no sienta inseguridad por Touya.

— Sé que es difícil comprender el vínculo que tengo con Touya. — hipó, siendo contenida por él. — Aún cuando ni siquiera te he contado todo… —

Aunque él quisiera saberlo, la charla que tuvo con Kaede le abrió los ojos. No debía presionarla para que hablara, sólo lograría que ella se alejara de él. Si tenía que esperar para saber todo lo relacionado con el Todoroki, lo haría.

— No es necesario que lo hagas, pichoncito. — negó con la cabeza, acariciando sus mejillas.

— Quiero hacerlo, de verdad. — insistió, tomando asiento en la banca.

El héroe se sentó a su lado, está un poco nervioso porque Kaede ya le habló sobre el primogénito de los Todoroki, y si se le revolvió el estómago al oír de su boca la relación que tuvo con Elaine, no sabría cómo se sentiría cuando lo escuchara por parte de ella. Aún así, se dijo a sí mismo que tenía que ser fuerte y comprender a su novia, porque él había sido una persona muy importante en su vida, le gustará o no.

Elaine comenzó contando la razón de su mudanza a Japón, eso era algo que él ya sabía pero esta vez profundizó mucho más en el tema, provocando que entendiera mucho mejor lo que le dijo a continuación. «Ese día Enji me llevó a su casa, estaba tan nerviosa porque las palabras de mi madre daban vueltas en mi cabeza, sentía que iba a dañar a alguien de nuevo.» Él la observa atento, oyendo todo lo que sale de sus labios. «La primera vez lo vi, sentí que estaba flotando, supongo que fue un flechazo instantáneo mutuo. Recuerdo que me emocioné tanto al ver a Natsuo usando su singularidad que activé la mía sin querer y casi lo quemo.»

— ¿Y qué pasó después? — cuestionó curioso, entrelazando sus dedos.

— Estaba histérica, sentía que el ciclo volvería a repetirse. — confesó, suavizando la mirada. — Touya se acercó a mí, me tomó de la mano y me dijo que sus llamas eran más poderosas que las de su padre, qué junto a él no debería tener miedo porque no podía hacerle daño. Por supuesto que era una mentira, y eso él lo sabía pero aún así, me consoló. —

— Ya veo… — oírla hablar de forma tan afectuosa del difunto, le hizo sentir algo más que incomodidad.

Comprendió de inmediato el sentimiento del que Sunshine hablaba, ella era una niña cuando el problema con sus padres se presentó, una niña indefensa y con miedo de sí misma. Era obvio que crearía un vínculo muy fuerte con quien le hiciera sentir segura, y esa persona terminó siendo Touya y no podría cambiarlo.

— Así es. — asintió, mirándole de reojo. — No fue lo único que hizo por mí, también me ayudó a entrenar, él confiaba ciegamente en mí y con el tiempo, yo también comencé a confiar en mí misma. — ahora fue su turno para sonreír. — Él me dijo que no era un monstruo, borrando las palabras de mi madre, Touya apostó todo por mí, siempre creyó en mí. —

«La culpa que sentía se debía a que creía que era responsable de su muerte, porque después de que le hayan dado su diagnóstico médico, nos escapabamos de casa para entrenar. Creía que el haberlo alentado había provocado su muerte pero Takumi me hizo entender que Touya con o sin mi ayuda, lo hubiese hecho igual.»

Mientras la escuchaba hablar, pudo darse cuenta de que todo el tiempo fue un idiota. Él jamás se tomó la tarea de investigar el vínculo entre ellos dos o las razones por la cual su novia estaba tan apegada a él. Ahora podía entenderlo un poco mejor, y es que Touya se había vuelto para ella lo que Enji fue para él cuando eran un par de niños: fue la luz en la inmensa oscuridad que los rodeaba.

Y aunque lo comprendía mejor, no borraba de su cabeza esos pensamientos intrusivos que rondaban por allí, porque al oírla, sólo confirmaba que la persona que ocupaba el lugar junto a Elaine era Touya, y no él. Si él estaba allí, a su lado, era simplemente porque el Todoroki estaba muerto. Aún así, quiso convencerse a sí mismo que era el destino quien decidió aquella jugada, y que si bien Touya fue muy importante para ella, ahora él iba a ocupar su lugar en el corazón de Sunvely.

— Si él fue tan importante para ti, también lo será para mí, Pichoncito. — murmuró, antes de dejar un beso sobre su sien. — Así que ya no habrá más discusiones, ¿Sí? —

— Gracias, Keigo. —

Un gran peso desapareció de sus hombros al escuchar esas palabras, tenía el presentimiento de que por fin las cosas irían por buen camino después de esa extensa conversación. Esperaba que con su explicación, las inseguridades del héroe aminoraran porque no quería que sintiera que estaba compitiendo contra Touya o que creyera que era un reemplazo, porque no era así.
































































Al día siguiente — sábado — se dedicó de lleno a ayudar en la elaboración de letreros y afiches promocionando el Maid café. No era una tarea pesada para ella, le gustaba mucho usar canva para decorar sus apuntes o trabajos. Estaba tan concentrada en su tarea que no se fijó cuando los varones llegaron cargando las cajas que contenían sus trajes de Maid y mayordomo, respectivamente. Elaine continuó con lo suyo mientras oía a sus amigos parlotear, no le molestaba el ruido de fondo pero fue su curiosidad lo que hizo que despegará la mirada del monitor para voltear a verlos.

— ¡Taiyō-chan! — le llamaron. — ¡Ven, vamos a probarnos los trajes! — indicó una de las chicas, sosteniendo su traje.

El vestido era muy bonito, de color oscuro con mangas cortas pero abultadas, tenían mucho encaje, en especial en la parte inferior de la falda. Se usaba junto a un mandil blanco hueso que también tenía volantes en los costados y en la parte inferior; junto a ello, venía una diadema y un par de medias blancas por sobre la rodilla que complementaban el look final con unos zapatos de satin negro.

Sin duda la elección de vestuario había sido la correcta, no podía negar que era hermoso.

No tuvieron que llamarle dos veces para que emprendiera camino junto a sus compañeras hasta los vestidores, todo su salón estaba muy emocionado con la temática de Maid café. Habían varios grupos organizados para cada situación, aquellos que se encargarían de la comida eran los más estresados ya que querían que todo estuviera en excelentes condiciones.

Elaine acabó de calzarse los zapatos con tranquilidad mientras sus compañeras arreglaban sus diademas entre ellas. Si era sincera, todas se veían muy hermosas y parecían pertenecer a un verdadero Maid Café. Los varones también lucían genial con sus trajes de mayordomos y la mayoría bromeaba mientras hacían reverencias exageradas.

— ¡Todos lucen fenomenal! — Mirio hizo acto de presencia, sonriendo cálidamente para todos.

— ¡Parecen maids de verdad! — dijo Nejire, flotando sobre las féminas. — ¡Taiyō-chan, luces muy hermosa! — halagó con sinceridad, dando vueltas alrededor de ella.

— Gracias. — respondió sonriendo levemente, antes de que todos estuvieran de acuerdo con Hado.

El rostro de la pelirroja comenzó a hacerle competencia a su cabello debido a todos los halagos que estaba recibiendo, no quería fingir humildad y decir que nunca se había dado cuenta de su belleza, porque sus abuelos — desde niña — siempre le decían lo hermosa que era. Aún así, le daba vergüenza que se lo dijeran de esa forma.

— ¡Ya sé! — el rubio chasqueó los dedos. — Elaine debería ser la portada de los afiches, ¡Ella llamará mucho la atención! — dijo, señalando a Sunvely con su dedo.

— ¡Por favor, Taiyo-Chan! —

— ¡Por favor! — suplicó, Aiko. — Eres perfecta para el puesto… — la más baja le hizo ojitos. — Ya nos rechazaste la primera vez con la candidatura, te necesitamos… —

Sólo un suspiro.

Si lo pensaba bien, sólo tenía que posar frente a la cámara para obtener una buena foto y así colocarla en el afiche, tampoco era tan difícil, ¿no?

— Está bien. — aceptó, provocando que todos chillaran de la emoción.

Lo que Elaine creyó que serían quizá media o una hora invertida en la producción de fotos, se convirtieron en tres. Tuvieron que instalar luces, reflectores y una pantalla verde para poder insertar su persona sin problema en el fondo. A pesar de eso, no podía negar que estaba disfrutando de la experiencia, era divertido posar como lo hacían las verdaderas Maids y se sentía como una modelo al tener a sus compañeros retocando su maquillaje o arreglando su cabello, era lindo.

— Ya está.

Se acercó hasta los monitores junto a sus compañeros cuando dieron por acabada la sesión, en las pantallas se veían las distintas fotos que le habían tomado, todas con una calidad excelente. Se sorprendió de ella misma, se veía muy bien en las imágenes y parecía una modelo. Al final, el equipo terminó escogiendo una donde aparecía haciendo un corazón con sus manos mientras guiñaba un ojo, fue una votación bastante reñida ya que Elaine se veía bien en todas las fotos pero llegaron a un consenso.

— Ahora sólo debemos imprimir los volantes. — dijo Aiko con las manos en la cintura. — ¡Buen trabajo, Elaine!

— ¡Igualmente! — respondió, contenta. — Todos han trabajado duro hoy, ¡gracias! —

— ¡Buen trabajo! —

Antes de que pudiera cambiarse de ropa, se encontró con Midoriya entrando a sus dormitorios, el pobre parecía bastante apenado y sus ojos verdes se movían de un lado a otro buscando a alguien, hasta que dieron con ella. Izuku dio un saltito en su lugar, se había congelado y rápidamente su rostro tomó un color rojizo. No esperaba encontrarse con la hermana mayor de Shoto vestida de sirvienta, especialmente porque Kaminari y Mineta habían propuesto esa idea para el festival pero no se les tomó en cuenta, quién diría que el salón de Elaine ya se estaba preparando.

Sería pecado decir que no se veía muy linda.

— Izuku, ¿Sucede algo? — preguntó al acercarse.

— ¡T-Taiyō-senpai! — exclamó con timidez, rascando su nuca. — Aizawa-sensei quiere verla en la sala de maestros. — por un momento, olvidó por completo a lo que había venido.

— De acuerdo, iré de inmediato. — asintió, revolviendo el esponjoso cabello del varón. — ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? — cuestionó curiosa.

— ¡N-nada! — casi gritó, avergonzado. — Sólo… se ve muy linda. — Una sonrisa apareció en su rostro, enternecida por lo adorable que era Deku.

— Espero que vengas a nuestro café, estaré feliz de atenderte a ti y a Shoto. — admitió, riendo. — Diría que también a Bakugo pero él no querrá venir.

— ¡Haré que vaya! — la determinación se vio reflejada en sus ojos, apretando sus puños.

— Los veré allí. — murmuró, pellizcando la mejilla del pecoso.

Se despidió de Izuku con una seña antes de salir de los Height Alliance aún con su vestido puesto, aún así no recibió miradas de más ya que habían muchos alumnos yendo de allá para acá con disfraces, escenografía y demás cosas, todo para preparar el festival cultural. Por el camino se cruzó con varios compañeros de otros salones, quienes preguntaron por su singular vestimenta. Estaba claro que el salón de héroes 3-B se estaba preparando a lo grande con su Maid café.

Al tocar la puerta del salón de profesores fue recibida directamente por Eraser, el cual le dio una mirada de arriba a abajo antes de alzar las cejas y soltar un suspiro, cansado. La menor se tomó esa reacción con bastante humor, no sabía si lo que lo tenía estresado era el tema del festival o si su atuendo realmente le provocó grima.

Aún así, fue muy gracioso.

Se sentó frente a su profesor cuando él le indicó que lo hiciera, parecía que iban a tener una charla seria. Por un instante, creyó que se trataba de Dabi ya que era Aizawa quien estaba a cargo de la investigación del villano después de lo ocurrido en el cementerio, pensó lo peor, quizá qué lo habían atrapado o algo más.

— Iré al grano. — murmuró, sirviéndose una taza de café. — Eri quiere verte.

Todo pensamiento intrusivo abandonó su cabeza de inmediato, reemplazando la ansiedad por alegría.

— ¿De verdad? — cuestionó emocionada, inclinándose hacia el frente. — ¿Cuándo podré verla? ¿Ya le dieron el alta? —

— Ya le han dado el alta. — respondió con calma. — Al no tener familia directa presente, la academia ha decidido mantenerla bajo su tutela. — explicó, mirando de reojo por la ventana. —  Queremos que Eri se adapte a los demás, por eso estará viniendo constantemente durante un mes para que comience a conocer la escuela.

— Comprendo. — asintió, entrelazando sus dedos por sobre el escritorio. — ¿Cuándo podré verla? —

— Hoy. — responde. — Ahora mismo debe estar con Togata dando un recorrido y por la tarde estará libre. — ambos se dieron una mirada sutil.— Confío en que cuidarás bien de ella, Elaine. — dijo, sorprendiendo a la menor. — Eres buena con los niños, estoy seguro de que serás de gran ayuda para ella.

— Haré mi mejor esfuerzo para que así sea, Aizawa-sensei. — prometió, sintiendo mariposas en su estómago. — Me encargaré de Eri personalmente. — El adulto sonrió levemente pero no dijo nada más.

Después de su plática con el héroe borrador, Elaine volvió a sus deberes dentro del Height Alliance. A pesar de que se encargaba del área gráfica, también estaba ayudando al grupo que cocinaría, no exactamente en la preparación de platillos — porque su forma de cocinar no era 100% japonesa — sino en la elección de recetas, y la presentación de estas. Debían de hacerle una sesión de fotos a la comida también, para que llegarán más clientes a su café pero de eso se encargaría el grupo de fotografía.

Finalmente se decidió por servir platos muy típicos, tales como omurice; curry japonés, helado, crepes, hamburguesas en forma de osos y cualquier comida que luciera adorable estaba en el menú. Dicho menú sería hecho digitalmente por Sunvely, así que ella estaba muy interesada en la comida ya que debía de escoger donde colocar cada imagen para que luciera perfecto.

Su cabeza ya estaba planificando toda la estética de forma estratégica.

— ¡Tomemos un descanso! —

Esa fue su señal para salir de los dormitorios a tomar algo de aire, había estado muy ocupada durante el día, yendo de aquí para allí sin cesar y sin duda, merecía un descanso. En su cabeza, se replanteó la idea de haber sido candidata a reina, quizá así no hubiese tenido tanto que hacer.

Elaine se sentó en una de las bancas mientras la brisa golpeaba su rostro, era octubre y poco a poco el otoño se veía venir. Los árboles dejaban caer sus hojas y el clima se volvía más frío, esperaba con ansias la llegada de diciembre y con él, su amado invierno. Sin duda adoraba esas fechas porque celebraba Yule, a pesar de gustarle mucho Samhain, no podía negar que tenía más predilección por las fiestas decembrinas.

— Aquí estás, Taiyo-Chan. — la fémina abrió los ojos al oír la voz del rubio, quien tenía de la mano a una niña que conocía muy bien. — Te estábamos buscando por todos lados.

— ¡Eri! — exclamó, sintiendo como si corazón se estrujaba. — Oh, por Odín. — chilló, poniéndose de cuclillas frente a ella. — ¿Me recuerdas? —

— Sí. — asintió tímidamente, observando nuevamente los cálidos ojos dorados de Sunshine.

— ¿Puedo abrazarte? — cuestionó, recibiendo una respuesta positiva de la niña. — Me alegra tanto que estés bien. — admitió mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. — Lamento mucho no haber podido salvarte ese día pero te prometo que haré todo lo que esté a mi alcance para mantenerte a salvo, ¿sí? —

Ver a la pequeña Eri frente a ella le hizo recordar todo lo que vivió la niña junto al bastardo de Chisaki, se frustró tanto cuando Enji le prohibió participar en el rescate que no pudo dormir correctamente pero ahora estaba aliviada. La infante ahora estaba bajo tutela de la academia y viviría de forma segura dentro de las instalaciones de ahora en adelante, nada ni nadie volvería a dañar a ese ser tan puro y ella se encargaría de eso.

No quería llorar frente a ella pero se le hizo una tarea imposible, sucedieron tantas cosas desde su rescate; la pérdida del don de Mirio, la muerte de Sir nighteye, los problemas con Dabi… Por fin sentía que algo había salido bien dentro de todo ese caos.

Sólo quería proteger y cuidar a esa pobre niña que había tenido la desgracia de ver la maldad de la sociedad a tan temprana edad y en carne propia.

«Quiero que sonrías, Eri».












































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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s

◎ Hasta la fecha, Elaine no tiene licencia de conducir, ni tampoco ha tomado un curso para aprender.

◎ Ella dice que por ahora no es algo que necesite, así que su coche normalmente está en el garage.

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+100 ᴠᴏᴛᴏs ʏ 180 ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏs ᴘᴀʀᴀ ᴇʟ sɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ ᴄᴀᴘ.
























































No se olviden de pedirme el link del canal de difusión, es totalmente anónimo, ni siquiera yo puedo ver quienes son 🫶🏻

Hago encuestas, enseño dibujos (Björn reveal) doy curiosidades, anuncios y nos reímos de los comentarios que le ponen a Keigo, no sean tímidos 😭🫶🏻















































˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!

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