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❏ | 𝐑𝐄𝐓𝐔𝐑𝐍

¡Feliz cumpleaños touyaflows, te re amo Butakera!


















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Cuando abrió los ojos no sintió absolutamente nada, no había dolor o algo que perturbara su mente y no podía sentir nada. Lo primero que enfocó fue el techo, de un color blanco opaco.

Miró a sus costados, estaba en una habitación de hospital — o así lo parecía — y lo único que su mente repetía era el nombre de Elaine. Sí, estaba en una especie de hospital, tenía una intravenosa que le proporcionaba suero y su ropa era la de un interno. A su lado izquierdo había un cartel que decía: “Que te mejores pronto, Sr. Dormilón”, junto a origami y flores de papel, no entendía nada.

«¿En donde estoy?» se preguntó, parpadeando lentamente. «¿Todavía estoy vivo?» Lo último que su mente logra recordar es el monte Sekote, en donde se supone que había muerto pero él mismo era la prueba de que, quizá no estaba muerto.

Estaba aterrado, no entendía nada.

Se puso de pie con dificultad, tambaleando — por la debilidad de sus piernas — y sintiendo pequeñas cosquillas al pisar el frío piso de cerámica. Al salir de la habitación, se encontró de cara con lo que parecía un lobby, con mesas y sillas a su alrededor, en general, se fijó en dos niñas que lo observaron con grandes sonrisas cuando le vieron caminar.

— ¡Ya despertó! — escuchó a lo lejos.

— ¡El señor dormilón se ha despertado!

Al principio fueron pequeños cuchicheos que luego se convirtieron en murmullos más fuertes y él no estaba entendiendo nada, dos féminas se aparecieron ante él, parecían tener la edad de Elaine y se veían realmente felices de verlo, no lo comprendía, ¿Qué había pasado?

— ¿Dónde estoy? — preguntó, pero rápidamente se llevó las manos a la garganta al sentir un pinchazo, él sonaba diferente. — ¿Mi voz...? —

— ¡El señor dormilón estuvo dormido por tres años! — exclamó una de las menores, sonriendo. — ¡Yo no sabía nada porque llegué hace poco pero el Sensei me dijo!

La expresión en el rostro de Touya cambió rápidamente, se encontraba mareado. «¿Tres años? ¿Qué me pasó?» se preguntaba, observando de reojo a su alrededor, quería huir. «Estaba en la cima del monte Sekoto cuando... Me quemé».

— ¡Debo volver! — exclamó.

— ¡No puedes!

— ¿¡Por qué?! — gritó, retorciendo unos pasos.

Frente a él hizo aparición un hombre, no podía saber su edad con sólo verlo y dudaba de su apariencia, no estaba seguro sí lo que utilizaba era una máscara o si su singularidad afectaba como se veía, pero aquella cosa en forma de girasol mantenía una expresión de felicidad en su rostro que no le gustó para nada.

— ¡Ahora vives con todos nosotros! — dijo, manteniendo la sonrisa. — ¡Estos chicos se convertirán en tu familia! ¡Estoy seguro de que te sentirás a gusto!

Touya niega rápidamente con su cabeza, usando sus manos para negarse a lo que sea que quiera ese tipo.

— ¡E-Espera! — ordenó. — ¡Debo ir a casa! Mi papá estuvo ocupado y no pudo venir a verme, ¿verdad? — cuestionó, sonriendo débilmente. — ¡P-pero, Elaine de seguro estuvo aquí! E-Ella jamás me sería solo. — murmuró, sintiendo sus ojos picar.

«¡De seguro, deben estar preocupados!» soltó una carcajada, tratando de convencerse a sí mismo. «Hice algo terrible... Dije algo terrible...» murmuró. «Debo disculparme con mamá y los demás, quiero que mi padre se sienta orgulloso de mi...»

Una sonrisa extraña aparece en el rostro del albino, era una mueca confusa, sus ojos picaban pero aún así sonreía. Estaba incrédulo, no creía nada de lo que le decían, era imposible.

— Me temo que eso no será posible. — recibió como respuesta, asustando al menor. — Tu cuerpo se quemó casi por completo, reconstruirlo requirió una cirugía extrema. — el rostro de Touya palideció, no era verdad. — Todo el tejido destruido se reconstruyó artificialmente para acelerar el proceso, hay cicatrices de quemaduras por todo tu cuerpo y ciertos cambios... Pero al menos estás vivo.

«¿Quemaduras? ¿Cicatrices? ¿Cambios?» pensó, bajando la mirada hasta sus manos y observando su piel, que ahora estaba de un color amoratado.

— ¿Qué estás diciendo? — cuestionó. — No entiendo, ¿Cambios? — llevó su diestra hasta su cuello, tocando ligeramente la zona.

— No serás capaz de usar tu don como antes. — explicó. — Tus órganos sufrieron un daño crítico, tu sistema nervioso somático es deficiente, lo que causa que sientas menos dolor, tu cuerpo se volvió más débil. — Touya negó, cubriendo su boca con una mano, quería llorar. — Nunca volverás a ser el mismo.

«Nos hubiera gustado tenerte con nosotros mucho antes de este incidente, hicimos tanto esfuerzo para que progresaras»

El recuerdo de su padre diciendo que era un inútil, fracasado y bueno para nada cruzó por su mente como un rayo, le sentó mal, como una patada en el estómago. Se irguió hacia delante, creyendo que iba a vomitar, pero nada salió de él.

— Lo siento, ¿Toqué una fibra sensible? — preguntó . — Habrás tenido una vida muy triste.

«No, no fue así» fue lo que quiso decir, a pesar del maltrato por parte de su padre, tenía algo que lo hacía muy feliz... Su vida no fue triste, tuvo a Elaine y con ella jamás se sentía triste. No importaba nada ahora, no estaba muerto, lo único que tenía que hacer era volver a casa, quizá... Quizá su padre se redimió tras su presunta muerte y ahora tenía una buena familia, quizá al verlo lo recibirán con los brazos abiertos y le dejarían ver a su niña de ojos dorados, ¿Cómo estará? Se imagina que habrá llorado mucho por él, cuánto lo sentía, le pediría disculpas de rodillas por hacerla sufrir tanto. Tal vez ya no podría ser un héroe, pero nada de eso importaba si tenía a la pelirroja a su lado, podía renunciar a ese sueño con tal de tenerla a ella. Después de todo, Elaine era lo único que necesitaba para ser feliz.

— Quizá nosotros podamos devolverte todo el poder que tenías. — el mayor interrumpe sus pensamientos. — ¿Qué opinas? Puedes ser parte de nuestra familia, ir a clases, divertirte... — propuso, sin esperar la reacción del albino.

— Yo... — balbuceo. — ¡No quiero aprender de nadie más! — gritó furioso, echándose a correr.

No iba a quedarse en ese lugar, ¡Volvería con su familia ahora mismo! No fue detenido por nada ni por nadie, ni siquiera el hombre con máscara de girasol fue tras de él y eso le dio a entender que no era tan importante para ellos. Aún así — a pesar de estar descalzo — siguió corriendo con todas sus fuerzas para salir de ese lugar. Desconocía en qué fecha — o estación — se encontraba, ni en qué mes vivía, lo único que rondaba su cabeza era el volver a casa.

«Espera por mi Elaine, volveré».

La discusión con Haruki Sunsun acabó convirtiéndose en un incendio producido por las llamas del varón, aunque al ser tan débiles no lograron qué el edificio colapsara. De hecho, el incendio fue controlado y apagado rápidamente. El doctor temía que descubrieran el pasaje secreto de su jardín así que le dijo a las autoridades qué todo fue un accidente de Haruki, no hubo muertos ni tampoco se convirtió en una gran noticia, y para la mala suerte de Touya, la policía y los héroes no se dieron cuenta de los crímenes de Ujiko.

Es bastante irónico, si las llamas del albino hubiesen sido más poderosas, el incidente hubiese llamado la atención de los noticieros y los héroes. Entonces, se hubieran descubierto todos los crímenes del ayudante de AFO y Touya Todoroki hubiera vuelto con su familia, tal vez no estaríamos en la situación actual.




























































No puede explicar correctamente cómo fue que llegó y entró al que fue su hogar, todo estaba tal y como lo recordaba: grandes paredes de piedra tallada, una estructura oriental y elegante. Algunas cosas sí habían cambiado, ya no habían sirvientes, ¿Su padre realmente había cambiado? Estuvo a nada de creer que sí, pero apenas puso un pie dentro de la casa — descalzo — su ánimo cayó por completo, se escuchaban gritos y no eran de festejo. Los pasillos estaban completamente vacíos, no había nadie y lo único que resonaba en el ambiente eran gritos y cosas cayendo, ¿Podría ser... ?

Sus pasos hicieron crujir la madera bajo sus pies pero no se detuvo, su cuerpo se movía por instinto, buscando el origen de los ruidos: venían de la sala de entrenamiento de su padre y lamentablemente la historia se repetía, otra vez, frente a sus ojos.

Enji Todoroki — el héroe número dos — maltratando a su hijo menor, la obra maestra, Shoto. Él adulto estaba envuelto en sus propias llamas mientras despotricaba contra el infante, quien yacía en el tatami, cubriéndose la cabeza sin dejar de llorar, ¿Dónde estaba Elaine? Él jamás se comportaba de esa manera cuando ella estaba en casa, ¿Acaso los había abandonado?

Cerró sus ojos, no quería ver esa escena... Touya realmente creyó que tras su muerte, Enji había cambiado aunque sea un poco pero el tiempo le había dado la razón: su padre era un ser egoísta que sólo pensaba en sí mismo y destruiría a la familia poco a poco. Pasó de largo, siguiendo su camino. Sabía a dónde iba, buscaba su habitación, quería comprobar que esperaban su regreso, después de todo, no tenían un cuerpo, él no estaba muerto. No podían haberse olvidado de él, ¿O sí...?

Su habitación no estaba como recordaba, se había equivocado — de nuevo — sí lo olvidaron, lo condenaron como muerto. Su cuarto había cambiado radicalmente, no estaba su escritorio ni nada de lo que hubiera estado sobre él, su futón ni mucho menos su armario. Lo que quedaban eran algunas repisas con figuras de acción y su estantería de cómics pero lo que realmente le revolvió el estómago fue su propio altar.

Abrió los ojos de par en par, fijando su mirada en su retrato, él ya no se veía así. Su rostro regordete había cambiado por uno más maduro y afilado, además, su faz junto a todo su cuerpo estaba lleno de quemaduras y cicatrices, ya no quedaba nada de Touya Todoroki. No quedaba nada, ni siquiera él mismo se reconocía.

Reprimió un sollozo, inclinándose hacia delante con una sonrisa en el rostro «Que ironía» pensaba, mientras lentas lágrimas se deslizaban por sus mejillas, aunque él ya no podía sentir nada, pretendiendo estar orando por él mismo.

— Mi familia me ha superado. — murmuró, con un creciente resentimiento.

Durante mucho tiempo, estuvo pensando cuál sería el nombre de héroe que utilizaría pero jamás encontró el correcto, jamás pensó que ninguno de sus inventos lo representaría tan bien como la palabra que se venía a su cabeza ahora mismo. «Cremación» pensó, sonriendo como un verdadero psicópata. «Me cremé hasta la muerte, ¿No es un nombre perfecto?» quiso preguntar, no emitía sonido alguno pero aún así lloraba. «Touya ha muerto y Dabi nació»

Él ya no tenía nada que hacer allí, porque ya no pertenecía a la familia. Antes de irse — esta vez — para siempre, recorrió por última vez su habitación, en la esquina, aún se conservaba el dibujo que Elaine le había hecho hace tantos años. Sus dedos tocaron literalmente el papel — amarillento — y tras muchos años, pudo entender qué era lo que decían las palabras de su niña de ojos dorados aunque para él, todo estaba perdido.

— Cuando sea mayor me casaré con Touya. — leyó en voz baja, nostálgico. — Espero que siempre seas mi girasol. — finalizó, sintiendo unas horribles ganas de vomitar.

La casa luce sin vida, apagada y solitaria. Por eso sabe que Elaine no está allí, siempre que ella estaba cerca, todo parecía iluminarse y el horrible ambiente del lugar se volvía cálido, ¿Qué había pasado con su niña? Tras su muerte... ¿Abandonó sus sueños? Piensa que es posible, porque la fémina no quería ser un héroe, al menos no sin él.

Recuerda con claridad la discusión que tuvo con su padre la vez que los encontró en el monte Sekote, escucha vívidamente su propia voz gritarle a Enji que Elaine jamás hubiera avanzado sino fuera por él, y que, ella no sería una heroínas si él no estaba presente en su vida.

«Al menos nada ha cambiado, no en ti» deslizó su pulgar contra el dibujo, sonriendo tristemente. «Vamos a volver a estar juntos, te lo prometo»

No había nada en esa casa que lo obligará a quedarse, todavía oía a la lejanía los gritos de Enji y el llanto de su hermano. Parecía ser verano, ¿Dónde estaban todos? No lo sabía, quizá Fuyumi pasaba tiempo fuera de casa porque no quería volver a ese infierno y suponía lo mismo con Natsuo, pero Shoto... ¿Qué edad tenía Shoto? Habían pasado tres años desde el incidente, falleció una semana antes de cumplir los catorce, eso quiere decir que ahora mismo él tiene diecisiete, Elaine tendrá unos trece o catorce y Shoto probablemente 9 años.

«¿Dónde estás Elaine?» Se preguntó a sí mismo, convirtiendo sus manos en puños en un intento de reprimir su ira. «Debo de dejarte ir...» murmuró, aunque todo dentro de él gritaba que no era lo correcto, que tenía que buscar a la joven de ojos dorados a como diese lugar.

¿A quién debía obedecer?























































































































































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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s

➥ Björn es mitad noruego, y su nombre es una alusión pertenece al Dios nórdico del mar, Njörd.

➥ Sus padres decidieron nombrarlo de esa forma, porque nació en el agua.

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+100 ᴠᴏᴛᴏs ʏ 110 ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏs ᴘᴀʀᴀ ᴇʟ sɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ ᴄᴀᴘ.


















































































˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!

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