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capitulo cero

PODERES


UN PIE EN FRENTE DEL OTRO, UN PASO SIENDO SEGUIDO POR EL QUE LE CONTINUABA, una secuencia cordinada entre sus extremidades y su corazón, ambos igual de rápidos, igual de veloces. La tierra bajó ella moviéndose cada que pasaba por ahí, con el viento chocando contra su sonriente gesto en el rostro y, lo más importante, la electricidad que recorría sus venas buscando la forma de salir, de liberarse, consiguiéndolo.

La ráfaga celeste que desprendía de su cuerpo fue la única prueba existente de su paso por el lugar, tan brillante y llamativa que de no ser por su poca duración sería el centro de atención de la gente. Una mezcla perfecta entre el más puro blanco y el más eléctrico celeste, dandose luz el uno al otro, dándose poder.

La joven de ojos azules movía su anatomía sin prestar verdadera atención de lo que estaba haciendo y sin pensar en nada en realidad. Solo dejando que la luna iluminará su rostro acompañada de las estrellas que comenzaban a asomarse por el oscuro cielo; sintiendo el que ahora era pavimento bajo sus pies en el corto lapso que estos duraban pegados a el y al viento recorrerla causándole escalofríos.

La realidad era que corría tan rápido como le era posible, con el único objetivo de hacerlo aún más rápido que antes, lograndolo. Con la vista al frente y el mentón levantado levemente tomó el impulso necesario para ganar más velocidad disfrutando la subida de adrenalina y poder que en ese momento había obtenido.

Oh mi querida Holly, ojalá nunca hubieras hecho aquello.

Soltó una leve carcajada de alegría por las emociones acumuladas terminando en una gran sonrisa que pronto se vio iluminada por un conjunto de extrañas olas azules de diferentes tonalidades que desprendían un brillo inusual. La castaña borro su gesto cambiándolo en uno de sorpresa combinada con su característica curiosidad que la había llevado a amar la ciencia y que le pedía entrar ahí──si es que eso era posible──. Sin embargo, el miedo completamente racional que invadió su cuerpo de pronto pidiéndole a gritos que se detuviera la hizo dudar luchando con a cual de sus dos ideas seguir y por consecuencia comenzó a reducir la velocidad de sus pasos, pero no lo suficiente.

No fue hasta que la imagen de Thomas cruzó por su mente que se decidió en tan sólo segundos y comenzó a parar su andada por completo pero con bastante dificultad debido a la velocidad y lo repentino de la situación. El piso le derrapaba quemando sus tenis, aun que eso a la chica ni siquiera le importó.

Ella no pensaba alejarse de el. Jamás por voluntad propia.

Aún así, lastimosamente sus reflejos no fueron lo suficientemente rápidos para lograr cumplir su cometido y detenerla sin entrar a aquello. En su lugar la joven terminó tropezando con sus propios pies a lo que por consecuencia estaba por caer en las calles de aquella ciudad vacía, sin embargo, el objeto azul estaba más cerca de lo planeado y acabó cruzandolo sin querer, a punto de tocar el suelo pero sin hacerlo, al menos no el de su tierra.

Holly deseaba con su corazón seguir en su ciudad aún que sospechaba fuertemente que lo más probable era que esto no fuera así. Cerró los ojos esperando la caída pero con las manos listas para evitar un golpe grave en alguna parte de su cuerpo y la recibió. Se adentro sin querer en aquello que desconocía y no tenía ni la menor idea de a donde la llevaría eso.

Su cuerpo pareció ser chupado por la luz llevándola por un camino de imágenes que no persivia, su vida en un solo túnel de luz, pasado, presente, futuro y ella no tuvo el valor de abrir sus párpados para que sus orbes azules admiraran todo, sólo notaba el cambio de intensidad del brillo en sus ojos cerrados.

Las ondas de energía dimensional desaparecieron tan pronto como se habían formado, sin dejar rastro alguno de su existencia, ni siquiera a la chica. Se cerró dejando a dos hermanos separados con la mínima posibilidad de volver a unirse. Se apagó llevándose a la otra mitad de Thomas.

¿El último pensamiento de Holly antes de caer? Su hermano. Tal vez era por eso que había llegado ahí, porque estaba pensando en su hogar.




UNA SEMANA ANTES

La castaña visualizaba con sus orbes azules el lugar detrás de ella, analizando y repasando cada detalle que alcanzaba a ver sin tener voltearse del todo para hacerlo; tomó su mochila con fuerza de ambas correas mientras se perdía en sus pensamientos. Aquella escuela que era bastante llamativa en el lugar debía ser su segundo hogar, un espacio para aprender y mostrar todo su conocimiento intentando que este sea mayor. Sin embargo, la verdad era que si bien a Holly no le disgustaba la institución, tampoco era su lugar favorito de aprendendizaje.

La chica Foster era en verdad una amante de la soledad acompañada por un buen libro sobre ciencia y una libreta donde anotar datos curiosos o cosas que no comprendiera del todo psra después seguir leyendo del tema, era así como había podido adelantarse dos años en la escuela. Aun que cuando su hermano se sumaba a ella era mejor, ambos en un cómodo silencio que sólo era interrumpido por una canción de fondo, aquellos momentos eran vida para los jóvenes.

Regresó su vista al frente topandose con un grupo de chicos platicando animadamente como si llevarán cien años conociéndose cuando probablemente sólo había sido hace dos meses. En ocasiones ver cosas así le hacía preguntarse el por qué de su soledad, pues si bien no se sentía vacía si sabía que lo normal para alguien de su edad sería tener a al menos dos amigos con los que hacer locuras sin miedo a ser regañados, valiendo más el momento que el después, sería lindo.

Se encogió de hombros restándole toda la importancia que había tenido debido a que sabía bien la respuesta de la razón de su exclusión. La que en su momento se separó sola fue ella, no le gustaba acercarse o encariñarse con personas que después terminarían por irse con el paso del tiempo. Y no era alguien solitaria o algo por el estilo, si no que sentía que en la vida había cosas más importantes que sufrir a futuro por el grupo de amigos que quería serlo por toda la eternidad y no lo fue. Aquello era algo más para Thomas.

Si un día quería gritarle al viento cosas sin sentido ahí estaría su hermano para hacer su voz más fuerte. Si le daba por correr a las altas horas de la madrugada, Thomas comenzaría unas carreras entre ambos solo por diversión. Si un día el chico estaba estresado fácilmente podría llamarla a ella para salir a un parque y hacer trucos en su skateboard. Si a el le daban ganas de crear una máquina de choques solo para ver quien aguantaba más, ahí estaría ella para probarla y quedar casi sin poder abrir sus manos──era algo que ya había pasado, en realidad, todas esas cosas ya las habían hecho──. Era todo lo que necesitaba y le sobraba.

Mentiría si no dijera que su vida no dependía del castaño pero no era algo que le preocupara o le molestara, confiaba en el desde que su risa inundó sus oídos por primera vez y le confiaría su corazón con los ojos cerrados, tanto como el lo haría con ella, tanto como ambos se necesitaban.

El tacto que sintió en su hombro la desconcertó lo suficiente para hacerla voltear en busca de la persona que se le había acercado. Thomas estaba ahí, para nada extrañado de que la chica no lo hubiera escuchado venir ni cuando le hablo por lo menos tres veces, le regalo una sonrisa tierna que ella no dudo en devolver dejando sus pensamientos detrás, olvidandolos.

──Lamento hacerte esperar, digamos que me quede platicando un poco con alguien──El joven se rasco el brazo mientras arrugaba sus mejillas y con eso sus lunares en muestra de nerviosismo, un gesto muy característico de el.

──¿Y se puede saber con quién?──Arqueo una ceja con seriedad y molestia a la vez que comenzaba a avanzar junto al chico. El ojicafe comenzó a tartamudear hasta que se percató de que su hermana lo estaba poniendo nervioso a propósito.

──Eres malvada──Holly en respuesta solo río levemente y alzó ambas cejas esperando la respuesta──. Con una chica con la que comparto clase──El la interrumpió luego de que ella pudiera siquiera abrir la boca para preguntarle si le gustaba──y antes de que digas algo, tal vez.

──¿Cómo es? ¿Qué estudia? ¿Es amable pero alocada cómo tú? No sigue complejos ¿o si? Estoy segura de que no, si no ese tal vez no existiría. ¿Le gustas?──Lo inundó rápidamente de preguntas que no tenían relación alguna sobre el físico de la chica, a ella poco le importaba.

El mayor le contestó cada pregunta con tranquilidad en el mismo orden en el que habían sido hechas, sin embargo, la ojiazul lo analizo sabiendo que había falta de información importante sobre la futura bioingeniera, por lo cual con un gesto de su mano lo incito a decirle mientras lo veía con una ceja alzada.

──La invité a una cita y dijo que si──Confesó el logrando que su hermana sonreirá alegre por aquello, aun que luego cambió su expresión por una curiosa que logró sorprender al joven.

──¿Debo ponerme celosa?──Arrugó su nariz pensando. Jamás lo había estado ya que el chico pocas veces se acercaba a alguien de manera romántica, solía hacerlo en forma amistosa, era por eso que tenía demasiados amigos.

──Tal vez lo hagas cuando te diga que tendré que cancelar nuestra noche de películas el sábado──Thomas vio perfectamente cómo el rostro de su hermana se arrugaba en un puchero molesto por la información. Se comenzó a rascar el brazo──Lo lamento, pero solo ese día estaba libre.

Holly por un momento se negó a verlo, nunca habían cancelado planes con el otro a menos de que fuera realmente importante y ella no consideraba una cita algo más relevante. Sin embargo, la felicidad de su hermano si que lo era y no importaba si tenía que sacrificar una de las tantas divertidas noches que compartían para eso.

──¿Estás enojada?──Preguntó el con cautela tocando su hombro con el dedo índice haciendo que lo volteara a ver con su rostro neutro.

──No, no lo estoy──Le contestó sin dejar al castaño del todo convencido.

──¿Segura?

──Si, bastante segura──Le respondió con una leve risa que logró calmar al chico──. Una noche más, una noche menos ¿qué importa? Quiero decir, ¿qué podría pasar?




Las carcajadas que le siguieron al sonido de la puerta siendo abierta y después cerrada fueron los únicos avisos necesarios para que los señores Foster se percataran de la llegada de sus dos hijos, quienes seguramente se reían de algún comentario sin sentido hecho por el mayor al que la chica le agregó algo más. Por la sala los cuerpos de ambos se empezaron a ver mientras calmaban sus sonoras risas dejando como prueba de que sucedió solo una sonrisa divertida, confirmando a sus padres que eran ellos.

Holly arrugó la nariz borrando su gesto y convirtiendolo en uno de una leve curiosidad al ver a sus progenitores sentados de manera sería uno frente al otro en los sofás, sin hablar pero viendose entre ellos. Por su mente no tardó en pasar de manera fugaz aquella última vez que los mayores estaban así, cuando aún si quiera la chica contaba como adolescente, aquel fue el día en que les hablaron a más profundidad sobre sexo, una platica que su madre terminó haciendo muy incomoda con sus comentarios; los castaños solamente se salvaron de más de esa situación diciendo que ambos eran lo suficiente inteligentes como para necesitar hablar de un tema que ya conocían.

Egocéntrico, si, pero a fin de cuentas, verdad.

──Por favor dime que no tendremos otra charla incomoda──Thomas señaló a su hermana indicando que pedía lo mismo. Ella luego se volteó a ver al castaño dirigiendose a el──. Porque de ser así, debemos pensar una excusa para salir de ella.

──Completamente de acuerdo──Asintió energéticamente causándole una sonrisa a su madre, quien no tardó en pararse de su lugar.

──No será necesario, ridículos──El señor Foster le dedico una seria mirada que ninguno de sus hijos pudo ver.

──Emma, amor──El señor de ojos claros la vio con leve molestia apretando sus dientes para no soltar información de más o hacer algo que sus hijos pudieran detectar, sin embargo, la mencionada decidió que sería mejor ignorarlo.

──Estábamos hablando sobre a donde iremos de vacaciones.

Automáticamente los rostros de ambos jóvenes cambiaron adquiriendo un resplandor en los ojos que denotaba alegría y curiosidad, a demás de sus blancos dientes siendo mostrados por su boca en una sonrisa. Si que se parecían.

──¿A dónde?

──¿Cuándo?

──A mitad de clases, Holly, claro──Le dijo el castaño con sarcasmo emanando de su voz──Obviamente en vacaciones, tonta.

──Robot idiota──Murmuró la chica proporcionándole un leve golpe en el hombro causando que tanto el como su madre rieran divertidos a lo que ella no tardó en sumarse.

──Es una sorpresa, chicos──La mujer de cabellos castaños comenzó a avanzar al comedor recibiendo quejas de sus curiosos hijos que querían saber más──Por el momento, ¿por qué no me ayudan a poner la mesa para comer?

Los dos hermanos asintieron a duras penas y después de dirigirse a las alacenas sacaron todo lo necesario para ponerlo en orden encima de la mesa, ambos jugueteando entre si intentando tirar al otro pero con el suficiente cuidado para no tirar algo que la ojiazul no pudiera alcanzar con su velocidad como era el caso del vaso de vidrio que la ojiazul vio descender de forma lenta, encendió rápidamente sus poderes y con tranquilidad lo tomó antes de que este tocara el piso evitando que se rompiera para luego colocarlo en donde debía ir dedicándole una sonrisa engreída al chico, el cual solo le sacó la lengua en un gesto infantil que la chica devolvió. Thomas estaba a punto de decir algo cuando la voz de su madre lo interrumpió.

──¿Qué sucede, cariño?──El mayor ni siquiera se había levantado del sofá y eso en si ya era extraño porque era de lo más glotón que se pudiera, pero sin siquiera tener sobrepeso.

──No tengo apetito, comeré luego──Los hermanos Foster se vieron con el ceño fruncido y luego reoresaron su vista a su progenitor──. Provecho.

Negó con fastidio en dirección a su esposa dejándole en claro que no estaba de acuerdo con su decisión y luego se dirigió a la salida de la casa con las llaves siendo apretadas por su mano izquierda. Aquello si que lo habían visto los hermanos. Se perdió de vista por el pasillo pero poco después se escuchó un fuerte golpe que era la puerta siendo cerrada con brusquedad, se había ido.

──Bueno, comeremos nosotros solos──La mamá se encogió de hombros como si nada──Iré por la comida.

Tan pronto como la ojicafe salió del lugar rápidamente los menores buscaron la mirada del otro, azul eléctrico chocando contra marrón, ambos teniendo el ceño fruncido, los dos pensando lo mismo. Thomas asintió casi por inercia en un innecesario gesto de confirmarle a la más pequeña que sospechaba lo mismo, ella en respuesta le regresó el gesto diciéndole que tenían que investigar lo que sucedia, se entendieron. Y es que sus progenitores estaban haciendo algo por primera vez después de mucho tiempo, algo que en esa familia habían dicho que jamás harían...

Sus padres estaban ocultando algo.





Solo el movimiento de las copas de los árboles acompañado de el pasto siendo movido eran testigos del paso de la ojiazul por el lugar, recorriendo con su mirada todo espacio que cruzaba sabiendo que el tiempo no era una limitante.

Ni siquiera pensaba en la procedencia de sus habilidades extrañas, sin embargo, era cierto que lo que había en su sistema era tan extraño como magnífico e incluso peligroso, pero cada que el castaño chico observaba la sonrisa en su rostro después de correr, no, aquello no podía causarle daño a alguien, no estando en ella.

Y aun que justo ahora Thomas no era capaz de percibir mas que un borron pasar una y otra vez frente a el dando vueltas por el oscuro parque, el se podía imaginar sin problema alguno la expresión de la ojiazul, acertado perfectamente en cada detalle.

Al chico le brillaron los ojos de manera notoria al ver que su computadora arrojaba un nuevo dato que si bien podía ser tomado como anomalía no era para nada malo. Sus ganas de brincar e ir en dirección su hermana se vieron interrumpidas al ver en la pantalla como el número más grande aumentaba. Abrió la boca sorprendido sin poder contener la pequeña carcajada de felicidad que de pronto salió de su garganta.

Vaya que Holly era realmente rápida.

Aún así el mayor se quedó sentado sin moverse ni un poco de su lugar al adivinar que su hermanita ya estaba desconectada mentalmente hablando del mundo real, indagando en cualquier cosa que la motivará a ir más rápido.

Sin que el lo supiera, ella pensaba en Thomas, más específicamente en el día que estuvo a punto de perderlo, de que el la dejarla sola en un mundo que sólo conocía a su lado y que no quería conocer de ninguna otra manera.

Recordaba el terror correr por su cuerpo en cuestión de segundos y el como su corazón se había detenido por lo que para ella había sido una eternidad completa. Era completamente consciente de cómo su anatomía había reaccionado por su cuenta sin saber si en verdad funcionaria, porque no tenía idea alguna de lo que en ella albergaba.

Las sensaciones de aquel día se combinaban con la electricidad en su sistema creando una clase de presión sobre si misma que la obligaba a correr de la manera más veloz que le fuera posible, porque si había algo a lo que ella jamás estaría dispuesta, era permitir que a su otra mitad le pasará algo que no fuera bueno y para eso tenía que poder protegerlo de todo.

En su mente pasaban los recuerdos borrosos de aquel día en que descubrió sus poderes; la camioneta negra impactandose siendo el primero aviso de que algo pasaría, el sonido de la bala perdida de la persecución que estaba por alcanzar a los hermanos Foster, la sensación del tiempo volviéndose lento a tal punto que el hombre que había recibido un disparo estaba estático sin seguir cayendo, la adrenalina en ella llegando a su punto más alto indicándole a la perfección que hacer.

Holly había tomado a su hermano de la cadera y lo llevó a un lugar seguro dentro del cine del que acababan de salir, como si tuviera toda la vida y toda la fuerza para moverlo cual pluma. Después el sonido de la pared siendo destruida por la bala para dejar un absoluto silencio a fuera, mientras que con los castaños el ruido más fuerte era causado por sus entrecortadas respiraciones mientras se tomaban de la mano haciéndole saber al otro que estaban ahí, a salvo, y con la extremidad superior de cada quien apretaban su propio pecho intentando calmarse.

No fue hasta que ambos hicieron contacto visual que comprendieron tanto como podían quitando la impresión principal de lo recién ocurrido. Holly los había salvado, sin tener el tiempo ni la fuerza necesaria, pero los había sacado de ahí. Era imposible. Sin embargo, esa sería una palabra con la que se familiarizarian demasiado creyendo cada vez más que su definición era errónea.

Ella era lo imposible.

La ojiazul se estaba perdiendo en el presente recordando el pasado, solo sabiendo como debía mover su cuerpo, eso hasta que vio la sonrisa en el rostro de Thomas y volvió a comprender que el estaba bien, gracias a ella el chico la veía──o lo que podía──fascinado por cada movimiento realizado. No pudo evitar sonreír con cariño obligándose a dejar todo recuerdo detrás. Si el estaba ahí entonces lo tenía todo.

Se detuvo de golpe frente al ojicafe quien se paro tan rápido como le fue posible sin soltar su aparato electrónico y estuvo a punto de brincar por la emoción de lo que acababa de ver.

──Eso fue asombroso, hermanita──El movía sus brazos energeticamente pero con cuidado a la vez que ella mordía una barra energética──. Debiste haberte visto desde mi perspectiva, aun que tampoco es que pudiera ver mucho──Reflexionó el sacándole una sonrisa divertida a la ojiazul──. Sigue siendo asombroso.

──¿Qué dicen los números? ¿Todo está bien con mi ritmo cardíaco? ¿Qué tan rápido corrí?──Ella intentó ver por la computadora pero el chico se alejó sin permitirselo. Hizo un puchero──¡Thomas!

Hizo un sonido de negación antes de hablar──:Tú corres y yo verifico e informo acerca de tu salud, así funciona.

──Bien──Concordo sin tanto problema──. ¿Entonces? ¿Qué tal?

──Oh, ya sabes, todo dentro de los niveles normales para ti. Cada día aumentas tu velocidad──Comentó el restándole importancia de manera completamente falsa, sin embargo no tardó mucho en mandar eso a la mierda y sonreir como niño pequeño──. ¡A que no adivinas que tan rápido corriste!

──¿Diez metros más rápido que la última vez?──Cuestionó con bastante duda en su voz a lo que el castaño la vio como si aquello fuera un chiste──No lo sé.

──¡Tres mi seiscientos sesenta y cinco punto trece metros por hora!──Expresó emocionado mostrando la pantalla de su computadora.

──¿Qué?──Fue todo lo que Holly logró formular estando en un leve estado de shock por la información.

──¡Hermanita...──Dejo sus manos libres para colocarlas en los hombros de la joven──eres tan rápida que alcanzas el mach tres!










El tarareo melodioso que la chica producía era todo el sonido que inundaba la habitación de paredes blancas con detalles celestes, su mirada concentrada en su vibrante mano que atravesaba la madera de la mesa de noche que a su lado reposaba──aquello que descubrió cuando accidentalmente atravesó su puerta──, recargó su cabeza en la cabecera tras la cama matrimonial en la que estaba sentada cerrando los ojos para visualizar imágenes en su cabeza, más específicamente, recuerdos.

Escuchó la puerta abrirse pero no le tomó importancia sabiendo completamente quien era y siguió en lo suyo, tarareando. Los momentos pasaban por su mente como una aplicación de citas, deslizando los que no eran necesarios y dándole corazón a los que si lo eran, guardando toda la información necesaria. Se estaba limitando a unas cuantas semanas atras, sin encontrar demasiado. La canción terminó y con ello también su vista al pasado que no llevaba mucho tiempo de ser presente, su cuerpo no se movió ni un centímetro exceptuando por completo su extremidad superior que seguía en un rápido movimiento de arriba y abajo para atravesar lo que quisiera. Espero a que hablara.

──¿Te entretienes?──Thomas ni siquiera se movió, había estado recargado en el marco de la puerta calmandose mientras escuchaba con una sonrisa ladina a su hermana. Señaló la mano de la chica con diversión aunque esta ni siquiera lo podía ver, sin embargo, ella bien sabía que se refería a eso.

──Un poco──Admitió con sinceridad pero dejó de hacerlo después.

──¿En que estabas pensando?

──Estaba buscando pistas──Se talló los ojos con pereza──, algo que me ayude a saber que es lo que mamá y papá ocultan.

El castaño asintió lentamente comprendiendo, también el había pensado en eso y varias de sus horas de las noches se le terminaron escapando por buscar un indicio sobre el tema en momentos ya sucedidos, terminando en lo mismo que la chica, sin encontrar nada que le indicará algo con claridad.

──¿Te parece si mañana lo revisamos entre los dos? Ya sabes, pensamos mejor juntos.

──Perfecto──Un ligero silencio para nada incómodo se formó y la castaña lo aprovechó para acomar su cabeza de forma normal y de paso abrir sus ojos en dirección al ojicafe; lo analizó rápidamente viendo sus pequeños gestos casi imperceptibles como el hecho de que golpeaba sus dedos entre si──. Estas nervioso.

No cuestionó, simplemente afirmó pero tampoco es que necesitará preguntarle algo que ya sabía con claridad. Thomas asintió sin intentar ocultarlo. El sábado había llegado tan rápido como el viento que le roba hojas a los árboles y con eso también la cita del chico que solo le causaba movimientos intensos en el estómago, tenía miedo de arruinarlo.

──Un poco, si──Confeso parándose de manera firme para poder rascarse el brazo izquierdo. Holly se acomodo de una mejor manera e invitó al chico a sentarse junto a ella, sin embargo, aun que este si se acercó decidió que sería mejor acostarse con la cabeza sobre las piernas de la chica dándole la espalda y esta comenzó a hacerle mimos en el cabello.

──¿Por qué estas nervioso?──El chico no contestó y se limitó a ser arruyado por su hermana, le parecía innecesario decirle algo que ya sabía──Vamos, Thomas, es imposible que arruines algo así.

──¿Qué tan segura puedes estar de eso?──Preguntó con miedo a la respuesta, si en Holly buscabas algo inusual una característica suya que podía entrar en esa categoría, a demás de sus poderes, era que no mentía.

──Casi un setenta y cinco por ciento──El ojicafe hizo un sonido de queja expresando su disgusto por la cantidad que sin bien no era baja tampoco era la mejor──. Si algo llega a pasar van a terminar riéndose de eso, te lo aseguro.

──Eso me sucede contigo porque hemos estado juntos toda la vida y parecemos estar conectados──Le recordó con obviedad──, pero me da miedo mandar todo a la mierda con ella, creo que en realidad si me gusta mucho.

Holly lo vio con ternura admirando lo realmente cariñoso que podía ser su hermano, intentando siempre hacer sentir bien y cómodos a los de su al rededor. Ella siguió con sus mimos para acompañarlos con el tardareo de la canción de cuna que su madre había inventado para sus hijos, la favorita de Thomas por toda la vida. El castaño cerró los ojos con delicadeza dejando que el sueño llegara por completo a su cuerpo y así ceder ante los brazos de morfeo, el levantó sus comisuras en una ligera sonrisa sin mostrar sus dientes al percatarse una vez más que la menor sabía perfectamente que hacer en cada ocasión, en cada nuevo o común sentimiento que lo inundara. Después, finalmente terminó durmiendose como un niño pequeño junto a su madre, sintiendo la sensación de paz y seguridad por toda su anatomía, sin preocuparse por nada, junto a su hogar.

La ojiazul terminó de emitir el sonido que salía con ayuda de su garganta y a la par también paro de acariciar el cabello del durmiente castaño que soltaba leves ronquidos apenas perceptibles. Volteó a un lado tomando su celular para colocar una alarma y despertar al joven a tiempo para que pudiera arreglarse sin necesidad de apresurarse. Se inclinó un poco para verle el rostro al chico que le daba la espalda y después de quitar unos cuantos mechones rebeldes de su frente dejó un pequeño beso en ese lugar.

──Es imposible que alguien no te quiera con todo y tus situaciones vergonzosas, mi adorable Robot.

Pocos minutos después ella también cayó en los brazos de morfeo luego de acomodarse de una mamera más cómoda, acompañado a Thomas en su sueño y el en el suyo; sería el último bueno por un tiempo.

DARK

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