❏ | 𝐁𝐈𝐆 𝐅𝐎𝐔𝐑
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Las vacaciones habían terminado, el tiempo había pasado más rápido de lo que ella hubiese querido, y el primer día de clases no empezó lo que se diría bien. Todos los cursos — desde los de primero hasta tercero — fueron llamados al patio de la institución, en donde los regañaron a todos por igual por un incidente que sucedió la noche anterior con un par de menores de primer año. Elaine no tuvo que preguntar quienes habían sido, pues Shoto se lo dijo en un conversación casual vía WhatsApp; al parecer Izuku y Bakugo se habían puesto a pelear a mitad de la noche sin motivo aparente, siendo castigados por Aizawa-sensei.
— Pueden que no estén acostumbrados a la vida en los dormitorios, pero vivamos una vida de moderación. — traducía Vlad-sensei, ya que no se le pudo entender al héroe bestia. — Eso es lo que él quiso decir.
Elaine bostezo por segunda vez esa mañana, no podría creer que los hayan reunido tan temprano solamente para eso. Si el problema ya había sido solucionado, no tenía sentido que los mantuvieran de pie durante más de diez minutos mientras el director, Hount dog y los demás se quejaban del comportamiento de los de primer año.
Al recibir órdenes de volver a sus salones, ella fue la primera en emprender el viaje, no quería quedarse allí más tiempo, el sol estaba ardiendo y a pesar de que su singularidad se alimentará de él, lo detestaba muchísimo.
Rodó los ojos al oír la irritante voz de Hado detrás suyo, palmeando la espalda de Mirio y preguntando si conocía a quienes se habían peleado, asegurando que fueron dos varones del salón de Shoto. En realidad, no había que ser muy listo para llegar a esa conclusión, sólo bastaba ver que Bakugo y Midoriya tenían el rostro amoratado y lleno de banditas para darse cuenta.
La fémina soltó un suspiro a la vez que se sentaba en su sitio, pensando en lo que había dicho el director. Los estudios de trabajo de héroe de los de primer año comenzarán pronto y sabía que debería ir a ambos salones para explicarle mejor el procedimiento a los menores, era algo que ya habían hecho el pasado año: Mirio, Tamaki, Nejire y ella eran considerados la próxima generación de héroes. A pesar de que eran cuatro, se les conocía como el Big Three — Los tres grandes — porque a Elaine no le gustaba mucho ese renombre, no necesitaba de los demás para destacar, ella sola ya brillaba más que los tres juntos y el único que podía hacerle frente era Togata, le doliera a quien le doliera.
Los estudios de trabajo de héroe, son prácticamente actividades de heroísmo fuera de la UA, muy similares a las pasantías del primer semestre que se tienen después del festival deportivo. La diferencia es que aquellas actividades se realizaban a discreción del estudiante, por lo que quienes no fueron reclutados en el festival deportivo tendrían dificultades para encontrar conexiones. Originalmente, las agencias individuales reclutaban por su cuenta pero hubo varias complicaciones al que los estudiantes de UA se les unieran, por lo que terminó de esta manera.
— Las clases empezaron siendo muy duras. — murmuró mientras se estiraba, acompañada de Tomoya y Nina.
— Te ves muy cansada, Elaine. — le comentó la rubia, viéndole con preocupación.
— No es nada, sólo que el entrenamiento de héroe se complicó un poco más. — respondió, colocando sus manos en jarra mientras se para atrás para tronar su espalda.
— Aún así, nos alegra que estés bien. — dijo la más baja de todas, sonriendo. — Cuando vimos la noticia sobre tu secuestro nos preocupamos mucho.
La pelirroja sonrió de forma sincera, a pesar de que había pasado tiempo desde su mudanza no logró ver a ambas chicas del grupo de apoyo. Ino le dijo con cierta vergüenza que eran demasiado tímidas para acercarse hasta los dormitorios de su clase para preguntar por ella, pero que estaba contenta de haberla encontrado en los pasillos y haber almorzado juntas en la cafetería. A diferencia de Kaede, Elaine sentía una vibra muy bonita provenir de ambas chicas, su preocupación parecía muy genuina y nada forzada.
— Quién diría que un secuestro provocaría que ahora vivamos aquí. — soltó con cierta burla, haciendo reír a las demás.
— Al principio fue extraño, pero me estoy adaptando bien. — respondió la castaña, sonriendo.
— Sí, es divertido convivir con el salón. — agregó Ino. — Pienso que esta experiencia nos hará más unidos.
— Eso espero.
Sus caminos se separan una vez llegan al complejo de dormitorios, en donde Elaine toma otra ruta para llegar al Heights Alliance del 3-B mientras las dos féminas siguen de largo hasta sus habitaciones. Elaine acomoda el aza de su maletín mientras se detiene un momento para cambiarlo de mano, y al momento de bajar la mirada se encuentra con el rostro de Mirio, quien le sonríe enormemente antes de salir, completamente desnudo.
La más baja suelta un suspiro, cansada.
Ni siquiera se inmuta de ver al rubio como dios lo trajo al mundo y observa en silencio como Togata vuelve a colocarse los pantalones deportivos como si nada hubiera pasado, sonriendo antes de abrazarla por los hombros y comenzar a caminar junto a ella.
¿Vergüenza? Mirio parecía no tenerla, y Elaine tampoco la tenía cuando se trataba de ver al rubio desnudo, es decir, llevaba tres años viéndolo de esa forma cada vez que usaba su singularidad, ya no había nada que no haya visto y de tanto hacerlo, se acostumbró.
— ¿De dónde vienes? — preguntó con curiosidad.
— Del basurero. — Responde alegremente. — Estaba muy emocionado por la clase con los de primero, no he podido evitar echarle un ojo a uno de ellos.
— ¿Hablas de Izuku? — alzó ambas cejas, interrogativa. Al ver como su compañero le observaba, rodó los ojos. — Es como de esta altura, tiene pecas y el cabello verde. — comenzó a explicar, logrando que Mirio afirmara enérgicamente.
— Estoy muy emocionado, no puedo esperar más. — se veía a simple vista que así era, pues no dejaba de sonreír.
— Aún faltan tres días, se paciente. — Mirio soltó una carcajada, afianzando el agarre en los hombros de la más baja, abrazándola cariñosamente.
El recorrido siguió con esa amena plática sin más problemas, hasta que llegaron a los dormitorios y cada uno se fue a su habitación. Debido a sus apellidos, Mirio y ella tenían su habitación en el mismo piso, frente a frente, lo cual era bastante divertido en algunas ocasiones ya que Mirio solía aparecerse por la suya para contarle cosas que había visto y oído al usar su singularidad. Sí, el rubio era un tanto chismoso, pero Elaine no iba a rechazar un poco de chisme. La mayoría del tiempo eran cosas bastante banales: El término de una relación, una amistad rota, alguien engañando a otro alguien y no siempre se tenía la versión completa de la historia, así que ambos se sentaban a hablar sobre las teorías que tenían de lo ocurrido.
Al ser Mirio una persona tan amable y considerada, jamás hubo rumores acerca de ellos dos: lo cual agradece enormemente, no era como si los alumnos de UA no tuviera nada mejor que hacer que emparejar estudiantes, pero era un tanto diferente cuando las cosas giraban en torno a los tres grandes, siempre estaban los ojos puestos en ellos porque eran el futuro de la sociedad heroica.
Esa noche, Elaine pudo dormir como un bebé debido al agotamiento físico que tenía encima, no sé despertó con nada, ni siquiera con los constantes golpes en su puerta por parte de sus compañeros pidiéndole que bajara a cenar, durmió profundamente y sin problemas. Debido a esto, tuvieron que pedirle a Mirio que se colara a la habitación para asegurarse de que la pelirroja estuviera bien y no hubiese sido secuestrada nuevamente, pero todo fue una falsa alarma
— Taiyō-Chan está dormida. — comunicó el rubio, sacando la cabeza de la puerta. — Será mejor que no la molestemos.
La mayoría suspiró de alivio al saber que se encontraba dormida y no secuestrada, hubiese sido un martirio tener que avisar a los maestros y que comenzarán una evacuación para buscar pistas sobre el paradero de la pelirroja. A pesar de que su compañera les había dicho innumerables veces que se encontraba bien, todos notaron un ligero cambio en Elaine, no podrían explicar exactamente qué era, pero parecía haber dejado algo muy importante y se le notaba más alejada de todos, como ausente.
Tres días después, Elaine se encontraba de pie frente al aula de la 1-A, esperando pacientemente junto a sus compañeros que Erased diera la orden para entrar. Estaba de buen humor pero no sabía si duraría demasiado, porque tenía a Nejire a su lado preguntando estupidez y media, esperaba que en algún momento cerrará la boca — cosa que veía imposible — pero soñar es gratis, dicen algunos.
Escuchó un poco de revuelo dentro del salón, sillas moviéndose y cuchicheos. El héroe borrador les estaba dando pequeñas indicaciones, hasta que su voz los llamó, pidiéndoles entrar.
— Por favor, entren. — ordenó. Eso bastó para que toda la clase hiciera una ligera exclamación, posando su vista en la puerta que se abría suavemente por obra de Mirio. — Tendremos personas que lo experimentaron de primera mano y les informaran cuán diferentes son las prácticas, escuchen atentamente.
Entraron en fila, Elaine siendo la última en pasar pues iba detrás de Amajiki, asegurándose de que no se le ocurriera huir de vuelta a su dormitorio debido a la ansiedad social y la timidez que poseía el azabache. De vez en cuando, la pelirroja le daba ligeras palmaditas en los hombros, tratando de desconcertarlo lo mejor que podía para que no le diera un ataque y se desmayara.
— Los cuatro de tercer año que se encuentran en la cima de los estudiantes de UA. — presentó el mayor. — También conocido como los Big Four. – la pelirroja rodó los ojos ante el nombre pero lo dejó estar.
Los murmullos no se hicieron esperar y rápidamente el nombre del grupo comenzó a oírse en cada rincón del salón, repitiendo las palabras de Aizawa-Sensei. No negaría que se sentía halagada por todos los comentarios lindos que estaban recibiendo pero Elaine creía que no era para tanto, es decir, ellos recién estaban en primer año y estaba segura de que su generación sería más fuerte que la suya, lo podía ver.
— Muy bien, ¿Pueden presentarse brevemente? — más que una pregunta, fue una orden. — Comenzaremos con el joven Amajiki. — A último momento, el azabache se había cambiado de sitio, posicionando a Elaine a un lado de Nejire.
El nombrado comenzó a temblar ligeramente y al alzar la mirada hasta los menores con bastante intensidad, hubo una exaltación general ante su acción, como si los hubiera asustado. Sunvely desvío la mirada hacia él, notando que ahora temblaba de pies a cabeza de forma bastante evidente.
— Mirio, Hado, Elaine... — pronunció con dificultad. — Incluso si los miro imaginando que son papas, aparte de sus cabezas, todo lo demás sigue siendo humano. — murmuró, ansioso. — Aún veo nada más que humanos, ¿Qué debo hacer? No puedo... Decir nada... — el más bajo pegó media vuelta, dándole la espalda a todos. — ¡Quiero irme a casa! —
— ¿Eh?
— ¿En verdad eres uno de los mejores del curso de héroe de UA? — cuestionó Ojiro, dudando de eso.
La mente de Elaine se desconectó por completo cuando Nejire abrió la boca, agradeció que su cerebro bloqueara ese molesto chillido. Rodó los ojos nuevamente al verla acercarse a los menores, preguntando uno por uno sobre alguna de sus cualidades físicas. Ella se preguntaba si Nejire dejaba de ser tan metiche alguna vez en su vida, hasta que oyó el apellido de su hermano salir de sus labios y se puso alerta.
— ¡Oh, vaya! Tu debes ser Todoroki, ¿Cierto? ¿Cierto? Elaine siempre habla mucho de ti, tiene fotos tuyas por toda su habitación, ¿Son muy unidos? ¿Es Elaine una hija fuera del matrimonio? — preguntó, dejando a Shoji en paz y caminando hasta el puesto de Shoto. — ¿Cómo te hiciste esa cicatriz?
— Cierra la boca. — ordenó, mirando de muy mala manera a la más baja. Nejire volteó hacia ella, un poco consternada por el tono de voz con el que le habló, como si le estuviera advirtiendo que su paciencia se estaba acabando. — No respondas, Shoto.
Aunque no era la única que estaba al límite porque Aizawa estaba igual o más irritado que Elaine, las preguntas que hacía Hado no llevaban a un lado y sólo entorpecian la clase, su curiosidad por los estudiantes estaba retrasando la razón por la que realmente habían ido. La pelirroja sintió la peligrosa aura de su maestro crecer cada vez más, fulminado a Mirio con la mirada ya que no detenían todo el espectáculo que Nejire estaba dando.
— ¿Esto no está falto de racionalidad? —
— Ay...— se quejó Sunvely, sabiendo que Togata comenzaría su discurso con alguna estupidez sin sentido.
Y no se equivocó, los de primer año ya estaban pensando que eran extraños, preguntándose si realmente eran la proeza de UA. No los culpa, ella hubiese reaccionado igual si llegan cuatro extraños a su salón a comportarse de forma inusual, preguntando idioteces o diciendolas.
— ¿Por qué no pelean todos a la vez contra mí? — propuso, alzando ambos brazos con mucha emoción.
— ¿Eh? —
Las reacciones no se hicieron esperar, Elaine se llevó ambas manos al rostro, preguntándose internamente el por qué no podía tener compañeros de clase normales, ¡Tenían una sola cosa que explicar! Erased ni siquiera detuvo las intenciones de Mirio y ahora se dirigían hasta gimnasio gamma con sus uniformes deportivos puestos, lista para observar como se deshace de todos los de primer año en menos de cinco minutos.
— Esto va a ser una masacre. — comentó a un lado de Tamaki, mientras el rubio estiraba en una de las esquinas.
— Mirio, probablemente no deberías. — suplicó el más bajo, pegado a la pared. — Para los estudios de trabajo, nos hubiera bastado decir: "Así fue y aprendí mucho de ello". — murmuró, bajando la mirada. — No todos están llenos hasta el borde de ambición, no podemos acabar con niños que no puedan recuperarse después de esto.
Elaine alzó ambas cejas al oír a los de primero quejarse de las palabras de Tamaki, preguntando si ellos lucían tan débiles como para preocuparse por ellos. Como si enfrentarse con villanos o haber estado al límite los volviera un héroe o un experto en la lucha, en todas esas veces que fueron atacados tuvieron ayuda por parte de los profesionales porque la liga no era una broma y unos estudiantes de primer año no hubiesen sido capaces de derrotarlos, menos en el campamento. Que ella junto a Deku hayan derrotado a Muscular fue pura suerte, al igual que con Moonfish, que gracias a que Tokoyami se salió de control fue posible pero en una situación diferente, con el villano atacando de día, mínimo alguien hubiera muerto en sus manos.
Sunvely se echó a reír con ganas, divertida de las palabras tan alentadoras que soltó Kirishima, todos los pares de ojos fueron a parar a ella, viéndola con confusión.
— Sí, lo son. — contestó, dejando de piedra a los menores. — La suerte ha estado de su lado varias veces pero no olviden que son sólo unos novatos que se han puesto en peligro en varias ocasiones por su irresponsabilidad. — su mirada se fijó de inmediato en Izuku, pasando hasta el resto de estudiantes. — Yo que ustedes no me confío. — les aconsejó, antes de que Mirio les dijera que lo atacaran.
El primero en lanzarse al ataque fue Izuku pero no se esperaban que al rubio se le cayera la ropa, la pelirroja miró a Shoto a su lado, el menor observaba todo de forma crítica. Debido a que no había logrado conseguir su licencia provisional, no podía hacer sus prácticas — al igual que Bakugo — por ello se quedaba a un lado, junto a ella y el resto de tres grandes.
Oía a los menores halagar la singularidad de Togata, pero no era algo que debían de envidiar, si debían envidiar algo de Mirio, tendría que ser su habilidad y perseverancia. El rubio había pasado el examen de ingreso con muchísima suerte y en primer año, era un completo desastre, no podía controlar bien su quirk y eso le trajo varios problemas pero él jamás se rindió y continuó entrenando duro.
Si Elaine admiraba a una persona, esa era él, porque contra todo pronóstico logró posicionarse en el top número uno — junto a ella — con una singularidad que a simple vista se ve mediocre, pero era mucho más que eso, es extremadamente peligrosa, el rubio atravesaba absolutamente todo, hasta el propio aire. Él debía de tener un control absoluto sobre su singularidad para poder usarla de esa forma, porque en caso de que no lo hiciera, moriría.
— Menos de cinco minutos. — murmuró, eso le había tomado al más alto vencer a la mitad de ellos, sólo a golpes.
— Es el hombre más cercano a ser el número uno... — dijo Shoto, sorprendido.
— ¡Oye! — reclamó de forma juguetona. — Que sepas que nos disputamos ese lugar. — sonrió, revolviendo la cabellera de Shoto.
Una mueca de dolor apareció en su rostro cuando Mirio le atinó un puñetazo en el estómago a Deku, sabía cuánto dolían los golpes del rubio, ella los había experimentado de primera mano, llegando a tener moretones por todo el cuerpo. Aunque el mayor tampoco se libraba de las quemaduras y moretones que ella también le dejaba en sus entrenamientos.
Después de todo, Mirio y ella eran los únicos que podía darse pelea entre sí, esa era la razón por la que siempre entrenaban juntos.
— Intenté que no se viera mi salchicha pero lo siento chicas. — se disculpó el rubio, sonriendo. — De todas formas, ustedes entendieron un poco, ¿Verdad?
Los menores ya habían recuperado el aliento y Mirio ya se había vestido, por lo tanto era hora de explicar absolutamente todo. La fémina vio con algo de pena como se sujetaban el estómago, los golpes del rubio en dicho lugar eran su especialidad y siempre lograba tumbar a los demás con un sólo ataque en dicha zona.
— ¿Creen que mi singularidad es fuerte? — preguntó con los brazos en jarra.
— ¡Muy fuerte!
— ¿Eres un híbrido como Todoroki? —
— No, sólo tengo uno. — responde tranquilamente, sonriente.
Antes de que Nejire abriera la boca, Elaine se adelantó y le cubrió la misma, diciéndole de esa forma que se callara y dejara que el rubio explicara su propia singularidad. No comprendía por qué Hado tenía que ser siempre el centro de atención, esa era otra razón por la cual la encontraba molesta.
— ¡Mi singularidad es penetración! — comentó, alzando su pulgar. — Lo que ustedes llamaron teletransportación fue, como habrán adivinado, una aplicación de eso.
— ¿Cómo funciona eso?
— Si activo mi particularidad en todo mi cuerpo, entonces puedo atravesarlo todo. – responde. — Todo. — recalca. — Eso significa, que el suelo también.
Así es como comienza la explicación de Mirio sobre su Kosei, su singularidad no era fuerte, él la volvió de esa manera. Siendo que todo lo atraviesa cuando la activa, no puede ver, oír o sentir absolutamente nada, ni siquiera puede respirar. Es por esa razón que se esforzó tanto para controlar su Quirk, la manera en la que ataca es por partes, por ejemplo: si quiere cruzar una pared, activa su poder por completo menos en una pierna, luego la libera y aterriza sobre ella, activa la otra y atraviesa por completo el muro. Incluso con una acción tan sencilla como esa hay muchos pasos que debe seguir
«En nuestros estudios de trabajo, no somos invitados, ¡Somos tratados como un secuaz y como héroes profesionales! Eso es realmente aterrador, los profesionales a veces terminan viendo morir a las personas pero esas cosas aterradoras y dolorosas que pasarán... ¡Todas son experiencias de primer nivel que no podrías tener en la escuela!»
— ¡Convertí la experiencia que obtuve durante mi estudio de trabajo en poder y tomé el primer puesto! — dijo con determinación, desviando la mirada hasta la pelirroja. — ¡Es por eso que creo que es algo que deben hacer incluso si tienen miedo, chicos de primer año!
Al igual que el resto de estudiantes, ella aplaudió al discurso del más alto. Había dicho algo muy conmovedor y ella misma sabía cuánto se había esforzado por llegar a donde estaba, por eso admiraba a Mirio, por su perseverancia, porque él nunca se rendía y eso le había dado sus frutos.
— Togata-senpai. — Uraraka alza la mano, llamando su atención. — Dentro de los cuatro grandes, ¿Quién le da más pelea? — cuestionó con curiosidad.
— Claro... Se me olvidó mencionarlo. — rasca su rostro con sus dedos, avergonzado. — Elaine y yo siempre nos encontramos en el puesto número uno, es la única que puede hacerme frente. — dicho eso, todas las miradas se posaron en ella.
«Han medido nuestro nivel físico varias veces y somos el compañero de entrenamiento del otro, aún así, parece que no hay algo que nos haga ser mejor que el otro en temas de poder» explicó, atrayendo a la pelirroja hasta él con un abrazo. «Los dos somos muy diferentes en cuanto a técnica, porque tenemos habilidades distintas, el entrenar tanto tiempo juntos no ha hecho conocernos muy bien, Elaine conoce a la perfección mi singularidad, nuestras peleas son muy buenas»
— Es cierto lo que dice. — confirmó, sonriendo levemente. — Me fijé mucho en como funcionaba y usaba su singularidad para aprender todo de ella, de esa forma puedo esquivar y contraatacar. — explicó. — Aunque para poder darle pelea, tienes que ser muy veloz y tener los sentidos al máximo, yo suelo cerrar los ojos cuando entreno con él.
— ¿Cerrar los ojos? — preguntan entre murmullos.
— ¡Ah! Taiyō-Chan puede ver el rastro de calor que dejan los cuerpos de cualquier ser vivo, así que ella predice por donde voy a aparecer gracias a eso. — los novatos sueltan exclamaciones de asombro, mirándose unos a otros.
— Togata-senpai, Taiyō-Senpai, ¿Podrían luchar para nosotros? — preguntó Izuku con ilusión, viéndola con ojos de borrego.
— ¡Sí, sí! — insiste Mina, alzando los pulgares. — ¡Queremos ver como la experiencia ha actuado en ustedes!
— ¡Va a ser increíble, dos de los mejores alumnos de UA, peleando! —
Los mayores desvían sus ojos hasta el maestro de turno, aizawa les devuelve la mirada con poco interés, resopla pero finalmente asiente lentamente con la cabeza y les dice que hagan lo que se les antoje.
Es entonces que Elaine se quita la chaqueta de deportes quedando en un top de color negro, le tiende la ropa a Shoto. También se quita los zapatos y Mirio la imita, deshaciéndose de toda su ropa, sólo quedando en sus pantalones deportivos y descalzo, al igual que la pelirroja. La razón por la cual se desnudaban — no literalmente para la fémina — era porque el uniforme no estaba hecho para usar sus singularidades, el de la pelirroja se quemaría de inmediato y el del rubio quedaría tirado en algún lugar del gimnasio Gamma.
Todos se mantienen en silencio mientras los observan estirar a unos metros el uno del otro, de cierta forma, se siente como si fuera ese enfrentamiento que no tuvieron en el festival deportivo, aquello hace que ambos sonrieran, divertidos por la situación.
— Adelante. — incitó Elaine, cerrando los ojos.
El estruendo que resonó dentro del gimnasio y la corriente de aire que generó Mirio al acercarse de forma precipitada a la pelirroja hizo que los presentes entrecerraran los ojos, cuando la niebla creada por los escombros del cemento se dispersó, observaron que el rubio estaba al otro lado de la habitación con un pequeño hilo de sangre saliendo de su nariz.
Nadie había sido capaz de ver lo que sucedió exactamente, pero fue bastante simple. Togata atacó de frente, listo para usar su singularidad al momento en el que Elaine estiraba su brazo para darle un golpe, contando que la pelirroja anticipará su ataque, cambió de dirección rápidamente hasta desaparecer bajo tierra. Lo que sucedió después, fue que Elaine le dio una patada en la nariz al momento justo en el que él tomaba una gran bocanada de aire para poder desaparecer.
— ¡Ese fue un excelente ataque, Taiyō-Chan! — gritó desde la lejanía, festejando.
Aunque la sonrisa en su rostro no duró mucho, porque nuevamente se lanzó hacia ella, completamente listo para atinarle un golpe. Elaine — aún con los ojos cerrados — bajó la mirada, buscando los rastros de calor y cuándo los encontró, se hizo hacia atrás rápidamente con un mortal, esquivando al rubio.
— Ugh... — se escuchó en las tribunas, observando el panorama.
El cuerpo de la fémina fue lanzado por los aires gracias a un puñetazo del varón, que no le había importado obtener una quemadura si era capaz de vencer a su compañera. Elaine no llegó a estrellarse contra un pilar gracias a sus reflejos, haciendo un par de volteretas antes de caer de pie nuevamente, sujetándose el estómago.
— Eso sí dolió. — admitió, recuperando el aire perdido, molesta.
El inicio había sido solo un calentamiento previo, ambos sabían que estaban jugando pero ahora iban con todo y muy en serio.
Mirio volvió a desaparecer bajo tierra en segundos y así comenzó una nueva ronda entre ellos dos, los menores observaban todo desde las gradas aunque no era fácil seguirle el ritmo a ambos. Sus cuerpos se movían de forma tan veloz que apenas y podían ver donde estaba Elaine, si no fuera por su característico color de cabello escarlata.
Uno de los pilares cercanos a la tribuna estalló en pedazos, de allí salió la fémina con mala cara, limpiándose los escombros de la ropa y con un par de heridas en su rostro. La más alta envolvió sus manos en poderosas llamas que se dirigieron directamente hasta su oponente, aunque el ataque lo traspasó por completo pero todo era parte de su plan, lanzó más y más ataques hasta Mirio, buscando cuál era la parte de su cuerpo que no estaba reaccionando a su singularidad.
Cuando divisó que uno de los tobillos de Mirio estaba ligeramente más arriba que el otro, lo tomó entre sus manos y previendo que él activaría su singularidad en la zona, dirigió su agarre hasta las muñecas del rubio, haciendo una llave y estrellandolo contra el piso. Claro que no llegó a tocar nada, porque desapareció inmediatamente bajo tierra.
«Maldito Tintín» se quejaba la pelirroja entre dientes.
— Está bastante reñido. — murmuró Sero, sorprendido.
— Sí, cada uno logra derribar al otro como si estuvieran en turnos. — agregó Kirishima, ansioso. — Es impresionante ver que ninguno ha logrado vencer al otro en más de treinta minutos
— Y han pasado más tiempo de esta forma. — contesta Erased, cruzado de brazos. — Esos dos nunca se rinden, nunca han ganado o perdido verdaderamente entre ellos.
— ¿Qué quiere decir?
— Ninguno gana o pierde. — repitió. — Dejan de luchar cuando están muy cansados o cuando la clase termina.
«Aunque en primer año, había una enorme diferencia entre Togata y Taiyō. Elaine vencía a todos con facilidad y la persona que mínimamente podía hacerle frente era Hado, que irónico» pensó el héroe, revisando el reloj en su muñeca.
— ¡Ustedes dos! — el azabache hizo sonar el silbato, deteniendo la pelea. — Deténganse, ya es hora de que se preparen para su siguiente clase.
— ¡Sí! — contestaron al unísono, colocándose de pie en caso de Elaine y poniéndose los pantalones en caso de Mirio.
El mayor suelta un suspiro, cansado. No sabía por qué había aceptado a que esos dos hicieran lo que quisieran, aunque sus alumnos se mantuvieron muy entretenidos al verlos luchar, esperaba que hubiese aprendido algo de ellos porque lo iban a necesitar en un futuro. No mentía cuando dijo que esos cuatro jóvenes eran el futuro de UA, no sólo eran fuertes, también eran listos, responsables y tenían sus ideales muy claros, casi inquebrantables. Eso es lo que se esperaba de los futuros héroes, alguien que arriesgara su vida por mantener la paz y la seguridad de los demás.
«Confío en ustedes, chicos» murmuró, observando como los menores se despedían de la clase y salían del gimnasio, oyendo a la parlanchina Nejire.
ᚐᚑᚑ⬪ᚑᚑᚐ
ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s
◎ Cuando Elaine cierra los ojos para poder ver la huella de calor de los demás, reconoce a Shoto de inmediato porque tiene la mitad del cuerpo azul y la otra naranja.
◎ También puede reconocer a los usuarios con un don de fuego — como Enji — o hielo — como Fuyumi — debido a su temperatura corporal.
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+100 ᴠᴏᴛᴏs ʏ 200 ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏs ᴘᴀʀᴀ ᴇʟ sɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ ᴄᴀᴘ.
Lxs dejo cordialmente invitados a seguir a Elaine en su ig.
¡Se estará usando para dinámicas, preguntas y respuestas o incluso curiosidades! ♡
˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!
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