❪𝟮𝟵❫ ; 𝘁𝘄𝗼 𝘄𝗼𝗿𝗱𝘀.
❪ARC TWO; ANGELS LIKE HER❫
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CAPÍTULO VEINTE Y NUEVE;
DOS PALABRAS
❛todo lo que quiero❜
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©Shanxlabyx
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—ASÍ QUE SIMPLEMENTE TE VINO A VISITAR Y DE UN MOMENTO a otro se durmió. —fue lo que dijo Akkun luego de la explicación de Takemichi quien asintió varias veces con sus brazos cruzados.
—¿Entonces porque cuando llegamos parecía que estabas...? —iba diciendo Takuya aún procesando y teniendo en su cabeza la imagen donde el chico estaba con sus manos sobre los muslos de Tenshi, quien estaba profundamente dormida.
—¡Estaba siendo caballeroso! —soltó Hanagaki con sus mejillas ruborizadas por lo que estaban imaginándose—. No pasó nada. Fuí a buscarle algo para tomar y cuando volví se había quedado dormida de la nada.
—Ya dinos, ¿qué se sintió hacerlo con la novia del Mikey? ¿Fue sumisa o en realidad es una súper dominante que sólo tiene cara de ángel? —dijo Makoto con una sonrisa divertida en su rostro, con todo el afán de molestarlo, mirando con un poco de atención a la chica e incluso buscando si había alguna señal de que su querido amigos ya era un hombre.
—Te voy a golpear, Makoto.
—No puedo creer que el mismísimo ángel de la TōMan esté durmiendo en tú cama. —decía Yamagishi mirando casi con admiración hacia la chica, inmediatamente Takemichi soltó «¡si lo dices así, suena raro!»—. Es la primera vez que la veo tan cerca. ¡Que privilegio! Huele tan dulce.
—Si... —dijo una vez más Makoto con una sonrisa.
—Ya, sucios, cálmense. —Akkun agarró del cuello de la camisa a ambos chicos para jalarlos y alejarlos de la única chica, empujándolos hacia otro lado de la habitación—. Volviendo a la razón por la que vinimos. ¿Estás seguro que estás bien? ¿No deberías reposar en cama?
—Al lado de la linda Tenshi~. —canturreó Yamagishi con cierta burla, jugando con unos chacos que encontró.
Takemichi inmediatamente lo miró mal, mirando un poco apenado a la pobre chica que continuaba durmiendo bastante tranquila sobre su cama, teniendo que colocarle una manta encima para que sus amigos no se pongan de locos a mirarla tanto, sobre todo Makoto. Aún así, le sorprendía que con todas las voces que se escuchaban no se haya despertado, quedándose en la misma posición.
—Si, más o menos. —desde su lugar, al sentarse en su escritorio, miró unos segundos a la única femenina presente, suspirando con pesadez—. Hablé un poco con Tenshi-san sobre lo de la ToMan, pero me dijo prácticamente lo mismo que Emma-chan. ¿Ustedes han averiguado algo más ? ¿De Mikey-kun o Draken-kun?
—Takemichi, las cosas están muy mal entre Mikey, Draken y Tenshi. —dijo Akkun luego de sentarse en el suelo, a un lado de la cama. Había tenido el impulso de sentarse en el borde, pero le dio algo de pena tomando en cuenta que la chica estaba allí—. Puede que ya no tengan arreglo.
—Entonces lo que me dijo Tenshi-san si es verdad. —habló el viajero del tiempo con pesadez, aunque sintiéndose un poco tonto en preguntarle a ellos luego de que la chica le haya mencionado el tema y por su reacción, pareciendo realmente preocupada y afectada por lo que había sucedido.
—Si Tenshi-san te dijo que las cosas estaban mal, entonces la ruptura de la TōMan ocurrirá tarde o temprano. —le siguió Takuya.
Takemichi agachó la mirada mientras apretaba sus puños, sólo pensando en como rayos iba a resolver todo ese asunto; no tenía más que dos días antes de que llegara el tres de agosto, donde llegaría el día de la muerte de Ryūguji Ken y el ataque a Kiyoko Masumi, quien en estos momentos estaba durmiendo tranquilamente, o al menos intentándolo al estar tan abrumada por lo que sucedía en la TōMan.
Lo que el viajero no esperó es alzar la mirada y ver a todos sus amigos con unas expresiones completamente forzadas, aguantando aparentemente reír al notar como Yagamishi estaba cubriendo su boca con todas su fuerza. Frunció el ceño más que confundido, no sabiendo porque tenían esas caras y creyendo que les dolía algo.
—¿Eh? ¿Qué les pasa?
—Quisiera reírme de tú cara, pero me da penita despertar a Tenshi-san. —se quejaba Takuya mientras se cubría el rostro con una de sus manos, al igual que los demás que estaban haciendo lo posible por no reír.
—Perdón, era broma. —soltó Akkun con una sonrisa relajada en sus labios.
—Si se pelearon, pero se resolverá más adelante. Mikey y Draken se pelean todo el tiempo. —siguió el amigo de infancia con tranquilidad.
—Pero... ¿qué hay de Tenshi-san y Mikey-kun? Ella me dijo que ellos no querían ni hablarse o hablarle a ella. —mostró una sonrisa nerviosa, mirando unos segundos hacia la chica—. Incluso se puso a llorar...
—¿En serio? —preguntó Yamagishi con curiosidad, revolviéndose el cabello—. Tal vez son cosas de chicas y su inevitable preocupación. Aparte recuerda que es novia de Mikey, quizás sólo está exagerando. Ya sabes que las chicas son sensibles, pero dudo que ellos dos duren así tanto tiempo. Si es casi imposible que Tenshi y Mikey se peleen tanto tiempo, Draken y Mikey no se pelearían de verdad.
—¿Qué es casi imposible que no se peleara de verdad con quien?
Todos los chicos presentes se tensaron de inmediato al escuchar aquella distinguida y grave voz justo detrás de ellos, inmediatamente mirando hacia la puerta donde el mismisimo Draken se asomaba por la puerta, teniendo que agachar un poco su cabeza para poder asomarse bien debido a su alta estatura.
—¡Draken-kun! —soltaron todos con espanto y asombro de ver al chico del tatuaje allí presente.
—Vine a ver como estabas, Takemicchi. —dijo el chico con cierta calidez soltando una pequeña risa mientras veía a los chicos levantarse ante él de manera firme—. Si que hace calor aquí. ¿Será porque está lleno de hombres...? —su mirada decayó en la cama luego de observar con curiosidad en la habitación, borrándose inmediatamente su sonrisa al distinguir unos rizados cabellos blancos esparcidos en la cama—. ¿Hah?
No está demás decir que absolutamente todos se comenzaron a asustar ante la expresión del más alto, llegando a notar como su ceño se fruncía y pasaba su mirada sobre cada uno de ellos, llegando al punto de verse aún más intimidante. La expresión anteriormente cálida que tenía se esfumó por completo dejando ver una cara llena de seriedad y una mirada que los hizo pedir piedad por sus vidas, principalmente Hanagaki a quien el más alto miró con atención.
—¿Es Masu quien está dormida en tú cama, Takemicchi? —preguntó con su mirada fija en el dueño de la habitación que sentía que podía desmayarse ahí mismo, retrocedió un poco cuando el más alto comenzó a adentrarse a la habitación.
—¡D-Draken-kun, no es lo que parece! —decía Takemicchi al notar la seriedad que había puesto el más alto apenas notó a Masumi en su cama, totalmente dormida. El menor sólo pudo imaginarse que estaba pensando lo peor mientras se encaminaba hacia ella, agachándose a su altura—. ¡E-Ella vino a visitarme y sólo se...!
—Así que se quedó dormida, ¿eh? —la mayoría se sorprendió al notar la tranquilidad con la que había hablado, mirando con atención el rostro adormilado de la mayor. Retiró el cabello que se atravesaba en su cara y parecía fastidiarle—. No me sorprende. Varias veces le sucede cuando no duerme como se debe.
—¿Eh? ¿Antes le ha sucedido?
—Si. Cuando algo realmente la tiene estresada no duerme bien, pasa los siguientes días con sueño o durmiéndose en los lugares que encuentra comodidad. —habló de manera relajada, su mirada volviéndose un poco decaída por unos segundos. Pero luego, una sonrisa apareció en sus labios, mirando al rubio de ojos azules—. Supongo que la hiciste sentir cómoda y segura.
—Uh... Si. —respondió el ojiazul, tragando algo de saliva—. Más temprano vino a visitarme para ver como estaba, incluso me ayudó a terminar el rompecabezas... Me había ido un segundo a buscarle algo de beber y cuando volví estaba dormida. ¡Juro que no pasó nada más! Los chicos llegaron después, pero sólo hemos hablado y la dejamos dormir para no molestarla. —alzó sus manos en son de paz, queriendo dejar eso en claro.
—Sé que no serías capaz de hacerle nada. Si hubieras intentado algo, aunque no lo parezca, Masu te hubiera bloqueado las articulaciones en un segundo. —habló con bastante calma provocándole espanto a todos los demás chicos presentes, que vieron al ángel durmiente apenas removiéndose. Definitivamente no pareciera que podría hacer daño alguno—. No me sorprende que haya venido a visitarte. Siempre se preocupa por todos.
Los menores se miraron entre sí aún con algo de dudas para proseguir y ver hacia Takemichi quien estaba igual de sorprendido por todo lo que había sucedido. No evitó dejar salir un largo y enorme suspiro lleno de alivio al no ser asesinado en ese momento, aunque tenía bien en claro que no se había atrevido a colocarle un dedo encima a la chica, pensándolo muy bien luego de la información que el chico le había dicho de que podía bloquearle las articulaciones. Le recorrió un pequeño escalofrío por sólo pensarlo.
—Traje sandia, comamos. —enseñó la fruta que anteriormente tenía en su mano, luego girándose a la mayor—. Oi, Masu. ¿Quieres sandia? —habló el más alto en un tono de voz sorprendentemente bajo aunque lo suficiente alto para que los presentes lo escucharan, observando como él le daba unas palmaditas a su brazo.
—No, señor Sandia... Ella no está presente... —balbuceó a duras penas la chica, hablando dormida. Draken rio un poco al escuchar decir tales cosas, aunque luego su mirar se entrecerró, enserieando unos segundos su rostro al notar como ahora las ojeras de la chica más pronunciadas, pero prefirió no decir nada.
No pasó mucho para que se repartieran la sandía entre todos, guardándole una rebanada a la chica para cuando despertara, quien a pesar de los varios intentos para que abriera los ojos, esta continuó durmiendo al punto de que llegaban a escucharse unos diminutos ronquidos, en señal de que realmente se encontraba cansada, así que sólo la dejaron dormir lo que necesitara. Draken se la pasó gran parte de ese rato mirándola, de manera algo indescifrable y al mismo pensativa.
—Como mínimo, Pah pasara un año trás las rejas. —fue lo que dijo el del tatuaje mientras tomaba de su limonada, desviando la mirada de la chica hacia el suelo—. Debe ser una de las cosas por las que Tenshi no ha estado durmiendo. —murmuró, chasqueando la lengua.
—¿Cómo está Osanai, el de Moebius? —preguntó Takemicchi con cierta preocupación, con los demás atentos a todo lo que el rubio decía.
—Con vida. Si estuviera muerto, Pah no saldría hasta que fuera un adulto.
Takemichi se quedó mirándolo por varios segundos, no sabiendo si aliviarse por completo, debido que al fin y al cabo ya el conflicto había sucedido, a raíz de eso. Parpadeó un par de veces, dirigiendo su mirada hacia la única femenina presente quien estaba detrás de Draken el cual terminó por sentarse cerca de ella, como si de alguna manera, y a pesar de todo, buscara protegerla.
Tardó unos segundos en mostrar una sonrisa algo nerviosa. —¿Y Mikey-kun?
Casi de inmediato Ken le acentó un fuerte puñetazo a lo que tenía cerca, y en este caso, era el enorme rompecabezas de Hanagaki que por consecuencia terminó desarmándose por el impacto del puño del chico quien había puesto mala cara apenas nombró al capitán de la TōMan.
—Ese maldito infeliz... —murmuró con resentimiento, mirando de manera un poco confundida al momento que el ojiazul comenzó a lloriquear casi con dolor. Alzó su puño y se percató de las piezas que quedaron en su piel—. Ah, perdón.
—¡Mis setenta y dos horas de esfuerzo se fueron al diablo!
—¡Y ya me disculpe! —la mirada amenazante del chico del tatuaje no se hizo esperar, teniendo una pequeña vena palpitante en su sien ante las quejas del menor. Escuchó una pequeña queja detrás de él, dirigiéndose hacia Masumi quien se removió en la cama con su ceño fruncido—. Incluso te despiertas cuando escuchas a alguien sufriendo...
—Pasé las últimas setenta y dos horas armándolo sin dormir, incluso Tenshi-san me ayudó a terminarla... —murmuraba en forma de lamento Hanagaki mientras el más alto comenzó a levantarse un tanto apresurado luego de observar como la mayor de todos había comenzado a removerse un poco más.
—En fin. —decía Draken metiendo sus manos en sus bolsillos—. Voy a cortar lazos con Mikey y probablemente con Masu, después de todo, sigue siendo la novia de Mikey. —miró hacia el suelo, haciendo una pequeña mueca por el muy probable hecho de la de mechas blancas buscando sea como sea que ellos dos hablen—. La TōMan se acabó.
—¿De qué hablas? ¿Cómo que se acabó? ¿No vas a esperar a que Tenshi-san despierte y hablar con ella? —Takemichi lo observa de manera desconcertada, luego mirando hacia la chica aún dormida en su cama—. Es broma, ¿verdad?
—Siento las molestias.
—¡Oye! ¡Espera un poco! ¡Al menos habla con Tenshi-san! ¡Draken-kun!
Los amigos de Takemichi bajaron la mirada al suelo con cierto pesar al darse de cuenta que con lo que anteriormente habían bromeado al parecer había sido de verdad, la TōMan aparentemente si se iba a disolver. No obstante, un pequeño escándalo de voces no tardó en escucharse fuera de la casa, casi todos moviéndose a ver que rayos era lo que sucedía, casi desencajándose al ver a las dos personas que ahora estaban mirándose fijamente en el patio de Takemichi.
—¡Ay, no! ¡Ay, no! —soltó Makoto cubriéndose la boca.
—¡Vino Mikey! —señalaba Yamagashi por la ventana.
—¡Y en el peor momento! —no evitó decir Akkun igual de nervioso.
—¿Qué pensará al saber que Tenshi-san también... —decía Yamagishi dirigiendo su mirada hacia la cama, quedándose en completo silencio al observar como estaba vacía con la sábana algo enrollada—. ¡No está!
—¿Eh?
—¡Esto se va a descontrolar! —soltó Takuya nervioso al alcanzar a escuchar unos apresurados golpes, unos rápidos pasos que parecían bajar lo más rápido que podía.
—¡Esperen un momento! —mientras tanto en el patio; los tres presentes miraron hacia la dirección de la voz de Tenshi quien se terminaba de colocar a tropezones sus zapatillas, saliendo de manera apresurada queriendo hablar con el chico, sin embargo, se detuvo abruptamente al darse de cuenta quien más estaba allí, mirándola de manera fija.
Manjirō terminó por colocar toda su atención en ella al finalmente verla cara a cara, teniendo un pequeño atisbo de suavizar su mirada por su mera presencia. La chica se colocó un tanto firme en su lugar al notar la forma fija en la que la miró, pasando unos largo cinco segundos que lo sintió como horas. Sintió una mezcla de vergüenza e inseguridad recorrer todo su cuerpo al recordar como ella prácticamente lo evitó en persona y al mismo tiempo por lo que le había dicho, movió uno de sus cabellos que se atravesó descuidadamente sobre su rostro, acomodándose el cabello al pensar que estaba despeinada.
Dirigió luego su mirada hacia Draken quien inmediatamente desvió la suya, evitando a toda costa tener contacto visual con ella. Apretó sus labios un poco afectada y luego volvió a mirar a su novio quien ahora no le quitaba la mirada de encima, pero no dijo nada en especial, sólo volvió a dirigir su mirada hacia el más alto. Takemichi los miró a los tres con cierto apremio, notando una inmediata tensión en el aire.
—¿Que hacías tú con Masu-chan?
—¿Hah? ¿Vas a empezar otra vez con eso? —respondió el más alto, sin dirigirle la mirada a la chica—. ¿Acaso tengo que pedir tú permiso para estar con ella o de hablar con Takemicchi?
—¡No, no peleen! —soltó la chica colocándose en medio de ellos al notar claramente las intenciones en ambos de pelear, algo que no quería que sucediera para nada. Si aquel día en el restaurante no habían peleado, ahora podía suceder de verdad, y era algo que quería evitar como sea.
—No te metas, Masu-chan. Esto es entre el tótem y yo. —Mikey no le quitó la mirada al más alto quien chasqueó la lengua, afilando su mirada.
—La TōMan está de por medio, ¡el asunto también es conmigo! —chilló la chica con preocupación y cierta desesperación por lo que sea que llegara a pasar en ese momento. No sabía a quien rayos mirar—. ¿Por qué por una vez no podemos sólo hablar?
—Tú no entiendes. Quítate del medio. —habló Draken ignorando por completo la petición de la chica.
—¡Pues ayudenme a entender! ¡No quiero que nadie pelee! —decía la chica mientras lo agarraba del brazo, mirando luego a Manjirō el cual estaba observando directamente a Ken—. Por favor, no hagan nada. Sólo hablemos.
—¿Ahora sí quieres hablar? —respondió Mikey con su mirada puesta en ella, con un tono un tanto ironico. Masumi se encogió en su lugar sabiendo que tenía razón, pero aún así no doblegó.
—S-Sabes que te escribí varias veces queriendo hablar. ¡Con los dos traté de contactarme! —la voz de Masumi tembló un poco, ahora sintiéndose insegura pero a su vez dispuesta a tratar de detener todo y que se resuelva—. Cuando fuiste, realmente no tenía tiempo para hablar... Además entiende que me sentía mal, aún me siento mal, pero... Sólo quiero que todo se resuelva. ¿No ves que ahora si puedo hacerlo? ¡Los tres podemos y debemos hablar!
—Yo no tengo nada que hablar con este idiota. —bufó Draken con molestia, provocando que la mirada de Mikey, quien anteriormente tenía sobre la chica, fuera hacia él volviéndose una mirada de molestia.
—¿Acaso crees que quiero yo hablar contigo? No me dejas pasar, tótem. Quítate. —una vez más reaccionó al enojo, frunciendo el ceño. Ryūguji alzó una de sus cejas y luego sonrió con burla, aunque era claro que no estaba especialmente contento.
—¿Hah? ¿Por qué no te quitas tú, enano?
—¡Un momento! —después de tanto observando la escena sin saber que hacer, Takemichi interviene—. ¡Esperen, chicos! —soltó, colocándose en medio de Draken y Mikey, queriendo evitar una pelea—. Así como dice Tenshi-san, ¡no pueden pelearse! ¡Tranquilícense, por favor!
—¡Take-kun, no te metas! —el chico un poco confundido miró hacia la femenina presente que lo tomó del brazo, dándose de cuenta de su mirada preocupada aunque exigente. Pero, también notó como su mano estaba temblando—. Esto es un asunto de la TōMan, por favor. Evita meterte. Acabas de salir del hospital... —recordó, al parecer asustada de que alguno lanzara un golpe y él quedara metido en eso.
—¿Eh? Pero, Tenshi-san, ¡sé que no soy de la TōMan, pero deberían arreglar las cosas! —insistió el chico, negándose a permitir que aquel conflicto llegara a más y aquel horrible futuro se llevara a cabo. Pero, apenas pudo reaccionar cuando el más alto lo agarró del cuello de la camisa y lo acercó a su rostro de manera amenazante.
—Oi... ¿Quién te crees que eres? —sonrió de manera sádica, con su mirada completamente fija en su rostro, sólo provocando que el chico cerrara sus ojos con algo de fuerza creyendo que iba a golpearlo, aunque no tardó en sentir como era sacado del agarre en un firme movimiento.
—¡Ken-kun, ya basta! —miró sorprendido a la chica, tanto por la manera en la que lo soltó tan fácilmente como por como se enfrentó hacia el alto chico, viéndose claramente la enorme diferencia de altura, apenas llegándole al hombro. El del tatuaje no hizo más que mirarla con el ceño fruncido—. No es necesario hacer las cosas así, por favor no peleen ni metan a Take-kun esto.
—Tú deja de meterte donde no te llamen. —escupió el más alto con dureza, ya hastiado por toda la situación. Masumi tensó un poco sus hombros por sus palabras pero no flaqueó su posición.
Hanagaki tragó un poco de saliva, sintiendo una enorme desesperación en ese momento. Negándose a no ayudar, dio un par de pasos hacia ellos, mientras Mikey observaba todo en silencio. —Tens-
—¡H-He dicho que no te metas, Takemichi! —se sobresaltó un poco al escuchar la exigencia de la mayor, notando la dureza con la que lo miraba, aunque detrás de eso había una enorme preocupacion.
Pero, lo que más le llamó la atención fue ver una pequeña capa de lágrimas que estaban cubriendo sus orbes roscaeos, demostrando así realmente lo desesperada que estaba porque la situación tuviera un fin y que ese sea que se resuelva todos esos problemas. No fue el único que vio sus ojos, siendo Manjirō quien se percató de su reacción, observando por varios segundos a la chica para girarse y caminar a otra dirección, llamando la atención de los demás presentes cuando escucharon sus pasos, por un momento creyendo que realmente sólo se iba a ir.
Si, a irse a tomar una bicicleta para alzarla con bastante facilidad y poder lanzarla.
—¿¡Mikey-kun!? ¡Esa es mi querida Hayate! —chilló Takemichi con los nervios en punta al notar sus intenciones, incluso Masumi mostrando cierto espanto por lo que haría, pero no pudo hacer nada cuando el de orbes oscuros la lanzó con todas sus fuerza hacia Draken, quien la esquivó, impactando contra el suelo—. ¡AHH! ¡MIS LINDOS RECUERDOS!
—¡T-Take-kun, lo siento mucho! —se disculpó rápidamente la chica luego de sobresaltarse por el estruendo, acercándose con apremio junto el rubio quien miraba con dolor su preciada bicicleta ahora hecha pedazos—. ¡Manjirō-kun! —exclamó el nombre de su novio por haber hecho tal cosa, pero no se quedó atrás cuando el más alto agarró un bate y sonrió con furia—. ¡Ken-kun, no!
—¡No, Draken-kun! ¡Con ese baté anoté mi primer home run en la primaria! —suplicó Takemichi, queriendo evitar otra tragedia, al menos para él.
—¿Acaso quieres pelear? ¡Pues ven! —fue lo que dijo luego de impactar aquel baté de madera contra su rodilla y partirla en dos, lanzándosela al más bajo (claro, luego de Masumi) quien también lo esquivó, gruñendo con enojo.
—¡N-No, no hagan eso! ¡Basta! —pidió Masumi totalmente asustada al notar como ambos comenzaron a tomar lo que encontraban y a lanzarselo con furia entre si, como no, rompiendo absolutamente todo—. ¡Detenganse!
A pesar de su súplicas de que pararan, continuaron lanzando cualquier cosa que les llegara a la mano, impactando todo con el suelo o con la pared, rompiendolo en el proceso. Incluso, a pesar de las peticiones de Takemichi, quien estaba sufriendo más que nadie por ver todas sus cosas ser destrozadas enfrente de sus ojos, ninguno escuchaba. Una escena completamente horrible para él, sobre todo cuando ni siquiera lo miraban o se tocaban el corazón al ser sus preciados recuerdos lo que estaban rompiendo.
Cuando no encontraron que más lanzar, dejando a un derrotado Takemichi en medio de todas sus cosas rotas, al fin se detuvieron, viéndose fijamente al rostro mientras una tensión enorme volvía a hacerse presente, casi matándose con una simple mirada. Masumi los observaba sin saber que hacer, con sus manos temblando sin parar, mirándolos de hito en hito.
—¿Saldemos cuentas aquí? —Mikey tomó la palabra, con una expresión completamente seria.
—Como quieras. —respondió el más alto, confirmando lo que podría ser una horrible pelea a ojos de la chica.
—Par de imbeciles... ¡Paren de una vez! —escucharon la voz furiosa de Hanagaki Takemichi, quien tenía una mirada llena de enojo, casi echando fuego por estos mismos. Temblaba de la misma furia que sentía, llamando la atención de los capitanes de la TōMan—. Mis valiosos recuerdos... ¡Los destrozaron todos!
—T-Take-kun... —la voz temblorosa de Masumi apenas pudo escucharse, al ser sólo un hilito de voz. Draken y Mikey se percataron del desastre, viendo el suelo a su alrededor y el montón de piezas rotas por doquier.
—¡No puede ser en serio! —exclamó Takemichi con rabia, no aguantando y yendo directamente hacia Mikey, comenzando a lanzarle golpes, pero este los esquivaba con bastante facilidad.
En un traspie, el ojiazul terminó de lleno contra un montón de bolsas de basura, cayendo sobre esta y sólo dejando sus piernas al aire. La única chica presente hizo el pequeño gesto de ir hacia él y ayudarlo, observando como sus piernas se agitaron de un lado a otro, dándose de cuenta del enorme enojo que aún traía encima, no siendo capaz de hacer algo para calmarlo debido a que sabía y entendía su enojo.
—¿Estás bien, Takemicchi? —preguntó Mikey preocupado por donde cayó, observando al chico furioso salir entre un enorme grito de las bolsas de basura.
—¡CÁLLATE! —fue lo que dijo, sin importarle tener residuos de desechos encima de él, saliendo con brusquedad de entre las bolsas de basura, levantándose con ayuda de la chica presente, pero casi al segundo fue a zancadas a los dos culpables de todo ese desastre—. Mis recuerdos les importa un bledo, ¿no?
—Take-kun, cálmate, por favor... —dijo Masumi entre pequeños hipos, asustada de que se lanzara a golpear a alguno de los dos y sabía que ninguno tenía piedad alguna.
—Si, si. Ya... Cálmate. —le siguió el del tatuaje.
—¿¡Qué me calme, Tenshi-san!? ¿¡Que me calme!? ¡Descarado! —agarra de la camisa al más alto, demostrando así el enorme enojo que portaba encima—. ¡Ustedes dos se descontrolaron!
—¡Take-kun, no! —intervinó la azabache de mechas blancas, agarrándolo del brazo y tratando de alejarlo, no queriendo que aquella pelea iniciara otra vez, sobre todo estando involucrado Mikey y Draken, pero toda aquella situación la tenía tan nerviosa que sus manos no dejaban de temblar ni por un segundo
—¡Para, Takemichi! —como si hubieran notado su pequeña incapacidad, Akkun y los demás finalmente hicieron acto de presencia, llegando este por detrás y agarrándolo para alejarlo del vicecapitán de la TōMan—. ¿¡Acaso quieres morir!?
—¡Cállense! ¡Sueltenme! —el viajero se agitaba de un lado a otro, moviendo sus piernas con brusquedad en un intento de patearlos. Su mirada aún llena de furia se dirigió a Draken y Mikey quienes continuaban algo sorprendidos por su reacción—. Les da igual que lo que pase con quienes los rodean, ¿no?
—Ya me disculpé. No fue mi intención hacerte daño. —Ken sonrie de manera despreocupada (y cabe decir, que algo nerviosa), observando con atención al chico removerse con brusquedad del agarre de Atsushi, gruñendo en el proceso.
—¡Es como si no existiera! ¡Incluso le hicieron lo mismo a Tenshi-san! —exclamaba sin parar, provocándole un pequeño sobresalto a la pobre nombrada que ahora veía la escena apenas controlando su llanto, con lágrimas cayendo por sus mejillas—. Si se pelean es porque no les importa los demás.
—Takemichi... —murmuró Sendō al sentir como se debilitaba y dejaba lentamente de caer de rodillas al suelo, observando precisamente el bate de baseball frente a él, partido perfectamente en dos.
El viajero del tiempo miraba fijamente hacia uno de sus recuerdos de infancia, apretando sus puños contra sus rodillas mientras comenzaba a temblar. Las lágrimas no tardaron en irse acumulando en sus ojos, tanto por la rabia como por la impotencia que sentía en ese momento.
—Ustedes... no se dan cuenta del daño que causan a su alrededor cuando pelean, ¿verdad? Quienes... —su voz comenzó a volverse temblorosa mientras Ken y Manjirō estaban callados observando al chico, quien poco a poco parecía deshacerse y dejar de estar firme, donde las lágrimas no aguantaron más y cayeron una por una al suelo—. ¡Quienes los admiran también acaban peleándose! ¡No es algo que queden entre ustedes!
Todo se lleno de un tenso silencio apenas el chico dijo aquellas palabras, fijándose a duras penas en la única femenina que estaba presente y totalmente atenta a lo que estaba sucediendo. Su ira volvió a incremetar al ver su rostro para mirar directamente a lo dos chicos que estaban convirtiendo todo esto en un verdadero problema, sin importarle que estuviera llorando sin parar enfrente de ellos.
—¡Son unos idiotas por hacer llorar de esa manera a Tenshi-san! —ambos se quedaron en silencio al escuchar su exclamación, casi por inercia observando hacia la aludida quien estaba algo apartada luego de la guerra que se formó allí; efectivamente, gordas lágrimas resbalaban sin parar de sus ojos, mientras trataba de retener los sollozos que se atoraban en su garganta—. ¡Ella pedía una y otra vez que se detuvieran y la ignoraban completamente! ¡Miren lo que le provocan!
Ambos chicos se quedaron en silencio observando el rostro afligido de la mayor presente, quien apretaba sus labios de manera temblorosa al momento que hizo contacto visual con cada uno, casi convirtiéndose en un pinchazo ante la expresión casi desgarradora que portaba en esos momentos. Manjirō miró fijamente sus ojos, convirtiendo su mirada en una universidad poco más iluminada, dándose de cuenta de la necesidad que demostraba.
—Y tú, Mikey-kun, ¡deberías ser el último en hacer la llorar! ¿¡No se supone que es tú novia!? ¡Por toda este conflicto lo único que has hecho es lastimarla! ¡A una chica no se le debe hacer llorar nunca, mucho menos si esa chica es tú novia! —Manjirō alzó sus cejas ante las palabras tan crudas del menor, mirando una vez más hacia la ahora avergonzada y aún llorosa chica de baja estatura quien agachó su rostro, no queriendo que la viera—. ¡Es como si no te importara lastimarla como ambos lo hacen con esta pelea! ¡Están dividiendo a la TōMan, incluso más que eso! ¡Y es demasiado triste!
Masumi inevitablemente soltó un pequeño sollozo por escuchar las palabras que Hanagaki decía, de alguna manera sintiéndose conmovida por todo el sentimiento que era capaz de expresar. Le sorprendía de sobremanera ver lo afectado que estaba por la situación, no estando segura si era algún desquite por haberle destrozado todas sus cosas o porque realmente le afectaba todo. Y lo que más la conmovía, es que todas esas palabras eran ciertas, eran tan sinceras.
—¡No quiero que pase! ¡Ni quiero ver que sucede! —se desahogó, recordando el futuro de cada uno que a su vez lo anclaba con la razón por la que estaba haciendo todo eso. Trató de limpiarse las lágrimas con su antebrazo, lágrimas de la impotencia que sentía y no había logrado aguantar.
—Take-kun... —llamó la chica, teniendo un puchero algo tembloroso.
—Con lo geniales que son... —murmuró el chico, hipeando un poco entre pequeños sollozos, ajeno al llamado de la única chica presente.
—Takemicchi... —reforzó el llamado, en este caso, Manjirō, mirando fijamente al cabizbajo chico que trataba de regularizar su respiración.
—¡No me importa! ¡Váyanse!
—Take-kun, es que... —una vez más la chica trató de hablar, pero los mismos residuos del llanto se lo impedían, apretando sus labios con algo de verguenza.
—Todo este tiempo... —Manjirō continuó con sus palabras, al parecer secundando la razón por la que Tenshi buscaba que Takemichi le prestara atención—... Has tenido mierda en el pelo.
—E-Es lo que trataba de decirte. —Masumi suspiró de manera un poco pesada y algo avergonzada por ese tema, observando la confusión del menor por lo dicho por ambos pandilleros.
—¿Eh? —fue lo que soltó mientras llevaba sus manos con rapides a su cabello, exclamando apenas sintió efectivamente la mierda en su cabello. Rápidamente la agarró y la lanzó al suelo como si lo quemara—. ¿¡Que demonios!?
—¡Que asco, Takemicchi! —soltó Ken con gracia mientras retrocedía al ver el bollo de mierda en el suelo, casi todos los demás presentes repitiendo la acción al llegarles el asqueroso olor. El más alto comenzó a carcajearse sin poder evitarlo.
—¿¡Por qué no me avisaron antes!?
—Y-Yo trate de... decirlo. —Masumi se cubrió los ojos con una de sus manos, apenas sonriendo de manera algo temblorosa al igual que su voz, pareciéndole demasiado gracioso lo que le pasó, pero aguantándose todo lo posible por no reírse—. Pero me dio... penita.
—¡Estabas muy serio! —dijo Manjiro entre fuertes carcajadas.
—¿¡Serio!? ¡Eso es porque ustedes...!
—¡Corre, Kenchin! ¡Nos persigue la caca! —una vez más el rubio más bajo habla de manera juguetona, recibiendo un «¡que peste!» del más alto, Masumi pestañeó un par de veces cuando corrieron hacia ella—. ¡Nos llevamos a Masu-chan porque no voy a permitir que te toque el pelo! —fue lo que dijo Manjirō apenas pasó por el lado y la cargó
—¡O-Oigan! ¡Nooo, Take-kun! —se escuchó la voz de la chica quien no había aguantado comenzar a reírse, contagiada por las carcajadas de sus amigos que a pesar de haberse ido corriendo aún se oían—. ¡Lo siento!
❛¿Eh? ¿Se reconciliaron? Incluso Tenshi-san estaba riendo❜ pensó desconcertado por la escena, parpadeando un par de veces. No tardó en llegarle el aroma de la mierda apenas olfateó por pura curiosidad, haciendo una pequeña mueca de desagrado mientras tanteaba su mano por encima de su cabello, jurando que sentía la calidez del aroma tocarle los dedos. ❛Que manera de arreglar las cosas...❜
MIRABA DE MANERA PENSATIVA A LOS CHICOS QUE SE ENCONTRABAN jugando futból o haciendo castillos de arena. Sentía casi algún tipo de alivio dentro de su pecho ante la situación en la que estaban ahora, observó sutilmente a su izquierda y derecha en donde estaban los chicos que momentos antes casi se matan.
—Qué manera de reírme. —fue lo que dijo Draken teniendo una sonrisa en sus labios.
—Hacía mucho que no me reía tanto. —Manjirō sonrió mientras miraba hacia el cielo, estando acostado con sus brazos simulando una almohada, apoyó su pie en una de sus rodillas—. La última vez que reí así fue algo relacionado con Masu-chan y su torpeza.
—Si, okey, se reconcilian y ya quieren comenzar a molestarme. —fue lo que dijo la chica mientras apoyaba sus brazos cruzados sobre sus piernas, Mikey soltó una pequeña risita, mirando con atención su perfil.
—Oh, si. Creo que sé de que hablas. —el más alto no pudo evitar reírse al llegarle una anecdota a la mente, riendo un poco más cuando la chica le mandó una mirada reprochante—. Ya, ya. No diré nada. —alzó sus manos en son de paz, luego mirando a Takemichi—. Y aún apestas.
—Si me lavé el cabello. —se quejó el rubio quien tenía su cabello todo despeinado sin aquel peinado que siempre se hacía, pero a pesar de eso se podía percibir ligeramente aquel olor tan feo.
Los cuatro se quedaron en silencio luego de las palabras del viajero del tiempo, mirando fijamente hacia enfrente a los otros presentes que estaban tranquilamente jugando. Un silencio de verdad cómodo se instaló entre ellos, donde no se escuchaba más que el sonido de la suave brisa y al mismo tiempo los sonidos que los amigos de Takemichi estaban haciendo, como hablar trivialidades o sólo reír por cualquier cosa que el otro dijera.
—Lo siento, Mikey. —Draken fue el primero en romper el silencio, con una expresión algo seria.
—Descuida, yo también estuve mal. —Mikey le restó importancia a su disculpa, sonriéndole a su mejor amigo.
—¿Y por qué pelearon? —preguntó Takemichi con curiosidad.
—Ya no me acuerdo. —dijeron los dos al mismo tiempo provocando desconcierto en el rubio.
—Yo si me acuerdo. —los chicos dirigieron la mirada hacia la única chica presente, estando justo en medio de ellos con un pequeño puchero en sus labios y su ceño fruncido. Takemichi se asustó por ese hecho.
Draken fue el primero en soltar una pequeña risa, pero su expresión se enserió y agachó la mirada, dejando salir un pequeño supiro. —Lo sé, Masu. Lamento mucho haberte dicho esas cosas, tú sólo querías ayudar a que todo se arreglara y terminamos haciéndote llorar. Lo siento mucho.
—Yo también lo siento, Masu-chan. —ahora fue turno de Manjirō de hablar, tomando algo de impulso para poder sentarse, tratando de verle el rostro a la chica. Le retiró el cabello del rostro—. Al principio pensé que sólo era tú sensibilidad como siempre, pero Takemicchi tiene razón. Después de todo eres mi novia y no debería hacerte sentir mal. Tú también tenías razón así como Kenchin. Debería pensar mejor las cosas.
La chica abrazó un poco sus piernas y entrecerró sus ojos, su mirada suavizándose un poco al escuchar sus sinceras disculpas, pero no dijo nada al respecto. No era mentira que ella no podía estar enojada por tanto tiempo con esos dos, pero era como una parte de ella que manteniera su orgullo, aunque en realidad ya se sentía mejor al escuchar sus disculpas.
—¿Aún estás enojada? —preguntó Ken, inclinando un poco su cuerpo para tratar de verle el rostro, ella encogiéndose en su lugar y metiendo la mayoría de su rostro entre sus brazos, dejando a duras penas sus ojos al llegar a cubrirle su cabello.
—¿Muy, muy enojada? —Manjirō le dio un par de toques a su brazo, encorvando su cuerpo y su cuello para tratar de verle la cara.
—Creo que ya sé que es lo que necesita, Mikey. —el más alto miró algo cómplice al chico más bajo quien se quedó procesando unos momentos hasta dejar salir un «ohhh» y sonreír con cierta malicia, la chica los observó de reojo al escucharlos.
—Si, entiendo muy bien, Kenchin.
❛¿Estos que andan pensando ahora?❜ pensó la chica mientras se enderezaba en su lugar poco a poco al ver como ambos ahora la miraban con una divertida sonrisa, inevitablemente colocándose nerviosa mientras los veía en hito en hito. Sus nervios comenzaron a encremetar al verlos acercarse casi a la par a ella, llegándole ya a la mente lo que querían hacer para que se le «esfumara» el enojo, que realmente no tenía.
—¿Eh? ¿qué hacen? —murmuró la chica observándolos de hito en hito, encrispándose un poco y no sabiendo a quien mirar.
—¡Abrazo para Masu-chan! —fue lo que soltó Manjirō como niño pequeño luego de casi lanzarse a ella al abrazarla, haciéndola perder el equilibrio, y antes de poder hacer algo, Draken se unió rodeándola firmemente con sus brazos en un muy estrecho abrazo.
—¡AH! ¡N-No, sueltenme! —chilló la chica al saber porque hacían tal cosa, sintiendo su rostro colocarse rojo ante esa muestra de afecto tan grande. Takemechi los observaba sorprendido, pensando que momentos atrás los dos chicos estaban que se mataban y la femenina no dejaba de llorar.
—No hasta que se te quite el enojo. —fue lo que dijo Ken no dejando que la chica se zafara.
—Un abrazo puede resolver muchas cosas, Masu-chan. —Mikey asintió varias veces con su mejilla apretujada contra la de ella—. A tí te gusta que te abracen cuando te sientes mal, así que... —frotó cariñosamente su mejilla contra la suya provocando que la femenina temblara en su lugar al sentir unas enormes ganas de reírse.
—¡S-Si, si! ¡Ya no estoy enojada! —chilló la chica con el rostro de hecho tomate de lo rojo que estaba, cediendo a su cariño. El del tatuaje fue el primero que la soltó entre risas quedándose Mikey a su lado, rodeando sus hombros con uno de sus brazos mientras ella escondía su rostro entre sus rodillas—. En serio les encanta avergonzarme.
—Esa costumbre nunca se va a ir. —Ken revuelve su cabello de manera juguetona, escuchando una queja de su parte y que Mikey riera nuevamente.
—Pero en fin, tanto Kenchin como Masu-chan tenían razón. —fue lo que dijo este levantándose mientras metía sus manos en sus bolsillos, viendo de manera un poco nostalgica el cielo—. Pah se había entregado y debería pensar mejor las cosas. —se quedó en silencio un par de momentos, recordando el día y las mismas palabras donde Haruki había estado tan dispuesto en pagar por su error, entregándose a la policia—. Celebremos cuando dejen salir a Pah. Masu-chan podría cocinar aquella comida tan rica que prepara.
Masumi pestañeó un par de veces ante aquella mención, recordando como le había prometido a Pah cocinarle su comida favorita luego de que acabara todo ese asuntó. Su corazón se apretujo por recordar el tiempo que haría falta para que ese día llegara, pero aún así sonrió con ligereza, estando más que dispuesta a que ese hecho se cumpla.
Observó como Draken se levantaba luego de sonreír y se miraba con la chica, sonriéndose entre sí como si estuvieran tranquilos que aquel tema se haya resuelto. Se quedó en su lugar observando a su novio trotar hacia los dos que estaban jugando con una pelota, preguntando si podían unirse, cosa que los chicos un poco sorprendidos no dudaron en aceptar. Manjirō giró su rostro hacia ella y le sonrió, haciendo que relajara un poco más su rostro y le sonriera devuelta, dejando salir un largo suspiro.
Al parecer se había cumplido lo que quería; que las cosas se resolvieran. Aunque aún le afectaba el arresto de Pah y una parte de ella quisiera que no estuviera en la carcel, tenía que respetar que él se había entregado dispuesto a cumplir las consecuencia de sus actos. Admiraba esa disposición tan grande de su amigo, deseando que no le sucediera nada y saliera sano y salvo de las rejas.
—¿Le gustaría jugar, Tenshi-san? —propuso Akkun con amabilidad.
—No estoy en vestimenta para patear una pelota y correr, pero gracias. —le sonrió al pelirrojo con tranquilidad mientras señalaba su falda, riendo un poco cuando el chico se disculpó un poco avergonzado, pero le restó importancia.
—¡Takemichi! —la chica observó como Yamagishi junto con Makoto—. ¡Estuviste increible! ¿Verdad, Tenshi-san? —se dirigió hacia ella con una sonrisa algo emocionada, no comprendió por que lo decía pero asintió con una sonrisa, dándole la razón.
—Conseguiste que los tres hicieran las paces. —Masumi sonrió un poco más al caer en cuenta porque lo decía, observando al ojiazul a su lado, dándole una sonrisa agradecida.
—La verdad si estuvo increible. —Takemichi dirigió su mirada hacia la femenina, quien cerró sus ojos con una sonrisa sincera y dulce—. ¡Muchas gracias, Take-kun!
El aludido se quedó mirando un poco sorprendido al ángel de la TōMan, pero no tardó en inflar su pecho con orgullo y reír halagado por sus palabras, sintiéndose orgulloso por haber logrado su cometido... Había logrado su cometido, había acabado con la disputa interna entre Mikey, Tenshi y Draken, por lo que eso significaba que había logrado cambiar la historia. Al percatarse de eso, se dejó caer sobre su espalda en el suelo mirando el cielo, sonriendo para si mismo con un brillo enorme en sus ojos.
Había cambiado la historia, por lo que Draken no morirá y Tenshi no iba a ser atacada el tres de agosto. ¡Lo había logrado!
Masumi observó un poco confundida al chico ahora en el suelo, quien había estirado la mano hacia arriba y la había hecho puño casi de manera triunfante, no sabiendo muy bien porque lo hacía.
—¡Takemichi-kun! —una voz ajena se hizo presente en donde la de mechas blanquecinas alzó la mirada al mismo tiempo que el aludido se sentaba nuevamente, observando a la chica de pelo corto que se había hecho presente.
—¡Hina! —soltó el chico al reconocer a su novia, quien estaba con una sonrisa, acompañada de Emma.
—Yo también estoy aquí. —se quejó la más bajita, dirigiendo su mirada hacia detrás del rubio donde Masumi alzó una de sus manos y le sonrió—. ¡Con que esto es lo que dijiste que harías!
—Holaaa~. —canturreó la chica con una sonrisa mientras se levantaba y se acercaba a sus amigas—. ¿Cómo les fue? Espero que la hayan pasado bien. ¿Viniste para eso? —le susurró lo último a la de cabello corto quien se encogió en su lugar y sonrojó un poco, removiendo sus hombros.
—Hubiera sido más divertido si hubieras ido. —soltó la rubia cruzándose de brazos, dirigiendo su mirada hacia el ojiazul que se terminó colocando a un lado, curioso de la presencia de la chica, por lo que Emma le dio unos pequeños codazos—. Vamos, díselo.
Masumi observó con una pequeña sonrisa la escena donde Hina invitaba a Takemichi a un festival, obvio con ayuda de Emma debido a sus propios nervios, terminando con una clara aceptación. Le pareció bastante linda la escena, observándose con la pequeña rubia con una sonrisa como si se dijeran que les dieran su espacio, escuchándolos reír de manera amena, se alejaron un poco.
—Ya sabía que le iba a decir que si. —alardeó la rubia con una sonrisa, provocándole unas pequeñas risas a la más alta, al menos entre ellas—. ¿Eh? Esos no son... —murmuró la más bajita observando hacia donde estaban los chicos, Mikey golpeando la pelota con una perfecta sincronía con su cabeza—. ¡Mikey está aquí!
—Si. —Masumi asintió ante la respuesta algo alterada de la ojidorada.
—¡Y también Draken! —chilló ahora con apremio, observando algo incrédula la expresión bastante tranquila la pelinegra al asentir.
—¡Hola, Emma! —saludó el aludido luego de percartse de su presencia, la rubia miró hacia el más alto unos segundos para observar a la de mechas blancas quien sonrió un poco más, como si le indicara luz verde a lo que estaría pensando.
—¡Se reconciliaron! —soltó de manera algo dramática mientras jalaba a la de pendientes hacia donde estaba su hermano y su crush bastante tranquilos con la presencia del otro—. ¿En serio se reconciliaron? ¿¡Cómo!? ¡Hace poco ustedes dos se querían matar y hacían como si Masumi-chan no existiera!
—Silencio, Emma. —replicó su hermano mayor queriendo concentrarse.
—¡Me tenían muy preocupada! ¡Más les vale que se hayan disculpado con Masumi-chan, sobre todo tú, Mikey! —empujó suavemente a la de ojos rosas con algo de apremio mientras la chica sólo se dejaba, sabiendo que las cosas ya estaban mejor entre sí, aunque entendía la necesidad de su amiga.
Manjirō, quien continuaba golpeando sin fallo alguno la pelota, observó de reojo a su novia por varios segundos, sorprendiéndola cuando le guiñó el ojo. No pudo evitar sonrojarse un poco por aquel gesto y sólo se abstuvo a sonreír un poco apenada hacia la más baja que estaba exigiendo una explicación de como se había resuelto todo, cosa que poco después la chica tuvo que explicarle luego de tanta insistencia.
La tarde se pasó bastante agradable, donde los chicos estuvieron jugando fútbol ya sea en equipos o sólo por divertirse, quedándose ella junto con las chicas conversando de cualquier cosa, aunque en este caso estaban contándole lo que habían hecho en esa tarde, saliendo al centro comercial a ver ropa o sólo comer por ahí. Ahora con la pequeña Sano contando como casi se parte un pie, según ella, aunque sólo se había tropezado.
—Casi se me rompe un tacón. —había dicho Emma en un pequeño lloriqueo, sobándose el tobillo como si recordara cuando su pie se fue hacia un lado cuando estaba caminando. Masumi no pudo aguantar la risa siendo imitada por Hina—. Ash, ¡cómo se ríen de mi!
—Nee, Masu-chan. —las tres dirigieron su mirada hacia el rubio que trotó hacia su dirección, la aludida enderezándose un poco más en su lugar apenas lo tuvo enfrente.
—¿S... Si? —balbuceó esta un poco desconcertada, mirando a duras penas a sus amigas que estaban calladitas observando la escena, haciéndole señas de animo cuando se levantó y acercó más a este quien tenía sus manos en sus bolsillos, esperando a que se acercara.
—El tres de agosto había un festival, ¿no? —Masumi alzó su mirada hacia el chico, un poco curiosa ante aquella mención. Asintió ligeramente, observándolo sonreír—. Salgamos en una cita ese día.
—¿C-Cita?
—Sip. —sonrió un poco más, mostrando seguridad—. Digamos que es una manera de disculparme mejor, sé que te gustan los festivales y no está mal aprovechar la oportunidad.
—... ¿Estás seguro? —preguntó algo sorprendida por esa invitación—. Pero a tí no te gusta casi ir a los festivales, suelen aburrirte mucho.
—Pero a ti si te gustan, además, contigo es difícil que me aburra.
Las mejillas de Masumi se ruborizaron ante sus palabras, parpadeando algo sorprendida por sus palabras. Aún no estaba del todo acostumbrada a los momentos a donde el chico decía ese tipo de cosas tan directas, porque él solía ser así, decir las cosas sin ningún filtro y directamente, como justo ahora. Se quedó en silencio varios segundos, observando su rostro y analizando sus facciones sin pensarlo, tomándose sus segundos para recordarse lo guapo que era su pareja, quien portaba una sonrisa curiosa en sus labios, sin quitar sus ojos de ella.
—Me encantaría. —finalmente pudo formular, mostrando una sonrisa un poco timida aunque segura, haciendo que el de cabello semi largo sonriera un poco más.
—Ay... —murmuró Hina algo enternecida por la escena, cubriéndose de manera dramática los ojos mientras Emma asentía con aprobación hasta cruzar sus brazos con un puchero, mirando especificamente hacia una persona.
—Yo también quiero que me inviten... —murmuró un poco enfurruñada.
—¡Kenchin, Emma dice que si vas al festival Musashi con ella! —la de orbes dorados por poco se ahoga con su saliva al escuchar el grito nada disimulado de Manjirō hacia el más alto quien estaba jugando aún a la pelota, carcajeándose al ver como Takemichi se golpeó a si mismo con la pelota luego de lanzarla en el aire y que le cayera en la cabeza.
—¿Hah? Claro. —respondió este sin mucha importancia, alzando su pulgar.
—Creo que al final si iremos todas al festival. —Masumi no evitó decir con un poco de diversión observando la ahora recompuesta Emma, aguantando el saltar de emoción.
¡Se vino la reconciliación! Fin, todos felices, aquí acabó swy y tokrev
Mentira, todos sabemos que no es asi y que en este lugar nadie es feliz, pero aprovechemos esto capitulos antes de que todo se vaya a la xuxa o al menos una parte.
Se viene al fin el tres de agosto, no sé si me gusta pq vendrá el arco de valhalla que es el q más me gusta o me asusta pq pues lo que se viene, pero si
❪📚❫',·curiosity's zone
#Tenshi varia mucho en tener el sueño pesado y ligero; como dije antes, ella cuando no duerme bien carga más sueño encima de lo normal, por lo que cuando duerme, lo hace más. Usualmente tiene el sueño ligero.
#Draken mencionó sobre cortar lazos con Mikey Y con Tenshi, lo dijo con ella por el hecho de que sabía que buscaría que se viera con Mikey porque, aunque se haya peleado también con él, seguía siendo su novia y de alguna forma tendría contacto. Y claramente no quería.
#Sip, Mikey en un principio pensaba que la reacción de Masumi respecto a integrar a Kisaki sólo sea por su actitud "delicada" y "dramática", tomando en cuenta que ella es alguien que llora por cualquier cosa así que pensó que era normal. Obvio Takemichi tuvo que señalarle que ella reaccionaba así era porque en realidad si se sentía lastimada y darse de cuenta que estaba llorando porque él la lastimaba.
→S H A N X L A B Y X←
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