✧ 𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝘀𝗶𝘅
Saturday Drip era un lindo preescolar con demasiada vainilla. En el plantel solo dominaban los colores pasteles y bellos dibujos caricaturescos decoraban las coloridas paredes y hacia llamar la atención de los pequeños niños.
Como era de costumbre en el primer día de clases, los padres de los pequeños niños despedían a sus hijos en sus respectivos salones de clase. Ya sea dejandolos llorando o enojados, los maestros pacientemente lograban que los niños terminaran por reírse y sonriendo, en especial una tierna parejita de profesores que amaban con locura su profesión.
Jungwon no lloró y no se enojó. En cambio... Su pequeño se había mostrado sumamente emocionado al conocer quien sería su profesor, un lindo omega risueño que rápidamente había captado la total atención del menor; Zhong Chenle, así se llamaba aquel encantador profesor.
Despedirse fue difícil para ambos, pero en especial para el omega quien no contuvo sus lágrimas al regresar a su hogar al ver a su pequeño crecer tan rápido... Su memoria no tardó mucho en hacerle recordar la primera vez que tuvo entre sus brazos a Jungwon, tan pequeño y frágil, pero tan lindo a la vez.
Felizmente, había cumplido su promesa y había estado junto a su hijo en un día sumamente importante para él, para ambos.
Regresando a la actualidad, Renjun corría despavorido en su habitación de aquí y allá arreglandose lo más rápido posible, pues nuevamente estaba tarde. Y justo el día menos indicado para estarlo... Su alarma no sonó y apenas le dio tiempo de ducharse, cambiarse, ponerse algo presentable y preparar el desayuno de su amado hijo.
En esta ocasión se fue por prepararle algo más sencillo y menos laborioso. Le preparó pequeños hot cakes con nutella encima, fruta en sus características formas de dinosaurios pues así era cómo le gustaba al menor y para beber le metió en su termo de el hombre araña su amada leche con chocolate.
Tan pronto se despidió de su hijo y cuñado salió disparado hacia la estación de autobuses. Y al llegar al enorme edificio no dudó en correr hasta la recepción de la empresa. La mayoría de empleados ya se encontraban en sus puestos y temió por supuesto por si mismo unos momentos. Rápidamente negó y pensó positivo sonriendo de vuelta al ver la sonrisa amable de Jiwon.
—Buenos días —Renjun saluda recuperando el aliento después de haber corrido.
—El señor Na aún no llega, estas de suerte —le dice Jiwon al ver el rostro preocupado del omega.
—¿En serio? —Renjun suspira aliviado—. Entonces corrí para nada —dijo y la beta rió.
—¿Recibiste la llamada para la compra del terreno que pidió el señor Na? —preguntó Jiwon.
—Sí —respondió—. Aunque al principio no sabía si aceptar la compra... Era costoso, el terreno lo es.
—Es un terreno grande y está bien porque el señor Na quiere comprar sólo y exclusivamente ese lugar.
—Oh... Perdona mi falta de conocimiento —el omega forma una mueca—. No sabía sobre el terreno así que me puse a discutir con el señor de la línea por 30 minutos...
—Tranquilo —la beta le calmó comprensiva—. Me sorprende aún que le tengas paciencia al jefe, hasta hora eres el asistente que más tiempo ha durado con él —contó Jiwon.
—¿Por qué lo dices?
—Todo los asistentes del Señor Na no duran ni tres días... La mayoría renuncia porque no soportan al jefe o el jefe los despide por ya sabes, "incompetentes".
—¿Es tan malo?
—Bueno... Sólo un poco —responde—. Cuando lo conoces un poco más... Te das cuenta de que no es tan malo y grosero cómo parece. Si haces bien tu trabajo... no tendrás ningún problema con el señor Na —aseguró.
—¿Y para qué quiere el terreno...?
—Bueno-
—Eso no te incumbe, omega chismoso —la beta y el omega dieron un salto del susto al escuchar la voz de Jaemin.
—Buenos días, señor Na —saludó Jiwon tranquilamente, una vez se recompuso del susto.
—Buenos días —saludó de vuelta el alfa.
—Se...
Para cuando Renjun iba a saludar rápidamente se vio interrumpido por el alfa, quien sin importarle su respuesta le ordenó.
—Iré por unas cosas a mi oficina, ve a mi auto y esperame ahí —dijo—. Prepárate amor, conocerás a tus lindos suegros.
Amor.
Amor, amor y amor. El alfa no paraba de llamarle así, cosa que solo hacía molestar al omega y alegrar a su lobo.
Molesto y bufando Renjun simplemente asintió con un leve puchero.
—Nos vemos Liz —se despidió amable—. Tengo que conocer a los padres del señor Na —dijo con una notable pesar en su voz.
Renjun nuevamente se despidió de la mujer y se dirigió de mala gana al auto del alfa. Dejando a la beta boquiabierta y mirandole irse completamente sorprendida.
Desde la ventanilla del auto, Renjun podía visualizar una enorme casa. Era de color blanco y tenía un gigantesco pero hermoso jardín delantero con bellos arbustos y flores, con una gran y elegante reja negra asegurando la entrada.
Si, se encontraba en la mansión de los Na.
—Bien, toma mi mano —le ordena el alfa una vez ambos bajan del auto.
—¿Perdón? —Renjun pregunta mirandole acusadoramente.
—Será más creíble si mis padres y familia nos ven tomados de la mano —dijo sin mirarle—. Creo es lo que normalmente hacen las parejas...
—De acuerdo —el omega aceptó y con mucho trabajo, Renjun tomó la mano del alfa—. Sí tus padres me hacen preguntas ¿Qué tengo que responder? ¿Qué les diré? No ensayamos nada...
—No debes preocuparte por eso. Sólo tratame cómo el amor de tu vida y ya.
—¿Cómo el amor de mi vida? —Renjun se echó a reír y Jaemin frunció el ceño.
—Hablo en serio, Huang.
—Esto me será más difícil de lo que pensé... —murmuró el omega—. Pero está bien... Haré el intento.
—Bien. Antes de entrar, práctica.
—¿Ahora? ¿En la entrada de la casa de tus padres? —preguntó y el alfa asintió.
Renjun solo deseaba que los padres de su tonto jefe no salieran por la puerta y los atraparan.
—Sí, ahora. Tratame cómo el amor de tu vida.
—De acuerdo —le miró—. Bien, agachate —ordenó el omega ganándose una mala mirada por parte del alfa, pero Jaemin hizo lo que Renjun le ordenó—. Buen alfa ¿Quién es un alfa estúpido? Si, tu lo eres, tú lo eres —Renjun acarició los cabellos de Jaemin, mientras le hablaba de forma aniñada.
—¿Qué... Qué haces?
—Dijiste que te tratará cómo el amor de mi vida y mi hijo lo es, sólo que a él lo lleno de halagos y besitos —dijo obvio.
—Osea que... ¿¡Me estás tratando cómo a un niño!?
—Sip —el omega sonrió inocente—. ¿Por qué siempre te atas tan mal la corbata? —dijo el omega y Jaemin le miró confundido.
—Yo no me-
Y el alfa cerró la boca al notar que el omega se había acercado a él y había comenzado a anudar de forma correcta su corbata. Sólo por esta vez, no se quejó, pues la cercanía y el aroma del omega no le desagradaban en lo absoluto.
—¿Sabe? Incluso mi hijo, que tan sólo tiene cinco años ya sabe como hacerce el nudo de la corbata correctamente —comentó divertido.
—¿Qué hace un niño de cinco años atandose la corbata?
—Junhui siempre lo hacía frente a él cuando se iba a trabajar, así que un día le entró la curiosidad cómo cualquier otro niño y Junhui le enseñó a anudarse la corbata.
—¿Quién es Jun-
—Bien, ya está listo —el omega le cortó—. Para ser un gran empresario, anudarse la corbata de forma correcta debería ser pan comido para usted —Renjun le miró a los ojos con una pequeña sonrisa adornado sus labios.
—No puedo ser tan perfecto —dijo el alfa, perdido en los ojos marrones del omega. Quien rió y rodó los ojos ante el comentario de Jaemin y finalmente se separó del él.
—Bien —tomó la mano de Jaemin—. Que el show comience.
Renjun muerde sus labios con nerviosismo al seguir a Jaemin hasta dentro de la enorme casa. Llegan a una sala gigante y elegante dónde una mujer de cabellos negros sonríe enormemente al ver al alfa.
—¡Minnie! ¡Cariño, estás aquí! —dice la mujer acercandose hasta a ellos.
—Mamá —dice el alfa besando tiernamente la mejilla de su madre, recibiendo igualmente un beso por parte de la omega.
—Cielo, ya te extrañabamos en casa, tu hermana me contó que la empresa va de maravilla —dijo la mujer orgullosa—. Pero aún así deberías visitarnos más seguido querido.
—Lo siento mamá... He estado muy ocupado con lo de la empresa.
—Eso veo... Cielo sabes que mucho trabajo en exceso es malo —reprendió levemente la mujer—. ¿Qué te dice al respecto con sobrecargarte con el trabajo? Ya hablamos de esto, pero deja que tu padre llegue.
Renjun no pudo evitar reír, ante las palabras de la señora Na. Era gracioso y un poco adorable ver a su jefe de otra forma, una en la cual no era un grosero narcisista.
Si tan sólo la madre de su jefe supiera lo estúpido que era su hijo.
Renjun suspira y sonríe algo incómodo a la hermosa mujer que posa su mirada en él y le regala una amistosa sonrisa.
—¿Y este bello chico quién es? —preguntó la omega mirando a su hijo, en busca de una respuesta.
Jaemin rápidamente toma de la cintura a Renjun, quien se encuentra un poco cohibido, pero aun así sonríe amigable a la mujer y muestra su mejor sonrisa.
—Es un placer por fin conocerla señora Na, me llamo Huang Renjun —hizo una pequeña reverencia.
—¡Ya te recuerdo! Eres el chico de la voz linda —la omega le dice sorprendida e inesperadamente le abraza, causando así un sonrojo en Renjun.
Renjun se sintió más sorprendido al saber que la señora Na lo había reconocido por su voz. Cuando habló con ella por primera vez, claramente por teléfono, la mujer le había dicho que su voz era linda.
—Madre —Jaemin habla, una vez su madre rompe el abrazo con Renjun—. Te presento oficialmente a mi pareja, mi omega.
Mi omega... aquellas palabras hicieron revolver su estómago y no de una buena manera.
Pero... ¿Por qué su lobo aullaba de felicidad?
—¿Tu pareja? —Jaemin asiente—. ¡Oh por dios, que emoción! ¡Mi hijo ya no es un solteron! —la mujer abraza feliz a la "pareja"—. ¡Deja que tu padre vea al hermoso omega que tienes!
—¿Me mencionaron? —y es entonces dónde Renjun observa a un hombre algo mayor, con barba, pero elegante entrar a la lujosa sala.
Era sumamente parecido a Jaemin.
—¡Alfa tonto! Ven, conoce a la pareja de tu hijo —dijo la omega.
—Ya decía yo que tantos gritos no se debían por nada —el hombre sonrie en dirección a la pareja—. Es un placer, soy Na Seung Joong —el hombre se presenta al omega.
—Huang Renjun —de igual manera, el omega hace una pequeña reverencia.
—Tu hermana y primo no tardan en llegar, así que... ¿Qué tal si nos adelantamos al comedor? —propone la madre de Jaemin.
Todos asienten, y Jaemin toma la mano de Renjun, guiandolo hasta el comedor y se sienta justo al lado del omega. Con sus padres al frente de ellos.
Luego de unos minutos escuchan unas voces y Renjun visualiza a una hermosa chica embarazada venir tomada de la mano de un hombre y al lado de ellos otro chico venía, pero con una expresión seria.
—¡Minnie! —la chica exclama al ver al pelinegro.
—¡Eun Ji, no corras! —dice el alfa observando con preocupación a la omega, que se soltó del agarré de su pareja y prácticamente corría a su dirección.
—Ya, no seas tonto. Si puedo correr —le responde la omega restándole importancia al asunto—. Mejor abrázame hermanito —dice y Jaemin corre cual niño pequeño a los brazos de su hermana.
Renjun simplemente observa la escena algo asombrado, realmente le sorprendía ver el lado humano de su jefe.
—Los niños del orfanato te extrañan —comenta la omega al romper el abrazo—. Debes darte una vuelta por ahí cuando estés libre.
¿Orfanato? Ahora Renjun miraba curioso al alfa.
—Prometo ir pronto, también los extraño —responde Jaemin.
La omega más joven asiente y toma asiento en el gran comedor junto a su pareja, quien amigable saludó a Jaemin antes de sentarse.
Renjun observó también curioso al ver que al otro chico, que al parecer era alfa por su aroma fuerte. Pero lo que más curiosidad le causó fue el ver que Jaemin no le dirigió la mirada y ni si quiera se tomó la molestia de saludarlo.
—Bien... Ya que toda la familia está presente, tengo que decirles algo muy importante —la señora Na habló con una radiante sonrisa—. ¡Minnie tiene novio! —señaló a Renjun.
Todos los presentes posaron sus ojos en el omega, todos sorprendidos al saber que finalmente el menor de los Na había sentado cabeza.
—¿¡Escuchaste eso Seung!? —la hermana de Jaemin dijo a su esposo—. ¡Minnie no morirá sólo! —Seung asintió divertido.
—Felicidades por tu nueva relación, Jaemin. Espero que sean felices y que su amor perdure —deseó su cuñado.
A Renjun nuevamente se le revolvió el estómago "Que su amor perdure" con tan sólo esas palabras su cuerpo se estremeció por completo.
—Gracias, Seung —Jaemin le regaló una pequeña sonrisa a su cuñado.
—Vaya, ahora veo que lograste tu cometido, serás el único heredero de las empresas Na's —Renjun, por primera vez escuchó hablar al quien era primo de su jefe.
—Yo no logré nada, Baek —Jaemin respondió perdiendo la amabilidad en su voz—. Trabajé muy duro en la empresa, ame, adore y estuve desde el principio apoyando al abuelo con la compañía... Cuando la empresa estuvo apunto de irse a la ruina, yo estuve ahí ¿y tú? ¿Dónde estabas cuando el abuelo más te necesitaba?
La tensión era palpable, pero el resto de la familia y Renjun simple se limitaron a escuchar en silencio.
—Yo también apoyé a mi abuelo con la empresa —Baek le miró desafiante y su ceño fruncido apareció al escuchar la risa de Jaemin.
—¿Apoyaste? Si sólo pusiste por primera vez un pie en la empresa cuando fue la primera lectura del testamento del abuelo. Saliste furioso al saber que no estabas en él y que el abuelo prefirió a su estupido amigo antes que a ti.
—Me largó de aquí —Baek salió hecho furia del comedor.
Na río.
—¡Adiós primito! ¡No vuelvas nunca! —dijo Jaemin burlonamente.
—¡Jaemin! —su madre le reprendió.
—Finalmente, la familia por fin está completa —dijo la hermana de Jaemin comenzando a comer felizmente.
Renjun estaba curioso por todo, pero no quería parecer metiche al preguntarle por lo sucedido al alfa. Así que prefirió guardar silencio.
Finalmente todo eran problemas familiares y él no era realmente parte.
La señora y el señor Na se disculparon por lo sucedido anteriormente con Renjun. El omega negó alegando que todo estaba bien y todos procedieron a comer tranquilamente. La familia del alfa era divertida y todos eran amables. Se sintió cómodo y feliz al estar rodeado de personas tan buenas y amables.
Cuando todos terminaron de comer, se dirigieron al salón del la casa. Dónde había en precioso piano blanco que robó por completo la atención del omega pelinegro.
Rápidamente llamó su atención.
—Renjun, querido ¿tocas el piano? —su suegra le preguntó al notar que el omega no dejaba de mirar el piano con ojos brillantes. Jaemin por su parte, miraba curioso al omega.
—Sí, se tocar el piano —dijo Renjun con una brillante sonrisa—. Sé tocar varios instrumentos, pero el piano es mi favorito.
—¡Pero si te sacaste la lotería, Minnie! —chilló la señora Na—. ¿Tocarias algo, querido?
—¿Puedo? —Renjun no pudo evitar ocultar su emoción, pues desde hace mucho tiempo no tocaba el piano.
—Claro que puedes, es todo tuyo —le dijo la omega mayor.
Renjun asintió y lentamente, sentándose en el taburete de madera blanca. Con una enorme sonrisa tocaba las teclas, pensando en que tocar.
—A Jungwonie le encantaría ver el hermoso piano —Renjun dijo sin borrar su sonrisa, sabía que su pequeño igual adoraba tocar instrumentos y adoraba la música tanto cómo él.
—¿Quién es Jungwonie, querido? —preguntó curiosa la señora Na.
—Oh, es mi hijo.
—¿¡Tú que!?
Renjun escuchó decir al unísono a las omegas. Pero él estaba tan maravillado ante el hermoso piano que ni se inmutó ante sus palabras.
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