𝟎𝟎𝟓: james
Después de Hogsmeade los dos leones volvieron a Hogwarts. Draco estuvo un tiempo en la biblioteca tratando de buscar algo de información sobre su problema mientras que sus compañeros de habitación planeaban algunas bromas a las serpientes con los artículos de bromas que había comprado James.
Draco quería por todos los medios volver a su tiempo lo más rápido posible a pesar de gustarle la amistad que tenía con sus nuevos compañeros.
El rubio extrañaba mucho a su familia, sus amigos Theo, Pansy y Blaise, e incluso extrañaba molestar en ocasiones al trío de oro.
Había pasado unas horas en la sección prohibida - con el permiso de McGonagall - para seguir investigando en algunos libros prohibidos.
Draco había visto libros que nunca antes vio en la vida, algunos de los libros de la biblioteca estaban encadenados a las estanterías, lo que le hizo pensar a Draco que algunos de ellos son particularmente valiosos.
También se encontró con libros que gritaban e incluso unos que trataron de comerle la mano - eso le hizo recordar un libro parecido al que Hagrid le dio una vez en su clase - también había observado libros con una poderosa Magia del Lado Oscuro, que nunca se enseñaba en Hogwarts, y que sólo leían los alumnos mayores, que estudiaban cursos avanzados de Defensa Contra las Artes Oscuras.
El gryffindor observó muchos libros conocidos como: Famoso tragafuegos,
Demonios del siglo xv, Historia del Mal
Moste Potente Potions, Libro chillón,
Secretos de las Artes más Oscuras y
El Libro de los Hechizos.
Draco tragó saliva cuando leyó un poco del libro sobre el Secreto de las Artes Oscuras, había leído las instrucciones explícitas sobre cómo hacer un Horrocrux. El rubio había dejado el libro donde estaba anteriormente luego de unos minutos de leerlo.
El rubio sabía mucho sobre las artes oscuras, su tía Bellatrix le había enseñado bastante antes de unirse a los Mortifagos. Incluso le enseñó Oclumancia y Legeremancia, también le había enseñado a desempeñarse bien en los duelos y eso era lo único que Draco le agradecía a su tía a pesar de su rudeza al enseñarle.
─ ¡Qué tiempos aquellos! ─ susurró recordando los malos momentos que pasó al unirse a los Mortifagos.
Luego de un tiempo largo en la sección prohibida se había dado cuenta que ya era de noche, por lo cuál se dirigió al gran comedor y cenó junto a sus compañeros.
Tuvo que mentirle a sus amigos sobre dónde estaba para no levantar sospechas y luego después de unos minutos más se fueron a sus respectivas habitaciones.
Sirius había estado parloteando un gran rato con los chicos y cuando por fin su cabeza tocó su almohada cayó dormido completamente.
Por otra parte Remus había dormido más temprano de lo habitual, estaba más pálido de lo normal y hasta parecía enfermo por la luna llena que se avecinaba.
Draco en lo poco que lo había observado ese día había empezado a sospechar algo ya que el mes pasado Remus había estado de igual manera.
El rubio recordó una de las clases que su padrino había dado sobre los hombres lobos cuando sustituyó a Remus una vez en clase de defensa contra las artes oscuras. Draco quería confirmar sus sospechas en la próxima luna llena ya que aún no tenía nada confirmado.
James por otra parte no había podido dormir, su mente divagaba sus momentos con Draco en Hogsmeade.
Aunque no sé podía ver a sí mismo en la oscuridad, James sintió sus mejillas calientes al recordar el apodo que el rubio le puso. Sonrió y sin poder evitarlo miró en dirección de la cama de Draco.
Mordió sus labios al recordar el pequeño beso que le había robado al rubio en la mañana.
─ Príncipe ─ James lo llamó en susurros para no despertar a los otros dos.
Draco no respondió para mala suerte de James. El Potter no se dio por vencido, tomó su varita y se levantó despacio y en silencio de su cama.
─ Lumos ─ un pequeño destello de luz salió de la punta de la varita de James.
Caminó hasta la cama de Draco y lo observó unos segundos. Al ver que el rubio estaba de costado dándole la espalda se recostó a su lado y apagó la luz de su varita.
Draco al sentir un peso extra en su cama frunció el ceño. Se removió e intentó buscar su varita en la oscuridad pero no la encontró, la pequeña risa que sintió a su lado le dijo exactamente quién era el invasor que estaba en su cama.
─ ¿Potter?, ¿Qué rayos haces aquí?, Tú cama no es está ─ dijo Draco en susurros tratando de no gritar para no despertar a sus compañeros.
James lo abrazó por la cintura pegando más sus cuerpos.
─ Tuve una pesadilla y no pude dormir ─ mintió Potter.
─ ¿Y eso a mi que me importa? ─ preguntó Draco molesto dándose la vuelta en la cama lo que ocasionó que la cara de los dos chicos quedarán cerca el uno del otro.
─ Cuando tengo una pesadilla necesito dormir con alguien para dormir bien ─ se excusó James.
─ Pues vete con Black o Lupin─ dijo el rubio en susurros.
James negó con su cabeza aunque Draco no lo podía ver por la oscuridad.
─ El que me gusta eres tú, no ellos ─ mencionó James.
Draco soltó un gruñido molesto y se volvió a dar la vuelta para quedar en la posición anterior. Cerró sus ojos y se dispuso a dormir ya que sabía que si seguía conversando con James le terminaría gritando o maldiciendo.
«Potter tenía que ser... vaya suerte la mía». Pensó con sarcasmo Draco.
Por otra parte James sonrió feliz por no ser corrido de la cama, cerró sus ojos mientras seguía abrazando a Draco por la cintura y con una sonrisa en su cara, finalmente se durmió luego de unos minutos.
Cuando amaneció al siguiente día, Sirius fue el primero en levantarse y vaya sorpresa se llevó al ver a su amigo James acostado en la cama de Draco junto al rubio.
Sonrió un poco con maldad al imaginar cómo molestaría a los chicos. Luego miró en dirección de Remus quien aún seguía profundamente dormido.
Sirius lo despertó sin llegar a hacer demasiado ruido. Remus se había levantado aún con bastante sueño.
─ Es fin de semana, ¿Por qué me levantas temprano? ─ preguntó en susurros Remus a Sirius.
Sirius señaló con su mano a la dirección donde estaba la cama de Draco. Remus miró a donde Sirius apuntaba, fregó sus ojos con sus manos creyendo que estaba viendo mal. Luego al confirmar que no estaba bien imaginaciones miró nuevamente a Sirius.
─ ¿Qué hace James en la cama de Draco? ─ preguntó confundido Lupin.
Sirius levantó sus hombros hacia arriba sin saber.
─ No lo sé, pero ahora confirmé que James es el más rápido de todos nosotros ─ dijo con un poco de asombro el Black ─ James lleva más de un mes conociendo a Draco y ya hasta duerme en su cama ─ mencionó mirando a los chicos que aún dormían.
Remus asintió en acuerdo con Sirius.
Los dos gryffindors que estaban despiertos se asearon uno primero y luego el otro, después dejaron la habitación para ir al gran comedor dejando a los otros dos chicos aún durmiendo.
Después de media hora más tarde, Draco despertó sintiendo su cuerpo apresado por un brazo alrededor de su cintura.
El gryffindor frunció el ceño mirando a James que aún dormía. Tomó bruscamente la mano de James y la sacó de su cintura.
─ Auch ─ un quejido salió de los labios de James al sentir su mano siendo sacudida fuerte.
Abrió sus ojos de a poco, y como pudo buscó sus anteojos y luego se los colocó dándole una mejor visión.
─ Príncipe ─ dijo sonriendo al ver al rubio.
Draco lo fulminó con su mirada.
─ Que sea la última vez que duermes en mi cama Potter ─ advirtió Draco levantándose de la cama.
James hizo un puchero ─ Ya te dije que tenía una pesadilla, y solo puedo dormir si alguien duerme conmigo ─ se excusó James.
Draco soltó una risa desconcertando a James.
─ ¿O sea qué cuándo tienes pesadillas en tu casa duermes con tú mamá? ─ preguntó burlonamente haciendo sonrojar a James ─ ¡Duermes con tu mamá! ─ exclamó con diversión Draco.
James empezó a balbucear un montón de cosas que Draco no podía entender hasta que por fin calmó su respiración y habló despacio para ser entendido.
─ ¡No duermo con mi madre! ─ aseguró James.
─ ¿Tú padre?
─ Tampoco ─ negó Potter.
─ No me digas que duermes con un elfo doméstico porque eso ya es demasiado Potter ─ dijo riéndose Draco.
James cada vez estaba más rojo, nunca en la vida había estado tan sonrojado como en ese momento.
─ No ─ respondió rápidamente James.
Draco lo miró directamente ─ ¿Y entonces con quién duermes? ─ le preguntó.
James miró en dirección del suelo como si fuera lo más interesante en la habitación.
─ ¿James?.
El Potter miró nuevamente a Draco, mordió sus labios sin querer soltar ninguna palabra.
─ ¡Potter! ─ Draco ya se estaba cansando de esperar que hable.
James abrió sus labios y habló.
─ ¡Duermo con mi osito de peluche! ─ confesó James cerrando sus ojos para no ver a Draco de la vergüenza que tenía en esos momentos.
Draco no habló, lo observó un rato pensando que era una broma. Al notar que James hablaba seriamente no puedo evitar tomar su estómago con sus manos mientras reía a más no poder.
James por otra parte se tapó la cara con una almohada mientras escuchaba a Draco reír.
─ ¿En se-rio un o-si-to de pe-luche? ─ preguntó Draco entrecortado al reírse.
James le tiró a Draco la almohada que tenía anteriormente en su cara.
─ No te rías príncipe ─ pidió James ─ no es gracioso ─ dijo tratando de verse serio.
Draco luego de un rato más de reír paró su risa y volteó a ver a James.
─ Es demasiado gracioso ─ contradijo ─ deja que Sirius y Remus se enteren y estarán de acuerdo conmigo ─ aseguró Draco.
James abrió sus ojos horrorizado mientras negaba con su cabeza.
─ ¡NO! ─ gritó desesperado ─ no le digas nada a ellos, príncipe, por favor ─ suplicó James.
Draco iba a negarse pero al ver la cara de cachorrito desesperado de James finalmente asistió.
─ Está bien leoncito, no le diré nada a los chicos ─ mencionó Draco y James suspiró de alivio.
Luego de esa pequeña charla y risas por parte de Draco, el rubio entró al baño y minutos después salió aseado, después espero a James y cuando los dos estuvieron listos, se encaminaron al gran comedor.
Draco iba sonriendo mientras miraba de reojo a James, por otra parte James parecía un tomate viviente.
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