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❪𝟱𝟮❫ ; 𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸𝗶𝗻𝗴 𝘁𝗵𝗲 𝗴𝗮𝗺𝗲 𝗶𝗶.

ARC THREE; EVERYTHING FOR THE ANGEL
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CAPÍTULO CINCUENTA Y DOS;
ROMPIENDO EL JUEGO II
❛con la mente nublada


Si no cumplen la meta, ¡no se actualiza hasta que sea cumplida!❌Y si, hablo por ustedes, lectores fantasmas. Dejen su voto y así sea un comentario para que tengan capitulo nuevo.🐣

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©Shanxlabyx
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AÚN RECORDABA LA PRIMERA VEZ QUE ESTUVO ENFRENTE DE Hayami Miyūki. Podía decir que había sido hace menos de un mes aproximadamente, cuando apenas estaba comenzando lo que muchos consideraban como el mes del miedo, siendo tan caracteristico por el último día de octumbre, donde todos podían disfrazarse de cualquier personaje de terror para asustar a las personas, o, en el casos de los niños, ir a pedir dulces si no querían una travesura a cambio.

Shinobu amaba el Halloween, se recordaba a si misma jalando a Shūji por las casas mientras se disfrazaba de cualquier cosa que fuera adorable o bonita a sus ojos, mientras que él buscaba la cosa más aterradora que se le pudiera ocurrir. Claro, todo era tan bonito y divertido para ella hasta que de repente se iba a quien sabrá que, pasando los años y sintiéndose sola, amargada, pero, extrañamente protegida -o controlada- por él.

Shūji decía que era su hermanita pequeña, que nadie podía colocarle un dedo encima a menos que se la vieran con él. La protegida de Hanma, la hermanita de Hanma. Siempre la han conocido de esa manera, nunca en el mundo de las pandillas pero siendo conocida siempre en estas. La primera vez que pudo dar la cara en una de esas fue cuando Valhalla apenas se estaba alzando, cuando la había llevado a un arcade abandonado donde, para su sorpresa, había más gente de la que esperaba de una pandilla que «recién estaba comenzando».

—Odio el humo. —se quejó mientras observaba a los que estaban jugando con las maquinitas y tenía, todo el lugar estaba nublado y el aroma le parecía más intenso de lo que estaba acostumbrada, involuntariamente cabe decir.

—A mi me relaja. No sé de que te quejas. —rio el de los tatuajes de pecado y castigo, observando el pequeño gruñido de esta por sus palabras—. Tú siempre andas mascando chichle y yo no te digo nada de que te quedes sin dientes por las caries.

—Es mejor que pudrirme los pulmones.

—Puede que me cree un cáncer de pulmón y a ti te dé diabetes. A ver quien se muere primero.

—¿Por qué querías que viniera? —dijo ya un poco hastiada de sus bromas y su actitud, queriendo que fuera directo al grano. Se cruzó de brazos, mirándolo desde abajo—. ¿Por que dices que me necesitas en todo esto?

—Aburrida. —Hanma bosteza ligeramente al ver como ella no le siguió el juego como hubiera esperado que hiciera, aunque al mismo tiempo sabiendo que no lo haría—. Bueno, ya sabes, esta es la guarida de Valhalla, está creciendo considerablemente y se necesita a los mejores. Eres una de ellas a pesar de tus piernas de fideo, tienes contactos en todos lados y eres escurridiza. —va hacia donde tenía una chaqueta doblada, dándosela con una sonrisa—. Así que, ¿qué mejor candidata para ser la capitana de la primera división? ¡Viva, estás oficialmente dentro! —aplaude sonriente al lado de su expresión de póker.

—Sigo sin saber para que me quieres metida en todo esto. —observa con un poco de dudas la chaqueta, observando el logo del ángel sin cabeza en la parte de atrás.

—Vamos, no seas así con tú hermano mayor. ¿No puedes hacer eso por mi? —Shinobu alza sus pestañas hacia él cuando apoya una de sus manos en sus hombros y se inclina hacia ella, colocando una sonrisa de costado—. Vas a estar respaldada si tanto te da miedo, vamos... ¿Acaso quieres quedarte sola? 

Shinobu frunce un poco su ceño por sus palabras, sintiendo una pesadez enorme instalarse en su pecho mientras veía sus propios dedos presionándose encima de la tela blanca de la chaqueta, delineando un poco el estampado y al mismo tiempo las alas que se alzaban hacia los lados en aquel material oscuro. Su expresión es bastante conflictiva por varios segundos hasta suspirar.

—Más te vale no meter débiles en mi división, porque juro que te dejaré a tú suerte. —sus palabras hicieron carcajear un poco a Hanma—. Y traeré a mis amigas conmigo, si no, no me uno a nada de esto.

—Ya, entendido, capitana. Lo mejor para la mejor. —alza sus manos en rendición, pasando su brazo por su hombro mientras la atraía hacia él—. Pero, temo decirte que sólo hay una condición respecto a los miembros de tú división. —aclara mientras la menor lo volteó a mirar un poco confundida apenas escuchó el «pero», sintiendo como apoyaba su dedo en su mejilla y la hacía girar su cabeza hacia una persona en especifico—. ¿Ves a esa pequeño ratoncito de allá?

La mirada de Shinobu fue un poco confusa al comienzo por aquel seudónimo, pero no replicó nada al dirigir sus pupilas hacia una pequeña figura sentada en uno de los sillones viejos que habían en el lugar; tenía la chaqueta de Valhalla rodeando su cuerpo, donde ella buscaba acurrucarse o ocultarse, su cabello blanco llegaba justo encima de sus hombros y se veía algo alborotado. Apenas veía una parte de su perfil, su nariz pequeña, sus pómulos delicados y pestañas del mismo color de su cabello. Sintió un escalofrio en su cuerpo por ver sus ojos dirigirse hacia ella con una mirada igual de fría como el hielo.

Ella es la pequeña Nezumi o Yūki, como quieras llamarle. Fue una de los primeros miembro oficiales de Valhalla, aunque te sorprendas—alza la comisura de su labio mientras observaba la mirada un poco dudosa de Miyūki hasta girarla y acurrucarse en el asiento, queriendo ocultarse. Rio al observar ahora la mirada confundida de su hermana—. Ella será tú vicecapitana. —Shinobu inmediatamente frunció sus cejas por sus palabras, volteando a mirar hacia la chica de pequeña estatura.

¿Ella? ¿Por qué ella? muestra un sentimiento algo despectivo en su mirada amarilla, igual a la de su hermano quien se rio un poco por su clara negación—. Digo, se ve súper pequeña e inofensiva. Parece que no podría ni lanzar un puño sin marearse, no quiero tener a una debilucha.

Sé de lo que hablas. Y no te quejes, tú también eres pequeña. le da un par de palmaditas en su cabeza como a un perro domesticado, recibiendo una inmediata manotada de parte de ella. Una vez más rió por su cara de mal humor—. Sé que se ve muy inofensiva, Shin-chan. Pero te sorprenderías lo que esas pequeñas manos han sido capaz de hacer.

¿Cómo qué?

Ella fue la persona que atacó al ángel de la TōMan, Tenshi-chan, el tres de agosto. no evita decir un poco maravillado y divertido por recordar ese día, a comparación de la más baja que volteó a mirar con incredulidad hacia él y luego hacia la albina. Fue muy intenso, incluso llegó a derribarla. Su objetivo era acabar con ella, pero bueno, las cosas no salieron. Fue divertido, hubieras visto como se colocó Mikey al saber que tocaron a su angelito.

—¿Ella fue... quien atacó al ángel de la TōMan? —recuerda las abundantes noticias del tres de agosto, de Moebius contra TōMan, donde Draken casi muere por una apuñalada y donde alguien había atacado a Tenshi. El saber que fue ella la dejaba sin palabras.

—Fría como el hielo, impredecible y al parecer intimidante a pesar de ser pequeña. Todos tiemblan por estar cerca de ella. —admite el de los tatuajes mientras estiraba sus brazos hacia arriba, hasta darle una palmadita en la espalda—. Sabes llegar a las personas más duras. ¿Quien sabe? Puede que ella se vuelva una leal amiga. —la mirada de Shinobu se agrandó un poco con una pequeña mirad casi ilusionada—. Te gustaría, ¿no? Aprovecha la oportunidad. Sé que te seguirá hasta donde le pidas.

Y ahora se preguntaba... ¿por qué estaba yendo en el camino contrario a ella? ¿Por qué estaba retrocediendo los pasos que había seguido detrás suyo y ahora iba hacia otro lado? El entrecejo de Shinobu estaba fruncido con fuerza mientras observaba de manera aún perpleja aquellos orbes azules que siempre llegaron inquietarla, pero que ahora no hacían más que confundirla. Boqueó un par de veces, tratando procesarlo.

—¿Qué...? —fue lo que murmuró por todas sus palabras, sintiendo como el aliento se atascaba en su garganta—. ¿Acaso te golpearon fuertemente en la cabeza y no estás pensando bien? ¡Estás loca por querer intentar eso! —trata de arrancarle la cuchilla a la cual aferraba con fuerza su mano, observando su mano contraria afianzarse sobre ella y hacer una agarre más fuerte.

—¡Pues estoy demente por querer evitar que asesines a alguien sin razón alguna! —replicó el ratón de Valhalla con una mirada feroz en sus ojos—. ¡Tenshi-san no merece nada de esto!

—¿Me vas a decir eso cuando tú fuiste la primera persona que le hizo esto sin merecerlo? ¿No tienes vergüenza? —escupió con desagrado y a su vez cierto tono algo traicionero, algo dudoso y ahogado—. ¡Estoy terminando tú maldito trabajo, se supone que deberías haber terminado esto tú! 

—¡Claro que siento vergüenza! ¡No sabes lo que llegué a llorar cuando me di de cuenta lo que había intentado hacer! —volvió a alzar su voz de manera exaltada, molesta y a su vez tan decidida que la dejó sin palabras—. N-No sabes lo que se siente, estar a nada de arrebatarle la vida a alguien, las posibilidades que habrían por delante, las consecuencias... ¿Crees que vale la pena mancharse las manos o ir a la cárcel?

—Yo nunca voy a ir a ese lugar. —bufó la chica mientras alzaba la comisura de sus labios, mostrando ligeramente su encía de forma intimidante—. Todo está estructurado de tal manera que ninguno va a terminar en la carcel. ¡Debes tener confianza en que todo va a salir bien..!

—¿¡Cómo estás tan segura!? —la interrumpe mientras le daba un fuerte empujón al punto de que pudo arrancarle la navaja de la mano. Miyūki siseó mientras sentía el fuerte ardor en su palma tomando el mango de esta—. ¿Cómo puedes estar tan segura que no vas a terminar perjudicada? Quizás no ahora, quizás no mañana... ¡Pero algún día la oscuridad te va a consumir y arrastrar! ¡Yo quiero ser una adolescente, quiero graduarme, quiero estudiar una carrera! ¡No quiero terminar con mi vida en medio de unos barrotes o metida en quien sabrá que cosa! 

La expresión de Shinobu aún continuaba mostrándose sorprendida, confundida, hastiada, pero, en un simple instante, en donde observó la mano ensagrentada de Miyūki, hubo un pequeño atisbo de vacilación, como si sus palabras hubieran logrado tocar algún nervio. Sus pupilas se movieron hacia la parte de atrás, en donde a duras penas se asomaba el cuerpo de Masumi en el suelo, pareciendo que le costaba respirar, pero siendo respaldada por la chica de mirada azulada y penetrante quien la observaba con una mirada bastante fija, casi intimidante.

Cerró sus ojos con fuerza mientras apretaba su mandibula, sintiendo una gran cantidad de pensamientos intrusivos que golpeaban su mente con brusquedad. Gruñó con fuerza y volvió a alzar su mirada de forma harta, fastidiada y al mismo tiempo traicionada. —Pues si estás tan dispuesta a ponerte en contra de Valhalla... No tengo más opción que matarte a ti.

Miyūki jadeó con un poco de sorpresa y shock, apenas reaccionando cuando ella se lanzó hacia su persona y tuvo que bloquear una fuerte patada que había ido contra su cuerpo, haciéndola retroceder varios pasos, quejándose ligeramente cuando sintió un fuerte golpe en la cara. Sintió como su labio se reventaba y resbalaba un pequeño hilo de sangre por este, gruñó cuando bloqueó un golpe que iba una vez más hacia ella; trataba de mantener distancia, de bloquear sus golpes, porque estaba cansada de pelear, no quería pelear.

El aire escapó de sus pulmones cuando sintió un fuerte patada en su abdomen que la lanzó directamente al suelo, llegando a raspar un poco su única mano buena mientras la otra se apoyaba en el pavimento, haciéndola tener un fuerte estremecimiento de dolor. Se sentó como pudo entre un chasquido de dolor, estremeciéndose al sentir algo cálido tocar la palma de su mano, mirando rápidamente hacia atrás se dio de cuenta de un sutil camino de sangre y al alzar un poco la mirada distinguió el cuerpo aún tembloroso del ángel de la TōMan, quien parecía luchar por mantener una respiración estable.

—Tenshi-san... —murmuró un poco agobiada y al mismo tiempo preocupada por ver la cierta pesadez con la que parecía respirar. Pero, notó la sombra que se alzó sobre su figura, haciéndola mirar rápidamente hacia arriba, encontrándose con la mirada amarilla de Hanma Shinobu.

—Si esta pelea debe terminar, es con la muerte de alguien. —escupió ligeramente mientras un mirada un poco oscura se instalaba en sus pupilas, frunciendo el ceño y ahogando un suspiro tembloroso—. Después de todo, la tristeza es pasajera. —chitó mientras se encaminaba hacia ella.

Pero, unos bastante rápidos pasos llamó la atención de ella y de Miyūki, en donde Shinobu apenas giró su rostro y redujo sus pupilas por un segundo cuando observó la figura que iba hacia ella; no pudo reaccionar cuando un fuerte puñetazo dio contra su cara al punto de lanzarla hacia un lado. Miyūki vio todo pasar entre sus ojos con impresión, observando la curvilinea figura y el rostro deformado por ira de Cherry de perfil y fija en el rostro contorsionado de dolor de la de mechas rubias.

Todo volvió a su velocidad normal cuando el cuerpo de Shinobu chocó contra el suelo en un brusco movimiento, Miyūki respiró con un poco más de tranquilidad, pestañeando confundida hasta alzar la mirada y encontrarse con la tela oscura y los kanjis de la Tokyo Manji en la chaqueta de Asami Hana, conocida como la indomable Cherry.

—¡Ahí tienes, maldita perra! —chitó la rubia de forma quejosa mientras agitaba ligeramente su puño, con una vena marcándose en su frente.

Yūki se encontraba aún procesando un poco lo que había acabado de pasar mientras observaba la figura firme y confiada de uno de los miembros fundadores de la TōMan, digeriendo un poco lo que pasó... ¿La había defendido? ¿A ella? Apretó sus labios de forma temblorosa mientras seguía en el suelo sosteniéndose la mano y tratando de mantener la compostura, tratando de comprender que lo que sucedía era real.

—Si de verdad es lo que creo que es... —Cherry habló con un tono de voz bajo y neutro, observándola colocarse en posición de pelea mientras Shinobu se levantaba y la observaba furiosa—. Más te vale cuidar a Kimi-chan. —gira su cabeza por sobre su hombro, y por primera vez, ve una sonrisa calida en sus labios—. Prometió disfrazarse con Emma-chan y sus hermanitas.

Un brillo se instaló en los orbes de la albina apenas escuchó esas palabras, sintiendo un nudo formarse de golpe en su garganta y en su pecho de forma dolorosa. Una pequeña capa de lágrimas cubrió sus ojos inevitablemente y se sintió de repente más acompañada, sentía que no estaba completamente sola. Casi se pone a llorar ahí mismo si no hubiera sido por que Shinobu se había lanzado a Cherry, logrando golpearla y desorientarla un poco, hasta gruñir y devolverle el golpe. Enfrente de sus ojos no tardó en armarse un enfrentamiento a puño aliento entre Cherry y Shinobu.

Respiró con un poco de pesadez al sentirse un poco más resguardada, girando su cabeza rápidamente hacia atrás para girarse por completo a ver el cuerpo débil de la vice capitana de la TōMan y como respiraba con pesadez, con una mano en su abdomen, como si debilmente buscara sostenerse. Trató de sostenerla con mucho cuidado, observando su piel palida y como sus ojos estaban a dura penas abiertos, con su mirada perdida. Se veía algo ida.

—Tenshi-san... —susurró un poco temblorosa mientras veía con temor la cierta cantidad de sangre debajo de ella. Mordió su labio inferior al no saber exactamente que hacer, rayos, quería llorar en ese momento. Se tensó cuando escuchó otra voz que siempre le colocaba los nervios en punta.

—Oh, Cherry, Cherry... ¿Acabaste de golpear a mi hermanita? —canturreaba Hanma con un tono lento mientras la aludida frunció el ceño luego de haber lanzado una vez más a Shinobu al suelo—. ¡Pues lo que te espera es que te devuelva el golpe diez veces más! —se carcajeó con una mezcla de ira y euforia, lanzándose hacia su dirección. Aunque un fuerte agarrón en su chaqueta y el golpe en su mandibula no se lo permitió, tratando de mantenerse de pie, algo desorientado.

Jadeó ligeramente, sonriendo con un poco de pesadez hacia el tipo de alta estatura y tatuaje en su sien quien lo observó con una mirada penetrante en sus orbes oscuros que lo miraron con fastidio.

—¿Acaso eres un maldito zombie? —gruñó Draken al ver como continuaba manteniéndose sonriente a pesar de los golpes—. Tú oponente soy yo, Hanma. —declaró con su ceño fruncido como de costumbre, haciendo chitar al aludido mientras volvía a sonreir. Miyūki se sobresaltó cuando Draken volteó a mirarla por sobre su hombro, tensándose en su lugar y poniéndose firme de repente.

Draken no hizo más que darle una mirada rápida, así como su mano temblorosa y ensangrentada, pero observó la mirada temerosa en sus penetrantes ojos azules. Frunció un poco el entrecejo por notar la imperceptible capa acuosa que tenía, un claro indicio que estaba aguantando las lágrimas. Miró entre sus manos el cuerpo de Tenshi y como respiraba de forma pesada, su entrecejo apretándose un poco más por saber en el estado que estaba, pero observó la mirada bastante leve que le lanzó, dándose de cuenta que de alguna forma continuaba lúcida, pero claramente el hecho de que estaba más pálida de lo normal era lo que llegaba a aterrarlo.

Bufó, mostrando una expresión seria y ocultando el nerviosismo que lo invadía por verla en esa manera.

—Aprieta su herida con algo para evitar que se desangre mientras llega la ambulacia. Mitsuya ya la llamó. —declaró para sorpresa de la menor, mientras él se giraba para poder enfrentar a Hanma que se limpiaba la mandibula y sonreía—. ¡Sólo hay que esperar! —declaró lanzándose al chico de los tatuajes pecado y castigo, reanudando su inminente pelea.

Miyūki sentía su corto cabello moverse con el viento, por el constante movimiento que había a su alrededor, el roce y el arrastrar de cuerpos o de las botas de los miembros de ambas pandillas. Todos peleaban por el dominio, por la fuerza, por quien iba a caer primero, y unos pocos, por vivir. Masumi era una de ellas, a quien miró con una mirada bastante nerviosa al recordar en el estado que estaba, espantándose al ver la debilidad con la que respiraba.

—Apretar... ¡Apretar con algo...! —miró hacia los lados con nerviosismos para tratar de cargar, con dificultad al ser más pequeña que ella, su cuerpo hacia un lado menos movido, apretando sus labios al notar el ligero charco de sangre donde estaba y como hizo un camino—. Algo... A-Algo...

Llevó sus manos temblorosas entre las mechas blanquecinas de su cabellos, pensando que usar, sintiendo los nervios y la ansiedad invadirla por no saber, mientras observaba la piel cada vez más palida de Masumi enfrente de sus ojos. Quería llorar, pegarse por no moverse de una vez. Pero, mirando su propia mano y la manga que cayó en su palma de su chaqueta la hizo reaccionar, moviéndose rápido y quitándosela, dejando ver la camisa de manga larga oscura que llevaba debajo; se concentró en cortar una de las mangas de la chaqueta y trató de levantar lo suficiente a la mayor para ubicar bien su herida, haciendo un torniquete algo descuidado, pero hizo lo posible porque apretara, manchando sus manos con sangre por la misma presión.

—Nadie va a morir, nadie morirá... —recitaba en silencio mientras su respiración era pesada y entrecortada, tratando de mantener la compostura, haciendo de forma temblorosa el nudo con la tela—. Nadie va a morir, nadie va a morir... El único que tiene que caer... es... es...

—Es Kisaki. declaró la voz del chico que estaba arriesgando todo por todos, con aquel tono de voz tan grave y que podía ser burlona e intimidante—. Él es el verdadero y único enemigo.

Inconscientemente sus ojos lo buscaron entre el montón de personas, pasándose en donde Cherry y Shinobu estaban golpeándose sin pudor algunos, así como Draken y Hanma que ninguno dejaba el brazo a torcer. Su mirada azulada fue subiendo por la montaña de autos al notar por el rabillo del ojo una cabellera oscura se balanceaba en el aire por sus movimientos, yendo directamente hacia su objetivo que continuaba alzándose sobre todos como si fuera un rey, un rey que nadie más sabía que era un tirano.

Sí terminó con él, toda esta mierda que está intentando, se acabará. volvió a decir bajo su mirada un poco dudosa pero a su vez, teniendo un poco más de atención cuando la miró.

En su recuerdo, él alzó la comisura de sus labios en una sonrisa y mostró aquellos colmillos que tanto lo caracterizaban, esa sonrisa tan confiada desde el primer día que lo conoció. La misma que portaba en sus labios mientras golpeaba con aquel tubo a quien sea que estuviera atravesado en su camino, cayendo uno a uno, hasta que estuvo finalmente y con el mentón en alto enfrente del objetivo que lo miraba con una mirada fría, fría como su voluntad.

Voy a encargarme de acabar con su maldito juego. declaró con seguridad, manteniendo la misma sonrisa en sus labios—. Voy a acabar con Kisaki, no voy a detenerme hasta terminar con él.

No detenerse hasta terminar con él...

¿Entonces por qué se había quedado estatico repentinamente, enfrente de su objetivo?

Ella sabía que no lograba entender demasiadas cosas en la vida, que él había sido quien le enseñó. La fuerza, la decisión, que no debía dudar y hacer las cosas una vez las tenga enfrente, sin importar nada. «Hasta que me maten no voy a detenerme para conseguirlo» era lo que siempre le decía, que si podía hacer las cosas, lo hiciera.

—¿Keisuke...? —fue un susurró casi sin aliento apenas observó como su postura flaqueó y, para sorpresa de muchos, de los espectadores que habían observado como un miembro de Valhalla llegaba hacia Kisaki y lo encaraba, comenzó a escupir algo con cierta brusquedad, como si incluso le costara respirar.

Miyūki no hizo más que pensar, en comparar que se veía igual que alguien más, alguien que tenía justo entre sus manos y casi parecía luchar para respirar. Casi como para recalcar lo que sucedía, Masumi tosió ligeramente, y de entre sus labios salió lo mismo que estaba escupiendo Baji con cierto fastidio, con dificultad, el mismo líquido rojizo y vital que le daba la vida. Sus ojos se iban abriendo poco a poco de la impresión, del shock, de ver como la postura de Baji se volvió más inestable, hasta que perdió el equilibrio y cayó hacia abajo.

Se postró con debilidad sobre sus rodillas ante la mirada fría de Kisaki quien no hacía más que observar como se iba desmoronando poco a poco, como iba perdiendo cada vez su propia fuerza. Escupió un par de veces más mientras apretaba su mandibula, en un pequeño y débil intento de tratar de aguantar un poco más, pero la debilidad golpeaba su cuerpo de forma tan agresiva que sentía su propia visión perderse.

Sonrió, sonrió con los labios ensangrentados, con aquel líquido rojizo y de sabor metálico resbalando por su boca y por su mandibula, acumulándose cada vez más en su paladar conforme pasaban los segundos, sintiendo su cuerpo fallar cada vez más. Su sonrisa era una mezcla de rabia y a su vez ironia, sobre todo por tener enfrente de sus narices a quien más quería destruir en ese momento, a quien ya no podía enfocar bien y quien ni se inmutaba al verlo respirar con pesadez y lentitud.

—Hasta aquí llegue, ¿eh? —balbuceó para si mismo mientras su visión se nublaba por completo y las pocas fuerzas que luchaba en su cuerpo se desvanecieron. Todos escucharon el ruido sordo cuando su cuerpo cayó de lleno contra uno de los autos.

Algunos no comprendían lo que había sucedido, por no decir la mayoria. Algunos comenzaron a tener un sentimiento de negación por lo rápido que había sucedido y unos muy pocos, reducidos a una persona... ni siquiera entendían lo que estaba sucediendo. Masumi no comprendía lo que sucedía a su alrededor, sólo podía ver fijamente hacia el rostro de Miyūki mirar otro lado con una expresión de shock, de incredulidad, de confusión. Sus parpados se estrecharon ligeramente cuando su visión se vio demasiado borrosa al punto de no distinguir muy bien sus facciones.

Su mente se sentía... tan nublada en esos momentos, como si no pudiera pensar bien. Su cuerpo se sentía pesado, sentía que no podía moverlo. Le dolía todo, hasta respirar. Tenía una enorme necesidad de cerrar los ojos y dormir. De repente tenía mucho sueño.

¿Si era sueño lo que sentía? ¿Cansancio...?

—¡Baji-san! —ese era Chifuyu, ¿por qué estaba llamando con tanto apremio a Keisuke? Sus pestañas casi se juntaron por completo, pero hizo un esfuerzo para mantenerlas abiertas, escuchando unos rápidos sonidos como golpeteos en el metal, como si alguien estuviera corriendo—. ¡Kisaki, ¿qué le hiciste a Baji-san?!

—Lo que viste, yo no le hice nada.

—¡Baji-san! —volvía a exclamar con preocupación. Masumi frunció el ceño con cierta fuerza mientras sentía el pitido en sus oídos y como le dolía la cabeza, viendo sombras sin sentido—. ¿¡Te apuñalaron!? ¡¿Cuando?!

Sintió una molestia aún mas fuerte en toda su cabeza cuando escuchó esas palabras, apenas moviendo su cabeza que cayó sin fuerza hacia un lado, no sabiendo siquiera donde la tenía apoyada. A duras penas observaba los pies de la montaña de autos, moviendo su cabeza casi sin sentido como si buscara ubicar lo que estaba escuchando, queriendo confirmar que era alguna clase de sueño, de pesadilla. Estaba delirando, eso era seguro, eso quería pensar...

Pero no sentía que estuviera pensando bien.

Me habían... apuñalado era a mi. Soy yo a quien apuñalaron, no a Kei-kun. Él no...❜ Sus párpados pesaron aún más al punto de que sólo veía una clase rejillas blancas a través de sus pestañas, a pesar de que hizo un poco más de esfuerzo de mantenerlos abiertos. Soltó un suspiro profundo y simplemente dejó que sus párpados se cerraran, esperando a sucumbir al cansancio que la azotaba con agresividad y sólo la empujaba a querer dormir.

Tenía sueño... mucho...

—¿¡Donde carajos viene la ambulancia!? ¡Llámala! —exclamaba con apremio Mitsuya hacia alguno de los miembros cualquiera de la TōMan que con nerviosismo acató a sus palabras.

—¡KAZUTORA! —vociferó Chifuyu con un tono de voz furioso y a su vez enojado, observando a este mismo de rodillas en el suelo, con su mirada perdida en algún punto.

—Pero no... Yo... No... —balbuceaba sin sentido bajo la mirada de un confundido Takemichi, notando su expresión casi perturbada—. No está... Ella no... Yo no... Ella... Él... no... No están...

—Tenshi... ¿Tenshi-san...? —escuchó ahora Miyūki aún con la mirada algo ida, pero ahora agachándola hacia abajo al sentir la cierta suavidad en el cuerpo del ángel de la TōMan, como si dejara de hacer fuerza. Su rostro estaba palido, sus labios resecos, sus ojos... cerrados... ¿ojos cerrados?—. O-Oye... ¡Oye!

El cuerpo de Takemichi se tensó por completo al escuchar la voz de la albina, mirando rápidamente hacia allá y observando como Miyūki comenzaba a hablarle de manera alterada y nerviosa al cuerpo de Masumi recostado encima de sus piernas, diciéndole que se despertara, que reaccionara. Sintió un fuerte escalofrio en todo su cuerpo mientras sentía su corazón detenerse nuevamente, el espanto y a su vez la negación lo invadió. No tardó en correr hacia allí manibriando un poco para no caerse al estar en una zona elevada.

—¡Tenshi-san! —llegó rapidamente con ella, incándose en una de sus rodillas con una mirada nerviosa y asustada. Sostuvo su cabeza con sumo cuidado para acercarse a su rostro, pegando su oido a la altura de sus labios; sintió un muy ligero respirar—. S-Sigue... ¡Sigue viva! —estaba en una encrucijada de sentirse feliz a sentirse asustado.

—N-No sé porque... yo no... Estaba... ella estaba hace un segundo mirándome... E-Ella... —hipaba la albina con pequeñas lágrimas resbalando por sus mejillas. Takemichi no hizo más que mirarla con cierta pena y volvió a mirar hacia Masumi quien parecía haber perdido la consciencia. Apretó su mandibula mientras observaba su rostro palido, pálido enfermizo...

❛Maldición. Todo va como dijo Draken. Si Baji-kun muere, todo saldrá como quiere Kisakigruñé con enojo e indignación, miedo, sintiendo demasiadas cosas en su cabeza mientras apretaba la mano de Masumi, sintiéndola algo fría. Estaba viva, pero le asustaba de sobremanera su estado. ❛Tenshi-san está aquí, pero en este estado, no podrá siquiera detener a Mikey-kun y puede que ella muera ahora mismo... ¡Todo parece ir igual que en ese futuro, pero peor desde el inicio!las lágrimas se asomaban en sus ojos.

—Sabía que Kazutora estaba mal de la cabeza. —habló Kisaki de repente, de forma algo pensativa. No tarda en alzar la mirada desde su lugar—. Ya veo... Se llevó a Baji a Valhalla para poder matarlo él mismo, agregando que él planeó desde el inicio encargarse de Tenshi, y como no le salió como quería. Bueno, prefirió acabar con ella si no era para él...

Takemichi frunció un poco el ceño por sus palabras en particular, por la forma en la que hablaba, se hizo preguntar porque de repente estaba diciendo eso, apretando inconscientemente la mano de Tenshi contra la de él mientras Miyūki estaba cabizbaja, donde las lágrimas caían contra su rostro pálido. Ella sintió de repente una fuerte pesadez en toda su nuca, como si hubieran cuchillas rozando su cuello; alzó su mirada con temor y su cuerpo se estremeció, incluso el del viajero se tensó cuando observó la figura de pie al lado de Kisaki, aún con su rostro algo ensangrentado.

—¿No, comandante? —vuelve a decir hacia el invencible Mikey quien finalmente estaba de pie, con sus orbes entrecerrados en un punto en específico. La sangre continuaba en su rostro, sólo dándole una imagen un poco más inquietante.

El canalla de Kisaki intenta provocar a Mikeyes lo que piensa Takemichi de inmediato al darse de cuenta de las curiosas palabras que estaba usando hacia Mikey quien continuaba mirando hacia el suelo, pareciendo pensativo, pero su expresión era nula. De repente, él alzó la mirada hacia su dirección, sobresaltándolo al encontrarse con su mirada vacía, pero, bajó un poco más la mirada hacia sus manos, haciéndolo mirar hacia la misma dirección, encontrándose con el cuerpo inerte de Masumi. Un fuerte escalofrio y una fuerte tensión lo invadió tanto a él como a Miyūki cuando se dieron de cuenta de la cierta pesadez que había en su presencia.

—No, Kazutora no... —murmuró a duras penas como si quisiera convencer al chico de que no hiciera una locura. Miró hacia Masumi una vez más y apretó su mano—. T-Tenshi-san, por favor... —susurró, queriendo que reaccionara, sabiendo a donde estaba yendo todo eso.

—Quería matarte. —para sorpresa de varios, desde un largo rato, Sano Manjirō finalmente alzó su voz, un tono de voz tenue pero lo suficientemente audible, con una matiz lenta y casi... tranquila—. He pensado en matarte desde que dejaste la correccional. Y el que me convenció de no hacerlo... fue Baji. —comienza a bajar lentamente por los autos, con un parsimonia—. Baji me dijo que sólo querías hacerme feliz. Que por eso no podías procesarlo. Que aunque hubieras matado a mi hermano, tuviste que convertirme en tú enemigo para poder soportarlo.

»¿Sabes quien más me convenció desde el primer momento? —decía con lentitud mientras mantenía la misma expresión vacía, fija en Kazutora aún arodillado en el suelo. Sacó su lengua y lamió ligeramente la sangre que caía sobre sus labios—. Fue Masumi... Ella es quizás la única que me puede hacer pensar con tranquilidad, ni siquiera sé como o por qué es capaz de hacer eso. Con mirar sus ojos, de repente pierdo cualquier necesidad oscura, su presencia me calma... Pero... —se calla una vez llega a la tierra.

—Mikey-kun... —balbucea Takemichi cuando queda al lado de ellos, continuaba con la misma cara, neutral. Se tensó cuando él agachó la cabeza y se inclinó hacia abajo, justo donde estaba Masumi. Miyūki estaba paralizada viendo sus ojos, no sabiendo que hacer. Ambos observaron como apoyaba con cuidado su palma sobre su mejilla, haciendo un poco de presión.

Debería estar furioso pero no demuestra ninguna expresiónes lo único que puede pensar el viajero mientras observaba el perfil casi vacio del capitán de la TōMan, con sus ojos fijos en el rostro palido pero suave de Masumi, ahora tomando su mano con delicadeza y fijándose en el anillo que ambos compartían, tocándolo con su pulgar con lentitud.

Pareció quedarse pensando por unos segundos, o más bien esperando algo, pero sólo se levantó apenas se cercioró que si estaba respirando. Se levantó bajo la mirada aún confundida de Takemichi y la aún intimidada de Miyūki luego de haberlo sentido cara a cara, no haciendo ni diciendo nada al ser ella quien estaba allí, pareciendo que le importó muy poco. Sólo se fue caminando hacia donde estaba su otro vice comandante que mantenía una expresión un poco tensa.

—Mikey... —balbuceó Draken con un poco de dificultad al ver la expresión sin emociones del más bajo.

—Kenchin. La pelea terminó. —dijo una vez que llegó a su lado, no tomándole importancia a la presencia de Hanma quien estaba con una expresión sorprendentemente seria.

¿Hah? —musitó algo confundido por su declaración, volviendo a mostrar una sonrisa mientras se colocaba enfrente de él—. Oi, ¿cómo que terminó? ¿Quien te crees que eres, Mikey? ¡Eso no es algo que puedas decidir así como así!

Sin expresión alguna y demasiado rápido como para que alguno reaccionara, Mikey le asentó una fuerte e inminente patada que lo lanzó en un fuerte golpe al suelo. Se escuchó el crujir de la tierra ante el mismo impacto mientras el rostro de Hanma quedó contra el suelo con la misma expresión sonriente y sus orbes desorbitados, teniendo pequeños temblores en su cuerpo por el mismo golpe.

—¿Ya ves? Terminó. —declaró con la misma expresión vacia en su rostro. Todos los miembros de Valhalla abrieron sus ojos con espanto por ver la facilidad con la que había derribado a Hanma, noqueándolo sin más.

Eso fue una clara señal de alarma para todos que no tardaron en salir corriendo atemorizados como una orda, quedando sólamente los miembros de la Tokyo Manji aún con sus miradas puestas sobre su capitán, todos expectantes por lo que sucedía. Realmente fueron unos muy pocos miembros de Valhalla que quedaron allí, incluyendo a la hermanita de Hanma quien, a pesar de los golpes que tenía, su preocupación fue mayor y se dirigió hacia donde estaba este en el suelo.

—¡Nii-chan! —dijo con preocupación mientras lo agitaba, pero este parecía haberse ido para otro mundo por el mismo golpe. Apretaba su mandibula con impotencia, y antes de querer cargarlo para irse, sintió un muy fuerte agarre en su cabello que la hizo alzarse de golpe, junto con un quejido de su parte.

—¡Mikey! —replicó Draken al darse de cuenta de lo que estaba tratando hacer y como ahora parecía fuera de sus cabales. Shinobu se aferró sus manos a su brazo y abrió sus ojos con exaltación, tensándose al ver la fija mirada de Sano Manjirō sobre ella, sin doblegar ni un poco el agarre en su cabello, sintiendo por un momento que iba a arrancarle el cuero cabelludo.

—Tú fuiste la que te atreviste a tocarle un pelo a Mi Masumi. —dijo con el mismo tono casi automatico y lento, pero que de alguna manera la intimidaba. Su mirada era temblorosa y nerviosa, agregando de adolorida—. ¿Sabías que ella le había prometido a sus hermanitas llevarlas a comer dulces hoy? —cuestiona mientras la acercaba a su rostro en un tirón—. ¿Lo sabías? Ahora por tú culpa no va a poder hacer nada de eso. 

—¡L-Lo siento! —no aguanta a decir al sentir que estaba temiendo por su vida, porque la simple aura de Manjirō la hacía dificultad en respirar. Sus pupilas vacías y oscuras estaban completamente fijas en su rostro, sin pestañear.

—Mikey, suéltala. —vuelve a decir Draken en un tono de voz cauteloso, Manjirō no hizo más que mirar fijamente al rostro de Shinobu que lo observaba con una mueca de dolor y una mirada temerosa en sus ojos.

—Más te vale alejarte de mi vista, porque me va a importar muy poco que tú seas una mujer y te asesinaré con mis propias manos, así que mejor reza porque ella no muera por tú culpa, sea quien sea que te haya mandado a hacer eso. —hace cierto incapié en sus palabras al apretar más el agarre en su cabello al punto de sacarle lágrimas. Shinobu observó paralizada y temerosa sus ojos hasta aguantar un quejido cuando él no dudó en lanzarla al suelo.

Shinobu miró con su expresión realmente atemorizada, sosteniéndose el lugar donde él había mantenido su agarre, sintiendo todo su cuerpo temblar por el mismo miedo, por haber sido realmente amenazada con su vida. Su respiración era acelerada mientras observaba el pasó lento del invencible Mikey a su dirección contraria, sintió el agarre de sus amigas sobre sus hombros tratándola de hacer reaccionar y poder irse, pero parecía que se había quedado congelada en su lugar.

Mikey fijó su atención en otro lugar, en otra persona que continuaba murmurando infinidad de cosas sin sentido en el suelo, hasta percatarse de su presencia. Él alzó sus orbes dorados y perturbados hacia él, pareciendo tener un pequeño estremecimiento en todo su cuerpo cuando respiró con profudidad, calmando sus recitos sin sentidos en medio de su crisis. 

—La traición es parte del ser humano. —Kazutora dice una vez estuvo lo suficientemente consciente, se levanta y forma una ligera sonrisa en sus labios—. Acabemos con esto, Mikey. O mueres tú o muero yo.

Sin dudar un segundo, un fuerte puñetazo llegó a su rostro que lo desorientó por completo, en donde Manjirō no cambiaba su expresión en  ningun momento. Kazutora perdió el equilibrio por algunos momentos, sintiendo que su visión se volvia algo borrosa.

—Si sólo vas a destruir lo que más me importa, acabaré contigo aquí mismo.  —declaró mientras le lanzaba una fuerte patada que llegó a lanzarlo directamente al suelo, volviendo a repetir el mismo acto que lo arrastró por el suelo, tosiendo un par de veces

Todos observaron en shock como Mikey terminaba por colocarse encima de él, no dándole demasiado tiempo para reaccionar cuando comenzó a golpear una y otra vez, puñetazo tras puñetazo. La sangre salía del rostro de Kazutora que hasta ese punto ni siquiera luchó para poder quitarselo de encima o algo, pareciendo que ya no tenía ni siquiera fuerzas para pelear. Lo único que se escuchaba en todo el lugar eran los inminentes y fuertes golpes, junto con el tenue cascabeleo del arete de Kazutora.

Ninguno sabía que hacer para lograr detenerlo, para evitar que hiciera alguna locura. Sus expresiones eran de shock o de nervios, los capitanes de la TōMan miraban con fijeza lo que estaba sucediendo enfrente de sus rostros; Takemichi observaba paralizado lo que estaba sucediendo, Miyūki cerraba sus ojos con fuerza no queriendo ver más. 

—Lo va a matar. —Smiley declaró con un tono de voz un poco tenue a pesar de la sonrisa en sus labios.

—Ya nadie puede detener a Mikey... —Mitsuya murmuró con cierta impotencia mientras dirigía su mirada hacia la única persona que quizás le daba un poco de cordura. 

—Hasta aquí llegó. —susurra Cherry mientras desviaba la mirada hacia el suelo de forma temblorosa, apretando sus puños con fuerza.

Los golpes continuaban escuchándose una y otra vez, con la misma fuerza que el otro, en donde, si continuaba con esa misma fuerza, no tardaría en asesinar a puñetazos a quien alguna vez consideró uno de sus más grandes amigos. Todos estaban demasiado en shock y silenciosamente resignados considerando la naturaleza que ahora lo estaba azotando, sin alguien que se atreviera a enfrentarlo y detenerlo.

Incluso esa era lo muy poco que lograba pensar Mikey, con su visión oscurecida, nublada, como si algo más lo estuviera empujando a hacer eso, pero la misma ira que lo azotaba, la furia... lo hacía dejar que la oscuridad de su enojo lo consumiera. Sólo podía observar el rostro de Kazutora quien incluso había cerrado sus ojos, aceptando su destino.

Pero, un fuerte choque en el cuerpo de Mikey en su espalda lo hizo casi irse hacia adelante por el repentino peso extra que chocó contra su espalda, por consecuencia deteniendo sus golpes por la intromisión. Un fuerte agarre lo rodeó desde atrás e incluso trató de jalarlo, de hacer un débil esfuerzo de alejarlo y detenerlo. La mirada del rubio continuaba siendo la misma, consumido por la oscuridad pero sintiendo una inevitable confusión por sentir como alguien había ido contra él.

Sin percatarse o importarle quien era, casi de forma automática llevó la misma mano que usaba para golpear hacia atrás, agarrando con fuerza y casi sin piedad un grupo de cabello oscuro para jalarlo, en un intento de quitársela de encima.

—Suéltame. —Fue lo que había escupido sin cambiar siquiera el tono de su voz mientras hacia algo de fuerza y volvía a jalar lo que parecía ser un cabello suave, haciendo la suficiente fuerza para lograr escuchar su voz quejarse, pero sintiendo como ejercía una enorme fuerza que logró jalarlo hacia atrás y quitarse de encima de Kazutora que había observado con sorpresa desde el suelo.

—¡Detente ahora, Manjirō!

Al escuchar su quejido, de repente se detuvo.

Manjirō pareció entrar en una clase de trance mientras continuaba con la misma fuerza ejercida entre aquellas hebras de cabello, poco a poco aflojándolas y agachando un poco la mirada hacia su mano, observando un par de cabellos largos deslizarse entre sus dedos y apoyarse en su hombro. Se quedó mirando fijamente el color oscuro con un par de cabellos blancos, así como la naturaleza rizada en su cabello.

Sus párpados se fueron alzando ligeramente y luego agachó su mirada hacia el agarre de unas manos que se habían deslizado desde atrás hasta su pecho, donde observaba unas manos aferrarse en los antebrazos contrarios para lograr hacer un agarre lo suficientemente firme para sostenerlo bien y jalarlo. Se quedó mirando sus manos, unas manos delicadas y, que ahora parecían lastimadas y algo ensangrentadas, pero algo más fue lo que llamó su atención, mirando uno de los tantos anillos que utilizaba.

—¿M... —balbuceó apenas logró percatarse de la plata brillando en su dedo haciendo el agarre suficiente para detenerlo, pero él ya se había detenido por si mismo apenas se dio de cuenta quien era la que lo sostenía, todos observando la expresión desesperada de la chica detrás de él, agarrándolo con fuerza y desesperación—. ¿Masumi...?

me bloquee 44982309843209843 de veces en negación de escribir esto, adios

LA VERDAD ME SORPRENDÍ QUE HAYAN CUMPLIDO RÁPIDO LA META

En fin, los amo, así es como debe ser ❤️🙏🏻

fua, estuvo intenso todo el capitulo a pesar de que la mami tenshi no estuvo muy presente

la razón por la que Masumi no tuvo realmente mucho protagonismo aquí es OBVIA, la niña prácticamente está desangrándose en el piso. ¿Qué creen que podía hacer así? Tal vez es un ángelito, pero lamentablemente no es una de las favoritas de Dios.

en fin, pero tuvieron una super aparición en el final, ñeñe

¿Que puedo decir del capítulo en general o que puedo agregar? Pues realmente es tal cual como lo planee, digamos que había pensado alargar un poco más el enfrentamiento entre Yūki y Shinobu, pero quise hacerlo un poco más coherente tomando en cuenta que hay más gente peleando allí

Me encantó haber metido más a Cherry al momento de defenderla, sobre todo tomando en cuenta que ella era una de las resentidas con Yūki, pero cuando se dió de cuenta que estaba evitando que Masumi fuera más herida y no dudando a alzarse contra su propia pandilla, podría decirse que la hizo sentir respeto

Además Draken TE AMO PELÓN, BYE un besito en la pela por bello, recordemos que él terminó siendo uno de los que convenció a Mikey para que sacarán también a Miyūki de Valhalla, así que al ver cómo ella de alguna manera se puso de lado de ellos, reforzó su decisión

Y Mikey...

Ya sabemos en lo que se anda metiendo en este momento, al punto de que literalmente no le importa absolutamente quien sea la persona, pero si lastimó lo que es suyo pues💀

Obvio, sabemos que hasta este punto de alguna manera él puede estar medio consciente y aja, sobre todo porque sabe que si él hace algo encontrá de una mujer y Masumi reacciona, sabe que no lo perdonará así que

Eso no lo detiene con Kazutora, ya que, como vimos, Kisaki si logro meterle la labia suficiente 👻

Pinche Kisaki, en mi canal me vieron puteándolo al estar viendo el anime otra vez (psst, el link está en mi perfil, vayan a seguirme 🙏🏻)

En fin, ma verdad la demora fue porque literal me había estado bloqueando inconscientemente a seguir escribiendo JSKDKDL mi mente no quiere llegar al Baji truco 😔 pero esperemos como será el siguiente capítulo, el cual será el que termine el arco de Valhalla 🙏🏻(😭)

Muchas gracias por cumplir la meta antes de que acabe el año, en serio pensé seriamente que iban a durar mucho (como siempre) en cumplir la meta, pero lograron cumplirla antes. La demora fue lo de lo anterior, así que discúlpenme a mi y gracias por leerme ❤️

Espero que pasen una muy feliz navidad y próspero año nuevo 🥳🎄

Recuerden votar y comentar para desbloquear el siguiente capítulo. ¡Estamos a un capítulo de acabar el arco de Valhalla y cerca de la recta final del libro! ❤️🎀

❪📚❫',·curiosity's zone

#La puñalada de Masumi no se compara con la de Baji; claramente a él le dieron en una zona vital y eso lo podemos ver con la rapidez con la que comenzó a derramar sangre apenas cayó al suelo. La debilidad de ella en realidad es el tiempo, ya que (según papá Google), el tipo de perdida de sangre que ella posee es lento y cronico, sobre todo por la zona especifica en la que se hirió. Obvio que si no mueven manitos rápido, ahí queda.

#Me gustó bastante poner el punto de vista de Miyūki en la mayoría del capitulo, sobre todo porque es con un conflicto que si involucraba a Masumi. Por un momento había planeado que se saltara a cuando ella estaba reaccionando de la casi muerte, pero me parece muy importante su personaje y la importancia que tiene.

#Sip, aquí ya habían llamado a la ambulacia apenas notaron como Masumi de alguna manera estaba desangrándose y, claramente, fue atacada por una navaja, así como en el anime que al darse de cuenta que Keisuke había sido apuñalado, corrieron a llamar a la ambulancia. ¿Creen que podría haber algún cambio? 

→S H A N X L A B Y X←

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