𝟎𝟐𝟐: quidditch
El sol comenzaba a ponerse sobre el horizonte, iluminando el paisaje del Valle de Godric con tonos dorados. James y Draco caminaban por el estrecho sendero que serpenteaba a lo largo del río, el sonido del agua deslizándose suavemente entre las piedras creando una atmósfera tranquila. Sin embargo, James no podía estar más emocionado.
─ ¡Estoy contando los días para el segundo año en Hogwarts! ─ dijo, dando saltos mientras caminaba ─ ¡Finalmente voy a poder jugar Quidditch! No puedo esperar para volar por los aires con la escoba.
Draco lo miró de reojo, con una pequeña sonrisa burlona en sus labios.
─ ¿Ah, sí? ¿Crees que serás bueno en Quidditch? ─ preguntó, con un tono que dejaba claro que no lo creía, aunque sabía la verdad del futuro ─ porque, sinceramente, no te imagino volando como un profesional.
James se detuvo en seco, dándole una mirada incrédula a Draco.
─ ¿De verdad crees eso? ¡Vas a ver lo bueno que soy con la escoba! ─ dijo, riendo mientras saltaba de una piedra a otra, claramente disfrutando del momento.
Draco, sin embargo, mantuvo su mirada seria.
─ Lo dudo. Yo soy mucho mejor que tú en Quidditch. Ya verás ─ respondió con la confianza característica de su voz, cruzando los brazos como si el asunto ya estuviera resuelto ─ el Quidditch es mi deporte favorito. Nadie juega mejor que yo.
Su orgullo de Slytherin jamás le permitiría admitir que, en realidad, Harry, el futuro hijo de James, era mejor que él en su época.
James, asombrado por la afirmación de Draco, no pudo evitar soltar una carcajada.
─ ¿En serio? ¿Tú sabes jugar? ¡No te lo imagino ni un poco! ─ dijo, sacudiendo la cabeza con una sonrisa divertida.
Draco se detuvo en su caminata, frunciendo el ceño ante la pregunta de James.
─ ¿De verdad me estás preguntando? ─ dijo, ligeramente ofendido ─ claro que sé jugar. El Quidditch no es solo para los que son buenos con las escobas. Es un juego de habilidad, estrategia e... inteligencia ─ añadió, elevando su barbilla en un gesto orgulloso.
James se quedó quieto, observando a Draco con una mezcla de sorpresa y fascinación.
─ No puedo creerlo. ¡Eso es genial! ¡Nunca pensé que fueras tan fanático del Quidditch! ─ dijo, con los ojos brillando de emoción al imaginar a Draco en acción ─ ¡Eso significa que jugaremos en el mismo equipo! ¡Va a ser épico! ─ sonrió.
Draco levantó una mano, como si fuera a poner orden en todo lo que James acababa de decir.
─ No te emociones demasiado. Yo no soy solo un jugador cualquiera. Solo juego en las posiciones que realmente importan ─ dijo Draco, adoptando claramente una actitud de superioridad ─ no me interesa cualquier puesto. Solo me interesa ser el mejor.
James, sorprendido por lo que acababa de escuchar, frunció el ceño, como si no estuviera seguro de cómo responder. Después de un momento de silencio, con una leve pena en la voz y un toque de inseguridad, miró a Draco y dijo:
─ Bueno… yo quiero ser el buscador.
Aunque intentó sonar seguro, la incertidumbre en su mirada era evidente. Había gran posibilidad de que Draco también fuera por esa posición, y eso lo hacía dudar.
Draco, al escuchar las palabras de James, arqueó una ceja con una sonrisa arrogante y desafiante en el rostro.
─ ¿Ah, sí? ─ dijo Draco mirándolo, su tono cargado de confianza ─ pues prepárate, porque te voy a ganar el puesto. No hay forma de que lo consigas antes que yo.
La mirada de Draco mostraba que estaba dispuesto a luchar por ello, sin importarle cuánta competencia hubiera. Para él, ese puesto era suyo por derecho.
James, sorprendido pero también decidido a no dejarse intimidar, lo miró fijamente.
─ Ya veremos, Draco. Tal vez te sorprenda.
─ Eso lo dudo ─ respondió Draco con una sonrisa desafiante.
─ Pues prepárate, bonito, porque tendrás que conformarte con otro puesto si quieres jugar Quidditch ─ dijo James con entusiasmo, sin perder su confianza ─ ¡Yo seré el mejor buscador de Gryffindor de todos los tiempos!.
James no pudo evitar saltar de alegría, su energía era tan contagiante que hasta Draco, a pesar de su actitud competitiva, no pudo evitar sentir una leve sonrisa al verlo tan emocionado.
─ Eso solo pasará en tus sueños, Potter ─ dijo Draco, aunque su expresión era seria, no podía evitar que la idea de competir contra James le causará una pequeña emoción.
James, completamente divertido por la situación, le dio un pequeño empujón en el hombro a Draco, sonriendo de oreja a oreja.
─ ¡Ya lo veremos, Draco! ¡Voy a sorprenderte! ¡Te voy a ganar y no va a haber forma de que lo puedas negar!
Draco suspiró, pero en el fondo, la idea de que su amistad con James incluyera algo tan competitivo como el Quidditch comenzaba a parecerle... interesante. Aunque no lo admitiera en voz alta, disfrutaba de los momentos con James, incluso si era difícil aceptar lo mucho que le divertían sus ocurrencias.
─ Perderás, Potter.
─ No estés tan confiado, bonito.
Los dos niños siguieron caminando mientras conversaban de diferentes cosas, pasaron por una parte densa del Valle de Godric, donde los árboles creaban un dosel de sombra.
James, siempre lleno de energía, había encontrado una pequeña colina y no dudó en escalarla con rapidez.
─ ¡Mira, Draco! ¡La vista desde aquí es impresionante! ─ dijo, tomando un respiro y mirando hacia el horizonte, donde las montañas lejanas se recortaban contra el cielo ─ Esto me hace pensar en cómo podría ser volar en una escoba sobre todo esto. ¡El viento en tu cara, la sensación de estar flotando! ─ murmuró James, suspirando.
Draco lo observó desde abajo, con una expresión pensativa en su rostro.
─ Volar en una escoba no es todo lo que parece, James. Si no tienes control, puedes acabar en el suelo antes de que te des cuenta ─ respondió con una seriedad natural ─ es más que solo dejarse llevar por la corriente del aire. Tienes que tener estrategia, no solo impulsividad.
James, sin prestarle mucha atención a las advertencias de Draco, se dejó caer de espaldas en el césped, mirando hacia el cielo.
─ Lo sé, lo sé, pero me encanta la idea de ser libre. Imagínate volando como si fueras un pájaro. ¡Nada te detiene! ¡No hay reglas cuando estás en el aire! ─ exclamó, completamente fascinado por el concepto de la libertad en el Quidditch.
Draco se sentó a su lado, sin mostrar mucho entusiasmo por la idea, pero observó cómo James se perdía en su mundo de fantasía.
─ No todo en el Quidditch tiene que ver con sentirte libre ─ dijo Draco, suspirando ─ también está la responsabilidad. La presión no es fácil de llevar.
James lo miró, su sonrisa relajada se desvaneció, pero luego se aclaró cuando entendió lo que Draco quería decir.
─ Entonces... ¿es por eso que dices que eres tan bueno? Porque sabes cómo manejar la presión del juego? ─ preguntó, curioso, todavía recostado en el césped.
Draco, sorprendido por la pregunta de James, asintió con una pequeña sonrisa orgullosa.
─ Algo así ─ dijo Draco ─ es cuestión de anticiparse, no solo a la jugada, sino a lo que harán los demás. A veces, el Quidditch es más mental que físico.
Draco era consciente de lo bueno que era, aunque Harry lo superara. Sin embargo, a veces pensaba que la suerte le sonreía, porque parecía que Harry iba a matarse en algunas jugadas y, al final, siempre salía ileso… o al menos, con varios huesos rotos.
James se sentó de golpe, de nuevo lleno de energía, su mirada brillando.
─ ¡Eso suena impresionante! ¡Es como un juego de ajedrez en el aire! ¡Eso es lo que hace que el Quidditch sea tan genial! ─ dijo, emocionado por la nueva perspectiva.
Draco, aunque intentaba parecer indiferente, no pudo evitar sentirse un poco conmovido por la pasión de James.
─ Sí, exactamente. Y... no está mal si quieres formar parte de un equipo que tiene la misma mentalidad ─ su tono fue más suave está vez, como si hubiera un atisbo de aceptación.
James le lanzó una mirada rápida, feliz de ver que Draco no estaba tan distante de la idea como había parecido al principio.
─ No importa quién gane el puesto de buscador, ¡Igual será genial, Draco! Vamos a ser un gran equipo. Ya verás. ¡La Copa de Quidditch será nuestra cada año! ─ dijo James, como si ya estuviera convencido de que su equipo ganaría.
Draco, aunque aún un poco reacio a dejar que sus emociones dominarán la conversación, simplemente sonrió de forma casi imperceptible.
─ Sí, claro. Lo veremos.
Aquí les dejo un nuevo capítulo, lamento no haber actualizado el día que llegaron a la meta de comentarios que pedí, es que estuve muy ocupada con la universidad y a veces no me dan los tiempos.
¿Les gustó?
50 comentarios para desbloquear el siguiente capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro