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❪𝟱𝟰❫ ; 𝗯𝗶𝘁𝘁𝗲𝗿𝘀𝘄𝗲𝗲𝘁.

ARC THREE; EVERYTHING FOR THE ANGEL
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CAPÍTULO CINCUENTA Y CUATRO;
AGRIDULCE
si tan solo❜


Si no cumplen la meta, ¡no se actualiza hasta que sea cumplida!❌Y si, hablo por ustedes, lectores fantasmas. Dejen su voto y así sea un comentario para que tengan capitulo nuevo.🐣

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©Shanxlabyx
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EL SONIDO DE LA AMBULANCIA RESONÓ EN EL LUGAR, SIENDO UNA señal para que todos los pandilleros presentes ya se fueran. Todos comenzaron a levantarse y a reunirse en sus propios grupos, los Hermanos Haitani se levantaron y se fueron sin más, El Flaco alzó la voz lo suficiente para que todos los presentes comenzaran a moverse, y los miembros de Oasis se tomaron su momento para observar la escena tan silenciosa que estaba alrededor de los miembros de la TōMan. Más que nada las cabecillas de estas que veían con atención mientras se bajaban del capo del auto donde estaban sentadas.

La rubia apretó sus labios mientras observaba el cuerpo inerte de Baji Keisuke en los brazos de su vice capitán, dirigiendo su mirada a quien claramente peligraba de ir por el mismo camino que él, y más de uno lo pensó cuando ella balbuceó algo inteligible y terminó desplomándose sin más por la enorme debilidad que de por sí poseía, alertando a más de uno.

—¡Masu! —exclamaron todos, así como su apodo de pandilla con la preocupación a mil por hora, donde Takemichi al ser quien de por si la estaba sosteniendo, la atajó antes de que cayera de lleno al suelo, con sus ojos ya cristalizados por la pérdida anterior y ahora por la preocupación.

La vice comandante de Oasis suspiró con pesadez mientras observaban como una gran mayoria de los miembros de la TōMan fueron hacia ella para hablarle y tratar de socorrerla, siguiendo con la mirada brevemente a Mikey arrodillarse con apremio a un lado de ella. Dejó caer sus hombros con pesar y dirigió ahora su mirada hacia la pelirroja a un lado de ella que se subía en la parte de atrás del auto, siendo seguida por ella. Esta misma notó su mirada y sólo desvió la suya hacia un lado.

—Ahora no. —declaró la pelirroja sin más, recibiendo un pequeño resoplido, para imitar a los demás miembros de las pandillas al retirarse lo antes posible de ese lugar mientras el sonido de la ambulancia se hacía cada vez más sonora.

—¿Qué hacemos ahora? —cuestionaba Cherry mientras miraba con preocupación y un poco de conmoción el colapso de Masumi, aunque era más que entendible su estado.

—La policía debe venir también. —murmura Draken mientras se frotaba los ojos con sus dedos, los sentía pesados por las mismas lágrimas que había acabado de soltar. Resopló, observando hacia donde Masumi había colapsado, sostenida por Takemichi.

Más de uno sintió un mal sabor en la boca, ya sea por la pérdida que había acabado de pasar como por el estado tan grave de uno de sus miembros, uno de los miembros con más impacto. Todos sabían que ella tenía que ser tratada de inmediato, en si era sorprendente como había logrado aguantar tan duramente a lo largo de la pelea luego de haber sido apuñalada de esa manera, incluso luchando en el proceso a pesar de los desmayos que más de una vez había tenido y asustó a más de uno. Esta no era la excepción.

❛La policía ya viene...❜ pensaba Takemichi con cierto pesar y no sabiendo si podría tener un poco de alivio tomando en cuenta el estado tan grave del Ángel de la TōMan quien parecía ya haber perdido las pocas fuerzas que se había impuesto a si misma para aguantar al final. Apretó su agarre sobre esta misma mientras observaba la expresión algo fruncida pero al mismo tiempo agotada de ella, demostrando el dolor y al mismo tiempo cansancio. ❛Ya vas a estar bien, Tenshi-san. Ya verás.❜

Dirigió su mirada hacia la TōMan, dándose de cuenta como los capitanes se miraban entre si pensando en que hacer con el estado de la vice comandante. Miró a Mikey por unos momentos y se dió de cuenta como no le quitaba la mirada de encima a ella, casi sin parpadear. La pequeña arruga que estaba entre sus cejas fruncidas era una clara señal de la preocupación latente en su cuerpo, sin detenerse a pensar en ningún momento en su propio estado que anteriormente a más de uno había preocupado.

Manjirō miraba fijamente hacia el cuerpo débil de Masumi, como su rostro estaba caído y sus mechones rizados y oscuros caían a cada lado de su rostro, a duras penas logrando sostenerse para si misma. Era más que claro para todos que estaba más inconsciente que consciente, sobre todo al haberla visto como se desplomaba tan repentinamente. Su mirada naturalmente oscura, pero que ahora tenía una matiz de melancolía, se movieron a un par de metros de ella donde estaba Baji. Frunció el entrecejo.

El ambiente estaba tan tenso que podía cortarse con un cuchillo.

—¿Y cómo hacemos con Masu? —cuestiona Takashi con una mueca en sus labios, respirando con pesadez y fijándose en como el sonido de la ambulancia resonaba a lo lejos, cada vez más escandaloso y sonoro.

—Si o si hay que llevarla al hospital, ya viene la ambulancia de todas formas. Pero... —secunda Draken con su ceño fruncido en un sentimiento confuso.

Se miraron entre si como sí tratarán de buscar una solución: lo claro era que Masumi tenía que quedarse para que la ambulancia la lleve, sobre todo en un estado tan grave como el que ella tenía y que a más de uno tenía preocupado. Pero, la cuestión era de quién se arriesgaría a quedarse con ella; era claro que sea como sea iban a terminar involucrando a quien esté allí con él fallecimiento de aquel chico de sonrisa afilada, incluso se preguntaban quien se quedaría para no dejarlo solo. Pero la otra cuestión era el ángel de la TōMan.

Takemichi miró hacia los capitanes y los cabecillas principales de la pandilla con una expresión entre nerviosa y preocupada, notando como Draken y Takashi terminaron mirando hacia Mikey como si esperaran cual sería la última palabra de él. Era un sabor realmente agridulce el que estaba en el ambiente, donde todos estaban en una clara encrucijada de emociones, y uno de ellos era Sano Manjirō. Podía sentir claramente la mirada de todos sobre él, pero estaba algo ocupado tratando de encontrar una solución a sus propios pensamientos.

Su entrecejo tembló un poco al momento que se frunció y dirigió nuevamente su mirada hacia la debilidad en el cuerpo de su novia, quien había sido el ancla a su cordura. Lo último que quería era que empeorara, así que, sólo frunció más el ceño y cerró sus ojos, donde todos escucharon el fuerte suspiro que dejó salir por su nariz. Había abierto ligeramente sus labios, dispuesto a hablar, pero algo más lo había interrumpido. O alguien más.

—Yo puedo quedarme con Masu cuando llegue la ambulancia. —la mirada de todos fueron hacia Hanemiya Kazutora, incluso Mikey. Este había dado un par de pasos al frente, pero no alzaba la cabeza. Su expresión era completamente apagada—. Voy a quedarme con Masumi y tambien... voy a quedarme con Baji. —murmuró con un tono de voz apagado y al mismo tiempo ahogado, en una mezcla de su propio cansancio y dolor—. Ustedes váyanse.

—Kazutora-kun... —suspiró Takemichi con cierto pesar.

—Yo también. —varios dirigieron sus miradas hacia la voz de Miyūki, observando como frotaba su antebrazo contra sus lagrimas y alzaba su mirada con seriedad pero un toque de dolor. Kazutora la observó por unos segundos—. Yo también me quedo.

Kazutora frunció el ceño y de inmediato negó con su cabeza. —No. Tú lárgate también.

—¿Qué? Pero si yo también quiero quedarme. Yo...

—Dije que te largues. —repitió con más firmeza mientras no la miraba, sintiendo aún el nudo persistente en su garganta—. Si te quedas, la policía te llevará también. No voy a permitir que eso pase. —los ojos de Miyūki estaban abierto con un brillo lloroso en ellos—. Yo causé todo esto. —agacha su mirada de forma triste pero al mismo tiempo determinada—. Quiero asumir la responsabilidad.

—P-Pero... —murmura aún dudosa y al mismo tiempo con tristeza, dando un par de pasos hacia él.

—Vete, Nezumi. —volvió a decir con firmeza y seriedad, apretando uno de sus puños mientras dirigía su mirada hacia el cuerpo pesado e inmóvil de quién siempre será su mejor amigo—. Sé que cuando Masu despierte, lo último que quiere es que alguien más sea alejado de ella injustamente. No quiero que siga perdiendo a las personas que quiere.

Miyūki se quedó sin palabras ante lo que le había dicho, con un brillo temerosos en sus orbes cristalinos. Kazutora en ningún momento la miró al hablar, pero había sido con un sentimiento tan seguro que el nudo en su garganta aumento y mostró una expresión angustiada y dolida, sabiendo lo que significaba lo que estaba intentando hacer. Tomar la responsabilidad de algo que, sea como sea, había causado. Agachó la mirada con sus labios temblorosos, dejando que sus cabellos cortos cayeran sobre su rostro y ocultaran las lágrimas que caían por este.

Todos habían sido expectantes de la sugerencia de quién había sido uno de los primeros y originales miembros de la TōMan, pero sabían que, sea como sea, la opinión que tenía más peso era la que esperaban. Los más cercanos se quedaron mirando fijamente al invencible Mikey, tratando de leer sus rasgos faciales que simplemente lo hacían ver pensativo y casi aburrido la mayoría del tiempo, incluso ahora, pero, por si mismo, parecía tomarse su tiempo para analizar lo que había escuchado y frunció el ceño, donde sus puños se apretaron con tal fuerza que sintió la plata del anillo en su dedo presionarse contra su piel.

Takemichi era uno de los que tenía muchos sentimientos encontrados en ese momento por la declaración de Kazutora, tanto por Baji como la responsabilidad con Tenshi. Miró a esta misma aún sostenida contra él y volvió a mirar hacia su comandante que analizaba la cercanía cada vez más notoria de la ambulancia al lugar: Draken era uno de los que lo miraban con un poco de inquietud, notando como tragaba algo de saliva y su mirada se entrecerraba con ligereza. Su pecho se movió cuando dejó salir un profundo respiro y humedeció sus labios, dispuesto a dar su respuesta.

—¡TōMan, nos vamos! —declaró con fuerza para que todos los miembros que quedaban llegarán a escucharlo.

Algunos se miraron un tanto dudosos como había accedido al plan de Kazutora, incluso este, aunque no se había notado, había sentido propia sorpresa de que le haya dicho que si. Alrededor se pudieron escuchar los rápidos pasos y trotes de los miembros de la Tokyo Manji para salir de aquel depósito de autos chatarra, dónde se escuchaba los motores de las motos para poder irse de allí lo más rápido posible. Los capitanes se quedaron mirando por largos segundos hacia Keisuke y luego hacia Masumi con intensidad, como si depositaran la esperanza de que todo salía bien.

Mikey se acercó a paso firme hacia donde continuaba Masumi completamente débil y vulnerable, aún sostenida por el viajero quien mostraba muchos sentimientos en sus orbes azules y llorosos. No dijo nada cuando él se agachó y ahora por si mismo la sostuvo, reincorporándola lo suficiente como para buscar un poco más de lucidez en ella, aunque tampoco la molestó demasiado.

—Vamos, Masu-chan. Ya te van a llevar al hospital. —dijo con un tono de voz suave mientras la ayudaba a levantarse, no haciéndola mover demasiado.

Takemichi, mientras se levantaba por si mismo, observó como Manjirō dejaba a Masumi cerca del cuerpo eternamente quieto de Baji en el suelo, observando en su campo de visión como Chifuyu tuvo que tragarse sus lágrimas por un momento y dejarlo allí para poder levantarse. Cualquiera podría darse de cuenta con facilidad la debilidad que la azotaba con violencia y al mismo tiempo la arrastraba por el suelo, con más de uno mirándola como si temieran que al desviar la mirada ya no estuviera respirando. Era el miedo de más de uno.

Y eso ella lo sabía.

—V-Voy... a estar bien... —soltó en un tono de voz débil y susurrado, donde unos muy pocos lograron escucharla. Mikey se quedó mirándola por unos largos segundos, mientras apretaba con fuerza su mano y apretaba su frente contra su sien por unos segundos.

El viajero del tiempo observó la escena por unos segundos, observando como el invencible Mikey se tomó su momento para estar con Masumi y luego la soltaba, levantándose, pero él siguió mirándola. No podía dejar de admirar la figura del angel de la TōMan dando la espalda a su dirección, donde sus cabellos rizados oscuros y con mechas blanquecinas se agitaban suavemente con la pequeña brisa aue había pasado por el lugar. Sintió un nudo en su garganta cuando tuvo un flashback de la última vez que vio viva al ángel de la TōMan en el futuro, y que, después de eso, había dejado de respirar.

Alzó la mirada con determinación y una pisca de miedo, porque estaba terriblemente asustado por lo que fuera a suceder, por lo del futuro sucediera en el pasado. Pero, tenía la certeza de que todo saldría bien con ella, que la había logrado salvar. Eso se decía a si mismo mientras tragaba saliva y trataba de mantenerse un poco más firme, mirando hacia donde estaba la corta cabellera de Miyūki moviéndose con el viento y su mirada ahora completamente fija en la dirección que estaba Keisuke, con una expresión y mirada desolada pero al mismo tiempo con demasiados sentimientos reflejándose en sus orbes cristalinos.

Sabía lo que tenía que estar pasando por su cabeza en ese momento, sobre todo, porque entendía aquel sentimiento de pérdida de la persona que más aprecio y amor tenía, así que no la juzgó y sólo coloco una mano en su hombro a la par que Chifuyu llegaba con ellos y miraba con tristeza a la menor, que apenas podía aguantar sus sollozos.

—Vamos, Yūki-chan. —soltó el viajero dándole un pequeño apretón en su hombro.

—Hay que irnos, Yū-Yū. —habló también Chifuyu con un tono de voz tenue y decaído, colocando su mano en su espalda y haciéndola girar para que avanzará.

Todos tenían el corazón apretado o realmente destrozado, mientras se iban de ahí y dejaban una parte importante de su vida, incluso de su corazón. Poco a poco el lugar se iba vaciando, donde sólo los capitanes y miembros fundadores de la TōMan se tomaron su tiempo para ver a Baji: Takashi dejó salir un enorme suspiro mientras acariciaba la espalda de Cherry y la hacía caminar, notando como ella aún estaba soltando lágrimas, Draken sólo observó silencio y con una mirada decaída hacia Baji, para detenerse en Masumi con intensidad, como si con eso dijera con fuerza que tenía que estar bien. Miró a Mikey por unos segundos como este se movía sin expresión alguna en sus facciones, pero con sus puños fuertemente apretados.

—¡Mikey! —la voz de Kazutora lo detuvo momentáneamente, si voltearlo a mirar. Este mantenía la misma expresión sombría y llena de tristeza en su rostro—. No voy a pedirte que me perdones. Ni por lo de Shin'ichirō... Ni por lo de Baji.. Pero cargaré con la culpa de por vida.

Kazutora se inclinó hacia abajo, juntando sus manos detrás de su espalda y haciendo aquella inclinación de ciento ochenta grados, casi con la intención de chocar su cabeza con el suelo, en señal de su arrepentimiento. Al comienzo Manjirō no lo observó, como si estuviera buscando las mismas fuerzas para hacerlo; pero, segundos después, cuando había llegado a la salida de aquel depósito de autos, giró su cabeza hacia atrás y contempló la posición del chico del tatuaje de tigre por varios segundos. Su expresión no mostraba realmente algo, sus ojos eran un enigma, pero... realmente se sentía preocupado y al mismo tiempo con el corazón en la mano.

Respiró profundamente por la nariz mientras Draken, quien se había asegurado que todos los miembros de la TōMan se fuera, se detenía a un lado de él y miraba su perfil indescriptible, como mantenía su mirada completamente fija en la única que había sido capaz de descifrar al enigma que era Sano Manjirō. Con una mirada cargada de sentimiento, hizo un pequeño movimiento con su cabeza y se giró, siendo de los últimos que habían abandonado el lugar.

Kazutora apretó sus puños mientras observaba a sus compañeros por quizás última vez. Agachó la mirada mientras se preparaba para lo que estaba por venir, con el nudo incesante en su garganta, pero parecía que las lágrimas no eran capaz de salir de sus ojos más, al menos no por ahora. Escuchó una voz debil, así como un suspiro bastante vulnerable, sacándolo de sus pensamientos. Observó el pefil herido de Masumi, como tenía su cabeza hacia abajo y sus ojos revoloteaban cada tanto.

El cuerpo de Tenshi se balanceó ligeramente hacia los lados, y cuando estuvo a punto de irse hacia un costado por la debilidad, Kazutora había llegado a su lado a sostenerla y ayudarla a reincorporarse, no dejándola caer y al mismo tiempo teniendo un tacto suave y gentil. La cabeza de la femenina se apoyó sin fuerza sobre su hombro, haciéndolo estremecerse y quedarse quieto, como si ahora no supiera que hacer.

Pero, no hizo absolutamente. Se quedó mirando fijamente hacia el cuerpo inerte de Baji Keisuke enfrente de él, y en su campo de visión se asomaron sus manos las cuales observó fijamente. Las apretó en puños con un sentimiento de impotencia y frustración. Hizo una mueca mientras sus manos temblaban por unos segundos y sólo las dejó caer sobre sus rodillas.

Pero, lo único que podía hacer... era esperar.

—Tora-kun...

El cuerpo del aludido se estremece de arriba hacia abajo cuando escucha la suave voz de Kiyoko Masumi llamarlo, alzando sus párpados hacia donde ella tenía vagamente su cabeza apoyada. El sonido de la ambulancia se había hecho más escandalosa, sabiendo que en sólo unos minutos o incluso segundos estaría asomándose por la entrada; el inminente momento donde iba a enfrentarse la consecuencia que él consideraba más pequeña en todo lo que había provocado.

—Lo lamento... —susurró con un tono de voz apagado, no sabiendo exactamente a quien se lo decía. Pero, realmente se estaba arrepintiendo de todo, de como, nuevamente, una vida se había ido por culpa de él—. No me odies, por favor...

Masumi pareció no responder al instante, apenas revoloteando ligeramente sus párpados en señal de la debilidad en todo su cuerpo. Pero, con el pasar de los segundos, pudo abrirlos lo suficiente, demostrando que estaba lo suficientemente despierta como para escucharlo. Los orbes rósaceos de ella tenían una capa de cansancio, pero, al mismo tiempo, un sentimiento lleno de una fuerte tristeza.

Respiró profundamente cuando en su campo de visión observó el perfil de Keisuke y la nula respiracion en su cuerpo. Sentía su cuerpo completamente entumecido y al mismo tiempo con un constante cosquilleo por todo su cuerpo, con una incomodidad en su espalda y un ardor constante. Selló sus párpados entre si en un movimiento lleno de cansancio y al mismo tiempo agotamiento, pero, no se movió ni hizo algo más mientras sentía un punzante dolor en dolor en su cabeza cuando las sirenas de la ambulancia habían inundado el lugar.

Kazutora se quedó mirando con pesar y un sentimiento amargo en su lengua, no escuchando ninguna respuesta de la muchacha que estaba recostada en su hombro. Pero, de repene sintió un suave y algo frío agarrar en su mano, alzando la mirada con cierta sorpresa hacia Masumi al ver como había posado su mano sobre la de él, sintiendo sus propias manos temblar notoriamente por sentir como lo tocaba. 

—Y-Yo nunca... te odiaría, Tora. —murmuró en un tono de voz suave y bajo, pero con un atisbo muy fuerte de sinceridad y suavidad, a pesar de la debilidad—. L-La que te odiarán, por ni siquiera verlas s-son... mis hermanas...

El del tatuaje se quedó con su respiración atascada en su garganta así como el nudo persistente que provocó que unas silenciosas lágrimas comenzaran a resbalarse lentamente por sus mejillas y caer hacia abajo, sobre la chaqueta de Baji que parecía tan imperdurable en ese momento, y si no fuera por la sangre en la comisura de sus labios, pensaría que simplemente estaba dormido. Unos rápidos pasos se hicieron sonoros en el lugar, donde uniformados llegaron en la entrada del lugar.

Él apretó su mano con fuerza, entrelazando sus dedos con los del ángel de la TōMan y que en algún momento había sido la luz en su oscuridad, pero, por su impulso, estuvo a nada de extinguir. Los policías no tardaron en dislumbrarlos desde su lugar al mismo tiempo que Masumi sentía que sus luces poco a poco se apagaban, apenas viendo las figuras uniformadas correr hacia el lugar.

—Disculpate con ellas por mi. —declaró Kazutora con tristeza.

EL TREINTA Y UNO DE OCTUMBRE, LOS CIENTO CINCUENTA DE LA TOKYO MANJI pelearon contra los trescientos de Valhalla. El conflicto acabó con la victoria de la TōMan, un fallecido, un detenido y un herido, terminando grave en el hospital, pero estando lo suficientemente estable como para que no muriera más adelante, aunque había sido cierto que había estado muy cerca del borde de la muerte.

Era lo único que podía tranquilizar a Takemichi, a pesar de no haberla visto cara a cara. Según de pronósticos del hospital, estaba bastante delicada como para visitarla demasiado o tantas personas. Era como si se hubiera repetido el estado de Ryūguji Ken el Tres de Agosto, donde no hicieron más que esperar a que confirmaran que estaba estable. Se había acercado realmente bastante a tener que entrar a cirugía de emergencia, aunque lo más riesgoso había sido el sobreesfuerzo en su cuerpo y la pérdida de sangre.

❛Todo pareciera ser casi igual que en el futuro, pero... Es diferenteno evitaba pensar mientras miraba hacia sus pies moviéndose para avanzar. Apretó sus labios entre si mientras comparaba como se había provocado el futuro anterior y los factores que habían cambiado. ❛Baji-kun falleció de todas maneras, pero... Kazutora-kun está vivo pero terminó detenido, Tenshi-san estuvo presente pero terminó en el hospital, aunque sin riesgo de morir

Dejó salir un suspiro tembloroso mientras alzaba la mirada, llegando a la entrada del hospital en donde continuaba internada Kiyoko Masumi, tratando de organizar sus pensamientos. No la había logrado ver desde el treinta y uno de octubre donde sucedió toda aquella tragedia, sólo sabiendo por boca de los demás que estaba fuera de peligro y que tenía que mantenerse en constante monitoreo en el hospital. Había pasado casi una semana desde entonces y hasta ahora ya habían dado el visto bueno de poder visitarla.

Todo iba a estar bien.

Cuando le indicaron en donde estaba la habitación donde estaba internada, se detuvo unos momentos y sintió un fuerte escalofrío por todo su cuerpo cuando quiso abrir la puerta. Tenía demasiado miedo, miedo porque toda esa situación se le hacía demasiado familiar: se recordó a si mismo entrando al hospital en el futuro y guiado por Naoto, donde Tenshi estaba postrada en la cama para siempre. Luego, recordó cuando caminaba por los pasillos de aquel Hospital Psiquiátrico y se encontró con ella de pie enfrente de él, pero su mente en cualquier lado, donde ella había perecido.

Todos le dijeron que estaba bien, había salido de peligro luego de hacerle una acelerada transfusión de sangre al haber perdido una cantidad considerable. Tragó saliva mientras se preparaba para verla y al fin llevaba su mano hacia la perilla de la puerta y la deslizaba a un lado para poder encontrarse con el ambiente frío y con aroma a medicina y limpieza de allí.

—Oh, hola, Takemicchi.

El cuerpo del teñido se paralizó momentáneamente cuando puso un pie en la habitación y se encontró con dos figuras más que parecían bastante cómodas en sus asientos. Se sobresaltó un poco cuando observó a Draken y Mikey dentro de la habitación, sentados en los sofás que estaban apoyados contra la puerta. La verdad ni se imaginó que ellos dos estaban allí: Manjirō estaba comiendo un dorayaki mientras Ken estaba fisgoneando los canales en la televisión hasta tener su atención en él.

—¡Mikey-kun, Draken-kun! —soltó un tanto sorprendido mientras se terminaba por adentrar en la habitación. El rubio más bajo alzó su mano con un dorayaki cubriendo su boca y no poder hablar—. No esperé... Bueno, si lo imaginé, pero no esperé que estuvieran precisamente hoy.

—Si fuera por Mikey, estaría día y noche metido en esta habitación. —bufa el del tatuaje mientras se recostaba más en el sillón—. Pero lo intentó y lo echaron de inmediato. Incluso se supone que no podemos estar muchos aquí, pero terminó amenazando al enfermero. —mira despectivo al rubio más bajo que solo movió sus hombros con desinterés.

—Entiendo... —murmuró Takemichi aún un tanto desconcertado. Agitó su cabeza y luego dirigió hacia la gran cama en medio de la habitación, delineando la abultación en las sábanas y como un cabello rizado estaba esparcido en las sábanas—. Tenshi-san...

Se acercó con un poco de inseguridad hacia donde estaba ella, observando la intravenosa en su brazo y su rostro pálido y aún con algunos raspones presentes, cubiertos por pequeñas tiritas. Se fijó en su rostro mejor y notó como mantenía sus párpados caídos con cierta pesadez, con una respiración lenta y constante. Parecía que estaba durmiendo. Sintió un sabor familiar al recordar como en el primer futuro estaba de la misma manera, aunque no tenía ningún tubo en su boca que la ayudara a respirar.

Era un sentimiento algo agridulce verla

—¿Cómo ha estado Tenshi-san? —pregunta con lentitud mientras volteaba a mirar hacia Mikey y Draken quien de repente dejaron de hacer lo que estaban haciendo y sus expresiones se colocaban sombrías—. ¿Eh? ¿Por qué colocan esas expresiones?

—Takemicchi... —murmura el del tatuaje con un tono de voz tenso, serio. Eso no hizo más que espantarlo y que su cuerpo se colocara rígido. Miró rápidamente hacia Manjirō que miraba hacia abajo.

—Ella no va a despertar nunca.

Sintió como si algo lo hubiera golpeado brutalmente en el estómago.

La expresión de Takemichi era un completo poema mientras sentía que el aire se escapaba repentinamente de sus pulmones y un nudo enorme instalarse en su garganta. Sus ojos comenzaron a abrirse de par en par mientras oscilaban su mirada en Ken y Manjirō, observando como bajaban sus miradas con pesar, incluso se quedó mirando fijamente hacia el novio de la chica por la cual había luchado muchisimo para que estuviera lo más sana y salva posible. Y ahora...

—N-No... No puede ser... —balbuceó mientras sus manos temblaban violentamente, con las lágrimas saliendo solas de sus ojos y mirando rápidamente hacia el rostro inerte y tan tranquilo de Tenshi—. ¡N-No, esto no puede estar pasando!

No pudo aguantar la enorme frustración que lo estaba azotando, cubriéndose el rostro con un quejido mientras las lágrimas caían una por una por su rostro sin parar, sintiendo como el aire le faltaba. No podía creer que esto había sido en vano, y al mismo tiempo peor. ¿Qué iba a suceder? ¿Mirai realmente no iba a existir nunca más? ¿Se había arruinado todo?

—M-Maldición... ¡Maldición! —se quejaba el chico mientras lloraba sin dudar, sintiendo que realmente había fracasado horriblemente en esa misión. Todo se iba a volver a repetir, era un idiota, un grandisimo idiota—. ¡Maldita sea!

—Si sigues alzando tanto la voz, te van a echar del hospital.

—¡N-No puedo evitarlo, Tenshi-san, es que...! —lloriqueaba el rubio mientras se cubría el rostro con fuerza. Pero, espera... Alzó rápidamente su cara llena de lágrimas hasta que sus orbes llorosos se encontraron con una mirada rosácea—. ¿¡T-Ten.... TENSHI-SAN!? —la aludida sonrió y casi de inmediato Mikey y Draken comenzaron a carcajearse.

Observó casi sin aire las facciones tan normales en el rostro de Kiyoko Masumi, con facciones pulcras y delicadas, sus párpados caídos con aquella mirada de cansancio que tanto la caracterizaba, sus largas y rizadas pestañas, sus labios rosáceos con naturalidad y que le mostraban una sonrisa algo tímida pero al mismo tiempo un tanto apenada. Estaba mirándolo con sus grandes aunque decaídos ojos rosas, con el mismo brillo de siempre.

Estaba con los ojos abiertos, estaba mirándolo con la misma ternura con la que lo observaba siempre.

¡Estaba despierta!

—¡T-Tenshi-san! —volvió a exclamar con un tono de voz tembloroso y no controlando demasiado el volúmen de su voz por la misma sorpresa.

—Hola, Take-kun. Me alegra verte. —saludó con dulzura la azabache, dándole una sonrisa al rubio que estaba en shock y boquiabierto.

—¿¡Q-Qué...!? ¡Pero... Pero no que tú...! —miró rapidamente hacia donde estaban aún carcajéandose a todo pulmón como si fuera lo más gracioso que hubiera sucedio. Al entender que, tomando en cuenta la reacción de ellos, se mostró alterado—. ¿¡U-Ustedes...!? ¡I-Idiotas...! —lloriqueó ahora con enojo, limpiándose las lágrimas con su brazo.

—Lo lamento, estos dos estaban aburridos, y como sabían que ibas a venir y eres fácil de asustar, pues... —Tenshi mira de reojo hacia donde su novio estaba tratando de recuperar el aire por carcajearse con tanta fuerza, al igual que Draken quien estaba tosiendo ya que se ahogó con su saliva—. Disculpalos... Ya sabes que sus bromas son crueles.

—A-A veces los odio... —sonrió de forma temblorosa mientras se aferraba algo tambaleante a una silla solitaria y se sentaba en ella, bueno, más bien se terminó desvaneciendo en su lugar. En realidad sentía su corazón a punto de salirse de su pecho—. C-Casi siento que iba a vomitar...

Sentía que le volvía el alma al cuerpo.

—Yo no estuve a favor de eso, pero... Lo lamento. —Masumi vuelve a disculparse mientras apoyaba sus manos en la cama y buscaba arrastrarse ligeramente para poder sentarse; Draken que estaba más cerca la ayudó a sentarse, con las sábanas aún cubriendo sus piernas—. En serio me alegra verte, aunque no quería recibirte así.

—E-Está bien, supongo... —sorbe su nariz con un poco de pesadez, ahora volteándola a mirar—. Pero... ¿si estás mejor? —murmuró un poco más calmado y tratando de tragarse el nudo en su garganta.

Hehe, tranquilo. Todo está bien. —respondió la chica con dulzura y un poco de pena al verlo incluso pálido. Al parecer si se asustó bastante—. Cómo realmente la herida no llegó a un órgano vital, estoy fuera de peligro.

—P-Pero... ¿no tuvieron que hacerte incluso transfusión de sangre? ¿En serio estás bien?

—Bueno, una herida abierta, sigue siendo una herida abierta. —se encoge de hombros mientras bostezaba un poco, volviendo a darle una sonrisa al rubio—. Y por el mismo movimiento constante, fue que me provocó la pérdida de sangre. Pero estoy mucho mejor. Ya me dijeron que me darán de alta muy pronto, claro, con muchos cuidados y evitar movimientos bruscos o sobreesfuerzo; podré estar como siempre en menos de un mes, incluso en unas semanas.

Takemichi se quedó mirando fijamente el rostro de la muchacha aún con una notoria preocupación en sus ojos, tragando algo de saliva. Se quedó mirando fijamente su rostro y la interacción con sus más cercanos; Draken continuaba mironeado un poco que realmente había de interesante en la televisión, mientras Manjirō había recostado sus brazos y su cabeza en el borde de la cama, cerca de la de mechas blancas. Esta distraídamente pasaba sus dedos entre sus cabellos rubios mientras él ahora miraba con cierto aburrimiento hacia la televisión, pero estando lo más cerca posible.

El ambiente... era algo extraño. Se sentía apagado, incluso cuando anteriormente ellos dos estaban carcajeándose sin pudor.

Agachó la mirada al darse de cuenta que los tres realmente estaban afectados, era algo que no juzgaría para nada. Incluso observó el perfil de Masumi y como estaba algo cabizbaja: las tiritas que cubrían las heridas en su rostro la hacía ver un poco más descuidada, sobre todo con la mirada llena de cansancio que teñía sus orbes, dejándolos entrecerrados con cierta melancolía. Se veía deprimida, a pesar de todo.

Y aún así, alzó su rostro y le dedicó una sonrisa llena de dulzura y afabilidad, tan característica en ella. —¿Cómo has estado, Take-kun?

El aludido parpadeó un par de veces ante aquella pregunta que siempre le hacía, cada vez que se veían, le preguntaba de su estado, incluso cuando ella era la que estaba más vulnerable en ese momento. Duró unos segundos en responder, con un silencio un tanto largo pero luego suspiró, agachando la mirada y tratando de mostrarle una sonrisa. No quería provocar que su ánimo decayera más.

—He estado... bien. —duda un poco al decir aquellas palabras ya que no sabía cómo se sentía en ese momento. Era una tormenta de emociones las que sentía, y no podía imaginarse alguno de ellos, sobre todo Mikey y Tenshi.

El rubio se veía casi como siempre, él era alguien muy difícil de leer, y la única que realmente podía hacerlo era la chica que acariciaba su cabello como si buscara reconfortarlo, sin despegarse de su lado. Se quedó en silencio nuevamente por un largo rato mientras buscaba que decir, sintiendo que quería decir demasiadas cosas y al mismo tiempo no fuera capaz. El ambiente era algo extraño, silencioso. Hace unos momentos ellos estaban riéndose por una broma -realmente cruel- y ahora de repente estaban callados, no como en otras ocasiones donde probablemente estarían molestándolo.

Incluso si fuera por mantener respeto de estar en el hospital, en otro momento, estuvieran más entusiasmados. Y entendía que aún estaban pasando por un sentimiento de pérdida, y por recordar ese hecho, no hizo más que sentir una fuerte culpa en su interior, no tardando en expresarlo.

—En serio lo siento... —dijo de repente, ahora llamando la atención de los demás presentes, aunque quien más se mostró interesada en sus palabras fue la femenina, mirándolo ahora algo confundida. El agachó la mirada con impotencia—. Si tan sólo yo...

—No te culpes, Take-kun. No tienes la culpa de lo que me pasó, en serio. —habló rápidamente mientras le daba una reconfortante sonrisa aunque algo apenada—. Míralo como que en algún momento iba a pasar y era inevitable. Al fin y al cabo los enfrentamientos de pandillas pueden suceder este tipo de cosas.

—Y que no vuelva a suceder, gracias. —habló finalmente Mikey mientras escondía su rostro entre las sábanas cerca de su regazo donde apoyó su frente. Masumi le dió un par de palmadita en la cabeza.

—Creo que contigo ya es más que suficiente. —no evita decir Draken mientras se daba un par de palmadas en el abdomen donde yacía la cicatriz de la apuñalada que recibió meses atrás.

—Bueno, ahora tenemos algo en común aparte de ser sub comandantes. —habla Masumi en un intento de aligerar el significado de lo que hablaban, refiriéndose al hecho de que ambos estuvieron en situaciones similares y le iban a quedar cicatrices igualmente.

Aunque no sólo físicas.

—N-No es eso... —murmuró Takemichi con un nudo en su garganta, apretando sus puños a cada lado de su cuerpo. Cerró sus ojos con fuerza, sintiendo su cuerpo temblar—. Si hubiera hecho algo más, nada de esto... hubiera pasado. Baji-kun no h-hubiera... —su voz comenzó a temblar cuando las lágrimas comenzaron a asomarse en sus ojos una vez más—. Debí haber hecho más, debí haber evitado que la situación terminara de esa manera. E-En serio lo intenté y aún así... ¡Maldición! —se queja en voz baja.

Sus manos temblaban hechas puños contra sus rodillas mientras las lágrimas caían hacia abajo y chocaban contra su piel o en el suelo. Sentía un enorme remordimiento hacia si mismo en ese momento, como la culpa lo estaba devorando vivo. No había logrado dormir demasiado esos días por lo que pensaba y pensaba, por la preocupación del estado de Tenshi, por lo que sucedería de ahora en adelante, por lo que sucedería en el futuro. Se replanteaba mucho que habían detalles que aún así sucedieron pero otros que cambiaron casi de pies a cabeza. Y aún así, se culpaba demasiado diciéndose «pudo haber hecho algo más».

¿Que sería del futuro ahora?

—Takemicchi. —escuchó la voz de Mikey con aquel tono de voz tan característico de él, haciendo que alzara la mirada y encontrándose con la mirada aburrida de él, pero que parecía demostrar algo más—. Deja de culparte, pareces un tonto.

—Manjirō-kun... —regaño Masumi mientras le daba una pequeña palmada en la cabeza. Takemichi miraba entre lágrimas al comandante de la TōMan que seguía viéndose inmutable como siempre.

—P-Pero... —balbuceó con voz temblorosa, siendo interrumpido otra vez.

—Tú no tuviste que ver con lo que le sucedió con Baji. No tuviste nada de culpa con lo que pasó. No tienes porque agobiarte al respecto. —declara con un tono de voz bajo y algo lento, pero con aquel hablar tan característico de él—. Tú mismo lo dijiste, ¿no? Baji no lo hizo en vano, lo hizo por una razón. Probablemente podría haber sido inevitable sea como sea. A veces las cosas tienen que pasar por algo por muy injustas que parezcan.

Takemichi admira como la expresión de Sano Manjirō se suavizó un poco más y le mostró una cálida y confiada sonrisa, incluso cuando en su propia interior sentía un sentimiento profundo de melancolía y tristeza, pero, como siempre, lo ocultaba con una sonrisa, una que buscaba reconfortar y al mismo tiempo tranquilizarlo a él incluso cuando podría ser una de las personas que más deben estar sufriendo.

—No te agobies, ¿si? —le regala una sonrisa relajada mientras se arrimaba un poco más a Masumi y recostaba cu mentón en su regazo, apoyando su sien en su abdomen—. Despejate y relájate. Sal con tú chica y pasa un lindo rato para que puedas tranquilizarte. Eso voy a hacer con Masu-chan, incluso dormiré a su lado para poder tranquilizarme.

—Sigo internada aquí. —señala la muchacha del hecho de que seguía estando en el hospital y no podía quedarse en la noche.

—Me escabulliré por la noche. No voy a dejar que me prohíban tomar la siesta con Masu-chan.

—Ahí si te llevan preso. —señala Draken con una mueca un poco molesta en su rostro ante lo infantil que podría ser su amigo, pero suspiró, mirando a Takemichi con la seriedad que tanto lo caracterizaba—. Pero Mikey tiene razón. Entiendo que sientas cargo de consciencia, pero tienes que saber que nada es tu culpa. Así que, tranquilo. En realidad, ya hiciste demasiado. Sólo descansa todo lo que quieras.

—Tienen razón. Take-kun, no te agobies demasiado y sólo descansa lo necesario. —ahora Masumi fue quien habló mientras extendía su mano y la posaba sobre la de él en un gesto reconfortante. Observó la sonrisa algo agridulce que le dió, con dulzura y al mismo tiempo tristeza—. En serio me alegra verte bien. Me hace feliz que estés aquí.

Takemichi observó con muchos sentimientos encontrados hacia el ángel de la TōMan, como incluso su mano tembló ligeramente cuando apretó la de él. No supo cómo sentirse, se sintió de repente muy tocado por sus palabras, por su mirada. Pudo sentir el hecho de que, a pesar de mostrar la tranquilidad y dulzura de siempre, estaba asustada y quizás aliviada, como si aún hubiera un temor palpable en ella, como si reflejara como él también seguía asustado. Por alguna razón, le recordó a una persona, una persona en particular y algo que lo había dejado pensando por el hecho, de que eso era lo que tenía como objetivo.

«Sé que cuando Masu despierte, lo último que quiere es que alguien más sea alejado de ella injustamente. No quiero que siga perdiendo a las personas que quiere.»

Sus puños se apretaron nuevamente contra sus piernas cuando la voz de Kazutora llegó a su cabeza, agachando nuevamente la mirada. Casi tuvo el impulso de preguntar si sabían algo de él, pero al mismo tiempo sintió que no era lo adecuado, no sabiendo como fueran a reaccionar: como fuera a reaccionar Sano Manjirō, incluso la misma Kiyoko Masumi, llegando a querer preguntar si hablaron de algo cuando ellos se fueron. Pero sólo suspiró, asintiendo a las palabras de ellos tres y como un silencio profundo se instalaba en el lugar.

—Dime, Take-kun... —llamó nuevamente la azabache, llamando su atención y observando su expresión más suave—. Cuéntame que has hecho en estos días. Aún tendré que estar un poco de tiempo acá, así que quiero escuchar del exterior.

—Has estado como una semana aquí, ¿qué dices? —no evita cuestionar Draken con un poco de extrañeza por la manera en la que habló, como si hubiera está mucho tiempo internada en el hospital.

—¿No puedo preguntar que hizo? Estoy aburrida, déjame.

—Pues si, se ha sentido una eternidad... —se queja Mikey como niño pequeño aún con su mentón en su regazo.

Takemichi observó la interacción de ellos tres, como el ambiente se había suavizado un poco pero continuaba teniendo aquella matiz de tristeza presente. Su mirada se suavizó un poco y sonrió con un poco más de tranquilidad al ver cómo estaban interactuando igual que siempre, incluso con el triste contexto detrás. Le tranquilizaba, que, de alguna manera, ellos continuarán juntos: que Mikey y Tenshi continuarán juntos. Eso garantizaba siempre la calma de la tormenta.

Suspiró. Quizás si debía relajarse un poco, pero, al mismo tiempo, había una inquietud súbita en su pecho que no podía ignorar, sobre todo tomando en cuenta todo lo que había sucedido y había sido tan diferente.

¿Que sucedería ahora en adelante?

¡Hola, hola! Finalmente vine con actualización de esta cosa 🥳

Lamento muchísimo la tardanza para actualizar, pero les recuerdo que tengo otras historias en emisión y en una de ellas se me fue mucho tiempo y trabajo terminar un capítulo que tenía que terminar si o si. Incluso duré como tres semanas escribiendo dicho capítulo 😴

PERO LO IMPORTANTE ES QUE LOGRÉ ACTUALIZAR

De hecho, termine este capitulo bastante rápido KSKDLDL ya que tenía planeado absolutamente todo lo que iba a pasar, y mientras estaba centrándome en la otra historia, organizaba los sucesos de este capitulo, así que, aquí está

¿Que les puedo decir de este capitulo? La verdad fue un cambio bastante extremo para mí debido a que ya no hay demasiadas emociones intensas, incluso siento que ahora todo se siente más triste y apagado. Es como si ellos me estuvieran demostrando su dueño 👹

La verdad, estuve a nada de mostrar a los capitanes de la TōMan esperando a que le dieran noticias de mami Tenshi, pero como ella no estuvo así EN PELIGRO como fue el Doraken en Moebius, no lo ví necesario. Aunque ojo que ellos si estuvieron al tanto de su estado el día que la llevaron al hospital.

Creo que es lo único que cambio de lo que tenía planeado, ya que, como dije, los CAPITULOS después del anterior van a ser más tranquilos por así decirlo, más tristes. No sé, pero así me sentí yo al escribirlos.

No falta mucho para llegar a los últimos capitulos, creo que en menos de diez o incluso en unos cinco llegaremos al final de ESTE LIBRO. En mi canal estaba hablando un poco de las continuaciones de SWY y como tengo organizado todo 🙈(psssssst el link del canal está en mi perfil, vayan que estoy activa)

Buenop, recuerden votar y comentar para poder desbloquear el siguiente capítulo y acabar rápidamente este libro. Aseguro que no voy a tardar tanto como en este ❤️🤕

❪📚❫',·curiosity's zone

#Wakasa fue el que contestó a la llamada del hospital respecto a Masumi y es quien se está encargando de los gastos del hospital, no sé si se fijaron en los detalles pero incluso la habitación de Masumi era por así decirlo de lujo. Él está cuidando a las trillizas. No pregunten dónde está Kaito porque ni él sabe.

#Si, a Masumi tuvieron que hacerle una rápida transfusión de sangre debido a que, aunque no haya sido en un órgano vital, la pérdida de sangre fue bastante prolongada y pudieron ver por la cantidad de desmayos que ella tuvo en medio la pelea. El hecho de que haya estado despierta fue por la adrenalina.

#Kazutora se culpó de absolutamente todo: la muerte de Baji Keisuke y las heridas de mami Tenshi. Si, a pesar de que él no fue quien la apuñaló a ella, se culpó respecto a eso ya que incluso considera que de manera indirecta si provocó que le hicieran eso.

→S H A N X L A B Y X←

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