❪𝟱𝗢❫ ; 𝘄𝗵𝗼 𝗶𝘀 𝘁𝗵𝗲 𝗿𝗲𝗮𝗹 𝗽𝗿𝗲𝘆?
❪ARC THREE; EVERYTHING FOR THE ANGEL❫
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CAPÍTULO CINCUENTA;
¿QUIEN ES LA VERDADERA PRESA?
❛rompiendo el hielo❜
Si no cumplen la meta, ¡no se actualiza hasta que sea cumplida!❌
Y si, hablo por ustedes, lectores fantasmas. Dejen su voto y así sea un comentario para que tengan capitulo nuevo.🐣
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©Shanxlabyx
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PARA HANMA SHINOBU, LA MAYORÍA DEL TIEMPO SE sentía aburrida. Sin ningúna emoción o entusiasmo por el cual colocar verdadera energia; no tenía porque esforzarse demasiado para conseguir lo que quería porque siempre tenía a su hermano mayor para ella, incluso cuando no quisiera. A veces pensaba genuinamente que él podría ser un fastidio, incluso llegando a comportarse a propósito con ella sabiendo que le molestaba.
Podía considerarlo un hermano extraño y molesto, pero a fin de cuentas... seguía siendo su hermano y buscaba siempre una manera de darle lo que quería. Claro, que a veces podría ser un idiota y le metía presión con ese mismo puesto que se impusó a si mismo, como ese día, justo antes de que el enfrentamiento contra la TōMan se llevara a cabo, estando todos reunidos en su guarida, hablando y al mismo tiempo preparándose para lo que en poco tiempo se iba a ejecutar.
Justo ahora estaba mirando el bate que le había entregado su hermano mayor, observando su material de madera en aquella forma. Ladeó su cabeza y luego la alzó hacia el chico de manos tatuadas.
—¿Por qué yo? —cuestionó enfrente del más alto que fumaba con tranquilidad.
—¿Y por qué no? —se encoge de hombros mientras exhalaba el humo—. Cada quien se tiene que encargar de los más problemáticos de la TōMan. Mmm, sería interesante pelear con la linda Tenshi aunque... No sé, se ve pequeña e inofensiva. —alza su mano y le da un pequeño golpecito en su frente—. Perfecta para ti.
Shinobu se sobó la frente con una pequeña mueca en sus labios, volviendo a alzar su mirada y ver el perfil sonriente de Shūji observando hacia los demás miembros de Valhalla, algunos incluso preparándose con cualquier cosa que podría darles más daño a los miembros de la TōMan. Sus orbes amarillos se fijaron en la cabellera blanquecina y corta de espaldas que estaba aislada de los demás, aunque no estaba sola; porque a un lado de ella estaba el antigüo capitán de la primera división de la TōMan, Baji Keisuke.
Este pareció percatarse de su mirada debido a que alejó su atención de la muchacha de pequeña estatura y giró su cabeza hacia atrás, dejando ver su ceño fruncido. Ambos conectaron miradas por unos momentos y Keisuke no hizo más que lanzarle una mirada fulminante mientras chasqueaba su lengua, en donde ella sólo entrecerró su mirada a su dirección.
La mirada de Shinobu de igual manera se frunció, colocando mala cara por algunos segundos por aquella curiosa mirada que él le había lanzado: no había logrado interactuar realmente con él, aunque para ella, Baji Keisuke genuinamente era alguien extraño, tenía una aura muy... intimidante, aunque no tanto sobre que a ella le diera miedo, si no de algo que le decía que no se acercara a él ni confiara en él. Pero antes de continuar con su pequeñas preguntas mentales, sintió la mano de Hanma en su cabeza y como agitaba su cabello.
—Deja de preocuparte. Si las cosas no salen a tú favor, yo me voy a encargar. —dijo el de tatuajes en sus manos con una sonrisa y un tono de voz confiado, dejándola con su cabello algo despeinado y una expresión un poco pensativa—. Seré yo quien me manche las manos por ti, hermanita.
Frunció aún más su mirada y luego dirigió sus ojos amarillentos hacia el bate que tenía entre sus manos, apretando estas mismas alrededor del material de madera, convirtiendo su mirada en una determinada y a su vez seria, mostrándose más firme. Respiró con fuerza mientras cerraba sus ojos, alzando el bate como se debía.
Al abrirlos, se vio una vez más envuelta en el enfrentamiento, en donde movió el bate con fuerza, impactándolo contra lo que tenía enfrente y era su objetivo. Sus brazos cubrieron el inminente golpe de aquel objeto, aunque aprovechó como se disfrajo por un segundo y la pateó en el abdomen, observando como por la misma fuerza fue lanzada hacia atrás. La espalda de la muchacha de orbes rosaceos chocó fuertemente contra el suelo, haciéndola quejarse.
—Ow, eso debió doler. —Masumi tose con su espalda contra el suelo, levantando algo de tierra. No pudo mirar a quien le habló cuando tuvo que bloquear y hacer fuerza con sus brazos el golpe que Shinobu le lanzó, incluso colocándose encima de ella y tratando de golpearla—. ¿Necesitas algo de ayuda?
—¡Ahora no! —se queja la chica mientras usaba sus piernas para empujar a la apellidada Hanma y poder levantarse, limpiándose la comisura de sus labios con sus nudillos.
—¿No nos vas a saludar? —dice el rubio menor con una pequeña mueca de sus labios—. Que grosera.
—Y si tuvo tiempo de hacerlo antes. Estuvo caminando por ahí y ni nos miró. Que mala.
—¡Dije que ahora no, Ran, Rindō! —volvió a vociferar un poco esquivando otro golpe de Shinobu seguido de una patada de la castaña—. Estoy algo... ¡ocupada! —echa un pequeño chillido cuando casi le golpean con un fierro en la cabeza, llegando a tropezar—. ¡Después hablamos! —alza sus puños para bloquear como aquella chica de cabello castaño y una chaqueta de valhalla se lanzaba a ella, empujándola.
Se enredó con sus pies cuando tuvo que bloquear rápidamente más golpes que iban hacia ella, volviendo a caer hacia el suelo. Cualquiera que llegara a ver esa escena pensaría que era una caída torpe, en parte lo fue, pero necesitaba cualquier manera de evitar que la molieran a golpes, sobre todo cuando más personas de Valhalla aprovechaban a ir contra ella apenas notaron como alguien al fin la había hecho doblegar. Observó con apremio una chica de cabello corto y la chaqueta de Valhalla, había alzado el fierro dispuesta a golpearla pero alzó su pierna y le sacó el aire de una patada en el abdomen, tratando de mantener distancia, volviendo a ser fuertemente golpeada.
Los botas de Tenshi hicieron la mayor fuerza posible en el suelo de tierra para poder frenar un poco su golpe, llegando incluso a levantar un poco de esta misma por esa acción. Cuando pudo tener estabilidad, jadeó ligeramente y algo su rostro, en donde de su labio inferior resbalaba un pequeño hilo de sangre junto con una mirada de dolor dirigida hacia la figura con aquella chaqueta de Valhalla cubriendo su parte superior.
—Eres vice comandante de la Tokyo Manji por algo, ¿no? Debes tener algo en especial. —la ojiamarilla se encamina hacia ella mientras aún mantenía en su mano aquel bate, su mirada era vacía y fija—. La más fuerte, la más agilidosa. Debes tener algo especial para ser una de las lideres de pandillas. ¿Qué es lo que tienes de especial?
Masumi chasqueó su lengua con una mirada algo fatigada, sintiendo como de un momento a otro le habían dado la vuelta en la pelea, sintiendo que había logrado sostenerse casi sin ningún rasguño a lo largo de esta; hasta ahora. Observó un poco agitada a la chica de cabello y algunos mechones rubios, la hacía pensar inevitablemente en Hanma y como realmente si tenían similitudes; tenían casi el mismo rostro, sólo que el de ella era más fino y con piel un poco más palida, pero tenían las mismas facciones, los mismos ojos.
Alzó sus puños nuevamente, en una posición alerta, manteniendo mayormente sus ojos sobre la hermana de Hanma, quien era resguardada por aquella chica de cabello corto y una morena, ambas usando la chaqueta de la TōMan. Se sentía sumamente indefensa en esos momentos, aunque no tanto porque fueran realmente intimidantes como lo son varios de los chicos tanto de TōMan como Valhalla, si no por el hecho de la cantidad que era al mismo tiempo con ella.
Rayos, ¿por que de repente se sentía tan acorralada? ¿Que tenia de diferente estas chicas al lado de los demás? Su entrecejo se frunció mientras apretaba su mandibula, sintiendo como la tomaban de atrás, pero en un rápido movimiento golpeó el abdomen de ese tipo que trató de inmovilizarla, lanzándolo al suelo y noqueándolo. Rápidamente alzó su mirada hacia la muchacha que la veía fijamente.
Se mostró firme y alerta a las dos chicas que habían aparecido y parecían ser guiadas por Shinobu: una castaña y una pelinegra de cabello corto. Chasqueó su lengua y mantuvo sus puños en alto para cualquier momento en donde intenten atacarla, sobre todo cuando ellas tres en particular usaban cualquier cosa de arma para hacer sus golpes más letales. Observó unos momentos el brillo del sol reflejándose en el metal del fierro y agitó su cabeza, volviendo a centrarse en ellas.
—Vamos, contéstame. —volvió a decir Shinobu mientras alzaba su mentón con superioridad y con un gesto casi despectivo en su rostro; al lado de lo mezquino y sonriente que era Shūji, Shinobu parecía ser más enigmatica e inquietante—. O acaso no sabes porque eres uno de los cabecillas de la TōMan. ¿Los rumores que dicen son ciertos?
Su ceja tembló por escuchar sus palabras, sintiendo un pequeño escalofrio incomodo por recordar el montón de rumores que más de una vez ha escuchado entre otros pandilleros e incluso simples chicos o chicas de su edad sobre ella. Su mirada decayó un poco por los vestigios de recuerdos sobre todo lo que hablaban sobre ella y su puesto, incluso llegando a denigrar sus propias habilidades por cuestiones que la colocaban muy bajo.
Por unos momentos quiso simplemente decirle que se callara, que hiciera lo que tenía que hacer en ese momento, incluso aguantando el impulso de simplemente noquearla, aunque para su desgracia era bastante agilidosa y fuerte. Apretó su mandíbula de manera temblorosa mientras sus puños temblaban, sintiendo una mezcla de impotencia y frustración, llegando a sentir por un momento que un sentimiento de decepción la invadía, aquella inseguridad hacia si misma.
Desde el inicio había sido, desde que se enteraban que era cierto que era uno de los cabecillas en la Tokyo Manji, que si bien, a pesar de que la mayoria le tenía aprecio, varios llegaron a señalar el por que.
Eso siempre la terminaba haciendo que se preguntara también, si no era tan fuerte como Mikey o Draken, ¿por qué era subcomandante?
«—¿Qué?
Masumi mordió ligeramente su labio inferior con un poco de nerviosismo, mientras mantenía su cabeza agachada, acobarándose por haber abierto la boca y ahora haber revelado aquella fuerte inseguridad que ahora parecía perseguir la desde hace días. Y sabía muy bien que no lo iban a dejar pasar; a veces eran unos idiotas en ese sentido al no soltar la situación aunque no fuera nada conveniente para ninguno, pero ahora sabía que con la sóla mención de que no le veía sentido que ella fuera subcomandante de la Tokyo Manji y todo lo que la había llevado a esa encrucijada tenía por completo su atención.
Bajó la cabeza como un perro al que le habían hecho el mínimo gesto de alzarle la mano, sintiéndose pequeña entre todos esos ojos que ahora tenía encima. La brisa del Templo Musashi por la noche acariciaba su rostro y agitaba sus oscuros y rizados cabellos, haciéndola sentir un pequeño escalofrío por el mismo frío que había en el ambiente por la hora tan tarde. Suspiró, un poco temblorosa.
—S-Sólo pregunto... —al fin habló luego de un rato, abultando sus labios y jugando con uno de sus mechones que caía a un lado de su rostro—. Realmente a veces no le veo demasiado sentido a qué alguien como yo sea subcomandante. Los líderes suelen ser los que tienen la suficiente capacidad para ir contra cualquiera. Y yo... —hace una pequeña pausa—. Pues soy yo.
—¿Y qué tiene que seas tú? —Draken replica con mala cara.
—¡Eres fantástica, Kimi-chan! —exclama Cherry con un poco de exaltación, recibiendo un sentimiento de parte de Pah—. Y quién sea que te haya hecho pensar lo contrario, lo voy a colgar de las bo-
—Si alguien te dijo algo, sólo cuentanos y nosotros nos encargamos. —Mitsuya rápidamente calla a la rubia antes de que continuara hablando, aunque todos habían entendido a la perfección lo que había querido decir e insinuar, muy a su manera.
—Es que... —aprieta sus labios entre si, ruborizándose al sentirse avergonzada. Agachó aún más su cabeza como si quisiera ocultarse en algún lugar—. No soy... muy fuerte o sorprendente, soy pequeña, soy débil. No soy tan intensa como Hana-chan, tan fuerte como Pah. Yo-... —su voz se entrecorta con ligereza, frotando su frente por unos momentos—. Ni siquiera sé porque me eligieron para ser una de las cabecillas de la TōMan si no soy nada de eso más que la... la novia del invencible Mikey. —susurra con cierta incertidumbre, pero no por lo último dicho, si no por el hecho de que la conocían unicamente por ese papel y nada más.
Le han llegado a preguntar en la cara si era por esa razón que era una de las cabecillas de la Tokyo Manji; que la tenían en ese puesto porque Mikey la habia puesto allí para tenerla cerca o para cumplir algún capricho. Al principio sólo se sintió incomoda y no hizo más que ignorarlos, hasta que llegó a ser tan constante que esos pensamientos ajenos se convirtieron en suyos.
Cuando escuchó el enorme silencio entre los capitanes miembros fundadores a su alrededor se sintió aún más pequeña, encogiéndose en su lugar. Había aprovechado la oportunidad que sólo estaban ellos para cuestionar directamente por que era lo que era en la TōMan, que por que alguien tan débil y pequeña como ella podría ser uno de los altos mandos allí y llegando a pensar que sólo por ser su amiga estaba allí.
—Si piensas que eres subcomandante por cosa mía... —Mikey comienza a hablar de manera pensativa—. ¿No recuerdas que ni siquiera fui yo quien te escogió como sub comandante de la TōMan? —la mirada de Tenshi se alzó con cierta sorpresa, observando la expresión un poco aburrida pero segura de Mikey.
—¿Eh?
—Es cierto. —el pelinegro suelta una pequeña risa, alzando su mentón con autosuficiencia y confianza—. Esta bonita cara de aquí fue el responsable de asignar los mejores puestos a los mejores. —apoya su brazo alrededor de sus hombros en un intento de tranquilizarla, recibiendo una mirada expectante—. Sólo golpea cualquier molestia en tú vida, Masu.
—Baji fue quien te eligió como vice comandante, y no por cualquier razón; porque eres la única de todos nosotros que nos cuida y nos acepta tal como somos. —Manjirō vuelve a decir con seguridad y dándole una pequeña sonrisa mientras continuaba comiendo aquel dulce que tanto amaba—. Eres la más capacitada para aguantar y controlar a tipos como nosostros. ¿Quien más con una capacidad como esa podría ser nuestra subcomandante? Eres el pilar de toda la Tokyo Manji, sin tí, todo no podría mantenerse en control.»
Los labios de Masumi dejaron salir un pequeño resoplido cuando esos recuerdos la azotaron y de repente se sintió menos pesada, incluso más realizada. Que aunque sea uno de los asuntos que más le dolía como persona, estaba segura de estar donde estaba; aunque llegara a dudar de sus habilidad, como cualquier persona, ella era capacitada, fuerte. Tanto para las pandillas como para la vida, que como alguna vez le había dicho Baji Keisuke; sólo tenía que golpear lejos aquello que le molestara.
—¿Crees que recordándome que todos piensan que sólamente soy la chica que le hace «favores» a Manjirō-kun me va a hacer perder? —dice para sorpresa de la contraria, quien alzó sus cejas. Masumi se enderezó, limpiando con su pulgar el pequeño hilo de sangre de su labio, escupiendo el resto y colocando una pequeña sonrisa—. Desde que la Tokyo Manji se volvió conocida tuve que lidiar con ese tipo de comentarios. Así que intenta decirme otra cosa que no haya escuchado.
Las cejas de Shinobu volvieron a temblar al notar como, a pesar de mostrar cierta vacilación al comienzo, no parecía afectarle tanto como llegó a pensar. Había escuchado un par de veces que Kiyoko Masumi parecía ser alguien de corazón frágil, que llegaba a llorar por cualquier cosa, así como el montón de rumores o señalaciones hacia su persona por el curioso puesto como subcomandante al lado de Ryūguji Ken, quien si bien, creía el por que estaba él allí, no entendía porque ella.
Ver como, a pesar de lo inofensiva que se llegaba a ver, a pesar de que parecía haber hecho flaquear su propia seguridad, volvía a alzarse y mantenerse bajo control le provocaba demasiadas cosas. Alzando el mentón y mirándola sin rechistar, preparándose para continuar peleando. Sus orbes de color rosáceo la miraban con aquella mirada que parecía demostrar un enorme cansancio aunque sólo fuera su tipo de ojos; parecía que era un animal al asecho de cualquiera de sus movimientos.
—Si, me han dicho perra, la «zorrita» que le hace favores al capitán para que me deje en un puesto alto. O en general, que complazco a todos los capitanes. —comienza a decir de manera un poco irónica mientras avanzaba hacia la pelinegra quien por inercia retrocedió, a pesar de que era respaldaba—. Las mujeres servimos para eso, para nada más... Eso es lo que todos dicen.
Shinobu de repente se sintió intimidada por las palabras de Kiyoko Masumi, quien hablaba de una manera tan irónica, tan profunda, tan sincera. Sus simples palabras parecía que le habían llegado directo al corazón y lo retorcía de una manera algo dolora, enviando sentimientos de incertidumbre y cobardía a su cerebro que la hizo retroceder un paso. Pero agitó su cabeza y frunció su ceño, le dió un pequeño empujón en el hombro a la castaña a su lado para que avanzara e hiciera algo, al haberse quedado paralizada por todo lo que decía.
—No lo sé. Eres una de las pocas mujeres dentro de un enorme grupo lleno de hombres. ¿Que pensaría cualquiera? ¿O se te han insinuando los mismos de Valhalla? —Tenshi se encoge de hombros con una sonrisa un poco triste, colocándose en posición apenas la castaña fue hacia ella con cierto coraje y lanzando una patada que la muchacha sostuvo con sus manos, hasta sostener en su palma el puño que le lanzó.
—¡Cielos, no te callas la puta boca! —vociferó con exaltación la chica de cabello corto—. ¿Acaso no puedes cerrarla por una vez? ¡Eres jodidamente molesta, debería cortarte la lengua para que dejes de hablar!
—Parece que algo de lo que te dije te afectó. —suelta con suavidad y coloca una mirada compasiva, y a pesar de sus palabras, le dió un rodillazo en el abdomen sacándole el aire, llegando a golpear la palanca y lanzarla. Terminó torciendo e inmovilizando su brazo a tal punto de bloquearle las articulaciones: ella de inmediato se quejó—. ¿Acaso alguien si lo ha hecho? ¿Se han sobrepasado?
—¡Agh, callate! —dijo entre pequeñas quejas algo entrecortadas debido que por el mismo agarre parecía casi cortarle la respiración.
—¿Mhm? Que grosera. —hizo un poco más de fuerza en su agarre hasta que se escuchó un ligero crujido, sacándole una inmediata queja a la castaña.
—¡Tú, desgraciada! —escuchó otra voz ir hacia ella, alzando su mirada rosacea cuando vio a la pelinegra lanzándose a ella en una fuerte patada. Aún sosteniendo a la castaña, se agachó siendo ella la que le lanzaba una patada en el abdomen, y, usando a la de cabello corto, la derribó al lanzarsela con fuerza.
Suspiró con su cabello algo despeinado, convirtiendo su mirada momentaneamente en una un poco apenada al observar el cuerpo de ambas, una sobre la otra, entre quejas y una posición adolorida, en donde la de cabello castaño incluso se sostenía el brazo al sentir que le había alcanzado a romper el hueso. Las cejas de Masumi se fruncieron por lo que tenía que recurrir, pero había logrado darse de cuenta que ellas eran un problema.
Sin embargo, antes de poder mirar a Shinobu, sintió un fuerte golpe en toda su espalda que la terminó por lanzar al suelo. Se quejó y maldijo apenas chocó con este y miró rapidamente hacia la persona que literalmente la había atacado por detrás; no supo como sentirse cuando se encontró con los ojos azules de aquella chica que había ocupado su cabeza desde que se enteró que ella había atentado contra su vida el tres de agosto.
—Yūki-chan... —murmura con un tono de voz un poco ahogado debido por el mismo golpe que había recibido. La albina estaba bajando su pierna mientras mantenía aquella expresión casi ilegible en su rostro.
La expresión de Masumi se tornó llena de incertidumbre y dolor, para volver sus facciones firmes, recuperándose. La mirada Miyūki trataba de mostrarse igual de fria que de costumbre, sólo que ahora hubo un atisbo de vacilación al ver una vez más esa mirada en el ángel de la TōMan, y pudo confirmarlo cuando dio un paso hacia ella, inmediatamente muestra vacilación, dando un pequeño paso hacia atrás, como un animal acorralado listo para huir.
La de mechas blanquecinas también detiene su acercamiento abruptamente, manteniendo sus cejas fruncidas y una fina linea en sus labios. Su mirada era analitica, a pesar de los raspones y el pequeño apice de cansancio que recorría sus pupilas realmente. La albina, inquieta por su mirada y a su vez presionada por la constante mirada de Shinobu en ella, chasqueó su lengua y volvió a lanzarse hacia ella, tratando de golpearla y noquearla.
Para no tener que ver sus jodidos ojos que, a pesar de verse firmes, sabía muy bien que estaban mostrando desesperación y comprensión, incluso después de esquivarla.
—¿Por qué estás haciendo esto? —Miyūki parpadea un par de veces confundida, pero sólo frunció el ceño y volvió a intentar atacarla, usando su pequeña estatura -incluso al lado de ella- y tratando de derribarla. Pero Masumi fue más rapida y la sostuvo del brazo—. ¿Por qué peleas contra mi? ¿Por que tú y Kei-kun lo hacen?
—No hables... —murmuró de manera un poco temblorosa, y apenas Masumi notó eso, suavizando su mirada, Miyūki alzó su pierna y la impactó con el costado de su cuerpo, arrastrándola lejos de ella—. Yo soy su enemigo ahora.
Masumi tosió un poco, frunciendo nuevamente el ceño y se mantuvo firme, pero, de alguna manera, Yūki no sentía que estaba al ataque contra ella.
—¿Y por qué lo eres? ¡Dejame entender porque ahora somos enemigos! —alzó su voz con un apice de dolor y tristeza, pero, por una vez en su vida, observó el enojo. Sentimientos fuertes reflejados en su rostro que siempre reflejaba dulzura—. No lo entiendo, y lo quiero entender. ¡Háblame de una vez! ¿¡Qué es lo que tanto te da miedo!?
El rostro de la albina se ruborizó con sentimientos de verguenza, nervios y claramente ira, porque sentía ira. Sentía frustración. —¡Claro que no, no me da miedo! —chilló mientras alzaba sus puños mientras su expresión normalmente fría como el hielo comenzaba a derretirse, mostrando la intensidad de sus sentimientos—. ¡No entiendo porque de repente necesitamos tener esta conversación! ¡Sólo pelea!
Una vez más se lanza a ella con un gruñido lleno de rabia, y un oculto sentimiento que Masumi no comprendía, que no descifraba, pero que quería hacerlo. Su expresión volvió a volverse firme y decidida cuando atrapó sus puños al momento que trató de golpearla; patada, rodillazo, derechazo. Hizo lo posible para esquivarlos y terminar agarrando sus puños, quedando frente a frente; la expresión de Nezumi era extraña, parecía mostrar ira pero al mismo tiempo frustración, en cambio, la de Tenshi era de preocupación e inquietud.
—Me has estado evitando prácticamente desde el Tres de Agosto. —los ojos azulados de Miyuki se agrandaron, reduciendo sus pupilas y mirando casi en shock al ángel de la ToMan—. Apenas me enteré que tú fuiste la que me atacó ese día... Me dolió, ¿sabes? Me dolió y confundió, porque nosotras eramos buenas amigas. Tú eras mi amiga, Miyūki. —algo se retorció en el pecho de la aludida, quien apretó su mandibula y lanzó su rodilla al abdomen de la azabache quien aguantó el dolor, jalándola hasta que sus rostros estuvieron cara a cara—. N-Necesito entender. ¡¿Qué fue lo que nos llevó a esto?! Si te quejas de que quiera hablar contigo ahora, ¡has estado evitándome, huyendo de mi!
—Silencio. —murmuró a duras penas mientras trataba de zafarse de su agarre, pero para su sorpresa Masumi la sostenía con una enorme fuerza.
—¿Creiste que te iba a hacer algo? ¿Que sería como los tontos de los chicos que resuelven las cosas peleando? ¿Ojo por ojo? ¡Por supuesto que no! —chilló Masumi forcejeando con la más bajita, quien la miraba con rabia, conmoción—. ¡Quería saber que fue lo que hice para que reaccionaras así! ¡Pensaba incluso que había hecho que te molestó al nivel de Pehyan-kun! Pero algo me dice que hay algo más, ¡tú no eras así!
—¡Callate, ¿como vas a saber como era?! —un poco harta, la observa con dureza pero al mismo tiempo desesperación—. ¡No debes confiarte nunca de la apariencia de las personas, no debes confiar en mi! ¡T-Traté de asesinarte, Masumi-san! ¿¡Por que continuas buscándome tan desesperadamente!? ¿¡Acaso quieres que vuelva a intentarlo!? —alza su cabeza y toma algo de impulso para terminar dándole un fuerte cabezaso que terminó por destabilizarla y que se soltara de su agarre, la toma del brazó y le da un fuerte golpe en el abdomen—. ¡Soy tú enemiga, pelea conmigo!
Masumi sintió por un momento que su mundo dio vueltas, una sensación de mareo y algo de vertigo mientras su cabeza comenzaba a doler a horrores agregando de que no pudo estabilizarse bien por el golpe, dando varios pasos hacia atrás y cayendo al suelo. Pestañeó un par de veces y soltó una pequeña queja cuando observó como Miyūki se lanzaba hacia ella, girando rápidamente hacia el suelo y buscando levantarse con rapidez al ver como ella comenzaba a arremeter con cierta agresividad contra ella.
—¡Dios, sólo habla conmigo! ¿¡Qué es lo que tanto te aterra!? —dijo Masumi mientras bloqueaba con su brazo un puñetazo que había lanzado hacia ella, sosteniendo su muñeca cuando trató de golpearla con el otro—. ¿A qué le tienes miedo, Miyūki? ¿¡A quien le tienes miedo!? —una vez más la jala hacia ella hasta estar una vez más cara a cara, observando sus grandes ojos azules cristalizados—. ¡Dime, dime quien te tiene tan asustada! ¡Dime quien te empujó a todo esto!
—N...No... ¡Callate! —vuelve a vociferar mientras comenzaba a forcejear con ella.
—¡Miyūki, por favor, no quiero continuar en esta situación contigo! —los ojos de la aludida querían soltar lagrimas en cualquier momento, brillando por las lágrimas que aguantaba con toda su fuerza, pero volvió a apretar su mandibula y golpear a Masumi en el rostro, desestabilizándola momentaneamente, pero ella volvió a sostenerla con fuerza, pero en esta ocasión, y para su sorpresa, la derribó contra el suelo.
—¡Suéltame! —se quejó la de pequeña mientras se removía contra la tierra del terreno, alzando esta misma. Podía ver y escuchar a todos los miembros de ambas pandillas enfrentándose entre si sin piedad. Gruñó cuando trató de levantarse y Tenshi la empujó de los hombros contra el suelo, inmovilizándola.
—¡Basta! —exclamó con severidad, dejándola muda de repente. La miró desde abajo, observando el delicado rostro del ángel de la TōMan lleno de rasguños y una mirada llena de desesperación—. ¡Deja de huir de mi, deja de huir de lo que sucedió! ¡Yo te voy a escuchar, voy a entender sea como sea que hayas terminado así!
—¡Déjame! —se quejó la albina mientras trataba de empujarla, retorciéndose en el suelo, pero, a pesar de que incluso hacía que Masumi se moviera, esta mantenía su agarre y no la dejaba escapar.
—¡No, no lo haré! ¡Voy a estar contigo, Miyūki! ¡Para lo que sea, porque no te odio! ¿¡Entiendes!? ¡No te odio! ¡No te guardo rencor! —chilló una vez más la mayor, dejándola paralizada, con sus ojos abiertos de par en par y un nuevo brillo cristalino reflejados en estos, reflejando el rostro desesperado de Masumi—. ¡No me importa lo que hayas hecho, yo sé que no querías hacerlo! ¡Sé que, con lo que conozco de ti, eres una buena persona que ama a sus amigos y haría lo que sea por ellos!
—Y-Yo... —decía casi sin palabras, donde su respiración se entrecortaba y acelaraba con el pasar de los segundos.
—¡Sé que no eres mala, Miyūki! ¡Lo sé! ¿Y sabes cómo? —replicaba con una enorme desesperación, con un sentimiento intenso al punto de que incluso sus propios ojos se cristalizaron y un nudo se formaba en su garganta—. ¡Porque te duele todo esto, te duele lo que sucede, te afecta! ¡Lo sé porque justo ahora estás llorando!
Miyūki parpadeó un par de veces, sintiendo algo humedo resbalar por su rostro apenas notó su vista momentáneamente borrosa. Su expresión se había quedado expectante, confundida, incluso con un atisbo de vulnerabilidad; el ángel de la TōMan había logrado excavar lo suficiente entre las pilas y pilas de hielo que rodeaba su pequeño corazón, que sólo era el corazón de una muchacha de catorce años que no entendía muchas cosas, y que al mismo tiempo, no quería entender.
Porque al fin y al cabo, era una niña que estaba jugando a ser un adulto. Y eso Masumi lo había logrado entender, incluso si ella también seguía siendo alguien joven jugando a serlo.
—Y-Yo... yo sólo... —balbucea en un pequeño sollozo—. Yo sólo quiero que mi hermano mayor vuelva conmigo. —susurró con un tono tenue y vulnerable, con su voz temblorosa al igual que sus manos que habían quedado contra la arena. Los ojos de Masumi se abrieron de par en par al ver su expresión, con sentimientos tan intensos que sólo pudo susurrar con suavidad su nombre.
—Yūki-chan... —murmuró algo sorprendida por la manera en la que su mascara comenzó a romperse.
Miyūki observaba entre lagrimas al angel de la TōMan encima de ella, en donde su cabello medio recogido en su mayoria oscuro con mechas blanquecinas caía a los lados de su rostro por la gravedad, en donde la luz del sol llegaba a hacer reflejo detrás de ella y hacer algo de sombra en su figura, pero que no la detenía en dislumbrar aquellos redondos y rosáceos ojos, con sus abundantes pestañas y sus parpados caidos por naturaleza. A pesar de todo, la veía con compresión, con preocupación.
Pero, todo había sido tan rápido cuando vio como su expresión se paralizó e incluso se deformó. La suya también comenzó a desfigurarse apenas notó como una figura se cernía encima de ella y alzaba algo entre manos para bajarlo rapidamente contra la espalda de Masumi; apenas observó el reflejo contra el metal y su filo se espantó, pero no pudo ni reaccionar cuando la muchacha de ojos caidos mostró dolor y shock, parpadeando cuando esta tosió y calidas gotas rojizas chocaron contra su rostro.
—¿No te han dicho que tienes que cuidar siempre tus espaldas...? —Masumi abrió sus ojos de par en par mientras que su boca se entreabria en un silencioso quejido, un suspiro sin sonido. Apenas sintió la cuchilla retorcerse en uno de sus omoplatos, no tardó en quejarse y volver a escupir sangre—. Angel de la TōMan.
Miyūki estaba en completo shock mientras observaba la mirada algo perdida en el dolor de Tenshi, quien incluso parecía procesar lo que había acabado de pasar. Algunos miembros de la misma TōMan que estaban alrededor lograron notar la cuchilla clavada en su espalda, mostrando shock, y tratando de ir desesperadamente hacia la subcomandante de la Tokyo Manji.
—¡Tenshi-sama! —lograron gritar algunos mientras eran interceptados por Valhalla, incluso los mismo capitanes de estos lo notaron pero no los dejaban moverse, llamando la atención de varias personas, sobre todo de Takemichi que a duras penas podría mantenerse de pie por el cansancio.
—¿Qué...? —balbuceó con la mirada un poco ida, tratando de ubicar al ángel de la TōMan, llegando a ver su figura encima de Miyūki, aunque tenía a alguien más detrás de ella.
—¡S... S-Shinobu...! —exclamaba Miyūki con espantó apenas distinguió la expresión sombría de la chica de ojos dorados cernía sobre el cuerpo de Masumi, logrando ver el mango de su navaja apretado fuertemente contra su espalda—. ¿¡Que hiciste...!? ¡No!
—Lo que tú, maldita rata, no hiciste. —dijo con cierto coraje mientras sacaba con brusquedad la navaja y no tardaba en volver a clavarla en otro lugar. Masumi, volvió a quejarse con más fuerza y, esta vez reaccionó en un brusco movimiento, alzándose con fuerza y llevándose a la pelinegra con ella que terminó cayendo al suelo con ella encima, ganándose el quejido de ambas.
Masumi a duras penas logró quitarsela de encima, tirándose lo más lejos posible de ella mientras caía boca abajo, temblorosa y adolorida. Apoyó una de sus manos en el suelo y apretó la arena hasta tal punto de que se metió debajo de sus uñas, usando su otra mano para alcanzar las heridas sangrantes y que llegaron a un punto de que su vista se volvió borrosa, incluso su expresión se apagó momentaneamente al sentir que podría desmayarse. Su respiración se volvió pesada y entrecortada, incluso sintiendo las palpitaciones de su pulso en sus oidos.
—¡Tenshi-san! —escuchó a duras penas la voz horrorizada de Takemichi mientras apoyaba momentaneamente su cabeza contra el suelo, tratando de concentrarse en alguno sonido, escuchando todo distorsionado y con un constante pitido.
—¡MASUMI! —alguien más pareció gritar su nombre con desesperación, lo suficientemente fuerte como para llamar por completo la atención de todos y principalmente los capitanes al escuchar como llamaban a la chica por su nombre.
Varios pares de ojos se fijaban en la figura temblorosa de Masumi en el suelo, algunos concentrándose en pelear e incluso otros tratando de ir hacia ella. Apenas notaron como comenzaba a haber sangre en el piso y su propio uniforme se manchaba de este mismo, se alertaban, incluso los miembros de las otras pandillas observaron con cierta conmoción como la habían apuñalado. Muchos la veían, de todos los ángulos.
Mikey, que desde la torre de autos, donde llevaba persiguiendo a Kazutora en un intento de que diera la cara de una vez, también lo vio. Sus ojos se habían mantenido fijos al comienzo en los dos contrincantes que lo terminaron interceptando y que incomodamente esquivababa debido a donde estaba subido, pero poco o nada le importaba eso ahora cuando sus ojos negros registraron la manera en la que apuñalaban a Masumi y esta ahora estaba en el suelo.
—¿Masumi...? —susurró casi sin aliento mientras sus pupilas se reducían, sintiendo como su mundo se apagó momentaneamente, no llegando a darle atención a Kazutora.
—¡Te tengo! —este alzaba un tubo entre sus manos, aprovechando su distracción tan notoria y dándole directo en la cabeza, llegando a voltear esta misma por el golpe y destabilizar su cuerpo y mandarlo directamente al suelo.
Un golpe sordo llegó a sonar lo suficientemente fuerte como para llamar la atención de varios miembros de la TōMan como de Valhalla, que ni siquiera podían digerir como Masumi había sido apuñalado por la espalda. Ryūguji Ken había tratado de ir inmediatamente hacia ella, siendo quien la llamó con tanta desesperación y siendo detenido por Hanma; pero ahora su mirada se fijó en el cuerpo inmovil de Mikey en el suelo.
—¡MIKEY! ¡MASUMI!
q les puedo decir, still with you no seria una historia de tokyo revengers sin que el prota salga apuñalado
Como les dije anteriormente, lo que sería este arco se centraria en lo que pasaría mami Tenshi así como su conflicto con Miyūki
Y si, si alguno lo notó, este ratoncito blanco tiene sólo catorce años. Lo he señalado principalmente en su propia historia en su wiki que actualmente está disponible, y apenas estaría con sus 14 añitos cumplidos por lo que es sólo una niñita jugando a ser adulto
Y se reveló ligeramente una de las razones por la que ella hizo lo que hizo. Mmm, ¿será que su hermano estará tieso o donde estará? ¿Que tiene que ver que su misión con acabar con Tenshi traera a su hermano mayor devuelta?
Aquí se toca brevemente, pero Miyūki tiene su propio libro. Vayan a echarle un vistazo con sus votos y comentarios para poder seguir trayendo esa historia🤍
Q les puedo decir del capitulo, jiji
Un poco de revelacion respecto a las chicas de Valhalla y Shinobu, así como finalmente el enfrentamiento entre Miyūki y Masumi. Lo decía mucho en mi canal de wssp, pero esto me tenia demasiado emocionada, sobre todo hablando de escribir peleas Y YO LO ODIO porque a veces duro dias escribiendola para que se vea coherente y entendible
Y si, aquí terminaron madreando a Mikey porque se distrajo con Masumi, y pium, fierrazo
(en realidad sufri)
No sé, en general me encantó muchísimo escribir el capitulo. Me siento orgullosa como se desarrollo todo y eso que me bloquee en cierta parte por un par de días, pero se pudo y el resultado en encantó 👻
Lo tenía planeado un poco diferente, de hecho. Les digo que incluso llegué a escribirlo dónde Masumi, Miyūki y Shinobu terminarian en la montaña de autos y todo, y que en una parte uno de los que ellas estaban montadas se caería y pues pum, Masumi desmayada donde todos creerían que terminaría muerta
Me gustó más este la verdad, siento que es algo que si podría suceder en el anime 😭
En fin, estaba muy emocionada por subirlo así que aquí está. Espero que lo hayan disfrutado, sobre todo por la Masumi apuñalada🤪
Mentira, ella sigue viva. El que se muere por eso es otro
Ustedes bromearon harto en el cap anterior con que Masumi terminaría apuñalada así que aquí lo tienen👹
Recuerden votar y comentar para desbloquear el siguiente capítulo, sobre todo porque estamos entrando al tramo final del primer libro ❤️
Y recuerden mi canal de difusión, link en la descripción. Allí estoy bastante activa y doy adelantos y curiosidades, incluso hablé de Shinobu y las chicas de Valhalla 🍸❤️
❪📚❫',·curiosity's zone
#Debido a que Masumi no es especialmente fuerte, si no de que sabe el lugar exacto donde golpear, siempre usa anillos en sus dedos para poder dar unos golpes más doloroso. Lo descubrió viendo la pelicula de Jennifer Lopez: Enough (conocida en español como Nunca Más), debido a la escena donde el personaje se coloca varios anillos en sus manos y se rodea las mismas con cinta adhesiva, en una manera de poder golpear con más fuerza. Incluso, canónicamente para los sucesos del anime (2005), la pelicula ya llevaba 3 años de ser estrenada (2002).
#Una de las mejores armas de Tenshi son sus palabras: ¿pudieron notar como sabía exactamente que decir para desorientar de alguna manera a las chicas de Valhalla? Pues ella sabe hacer eso con cualquier persona, llegando a divagar en algún tema hasta notar que es lo que parece afectar más y de ahí e aferra. Dicen que una acción vale más que mil palabras: pero a veces las palabras son las que duelen más.
#Varios han mencionado desde el segundo arco que Masumi tiene cierta habilidad para bloquear las articulaciones a la hora de pelear, incluso es alguien que se va a los puntos débiles de las personas al llegar incluso inmovilizar con un golpe certero. ¿No recuerdan quién es el que tiene ese detalle al pelear de los personajes canon? Mmm, no lo sé. La pequeña interacción con cierto personajes del anime también es curiosa e importante.
→S H A N X L A B Y X←
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