Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❏ | 𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑

⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯

𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑

❝No me importa como luzcas, ¿Lo entiendes? A nadie le interesa, nos importa más que estés aquí, vivo, junto a nosotros. ❞

⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯

Las pericias forenses de los días posteriores a la reaparición del albino, dieron como resultado que efectivamente los restos enterrados en el cementerio pertenecían a Touya Todoroki, por lo que no hubo algún margen de error en la resolución del caso, sino, un completo caos.

Los análisis de sangre hechos a todos Todoroki dieron positivo, confirmando que el joven albino era el presunto difunto. La noticia fue una bomba para la prensa, quienes intentaron cubrir la noticia por todos los medios, yendo hasta la residencia del héroe para obtener alguna entrevista por parte de la víctima. En fiscalía se inició una petición para anular la muerte del Todoroki, ya que debía de recuperar todos los derechos que perdió tras su muerte e iba a ser un proceso agotador y algo tardado.

Por supuesto que gracias a su reaparición, el laboratorio del doctor Ujiko fue allanado de inmediato y el nombrado estaba en proceso para ser juzgado por sus crímenes, entre ellos: la experimentación con cadáveres humanos para la creación de una especie más fuerte y la prueba más fehaciente de ello era el mismo Touya, ya que al analizar sus tejidos y partes de su cuerpo, notaron que la gran mayoría no le pertenecía a él, era una especie de Frankenstein viviente.

— Genial, soy un monstruo. — espetó con mala cara, mientras la enfermera cambiaba su suero.

— No eres un monstruo, Touya. —

Elaine había estado junto a él durante todo el agobiante proceso, aunque no era la única. Sus hermanos lo recibieron con los brazos abiertos y Natsuo se atrevió a darle un golpe mientras Fuyumi lloraba entre sus brazos. Entablar una conversación con Shoto fue muchísimo más difícil ya que al parecer no lo reconocía, pero la pelirroja se estaba encargando de que el menor dejará de tenerle miedo.

— Lo veas por donde lo veas, es la verdad. — murmuró, bajando la mirada hasta sus manos, el dorso de las mismas tenían un ligero color violeta, le dio asco. — Ese hombre lo dijo al despertar, tuvieron que reconstruir mi cuerpo por completo.

La menor se acercó hasta la camilla a paso lento, sentándose en la esquina y observando en silencio al Todoroki. Los ojos dorados de la fémina buscaron la mirada turquesa del varón, pero él la mantenía fija en sus manos, evitando el contacto.

Por supuesto que para el primogénito de la familia, toda aquella situación no era un tema fácil, de hecho era bastante delicado. Era muy común experimentar cambios físicos en la adolescencia, cambios para los cuales no muchos están preparados; otros tantos intentan encontrar su identidad, por lo que están en constante cambio. Estos cambios no son sólo a nivel físicos u hormonales, también abarcan lo psicológico y no hay nada más duro para un adolescente que un golpe en el autoestima, es una etapa muy frágil en donde no están conformes con su apariencia física y es muy sencillo deprimirse.

Es la etapa más difícil para el ser humano, más todavía cuando Touya pasó esos tres años en coma y ahora tiene que adaptarse a su nueva vida, su nuevo cuerpo y la nueva identidad que le fue arrebatada. Claro que el Todoroki no estaba cómodo con la apariencia física que tenía, no podía acostumbrarse a la figura que veía frente al espejo, no le agradaban esas marcas de quemaduras violáceas en su piel qué lo hacían ver como un monstruo. Se preguntaba constantemente cómo Elaine podía seguir a su lado cuando él lucía así, le daba asco su reflejo.

— Touya, mírame. — pidió en un hilo de voz, buscando sus ojos sin éxito. — ¡Todoroki Touya! — alzó la voz, sosteniendo el rostro ajeno con molestia.

— Elaine…— pronunció sin ánimos, apartando sus manos.

— Detente, ¡basta! — Elaine aplicó la fuerza, sosteniendo su rostro de forma firme, haciendo que le mire a la cara, frente a frente. — No eres un monstruo, sigues siendo tú, sigues siendo mi Touya. — susurró, fundiéndose en sus orbes turquesas. — No me importa como luzcas, ¿Lo entiendes? A nadie le interesa, nos importa más que estés aquí, vivo, junto a nosotros.

«Sé que es difícil para ti aceptarlo, las palabras de la policía, las de ese sujeto, el enterarte de todo esto» flaqueó, respirando agitadamente. «Pero todo tiene solución, los injertos de piel no se ven tan mal, podremos encontrar algún médico ayude a la cicatrización de mejor manera.» sonrió levemente, a nada de echarse a llorar. «No quiero que vuelvas a decir que eres un monstruo, porque no lo eres. No me interesa tu apariencia, porque incluso aunque estuvieras completamente quemado, te seguiría amando»

— Yo también te amo. — murmuró, estrechando a Elaine entre sus brazos con fuerza. — No sé qué haría sin ti. —

Sus palabras llegan a calar en su corazón de una manera impresionante, no borra todo el sentimiento de rechazo que tiene por sí mismo pero si calma su agitada mente, todos esos pensamientos intrusivos desaparecen con tan solo tenerla en sus brazos. La calidez que emana del cuerpo femenino es vital para sentir que todo estará bien, siempre y cuando Elaine esté a su lado.

Touya rueda los ojos cuando la puerta de la habitación es tocada y con sólo ver la sombra detrás de la pequeña ventana, sabe que se trata de su padre. La relación entre ellos dos es un poco incómoda, Enji no sabe cómo comportarse como un padre cariñoso y como ninguno de sus hijos está acostumbrado a él, estar en el mismo lugar vuelve todo muy incómodo pero él aprecia su esfuerzo.

El ceño del héroe número dos se frunce ligeramente al ver a ambos jóvenes pegados como garrapatas.

Soltó un ligero suspiro.

Debe hablar con su hijo de ese tema de forma urgente, antes de que sea demasiado tarde para explicárselo a Sunshine porque sabía que Touya era débil ante ella, ergo, le cumpliría cualquier capricho que le pidiera sin siquiera dudarlo un segundo.

— Elaine. — la nombrada dirige la vista hasta él, curiosa. — Shoto está preguntando por ti, ¿podrías ir a verle? — la adolescente asiente varias veces, y con una sonrisa abandona la habitación, no sin antes decirle al mayor que lo quiere mucho.

El albino mantiene la sonrisa hasta que la puerta es nuevamente cerrada, y entonces, mira a su padre con las cejas alzadas y la interrogante reflejada en el rostro. Él sabe que quiere decirle algo, todavía no está seguro sobre qué quiere hablar pero fue más que obvia su intención al distraer a la fémina con el niño prodigio para que saliera de la habitación.

— Desembucha. — espetó, mientras ambos ojos turquesas se veían fijamente.

Enji volvió a suspirar, tomándose el puente de la nariz.

— No sé cómo comenzar esto. — admitió el héroe, un tanto avergonzado.

— Sólo dilo. — exigió el menor, cruzándose de brazos. — ¿Tiene que ver con Elaine? — su padre asiente. — Viejo, como intentes separarnos de nuevo, te advierto que… —

— No es nada de eso, al contrario. — aquello llama la atención de su primogénito. — Elaine y tú están en esa etapa en donde comienzan a descubrirse… —

El rostro del varón enrojeció al darse cuenta de lo que quería hablar.

— ¡No hemos hecho nada de eso! — chilló, sintiéndose cohibido de repente. — ¡Regresé hace una semana! ¿Piensas que Elaine y yo…? — ni siquiera pudo terminar la oración.

¿La amaba? Por supuesto sí pero ni siquiera se habían puesto a pensar en eso, ni siquiera le había pedido ser su novia oficialmente. Habían sido cuatro largos años de espera para volver a verla, era más que obvio que quería pasar todo el día a su lado, hablando del pasado y conociendo su presente pero no quería apresurarse. Podía esperar un poco más por ella, para proponerse de forma adecuada, de la forma en la que Elaine se lo merecía… Y su padre pensando que ellos ya habían tenido relaciones, que vergonzoso.

— Yo sólo quiero que se cuiden. — tosió levemente, intentando que no se notara su vergüenza. — Tienen… Mi aprobación. —

Las palabras de su padre le hicieron alzar la mirada, totalmente sorprendido de su decisión. El joven albino no pudo evitar esbozar una enorme sonrisa mientras una risa brotaba de su pecho, una risa de genuina felicidad. No podía creerlo, después de tantos años, después de haber sido separados por él, ¿Realmente estaba aceptando su relación con ella?

— ¿Lo dices en serio, viejo? — cuestionó, sin creerse lo dicho por Enji.

— Es en serio. — murmuró, rendido. — No existe alguien mejor que ella para ti. — admitió, reprimiendo una sonrisa. — No lo arruines. — Los orbes turquesas de Touya brillan como nunca antes, está feliz, quiere gritar de alegría. Después de tantos años, ellos por fin podrían estar juntos.

Por la puerta vuelve a aparecer Elaine, quien trae una sonrisa en sus labios y algo oculto en sus manos ya que las mantiene detrás de su espalda. Antes de salir, Endeavor posa su mano sobre la cabellera pelirroja de la menor y la revuelve con cariño, observándola de reojo con una leve sonrisa. Sunvely detiene su paso un poco confundida, intercalando su mirada desde Touya e Enji varias veces, siente que se ha perdido de algo importante pero nada en los rostros de los varones le hace sospechar, de hecho, el albino luce muy feliz y eso le hace sonreír inconscientemente.

— ¿Sucedió algo? — preguntó, sentándose junto a él en la camilla, curiosa.

— Nada que deba preocuparte. — respondió, acomodando un mechón de su cabello cariño. — ¿Qué traes ahí? — Ahora fue su turno de preguntar.

— Oh, encontré esto mientras visitaba tu tumba. — dejó sobre sus manos un brazalete muy especial, el cual reconoció al instante.

— Creí haberlo perdido. — confesó, observando el grabado que tenía el medallón, él tenía el océano y Elaine las montañas.

No tuvo que pedirle que se lo colocara, pues Elaine ya estaba desabrochando el seguro y atando los hilos alrededor de su muñeca con firmeza, sin llegar a asfixiar su piel. Cuando todo estuvo en su sitio, ambos se miraron durante unos segundos de forma cariñosa, a simple vista se notaba lo mucho que se amaban, la forma en la que él la observaba, con tanto amor, como si fuese su mundo entero… Era más que suficiente para saberlo. Aunque ella no se quedaba atrás, veía al varón con tanto amor y dulzura que sus ojos centelleaban cada que se posaban sobre él.

— Juramentos tan altos como las montañas y tan profundos como el océano fueron intercambiados. — recitó la fémina, tomando su mano y entrelazando sus dedos.

— Los amantes prometen lealtad eterna hasta que los mares se sequen y las rocas se descompongan. —

Touya dejó un beso sobre las manos de la menor, sonriendo ante la mirada que ella le obsequió, realmente la primavera había llegado a ellos. Elaine dejó caer su cabeza sobre el hombro ajeno, cerrando sus ojos y descansando sobre él, todo al fin había terminado.

— Te amo. — pronunció con cierta timidez.

— Yo te amo más. — esa fue su respuesta, logrando una sonrisa genuina en el rostro del más alto. — Te amo mucho, Touya. Espero que siempre seas mi girasol.

No aguantó más las ganas de besarla y entonces, estampó sus labios con los femeninos en un corto y dulce beso, un ligero roce, muy similar al que tuvieron en el cumpleaños número siete de la pelirroja.

— Y yo espero que tú siempre seas mi sol. — respondió, acariciando sus mejillas con lentitud.

Por supuesto que la pelirroja no quedó satisfecha y envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, acortó la distancia entre ambos, uniéndose nuevamente en un beso, esta vez más largo y duradero, más apasionado, más necesitado. Habían estado tantos años sin verse, sin sentirse, sin el aroma o tacto del otro que necesitaban estar juntos; necesitaban recuperar todo el tiempo perdido. No querían separarse, si fuera por ellos dos, se quedarían de esa manera por siempre.

— Espera un poco más por mí. — le rogó, acunando su rostro. — Me voy a proponer de la forma más bonita del mundo, porque es lo que te mereces.

Dejó un último beso sobre su coronilla, satisfecho de la preciosa risa que brotó desde la garganta ajena, hace tanto que no la oía reír de esa forma tan linda que su pecho se oprimió y una cálida sensación recorrió todo su cuerpo, empezando desde su corazón hasta llegar a la punta de sus dedos, creando mariposas en su estómago.

«Te amo más de lo que alguna vez podría gritar» murmuró, cerrando los ojos y dejándose envolver por los finos brazos de su mujer, estaba tan feliz.

Porque Elaine y Touya están hechos a la medida, el uno para el otro.




































































Pasado un tiempo, y después de innumerables procesos judiciales se le ha devuelto la identidad al Todoroki. Fue agotador — especialmente para el albino — pero la alegría de saber que había vuelto a ser una persona frente a la ley, recuperando todo lo que se le fue arrebatado es realmente gratificante. Como prometió, Elaine no se separó de él durante todo el proceso, y si bien en algunas ocasiones no pudo estar a su lado debido a la escuela, siempre se tomó un tiempo para él.

Abandonó el hospital hace poco más de un mes, y regresar a su hogar después de tantos años fue algo extraño, se sintió ajeno. La casa seguía exactamente igual, con la diferencia de que la servidumbre había desaparecido y ahora era Fuyumi — O Natsuo — quien cocina. Touya aún no podía creer que su hermano menor era tan bueno, apenas volvió a casa lo recibió con un delicioso mapo tofu, al que Elaine le hizo cara de asco.

Eso le hizo reír.

Tuvieron que remodelar su habitación, quitando el altar fúnebre que había en la misma. Si es honesto, fue bastante shockeante verlo, pues demostró que para su familia él realmente había muerto. Volviendo a lo anterior, decidió quitar el tatami y colocar un simple piso de madera flotante junto a una cama occidental, ¿La razón? Elaine. La menor le había comentado que después de su presunta muerte, nunca volvió a dormir en el piso y que ahora se le hacía sumamente incómodo, por lo que decidió cambiar la estética de su habitación y comprar una cama. Él estaba 100% seguro de que la fémina la usaría más que él, pero no era algo que le moleste, pues la compró para ella.

Y bueno, no se equivocó.

— Me gusta más esta que la mía. — admitió la pelirroja, abrazando una almohada.

— Sabes que puedes puedes quedarte a dormir cuando quieras. — murmuró, sentándose a su lado y acariciando su cabello. — La compré para ti.

— Lo sé. — la vergüenza se extiende por su rostro, pero no deja de sonreír. — Eres tan considerado, por eso me gustas tanto.

Touya carcajeó.

— Sí, yo pienso que me enamoré de ti por eso. — sonrió, haciendo que ella se recueste sobre su lecho.

— ¿Por qué? — cuestionó curiosa, alzando la mirada hacia él. — ¿Es porque soy linda? — la menor le hizo ojitos, y él volvió a reír.

— A mis ojos siempre serás la mujer más hermosa del mundo. — rozó su nariz en un beso esquimal, tranquilo. — Supe que me había enamorado de ti esa vez que me dijiste que era tu Todoroki favorito. — confesó en un susurro, acurrucados. — Siempre has sido mi lugar seguro, Mein Stern.

Elaine sonríe sin poder evitarlo, escondiendo el rostro en el hueco de su cuello e inhalando su aroma, quiere poder quedarse de esa forma para siempre. Así como él dijo que es su lugar seguro, a ella le pasa lo mismo. No existe otro lugar en la tierra donde se sienta más segura que estando en los brazos del Todoroki, cuando está inmerso en ellos no piensa en nada, pues no hay nada más que ellos a su alrededor.

Escucha su respiración, siente el aroma tan característico de su shampoo, los rítmicos latidos de su corazón: todas esas cosas tan simples y banales son el mundo para ella. Para muchos será una estupidez, pero para Sunvely es su mundo entero, vive por momentos como ese.

Antes de que ella pueda responder, el Shoji es abierto de golpe y la figura de Endeavor se hace presente.Ambos adolescentes se incorporan confundidos, preguntándose qué hace el héroe tan temprano en casa, y bueno, Elaine está un poco molesta por la interrupción.

La mirada del mayor se pasea por la habitación hasta dar con la pareja, aún no se acostumbra a verlos de esa forma, pues cree firmemente que de niños no eran tan evidentes como lo son ahora.

— Papá, tienes que aprender a tocar. — le regañó la fémina, viéndolo mal. — ¿Qué hubiese pasado si estuviéramos teniendo sexo? — cuestionó con los brazos en jarra.

Touya se ahogó con su propia saliva, comenzando a toser ruidosamente. Mientras que su padre, cerró el Shoji con rapidez debido a la vergüenza. Ninguno de los dos Todoroki esperaban que la menor fuera tan directa, de hecho, el menor de ellos olvidó por completo esa cualidad. Su versión infantil siempre fue así, demasiado directa, llegando a rozar la honestidad absoluta.

Segundos después, el Shoji fue tocado. Está vez, la cara del héroe parecía hacerle competencia al color de su cabello.

— Elaine, no quería saber eso. — admitió con la voz temblorosa. — No necesito saber de su vida sexual. — Enji estaba completamente avergonzado, no entendía como podía hablar de forma tan abierta sobre ese tema.

Aunque la respuesta es muy simple, en Alemania la educación sexual es una obligación, todos deben recibirla, sin excepciones. No se discrimina ni el género, orientación o religión, pues es obligatorio, es decir, si un padre se niega a que su hijo reciba educación sexual en la escuela, es multado o incluso puede ir a prisión. Debido a esto, Alemania cuenta con una de las tasas de embarazo adolescente más bajas de Europa, es un país bastante liberal.

— No hay vida sexual, aún. — admitió con naturalidad, provocando más vergüenza en ambos varones. — Aunque si es algo que te preocupa, debes estar tranquilo, ya me enseñaron como se coloca un… — el albino cubre rápidamente la boca de su mujer, queriendo detener aquella tortura.

El patriarca tosió levemente para llamar la atención de ambos.

— En realidad, me tomé un tiempo porque hay algo importante que debemos discutir, Touya. — dijo, cerrando el shoji a sus espaldas.

La pareja se puso de pie, caminando junto a su padre hasta la mesita que hay en el centro de la habitación. Se sentaron sobre cojines con las piernas cruzadas, esperando que el mayor empiece a hablar. Por alguna razón, Elaine siente ansiedad, pues le han dado tantas malas noticias de esa forma que se espera lo peor.

— ¿Qué es, viejo? — preguntó, dándole la mano a la menor por debajo de la mesa. — La estás asustando. — acusó con la mirada, señalando a su mujer.

Enji suspiró.

— No es nada malo, pueden estar tranquilos. — dijo. — Touya, ¿Qué es lo que quieres hacer con tu vida? —

La pregunta lo tomó por sorpresa, pues es algo que venía pensando desde hace algunas noches atrás, ¿Qué haría con su vida? No había algo en particular que le guste más que la idea de ser héroe, aunque no sabía si aquella posibilidad aún existía, después de todo lo que pasó… Sería difícil siquiera considerarlo. Él sabe la respuesta, pero para ello, para tener éxito y triunfar, necesita la ayuda de su padre, que esta vez si lo apoye,que confíe en él.

— Quiero convertirme en héroe. — respondió firmemente. — Pero necesito de tu ayuda, papá. — fijó sus orbes en los contrarios, viéndose de forma seria.

Sus manos comenzaron a temblar por los nervios, pues sabía que era una apuesta arriesgada. Nada le aseguraba que aquello funcionara, es más, que su padre acepte es casi imposible. Él continúa haciéndose daño con su singularidad, y después de su muerte, está más que seguro que lo quiere lejos de ese mundo, pues no quiere volver a perderlo; pero Touya no va a aceptarlo, él creció para convertirse en héroe, está en su sangre, es lo que verdaderamente desea.

— Está bien. — aceptó para sorpresa de ambos. — Aunque tengo condiciones. — dijo, alzando la mano. — Primero: iremos con un doctor que pueda evaluar tu situación y comprobar que realmente hay una forma de evitar el daño en ti. — alzó un dedo. — Segundo, tendrás un tutor privado. Si quieres entrar a UA, podrían hacer una excepción por ti debido al caso, pero estoy seguro de que te harán un ultimátum. — explicó.

«Tienes diecisiete años, Touya. Lo máximo que podrás avanzar será el primer año, por lo que si logras demostrar tus habilidades, estarás atrasado por un año y es probable que te pongan en el mismo curso que Elaine». La nombrada miró a su chico, quien asentía lentamente a lo que su padre decía. La mirada de determinación en el rostro del varón le dio a entender que no iba a rendirse, que daría todo de sí mismo para aprobar el examen de admisión. «Tienes cuatro meses para prepararte para el examen, es mucho menos tiempo comparado al año que se toma la gran mayoría, ¿Lo entiendes?»

— Lo entiendo. — contestó. — Haré mi mayor esfuerzo, así que por favor, apoyame.

— También te ayudaré. — dijo la fémina, dándole un apretón a su mano. — Tengo todos los resúmenes que usé para estudiar, te pondré al día.

— Está bien que lo ayudes, pero no dejes de lado tus estudios para ayudar a Touya. — ella afirmó. — Aunque haz lo que puedas mientras sigas de vacaciones.

— Lo haré. — contestó. — Prometo que no interferirá en mis calificaciones, papá.

Enji le comentó a su hijo que después de visitar al doctor, se contactará con la agencia que se encarga de sus trajes para comenzar a crear uno para él, ya que debían limitar los daños que su propio cuerpo pueda crear. Él propone algún tipo de potenciadores en la zona de sus manos y muñecas, para evitar el uso excesivo de su singularidad, aunque también piensan en algo que pueda protegerlo de sus propias llamas.

— Pueden usar mi cabello. — interrumpe, llamando la atención de ambos. — Si lo usan para crear su traje, es imposible que se queme, incluso podría protegerlo. — murmuró, jugando con uno de sus mechones.

— No tienes que hacerlo. — se niega el varón, observando lo largo que es su cabello.

Él sabía lo importante que era su melena para ella, pues siempre fue un tema después del rechazo de sus padres. Recuerda haberle dicho que si le gustaba tener el cabello largo, lo dejara crecer y se olvidara por completo de su madre. Ahora que lo tiene tan largo, no quiere que tire a la basura todo su esfuerzo cuidándolo para que se lo dé a él para un simple traje de héroe.

— Quiero hacerlo. — insistió, sonriendo. — Va a volver a crecer, eso hace el cabello, ¿no? — preguntó de forma retórica.

Sus labios temblaron, no podía creer de lo que era capaz sólo para protegerlo. Se tragó las lágrimas — pues su padre está presente — pero le hizo saber a la fémina a través de su mirada, que la ama profundamente y que es lo mejor que le ha pasado, ¿Qué fue lo que hizo para merecerla? No lo sabe, pero está tan feliz de tener a alguien como Elaine en su vida,

Terminada la conversación, Enji sale de la habitación, dejando a la pareja sola de nuevo. Es en ese momento de intimidad, que Touya se permite mostrar su fragilidad. La menor lo rodea y se funden en un abrazo, puede oír su respiración agitada y es consciente de que quiere llorar. Ella no dice nada, simplemente lo acompaña en silencio, porque no es necesario decir nada.

Sabe que es difícil, será difícil, pero estará ahí en todo momento, no lo dejará solo. La vida le dio una segunda oportunidad para estar juntos, y ella no la iba a desperdiciar, haría lo que sea para protegerlo, para mantenerlo a salvo. Sí, su cabello era importante, pero no más importante que Touya, nada era tan especial para ella como lo era el Todoroki. El mundo podría caerse a pedazos, pero mientras él esté en él, cualquier lugar será su hogar.

— Todo estará bien, Touya. — murmuró, dejando un beso sobre su mejilla.

Si Elaine lo decía, podría creerle ciegamente cualquier cosa que saliera de su boca. Se relajó notablemente al estar en sus brazos, apoyando la cabeza sobre su pecho y descansando allí, oyendo los calmados latidos de su corazón.

Siempre que estaba a su lado se convencía de que estaban hechos para estar juntos, no podría explicar ni dar una razón lo suficientemente lógica o científica, pero así se sentía. Era como una conexión que traspasa el tiempo, nada parecía una coincidencia, es como si el destino les dijera que deben estar juntos, es decir, ¿Qué otra probabilidad había de qué otra niña fuera escogida por su padre para ser su discípula? En su opinión, ninguna. Su padre es extremadamente crítico con todos, incluyendo niños, por algo Shoto fue entrenado hasta hace algunos meses.

Nada es coincidencia ni casualidad, están destinados a estar juntos, así que no va a preocuparse más por ello. Nada ni nadie los va a igualar, ni nunca nadie sentirá lo que Elaine siente por él y viceversa. No sabe si existen vidas pasadas u otros universos, pero está completamente seguro de que en todos ellos, ambos siempre buscan la forma de volver a encontrarse.

— Elaine. — le llamó, rompiendo lentamente el abrazo.

— ¿Sí? — preguntó acunando su rostro.

— Ich liebe dich. — murmuró, perdiéndose en el dorado de su mirada.

— Ich liebe dich so viel mehr, meine Sonnenblume. — respondió con una sonrisa, dejando un suave beso sobre sus labios.

Sí, sólo eso necesitaba.

A ella, a su estrella.









































                 ᚐᚑᚑ⬪ᚑᚑᚐ                 
ᴄ ᴜ ʀ ɪ ᴏ s ɪ ᴅ ᴀ ᴅ ᴇ s

◎ Touya reconoció de inmediato a Kaede a penas la vio, pero no le dijo nada a Elaine.

◎ De hecho, en su primer encuentro le dijo claramente que no codiciara lo que era suyo.

                 ᚐᚑᚑ⬪ᚑᚑᚐ                 
+100 ᴠᴏᴛᴏs ʏ 200 ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀɪᴏs ᴘᴀʀᴀ ᴇʟ sɪɢᴜɪᴇɴᴛᴇ ᴄᴀᴘ.



























































˙˚˓˒˙˛ʿʾ․·‧°⋆ও ──
¡ɴᴏ sᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇɴ ᴅᴇ ᴠᴏᴛᴀʀ ʏ ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀʀ, ɴᴏs ᴠᴇᴍᴏs ᴇʟ ᴘʀóxɪᴍᴏ ᴠɪᴇʀɴᴇs!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro