Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❪𝟰𝟮❫ ; 𝘀𝘁𝗮𝘆 𝗮𝘄𝗮𝗸𝗲 𝗶.

ARC THREE; EVERYTHING FOR THE ANGEL
*╔═══❖•ೋ°🥀°ೋ•❖═══╗*

CAPÍTULO CUARENTA Y DOS;
PERMANECE DESPIERTA I
❛tan pequeña y hermosa❜

Si no cumplen la meta, ¡no se actualiza hasta que sea cumplida!❌
Y si, hablo por ustedes, lectores fantasmas. Dejen su voto y así sea un comentario para que tengan capitulo nuevo.🐣

#📌; WARNING: capitulo largo, sangre, mención de secuestro, suicido.

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
━━━━━━━━━━━

ESTAR DE NUEVO EN EL FUTURO CASI LO HACÍA SENTIR un pequeño alivio, a comparación en el pasado dónde estaba con aquella enorme carga y trabajo de poder arreglar las cosas. Suspiraba con pesadez mientras caminaba por los pasillos de aquella cárcel, sintiendo un pequeño escalofrío por estar nuevamente entre aquellas paredes. Alzó la mirada hacia el chico que caminaba a su lado silencioso y serio, pareciendo en realidad bastante tranquilo a comparación suya.

—Disculpa las molestias, Naoto. —sonrie con cierta pena hacia su compañero y colega quien de igual manera formó una sonrisa despreocupada.

—Tranquilo, ya estoy acostumbrado. —el menor le resta importancia, mirándolo de reojo con curiosidad—. ¿Qué querías preguntarle?

Takemichi quitó poco a poco la sonrisa que tenía con anterioridad, dirigiendo su mirada hacia el suelo con un poco de pesar. La verdad la situación lo tenía algo cohibido, confundido, sobre todo lo que tenía que ver con Baji, Kazutora y esa tal Yūki. Al menos había logrado verla frente a frente con mayor claridad, antes sólo teniendo la vaga y casi breve imagen el Tres de Agosto dónde ella le dió una mirada bastante indescriptible, intensa, pero era una intensidad extraña, casi como si fuera apremio o algo que no llegaba a describir del todo. Y el día que pudo estar frente a frente nuevamente, su mirada no demostraba más que tristeza y casi un vacío.

Le recordaba bastante a la Masumi del presente, aunque lo de ella ya era algo que lo habían provocado, mientras que Yūki parecía sentirlo de corazón. Apretó sus labios, recordando cuando visitó la guardia de Valhalla y estaba ese ambiente tan tenso, sobre todo con aquel grupo de chicas que usaban aquella chaqueta al igual que todos los miembros. Y la que más lo inquietaba era la chica de ojos dorados y mirada fría, sentía unas vibras muy raras venir de ella.

❛Es un poco extraño saber que la TōMan no es la única con chicas dentro... Recuerdo que las pandillas eran muy reacias a tener miembros mujeres❜ pensó, recordando su propia adolescencia y la asquerosa imagen que tenían de las chicas para las pandillas, sobre todo con chicos liderando estas mismas con el pensamiento de que las mujeres sólo sirven para complacer. Frunció un poco el ceño. ❛¿Será que esas chicas también...?❜

Mientras entraban a la habitación a la que ya una vez había ido, negó con la cabeza para si mismo, recordando aquel tono casi de autoridad que aquella chica de ojos dorados tuvo con el mismo Hanma y este la obedeció sin rechistar, incluso cuando le habló a Miyūki y esta la obedeció, como si fuera uno de los altos mandos allí dentro. Se preguntaba que sería de ella, recordando el día del fallecimiento de Hinata dónde vio a Hanma, cerrando un poco sus ojos y recordando el instante dónde se lo encontró.

«—Ah, ¿no estás en el auto...? —murmuró el más alto, mirándolo sin expresión. Girándose luego de que no recibió respuesta, yendo hacia donde estaba una muchacha vestida de negro elegantemente esperándolo—. Que aburrido...»

❛Tenía... el cabello negro❜ trató de recordar mejor su apariencia, pero incluso ella estaba de espaldas, dejando ver un lacio y oscuro cabello caer como cascada. Frunció el ceño, tratando de recordar algún instante en donde haya visto su rostro. ❛Rayos... Quizás no sea nadie más que algún ligue o su mujer, y yo le estoy dando vueltas al asunto luego de ver chicas en Valhalla❜

Se dejó caer en la silla mientras esperaba a que lo atendieran, siendo observado en silencio por Naoto al verlo tan extraño, alzando una de sus cejas. Takemichi estaba un debate interno y con demasiadas preguntas, dejando salir un suspiro y tratando de formular algo lógico de todo eso, pero no lo podía hacer él solo. Tenía preguntas de muchas cosas, tanto de como rayos fue que Masumi terminó confiando en Kisaki, como la TōMan terminó así, por qué Miyūki atacó a Masumi... Suavizó un poco la mirada recordando a Chifuyu y una de sus pocas conversaciones que han tenido hasta ahora.

«—Conozco a Yūki-chan desde que eramos unos mocosos. —le había dicho Chifuyu, mientras se balanceaba ligeramente en el columpio—. Siempre ha sido muy tímida y nerviosa.

Takemichi colocó toda su atención en él, con curiosidad. Se sorprendió un poco por ese detalle, aunque ya lo había escuchado ese día, incluso se lo había cuestionado y ella no le contestó. Parpadeó un par de veces y miró hacia el suelo, en dónde sus pies evitaban que el columpio se moviera de atrás hacia adelante, apenas empujándolo como para no quedarse completamente quiero, analizando un poco aquella conversación que tenía con él.

—Estoy seguro de que Kisaki tiene que ver. Es más que sospechoso que él apareciera luego de lo que sucedió el Tres de Agosto. Por algo Baji-san estará buscando información. —continuó hablando—. La conozco bastante bien y sé que es bastante manipulable. Llega a un punto dónde no sabe decir no, a pesar de que tanto Baji-san como yo la enseñamos a tener un poco más de carácter. —mira hacia el cielo, sintiendo la brisa chocar contra su rostro—. Ella admiraba mucho a Tenshi-san desde que se conocieron, así como yo a Baji-san. Y sé que alguien la obligó. Con sólo ver su expresión cualquiera se da de cuenta.»

❛Si tan sólo supiera dónde está, tendría muchas respuestas también por su lado❜ piensa en un pequeño suspiro, enderezándose cuando escucha la puerta del otro lado ser abierta y ve a la persona que estaba buscando para que le respondiera más de sus dudas.

—¿Otra vez aquí, Takemicchi? —cuestionó Ryūguji Ken apenas se sentó, siendo separados una vez más por el cristal.

—Siento molestarte tanto, Draken-kun. —se disculpa, observando la mirada apagada del ex pandillero mirarlo con atención.

—Ya te dije que te fueras de Tokio.

—Tengo que preguntarte algo. —responde de alguna manera su señalamiento, ahora él sentándose en su respectivo lugar—. Hace doce años, ¿recuerdas que había un grupo llamado Valhalla cuyo lider nadie conocía?

—Si. —respondió sin dudar.

—Ese lider... —hace una pequeña pausa, mirando con cierta insistencia al mayor presente—... ¿era Kisaki?

Draken se queda en silencio por varios segundos como si pensara sus palabras, en donde terminó por suspirar y cerrar sus ojos. —No.

—¿Eh?

—El lider de Valhalla es Mikey. —Takemichi alzó sus cejas más que confundido con esa información, en donde Ken continuó hablando—. Valhalla se formó con Mikey en mente.

—Pero... ¡Eso es imposible! —rápidamente se levanta de la silla, más que confundido y alterado—. ¡Mikey es el lider de la TōMan!

—¿Imposible? —repitió el convicto, sin inmutarse de su reacción—. Según lo que recuerdas, ¿no?

Takemichi muestra nueva tendencia confusión y apremio, tratando de procesar lo que trataba de decir. Trató de buscar algún indicio en sus recuerdos de lo que el antiguo vicecomandante de la TōMan le había dicho, pareciéndole algo demasiado irreal que el invencible Mikey fuera el líder de Valhalla, recordando cómo este demostraba su molestia de que Baji se fuera a esa pandilla dónde estaba Kazutora y también Miyūki. Sin embargo, escuchar a Ken decir que según lo que le recordaba le provocó intriga, sentándose mejor en su lugar y esperando a que le explicara a qué se refería, observando como su expresión no cambiaba en nada.

—El treinta y uno de octubre de hace doce años, durante el «Halloween Sangriento», Valhalla se apoderó de la TōMan y se creó la nueva Tōkyo Manji con Valhalla como organización matriz. Esa es la TōMan actual. —dijo Draken con una enorme seriedad, provocando que Takemichi alzara sus cejas en shock.

—¿Significa que el día de la pelea entre TōMan y Valhalla...?

—Si. Fue la primera derrota de la TōMan.

El viajero se quedó en completo silencio nuevamente, tratando de meterse en la cabeza ese suceso que le parecía más que imposible, sobre todo con los fuertes miembros que lo formaban. Le parecía algo irreal e imposible, a pesar de que le colocaban las cartas en la mesa justo en ese momento. Aunque, aún así, no podía creerlo. No quería creerlo.

—¿Qué? ¿La TōMan perdió? —cuestiona bastante incrédulo y un tanto alterado—. Si contaban con el invencible Mikey.

—No. —lo detuvo de tajo, agachando la mirada—. La TōMan perdió por culpa de Mikey.

Definitivamente eso tampoco se lo esperaba. Negando un poco con la cabeza, veía con cierto espanto y preocupación a su viejo amigo a través del cristal.

—¿P-Por culpa de Mikey-kun...? —murmura, casi sin voz.

Draken se quedó en silencio varios segundos, agachando la mirada hacia el suelo por completo, siendo invadido por una aura de pesar y al mismo tiempo impotencia, apretando sus puños con fuerza, entrecerrando su mirada.

—¿Por qué no me di de cuenta de ella antes de ese día? —murmuraba Draken casi con tristeza y al mismo tiempo un gran vacío—. De la enorme cruz que tuvo que cargar Mikey aún siendo un mocoso de quince años.

Cerró sus ojos con algo de fuerza, apretando su mandibula y sus puños mientras recordaba aquel fatidico día, recordándose a si mismo llamando con desesperación a Mikey para que se detuviera; donde él estaba encima de Kazutora y este lo golpeaba sin nada de tacto, una y otra vez, manchándose de sangre a sí mismo y al suelo, en donde todos se habían quedado en shock por la simple escena.

Su maldito punto de quiebre.

Sus cejas temblaron y dejó salir un pequeño suspiro, un poco tembloroso con sólo recordar aquel lado de Sano Manjirō en donde se quebró. Aún era un poco dificil tenerlo en sus pensamiento, pero, agitando su cabeza, se recompuso y miró nuevamente hacia Takemichi.

—Ese día... Mikey acabó matando a Kazutora. —volvió a hablar con la mirada atenta del pelinegro. Ken baja la mirada, volviendo a perderla—. Nunca arrestaron a Mikey. Porque Kisaki le había preparado un chivo expiatorio. Esa fue la ruina de Mikey. —sus puños nuevamente se apretaron, recordando todo lo que fue desatándose—. Valhalla se apoderó de la TōMan. Desde ese entonces comenzó a expandirse con Mikey como comandante y Kisaki como comandante interino.

Takemichi apretó sus labios con algo de impotencia, sintiendo un nudo en su garganta al saber lo que había sucedido detrás de ese futuro para que terminara poco a poco lo que era actualmente. No diría que todo aquello fuera imposible, porque estaba parado aquí y ahora enfrente de Ken, quien estaba condenado a muerte a raiz de todo eso. Recordó incluso a Masumi y lo hizo apretar sus labios.

—En retrospectiva, la razón por la que Kisaki quiso unirse a la TōMan era Mikey. Y lo hizo por medio de Masu. —dijo mientras se levantaba, mirando directamente al ojiazul—. A pesar de todo, continuó como vice comandante, pero sé que era prácticamente manipulada. Ella siempre ha sido muy ingenua, como te lo he dicho, y de alguna manera Kisaki se aprovechó de eso e hizo que ella estuviera de acuerdo con la mayoria de cosas que quería hacer. Hasta cierto punto. Si tan sólo hubiera estado presente ese día, hubiera evitado el descontrol de Mikey.

—¡Espera un momento! —pidió Takemichi un poco mareado por toda aquella información—. ¿Hablas que Tenshi-san estaba de acuerdo con todo lo que decía Kisaki? ¿Dices que Mikey-kun mató a Kazutora-kun? —cuestiona incredulo mientras se levantaba, y como la ultima vez, con frustración, golpeó sus puños contra el vidrio—. No puede ser... ¡Mikey-kun nunca mataría a nadie!

—Si hubieras estado en el lugar de Mikey, ¿podrías decir que no hubieras matado a Kazutora? —cuestionó aún con un tono de voz plano y serio, bajo, como si de alguna manera no buscara alterarlo pero si le dejara en claro las cosas—. Hablamos del que mató a su hermano. Y ese mismo día, mató a Baji ante sus ojos.

El ojiazul se quedó sin habla con aquella información, recordando perfectamente al chico de cabello largo y colmillos. Agachó la mirada en shock, sintiendo su respiración atascarse en su garganta. —¿Kazutora-kun... mató a Baji-kun? 

—Tú también lo viste, Takemicchi.

Su cabeza comenzó a ser llenada de varias imagenes, un poco confusas, porque no sentía que las había vivido; tuvo flashes de Baji Keisuke en el suelo, al igual que Hanemiya Kazutora, siendo observado fijamente por Sano Manjirō, quien estaba manchado de sangre, sus manos también tenían al igual que su rostro que no demostraba nada más que un vacío. Sostuvo un costado de su cabeza, sintiendo que todo le dio vueltas por de repente tener eso en sus recuerdos.

No lo entendía. ¿De donde venía eso? No recordaba nunca haber presenciado algo así, pero por alguna razón al escuchar a Draken esas imagenes vinieron a su mente, apenas logrando comprender la razón. Tuvo que respirar profundo por la nariz, en donde la expresión completamente vacía de Mikey quedaba en su mente por varios segundos.

—T-Tú mismo... —trató de hablar, llamando la atención del convicto—. Tú mismo dijiste que si Tenshi-san hubiera estado presente, hubiera evitado todo eso, que hubiera controlado a Mikey-kun... —murmuró con la mirada gacha, tratando de digerir las imagenes que le llegaban a la mente—. ¿Por qué ella no estaba allí?

Draken lo miró por varios segundos, frunciendo un poco el ceño y dejando salir un nuevo suspiro, pensando en el hecho de que era uno de los días en donde más suspiraba, pero era como una sutil forma de demostrar que toda esa situación aún lo afectaba. Recordar el pasado y como este se fue tiñendo de oscuridad era un poco irreal, recordando como antes jugaban a ser los pandilleros. Un juego que simplemente se fue de control.

—No estoy completamente seguro de quien fue el causante; sólo sé que tuvo que ver con Valhalla. —dijo un poco dudoso, entrecerrando sus ojos—. No recuerdo muy bien exactamente como fue que se dieron las cosas ya que fue hace doce años, sólo recuerdo que fue de un día que ella fue al trabajo y no apareció, estoy seguro que la secuestraron y que tiene que ver con Valhalla. Y sigo sin saber donde mierda fue, porque fue después del Halloween Sangriento que apareció. —volvió a hablar el del tatuaje, mirando ahora hacia el techo—. Según ella, Kazutora tuvo que ver ya que estuvo con ella ese tiempo.

—Kazutora-kun... —repitió Hanagaki aún algo perdido por aquellas imagenes de ese Halloween. Alzó la mirada un poco confundido—. ¿Por qué él haría eso?

—Quizás, en ese entonces, Masu era la única a la que él quería. —comenzó, con cierta pesadez en su voz—. Sé que Kazutora quería a Masu, más que una amiga. Pero lo que sea que sentía se estaba retorciendo, sobre todo porque ella estaba con Mikey. Sabía que él la amaba y era su debilidad. Puede que incluso lo haya hecho para molestarlo, no lo sé. —se encogió de hombros, debido que era algo que incluso en la actualidad continuaba preguntándose—. Casi parecía que lo hubiera planeado, porque desde que ella se esfumó, Mikey estaba más que alterado de lo normal, como si quisiera que estuviera así para el Halloween sangriento. Literalmente si Masu no está, Mikey es un maldito caos que quiere sea como sea a su calma. Lo sucedido con Baji fue como la gota que colmó el vaso y Masu no estuvo ahí para mantenerlo a raya.

—¿Recuerdas cuando fue que Tenshi-san desapareció? —cuestiona sin levantar la mirada, sintiendo sus manos temblar. Pero no podía dejar dominarse por el terror que sentía, después de todo, seguía estando en una misión y tenía que sacar información—. ¿Que día fue?

Ken lo miró por varios segundos y suspiró con pesadez, negando con la cabeza. —No recuerdo muy bien que fecha fue, después de todo fue hace doce años. —hace una mueca, apretando un poco sus manos—. Pero... fue más o menos como una o dos semanas antes del Halloween Sangriento, quizás entre el veinte, veinticinco. La verdad no recuerdo bien ese dia.

Todo se quedó en un enorme silencio realmente tenso, en donde Takemichi no hacía más que ver directo a sus pies procesando toda aquella información que hasta ese punto no podía llegar a entender. Cerró sus ojos con fuerza cuando el flash de Mikey sobre Kazutora muerto casi le dieron nauseas. El convicto sólo lo miró por unos largos segundos y se levantó, justo a tiempo cuando la alarma que indicaba que ya se acabó el tiempo sonó. Fue encaminándose hacia la puerta sin decir nada, pero fue detenido al escuchar nuevamente su voz.

—Crees... —Draken mira hacia él a traves del cristal, observando su cabeza cabizbaja y su mirada llena de tristeza y confusión—. Crees que si voy a hablar con ella... ¿Tal vez pueda decirme que sucedió?

Ken se quedó en silencio por varios segundos, mirándolo por sobre su hombro sin decir nada. A su propia mente le llegó la imagen de Masumi con aquella ropa de hospital y su mirada completamente vacía, apenas respirando. El recuerdo junto con Mikey enfrente de ella le llegó a la cabeza, en donde él buscaba hacer que le respondiera o lo reconociera, cosa que no sucedía para nada. De manera interna sintió una gran pesadez, recordando la mirada apagada de su mejor amigo desde entonces, desde que le arrebataron a su ángel.

—No lo sé, Takemicchi. —respondió con sinceridad, una sinceridad que le dolía aún en la actualidad—. Su mente está rota y es muy dificil juntar las piezas para tener una imagen clara de su pasado. Antes de terminar aquí no llegaba a reconocerme, ni siquiera a Mikey. Y si lo hacía, recordaba al Mikey y Draken de doce años, antes de que todo se fuera a la basura. —hace una pequeña pausa, recordando a aquella pequeña copia de sus dos amigos, Mirai—. Al menos con nosotros llega a tener algún recuerdo... —murmuró, con una extraña tristeza.

Sin decir más, justo como la última vez que se vieron, Ryūguji Ken cruzó aquella puerta la cual se cerró detrás de él, dejando a un Takemichi desolada con demasiadas cosas por pensar, apretando sus puños contra sus piernas. Tenía un nudo enorme en su garganta, aguantando sorprendentemente largarse a llorar ahí mismo; estaba haciendo un enorme esfuerzo para no hacerlo. 

—N-Naoto... —este mismo lo volteó a mirar con atención, estando más que nada silencioso a todo. Takemichi alzó la mirada hacia él, un poco tembloroso—. ¿Crees que podamos ir a visitar a Tenshi-san?

El Tachibana se quedó en silencio por varios segundos, parpadeando un par de veces. No obstante, comprendió un poco el porque quería hacerlo así que sólo suavizó un poco su mirada y asintió un par de veces.

—Claro. No hay problema.

IR DE VUELTA AL HOSPITAL PSIQUIÁTRICO DE TOKIO ERA igual de sofocante que ir a la prisión, porque eso le recordaba a las dos admirables personas que fueron en el pasado y terminaron en aquel horrible estado. Todo el camino hacia aquel establecimiento estuvo perdido en sus pensamientos, aún tratando de procesar todo lo que Draken me había dicho.

Y no sólo eso, si no también las imágenes que llegaban a su mente como flashes, pero que permanecían el tiempo suficiente para poder distinguir a las personas que se mostraban allí.

Naoto podía darse de cuenta con facilidad lo cohibido que había quedado, lanzándole un par de miradas de reojo al verlo con la cabeza aún agachada. No podía definir hasta que punto estaba tan afectado, y puede que si, escuchó algunas cosas que claramente lo impactarian, pero era diferente. Parecía aún en shock. Y no podía tener seguridad de porque, al menos no podía darse por completo de cuenta.

—Mikey-kun no sería capaz de matar a nadie. —casi como si hubiera leído sus pensamientos, Takemichi rompió el silencio, sin levantar la cabeza—. Lo sé. Confío en él. —su mandibula se apretó al igual que sus puños, mostrándose aún afectado por todo eso, incluso teniendo pequeñas lagrimas en sus ojos—. Pero al hablar con Draken-kun, comencé a ver imagenes de lo que había sucedido. N-No sé porque veo estas cosas... Pero mi mente se llena de recuerdos que no tenía. En el suelo están Baji-kun... y Kazutora-kun. —decía, recordando claramente a ambos en el suelo inertes—. Y Mikey-kun está cubierto de sangre... ¡No sé si todo esto es real! Pero... —su voz tiembla con ligereza—. La expresión de tristeza de Mikey-kun...

Tachibana no dice nada a sus palabras, pareciendo casi desahogarse y al mismo tiempo aclararle sus dudas. Para el viajero del tiempo se notaba con claridad que toda esa situación lo había afectado, sobre todo aquella desgarradora imagen de Baji y Kazutora muertos en el suelo, principalmente la expresión teñida de tristeza de Mikey... Era demasiado para su pobre corazón, el cual se apretujaba de manera indescriptible, con dolor, con pesar. Su respiración estaba agitada y temblorosa, dejándose un pequeño momento para ser débil y llorar, dejando caer sus lágrimas hacia sus piernas, teniendo una mirada mezclada de dolor y al mismo tiempo determinación.

—T-Tengo que salvar a Mikey-kun. —declaró en medio de sus lágrimas, alzando la mirada por la ventana, llegando a la entrada del Hospital Psiquiátrico—. Y para hacerlo, tengo que averiguar qué fue lo que pasó con Tenshi-san cuando desapareció y la alejaron de él todo ese tiempo. Eso parece ser el detonante.

—Sabes que no tienes ninguna certeza de que Kiyoko te dé las respuesta que quieres, ¿verdad? —dice el detective mientras estacionaba, mostrándose serio—. Te recuerdo que Kiy-... Sano Masumi está internada en un psiquiátrico por un estado irreparable similar a la Demencia y puede que ni te recuerda o te contesté.

—L-Lo sé...

—Quizás la última vez dio una pequeña señal de volver a la realidad, pero en palabras vulgares, es como si le hubieran derretido el cerebro.

—Lo sé.

—Puede que incluso te inventé cualquier otra cosa en medio de su demencia. Porque nada de lo que ella diga es seguro que sea información útil para nosotros.

—¡Lo sé, Naoto, lo sé! ¡Sé que Tenshi-san está declarada como loca y demente y puede que ni me recuerda o vuelva a provocarle un ataque! —exclamó con impotencia y desesperación, mirando hacia el suelo—. Sé que ella está mal... Sé que pueda que ni sea capaz de hablarme o recordar con claridad lo que pasó y me diga alguna historia de unicornios y princesas. ¡Yo qué sé! —sollozó ligeramente, sintiéndose abrumado—. Pero... P-Pero yo sólo quiero intentarlo... Tener una pequeña esperanza de que aparezca la Tenshi-san que sabe toda la tragedia que ocurrió. Porque sé que Tenshi-san... Que el ángel de la TōMan está en algún lado.

Naoto lo miró de reojo por varios segundos y suspiró, dirigiendo su mirada al volante donde se encontraban sus manos. No tardó en apagar aquel auto rentado para poder tener más movimiento y ver hacia Takemichi, notándolo realmente sofocado por lo que sea que esté pasando por su cabeza, sobre todo con lo que le había acabado de decir; aún procesando la información de Draken, incluso procesando que su yo del pasado presenció una muerte y apenas lo sabía.

Buscó una manera de consolarlo, aunque no fuera muy bueno en eso y al mismo tiempo era algo de lo que debería estar preparado. Así que, alzó una de sus manos y la apoyó en su hombro, dándole una pequeña sonrisa de lado al momento que Takemichi lo miró, aún bastante nervioso por toda esa situación.

—Entonces, intentemoslo. —la expresión de Hanagaki fue suavizándose un poco al escuchar sus palabras, queriendo llorar una vez, terminando por asentir.

No pasó mucho tiempo para que se adentraran al hospital, en dónde él ambiente era el mismo que el de la última vez habían ido. Había desviado la mirada hacia un lado cuando observó a la misma enfermera que los atendió la última vez caminar por los pasillos, sintiendo su pulso acelerarse cuando fueron guiados nuevamente a la misma sala donde estaban unos pocos internados esparcidos por el lugar. Su mirada buscaba inconscientemente aquella cabellera oscura y rizada entre las demás, no tardando en distinguirla caminar hacia fuera, siguiéndola y llegando a una parte donde parecía ser un enorme patio.

Cada vez más se sorprendía cuando veía las instalaciones de aquel lugar, bastante bonito, sobre todo con ese mini espacio al aire libre, viendo incluso a personas acostadas cómodamente en el pasto y mirando hacia la nada, como si no tuvieran preocupaciones. En serio si no supiera el lugar en donde estaban, pensaría que era algo completamente ajeno.

Volvió a buscar con la mirada a Masumi, observándola sentarse en el suelo cerca de unas flores, así que se encaminó hacia ella con un poco de dudas, que fue convirtiéndose en seguridad al estar cerca de ella. Miró a Naoto por unos segundos, volviendo su mirada hacia ella, agachándose a un lado suyo, observándola tocar y arrancar una de las flores que había.

—Hola, Tenshi-san. —saludó con un tono de voz tenue, en dónde la aludida lo volteó a mirar al darse de cuenta de su presencia.

Masumi se quedó varios segundos mirándolo sin expresión alguna, casi con una expresión vacía, alzando la mirada hacia el acompañante del viajero del tiempo y luego volviendo a mirar a este mismo. Pareció un poco reacia a hablar o decir algo, se veía igual de apagada que la última vez, mostrando también algo de desconcierto al ladear la cabeza hacia un lado, mirando a su alrededor.

—¿Me hablas a mi? —su pregunta hizo que Takemichi apretara sus labios de manera algo temblorosa—. Eres un desconocido. No debería hablar contigo.

—Soy Takemichi. Vine otra vez a visitarte. Take. —dijo lo mas calmado posible, no queriendo terminar por alterarla nuevamente. Se levantó a la par que ella lo hizo—. ¿Cómo estás, Tenshi-san?

El ángel de la TōMan continuó mirándolo por varios segundos, sin expresar nada, apenas frunciendo el ceño mientras lo analizaba, aunque se quedó en silencio por algunos segundos cuando mencionó su nombre, pero no dijo nada al respecto. Ya que, aunque a ella se le había hecho familiar, a su mente no le llegaba realmente algo con lo que pudiera confirmar esos pensamientos, así que, ante aquella condición que padecía, en su triste ignorancia, sólo habló.

—Estoy mirando las flores... —murmuró luego de un largo rato, agachando sus orbes rosáceos hacia la pequeña margarita que ahora tenía en su mano—. A mi mamá le encantan las flores.

Takemichi se quedó mirando su perfil y su mirada ahora un poco triste, sintiendo su corazón apretarse de manera inexplicable, pero sólo sonrió un poco, no tomándole mucha importancia a su comentario. Tocó su hombro con suavidad, volviendo a tener su atención sobre él con sus tiernos y ahora vacíos orbes rosáceos.

—¿Te molestaría si habláramos contigo? —preguntó con curiosidad, no recibiendo una nula respuesta, sintiéndose un poco intimidado. Pero, antes de hablar, observó por algunos segundos una zona de su piel, quedándose en silencio—. ¿Que tienes ahí...?

—¿Ahí donde? —preguntó devuelta la ahora apellidada Sano, mostrando confusión. Takemichi veía fijamente de su cuello hacia abajo, en dónde unas marcas oscuras impresas en su piel sobresalían del cuello de su camisa.

Era un tatuaje. Un tatuaje que, aunque no lograba verlo completo, sólo por la mitad, se le hacía demasiado familiar. Tuvo pequeños flashbacks de la persona a quien hasta ahora había visto con ese mismo tatuaje, sintiendo una amargura extenderse en su cuello mientras terminaba de distinguir que imágen era.

❛Es el mismo tatuaje que tenía Kazutora-kun❜ pensó con cierta incertidumbre por recordar a aquel extraño y al mismo tiempo inquietante chico con quién ahora sólo podía ver en el pasado. Recordar el hecho de que actualmente estaba muerto a manos de Mikey lo hacía sentir un mal sabor de boca, llegándole a la mente lo que le había dicho Draken de este mismo.

«Quizás, en ese entonces, Masu era la única a la que él la que quería. Sé que Kazutora la quería»

Si Kazutora-kun fue quien alejó a Tenshi-san por ese tiempo y prácticamente la secuestro en el pasado...❜ una pequeña mueca salió de su rostro por pensar en ese hecho, preguntándose muchas cosas entre ellos dos. ❛¿Qué relación exactamente tenían?❜

—Tenshi-san... —llamó suavemente a la internada, quien miraba hacia su alrededor de manera distraída.

—Parece que va a llover... —murmuró mientras veía hacia el cielo, el cual parecía estar nublado.

—Tenshi-san. —volvió a llamar, un poco insistente al ver que parecía no escucharlo. Incluso pareció ignorarlo olímpicamente, impacientándolo.

—¿Lloverá fuerte...? —se preguntó sin mirarlo ni un momento, incluso levantándose lentamente. Takemichi se levantó con cierto apremio al ver que ya no le prestaba atención.

—¡Tenshi-san, por favor escúchame! —insistió, sintiendo un nudo en su garganta. Verla actuar de esa manera lo hacía recordar el estado en el que estaba, así como lo que tuvo que pasar—. Necesito que me escuches... Por favor.

Masumi lo miró por varios segundos en silencio, algo sorprendida por su reacción. Pero parecía tan poco presente que sólo provocaba que Takemichi quisiera llorar, sobre todo ver su dulce mirada ahora teñida de oscuridad y al mismo tiempo un vacío. Por un momento quisiera olvidar el hecho de que prácticamente estaba catalogada como loca, que puede que ni le diga lo que él necesita. Parecía estar incluso más perdida que antes, y eso sólo lo hizo sentir peor. Agachando la mirada con impotencia, tratando de calmarse, ya que, después de todo, no era su culpa que ella estuviera así y no fuera capaz de responderle bien.

—Yo puedo escuchar al fuerte héroe llorón cuando lo necesite. —dijo con aquel tono tan característico en el pasado que poseía, provocando que la mirara con un poco de sorpresa. Su expresión era expectante junto con una sonrisa.

Y a pesar de que sonreía, la mirada en sus ojos no cambiaba.

Takemichi se quedó por varios segundos viendo su sonrisa, aquella sonrisa igual al pasado, en donde sólamente era una adolescente viviendo su vida y en medio del mundo de los pandilleros. En donde, actualmente todo se había ido de control y dejó de ser un juego de niños. Apretó sus labios tratando de calmarse y no colapsar, ya que lo menos que quería era provocárselo a ella.

—Tú... —comenzó a hablar, con su tono de voz un poco temblorosa—. ¿Tú recuerdas a Kazutora-kun? —Masumi ladeó su cabeza hacia un lado, mostrándose un poco pensativa—. Fueron amigos desde niños. Ustedes fundaron la TōMan junto con Mikey-kun, Draken-kun, Baji-kun, Mitsuya-kun, Cherry-san y Pahchin.

—Pah-kun tenía un perro llamado Pochi. Decía que se parecía a Kei-kun. —Tenshi sonrió un poco animada. Eso fue buena señal para el viajero, ya que parecía reconocerlos—. Era gracioso porque Kei-kun era más de gatos.

—¿En serio? —trató de seguirle la cuerda, queriendo ver si llegaba a lo que gustaba.

—Si. —asintió un par de veces, mirando hacia el cielo—. Tora-kun bromeaba diciendo que las únicas mujeres que se fijarían en él eran las gatas. Era muy gracioso porque siempre eran las hembras que lo perseguían.

—¿Ah sí? —cuestionó interesado por esa mención. Bingo, ya lo tenía. Ahora tenía que llegar a lo que necesitaba. Sólo era cuestión de seguirle la cuerda—. ¿Eran muy amigos?

—¡Si! Al igual que con Kei-kun. Después de Manjirō-kun, con ellos eran mis mejores amigos. —sonrió con cierta emoción, pareciendo rememorar los viejos tiempos—. Eramos muy cercanos. Soliamos salir mucho todos juntos; les gustaba ir a la playa varias veces. Era muy agradable y maravilloso. —Masumi sonrió con cierta emoción—. Hasta que... —pero, su mirada fue tornando apagada nuevamente.

El viajero no hizo más que mirarla, alzando un poco sus cejas al ver su expresión y su mirada, la cual se tornaba poco a poco más y más triste, casi creyendo que iba a llorar en ese momento. Pero, pareció recomponerse poco a poco y dejar una expresión triste, recordándole perfectamente a a Draken cuando le hablaba de todo lo que que la TōMan habia pasado, por lo que todos habían pasado. Se trataba de aquella parte de Kiyoko Masumi que sabía todo, que había vivido aquella situación tan horrible que la había llevado al estado en el que se encuentra justo ahora. La simple idea y al mismo tiempo realidad le formaba un nudo en su garganta, esperando ver qué iba a decir.

—Tora-kun no era malo. —comenzó a hablar, nuevamente con aquel tono de voz que le demostraba que se trataba de aquella Masumi que conocía todo lo que había pasado—. Sólo las cosas le salieron mal... Se estaba dejando llevar por el enojo, quizás por el shock que aún debería tener. —tocó inconscientemente la zona de su clavícula dónde tenía su tatuaje—. No estaba pensando bien... Para él debió haber sido shockeante desde lo que pasó con Shin'ichirō-kun y que luego terminara aislado en una correccional dos años.

Takemichi pudo recordar cuando él mismo le dijo que estaba en una correccional, apretando ligeramente sus puños por recordar la naturalidad con la que hablaba pero al mismo tiempo con un sentimiento extraño que nunca lo dejó tranquilo desde que apareció en la puerta de su escuela, en dónde aparentemente él estudiaba.

—Si no era malo. —habló, tratando de mantener la compostura—. ¿Entonces por qué él te...

—Él no me hizo nada. —lo interrumpió casi al instante, alzando y conectando sus miradas—. Recuerdo que Tora-kun me había dicho que tenía cosas que resolver con Manjirō-kun, algo en dónde no tenía ni debía porque meterme. Por eso fue que me escon... me secuestro, unos días antes de aquel enfrentamiento. —su voz tembló un poco ante esa palabra, sintiendo un escalofrío—. Fueron unos tipos de Valhalla que me llevaron a... No sé dónde era. Quizás su guarida o algo. El primero en aparecer Tora-kun y me dijo eso... Pero no me hizo nada. No me tocó ni un pelo...

—Aún así eso no está bien.

—Eso lo sé. Sé que todo lo que hizo no estaba bien. Yo no soy sorda ni ciega, ni mucho menos estúpida. —Takemichi observó la expresión algo apática del ángel de la TōMan—. No dejaba que nadie más me fuera a ver. Pero... el único que si llegó a hacerlo fue Kei-kun. —habló con melancolía, apretando su nariz—. Parecía que iba para cerciorarse de como estaba, por mucho que la mayoría del tiempo que le preguntaba que era todo lo que estaba haciendo y no me respondía. Es como si de alguna manera se preocupara. Muy a su manera, a pesar de que estaba en el bando de Valhalla.

—¿Hablas de Baji Keisuke? —recordó inevitablemente su conversación con Chifuyu, su vicecapitán, en dónde alegaba que lo que estaba haciendo en Valhalla era infiltrarse.

La mujer de Mikey apretó un poco sus cejas, alzando la mirada hacia el cielo con cierta nostalgia, observando las enormes nubes grises y llenas de agua que en algún momento soltaría la lluvia. Estaba presente aquella húmeda brisa al mismo tiempo que el aroma de humedad, agitando su cabello suavemente con el viento en dónde ella sólo recordaba aquellos tiempos en dónde era todo más fácil y sólo era unos simples adolescentes.

—Me pregunto que hubiera pasado si Kei-kun no hubiera muerto, sí no hubiera estado solo... —susurró con tristeza, una que le contagió. Observó como ella agachaba nuevamente la mirada, ahora viendo sus manos—. Kisaki dijo que se había encargado de todo y que sólo confiara en él. —murmuró—. Me dijo que me quedara al lado de Manjirō-kun ya que me necesitaba, que nos necesitaba a los dos. Porque gracias a él, no terminó en la cárcel. —agachó la mirada, apretando un poco sus manos—. Me parece aún irreal que Manjirō-kun haya matado a Tora-kun, o que él lo haya hecho con Kei-kun... Simplemente lo escuché, pero no lo vi.

Takemichi se quedó en completo silencio por esas palabras, no evitando sorprenderse por la simple mención de Kisaki, algo que en esta ocasión no le había preguntado; ver lo afectada que parecía, no, lo afectaba que realmente estaba lo logró llevar a la conclusión de que ella simplemente estuvo muy vulnerable para Kisaki, y él se aprovechó de eso. Su cabeza se inclinó hacia abajo con impotencia, recordando en ese instante las imagenes de Mikey con su rostro lleno de tristeza al ver el cadaver de Kazutora.

—¿Por qué estás triste? —la voz de Masumi lo pudo sacar a la realidad nuevamente, alzando su cabeza y viendo la mirada atenta de ella—. ¿Pasó algo malo?

Un constante nudo en su garganta por escucharla, llegando a cristalizarse sus ojos por ver su genuina preocupación, en dónde parecía olvidar la tristeza que anteriormente estaba demostrando por todo lo que pasó. Quiso decir algo más, quiso decirle muchas cosas a aquella Masumi que parecía estar rota y al mismo tiempo completa.

—Lo lamento. Pero las vistas ya están por acabarse. —una de las enfermeras del lugar se hizo presente, llegando con ellos. Takemichi la miró con las palabras en la boca, mirando confundido luego a Naoto cuando este lo tomó del hombro.

—Ya es hora de irnos, Takemichi. —dijo este en donde hizo que mirara hacia la ahora Sano la cual ahora miraba hacia sus pies en silencio, de repente olvidándose de la situación, una vez más.

—Eh... Claro... —murmuró cabizbajo, dejando salir un pequeño suspiro y dándose la vuelta.

Nee. —el aludido se detuvo antes de irse, volteándola a ver. Vio su rizado cabello agitarse con el viento, mientras su mirada estaba fija en él, teñida de un sentimiento inexplicable; y aún así, le sonrió—. Vete antes de que el lobo venga. Busca escondite en un lugar muy lejos y no salgas, héroe llorón.

El pelinegro no pudo estar más que confundido por sus palabras, abriendo sus ojos mientras era prácticamente empujado del lugar cuando se quedó allí. Sintió un sentimiento bastante extraño en su cuerpo por sus palabras, un sentimiento bastante doloroso al escuchar "héroe llorón" salir de entre sus labios, sólo recordando a Akkun la última vez que se vieron.

¿Por qué sentía que le estaba diciendo algo en otras palabras? Algo muy malo.

—Fue muy poco lo que realmente sirviera, cosas muy pequeñas. Pero mejor eso que nada. —alegó Naoto mientras salían de la entrada, en donde el mayor estaba completamente callado, con su mirada al suelo—. Al menos especificó que fueron días antes del treinta y uno de octubre, lo cual es dentro de poco. Sólo es cuestión de cuidarla hasta esa fecha, así como a Baji Keisuke.

Takemichi sólo esaba tratando procesar todo lo que le había dicho Kiyoko Masumi, que al mismo tiempo de poco era mucho, por mucho que haya sido algo bastante sutil, así como Naoto le había dicho, sólo respondiéndole algunas dudas. Pero esas palabras en concreto; «vete antes de que el lobo venga», que se escondiera y no saliera. Estaba tan distraído que no pudo ver por donde iba y chocó ligeramente con una mujer, quien se movió unos pasos, resonando sus tacones.

—¿Ah? Lo siento. —dijo casi de inmediato al notar como ella se detenía, mirándolo por unos segundos y luego siguiendo con su camino, no obstante, algo llamó su atención; sus ojos eran dorados, extrañamente familiares. Observó su figura curvilinea salir hacia la salida del hospital y de alguna manera algo hizo click—. Tenshi-san... Me dijo que... jugara al escondite lejos y que nunca saliera. —balbuceó casi sin habla, en dónde Naoto lo miró con confusión—. Escondite... Me dijo... Que me escondiera lejos de aquí.

Tachibana continuó mirándolo por varios segundos, tratando de comprender que era lo que había logrado entender, aunque escuchar las últimas palabras en específico le dio a entender; esconderse lejos y no salir. Irse lejos de ese lugar y no aparecerse, había sido como una advertencia de que no volviera a aparecer. Takemichi miró hacia la dirección donde se había ido esa chica, quien se le hizo familiar; juraba que sus ojos los había visto antes, ojos dorados. Y no sólo en ella, sobre todo aquella mirada.

—Es como si me hubiera dicho que me fuera y no volviera... —murmuró nuevamente el viajero, con su mirada perdida en el suelo, alzando la mirada hacia su compañero, recordando la mirada tan triste e inexplicable de Masumi—. Antes de que el lobo venga, debo irme... ¿Pero quién vendrá...?

—¿Un lobo...? —murmuró el detective confundido. Pero antes de decir algo, un fuerte estruendo resonó en el lugar, lo suficientemente fuerte para que la mayoría de personas que se encontrarán alrededor se sobresaltaron, sobre todo por el sonido peculiar.

El sonido de un disparo.

—¡Tenshi-san! —exclamó casi de inmediato, en dónde no dudó en ir hacia esa dirección, escuchando la voz de Naoto quien, por su simple labor, le siguió los pasos.

—¡Takemichi, no puedes ir! —corrió rápidamente, mirando de un lado a otro con apremio. Varios flashbacks del Tres de Agosto de hace doce años llegaba a su mente, en dónde buscaba desesperadamente al ángel de la TōMan entre los tipos que se golpeaban entre si, ahora siendo en esta ocasión a los enfermeros que se le atravesaban.

❛No puede ser... ¡Esto no puede ser!❜ escuchaba los gritos de varios internados del lugar, Naoto iba pisándole los talones debido a que fue el segundo en reaccionar. Sentía su respiración entrecortarse mientras avanzaba rápidamente, observando a varias enfermeras llevarse a varios internados del lugar donde se escuchaba el escándalo, resonando un segundo y tercer disparo que sólo lo alteró aún más, sobre todo por la dirección en la que se escuchaba, la misma de la que venía.

«Kisaki quiere arrebatarle a Mikey todo lo que aprecia, sin importar quien sea»

Esq chica que vio salir, ya la ha visto antes... ¡Ya la había visto antes! Y las palabras de Masumi... Las lágrimas quisieron caer de sus ojos por pensar en lo peor, llegando a la enorme sala común en donde anteriormente los internados estaban con tranquilidad, viendo a varios de estos tratando de ser alejados de la persona que estaba haciendo ese escándalo y al mismo tiempo completamente quietos en su lugar, invadidos por el temor de que hicieran un movimiento en falso y terminaran de la misma manera que uno de los trabajadores, que estaba en el suelo rodeado por un charco de sangre, junto con una enfermera y un par de internados.

Pero... ver la cabellera oscura y rizada en el suelo sólo lo hizo querer llorar mas que antes, en dónde la imagen de Masumi el Tres de Agosto estaba tendida en el suelo luego de que la golpearan en la cabeza, en dónde él pudo evitar que terminara en un estado peor al que estaba destinada.

Y esta vez, no pudo hacer nada.

Masumi tosía en el suelo, con su torso pegado a este mismo y su rostro apoyado de costado, mirando hacia la nada. Continuaba con vida, pero la cantidad de sangre que se extendía debajo de ella era mas que alarmante. Takemichi no podía hacer más que ver en shock su cuerpo apenas movible de esa manera, pareciéndole sorprendente como hace sólo unos minutos atrás habló con ella. No reaccionó cuando Naoto llegó a su lado con su propia arma en mano, apuntando hacia la persona en medio quien se encontraba de espaldas.

—¡Quédese quieta en este instante y lance el arma! —exclamó el Tachibana sin un poco de tacto hacia la muchacha quien volteó su mirada hacia él sin inmutarse, dónde unos penetrantes ojos azules se hicieron presentes a ellos, dónde su cabello oscuro y ondulado caía como cortina en su rostro.

Takemichi tembló al ver sus ojos, al ver su rostro, en dónde a pesar de que esta vez su cabello era largo y oscuro, pudo reconocer quien era, a pesar incluso de usar la ropa de una de las enfermeras del lugar. Lo hizo cuestionarse muchas cosas, en donde se preguntaba como es que no la notó, como es que no reconoció esos ojos azules y cristalinos que había visto bajo la lluvia y en el territorio de Valhalla. Quien colocó sus ojos sobre él por varios segundos, apuntando con su arma, mirándolo de arriba hacia abajo.

—Eres tú... —balbuceó aquella muchacha de orbes azules, orbes cristalinos.

—Yūki-chan... —pronunció el viajero del tiempo, observando a la ahora pelinegra de ojos azules; aquella peculiar chica albina en el pasado. Estuvo en shock por varios segundos, pero reaccionó—. ¡Yūki-chan... ¿por qué hiciste eso?!

Miyūki lo miró por varios segundos y sólo suspiró, sin bajar en ningún momento el arma que ahora lo apuntada. A pesar de tener una mirada penetrante, demostraba una tristeza muy profunda; igual que en el pasado, en donde demostraba de alguna manera la incertidumbre, que no quería estar allí. Y justo ahora no era muy diferente, a pesar de expresar de alguna manera un vacío profundo, como si le hubiera arrebatado cualquier brillo existente, pero al mismo tiempo, sintiera dolor.

Takemichi pudo darse de cuenta del dolor que expresaban sus ojos, a pesar de qué sostenía un arma en su mano y había acabado de disparar, estando en el suelo una aún viva Masumi, quien a duras penas había alzado su rostro.

—Tú no lo entiendes... —habló la muchacha con pesadez, en dónde su mano temblaba de manera imparable—. Esto es lo que tengo que hacer... No puedo hacer más nada. —dejó salir un largo suspiro, mirándolo fijamente—. Esto es en lo que nos hemos convertido todos.

Miyuki dirige su mirada hacia donde continuaba Masumi postrada en el suelo, mirándola de manera indescriptible y al mismo tiempo con dolor en su mirada; tanto fisico como aquel dolor emocional, donde le doliera por dentro. Pero al mismo tiempo, parecía tan confundida, como si no lograra comprender todo, comprender porque le dolía el cuerpo, porque le ardía tanto y se sentía cada vez más débil. Sus orbes rosáceos no se quitaban de la escena, expectante a lo que sucedía.

—A mi nada me ata. No tengo nada porque perder, menos con él... Donde lo único que quiere es tener el control. —una sonrisa llena de dolor salió de entre sus labios, dejando salir una temblorosa risa, en dónde subió la pistola y pegó el cañón a su cabeza. Rápidamente todos los presentes se alteraron.

—¡No, no hagas eso! ¡No tienes porque hacerlo! —chilló Takemichi con apremio, sintiendo su corazón palpitar fuertemente contra su pecho.

—¡Takemichi, mejor vete de aquí! —reprendió Naoto al verlo casi lanzarse a Hayami, pero Takemichi se negó.

—¡Baja el arma, Yūki-chan! ¡Por favor! —sin embargo se sobresalto cuando ella apuntó el arma hacia el, sin temblarle el pulso.

—¿Y por que lo haría? Ya estoy cansada de todo... Podría incluso matarte en este momento y que tu amigo policía me mate a mi. Y si no lo hace, él lo hará. —murmuró con un sentimiento de cansancio—. Tú no sabes todo lo que he hecho por su culpa... Desde que era una maldita niña hizo que me manchara las manos, por él... Y él fue quien lo mató... Los mató...

—¡Suelte el arma!—volvió a exclamar Naoto sin dejar de apuntar su arma hacia ella.

—Ya toque a su tesoro preciado una vez, no tendrá piedad conmigo. ¿Que crees que me hará si es que salgo viva de esta? Es un monstruo sin ella... —susurraba, casi ida, mirando hacia la nada—. Él es un maldito demonio cuando no tiene a su ángel, por eso Kisaki quiere acabar por completo con ella... Incluso quiere tocar a la niña, a un ser tan inocente que ni siquiera entiende porque su mamá está aquí...

—¡Yo puedo ayudarte, puedo salvarte! —Takemichi soltaba a pesar de los regaños de Naoto para que se fuera. Él no quería que muriera, no alguien más.

Miyūki se quedó observándolo por varios segundos con un sentimiento inexplicable, alzando un poco sus cejas. Incluso dejó salir una sonrisa y risa irónica, más que incrédula por todo lo que estaba diciendo, queriendo incluso simplemente presionar el gatillo por lo estúpido que sonaba. No se movió ni un centímetro, viendo a aquel chico y al policía en el mismo campo de visión, en dónde este último estaba apuntándola de igual manera. Todo fue un silencio sepulcral, a excepción de unos llantos en el fondo, junto con una tos constante.

—Q-Que escándalo... ¿Por qué gritan...? —se escuchó la baja queja de Tenshi, seguido de la tos seca que terminó por salpicar más sangre de su boca—. ¿Otra vez, Kei-kun y Pah-kun? Que les dije... D-Dejen de pelear.

Una vez más la muchacha dirigió su mirada hacia el angel de la TōMan, sintiendo un nudo en su garganta por la simple mención de Baji, sobre todo por como ella parecía tan ajena a lo que sucedía y al mismo tiempo presente. Duró varios segundos con su mirada perdida en alguna parte y tomó una pequeña respiración, que poco a poco se iba colocando temblorosa.

—Te llamabas Takemicchi, ¿verdad? —cuestionó mirándolo por varios segundos—. Si realmente puedes salvarnos... —Miyūki sonrió con tristeza, en dónde las lágrimas cayeron por sus mejillas justo a la par que pegaba el cañón a su sien—. Salvanos, Takemicchi.

Y disparó.

Takemichi observó horrorizado como la bala atravesaba su cabeza y la sangre salpicó por doquier, junto con su cuerpo inerte que cayó al suelo, escuchando un grito horrorizado de los presentes que estaban allí, incluyéndolo quién no pudo evitar dejar salir un sollozo, aún procesando lo que habia acabado de ver. El sonido del disparo lo llevó al día dónde murieron Hina y Akkun, un mismo sentimiento de dolor, de perdida, en donde en un sólo sehundo una vida se desvaneció enfrente de él, mientras otra estaba a punto de irse.

Ahí fue cuando reaccionó.

—T-Tenshi... ¡Tenshi-san! —a tropezones fue hacia el ángel de la TōMan quien continuaba en el suelo, tomando su débil cuerpo entre sus brazos. Sintió como se le iba el aire al ver como aquella camisa de hospital se teñía rápidamente de sangre.

—M-Me duele... —susurró la chica en medio de la tos, presionando débilmente su abdomen—. ¿Por qué me duele...?

—¡Tranquila, vas a e-estar... ¡Vas a estar bien! —miró hacia donde estaba Naoto quien revisó hacia los cuerpos tiesos en el suelo, teniendo su teléfono en mano—. Ya va a llegar la ambulancia... ¡Vas a estar bien!

—Tengo sueño...

—N-No, no, no. ¡No puedes dormir ahora, espera un poco más!

—S-Sólo déjame... cerrar mis ojos un momento.

—¡Ahora no puedes, no puedes cerrar tus ojos! —negaba una y otra vez, al borde del colapso. Masumi alzó sus largas pestañas hacia él, frunciendo el ceño.

—¿Por qué no puedo...?

—¡Por Mirai-chan! ¿¡Que sucederá con Mirai-chan!? ¡Ella no puede perder a su mamá, no puede perderte! —lloriqueaba sin parar, en dónde sus lágrimas chocaban con el pálido rostro de Masumi, quien lo miraba desde abajo—. ¡Mirai-chan te necesita, ella no puede quedar sola! ¡E-Ella no...!

—¿Mirai...? —susurró la chica casi sin fuerzas—. Ese nombre... me gusta... —respiró con pesadez, mirando hacia el techo, la sangre saliendo de la comisura de sus labios—. Q-Quisiera... colocarle ese nombre a uno de mis hijos en un futuro... Aunque... Manjirō quiere colocarle un nombre ridículo.

—¡L-Lo hiciste, pudiste hacer eso! —hablaba desesperadamente, tratando de mantenerla consciente lo más posible—. ¡Mirai-chan es tu hija, la tuya y la de Mikey-kun...! Es una niña tierna... E-Es igual que tú... Ella es...

—Es linda... y muy pequeña. —habló Masumi con pesadez, en dónde Hanagaki la observó con sorpresa, observando como una sonrisa casi fascinada se formaba en sus labios—. E-Es hermosa...

—¡L-Lo es, es muy hermosa! Es igual de bonita y dulce que tú. —Takemichi muestra una sonrisa casi desesperada, desgarradora, haciendo todo lo posible para que mantenerla despierta.

—¿Ya viste lo hermosa que es, Manjirō?

Takemichi se quedó sin habla por varios segundos cuando escucho el nombre que descansó en sus labios, sintiendo como el mundo se detenía al observar su rostro y su mirada que por un segundo lo miraron con un sentimiento tan genuino, tan amoroso, como si él fuera el amor de su vida, y quizás, de alguna manera lo vio, en sus ultimos momentos, en dónde dejó salir un pequeños suspiro.

Un último suspiro, que trajo consigo un largo silencio.

—¿Tenshi-san...? —susurró, llamándola, con un tono de voz vago.

Ella, sin embargo, ya no respondió; las lágrimas poco a poco fueron cayendo por sus mejillas.

—Tenshi-san.

Otra vez, puro silencio.

—¡Tenshi-san! ¡Tenshi-san, por favor háblame! —chillaba entre gritos mientras agitaba su cuerpo, buscando su rostro y que lo mirara;

Pero sus ojos, a pesar de que estaban abiertos... sus ojos ya habían perdido cualquier brillo que antes tenía, por muy minimo que fuera, ya no estaba. Era la cosa más horrorosa que habia visto, ver su rostro tan pálido, en dónde su boca entreabierta aún tenía pequeños hilos de sangre resbalando hacia abajo, sus ojos sin ninguna chispa, sin ninguna respiración...

Puede ser que el amor venga de muchas maneras, hacia una cosa, hacia la familia, hacia una persona, hacia un amigo... Pero este sentimiento de dolor e impotencia en su cuerpo era igualmente al cuando vio al amor de su vida y a su mejor amigo morir ante sus ojos. Pero sobre todo, ver cómo en un segundo su vida se esfumó, como en un segundo estaba hablando con ella y al otro la tenía en sus brazos, sin haber logrado hacer nada era frustrante, en dónde sólo podía hacer dos cosas; llorar...

Y reforzar la maldita razón por la que estaba haciendo todo eso, en dónde no sólo tenía que salvar a Hina.

—Y-Yo prometo... —susurró mientras abrazaba su cuerpo ahora frío contra su pecho, con las lágrimas cayendo por su rostro. Un deja vu cuando Hina murió llegó a su mente, en dónde mostró una mirada de impotencia y determinación igual que la de esa vez—. ¡Prometo que te voy a salvar, que los voy a salvar a todos!

Les dije que el primer futuro no era el peor 😾

¿Que tal les pareció? JAKSKDKD YA SÉ QUE ME VAN A FUNAR EN COMENTARIOS, LOS ESTOY SINTIENDO YA

no es mentira, yo también sufrí al escribirlo 😿😿😿

Es uno de los capitulos que más esperaba subir a pesar de todo, y eso se nota por lo largo que es, sisisi

Siento que están funando a Yūki, no les mentiría, yo igual lo haría

Pero recuerden, es parte de la TōMan del futuro, ella tambien es una víctima

Me estoy dando de cuenta que como que le aburren estos caps pq no votan ni comentan como antes/llora

Sé que quieren ya ver el Bloddy Halloween, pero no puedo simplemente llegar a esa parte porque si, me gustaría darle desarrolló e historia como tal. No quiero sólo copiar y pegar los sucesos del anime, trato de ser lo suficientemente original y hacer cositas diferentes, tratar de cambiar las cosas y que ustedes no vean los mismo del anime sólamente escrito.

Si, ya sé que pongo escenas como la charla de Takemichi y Draken que está prácticamente igual. Pero recuerden que está Masumi y quería mostrar esa mini escena como sería con ella como personaje en el anime, así como en otras escenas de la historia.

Masumi no sólamente se agregó y ya, tuve que cambiar muchas cosas de la historia canon de Tokrev para adaptar la realidad de que es un personaje no existente y que de alguna manera alterara el canon. Así como él hecho de que aquí Shin tuvo novia, Baji igual, las chicas de Valhalla, Cherry (está llena de polvo, hay q soplarla), Yūki. Aquí todo es por algo.

Son personajes no-canon que provocaría siempre una diferencia en Tokrev. O al menos eso intento, espero que alguien se dé de cuenta que, a pesar de todo, no todo está al pie de la letra  😿

Sé que esta historia es de Mikey y ajá, esperan que sea así con él tópico que existe de los siglos en los siglos donde él tiene una novia que es amiga de ls infancia y fundadora de la TōMan, y ajá. Sé también que eso ya es algo cliché, pero yo trato de usar ese cliché diferente, cambiarlo, o al menos, hacerlo de manera original (?).

Además, es una historia CON Mikey. Enfocada mayormente en él, pero también sigue siendo la historia de Masumi y en cada historia hay antagonistas, personajes secundarios importantes y así, incluso escenas que ustedes deben tener muy en cuenta. Conmigo, cada detalle pequeño es importante.

Me gustaría que le agarraran cariño a personajes como Yūki, Cherry (aunque ya ví a personitas que ya le tienen cariño ❤️) y disfruten la lectura, dejen sus comentarios y votos que no saben como me alegra. Porque yo los veo y leo a cada uno de ellos, aunque no los conteste. Ya que es una manera de aportar a la historia para que avance y tengan contenido siempre.

❪📚❫',·curiosity's zone

#Muy poco es lo que Masumi recuerda de Mirai, debido a que no llegó a tener demasiados recuerdos con ella. Antes de que ella terminara así, sólo llegó a estar con ella dos meses; cuando ella reaccionó con lo que le decía Takemichi, fue un vago recuerdo de cuando ella nació.

#Esta Masumi siente un enorme cargo de consciencia por todo lo del Bloddy Halloween. En dónde se dice que si hubiera estado presente ese día, hubiera evitado toda esa desgracia. Algo que pudiera haber pasado.

#Kisaki Tetta fue la mente en el asesinato de Masumi. Él siempre estaba al tanto de quién la visitaba, y claramente se dió de cuenta de la visita de Takemichi y Naoto, aparte de saber que, aunque su mente estuviera fragmentada, no estaba rota por completo. Y Masumi lo sabía, por eso le dijo a Takemichi que la olvidara.

→ S H A N X L A B Y X←

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro