❪𝟭𝟰❫ ; 𝗯𝗲𝗮𝘂𝘁𝘆 𝗳𝗮𝗰𝗲.
❪ARC ONE; DESTINY❫
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CAPÍTULO CATORCE;
CARA BONITA
❛calidez❜
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©Shanxlabyx
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MASUMI SOLTÓ UN ENORME BOSTEZO MIENTRAS se acurrucaba en su lugar, buscando comodidad. Aún continuaban en la playa, aunque en esta ocasión ya el sol comenzaba a ocultarse lentamente, dando un bello anochecer. La zona en donde estaban ya casi no habían personas, algo bastante claro considerando que la playa se disfrutaba de día y con el sol en alto por mucho que este llegue a ser totalmente insoportable por la intensidad con la que llegaba a resplandecer, sobre todo en la época de verano.
—Estoy como un camarón... —lloriqueaba Hana con una expresión dolida y a su vez molesta, su piel se encontraba rojiza en vez de bronceada, como en un principio quería.
—¿Quién te manda a quedarte dormida mientras te bronceabas? —le cuestiona Kazutora con un leve atisbo de diversión, mirando hacia la rubia de ahora piel casi carmín.
—¡Estaba a un lado tuyo! ¿¡Por qué no me despertaste!? —replica ofendida de que, teniendo a su amigo a su lado no haya tenido la consciencia de moverla y decirle que se quemaría.
Cómo justo había acabado de suceder.
—Quería verte como un camarón.
—Te odio.
Manjirō miraba fijamente hacia el atardecer, teniendo una pequeña sonrisa en sus labios y una expresión tranquila y relajada. Respiró profundamente, disfrutando aquel momento en completo silencio, miró hacia sus amigos cuando continuó escuchando las quejas e insultos de parte de Cherry hacia Kazutora por no haberle avisado que se había quedado dormida mientras se bronceaba, despertando cuando ya su piel estaba totalmente rojiza, como un camarón, tal cual como ella misma había dicho y le echaba en cara hacia el de orbes dorados, culpándolo de eso. Este solamente la ignoraba con una sonrisa en sus labios.
El más pequeño del grupo sonríe de lado y suelta una pequeñas risa mientras se encorvaba un poco y apoyaba sus brazos sobre sus rodillas, dirigiendo una vez más la mirada hacia el atardecer. Sentía sus dedos resecos y algo arrugados por haber estado mucho en el agua, tanto por nadar como por buscarle una roca bonita hacia Masumi, encontró un par en realidad pero no se detuvo hasta encontrar la más hermosa para él.
—Al final si se durmió. —dijo Takashi haciendo que mirara hacia allí, podía ver cómo Masumi estaba sobre una de las sillas de playa completamente dormida, con la chaqueta de la TōMan cubriéndola.
—Hay que admitir que ir a nadar siempre cansa, incluso cuando sólo haya sido ser lanzada al agua por jugar. —no evita comentar Ken al ser uno de los causantes de ese cansancio, estaba a un lado de la chica, vigilándola y a su vez cuidando que los demás no la despertarán. Antes Pah se había quedado dormido y todos le lanzaron un montón de arena encima.
—Creo que desde que era más temprano iba a quedarse dormida. —suspira Mitsuya girando a mirar hacia el atardecer. Ya todos estaban vestidos una vez más, pero disfrutaban un poco más la vista y pasar el rato juntos.
—Joder, me duele el cuerpo. —chita Keisuke mientras se sobaba como podía la espalda, teniendo la chaqueta de la TōMan en sus piernas antes de colocársela—. Al menos me duele la espalda menos de lo que pensé... —murmura, mirando hacia la ojirosa al recordar que fue por su insistencia de pasarle hielo para que no se inflamara más los golpes.
—Tus lloriqueos si sirvieron para algo. —se mofa Kazutora con una sonrisa en sus labios, inmediatamente Keisuke lo volteó a mirar con enojo hasta ver en silencio como Cherry le lanzó arena—. ¡Ah, Cherry! ¿¡Qué mierda!?
—¡Tú cállate, me la debes por dejarme como un camarón! —chilló la rubia con una postura enojada una vez Hanemiya se reincorporó apenas le cayó la arena encima, teniendo un signo de enojo justo encima de su cabeza—. Y Kimi-chan ni siquiera está despierta para que me consuele... —dice ahora dramáticamente, dejándose caer en la silla.
—¡Ya estaba vestido, ahora tengo arena dentro de los pantalones!
—¿Y qué quieres que haga? ¿¡Que te limpie!? ¡Acepta el karma!
Ken bufó con cierto cansancio al ver como comenzarían a pelear, pero no evitó sonreir de lado; en sí la situación era entretenida y era más que claro que ya estaba más que acostumbrado, en realidad, todos lo estaban, incluso Masu quien podría ser a simple vista la más retraída y menos escandalosa. Dirigió su mirada hacia su lado en donde estaba ella recostada, apenas se cambió junto con la ojiverde se acostó con la mirada en algún punto y cuando menos se esperó ya estaba como se encontraba ahora. Observó como arrugó un poco la nariz cuando uno de sus cabellos cayó encima de su rostro y se lo retiró, dejándola dormir. Sabía que a ciencia cierta ella no dormía bien, podía verse unas pequeñas ojeras bajo sus ojos casi todo el tiempo.
—Nee, Kenchin.
—¿Qué, Mikey? —cuestiona con cierta pereza, pensando en que era lo que le iba a pedir o decir Manjirō quien había aparecido de la nada a un lado suyo.
—¿Deberíamos echarle agua encima para que se despierte?
El más alto frunció el ceño confundido y obviamente en negación de que él hiciera tal cosa, lo miró con cierta incredulidad notando como él lo que hacía era mirar fijamente hacia Masumi, tocando un par de veces su mejilla; parecía casi en el quinto sueño, el cual quería destruir para que se despertara. Lo miró con desaprobación mientras él mantenía una mirada de la más tranquila como si lo que había acabado de decir no fuera la gran cosa, ignorando por completo la clara negación de la manera tan bruta y hasta cierto punto cruel en querer despertar a quien quizás era la persona más pacífica de entre todos ellos, incluso justo ahora; como a veces dicen, parecía un angelito mientras dormía.
—Deja a Tenshi tranquila. Sabes muy bien que ella no es capaz de dormir bien o no hacerlo en absoluto. —regañó el más alto de todos mientras veía de reojo como Kazutora seguía discutiendo con Hana, con Takashi y Haruki observando entretenidos la escena—. Hay que dejar que duerma cada que tenga la oportunidad.
—Pero aún así hay que hacerlo ahora, ¿no? Ya nos vamos. —dice el pequeñín mientas apoyaba su mejilla en la silla donde la azabache estaba durmiendo pacíficamente.
—Si, pero no de la forma en la que quieres hacerlo. Algún momento no aguantará tus travesuras y te echara tremendo regaño. —dice con obviedad mientras bufaba, mirando una vez más a la chica con quién compartía el puesto de vice capitán—. Su carácter se está endureciendo poco a poco, así que trata de que no te agarre molestia por molestarla cada vez que puedas.
—No la molesto, la estoy cortejando. —alardea el rubio con una sonrisa orgullosa, el del tatuaje de dragón inmediatamente lo mira con incredulidad—. Además, yo no le molesto, ella me ama.
Draken lo mira por varios segundos y luego alza una de sus cejas por tales palabras. No dijo nada al instante, sólo cerró sus ojos y volvió a bufar con pesadez.
—Lo que digas, Mikey.
—Pero es verdad. Ella me lo dijo. —insistió el más pequeño mientras jugaba con uno de los mechones rizados y oscuros del cabello de la de orbes rosáceos, sintiéndolo un poco reseco.
—Pues si sigues molestándola con tus bobadas, se le irá el amor. —dice de nuevo el más alto, con un poco de burla.
—Por supuesto que no, ¿quién podría dejar de amar a esta dulce criatura? —se señala con cierta soberbia. Ken se carcajeó una vez más, sonriendo de manera burlona.
—¿Tu, una dulce criatura?
—Claro que si, soy un ser inocente y puro.
—¿No será que estás hablando de Tenshi o de quién estamos hablando? —vuelve a decir el más alto entre pequeñas carcajadas, Mikey lo miraba con molestia e indignación por la manera en la que su amigo se burlaba de él.
El pequeñín imitó con voz aniñada lo que había dicho el del tatuaje de dragón quien seguía riéndose, dirigió sus orbes oscuros hacia la dormida señorita que parecía casi ni inmutarse con el pequeño escándalo que ellos en grupo estaban haciendo, sobre todo teniéndolos a su lado. Continuó con su mentón apoyado en el borde de la suya, estando casi cara a cara con ella, escuchando su suave y tranquila respiración, tan tranquila al igual que su expresión que no expresaba nada mas que calma. Miró su nariz un poco roja por la leve gripa que debe haber agarrado al nadar, no aguantando tocarla con la punta de su dedo y provocando que ella arrugara esta misma y se removiera un poco para luego volver a su posición inicial.
❛Aniki tiene razón, es relajante ver a una chica dormir...❜ recordó aquellos momentos en donde iba a la habitación de Shin'ichirō cuando estaba aburrido, encontrándolo a un lado de su novia Mai quien siempre estaba profundamente dormida cada que la veía, y en esa ocasión, con su hermano mayor observándolo con atención y jugando con su cabello.
Sus dedos tuvieron un pequeño tick y no aguantó hacer lo mismo, así que alzó su mano hacia su rostro y tocó suavemente los cabellos que enmarcaban su rostro, llegando a pasar la yema de sus dedos por estos y a acomodar pequeñas hebras que querían estorbar en su rostro. A pesar de que su cabellera estaba reseca por estar húmedo con el agua salada del mar, de alguna manera se deslizaba fácilmente entre su mano. La imagen de Shin'ichirō tocando con delicadeza el rostro de Mai vino a su mente junto con sus palabras luego de preguntarle que qué hacía.
«—Admirándola. —respondió el mayor con sencillez, hablaba inclusive en voz relativamente baja para no despertar a la joven rubia que descansaba a su lado.
Manjirō frunció el ceño mientras jugaba con la paleta de caramelo en su boca, inclinó su cabeza hacia un lado, aún en el marco de la puerta. No aguantó mirar hacia su «cuñada» quien parecía ni inmutarse en lo absoluto a su alrededor, concentrándose en dormir y al mismo tiempo siendo estimulada con pequeñas caricias a su cabello para mantenerse relajada. Por alguna razón le dió sueño verla dormir, entrecerrando sus ojos, así que volvió a mirar hacia su hermano.
—¿Qué tiene de admirable? A mí me dan ganas de dormir también. —contesta con confusión mientras cerraba sus ojos, fingiendo estar somnoliento, aunque no era mentira que en realidad si le provocó sueño verla.
Shin'ichirō se rio con suavidad por su respuesta, atrapó entre sus dedos uno de los cortos cabellos de Mai y lo miró con una sonrisa.
—Simplemente admirarla a ella. —responde, Manjirō puede ver una mirada dulce y suave en los ojos de su hermano—. Se ve tan tranquila que me da tranquilidad a mi, y al mismo tiempo asegurarme de que siga sintiéndose tranquila.
—Sigo sin entender que tiene de especial mirarla mientras duerme. ¿Eso no es raro?
—No..., al menos en esta situación no es así. —el Sano mayor se torna pensativo, para luego sonreír de lado—. Algún día alguien también te transmitirá tranquilidad, Manjirō, y entenderás a que me refiero.
El más pequeño se queda en silencio y luego hace una mueca de extrañeza y casi incredulidad para luego transformarla en pereza, apoyando su nuca en las palmas de sus manos y girándose para alejarse de allí.
—¡Nah!»
Una sonrisa un poco tonta apareció en sus labios mientras seguía viendo la cara bonita de Masumi, desde siempre había pensado que tenía unas facciones muy lindas, suaves y delicadas, dándole una expresión dulce e inocente la mayoría del tiempo. Aún recordaba cuando recién la conoció, llegando a casa luego de haber estado en la calle con sus amigos, y ver a una niña desconocida sentada en su sala. Por un momento había pensado que era un intruso, pero aparte de ver qué en realidad era una infante de su edad y que estaba asustada decidió sólo admirarla, captando su atención casi de inmediato.
Dejó salir un largo suspiro, sintiéndose cómodo y tranquilo. Podían escucharse las olas del mar junto con la brisa fresca y el ambiente sumamente ameno, donde estaba con todos sus amigos, pasándola bien, y por su parte, mirando la dulce y tranquila belleza de una de las chicas presentes. Para Sano Manjirō, Masumi era la chica más linda. Y no dudaba que si seguía creciendo y desarrollándase cuando entre a la adolescencia por completo, será sumamente hermosa. Por un momento se imaginó a ella captando la atención de otros chicos e hizo una mueca, su mano atrapó la de ella de manera algo posesiva.
—Mi Masumi... —murmuró con un leve puchero en sus labios.
—Se está haciendo tarde. —dijo Takashi mientras rascaba su nuca, observando a sus amigos perezear—. Deberíamos irnos ya a casa. Tengo que llegar a hacerle la cena a mis hermanas.
—Haz la cena para nosotros también. —dice Pah mientras se levantaba de un estirón de la toalla que tenía en la arena.
—Si, hay hambre. —le sigue Keisuke mientras largaba un bostezo.
—Dije «a mis hermanas», no a unos idiotas.
—¡Hey! —chilló Hana mientras se sentaba de golpe en la silla, mostrándose indignada. Takashi sonrió con cierta burla.
—Quiero decir, a unos idiotas, a una loca y a Tenshi. —corrige de manera burlesca provocando que le lanzará la mochila en el rostro, recibiendo risas de su parte mientras se sobaba la nariz, observando como los demás comenzaban a quitarse las asperezas y a levantarse.
—Hablando de Tenshi, ¿quién la despierta y la lleva? —vuelve a decir una vez más mientras dejaba la mochila a un lado y se levantaba, sacudiéndose el pantalón.
—El más prudente para llevarla sin que le provoquen un infarto sería yo. Soy un poco más consciente. —Draken suelta con una mueca en sus labios recordando las veces en donde ella iba con los demás y aparecía con los pelos de punta y una expresión casi de terror.
—¿Y qué hay de Mikey? Él tiene una motoneta, aunque quisiera, no podría ir rápido. —habla Kazutora después de un rato, recibiendo una mirada de mala muerte del aludido.
—Es una Hawk Urbana, idiota. —escupe el más pequeñín de todos mientras volvía a mirar de forma algo ensimismada el rostro pacífico de Masumi—. Pero no tengo problema, vivimos relativamente cerca.
—¿Y quién la despierta?
Ante la pregunta de Pah todos se quedan en completo silencio, observando la pacífica burbuja en la que la mayor estaba sumergida, provocando que ninguno quisiera acercarse y despertarla al estar en un sueño tan profundo y tranquilo, incluso Cherry quien solía ser juguetona con ella prefería dejarla dormir como un ángel. Y mientras meditaban como despertarla, Kazutora de manera silenciosa se acercó y le apretó la nariz tapando sus fosas nasales, llamando la atención de los demás.
Una vez más se quedaron sin que decir por el accionar del chico de ojos dorados, quien parecía esperar mientras cubría la nariz de la chica de cabello rizado. Luego de unos segundos ella abrió los ojos de inmediato y empujó con rapidez su mano para poder respirar de forma algo ahogada, le había tapado la respiración. Se sentó de inmediato mientras veían a Kazutora detrás de ella, alzando el pulgar.
—Problema resuelto.
—¿Qué pasó? ¿Sucedió algo? ¡Incluso soñé que me ahogaba! —chilló de manera alarmada y con su cabello despeinado, moviendo su cabeza de un lado a otro.
—Muy bien, la traumatizamos. —Pahchin sonríe de manera malévola al ver la reacción de la mayor.
—No sé si cuenta como una manera tranquila para despertarla, pero al menos funcionó. —suspira Takashi mientras se alzaba y estiraba, Masumi ahora veía en silencio la piel roja de Asami quien se lanzó a ella de manera dramática.
—Bueno, hay que irnos antes de que se haga más tarde. Es un viaje largo a casa. —Draken ayuda a la rubia de mechas rosáceas a levantarse al momento que ella se apoya en él, y así sucesivamente con Tenshi.
—¿Irnos? —balbuceó la de orbes rosáceos mientras agitaba la cabeza, prosiguiendo a asentir—. Si, está bien... —sus ojos lagrimean y deja salir un enorme bostezo mientas refregó uno de sus ojos—. Vamos.
—¡Carrera a las motos! ¡El que gane tendrá que comprarme un kit nuevo de maquillaje! —Hana se va corriendo rápidamente una vez agarró su mochila y distintas cosas que habían traído.
—¡Oi, deja de ser tan malditamente tramposa! —Hayashida rápidamente la sigue mientras se tropezaba, siendo seguido luego por Kazutora y Takashi.
—¡Eso no es un verdadero premio, oxigenada!
—¡No me llames oxigenada, pelón!
Masumi se queda en silencio una vez más al momento que observa aquella escena, sintiendo de la nada un agarre en su brazo que la jaló hacia enfrente, divisando casi al instante a Manjirō quien giró su cabeza sobre su hombro, dándole una sonrisa.
—¡Vamos, Masu-chan! ¡No seas lenta! —soltó de manera animada mientras la jalaba para que corriera con él, apenas teniendo tiempo de tomar su mochila y tropezándose en el proceso.
Masumi frunció un poco el ceño, confundida por la situación y el hecho de aún no estar por completo en todos sus sentidos, observó luego el agarre que tenía en su antebrazo para pasar a su muñeca y luego a agarrar su mano. Sintió un sobresalto en su corazón y tuvo que suspirar para poder controlarse y no termina hiperventilando por sus propios sentimientos, aunque no había evitado el sonrojo en sus mejillas y que un brillo dudoso y al mismo tiempo nervioso e inexplicable se instalara en sus ojos, incluso sintiendo un extraño nudo en su pecho.
—¡Oigan, no me dejen atrás! —se escuchó la queja de Draken detrás de ellos mientras trataba de alcanzarlos, escuchándose las risas y quejas de aquel grupo de amigos.
SI NO FUERA POR LOS LEVES EMPUJONES DE Mikey o las exclamaciones de sus amigos, se hubiera quedado dormida y muy probablemente se hubiera caído de la moto. Era más que claro que el sueño continuaba sobre ella, queriendo arrastrarla para caer en su tentación, sobre todo con el frío de la noche.
Entrecerró sus ojos con su mejilla recostada contra el hombro del chico más pequeño presente, quien manejaba la motoneta con bastante calma, aunque más que nada porque no podía ir realmente rápido. Masumi agradecía de sobremanera ese hecho por mucho que no fuera la intención de Manjirō en ir lento, pero prefería (sobre todo en esa situación) que fuera despacio; su cuerpo se sentía tan pesado y sus ojos trataban de cerrarse, demostrando su agotamiento y somnolencia.
El sonido de las motos se adentraban por sus oídos, dándole de alguna manera un ambiente agradable, incluso escuchando a los demás miembros fundadores conversar de forma amena. Sorprendentemente iban lento, quizás por no dejarlos a ella y a Sano atrás, tomando en cuenta que era de noche. A un costado iba Mitsuya, llevando a Pahchin, pareciendo hablar de algo gracioso al oírlos hasta carcajearse.
—Yo también quiero dormir. —soltó Manjirō mientras se mantenía derecho, cerrando sus ojos de manera rasgada—. Verte así me da sueño... Estás calientita. —apoya su mejilla contra su cabeza de manera perezosa, aunque pendiente del camino.
Kiyoko no evita sonreír ligeramente y soltar una pequeña risa, con sus mejillas tiñéndose de un tono rosado. Aún no se acostumbraba del todo a los momentos cariñosos del más bajo, pero hasta cierto punto le parecía tierno, agradable. Le daba una calidez y agitación a su corazón hasta hacerlo palpitar con cierta rapidez mientras su mirada se enternecía.
Mikey estiró sus labios hacia afuera observando el camino en completo silencio, observando de soslayo como la chica pareció acurrucarse un poco en su hombro y abrazarse más a su torso. Su expresión no evitó suavizarse, sintiendo una curiosa y al mismo tiempo conocida calidez recorrerlo, relajando sus hombros y luego sonriendo de costado.
—Si que me amas mucho, ¿verdad, Masu-chan? —dice él con cierta burla, la aludida se sobresalta en su lugar, alzando su rostro hacia arriba y viendo su perfil. La comisura de sus labios estaban alzada.
Masumi se queda mirándolo con sus ojos abiertos de par en par, como si se fueran a salir de sus cuencas. Por un momento sintió que se iba a desmayar cuando comenzó a hacerle falta el aire, apretando un poco el agarre que tenía aferrado, Mikey no evitó sonreír y reír con cierta sorna ante su reacción.
—Te entiendo, ¿cómo no amar a este bello e increíble chico? Soy asombroso. —Manjirō se mueve en su lugar con un ritmo imaginario, los demás estaban ajenos a la escena al hablar entre si—. Cuando seamos novios, les restregaré en la cara que tengo una novia linda y ellos no, por feos.
—P-Pero, Manjirō-kun... —balbuceó la chica algo avergonzada.
—Vas a decirme que si, ¿verdad?
Masumi una vez más se queda en silencio ante sus palabras, su rostro rojo cuál tomate y su pulso tan rápido como el viento que chocaba contra su cabello, incluso le había dado una sensación de querer toser y estornudar ante su congestión anterior por la playa. Respiró de manera algo pesada y se volvió a abrazar a su espalda, abultando su mejilla contra su cuello. Sentía como su corazón palpitaba con fuerza, peligrando con salir de su pecho en cualquier segundo; incluso temía darle alguna taquicardia o un ataque de ansiedad, se encontraba tan nerviosa y sorprendida en esos momentos por la manera tan directa del que el más bajo había hablado.
❛Otra vez eso...❜ pensó cohibida en su lugar, el sonrojo pasaba a sus orejas, por un momento escuchando un pequeño pitido cuando se inundó en sus pensamientos; no fue si no hasta escuchar el grito de Baji que fue que reacción, viendo cómo él pareció insultar a Hanemiya quien se reía a carcajadas, observó con sus cejas alzadas como prácticamente se persiguieron en sus motos al acelerar.
—¡NO SE VAYAN TAN RÁPIDO! —exclamó con estrés Draken mientras se escuchaba a lo lejos los gritos de Keisuke y las carcajadas de Kazutora—. Estos se van a matar.
—Déjalos que se choquen, así se quedan quietos. —Mitsuya se burla sutilmente, Pah no evita carcajearse por aquellas palabras, como si hablaran de unos niños pequeños que hacían una traversura.
—No, después se vuelven nada y nos toca a nosotros llevarlos. —se queja cómicamente Hana mientras pasaba a un lado de ellos, acelerando un poco para poder alcanzarlos y evitar que efectivamente se maten.
Tenshi se queda en silencio mientras los sigue con la mirada, obviamente quedándose ella y Mikey más detrás ante la poca capacidad de velocidad de la motoneta; la expresión del rubio era un poco plana al ver como los dejaban atrás para perseguir a Kazutora y Keisuke para evitar que por andar persiguiéndose tengan algún accidente automovilístico o algo por el estilo. Aunque luego su cara se suaviza y mira por sobre su hombro con una sonrisa a la chica quien veía hacia el frente, tratando de distinguir hacia sus amigos.
Sus orbes oscuros se entrecerraron y por un momento tuvieron un destello mientras observaba la expresión de la chica de cabello rizado, casi viéndola de manera algo boba y al mismo tiempo divertida; ella no tarda en percatarse en su mirada y hace lo mismo, aunque se avergonzó por la manera en la que la observaba, sonrojándose con ligereza.
—M-Mira el camino, podrías chocar con algo por no mirar hacia enfrente. —dice con cierto apremio, encongiéndose un poco en su lugar.
—Me gusta mirarte. —Masumi se sonroja un poco más ante sus palabras haciéndolo carcajearse para hacerle caso y mirar hacia enfrente—. Bien, bien. Voy a mirar hacia adelante, no quiero que ninguna de mis bebés se lastime.
Kiyoko se queda en silencio por varios segundos, mostrando una expresión algo confundida ante la mención de dos bebés, frunciendo la nariz.
—Mi Hawk Urbana y tú.
—D-de... ¡deja de decir las cosas así! —chilló de forma alterada y sonrojada casi a las orejas al momento que entendió a qué se refería. Manjirō se carcajeó de forma limpia ante la reacción, escuchándose el silbido del aire y el motor de la motoneta.
—¡Pero si digo la verdad! Eres mi Masumi. —alardeó mientras su cabello se movía con el viento conforme avanzaba, mirando hacia enfrente con una sonrisa satisfecho en sus labios—. Y yo también soy tú Manjirō, dime cosas bonitas igual.
—N-n... yo... —balbuceó ella sin saber que decir, aferrándose ahora a sus hombros con cierta fuerza, se agazapó un poco contra su espalda—. M-Me da vergüenza...
—Dime que soy lindo.
Masumi se queda en silencio por varios segundos, aún sonrojada con fuerza, ni siquiera la serenidad del ambiente oscuro lograba relajar su rostro y el calor que sentía en él. Tenía incluso su pulso palpitando con fuerza, sintiendo como si su corazón fuera a salir de su pecho en algún momento ante la agresividad que palpitaba, bombeando sangre a todo su cuerpo, concentrándose en sus mejillas rojas tal cual un tomate.
Dudó unos momentos en si hacerle caso o no tomando en cuenta que, tal cual como le había acabado de decir, era una cosa a la que le daba vergüenza decir, demasiado. Puede que estuviera acostumbrada a decirle apodos tontos y melosos a sus hermanas cuando las consentía, pero a sus amigos le daba cosa hacerlo, sobre todo a Manjirō; este había inclinado su cabeza hacia un costado, emitiendo un «¿Mm?» en señal de espera de que le dijera esas palabras en concreto.
—Eres... —comienza a decir la de orbes rosáceos, Mikey miró fijamente hacia enfrente pero su sonrisa se extendió, alzando las cejas de manera interesada—. E-Eres... lindo...
La postura del rubio se relajó un poco y casi se recostó contra el pecho de la chica mientras sonreía en grande, una vez mirada suavizada en sus orbes oscuros que casi tenían un matiz más vivo.
—Ahora abrázame. —dijo en un murmuro bajo, girando un poco su rostro a ella, sintiendo la leve respiración de la chica contra su hombro y luego rozando su mejilla.
La chica continuó en silencio por varios segundos, su ceño poco a poco se relajó por las peticiones de su... amigo. Sus mejillas continuaban teñidas en un suave sonrojo para proseguir a soltar sus hombros y rodear su torso desde atrás, abrazándolo por la espalda como rato atrás cuando él iba manejando, apoyando su mentón en su hombro y mirando su perfil por algunos momentos para ver hacia enfrente. Desde hace rato que no escuchaba el escándalo de sus amigos, aunque los distinguía a lo lejos.
Sin embargo, su cuerpo se tensó brevemente cuando Manjirō había girado su rostro hacia ella con sus ojos fijos en los suyos; se estremeció al sentir su nariz rozando con la suya, viéndose un tanto serio, aunque sus labios estaban alzados con ligereza, en una pequeña sonrisa.
—Ahora dame un beso... —dijo de manera calmada, por un momento sintiendo un escalofrío por todo su cuerpo.
Masumi se quedó una vez más en completo silencio al escuchar aquella petición, junto con la cercanía que tenía con su rostro, dejándola paralizada por varios segundos. Entreabrió sus labios sutilmente mostrando su sorpresa mientras que él continuaba mirándola con atención, incluso parecía haber enseriado su rostro.
Su pulso comenzó a palpitar fuertemente y por un momento sintió que se le iban a ir las luces, sólo mirando con sus ojos totalmente abiertos hacia el chico; y para sorpresa del más bajo, la chica tocó sus labios con la yema de sus dedos, haciéndolo girar el rostro hacia enfrente mientras ella mostraba una expresión avergonzada.
—E-Estás manejando... —susurró con un hilito de voz, Mikey continuaba sintiendo el tacto de sus dedos contra sus labios, teniendo sus orbes algo extendidos—. Podrías hacer que choquemos.
Manjirō parpadeó varias veces por aquellas palabras de su parte, mirando hacia enfrente y luego agachando la mirada sutilmente a la delicada y pálida mano de ella que se alejó de sus labios, no evitando seguir cada movimiento cuando se agazapó una vez más en su espalda. Su cabeza otra vez giró hacia enfrente con una expresión algo plana.
—Osea, si no estuviera manejando, ¿si me darías un beso? —cuestiona de manera pensativa, recibiendo un pequeño silencio.
Masumi se acurrucó y ocultó un poco su rostro sonrojado contra su chaqueta de la TōMan, un puchero temblando en sus labios ante los nervios.
—N-No lo sé... —balbuceó con un tono apenas audible, aunque Mikey alcanzó a escuchar el hilito de su voz—. T-Tal vez... Sólo maneja que nos estamos quedando atrás.
Manjirō sonrió de lado ante sus palabras, removiéndose algo satisfecho e incluso algo emocionado en su lugar apenas escuchó sus palabras. Movió un poco el acelerador aunque realmente no habían podido avanzar demasiado ante el modelo de aquel vehículo automovilístico, demostraba su entusiasmo a su manera mientras la chica estaba aún avergonzada contra su espalda, tratando de relajar su corazón que palpitaba enloquecido contra su pecho.
—¡MIKEYYYYYY! —se escucharon las exclamaciones de todos los demás que estaban detenidos, esperándolos a ambos.
—¡YA VOY!
—YA CASI VIENE MI CUMPLEAÑOS. ¿QUÉ me vas a regalar?
—No debería decirte eso, Manjirō-kun. Se supone que debe ser una sorpresa.
—¿Ya tienes idea de que darme? —su voz sonó con más interés que antes, afinando sus ojos como un gato—. Ahora tengo el doble de curiosidad, dime.
—No lo haré. —agita su cabeza de un lado a otro en completa negación.
El rubio infla sus mejillas ante su respuesta, completamente en desacuerdo de que ahora no le dijera que era lo que tenía planeado regalarle, sobre todo acercándose el mes de su cumpleaños. Movió sus labios, estirándolos hacia afuera casi en una cara de pez; inclinó su cabeza hacia un lado mirando el rostro pensativo de la más alta quien ahora observaba a su alrededor en silencio, con su cabellera oscura y levemente suelta agitándose con el aire.
Se estaba encargando de llevarla a casa luego de que recibiera mensajes de parte de sus padres, resumiéndose en Kaito enviándole varios cuestionamientos y al mismo tiempo lloriqueando porque no le contestaba, junto con mensajes de Hikari diciéndole que tuviera cuidado y no llegara tan tarde. Al principio Manjirō había insistido en hablar con ellos y decir si Masumi podría pasar un rato más con los demás, quizás en la casa de los Sano al ser parcialmente cerca, pero por convencimiento de parte de Draken y Mitsuya sobre que tal vez se metería en problemas al ser algo tarde la terminó llevando a casa.
El rubio simplemente giró hacia enfrente una vez cruzó por una esquina, logrando divisar la casa aún en medio de mejoramiento, faltando un par de capaz de pintura. Se veía pequeña en comparación de otras, pero era lo suficientemente grande como para una familia como la de Tenshi.
—Masu-chan. —llama una vez se estaciona enfrente y deja que ella baje con libertad a la acera, tomando su mochila aunque luego coloca su atención en él—. ¿Mañana que harás?
—¿Mañana? —repite Kiyoko para si misma y se torna una vez más pensativa, mirando hacia el cielo levemente estrellado. Mikey mira fijamente su rostro—. Pues, no lo sé... Cuidar a mis hermanas tal vez, la otra vez hablé con Mitsuya-kun de reunirnos ambos y cuidar a nuestras hermanas a la par para no aburrirnos... —divaga un poco a la par que colgaba su mochila en su espalda—. ¿Por qué pregun-
Un jalón en su muñeca la calla, aunque no sólo en el sentido de sorprenderla, si no que literalmente siente algo en su boca que le imite hablar. Su pulso vuela por los cielos y casi sintió como si hubieran explosiones en su estómago, aunque de por sí su corazón hasta este punto si quería explotar en medio de un montón de chispas.
Manjirō la había besado, la besó de la nada.
Sus ojos se abrieron en grande apenas sintió ese contacto, observaba los orbes oscuros del chico más bajo que la miraban fijamente mientras sus labios estaban juntos, de manera estática, parecía atento a su reacción. Pudo admirar como su rostro poco a poco se iba tiñendo de un fuerte color rojizo, con el contrario con un muy mínimo sonrojo. Luego de unos segundos, se separó, con una expresión algo pensativa mientras Masumi seguía paralizada.
Mikey hizo un pequeño sonido con su lengua, mirando hacia arriba por algunos segundos, pareciendo saborear sus labios.
—Tus labios también son suaves. —dijo el más bajo mientras cambiaba de peso de su pie apoyado en la acera al estar estacionado—. Aunque no pude sentirlos bien, me chocaste los dientes.
Observó hacia la más alta que tenía su boca entreabierta y sus orbes extendidos en shock, sus mejillas estaban encendidas en un fuerte color rojizo, casi pareciendo resplandecer en la oscuridad parcialmente iluminada gracias a las luces de la calle. Mikey entrecerró sus ojos y alzó la comisura de sus labios en una leve sonrisa al notar el apremio junto con la confusión en su rostro.
—Ya no estaba manejando, y dijiste que me darías un beso si no estaba manejando. —suelta una risita infantil, cerrando sus ojos—. Te dije que te fueras acostumbrando, porque en cualquier momento te hago mi novia, pero quiero que te prepares para todo el cariño que te voy a pedir.
—A... A-ah... —balbuceó ella a duras penas, moviendo sus labios casi como un pez fuera del agua, abriéndolos y cerrándolos casi en seco.
—Bueno, me voy a casa. Emma debe estar loca porque fuimos a la playa sin ella, aunque fue como una salida de la TōMan. —mira hacia arriba de manera pensativa, dando un largo bostezo—. Nos vemos, Masu-chan. ¡No se te olvide decirme que me vas a regalar! —exclama apenas encendió la motoneta para comenzar a acelerar, agitando su brazo.
Masumi continuaba totalmente paralizada en su lugar, observando la pequeña figura de Manjirō alejarse y cruzar por la esquina para perderlo de vista, dejándola completamente en silencio y sola, apretando ahora su puño contra su pecho, sintiendo su corazón una vez más palpitar desbocado. Tuvo que largar un pesado suspiro.
Se pudo ver cómo ahora había cubierto su rostro con ambas manos, notándose con claridad el enorme sonrojo que la azotaba al notarse por la punta de sus orejas. No podía estar más nerviosa y avergonzada por tal atrevimiento de parte de su amigo de orbes algo apagados y oscuros, dejándola con un sentimiento fuerte azotándola por todo su cuerpo, casi chillando en su lugar. Mientras que por lado de Mikey, quien manejaba de regreso a su casa para poder comer, sonreía para sí mismo ante su propia acción.
Que bonitos momentos...
Hello, mis bebés bellos que deben estar ancianos por tanto esperar actualización de este ff/pose
¡Sé que he estado desaparecida! Pero esta vez tengo una excusa creíble y es que prácticamente estoy estudiando en dos universidades a la vez, y su querida Shanx cae muerta apenas toca la cama😿
En fin, siempre digo que es mejor tarde (súper tarde, van hasta la mitad de la tercera temporada de tokrev, Emma, otra vez te extraño) que nunca, ¡y volvemos con nuevo capítulo!
Puedo decir que amo estos capítulos tranquilos, ver un poco más la relación de nuestra querida Masumi con la TōMan y sobre todo con Mikey, es claro que su relación se fortaleció más y más ❤️
Pero no estén tranquilos, porque esta es la calma antes de la tormenta 😇
Y respecto al inicio, ¡así es; he puesto una meta de votos para poder desbloquear el siguiente capítulo! ¿razón? Simple, los lectores fantasmas y sé bien que aquí hay bastantes, así que yo así como algunos escritores hemos implementado esta dinámica para desaparecerlos.
Nosotros, los escritores, nos esforzamos mucho para poder traerles un capítulo, a veces incluso semanal; come tiempo, paciencia, inspiración e incluso una gran concentración, como para que no sean capaz de tan siquiera presionar la estrellita, porque es sólo, presionar un botón.
Las vistas se agradecen, pero los votos aún más, son como la recompensa de un arduo trabajo de días, semanas, incluso meses que todxs implementamos al escribir. Puede que si, se hace con amor y por gusto, pero lo mínimo que podemos recibir es un voto y un comentario bonito, ver qué realmente les gusta el trabajo que hacemos.
¡No a los lectores fantasmas! ¡Volvamos al Wattpad de antes! Yo sé que ustedes pueden ❤️
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