❏ | 𝐃𝐎 𝐘𝐎𝐔 𝐒𝐓𝐈𝐋𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐄?
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𝐃𝐎 𝐘𝐎𝐔 𝐒𝐓𝐈𝐋𝐋 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐌𝐄 ?
❝ Hawks, ¿Todavía me amas? ❞
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Después de tantas semanas posponiéndolo, Elaine se encuentra en el metro con destino a la consulta de Takumi. Los acontecimientos sucedidos recientemente, — ignorando por completo el ataque a Natsuo — y su forma de afrontar — y reaccionar a ellos — le han estado gritando una y vez que debe ver a su psicóloga.
Se tomó un día libre del trabajo por orden de su padre, y ahora mismo se dirige a sesión. Si es sincera está un poco nerviosa, no ve a la mayor en persona desde hace semanas y tiene miedo de que le recrimine o la regañe el haberse “prácticamente dado de alta”. Aunque claro, ella no se ha dado de alta, sólo estuvo demasiado ocupada lidiando con sus responsabilidades para venir, y Takumi tampoco tiene mucha disponibilidad. Es una excelente profesional, y su don le es muy útil, por supuesto que todos querrán atenderse con ella. Es un milagro que Enji le haya conseguido un sitio con ella en primer lugar, aunque se lo agradece muchísimo.
Lo que más aborda su mente ahora mismo es la inminente disputa entre los dos bandos: héroes y villanos. También le persigue la plática que tuvo Keigo con su padre hace casi dos semanas y lo reacio que está a contarle lo que sucede. Entre el montón de problemas que tiene también está su novio, con la cantidad de discusiones que tuvieron el último tiempo y el hecho de que no respete sus deseos y siempre vaya más allá del límite, la agobia.
En este último tiempo han tenido muy poco contacto, apenas y se llaman un par de veces al día. Él se excusa con el trabajo y ella no le recrimina nada, después de todo esa es la vida de un héroe. Aún así no puede evitar sentirse triste, porque antes de que fueran novios formalmente Keigo siempre se hacía un tiempo para ella, pero ahora pareciera que pone al trabajo por delante y se olvida que existe.
— Buen día. — el secretario la observó con sorpresa, hace mucho no se veían.
— Buenos días, Elaine. — sonrió, tendiéndole el bolígrafo para que firme su asistencia. — Es bueno verte de nuevo.
— Lo mismo digo. — responde, risueña. — Subiré ahora. — indicó, señalando el ascensor.
A diferencia de la primera vez que estuvo allí, ahora toma el ascensor, ya que no se siente ansiosa. Takumi es su lugar seguro y volver a la clínica le hace sentir en paz, porque sabe que cuando salga de allí no será igual, será una mejor persona, habrá aprendido más de sí misma y habrá comprendido muchísimas más cosas.
Mientras el elevador se abre, intenta ordenar sus ideas y cuál será el tópico principal a tocar ese día. Si bien el tema de la guerra y su padre le preocupa, lo primero no es algo que pueda controlar, ya que es inminente. Lo único que puede hacer en ese caso, es prepararse y trabajar en su ansiedad. En el segundo caso, lo hablará con Takumi apenas entre y dejará para el final la relación que le ha estado ocultando a su psicóloga; pues si bien sabe que tiene novio, no sabe quién es ni las cosas que ha hecho, ni las razones por las que han discutido.
— Bienvenida. — La puerta se encuentra abierta, invitándole a pasar. — Hace mucho que no nos vemos, querida.
— Me hiciste mucha falta. — confesó, correspondiendo su abrazo.
— ¿Cómo estás? — preguntó, sentándose. — He visto algunas cosas en televisión pero no puedo saber cómo te sientes a través de la pantalla. — sonrió. — Aunque te noto un poco ansiosa.
— Hay mucho que contar… — dijo, ordenando sus ideas.
Lo primero que hizo fue tocar el tema de sus padres biológicos, narrando como fue el momento en el que los vio en privado. Contó todo con detalle y mientras habla, Takumi siente sus emociones fluir y las va anotando en la tablilla; luego pasa a la cena familiar y finalmente a la relación que está formando con Frey. Continuó hablando de su vida en los dormitorios, pues a pesar de que está cómoda, extraña muchísimo a su familia y durante el último tiempo se ha estado sintiendo mal al no tenerlos cerca. Elaine habla sobre lo mal que la pasó la navidad pasada, pues tuvo un choque cultural bastante fuerte y no soportó estar lejos de su familia. Admitió que cuando volvió a casa por año nuevo, lloró muchísimo al ver a sus abuelos y que se sintió muy mal al tener que despedirse a la mañana siguiente.
Evita mencionar temas privados relacionados a la academia como que las educaciones laxas fueron exigidas por la comisión, pues es información confidencial. No desconfía de ella, pero cualquiera puede tomarla de rehén y sacarle la verdad con métodos poco ortodoxos y violentos, no desea exponerla al peligro.
— Un cambio tan grande como ese es difícil de sobrellevar, cariño. — murmuró. — Comprendo que haya sido difícil estar lejos de tu familia, después de todo eres muy apegada a ellos.
«Aún así, debes entender que no se irán a ninguna parte. No ver o hablar con alguien todos los días no significa que sus sentimientos por ti vayan a desaparecer, ni tampoco formará una brecha entre ustedes; es tu familia y ellos jamás podrán dejar de amarte.»
Prosiguieron tocando el tema de Enji, Elaine le comenta que le está ocultando información y que le pone muy ansiosa no saber de qué se trata. Confiesa que las pasadas semanas han discutido mucho debido a eso, y que su estrés se eleva al pensar en lo peor, pues no da su brazo a torcer. Toca por encima el tema de las cartas de Touya y cuando lo menciona, la mayor siente gran dolor proviniendo de ella, un dolor que le quema.
— ¿Has intentado decirle cómo te hace sentir que no confíe en ti? — ella negó. — La mejor forma de solucionar este problema es con el diálogo, expresa cómo te sientes y hazle saber que sea lo que sea, podrás enfrentarlo.
— Lo intenté pero, papá me dijo que dejara de insistir y que me lo dirá cuando sea el momento. — la de gafas aprieta los labios.
— Inténtalo una vez más, pero está vez con calma. — propone. — Siéntense a hablar, y pregúntale si lo que no quiere decir tiene que ver contigo, si es así, coméntale que tienes todo el derecho a saberlo pues es algo que te afectará directamente a ti.
La sesión continúa con tranquilidad, Takumi utiliza su singularidad sobre la menor para apaciguar sus sentimientos más fuertes, manteniéndola calmada. Es indispensable que lo haga, ya que el don de Elaine se rige plenamente por sus emociones, y si bien confía en que ella puede controlarse, es mejor prevenir que lamentar. Pasan al siguiente tema a tratar, y ese es Touya. Le mayor le cuestionó su proceso, ya que gracias a su don nota que los sentimientos de la pelirroja se descontrolan al mencionarlo, incluyendo que siente una gran tristeza.
— Tuve una recaída. — se sinceró, aplastando los labios. — Antes de explicar cómo pasó, debo explicarte lo último que quería contar.
La mujer de más de treinta años se esperó muchas cosas, pero nunca lo que salió de su boca aquella tarde. Sunshine le confesó todo, con lujos y detalles; mencionó que su novio es en realidad el actual héroe número dos y que comenzaron a salir formalmente poco después de mudarse a los Height Alliance. No se guardó nada, las palabras salían de su boca como si fuese una cascada: las dificultades que tuvo al principio, sus diferencias como pareja, las discusiones que tuvieron en torno al fallecido Todoroki, todo. Abarcó desde el inicio de su relación hasta la actualidad, y cuando tocó lo sucedido en el hospital después de la pelea con High End, Takumi no podía creer lo que escuchaba, ¿Por qué se estuvo guardando todas esas cosas por tanto tiempo? ¿En qué demonios estaba pensando? El estrés acumulado en su cuerpo por todas las cosas que le sucedieron de golpe hubieran derribado a cualquiera, pero Elaine seguía allí, de pie.
Decayó, por supuesto que sí pero, ¿quién no lo hubiese hecho? Después de todo lo que pasó tras el secuestro, el regreso de sus padres… Y su novio que en vez de ser un apoyo, parecía complicar las cosas aún más.
— Elaine, escúchame. — la detuvo de golpe, acomodándose las gafas. — Jamás debes volver a pensar algo así, ya te lo expliqué la primera vez que estuviste aquí.
«Las decisiones que tomamos son propias, no es tu culpa lo que sucedió con Touya. No podrías haber hecho nada porque eras sólo una niña, una niña que ni siquiera podía ayudarse a sí misma.» señaló con voz severa.
Sus ojos se llenan de lágrimas que jamás bajan, ella tiene razón, pero es tan difícil no sentirse culpable cuando no pudo hacer algo por salvarlo, aunque fuera de su familia. Llegaba a sentirse ridícula cada vez que llora por ese tema, aunque sabe que no está mal que lo haga, todos le dicen que es correcto que exprese sus emociones. Para una persona que nunca pudo darse el lujo de niña, hacerlo de mayor y sabiendo que no se saldría de control es tan gratificante. Tantos años reprimiendo sus sentimientos dieron como resultado que a la mínima que pueda hacerlo, llore. Es la forma que tiene de desahogarse, una que no pudo experimentar antes por el miedo latente de descontrolarse y dañar a alguien más con su singularidad.
— Cariño. — pronunció con dulzura. — Voy a ser sincera contigo, mi deber como psicóloga también es decir la verdad. — sus miradas se encuentran. — Aunque duela.
Takumi le explicó que según lo que ella misma le comentó hace unos minutos atrás, y tomando en cuenta su diagnóstico, llegó a la conclusión de que no está preparado para una relación. A su punto de vista Hawks es inseguro, es esa misma inseguridad y desconfianza lo que provoca choques entre ambos, haciendo que la relación se fracture. Además, tomando en cuenta la forma en la que huye de los problemas, también tiene poca responsabilidad afectiva y no sabe como solucionar sus problemas, por lo que prefiere huir.
Elaine es otro caso, ella está pasando por un luto no resuelto, el cual involucra a una persona fundamental en su vida; a quien sigue amando. También analiza la forma en la que compara a su novio con el villano, y es una práctica que tampoco debería haber hecho; porque son totalmente diferentes. Es más, mientras hablaban del villano pudo notar cierto sentimiento romántico surgiendo de ella, a diferencia de cuando menciona a su novio.
— ¿Qué quieres decir? — preguntó con la voz temblorosa.
— Lo que trato de decir es que no estás con Hawks porque te guste de forma romántica. — informó, petrificando a la menor. — En un inicio sí lo noté, los sentimientos románticos provenientes de tu cuerpo cuando hablabas de él, pero ahora mismo sólo siento fraternidad.
«Además, sigues enamorada de él». Declaró, refiriéndose a Dabi.
Elaine rompe en llanto sin saber qué decir, prácticamente la dejó muda. Se supone que ya lo había olvidado, que su presencia o ausencia no debería afectarle, ¿entonces por qué seguía pensando en él? ¿Por qué seguía teniendo sentimientos por Dabi aún sabiendo todo lo que hizo? Se supone que escogió la opción más segura, más beneficiosa y menos destructiva para ella, ¿por qué razón estaba mal? Quería borrarlo de alguna manera, retroceder el tiempo y nunca haberlo conocido… ¿Eso serviría de algo? Quizá no de mucho, porque los problemas con el héroe continuarán, después de todo Hawks nunca dijo absolutamente nada del villano, su rechazo siempre fue hacia Touya.
Se siente tan estúpida, se enamoró de alguien con quien no puede estar. Alguien opuesto a ella en todos los sentidos posibles, en valores y principios. Un hombre con el cual tendría que enfrentarse en algún momento, alguien que no dudará en lastimar a sus seres queridos porque su objetivo es el contrario al suyo. Mientras que ella quiere proteger el mundo, él anhela destruir todo por lo que ella ha estado luchando. El universo es tan injusto, le arrebató a quien más amó y cuando tiene la oportunidad de volver a sentirse amada, recibe dicho amor de un villano que no puede siquiera mostrar su rostro frente a ella.
A veces desearía que todo no fuese más que una ilusión, pero aún sigue soñando con él. Elaine limpia esos recuerdos llenos de polvo y se cuestiona a sí misma; fue Dabi quien le enseñó que los buenos momentos no se reclaman y aunque muchos de sus encuentros fueron agridulces, él pudo hacerla sentir como si sólo ellos dos existieran en el mundo. No existe forma de curar la traición que sintió al enterarse de la verdad a medias — ya que Dabi insiste en que no lo sabe todo — y aunque esos días le causan tristeza, aunque le provoquen dolor; le ha encantado compartir ese tiempo junto a él.
Es momento de que tome una decisión, es difícil para ella pero sabe que es lo correcto. No puede seguir mintiéndose a sí misma, no quiere lastimar a alguien más a causa de su indecisión; será por el bien de ambos.
Desde la aparición de los dones la gente comenzó a plantearse cómo convivir pacíficamente con ellos. Entre quienes tenían dones surgió cierta ideología, querían libertad, no control. Argumentaban que usar los dones era un derecho humano.
Chikara Yotsubashi, un hombre que se bautizó como Destro, aquel que destruye la actualidad. Organizó a los liberacionistas y formó el ejército de liberación, se enfrentaron al gobierno pero perdieron pasados unos años y arrestaron a la mayoría del ejército.
Destro se suicidó tras terminar de escribir su obra.
Rascó su nuca.
Esa es toda la información que Elaine ha obtenido después de releer el libro que su novio recomendó, tomó prestado la copia que le regaló a Shoto. Prestando más atención al contenido de éste, entiende mejor la sociedad que el mismo Destro quería lograr y ahora, es la ideología que sus — nuevos — discípulos siguen y predican. Desconoce cómo el libro se volvió popular nuevamente, pues fue famoso hace muchos años atrás, antes de que ella siquiera naciera. Si se toma en cuenta que la mayoría de su ejército fue arrestado, significa que hay alguien más — con gran influencia — que está haciendo todo lo posible para revivir la gloria de Destro.
Es demasiado sospechoso que después de años de inactividad salgan nuevamente a la luz, porque si bien la ciudad de Deika es un distrito liberado, donde el 90% de los habitantes — incluyendo a los héroes — son soldados que luchan y protestan por el libre uso de dones, no es motivo suficiente para la destrucción completa de la ciudad.
Se lo dijo a su padre la última vez, Deika tiene el tamaño perfecto, no es ni demasiado grande ni demasiado pequeña. Está rodeada de montañas, eso hace que sus rutas de entrada y salida sean limitadas, por lo que pueden ser fácilmente manipuladas. Además, está llena de naturaleza. Cualquiera podría esconderse allí, agregando lo útil de su geografía, es más que evidente que su destrucción no fue una coincidencia y hay más de una persona implicada. A pesar de lo obvio que parece, las autoridades no se han pronunciado sobre el tema y debe ser debido a la comisión; ellos incluso controlan lo que aparece o no en televisión, siempre y cuando tenga que ver con la seguridad pública.
Volteó, oyendo la ventana abrirse.
Es Keigo.
Se incorpora suavemente de la cama para saludar, aunque no es necesario pues él ya se acercó a besar su sien, sonriendo. Elaine se tensa ante su toque cariñoso, pues desde lo hablado con su psicóloga reconoce sus sentimientos por él, y le duele no poder corresponder de la misma manera.
— Oh, ¿lo estabas leyendo? — finge una sonrisa, señalando el libro sobre su cama. — ¿Qué tal, te convenció?
— No. — responde con mala cara ante su insistencia. — Lo leí a más profundidad pero sigue siendo propaganda basura. — murmuró, haciendo sonreír a Dabi quien la observa a través de las cámaras.
Invitó al rubio a sentarse a su lado, él ojea el libro en silencio y ella no puede evitar sentirse un poco incómoda. No por su presencia, sino porque Keigo comparte la ideología que se plasma en aquel escrito. Honestamente no comprende cómo pasó, ¿desde cuándo su novio, el que quería una sociedad para vaguear se convirtió en seguidor de esa basura?
Lo observa por unos cuantos segundos en silencio, sin mediar palabras.
— ¿Realmente estás de acuerdo? — preguntó con verdadera curiosidad.
— ¿Por qué lo dices? — sonrió. — Claro que sí, ¿no deseas un mundo que se autorregule? —
— Oye, el tema de la libertad de dones es muy serio. — remarcó con severidad. — No es posible que no exista un ente superior que nos regule.
No quiere iniciar una discusión, no es su objetivo. Es más, es lo último que desea, pero el cambio de ideología extremo de su novio es insulso, incluso incoherente.
Hawks suelta una carcajada, claramente falsa. Está siendo monitoreado la mayor parte del tiempo, por no decir 24/7, aunque quisiera decirle a Elaine lo que sucede, no puede. Lo único que le queda es fingir una enorme sonrisa y hacerse el tonto, compartiendo la estúpida palabrería de Destro y el ridículo de su hijo.
— Sé lo que te preocupa, pero no pasará. — la abraza por los hombros.— El trabajo me mantiene tan ocupado que no nos hemos visto en mucho tiempo, ¿no te gustaría tener más tiempo libre? — pregunta, pellizcando sus mejillas.
— Me gustaría. — responde, frunciendo el ceño. — Pero sabiendo que es porque hemos derrotado a los malos, y no porque los civiles se estén tomando la defensa por mano propia.
— Estás siendo muy extremista, linda. — quisiera golpearse en ese instante, porque ve como el ceño de su novia se frunce aún más. — La libertad de dones no significa que las leyes dejen de existir.
La mueca de su rostro demuestra lo confundida que está con su comportamiento, él lo nota. Nunca se había comportado como un idiota frente a ella, al menos no de esa manera tan infantil y desinteresada. Si se enfada lo entendería, porque hasta él mismo se odia en ese momento; sus respuestas dan a entender que no toma en serio sus preocupaciones, está invalidando su sentir.
— Antes no pensabas así. — soltó, bajando la mirada. — Has cambiado tanto que a veces no te reconozco.
Hawks baja la guardia, mirándola con sorpresa. La forma tan cruda y sincera de decírselo tocó una fibra dentro de él, deshaciendo por completo su farsa. Ahora pudo notarlo, la forma en la que su cuerpo reacciona a él, como evita su mirada y la tristeza reflejada en sus ojos, ¿él provocó eso? No, él no puede ser el motivo de su dolor, ¿verdad? Quiere reír, pero no porque la situación le dé graciosa, sino por los nervios.
Su novia se ve lejana, distante, es como si un gran muro de piedra estuviera entre ambos, ¿Acaso es su culpa? Mierda, sí lo es. La ha descuidado por enfocarse tanto en su trabajo que ni siquiera le ha dado la atención que merece, pero Elaine nunca se lo dijo, jamás le reclamó su falta de comunicación o afecto. Creyó que por eso todo estaba bien, no notó que poco a poco la distancia entre los dos se hacía cada vez más grande.
Que idiota.
— Hawks. — le llamó en un murmullo. — ¿Todavía me amas? — preguntó con la voz apagada.
Sus pupilas se contrajeron al oír la pregunta, ¿qué estaba pasando por la cabeza de Sunshine para hacer tal cuestionamiento? ¡Por supuesto que la ama! ¡La adora! Es imposible que ese sentimiento desaparezca de un día para otro, ¡qué sin sentido! ¿Había comenzado a producirle inseguridades a su novia a causa de su descuido? Dios, iba a pedirle a Kaede que le diera otro puñetazo, se lo merece.
— Claro que te amo. — respondió, alzando su rostro. — Te amo mucho. — su pecho se encogió al notar como pequeñas lágrimas se forman en sus ojos y decide abrazarla.
Su respuesta la lastima, y sus lágrimas no son de alivio o alegría, son de pena. Al confirmar que sus sentimientos por ella se mantienen intactos, quiere llorar; porque mientras Keigo la adora y ve un futuro a su lado, Elaine desea terminar con él. Le duele saber que va a lastimarlo, que debido a su egoísmo le hará daño. Antes de ser su pareja es su amigo, y no quiere verlo mal por su culpa, no quiere que sufra un duelo como el que ella vive. Es consciente de que no es ni remotamente similar a un luto, pero conoce el dolor de no poder estar con la persona que amas.
— Lo siento. — se disculpó, acariciando su espalda. — Es mi culpa. — ella niega, no es así. — Quiero un mundo en donde podamos ser felices, un mundo libre. — murmuró, retomando su papel como espía.
No está convencida de sus palabras pero no sirve de nada rebatir, porque el varón no dará su brazo a torcer. Lo conoce, es terco y cuando algo se le mete a la cabeza, no hay quien le haga cambiar de opinión.
Él limpia sus lágrimas una vez se separan, besando su mejilla con ternura. No le agrada verla llorar, aunque se siga viendo muy linda.
— ¿Cómo te fue con los internos? — pregunta, cambiando de tema.
— Bien. — se limitó a responder, recordando lo sucedido con Natsuo. — Oh, no te lo dije, ¿verdad? — De repente, una leve sonrisa aparece en su rostro.
— ¿Qué cosa? —
— Papá me entregó una caja llena de cartas. — vio la alegría reflejada en sus ojos. Ladeó la cabeza, confundido. — Touya las escribió para mi.
Todo rastro de amabilidad se borra del rostro de Hawks, incrédulo. Aún no asimila del todo bien la forma en la que Touya hace cambiar el humor de su novia, es decir, comprende su importancia en la vida de Elaine, pero en su opinión esto ya pasa a otro límite, ¿Cuál es el contenido de las cartas? ¿Algún poema infantil? ¿Dulces declaraciones de amor? Es probable, si ese mocoso fue capaz de regalarle una estrella en su cumpleaños, ¿Qué otra cosa que no fuera romance escribiría para ella? Es tonto sentir celos por un niño, y más cuando está muerto, lo admite. Es suficiente motivo para que se burlen de él o para ir al psicólogo, pero en verdad detesta la manera en la que Elaine se expresa de él, con tanto cariño.
Su versión anterior se debe estar golpeando, porque fue él quien hace meses, cuando se enteró de la existencia del Todoroki — dijo — que no le tendría celos a un muerto. Já, promesa que envejeció mal y no pudo cumplir.
— ¿Cartas? — repitió, alzando una ceja.
— No pude leerlas todas. — confesó, llevándose las manos al pecho. — Ocurrió una emergencia y tuve que salir, pero este fin de semana Fuyumi me enviará la caja y lo haré con más tranquilidad.
— ¿Y qué decían? — necesita saberlo.
— Que me extrañaba. — dijo tímidamente.
Sus mejillas se tiñen de rojo, provocando que una enorme sonrisa se plasme en los labios de Dabi; quien junto a Skeptic monitorea al héroe. No niega la sorpresa, es decir, su padre jamás se deshizo de sus cartas y después de diez años, Elaine fue capaz de leerlas. Esto lo pone de buen humor de inmediato, es como darle una recompensa a su niño interior, no es capaz de explicar su sentir pero, en ese instante se olvidó hasta de que Keigo es novio de la mujer que ama.
Disfruta enormemente escuchar la voz seca, — y hasta arisca— del héroe, confirmando nuevamente lo mucho que lo detesta. No aguanta la risa y estalla en carcajadas, ¡está celoso de un muerto! ¡Un niño que lleva muerto diez años! La panza le duele de tanto reírse, y su compañero le dedica miradas de reojo, ¡Qué felicidad! ¿Hace cuánto tiempo no se sentía tan feliz? No se confundan, por más que adore hacerle la vida imposible a Keigo y sacarlo de sus casillas, no es eso lo que le hace sonreír. Su alegría proviene de ver a Sunvely feliz al recibir sus cartas, está contento de saber que ahora puede leer todas las cartas que escribió pensando en ella, palabras dedicadas sólo para su mujer.
«Estoy ansioso de que corras hacia mí, Meine Stern. Te recibiré con los brazos abiertos»
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ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s
◎ Durante toda la conversación, Elaine esperaba que Hawks le dijera que no la ama para que su separación no sea tan dolorosa.
◎ El resto del Día, Dabi tuvo una sonrisa de oreja a oreja porque sabe que la relación de ellos dos no durará mucho más.
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+115 ᴠᴏᴛᴏs ʏ 200 ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏs ᴘᴀʀᴀ ᴇʟ sɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ ᴄᴀᴘ.
˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!
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