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02

GRAN BODA.

BOSTECÉ ABURRIDA, pero lo peor de bostezar era cuando se te quedaba a la mitad, así quedé cuando vi a Jasper bajar las escaleras en su traje y su nuevo corte de cabello peinado.

—Te ves... Bien —me encogi de hombros saliendo por la puerta, Jasper soltó una risa nasal viniendo a mí lado.

—admite lo que quieres decir —Se burló mientras bajábamos las escaleras a dónde los invitados estaban sentados, algunos de pie.

—¿Querer decir? Quiero decir muchas cosas, ahora solo te ves decente —Me hice la desentendida arrugando la nariz ante el nauseabundo olor a muerto desconocido.

—¿Decente? Tus emociones dicen otra cosa —me sostuvo del brazo y lo mire seriamente —sé lo que sientes, Leona, y puedo aumentarlo sin usar mí don —avanzó un paso y saque mí brazo de un forcejeo.

—Tengo bastante autocontrol, mejore demasiado, para tú sorpresa —sonreí dando un paso al frente. Mentira, mentira, mentira, podría orinarme encima con lo temblorosas que estaban mis piernas. No te delates, no te delates —pero si quieres que sea sincera, bien, te ves muy bien, Jasper.

—Tú te ves hermosa, morocha.

Sonreí ante su alago. Voltee para ir donde estaban sentados los antiguos compañeros de la escuela de Izzie, menores con los que me juntaba a la hora del receso y extrañaba a pesar de negarlo.

—tienen que ser parientes —Balbuceaba Yorkie viendo a los primos de los Cullen, a quienes no me atrevía a acercarme.

—genes buenísimos —alagó Mike —en serio...

—limpiate la baba, Newton —Me burle agachándome detrás de ellos, dieron un salto desprevenidos.

—¡Morocha! —Jessica se giró en su silla para abrazarme con fuerza, le devolvi el gesto sonriendo feliz —Oye, muy lindo todo —Se sentó derecha y pase a saludar a cada uno con un beso en la mejilla, hasta sentarme a un lado de Eric —pregunta...

—No, Jess, mí hermana no está embarazada —negué de antemano escuchando a Eric reír.

—le dije que no preguntara —Angela se quejó acomodando sus lentes.

—¿Quién más se casa a los dieciocho? —si excusó Jessica y reí... Si tan solo supieras, Jess, si tan solo supieras.

—Edward está perdidamente enamorado de Izzie, se aman, se casan, fin de la historia —Aclaré levantandome —Madrina de boda, debo ir al altar o Alice me quebrara los huesos —otra vez.

—¿Ya volviste con ellos? —Jess alzó las cejas repetidas veces.

—Nop —me levanté soltando el botón de mí abrigo.

—Me gusta tú vestuario de dama de honor —Eric alagó. Le agradecí alejándome.

Las damas de honor deberían vestir de morado, Alice y Rosalie tenían vestidos de color morado pero yo me había puesto un traje. Hablando de tales, me coloque en los asientos dónde deberían ir las damas y al segundo se sentaron los Cullen a mí lado.

La música comenzó a sonar, por ende, nos levantamos de nuestros asientos y sentí ya esa roca en mí pecho que me presionaba para llorar. Gire mí cuerpo, para admirar a mí pequeña hermana menor acercándose con su vestido blanco, el velo cayendo por su espalda, el ramo en sus manos y su brazo entrelazado al de Charlie.

De solo ver los ojos cristalizados de papa comencé a hacer muecas temblorosas tratando de aguantar mis lagrimeos, pero ver a la niña con la que peleábamos por muñecas de pequeñas yendo a comprometerse con un chico, quitando de lado que era vampiro, me daban ganas de llorar a mares.

Mire a Edward que sonreía viendo a mí hermana, Izzie me miró y solo pude sonreír sonriendo esa traicionera lágrima bajar. Ella se acercaba con cada paso hasta que estuvo frente al cobrizo. Mí papá le dió un beso en la mejilla y se la entregó a Edward.

Los dos se colocaron en sus puestos y nos sentamos. Yo a un lado de Carlisle, Esme estaba a su lado y detrás seguían los menores de los Cullen. Escuché las palabras del padre que estaba encargado de unir a mí pequeña hermana con Edward. Ellos las repetían, sin romper contacto visual, embobados con el otro.

—...acepto —Izzie declaró, comencé a sentir una lágrima detrás de otra y mordí el interior de mí labio inferior aguantando los lagrimeos de perro que querían salir.

—acepto —Edward declaró —te amo.

—te amo —respondió mí hermana.

Los dos se sumieron en un tierno beso que ya cellaba su lazo, comencé a reír feliz mientras llevaba mis manos a mí boca. Comencé a aplaudir con el resto mientras subía mis manos para limpiar mis lágrimas. Ellos dos se alejaron tímidamente y se sonrieron.

—pues yo pienso embriagarme.

Reí al oír a papá decir eso. Estaba con Seth, Sue y Billy frente a los recién casados. Me acerque por la espalda hasta estar a un lado de mí hermana.

—cuenta conmigo —sonreí escuchando sus risas. Me acerque a abrazar con fuerza a Seth —mini Clearwater.

—¡Estás mucho mejor! —dijo el pequeño niño en mí oído, así Charlie no escucharía. Me aleje sonriendo —te extrañamos por la Push.

—Mañana vuelvo con Paul —le contesté encogiéndome de hombros y él hizo un bailecito emocionado.

—ya no soportaba a Leah yo solo —Rei al escucharlo. Me gire a los demás.

—oí que están sirviendo buen champagne, en realidad lo bebí —Admiti viendo a papá. Él miró a Sue.

—Sue, ¿Quieres una copa? —Le ofreció y compartí una mirada con Seth e Izzie ante eso. Pero Billy giró su silla, casi pisando los pies de papá.

—un brebaje con burbujas, suena bien —pasó por en medio de ambos y Seth rió palmeando su hombro mientras se despedía de mí con la mano.

—sé que piensas lo mismo que yo —Mire a Izzie que rió.

—Charlie le echó el ojo a Sue —Miramos las dos a Edward que negó divertido esquivando nuestras miradas —Edward...

—Si, lo hizo —Leyó sus pensamientos y reímos. Sentí un nauseabundo edor acercándose y voltee a ver a vampiros acercándose —tranquila —me susurró mí cuñado y me cruce de brazos quedándome a su lado.

La vampiro llegó y besó las mejillas de mí hermana, su pareja vino detrás y abrazó a Edward, los dos me sonrieron y estire mí mano antes de que se acerquen. Ellos la estrecharon. Los saludé para no ser descortés simplemente.

—felicidades, Bella, Edward —Se abrazaron frente a nosotros.

—Eleazar y Carmen ¿No? —mi hermana preguntó.

—Familia, ella es Leona, la hermana mayor de Bella —Edward me presentó y sonreí cómo pude —Leo, ellos son nuestros primos de Alaska, Eleazar y Carmen, compañeros, luego Kate y Tanya.

—Hemos oído mucho de ustedes —Kate sonrió y por mis adentros trataba de no soltar algún comentario coqueto... No pude.

—yo nada de ti, pero podrías darme una introducción si te parece —le sonreí y ella igual. Escuchamos unos gruñidos pero no les di atención.

—Eres igual a como Edward te describió —Rió suavemente.

—más te vale no haber arruinado mí imagen ante tal mujeron —mire al cobrizo que me sonrió con burla. Sentí una mirada pesada en mí y mire detrás de ellas a una vampiro muy parecida, pero su mirada era entre desprecio y tristeza.

—Irina, ven, te presento a Bella y a su hermana —Carmen dijo al notar mí mirada en ella. Su cuerpo tenso se acercó como si se obligase a caminar, sin romper nuestras miradas fijas. Mí lado lobuno comenzaba a alterarse al sentir su amenaza.

—no puedo hacer esto —susurró negando.

—lo prometiste —Tanya le ordenó.

—Ella es una e invitaron a otro —Me señaló con desprecio y a Seth. Gruñí molesta y Edward me sostuvo del brazo.

—Ella es compañera de mí familia, es mí mejor amiga y él es nuestro amigo —Edward defendió con tono suave.

—mataron a Laurent —Murmuró mientras negaba en mí dirección.

—¿Laurent? —Repetí con ironía y reí —él trató de matarnos a mí hermana y a mí —Ella dió dos pasos al frente y no me eché atrás.

—yo no creo eso —me siseo, ignorando la advertencia de su familia —quería ser como nosotros, vivir en paz con los humanos... Y conmigo.

—pues lo siento rubia, pero te prohíbo hablar así del pequeño Seth cuando tú noviecito casi asesina a mí hermana —Di un paso al frente, ignorando el intento de agarre de Edward —Y si quieres justicia, pues tómala, porque yo arranque la cabeza de Laurent para salvar a la compañera de Edward —Ella gruñó.

—Leona —Edward me advirtió.

—Eres una pulgosa a la que me encantaría asesinar si no fuese porque eres compañera de todo el clan —Siseo levantando su mano pero controlandola para no llevarla a mí cuello.

—esta pulgosa tiene dientes filosos, rubia.

—Ya basta —Carlisle llegó y me tomó de la cintura para hacerme retroceder —Lo siento —se disculpó mientras me llevaba a otra esquina —¿Podrías no amenazar a mí familia de hace siglos, Leona?

—No me digas que hacer —aparte su brazo y camine hasta donde estaba Seth. El pequeño me abrazó por la cintura y apoye mí mentón sobre su cabeza. Ambos escuchamos el comentario de Edward.

—¿Qué es una boda sin dramas familiares?

Tomé un largo trago de la copa de champagne sabiendo que no me serviría para estar sobria, pero lo necesitaba, demasiado escuchando todos los discursos. Empezando por el desastroso de Emmett.

—Disculpen ¿Me escuchan? ah... Quiero proponer un brindis —alzamos nuestras copas —a mí nueva hermana. Bella, espero que hayas dormido bien estos dieciocho años porque no dormirás por un rato —rió y simplemente choque desganada la copa con papá, ambos bebiendo al mismo tiempo. Él creyó que fue un comentario sucio de Emmett pero yo si lo entendí. De ninguna de las dos formas igual fue agradable.

Aún que no fue mejor el discurso de Jessica ya que sus celos salían a flote. Mí amiga era una gran chica, pero su envidia la hacía un poco tonta...

—Bueno, Bella estaba cómo todas nosotras, totalmente cautivada por Edward o “el galan” como yo lo llamo. Entonces de pronto ¡Edward solo quiere ver a Bella!... Aún que ni siquiera es la capitana del equipo. Es un chiste, es un chiste... Ni presidenta de la clase.

Tomé otro trago al escucharla, eso me dio pena ajena.

—Edward será un buen esposo —fue el turno de papá de subir al escenario —lo sé porque soy policía y sé cosas como perseguir a alguien hasta el fin del mundo y sé usar una pistola.

Tomé la botella de champagne y comencé a beber de ella sin más, como extrañaba emborracharme en momentos como estos. Escuchar a mamá cantar nuestra canción de cuna me estaba rompiendo los tímpanos.

—Ahora que eres mí hermana tendrás que olvidar tú adversion a la moda —¿En serio Alice se va a poner a hablar de ropa en medio de la boda? —carteras, tacones, faldas.

Me levanté viendo cómo bajaba Esme, caminé hacia el gran escenario y subí las escaleras, aclaré mí garganta antes de tomar el micrófono y ver a mí hermana que sonreía a un lado de Edward que estaba igual, inevitablemente sonreí.

—Bien, tengo dos cosas para aclarar antes de decir mí discurso —hablé mirando a los invitados —primero, prometo no estar ebria —rieron —segundo, tratare de que esté discurso no sea tan bochornoso como el del resto, o tener chistes que no se entienden como el de Emmett —volvieron a reír mientras Emmett me sacaba la lengua infantil.

Suspiré nuevamente para ver cómo mí hermana negaba divertida. Aún me parecía irreal verla allí, parecía que el tiempo había pasado tan rápido como un día, ya no era la niña de diez que se quejaba porque yo le había cortado el cabello, ahora era toda una mujer, una mujer casada.

—Puedo decir orgullosa que conozco a mí hermana más que todos —comence viendo a Izzie darme la razón —Sé cuando está por hacer lío, cuando tiene un plan en mente y lo sé porque pasamos tantas cosas buenas como malas. Algo que tienen todos los hermanos, alti-bajos. Pero después de todo eso, solo puedo decir que estoy sumamente orgullosa, que estaré para ti aún si nos odiamos. Porque te amo —me gire a Edward —y... Sé que mí hermana está en buenas manos, porque está en las manos de uno de mis mejores amigos. Edward, cuídala.

—con mí vida —alzó su copa y alcé la mía. Todos hicimos un brindis.

Baje del escenario y mí hermana se levantó de su silla para abrazarme. Bese su mejilla y limpie una lágrima que bajó por esta misma. Fui a sentarme a un lado de mamá y papá que me abrazaron dejándome en medio.

—es algo extraordinario conocer a alguien con quien compartir todo, que te acepta tal como eres —Comenzó Edward y mire a los Cullen por inercia —he estado esperando por lo que parece mucho tiempo a sobreponerme a lo que soy... Y con Bella, siento que por fin puedo hacerlo. Así que propongo un brindis pro mí hermosa esposa —alzamos nuestras copas —ninguna medida de tiempo contigo será suficiente. Empecemos con un “siempre” —chocamos nuestras copas.

Sabía que Izzie estaba en buenas manos con él.

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