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❪𝟱𝟱❫ ; 𝗱𝗿𝗼𝘄𝗻𝗶𝗻𝗴 𝘁𝗵𝗲 𝘀𝗼𝗿𝗿𝗼𝘄𝘀.

ARC THREE; EVERYTHING FOR THE ANGEL
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CAPÍTULO CINCUENTA Y CINCO;
AHOGANDO LAS PENAS
lo que hubiera sido

Si no cumplen la meta, ¡no se actualiza hasta que sea cumplida!❌Y si, hablo por ustedes, lectores fantasmas. Dejen su voto y así sea un comentario para que tengan capitulo nuevo.🐣

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©Shanxlabyx
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SENTÍA COMO SI HUBIERA PASADO DÉCADAS FUERA DE casa. Era una sensación de nostalgia, alivio y al mismo tiempo familiaridad, una que extrañaba enormemente y que estaba desesperada de volver a sentir y presenciar. A pesar de que de alguna manera seguía siendo la misma ciudad, respiró hondo cuando estuvo en la entrada de la casa una vez que la moto se estacionó enfrente de esta.

Sus orbes rosáceos se quedaron mirando fijamente hacia la entrada de esta, sintiendo como sus piernas y sus manos cosquilleaban de forma agradable por la inquietud y al mismo tiempo el alivio que la recorrió por estar frente a frente a esa instalación de cuatro paredes. El que podría llamar más o menos su lugar seguro, en teoría... Pero era en donde podría estar tranquila con sus hermanas.

—Y ya estamos aquí. —Imaushi Wakasa era quien la había trasladado lo más rápido y cuidadosa posible a su casa desde el Hospital Central de Tokyo. La volteó a mirar por sobre su hombro con un pequeño palito sobresaliendo de sus labios—. ¿Cómo te sientes? ¿No fue brusco el viaje?

—Mhm... —Tenshi hace unos pequeños movimientos con sus hombros, cerciorándose en como se sentía su espalda. Negó con su cabeza—. Todo está bien por acá, fuera de la incomodidad de siempre.

—Aún así trata de no ir en moto por unos días hasta que se te pasé por completo el dolor. No vayan a ser que se te suelten los puntos. —la menor volvió a asentir en una respuesta afirmativa mientras el de pestañas rubia se quedaba mirando la residencia—. Si ves algo lleno de tierra o algo, lo lamento. Sabes que no soy muy bueno con los quehaceres de la casa, pero hice lo posible para mantenerla limpia. —fue lo que dijo mientras la ayudaba a bajarse con todo el cuidado del mundo, como si fuera a romperse en el más mínimo movimiento brusco.

Masumi sonrió mientras sentía el agarre en su mano firme pero cuidadoso del de orbes violetas para ayudarla a ponerse de pie sin riesgo de caerse, sobre todo con el hecho de que normalmente se le dificultaba un poco bajarse de su propia motocicleta.

—No te preocupes, Tío Waka. Está bien como sea que se encuentre la casa. —admite con suavidad y tranquilidad mientras le regalaba una suave sonrisa—. En verdad agradezco que te hayas tomado la molestia, en serio te agradezco que incluso te hayas encargado de mis hermanas.

—En realidad sólo estuve como una noche, ya después me fui con las niñas a mi departamento. —declaró mientras sacaba la paleta de su boca y la contemplaba por unos segundos—. No sería la primera vez que me quedo, pero en la madrugada se apareció Kaito y preferí irme.

Tenshi se quedó muda por varios segundos mientras lo observaba fijamente, boqueando y sintiendo un pequeño revuelto en su estómago. Se quedó varios segundos callada y sin decir nada, observando la expresión aburrida y un tanto fastidiada del de mechas violetas atadas en una coleta baja. Apretó sus labios en una fina línea, desviando la mirada hacia un lado.

—¿Le dijiste que yo...?

—Si, le dije que por estar durmiendo en quien sabe dónde completamente ebrio ni siquiera se enteró por si mismo que habías sido apuñalada al punto de terminar internada en el hospital hasta quien sabe cuándo. —responde con hostilidad, aunque no necesariamente dirigida hacia ella. Masumi sabía que ese enojo era dirigido específicamente hacia su padre—. Ni idea de a dónde se fue, pero tomando en cuenta la hora, en casa no está.

—Entiendo... —responde en un tono bajo mientras respiraba profundamente su hombros subiendo y bajando al momento de inflar sus pulmones—. Bueno, espero que se las haya arreglado cuando no estaba.

—Tiene más de treinta años. Por supuesto que se las puede arreglar. —vuelve a decir con un poco de severidad, dándole un pequeño golpe en su frente con sus dedos—. Deja de preocuparte por él, preocúpate por terminar de llegar a casa y no hacer mucho esfuerzo. La prioridad ahora eres tú, no él.

La menor se sobó la frente con sus manos tratando de apaciguar la pequeña presión que había sentido por el golpe, aunque no había sido nada necesariamente fuerte como para dolerle. Hizo un pequeño puchero pero luego sonrió y dejó salir una pequeña risa, asintiendo. Tenía razón, ahora no tenía mente para preocuparse por algo que no sea mejorar. Sabía que si no se cuidada a si misma, no iba a poder salir de ese estado por completo. Tenía que tener el reposo suficiente hasta que le quiten los puntos y tener la certeza de moverse bien.

Observó como Wakasa volvía a acomodarse en su moto y la encendía, dándole un par de palmadita en la cabeza en un gesto de cariño que pocas veces hacía, yendo luego a buscar algo en su bolsillo para sacar de aquella paletas que tanto comía, de otra marca de las que casi siempre consumía. La tomó con entusiasmo, sintiendo que también llevaba un largo tiempo sin comer algo dulce.

—Traeré mañana a las tres chifladas antes de ir a abrir el gimnasio. —declaró mientras aceleraba un poco, sacando el humo por la vía de escape—. El único trabajo que tienes que hacer es terminar de llegar a casa y no alocarte demasiado. La doctora te va a pegar si vuelves al hospital pero ahora por un coma etílico.

—¿Mañana? —repitió frunciendo el entrecejo con confusión, observando la paleta en su mano—. ¿Pero por qué mañana? ¿Y a qué te refieres con coma etílico...

—¡VOLVIÓ!

El sobresalto en el de la de mechas blancas no se hizo esperar ni un segundo cuando escuchó aquel repentino grito venir a sus espaldas, girando su cuerpo con rapidez hacia atrás y observando en la entrada de su casa que anteriormente estaba cerrada, abierta. Y como no, con varias personas invadiéndola: escuchó las porras y gritos emocionados de su más cercanos, observando a Emma quien había sido la que exclamó de la emoción, donde por las ventanas de la entrada se asomaron Mitsuya, Cherry, Draken, Mikey, Takemichi e incluso Hina. Entreabrió su boca ligeramente con sorpresa, sintiéndose incredula.

Movió su mirada hacia donde estaba su tío con cierta incredulidad y al mismo tiempo confusión por lo que estaba sucediendo, el mayor alzó y movió sus hombros como si no supiera nada, acelerando un poco su moto y haciéndose el desentendido.

—No vayas a emborracharte o algo así. Me escribes si necesitas ayuda. —agitó su mano en el aire en forma de despido mientras hacía rugir el motor una vez más y lo veía alejarse, aún algo boquiabierta.

Ni siquiera se le podría haber pasado por la cabeza que iban a recibirla de aquella manera.

Caminó un poco cautelosa y al mismo tiempo confundida hacia su propia casa en donde en la fuerta Emma estaba casi dando saltitos para que llegara de una vez hacia allí. Estirando sus manos hacia ella mientras abría y cerraba sus palmas, llamándola hacia ella; cuando estuvo lo suficientemente cerca, la rubia estuvo a nada de literalmente lanzarse sobre su cuerpo si no fuera por su propio raciocinio de no querer empujar más sus heridas.

—¡Masumi! —chilló la pequeña Sano mientras la abrazaba con fuerza al comienzo, apenas dándole tiempo a Masumi a reaccionar cuando se alejó de forma un tanto alterada—. ¡No, no quiero molestarte la herida! ¿O si puedo abrazarte? ¿Te duele mucho?

—Hola, Emma-chan. —soltó la de mechas blanquecinas con una sonrisa un tanto divertida y al mismo tiempo enternecida por la clara ansiedad que azotaba a la más pequeña—. Y tranquila, estoy bien-

—¡Kimi-chaaaan....! —el balbuceo de Cherry llegó a sus oidos al mismo tiempo que sentía un ligero empujón, tropezando un poco y hablando con voz arrastrada. Masumi recibió su abrazo un poco confundida, dándose de cuenta de lo tambaleante que estaba—. ¡Te extrañé demasiado! ¡No vuelvas a-hip... irte!

—No me digas que ya estás tomada... —murmuró con su entrecejo fruncido, dirigiendo su mirada hacia los demás presentes.

—Ya sabes como es ella. Sobre todo cuando está triste. —Mitsuya se asomó por la entrada de la sala mientras se encoge de hombros y mostraba una sonrisa algo divertida pero que continuaba teniendo una matiz algo nostálgica.

Masumi pestañeó un par de veces hasta suavizar un poco su expresión y suspirar, dándole un par de palmaditas en su cabeza antes de que la retiraran con cuidado de encima al haberse casi dejado caer encima de ella. Sonrió un poco enternecida, ahora sintiéndose de repente muy nostálgica y melancólica. Era inevitable, lo único que a veces quería era encerrarse en su habitación y simplemente dejar que sus pensamientos vagaran en algún lado hasta dormirse.

Lo sabía, porque ya lo había hecho cuando estaba a solas en el hospital... Y en general ha pasado por esos momentos de completa tristeza que ahora estaba pasando.

Dos veces.

Suspiró de forma un tanto disimulada para no demostrar el duelo por el que estaba pasando en esos momentos. Aunque era entendible al mismo tiempo, apenas había pasado una semana y era relativamente reciente. Tenía el miedo palpable de que iba a repetirse lo que sucedió años atrás, donde apenas estaba pasando por el proceso de un duelo cuando de repente otro más la golpeó. A veces la vida era realmente misteriosa.

—¡Tenshi-saaan! —la voz de Chifuyu la sacó de sus pensamientos cuando lo vio salir de la sala algo eufórico y... tambaleante.

Él también...

—Hola, Chifu-kun. —su voz salió un poco ahogado al momento que el de pelo naranja se abrazó a ella repentinamente, sacándole algo de aire. Se notaba que no estaba en todas sus canales.

—¡Pensé que habías muerto! —y se supone que también había ido a curiosear en el hospital—. ¡Estaba muy preocupado!

—Pero ten cuidado, idiota. Recién está saliendo del hospital. —regañó Draken mientras lo agarraba de la camisa para jalarlo hacia atrás, alejándolo de la de mechas blanquecinas.

—En realidad estoy pensando más en el hecho de que llego, están todos ustedes aquí e incluso están con cervezas encima. —señala con un poco de diversión y al mismo tiempo un tono un tanto apaciguado, sobre todo al lado del ánimo que normalmente tenía. Más de uno se dio de cuenta.

Su ánimo casi por los suelos era provocado por varios factores, tanto por su propio estado fisico y el hecho de que ella señaló que se sentía de la mierda, en pocas palabras, estar tanto encerrada en un hospital. Y lo obvio, el silencioso duelo que más de uno estaba pasando. Pero aún así, Masumi sentía que estaba teniendo un poco más de energía en ese momento, como si le hubieran recargado un poco la batería por el simple hecho de haber sido recibida de esa manera.

Algo repentino, si, pero le pareció la mejor manera de hacerlo. El hecho de que estuvieran tan entusiasmados con que ella volviera de estar internada le hinchaba mucho el corazón y la hacía sentir cálida.

—Pero quiténse. La que debe recibirla primero debería haber sido yo. —Manjirō no tardó en hacerse presente mientras empujaba al que estuviera en su camino, siendo Chifuyu quien tropezó en una queja y lo miró mal. Takashi alzó la mirada con diversión mientras Draken rodeaba sus ojos.

—Estuviste casi las veinticuatro horas en el hospital. —reclamó Draken con su ceño fruncido como iba hacia la de mechas blanquecinas y la abrazaba de forma dramatica quien sonrió y rio un poco ante su comportamiento.

SONREÍA DIVERTIDA MIENTRAS APOYABA SU MEJILLA EN LA PALMA de su mano, observando entretenida como los chicos estaban con el alcohol en el cerebro y ahora esaban cantando canciones al azar, usando lo que encontraban como microfono. Uno tenía una botella vacía, otro una de sus peinetas, uno un zapato... Vaya saber de quien era, pero la verdad estaba realmente entretenida por el espectáculo que estaban haciendo.

La mejor manera de despejar un poco su mente. Además, era un buen entretenimiento.

—Chifuyu, te vas a caer, joder... —se quejó Draken mientras observaba la forma tan exagerada en la que estaba sobre el sofá.

—Déjame... ¡sentir la canción-hip! —señaló el de orbes azules mientras se tambaleaba hacia los lados. El de la trenza alzó su brazo como un escudo.

—¡Kenchin aguafiestas! —decía Mikey mientras le lanzaba un zapato.

—¡Si caes encima mío, te voy a golpear! —se quejó el del tatuaje de Dragón. No está demás decir que estaba algo mareado y hablando arrastrado.

Todos estaban con el alcohol en la cabeza.

—Si que son intensos cuando están así. —Hinata no evita decir con una sonrisa un poco nerviosa mientras observaba la escena que estaban haciendo. Por su lugar estaba tomando refresco.

—Siempre lo son cuando beben demasiado. Es divertido hasta cierto punto. —Tenshi suspira con un poco de pesadez recordando todas las locuras que ha tenido que evitar cuando estaban con el alcohol hasta la cabeza—. Una vez Taka-chan se puso a pelear con una planta porque dijo que lo había mirado feo.

—¿En serio?

—Si, incluso Ken-kun lo ayudó porque era un contrincante muy difícil y tenía que sostenerlo. —resopló al recordar como quedaron agotados debido a que ante la gran ebriedad que tenían, no podían moverse con claridad.

—¡Yo también -hip- quiero! —Cherry se levantó de su lugar más que tambaleante, casi cayéndose por haberse alzado tan de repente.

—No, no quieres. —la jaló el subcomandante de la TōMan exasperado mientras trataba de que Chifuyu no le cayera encima—. Mierda, Mitsuya, controlala.

El aludido simplemente movió sus hombros con la botella pegada a sus labios, ocultando la sonrisa divertida. Era uno de los pocos que no estaban con los humos hasta la cabeza, junto con Draken y las chicas, en su mayoría... Masumi sobre todo no estaba tocando demasiado el alcohol, no quería ver cómo reaccionaría su cuerpo, especialmente cuando estaba recién salida del hospital.

Cómo dijo su tío, no quería estar recién salida y volver al hospital por algún coma etílico. Aunque en teoría no era mala bebiendo...

—Espero que no vayan a romper nada... —murmuró para si misma Masumi mientras cerraba sus ojos. Se quedó mirando unos momentos el color blanco de la lata de refresco y algo llegó a su mente. Volteó a mirar hacia los que parecían más normales—. Oigan, ¿que han sabido de Yūki-chan?

—No hemos hablado personalmente con ella desde hace una semana. —contestó Takashi con tranquilidad mientras daba un sorbo de la cerveza—. Al menos no todos. Según sé, Chifuyu es quien ha estado visitándola constantemente.

Todos miraron al aludido que era claro que no era capaz de formular bien las propias palabras. Parecía que había aprovechado la ocasión para poder beber y quizás olvidarse de todo. No era el único en realidad, aunque en teoría esa reunión había sido para poder recibir a la considerada Mamá del grupo, también era para despejar un poco la mente de todos.

—Hey, Take-kun. —llamó Tenshi luego de un rato, viendo como este parecía un poco reacio a beber al estar observando todo, aunque tenía una lata a medio beber. Curioso, se volteó a verla—. ¿Has sabido algo de Yūki-chan?

—¿Eh? ¿Yo? Bueno... —murmuró el viajero con un poco de cansancio. Tal vez no bebió al punto que la mitad de los presentes, pero si lo hizo. Se sentía un poco fatigado—. Chifuyu quiso invitarla a que viniera hoy ya que estaba algo inquieta por tú estado, pero que no fue al hospital porque sentía vergüenza. Dijo que no quería molestar... Te mando saludos, por cierto.

Masumi se quedó mirándolo por unos largos segundos mientras mantenía una expresión atenta y que al mismo tiempo demostraba de alguna manera cansancio, ya sea su mirada caída natural o el verdadero hecho de que ella estaba cansada. Se sentía cansada. Entrecerró su mirada mientras sentía un fuerte escalofrío recorrerla por completo y al mismo tiempo una incomodidad, pero sólo suspiro y sonrió ligeramente de lado, con una expresión y mirada suave que demostraba comprensión. Pero, a comparación de lo que el teñido pensó, no dijo absolutamente nada y sólo se abstuvo de mirar que era lo que harían sus compañeros.

Takemichi sintió un sabor agridulce en su boca, así como un apretón en la boca de su estómago. La verdad era más que palpable la tensión en el aire, a pesar del mismo ambiente ameno que podía observarse, como todos parecían querer emborracharse lo más posible para olvidarse un poco de la situación tan reciente por la que estaban pasando. Apretó sus labios con una mirada un tanto afligida, observando el perfil del ángel de la TōMan.

Su miradas se comparaba a la de la triste y pequeña conocida como el ratón de Valhalla, y no pudo evitar pensar en ella.

«—¿Por qué otra vez están aquí?

Takemichi no pudo evitar mirar con cierta preocupación a la pequeña figura enfrente de él, tragando algo de saliva mientras conectaba su ojos con los cristalinos de la pequeña albina. Aquella mirada tan intimidante y profunda que ahora no parecía tener ni una sola chispa, como si le hubieran arrancado la vida de sus ojos. La verdad, lo entendía completamente. Entendía de alguna manera aquel sentimiento de pérdida por el que estaba pasando, sobre todo por el que él creía que había sido el amor de su vida.

Aquel por el que tanto había luchado. Miyūki había hecho lo mismo, pero terminó siendo la triste pérdida de su vida.

—Queríamos saber cómo estabas, Yū-Yū. —Chifuyu, quien estaba a su lado y era el principal por el que estuviera allí, mostró un tono de voz suave y al mismo tiempo firme hacia la pequeña albina.

La albina tenía una apariencia desaliñada, con su cabello corto más que alborotado e incluso llegando al punto de casi parecer sucio, las enormes ojeras que rodeaban sus ojos, la ropa descuidada... Definitivamente parecía que estaba pasando por el peor momento de su vida. Takemichi podía observarlo, incluso, de alguna manera, se recordó a si mismo en el futuro, donde su vida adulta era un asco y sólo hacía lo posible para tener dinero para la renta, para la comida y para un par de cervezas de vez en cuando. Se reflejó de alguna manera en ella.

Pero, la diferencia, siempre sería que ella era una niña.

—No tienen porque molestarse. —murmuró la más pequeña, agachando la mirada mientras frotaba su ojo con una de sus manos. Era más que claro que no parecía dormir bien—. Preocupense por Masumi-san, ella es la que necesita su atención.

—¿Quien dice que tú no la necesitas también? —replica Chifuyu mientras fruncía el ceño con severidad, pero era más que clara la preocupación en sus ojos—. Tenshi-san se encuentra mejor, hoy le darán de alta... Pero ahora me preocupas tú: estás completamente sola la mayoría del tiempo. ¿Que crees que me hace pensar que estés a solas sintiéndote así?

Miyūki nuevamente se queda sin demasiado para decir, apenas teniendo la fuerza suficiente para lograr sostenerle la mirada. Takemichi se sentía en medio de su tensión, casi asustado, abrumado. Se sentía abrumado por muchos factores, por demasiadas cosas . El nudo en su garganta era persistente, constante con el pasar de los días, incluso cuando no se comparaba con lo que sentían los demás, los más cercanos en aquella pérdida que golpeó bruscamente sus vidas. Incluso sentía que no era realmente justo que él se sintiera así, no merecía sentirse así.

Siempre pensaba en el hecho de que no había logrado hacer lo suficiente para evitar que Baji Keisuke fallecería. Si hubiera hecho lo suficiente, él estaría por ahí, burlándose o peleando con los demás que lo regañarían por haber hecho esa locura de ser un infiltrado.

«Ellos son mi mayor tesoro»

El nudo se hizo más enorme en su garganta, más persistente y más presente. No pudo aguantar el abultar sus labios en un pequeño puchero, sintiéndose frustrado y herido, herido por simplemente ver la manera en la que todos parecían tan afectados por lo sucedido. No los culpaba, no los juzgaba. Perder a alguien así, tan repentinamente, era la cosa más dolorosa que jamás alguien pudiera experimentar. Sea de la misma sangre, del mismo círculo social: siempre dolía.

—Baji-kun hubiera querido que no te quedarás sola. —la sorpresa no fue sólo en Miyūki, sino en Chifuyu al escucharlo hablar. Takemichi dió un paso hacia adelante para poder estar más frente suyo. Ella alzó su cabeza y lo miró desconcertada, pero, notándose el dolor en su mirada—. Quizás no lo conocí lo suficiente como tú o los demás, pero estoy más que seguro que él nunca hubiera querido que te encerraras de esta manera y te quedaras sola.

Yūki lo contempló con muchos sentimientos encontrados, con demasiadas palabras no expresadas en sus ojos los cuales había extendido casi en shock por sus palabras. Pareció querer echarse a llorar en ese momento. Agachó el rostro mientras hacía un ligero puchero.

—N-No quiero ser una molestia para nadie más... —admitió con cierto pesar mientras los mechones cortos enmarcaban su rostro y lo cubrían al mismo tiempo—. Masumi-san, ella...

—¿Crees que Tenshi-san te consideraría una molestia? No sé si Chifuyu te lo dijo, pero has sido por quien más ha preguntado. —el cuerpo de la albina se sobresaltó por sus palabras, alzando rápidamente su rostro y mirándolo con lágrimas no soltadas en sus ojos.

—Yo... —su voz salió temblorosa y ahogada. Los dos muchachos la veían con cierto pesar, y en este caso, fue Chifuyu quien habló, acercándose y tomando su mano.

—Recuerdas donde es la casa de Tenshi-san, ¿cierto? —dijo su amigo de toda la vida. Miyūki se quedó callada unos momentos pero asintió—. Vamos a estar allí para recibirla. Puedes ir si quieres, pero por favor, no olvides que yo sigo aquí.

La albina se quedó en silencio por varios segundos con una mirada llena de sentimientos encontrados y al mismo tiempo un toque de incertidumbre y dolor, porque eso era lo que sentía. Observó fijamente a su mejor amigo y luego dirigió su atención hacia donde estaba Takemichi, aquel que, de alguna manera, sabía que decir para poder llegar a su corazón. Se quedó callada por varios segundos, mirando hacia el suelo y luego hacia el agarre que tenía el del pendiente en su mano. Apretó sus labios, dudosa y al mismo tiempo algo temerosa, pero al momento que tomó una pequeña respiración, volvieron a escuchar su voz.

—¿Mikey-san no me echará...? —susurró un poco dudosa, haciendo que la expresión de ambos se suavizará, aunque Takemichi frunció el ceño en desaprobación hacia el aludido.

—Creo que si lo intenta tan siquiera, el que terminará siendo echado es él por Tenshi-san. —bromeó con poco Matsuno mientras bufaba.

—Por favor ve, Yūki-chan. —dijo Hanagaki con un poco de insistencia, mirándola con sus grandes ojos algo temerosos porque se quedara sola.

La nombrada volvió a quedarse callada por varios segundos, manteniéndose cabizbaja. Su ceño se frunció por unos segundos como si estuviera pensando o mirando sus opciones de que hacer, así como los pros y contras de ir, como la mirarían, como la trataría. Cómo la observaron el ángel de la TōMan luego de la última situación en la que estuvieron frente a frente. Pasaron unos largos segundos sin decir nada, hasta abrir suavemente sus labios y dejar salir un murmuro lleno de inseguridad.

—Lo pensaré.»

❛Hasta ahora no se ha aparecido...❜ fue lo que Takemichi una vez volvió al presente, dirigiendo una mirada dudosa hacia la mayoría que estaban ebrios y haciendo un digno espectáculo. Observó a Chifuyu con atención que se veía algo... intenso, pareciendo que sentía la canción que cantaba. Y era claro que la verdad estaba tratando de desahogarse, agregando lo inquieto que estaba mientras esperaba que llegara.

Tragó algo de saliva mientras pensaba en como se encontraría Hayami Miyūki, en lo que haría estando sola. Le preocupaba de sobremanera sabiendo que estaba a solas, con su propia mente maltratándola. Chifuyu le contó que últimamente, y de forma literal, ella estaba sola en casa: su padre estaba trabajando constantemente. Tenía en claro que ella, al parecer, tenía un hermano mayor pero que estaba hasta cierto tiempo en un reformatorio. Eso lo hizo también pensar en Kazutora y una vez más sintió la pesadez en su corazón volver a aparecer.

¿Y sí todo hubiera sido diferente...?

Sentía que era un disco rallado con sus pensamientos. Desde el Halloween Sangriento no dejaba de hacerse el tan dichosos «¿y si...?» una y otra vez, con la culpa carcomiendo su corazón; ¿y si hubiera evitado que Kazutora apuñalara a Keisuke en primer lugar? ¿Y si hubiera logrado parar el movimiento literalmente suicida de Keisuke? Incluso se preguntaba si su vida se hubiera salvado con el atentado hacia sí mismo, donde la ambulancia llegaba, lo tomaban en un estado grave pero, al igual que Draken, se salvara por los pelos.

Estaría en el hospital pensativo para luego que todos llegaran repentinamente a la habitación para ver su estado y ver el escándalo que todos harían por la locura que había hecho, siendo regañado por Draken, reprendido por Tenshi, probablemente golpeado por Mikey e incluso llorado por parte de Chifuyu ante el miedo que sentía. Keisuke seguro se quejaría de sus regaños y que lo dejarán descansar tranquilo, pero que luego de una semana, llegara con Tenshi ya dados de alta y estaría probablemente haciendo un desastre en la casa de ella, tratando de pelear con alguno de los presentes por estar ebrio.

Incluso sin haberlo conocido lo suficiente, podía imaginarselo allí, burlándose de Chifuyu pero al mismo tiempo siguiéndole el juego, tratando de hacer que Takashi se uniera, peleando con Cherry por una botella, tonteando con Tenshi. Mientras los observaba en esa escena, pudo imaginarse su figura haciendo cada una de esas cosas.

Si tan sólo él estuviera ahí.

—¿Takemichi-kun...? —Hina lo llamó suavemente con confusión, no siendo hasta que ella tocó su hombro un par de veces que reaccionó, mirándola desconcertado—. ¿Estás bien? ¿Por qué lloras?

¿En qué momento comenzó a llorar?

Pestañeó un par de veces sorprendido por sus palabras y el hecho de que incluso su visión se volvió borrosa unos segundos, boqueó sintiendo sus labios resecos y fue cuando sorbió su nariz húmeda que se dió de cuenta de que efectivamente estaba llorando, sintiendo la humedad de las lágrimas resbalando por sus mejillas. Se tocó estas mismas y rápidamente se las limpió mientras soltaba una risita algo nerviosa y temblorosa.

—¡Ah, lo siento! N-Ni siquiera me di de cuenta. —agitó rápidamente su mano para tratar de hacer de lado la notoria preocupación de su novia—. Creo que el alcohol me coloca sensible. Debe ser eso.

—Pero no te has terminado ni siquiera esa botella... —mira la botella apenas a medio tomar en la mano del ojiazul quien se quedó plasmado unos momentos, volviendo a reír un tanto forzado mientras rascaba su nuca.

—P-Pues... No estoy tan acostumbrado a beber. —fue algo torpe con sus palabras, pero sonrió mientras se levantaba—. Necesito algo de aire, ya vuelvo. ¡Sigue divirtiéndote!

Hinata observó confundida y bastante preocupada como él se levantaba de su lugar y se dirigía hacia la puerta de la casa de Tenshi, apenas siendo notada su ausencia por los demás, o al menos no todos se dieron de cuenta. Una mirada oscura siguió la figura del rubio mientras bebía de la boquilla de la botella con tranquilidad, entrecerrando sus ojos para ver hacia la de pelo corto y castaño que miraba hacia abajo aún desconcertada por lo que había pasado.

—Ahhh, ya volví. —a un lado de ella se dejó caer Emma con un suspiro aliviado, haciendo un puchero—. No lo hago demasiado, pero siempre que bebo me dan ganas de ir al baño cada diez minutos. —se estiró para agarrar una cerveza llena hasta la mitad.

—Ya no bebas más, Emma-chan. —frunció en ceño el reproche apenas escuchó la señalación de Tenshi, dirigiéndole una mirada quejosa.

—Pero déjame. Chifuyu está ebrio hasta las patas y no le dices nada. —señala al del aro quien se había acabado de caer del sofá de trasero, siendo señalado por Mikey mientras se carcajeaba sin pudor.

Masumi dejó salir un largo suspiro con cierta pesadez y al mismo tiempo algo de diversión, sonriendo de lado y dirigiendo su mirada un poco apenada pero entretenida la manera en la que su novio estaba carcajéandose sin pudor alguno. Observó por algunos segundos su perfil, observando la forma en la que tenía la comisura de sus labios alzadas y su boca abierta para dejar salir unas fuertes y risueñas carcajadas que podrían contagiar más a uno; fue el caso de Cherry que fue chocada por completo por sus risas y comenzó a reirse, pero, justo ahora, su atencion estaba puesta en Mikey.

«Masu... Cuida a Mikey»

Escuchar la voz de Baji la hizo sentir un fuerte estremecimiento en su cuerpo al punto de que un fuerte nudo en su garganta se hizo presente. Agachó la mirada mientras apretaba sus labios entre si, tratando de controlarse y no echarse a llorar en ese momento, pero con sólo volver a ver hacia Sano Manjirō y ver la contagiosa sonrisa que tenía en su rostro la hizo sentirse más tranquila, más calida. Una necesidad de continuar viendo su sonrisa y verlo así de feliz.

Podía tener una imagen perfecta de los días en donde él iba a visitarla en el hospital y sólo se encontraba él, como, a pesar de que le señalaban que no podía estar muy encima de ella, se subía a la cama de su habitación y se aferraba fuertemente a su costado, ocultando su rostro como un niño pequeño temeroso de la oscuridad, con una mirada que siempre comparaba al día en el que llegó a su casa apenas Shin'ichirō había fallecido.

Entrecerró su mirada con cierto pesar al recordar aquellos momentos oscuros en donde sólo quería hundirse en sus brazos hasta quedarse dormido y recobrar energia, como siempre decía. Sonrió de lado mientras movía su mirada hacia otro lado, observando el lugar donde estaba Hanagaki Takemichi, una de las personas que daba todo para resolver las cosas. 

Y sabía, que era uno de los que más estaba estresado.

TAKEMICHI OBSERVABA EL CIELO CON UN POCO DE CANSANCIO, TENIENDO una expresión agotada y al mismo tiempo abrumada. Dejó salir un enorme suspiro por la nariz para tratar de tener un poco más de calma al respirar, con demasiadas cosas en la cabeza y mucho golpeando su corazón. Su mirada demostrando incertidumbre y aflicción. Era mucho para digerir en ese momento y sólo quería apagar su mente por un rato.

Bajó su mirada al momento que alzó la botella que estaba en su mano a medio beber. Sabía que podía tomarse hasta donde su mente no tenga ninguna capacidad de pensar por si misma, así como una gran mayoria de los presentes había hecho para lo que podría considerar literalmente "ahogar sus penas". Dio un largo sorbo de la cerveza mientras suspiraba con cierta satisfacción, aunque la mirada en su rostro no cambiaba.

—En mi vida normal sólo compraría una caja de cervezas para mi solo en mi departamento... —murmuró para si mismo con una mirada algo apagada en sus ojos, sintiéndose igual de mierda que como se sentía en su propio presente.

—No sabía que eras alcohólico.

A comparación de otros momentos, no se sobresaltó demasiado cuando aquella voz apareció de repente a un lado suyo, estando recostado en la pared aún lado de la puerta de Kiyoko Masumi, quien era la que había salido y dado una sonrisa suave y tranquila mientras cerraba la entrada detrás de ella, escuchándose el sonido apaciguado de las quejas de Draken con las carcajadas de Cherry así como la música de fondo que cantaban a todo pulmón.

Si no fuera porque sabía el contexto, pensaría que realmente todos estaban teniendo una pequeña fiesta personal y ya. Como los adolescentes con sus vidas normales y sin problemas.

—No te juzgo, Hana-chan cada que tiene oportunidad se llena de cualquier trago que encuentre. —rio suavemente la de mechas rosáceas mientras recostaba su espalda en el lado contrario de la puerta donde él estaba—. Normalmente no bebo, pero a veces sirve para olvidarte de tú vida un rato.

Takemichi la miró por unos segundos con una mirada un poco entristecida, volviendo a dar una mirada hacia su botella y sonriendo sin ganas. —Es algo extraño... —murmuró el teñido mientras miraba hacia el lado contrario de donde estaba Masumi—. Todos parecen como si sólo estuvieran pasando el rato bebiendo y cantando. Cualquiera que los viera pensaría eso, que no estaría pasando absolutamente nada. 

—Están tratando de ahogar las penas. —habló Masumi mientras dirigía su mirada hacia enfrente, hacia la calle ahora algo solitaria y fría de la noche—. Sinceramente no soy alguien bebedora, pero si no fuera porque recién salí del hospital, estaría bebiendo hasta perder el sentido para olvidarme un rato de todo. —Takemichi alzó la mirada hacia la de mechas blanquecinas, no sabiendo si sentirse sorprendido de que ella le dijera eso—. Cuando me levanté, Chifuyu se puso a llorar cuando Cherry señaló algo que le recordó a Kei-kun, y también se puso a llorar. Tal vez el alcohol los vuelve tontos, pero el dolor sigue ahí.

El menor una vez más se quedó en completo silencio mientras apretaba el entrecejo, dirigiendo su mirada hacia sus pies. Sus manos temblaron al momento que las hizo puños por sólo pensar la razón del dolor que permanecía presente. Agachó la mirada mientras apretaba su mandibula, con el nudo persistente en su garganta, cerrando sus ojos con fuerza y dejando salir un enorme suspiro que apenas pudo controlar para que no se convirtiera en un sollozo.

A pesar de que había tomado algo de aire para tratar de despejarse un poco, cuando había llorado sin tan siquiera darse de cuenta, sabía que era inevitable escapar de lo que había sucedido. Las lágrimas se comenzaron a acumular en sus ojos, donde su mirada se oscureció y trataba débilmente de escapar de la atención de Tenshi quien mantenía su mirada en el cielo, sin decir nada.

—¿A Baji-kun le gustaba beber?... —preguntó con un tono de voz bajo y algo tembloroso, llamando la atención de Masumi.

La mayor lo miró por sobre sus hombros unos segundos mientras mantenía su espalda apoyada en la pared de su casa, con sus manos ocultas detrás de su espalda, entre la espada y la pared. Sus ojos se mantuvieron con aquella mirada caída de siempre, pero continuaba faltándole un brillo único que siempre tenía. Pero, no se deprimió más y sólo dejó salir una pequeña sonrisa mientras miraba hacia abajo.

—Un poco más y era alcohólico. —soltó la muchacha con un cierto atisbo de diversión al recordar los momentos donde agarraba sin parar las botellas de cerveza que encontraba—. Siempre que celebrabamos el cumpleaños de algún miembro de la pandilla o nos reuniamos porque si, buscaba probar todo lo posible. Pero aún así era un niño de casa. A pesar de estar borracho, se acordaba de su madre y nos decía a alguno de nosotros que lo recibieramos para no llegar borracho a la casa y que lo regañe.

—¿En serio...? —el tono de voz de Takemichi salió un poco apaciguado, tratando de imaginar lo que le decía. La verdad pensaba que era un adolescente rebelde que no seguía las reglas de sus padres.

—Pudiste verlo todo maloso y violento, pero su debilidad era su madre. —suspiró con cierta nostalgia mientras mantenía aquella suave sonrisa en sus labios—. Era muy tierno... A pesar de que fuera un busca problemas, lo único que quería era no causarles problemas a su mamá, pór mucho de que se quejara que lo regañaba por todo. —rio un par de veces hasta quedarse en silencio.

Masumi miraba fijamente hacia enfrente mientras mantenía una sonrisa de lado, pero con una mirada que demostraba una melancolía y tristeza pura. Justo ahora, con hablar y recordar esos pequeños detalles, el nudo se hacía presente en su garganta y lo único que quería era echarse a llorar, hacerse bolita en su lugar y abrazarse a si misma para buscarse consuelo, a pesar de que ya había llorado hasta casi quedarse sin lágrimas para soltar.

Pudo escuchar perfectamente como a su lado Takemichi no aguantaba sollozar, con frustración, con tristeza, incluso con rabia; porque eso era lo que él sentía, rabia por todo lo que se había desencadenado a causa de la muerte de Baji Keisuke. Masumi no dijo nada ni hizo nada, ya que sabía que de alguna manera estaba cargando con mucho en ese momento y que sólo necesitaba desahogarse. La expresión del menor mostraba frustración e intensidad, con sus ojos brillosos por la lágrimas que resbalaban por sus mejillas.

—M-Me daba algo de miedo, la verdad... —dice el rubio mientras sorbía su nariz, apretando con fuerza sus puños y sintiendo como la piel de sus dedos se presionaba contra el vidrio de la botella de cerveza—. Siempre lo vi de lejos hasta el día que dejó la TōMan y me golpeó. Aunque estoy acostumbrado a que me den un puñetazo en la cara...

Tenshi se quedó callada por varios segundos mientras escuchaba sus palabras, inhalando por la nariz y exhalando por la boca de forma temblorosa. Cerró sus ojos con fuerza y sonrió de lado de forma triste.

—Él siempre ha sido así. —suelta en un tono de voz bajo y terso, pero lo suficientemente audible como para que Hanagaki entre su llanto la escuchara—. Se hizo amigo de Tora-kun luego de darse una paliza... Peleaba todo el tiempo con Manjirō-kun. Casi siempre las amistades que él hacía empezaban dándole un puñetazo en la cara a alguien. —hace una pausa, alzando sus parpados y dejando ver sus ojos llorosos—. No tengo duda de que probablemente Kei-kun y tú hubieran terminado siendo buenos amigos.

Takemichi simplemente cerró sus ojos con fuerza mientras sus manos temblaban sin parar, agachando el rostro con pesadez mientras dejaba que las lágrimas salieran sin parar de sus orbes, no queriendo detenerlas, aunque en alguna parte de él pensara que no merecía llorar. Que no merecía estar triste por algo que pudo haber evitado en primer lugar. Hablar de él le provocaba mucha tristeza en todos los sentidos, escuchar la dulzura y nostalgia con la que hablaba Tenshi le daba mucha tristeza.

Masumi lo miraba con pena, con melancolía y una sonrisa y expresión triste, porque sabía que se estaba echando encima una carga que ni siquiera era de él. Sonrió porque entendía el dolor que estaba sintiendo incluso cuando no había convivido tanto tiempo con Baji Keisuke como ella, porque una pérdida seguía siendo una pérdida vea por donde la veas.

—N-No quiero... No quiero que todo se arruine otra vez, e incluso peor... —admitió en un tono bajo mientras pensaba en el hecho de lo que podía desencadenar la inevitable muerte de Keisuke, en el rebote que haría en los demás—. No quiero pensar en lo que podría hacer Yūki-chan, se veía tan mal, y por que no pude...

—Oye, ¿qué te había dicho? —regañó sutilmente mientras le daba unos pequeños toques con sus nudillos contra su cabeza. El rubio se calló ante los golpecitos—. No tienes porque seguir culpándote de lo que sucedió, Hanagaki Takemichi. No era tú responsabilidad en absoluto por mucho que lo digas. Manjirō-kun lo dijo; la vida a veces es injusta, pero las cosas a veces son inevitables por mucho que duelan.

—P-Pero... Ella podría... —se quedó callado al recordar el futuro, como ella misma se suicidó enfrente de él al decir que estaba cansada y agotada por todo, como su estado se desencadenó por la muerte de Baji.

—Yo también me preocupo por Yūki-chan. Sé que debe estarla pasando mal. —mira hacia el cielo con pesar con un suspiro triste y una mirada agota—. Pero yo no voy a permitir que esté sola. Voy a acompañarla en todo lo posible y así podamos salir de esto. Todos juntos vamos a salir de esto, ¿okey? —lo mira con una sonrisa que lo descolocó por unos momentos.

Volvió a agachar la mirada con impotencia mientras apretaba su mandibula, pensando en la pequeña albina y en lo que podía estar haciendo en su tan profunda soledad. Pero, su atención fue a otro lado cuando tanto él como Kiyoko escucharon la reja de la residencia rechinar al momento de abrirla. Ambos adolescentes alzaron la mirada con curiosidad, observando una pequeña figura cerrar la reja con cuidado mientras suspiraba, girándose y quedándose tiesa en su lugar.

La pequeña albina parpadeó un par de veces al observarlos afuera, creyendo por un momento que estarían dentro. Era claro que si estaban teniendo aquella pequeña reunión al escuchar las risas y música dentro de la casa y como Hanagaki sostenía una cerveza. Se quedó en su lugar mientras los más altos se sorprendían al ver a Hayami Miyūki llegando al lugar.

—¿Huh? ¿Masumi-san? —soltó un poco confundida, recibiendo una feliz sonrisa de la aludida al ver como había aparecido. Aunque su atención fue hacia donde estaba Takemichi con las lágrimas cayendo por sus mejillas, completamente quieto en su lugar—. ¿Takemicchi? ¿Estás...

El teñido mantuvo su mirada completamente fija en —¡Yūki-chan! —soltó mientras iba a tropezones hacia la pequeña albina quien lo miró extrañada hasta casi caerse cuando él repentinamente se lanzó a abrazarla—. ¡V-Viniste, si viniste! —Masumi apretó el entrecejo observando la escena.

—¿Desde cuando somos tan cercanos para que me abraces así? —cuestionó más que confundida por la forma en la que había sido recibida, escuchando nada más que el llanto dramático del rubio.

—¡H-Haré todo lo posible para que tengas un buen futuro, lo juro! ¡Hay muchas razones para vivir aunque él no esté! —decía de forma dramatica mientras apretujaba fuertemente a la albina que trataba de zafarse de su agarre con una expresión conmocionada e incómoda.

—¿Pero de qué hablas? ¿estás ebrio? ¡Suéltame! 

Masumi miraba sorprendida la escena y la repentina escena de Takemichi, incluso preguntándose lo mismo que había dicho la pequeña ojiazul al momento que llegó, de en que momento se volvieron tan cercanos. Entrecerró sus ojos confundida pero luego suspiró, dejando salir un pequeño suspiro al pensar el hecho de que efectivamente debía ser sensible al alcohol y ya estaba afectándole, aunque sabía por lo que estaba pasando internamente y su preocupación con Miyūki.

Estaba feliz de que hubiera ido.

Hola hola, mis solecitos. Al fin actualice esta cosa luego de un tiempo 🙏🏻😈

Muchos lo vieron en mi canal de difusión, pero aún así voy a decir que este capitulo me dio EN TODA MI MADRE DIOS MIO, SENTÍA DEMASIADAS COSAS ESCRIBIÉNDOLO😭

Incluso en algunas partes me tenía que detener un poco para poder digerir lo mismo que yo estaba escribiendo, pero la verdad estoy muy satisfecha con el resultado por el hecho de que incluso llegó a afectarme a mi👹

Creo que ponerme a escribir un proceso del duelo por la muerte del Bajito fue mas complicado de lo que pensé

¿Que puedo decir del capitulo en si? PUES TODO FUE COMO PLANEE: todos recibiendo a la mami Tenshi y pasando un buen rato para literalmente ahogar las penas

Creo que lo unico diferente era que yo había planeado meter a los gemelos Kawata e incluso a Hakkai a la fiestota (nueve personas) y así pero no me gustaba como estaba quedando y lo edité tantito, aparte sentia que estaba colocando mucho relleno y así. Yo me enredo cuando escribo demasiados personajes a la vez😴

TAMBIEN iba a meter un par de escenas más del MasuKey pero no veía lugar donde entrara al menos en ese capitulo, pero no problem que tendrán mas escenas de ellos en el proximo capitulo :). Este quería enfocarlo un poco más en como todos recibian a mami Tenshi y cierto reflejo del luto por lo que estaba pasando

Y aparecio nuestra minuscula Yūki, hacía falta verla un poquito. La verdad me da penita por lo que ella está pasando jaja'nt, literalmente anda pasando en un momento depresión. Por eso Chifuyu insiste mucho en que esté con él porque incluso no sabe que haría estando sola y deprimida. Al menos apareció y no estará Sola

Bueno, para quitar las penas tomen un dibujito MasuKey que publicaron la cuenta oficial, lo ví y quedé impactada

LOS AMO MUCHO BASTA, MIREN Q MI MASUMI CHIQUITA SKKDLSLS😭😭😭 Fue hecha por redrioactive con sus bendecidas manos. Hay otros dibujitos super bellos de ellos dos, pero mi canal es el privilegiado de verlos primero 🤭❤️

(Podemos hablar de lo mucho que Mami Tenshi me recuerda a Baji? Lo veo en todos lados)

En fin, recuerden votar y comentar para desbloquear el siguiente capitulo, sobre todo porque estamos muy cerca del final :p. Vayan a mi canal de difusion donde doy avances de los proximos capitulos en incluso del siguiente libro❤️😽

¡ RECTA FINAL DE STILL WITH YOU !

❪📚❫',·curiosity's zone

#La última vez que estuvieron todos juntos y salieron a beber fue en el cumpleaños de Draken, y efectivamente todos bebieron. Uno de esos fue Baji y se agarró a pelear con un señor porque dijo que le había respirado feo (según él de forma provocadora). Ese día le dijo a Masumi si podía quedarse en su casa porque estaba muy borracho. Todos terminaron durmiendo en su casa, sólo que Mikey si durmió en la misma cama.

#Wakasa habló personalmente fue con Mikey para poder preparar la bienvenida de la mami Tenshi. Le dijo que quería recibirla bien y pasar un buen rato con los demás (esto lo dijo rápido porque sólo dijo pasar un buen rato e inmediatamente él lo miró feo). De hecho, él fue quien le compró la cerveza para saber que cantidad iban a beber.

#Masumi ha bebido antes ya que inevitablemente siempre la convencen. No es tan mala bebiendo ya que no se emborracha muy rápido, pero si se vuelve muy adormilada. La última vez que bebió mucho le terminó vomitando los zapatos a alguien (fue Mucho).

→S H A N X L A B Y X←

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