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━━ 𝟎𝟏. 𝗮𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝘀𝗶𝗻 𝗽𝗲𝗻𝘀𝗮𝗿

“ 𝘷𝘦𝘵𝘦 𝘢𝘭 𝘪𝘯𝘧𝘪𝘦𝘳𝘯𝘰, 𝘤𝘭𝘢𝘴𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘥𝘦𝘮𝘰𝘯𝘪𝘰 ”

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Elena Hastings había nacido con la maldición y la bendición de ser una Kook. La familia de Elena, los Hastings cuando llegaron a Outer Banks habían hecho una fortuna. Alex Hastings era el alcalde de la isla y su esposa, Bianca Hasting, se dedicaba a ser vendedora de bienes raíces y es la propietaria de varios hoteles y yates, lo cuál es una gran negociación en la ciudad. Los negocios de ambos lograron ponerlos en la cima de Outer Banks. La Isla es completamente de su propiedad. Sin embargo, a pesar de toda la fortuna que los Hastings tienen y que Elena no tuviera que preocuparse por nada, ella no se sentía complacida en la manera en la que piensan los Kook.

Dicen que el dinero suele cambiar a las personas, se vuelven más arrogantes, poco humildes y amables. Al contrario de Elena, que había nacido prácticamente en cuna de oro, solía ser una jovencita con el corazón más noble, bondadoso y humilde que habitará en Outer Banks. Y la mayoría lo sabía. Elena iba y venía entre ambos mundos. A pesar de que le repetían una y otra vez que era una Kook, no podía no dejar de preocuparse por la manera tan pobre que tenían que vivir algunos Pogues. Cuando Elena cumplió la edad necesaria para tener ideas propias sin manipulación de por medio de personas de su alrededor, supo que, con el dinero que tiene en el banco a nombre de ella tenía que usarlo para algo que valga más la pena que tenerlo ahí guardado.

Era conocida por los Pogue y la gran mayoría le tenían respeto y cariño por ser tan preocupada en ayudar a las familias de más bajos recursos. Elena iba una vez al mes a recorrer las calles del Arrabal en busca de personas que la estaban pasando realmente fatal. Pero como hay algo bueno, también tiene que haber algo malo. Algunos Pogue la seguían viendo como lo que es, una Kook. Su papel de bondadosa no se la pasaban. Aunque eso nunca le importa a Elena, siempre se repetía que ella no estaba para complacer o caerle bien a todas las personas del mundo. Mientras ella tenga su conciencia tranquila y esté en paz con ella misma, la opinión de su persona le importa muy poco.

—Elena —la voz femenina que venía desde el lobby perteneciente de su madre la saca del sueño que trataba de conciliar —. ¿Puedes bajar?

Bufo con molestia. Elena detestaba cuando la interrumpen mientras dormía, la dejaba con un humor que le sacaba humo de las orejas. Además, la noche de ayer no logró dormir muy bien debido al huracán, Elena le tiene pánico a las tormentas.

—¡Ya voy! —gritó.

Se levantó para ponerse zapatos y bajó al lobby. Allí estaban sus dos padres desayunando.

—¿Qué es tan importante? —se cruzó de brazos.

—Necesitamos que nos ayudes en el hotel la próxima semana —habló su padre.

—¿Es necesario? —indagó haciendo una mueca.

—Si, claro que es importante, Elena. Es el negocio que heredarás en un futuro y necesitó que empieces a tomar la responsabilidad.

—Si no tengo opción —alzó los hombros.

Elena agarró una manzana del cesto en el taburete y se ajustó las cuerdas de sus tenis.

—¿Vas a salir? —preguntó Bianca aún conociendo la respuesta.

—Sí, iré a ver a Sarah y Sadie.

—No te he visto con Rafe últimamente. ¿Está todo bien con él? —interrogó Alex.

Los Hastings son muy buenos amigos de los Cameron. Elena y Sarah son grandiosas amigas, al igual que con Sadie, la hermana menor de Topper. El asunto con Rafe Cameron era que los padres de ambos estaban tan decididos en juntarlos que ambos muchachos decidieron iniciar una relación falsa para dejar la insistencia de sus padres. Les iba de maravilla, Alex y Ward realmente creían que eran una pareja enamorada.

—Si, está todo bien —Elena agitó la mano despidiéndose antes de salir por la puerta —. Llegaré en la noche.

Elena iría primero al puerto pues ahí fue donde Sadie le dijo que se encontraba, de allí irían después adónde Sarah, así que se dispuso a caminar más rápido de lo habitual y llegar. Notó un montón de gente una vez llegó al puerto, era entendible, después del huracán todo quedó hecho un desastre.

Elena iba caminando de lo más tranquila sobre las tablas para llegar a dónde Sadie se encontraba y en eso sintió donde alguien pasaba a su lado tan rápido que la empujó con el cuerpo haciéndola caer al agua.

Elena maldijo en su cabeza mientras se impulsaba con los brazos para salir del agua, buscó con la mirada a la persona que la hizo caer y vió que seguía como si nada su camino.

—Maldito desgraciado —masculló enojada.

No le enojaba haber caído al agua, le molestaba que el tipo que la empujó, a pesar de que no fue con intención, siguió su camino como si nada, ni siquiera un poco de preocupación por la persona que botó. Podía ser cualquier persona, una que no supiera nadar o con pánico al agua o una persona mayor.

La sangre le hervía de la cólera murmurando una cantidad de maldiciones para esa persona imprudente, cuando vió una mano casi tocando su cara y alzó la vista.

—Disculpa, creía que la bondadosa reina Kook podía salir perfectamente sola del agua —dijo la persona que estaba ofreciéndole la mano.

"La bondadosa reina Kook" era el apodó que los Pogue usaban para burlarse de ella y eso la hizo enojar más de lo que ya se encontraba.

—Vete al infierno, clasista del demonio —expresó mientras apoyaba sus manos en la madera para salir del agua.

Lo conocía. Al rubio Pogue, JJ Maybank. El la odiaba, Elena escuchaba por boca de otros las cosas que decía de ella y no lo entendía, pero tampoco quería hacerlo.

—No sé si esas palabras sean adecuadas para su real majestad —habló con burla y Elena no pudo evitar rodar los ojos —. Vamos, agárrate de mi mano. No seas orgullosa.

Elena negó con la cabeza impulsándose para terminar de subir por sí sola.

—No, gracias. Te ahorraré la molestia de que se te pegue lo perverso de la reptil reina Kook —Elena alzó una ceja una vez subió al puente.

JJ chasqueó la lengua al escuchar el apodó que él le tenía a ella saliendo de su boca. Eso hizo que se diera cuenta que, muy posiblemente, ha escuchado todo lo que él dice sobre ella.

No entendía por qué le cae tan mal, no es como si fuera culpa de Elena ser una linda chica privilegiada ahogándose en dinero.

—Estoy tratando de ser amable y tu solo estas siendo exactamente como la opinión que tengo de tí —alzó sus manos acomodándose la gorra.

Elena entrecerró los ojos.

—La opinión que tengas de mí no me importa —se incorporó de un salto —. Puedes ir a tomar asiento con los demás de tus amigos que esperan que, por decirme sus estúpidos apodos cuando me ven, voy a salir corriendo llorando de pena porque no me aman.

JJ casi sonríe, pero no de diversión o burla, de asombro. Elena no estaba siendo como lo que él pensaba que es, arrogante, estúpida y necesitada de aprobación. Tiene agallas y eso le agrada. Ante ese pensamiento, se cacheteo mentalmente.

—Deberías tener más cuidado. Esta vez me votaste a mí, pero pudo ser alguien indefenso —a Elena se le prendió una lucecita en la cabeza —. Aunque empiezo a sospechar que no fue intencional.

JJ bufo.

—¿Crees que me importas lo suficiente para que quiera hacer una maldad de tirarte al agua? —y Elena tenía razón. JJ la vió distraída y decidió darle un chapuzón para arruinar su ropa cara —. Ya se te subió el orgullo Kook a la cabeza.

Elena río con ironía escurriendose el cabello, prefiriendo no contestar y dar por terminada su pelea con JJ.

Los ojos de JJ se desviaron al pecho de Elena, andaba con una blusa blanca que al mojarse con el agua, iba a tornarse transparente. Los pechos medianos y redondos que dejan ver el traje de baño que andaba capturó por completo su atención.

Cuando Elena estaba por irse, JJ se apresuró a decir.

—Si de algo deberías de estar orgullosa es de eso —señaló las bubies con su dedo índice, mientras retrocedía para irse —. Bonitas tetas.

—¿Qué?

Elena arrugó el ceño viendo a JJ marcharse, bajó la mirada y vió que se le transparentaba todo.

Idiota.

•••

Sadie arrugó el ceño cuando vió a una empapada Elena y con cara de enojada acercándose a ella.

—¿Qué te pasó? —preguntó preocupada.

—Un imbécil me tiró al agua —contestó, escurriendo la blusa —. Pero, ya que. ¿Tú que haces por aquí?

Sadie y Elena comenzaron a caminar alejándose del tuerto con destino al auto de Sadie.

—Oh, nada importante, los favores de mi padre —hizo un gesto desinteresado —. ¿Qué tal la pasaste anoche con el huracán?

—De la mierda, casi no dormí y eso me tiene de un humor del demonio —expresó poniendo cara de cansancio.

—Te juro que iba a ir a pasar contigo, pero el idiota de Topper me entretuvo con sus mierdas de "¿crees que Sarah me ama? ¿crees que a Sarah le guste esto?" —hizo gestos de asco —. Que cuando iba a salir ya se había venido el huracán. Lo siento.

—No te preocupes, Sadie. Sigo viva.

—Mas te vale o estaría hablando contigo por medio de la ouija —bromea —. Aun tengo mucho que contarte y escuchar tu opinión sobre mis cagadas.

—Yo se que no puedes vivir sin mi.

Abrió la cajuela del auto y le pasó una toalla a su amiga, Elena la envolvió en su cintura para no mojar el asiento del carro y luego se subió.

Sadie condujo a una tienda de ropa para que Elena comprara ropa seca y ponersela. Al final no fueron dónde Sarah porque estaba con Topper y no querían interrumpir su cita.

—Y...¿cómo van las cosas con Rafe? —preguntó de repente Sadie.

Elena se tumbó en la cama de la habitación de Sadie, mientras que Sadie buscaba ropa en su armario. Elena la miró extrañada.

—¿Qué hay detrás de esa pregunta, Sadie? —indagó Elena.

Sadie le mostró un vestido largó floreado y Elena arrugó el ceño al verlo.

—Es una simple pregunta, ¿tiene que haber una razón detrás? —encogió los hombros.

—Tu sabes que Rafe no me gusta, así que no entiendo a qué vienés con eso —abrazó una almohada.

—¿Segura? Recuerdo que hace unos años atrás estabas enamorada de él —menciono la rubia.

—No, creía estar enamorada de él. Tenía doce y mi padre me metía cucarachas en la cabeza sobre que íbamos a estar juntos —explicó con obviedad —. Eso desencadenó en "enamoramiento"

Sadie le enseñó unos dos conjuntos más, hasta que se decidió por una falda y croptop. Se desvistió delante de Elena, tenían mucha confianza como para hacerlo en presencia de la otra.

—A veces no te entiendo —se quitó el brasier para que no se notará con la blusa straple —. Rafe es guapo, millonario y estoy segura que se desviviria por la chica a la que ama.

—Si tanto lo quieres, quédatelo tú.

Sadie negó con la cabeza.

—No me gustan los blancos —alzó las cejas con picardía —. Además, Rafe y yo no somos compatibles.

Elena estudió el comportamiento de Sadie, no es como que no le agrade Rafe, sabe que es un idiota en todo el sentido de la palabra, pero Rafe se comporta diferente con Elena, como todo un chico bueno.

—¿Qué? —preguntó Sadie al notar la mirada juzgadora de su amiga.

—Sadie, ¿si captas que toda nuestra relación es una farsa? —arqueo una ceja —. No le gustó, no me gusta, ¿por qué debería de intentar tener algo con él que sea sinceró?

—Es que nunca te has dado una oportunidad. ¿Quién quita que saliendo con él cambié algo dentro de ustedes? —se cruzó de brazos —. Además, si están atados a estar juntos...¿no sería más convincente que empiecen a conocerse y tratar de llevarse mejor?

Bueno, debía admitir que Sadie tenía razón. Nunca le ha dado una oportunidad a Rafe para conocerlo, no necesariamente conocerlo para tener enamorarse de él, puede ser de amistad, al menos.

Sadie sonrió de lado.

—Te lo estás pensando. Sabes que tengo razón.

Elena dejó salir un suspiro dramático y se rindió por fin al conflicto con Rafe Cameron.

—¡Bien! Le daré una oportunidad —accedió —. Pero esto que propones depende de los dos, no solo de mí.

—Seguro que él querrá. Tu eres la que tiene una pared de hierro en medio de ambos.

Arrugó el ceño.

—Arréglate el cabello que iremos a una fiesta —Sadie lanzó el cepillo a la cama.

—¿Fiesta? ¿De quién y dónde? Ojalá no haya cerveza, quiero emborracharme con algo más fuerte.

●●●

El sol estaba por ocultarse y con ello el cielo oscurecía cada vez más cuando llegaron a la playa. Hay un montón de personas, Pogue, Kook y turistas, mezclados entre sí divirtiéndose, a excepción de los Kook. Y todos bebían una sola cosa.

—Definitivamente hay cerveza —dijo Elena desilusionada.

—Perfecto. Tú conduces —Sadie le pasó las llaves del auto a Elena.

Las chicas fueron a saludar de forma rápida a Sarah, pues porque está con Topper y cuando Sarah está con él, Topper la acapara. Y bueno, a Elena no le agrada Topper y el sentimiento es mutuo, ambos siempre evitaban estar compartiendo tiempo, lo malo es que comparten el mismo círculo social.

Sadie dejó a Elena para ir a buscar la cerveza y Elena se fue a buscar un lugar donde sentarse.

—Vaya, miren nada más, su majestad decidió venir a honrarnos con su presencia —se burló uno de los Pogue cuando la vieron pasar.

—¿Qué hará su majestad, la bondadosa, después de los desastres que nos causó el huracán? ¿Vas a instalar generadores?

—Ya déjala, Kitty. Ella no hará nada porque su ayuda es tan falsa como su vida —escupió una del grupo haciendo que todos se rieran.

Elena suspiró y los ignoró pasando de largó. Vio a lo lejos a Kelce y fue a preguntarle si sabía dónde estaba Rafe, el moreno le dijo que no sabía.

Se fue a ayudar a Sadie que venía con tres vasos de cerveza, Elena arrugó el ceño sin entender porque traía tantos si solo eran para ella.

—¿Si sabes que es sólo para tí y no para un ejército? —vaciló agarrando dos de los vasos.

—Lo sé, pero no quiero tener que estarme levantando.

Se sentaron en un tronco viendo con ojos juzgadores los bailes que están haciendo un grupo de Kook.

Sadie y Elena estuvieron hablando y al final Elena terminó bebiendo demasiada cerveza, más que Sadie.

La noche cayó en Outer Banks y con eso la llegada del rubio Kook. Elena sintió como le tapaban los ojos unas manos.

—Muy bien, ¿quién es el imbécil que se creé gracioso? —masculló.

Escuchó unas risitas y le dieron vuelta. Era Rafe.

—Preguntas por mí, vengo por ti y me recibes así —Rafe negó con la cabeza sonriendo de lado —. Típico de tí.

Elena lo estudió. Andaba unos pantaloncillos crema, camisa negra tipo polo y gorra, jodidamente sexy.

—¿Viniste solo por qué pregunté por tí? —arqueo una ceja, sonriendo coquetamente.

Sadie abrió los ojos escuchando el tono coqueto de Elena y se levantó lentamente del tronco en el que estaba sentada.

—Yo mejor me voy, no quiero ser mal tercio —comentó, llamando la atención de Elena.

—No, espera, quédate —pidió la castaña.

—No te preocupes por mí, seguro que estarás mejor en compañía de Rafe —Elena la miró con advertencia —. Estas ebria y eso te dispara lo coqueta, mereces divertirte —murmuro para que solo escucharan ellas.

Por eso Elena evitaba (a veces) no beber, porque con alcohol en su sistema, se le quitaba cualquier vergüenza y timidez que tuviera.

—Yo iré a ver a Kelce, quizás volvamos a lo mismo de antes —Sadie se fue alejando —. Rafe, no le digas a mi hermano —advirtió, señalando con un dedo y Rafe hizo un gesto pasando sus dedos por su boca indicando que no diría nada.

Elena volvió con Rafe y este rodeo la cintura de la castaña con su brazos, abrazándola por detrás.

—Estás muy confianzudo, ¿eh?

—¿Tú no?

Inconscientemente Elena miró hacía el otro lado acomodándose el cabello. Se dió cuenta de que cierto rubio Pogue los miraba en ese mismo momento. JJ se dió cuenta de que la castaña lo había captado mirándolos y alzó el vaso rojo de plástico y sonrió con cinismo.

—Estoy algo ebria —admitió, concentrándose en Rafe otra vez —. Me pongo fácil con alcohol en mi sistema.

Rafe se apartó, rompiendo el abrazo, Elena arrugó el ceño girándose para verlo.

—No voy a aprovecharme de tí si estás ebria —contestó Rafe antes de que ella preguntará su cambio de actitud —. No soy ese tipo de chico —Elena arqueo una ceja —. No contigo.

La castaña envolvió el cuello de Rafe con sus manos.

—¿Y si estoy de acuerdo en que te aproveches? —preguntó pícara.

—Si tu estas de acuerdo, pero...

—Bien —lo interrumpió.

Con total descaro, y no siendo ella misma, Elena se puso impulso para sellar sus labios contra los de Rafe, besándolo.

Rafe puso sus manos en la cadera de Elena y tiró de ella posesivamente, pegandola a su cuerpo. Elena se puso de puntillas para poder alcanzar mejor a Rafe.

Su cabeza emitía el sonido de alerta, pero lo ignoró por completo, concentrada en disfrutar del beso, pues Rafe Cameron realmente sabía cómo dar un beso.

Pero entonces...

El momento se vio interrumpido por el sonido de una llamada.

Cuando ambos se separaron y Rafe se fue a atender la llamada, ahí Elena se dió cuenta de la gravedad de la acción que tuvo.

Había besado al chico que se supone que no le gusta en absoluto y peor aún, le había encantado.

Definitivamente está demasiado ebria.

Rafe volvió disculpándose con ella porque tenía que irse a atender unos asuntos importantes.

Se despidió con un beso en la mejilla, pues para él también fue raro el besarla. Nunca había tenido esos pensamientos sobre ella y hace apenas cuatro meses que empezaron con la relación falsa y no hubo nada de besos o contacto físico que no fueran abrazos.

Elena caminó cerca del grupo de los Kook en busca de Sadie, la encontró atragantandose con la boca de Kelce.

Definitivamente, ambas hoy habían hecho cosas impensables. Elena besar a Rafe y Sadie besar a su ex ligue.

Algo llamó la atención de Elena. JJ le ofrecía a Sarah una bebida y ella lo rechazó, entonces Topper se metió diciendo que se lo diera a él y JJ no quiso, en cambió, siguió insistiendo a Sarah, Topper se molestó y golpeó bruscamente el vaso logrando que el líquido cayera en JJ.

JJ lo agarró del cuello de la camisa con brusquedad, furioso por la acción que tomó Topper. Los gritos de Sarah llamó la atención de los demás y Elena y Sadie se apresuraron a llegar con Sarah.

—¿Estás bien? —preguntó Elena buscando con la mirada algún rasguño en el cuerpo de Sarah.

—Si, pero Topper —Sarah señaló al hermano de Sadie.

Las tres chicas se quedaron viendo el disturbio que estaba por comenzar. John B separó a JJ de Topper, diciéndole que se calmara, pero Topper lo empeoró.

—¡Sucios Pogue!

John B se giró para empujar a Topper que casi cae encima de Elena si no fuera porque esta se corrió para un lado. Pope apareció ahora calmando a John B.

—¡Hey, John B! No tenemos porqué llamar la atención, ¿recuerdas?

El intentó de calmar las cosas de Pope quedó suspendido en el aire cuando Topper, rabioso, regresó hacía John B y le metió un puñetazo en el rostro, derribandolo a la orilla de la playa.

Pope intentaba empujar a JJ porque sabía que se metería a ayudar a John B. Por otro lado, las chicas mantuvieron una distancia prudente de la pelea, Sarah y Sadie pedían a Topper que retrocediera.

—Oye, John B. No me obligues a ahogarte como a tu padre, ¿bien? —amenazó Topper, pateando a John B hacia el mar.

—Eso fue sucio, Topper —recalcó Elena, cruzada de brazos, deseando que le dieran una buena paliza a Topper.

—Tu no te metas, maldita —masculló con odio Topper y eso solo enfureció a Elena.

John B aprovechó la distracción de Elena para taclear a Topper hacía el mar. El castaño se sentía el ganador de una pelea que apenas comenzaba. John B le proporcionaba puñetazos en las costillas, y con uno de esos golpes lo volvió a tirar al mar.

Los gritos de preocupación de Sarah y Sadie ya no eran solo de ellas dos, sino también de Kiara. Por otra parte, JJ y Pope, y los amigos de Topper gritaban palabras de aliento.

—¡Vamos, Topper! ¡Vamos! —lo alentaba John B.

Cuando Topper se repuso de los golpes, utilizó la misma técnica que usó John B para tirarlo al mar. Sin embargo, lo que hizo que las palabras de aliento cesarán fue que Topper hundió la cabeza del castaño en el agua, tratando de ahogarlo.

—¡Topper, detente! —grito Sarah.

A Elena ya no le gustaba el rumbo que estaba tomando la pelea. Sabía que había que detener a Topper, pero no sabía cómo.

—Lo está ahogando —dijo Pope.

Sarah gritó como si eso fuera a detener a Topper, Sadie miró preocupada a Elena.

—Tengo que hacer algo, ¿qué hago, Elena? —preguntó Sadie.

El cerebro de Elena trabajó rápido ante la pregunta de su amiga.

—No se, ammm...¡pateale las bolas!

Sadie asintió dispuesta a hacerlo, caminó hacia su hermano, pero antes de que Sadie llegará, JJ se apresuró apuntándole a Topper en la cabeza con un arma. Elena jalo de un tirón a Sadie protegiéndola con su cuerpo, a ella y Sarah, mientras que los presentes huían atemorizados.

—¡Calmate, amigo! —trato de ayudar Pope.

—¡JJ, baja el arma! —pidió Sarah, alejándose de sus amigas.

—¿Dijiste algo, princesa?

Topper asustado al sentir la presión del arma en su cabeza, soltó a John B, quien se estaba recuperando del aire que se le fue negado.

—Kie, deten al psicópata de tu amigo.

—¡Sarah! —reprendió Elena.

JJ dejó a Topper y se acercó al centro apuntando al cielo con el arma.

—Escúchenme bien. Váyanse de nuestro sector de la isla —JJ disparó dos veces, asustando a todos que corrieron como gallinas.

Sadie asustada por los disparos en el cielo, agarró a Elena y fue jalandola para atrás. Las miradas de JJ y Elena se cruzaron antes de que todos se fueran, cada uno de ellos tomando un camino diferente.

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Pues este es el primer capítulo y siento que hubo de todo jaja. ¿Qué les pareció? ¿Les gustó?
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Con amor, Fey

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